Entrevista a Massimo Vacchetta
Partiendo del tema de tu libro sobre Ninna, el erizo de 25 gramos, me gustaría preguntarte si desde pequeño ya tenías ese amor por los animales. ¿Tuviste alguna mascota de pequeño?
Sí. Desde pequeño siempre me gustaron mucho los animales. De hecho, fue gracias a mis abuelos, que tenían una granja donde yo me dedicaba a perseguir pollitos. Ahí empezó todo y, especialmente, mi inclinación por la veterinaria y mi interés por los animales discapacitados. En la granja había un pollito raquítico, que mis abuelos querían sacrificar para evitarle sufrimientos. Yo tenía 6 o 7 años y me dediqué un mes a cuidarlo hasta que se recuperó. También por aquel entonces, daba de comer a las palomas desnutridas que veía al salir de la escuela. Comprendí que alimentarlos era otra forma de afecto hacia los animales.
Pasemos a la época en que estudiaste Veterinaria. Antes de la aventura que cuentas en el libro, eras especialista en ganado bovino. ¿Qué opinas de la vida que tienen las vacas, los cerdos y las gallinas en las granjas? Muchos ecologistas afirman que son esclavos, que sufren de forma cruel.
Efectivamente. Tras estudiar veterinaria, en los
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