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TAU 6 y la Invasión
TAU 6 y la Invasión
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TAU 6 y la Invasión

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About this ebook

Alejandro toma gran cantidad de información científica e incluso se atreve a mezclar personajes de la vida real como el gran comunicador Brian Greene, la periodista científica Marcia Bartusiak y el padre de los “Hoyos Negros”, Stephen Hawking como parte de la trama.
La novela es una de ciencia ficción que se lleva a cabo en el año 2025 en tan solo unos días, que explora la real manera de viajar al futuro y especula, de manera seria la posibilidad de encontrar vida inteligente extraterrestre en la Tierra.
La novela toca temas tales como los efectos de la Relatividad General al curvar el espacio tiempo, así como que explica temas como el de Los Pulsares, los Puntos Lagrangeanos y algunos otros aspectos astronómicos con gran sencillez y simpleza, de tal manera que el lector, no se da cuenta que mientras está disfrutando de la novela está aprendiendo estos temas.
La historia se inicia cuando el protagonista principal de la novela, Alfredo Lafontaine, un científico al estimo James Bond, pierde a sus hijos en una misión espacial siguiendo señales que pueden llevarlos a la identificación de seres extraterrestres, cinco años atrás.

LanguageEspañol
Release dateJun 14, 2012
ISBN9781476313047
TAU 6 y la Invasión
Author

Alejandro Lamothe

ASTRONOMER FOR HUBBY WRITER FOR PASSION ENGINEER AS PROFESION MEXICAN

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    TAU 6 y la Invasión - Alejandro Lamothe

    A los que con una directa intención o sin ella y con el más envidiable altruismo me inyectaron este, hasta hoy, ilimitado deseo de compartir los pocos conocimientos que tengo del verdadero saber, y también a los que despertaron en mí esa voraz hambre por la verdadera ciencia, Gracias.

    Particularmente quiero agradecerles a: Mi padre, por nunca cejar en su, hasta hace poco para mí, loca idea de que debería escribir un libro. A mi madre; por darme esa tremenda seguridad en mí mismo, al grado de hacerme creer que podía lograr lo que nunca me imaginé, escribir un libro. A mi hermano Pedro, que ha despertado en mí la más grande pasión por el saber y quien me inició en el fascinante mundo de la astronomía. A Pedro mi sobrino, que, con su gran sencillez y humildad me mostró que el queverdaderamente sabe no tiene la más mínima necesidad de demostrarlo ni ostentarlo. A mi sobrino Paul, que me ha enseñado que el conocimiento no respeta ni edades ni jerarquías. A Daniel mi sobrino, que me enseñó, con su candidez, que lo que yo escribía no era ni tan complicado ni tan sofisticado. A Gabriel Martín del Campo, más mi hermano que mi primo, que leyó y me retroalimentó en todos y cada uno de los renglones que aquí aparecen. A Marcelino Gómez Velazco, mi amigo, que tantas y tantas veces me enseñó que la modestia no es enemiga del saber y el divulgar. A Stephen Hawking, que sin conocerme me inspiró a tal grado que hasta lo integré en la novela como un personaje clave. A Julia Tagüena, que me orientó en el camino de la ciencia y la divulgación con las valiosas críticas que le hizo al manuscrito. A José de la Herrán, el famoso astrónomo mexicano, que me honró con su motivante opinión sobre la novela. A Pedro Ferriz de Con, que con su espacio en la radio Imagen en la Ciencia me provoco ese gran deseo de difundir lo que sé de una manera sencilla y llana. Y para concluir a Enrique Gánem, que sin conocerme en persona, creyó en mi y se tomó el tiempo y dedicación para escribir un prologo que yo nunca hubiera imaginado.

    ****

    PRESENTACIÓN

    Este es el único momento que tengo para hablar directamente contigo, mi lector. Mi mayor anhelo como autor es que sean muchos los que lean este libro. ¿Cómo? ¿Autor? que extraño me resulta, pero en realidad yo lo escribí y por lo tanto soy el autor, así qué, aquí voy.

    Siempre quise escribir un libro, y para mi sorpresa, y posiblemente más aun para la de muchos conocidos, aquí está, terminado de principio a fin, y no nada más eso, sino que resultó ser, ni más ni menos, una novela de ciencia ficción.

    ¡Pero ALTO! no por eso esperes que sea el gran libro ni nada por el estilo, lo que sí te puedo decir es que resultó muy divertido escribirlo y deseo que sea un tanto igual para ti, esperar más sobrepasaría cualquier cuento de ficción.

    Para los que piensan que escribir un libro requiere de un gran esfuerzo, no es así, o al menos no lo fue para mí. Seguramente no se debe a que sea yo muy capaz, al menos no lo creo así, sino que empecé a escribirlo, surgió y observa lo que resultó, o mejor dicho disfruta la lectura de lo que se produjo. Por eso pienso que no se requiere de un gran esfuerzo, de hecho considero que más que un gran logro, fue muy divertido, entretenido y emocionante escribirlo. Estoy convencido de que cualquiera que se lo proponga lo puede realizar, desde luego, mejor que yo. Bueno, pero mientras ese otro aparece, aquí está esta novela de ciencia ficción que estoy seguro te divertirá.

    Te aseguro que esta historia es amena y entretenida, ¡Tiene de todo! acción, romance, aventura, suspenso, y por supuesto, ficción, aunque, si me lo permites, pues ya está en tus manos, una muy buena dotación de ciencia, espero que de esto último no sientas nada, como a quien le dan la medicina amarga en un buen licuado de chocolate o en una cucharada de miel.

    Esta lectura no es apta para el que no quiere leerla, pero sí es apta para todo el que es curioso, metiche y chismoso, y de esto todos tenemos un poco, no lo neguemos.

    Tengo cierto temor en decirte que vas a aprender al leer esta historia, pues podría sonar arrogante y a la vez pienso que desafortunadamente el aprendizaje parece estar peleado con la diversión y el entretenimiento, pero créeme, la parte de la enseñanza ni la vas a sentir, al menos eso espero, ni necesitas leerla si la sientes cansada o aburrida, simplemente sáltatela, no perderás la ilación de la novela.

    No quisiera parecer adoctrinador, no soy así ni intento parecerlo, lo único que hice fue pararme en el hombro del gigante, en el hombro del que sí sabe, y pensar de qué manera sencilla y divertida, podía escribir una historia, que aparte de entretener, enseñara lo poco que sé, y cuando digo poco, créeme, es verdaderamente muy poco.

    Cuando tuve la oportunidad de aprender del que de verdad sabe, comprendí que la mayoría de ellos están tan ocupados en seguir estudiando y descubriendo que, desafortunadamente, muy poco les interesamos los seres humanos comunes y corrientes, y a los que no sabemos, ni un lazo nos echan. Esto fue lo que me motivó a tratar de difundir lo poco que entiendo de la verdadera ciencia a través de esta historia que cuento.

    Te garantizo que todo lo referente a ciencia es cierto, no te pido que lo creas, sólo te suplico que si no lo crees tengas la curiosidad de investigar si lo que digo es cierto o no, y si no estoy en lo correcto, me encantaría que tú, mi lector, me hicieras salir del error, gustosamente apreciaría la enseñanza.

    Por último, lee este libro con la idea de lograr generar en tu mente la combinación ideal: escepticismo y curiosidad, este es el matrimonio ideal. No es pecado el dudar ni tampoco lo es el no dudar, el pecado está en dudar y no perseguir la verdad o en no dudar y dejar a un lado el pensar y el razonar.

    Alejandro Lamothe

    ****

    PROLOGO

    La ciencia ficción es una actividad agridulce; sus mejores ideas, con frecuencia, resultan tan alejadas de la experiencia de la sociedad del momento, que se antojan absurdas, hasta ridículas (con esos términos, y otros que no repetiré aquí, fueron recibidas las novelas de Julio Verne por algunos críticos famosos).

    Por otra parte, los mejores trabajos de este género sirven de inspiración a generaciones enteras. Resultó una enorme sorpresa para Arthur C. Clarke enterarse que varios astronautas del proyecto Apolo escogieron una profesión aeronáutica en buena parte influenciados por sus novelas cortas. Existen otros casos: las novelas del mismo Verne no sólo le dieron vuelo a los sueños constructivos de muchos ingenieros, sino que incluso le dieron nombre a algunas de sus creaciones más espectaculares (como el Nautilus, el primer submarino impulsado por energía nuclear).

    La ciencia ficción es la disciplina literaria más libre de todas; puede usar los recursos de la novela histórica, la fantástica y hasta la poesía, pero a diferencia de otras ramas de la literatura, la ciencia ficción ofrece nuevas perspectivas que estiran los límites de la imaginación. Con frecuencia los temas de otras partes de la literatura se limitan a los sueños y realidades de una sola especie de homínidos que habita este planeta, mientras que la ciencia ficción busca el posible contenido de mentes completamente diferentes a las nuestras.

    En TAU 6, Alejandro ofrece una buena perspectiva de otro valor importante de la ciencia ficción: en ella se puede enseñar algunas de las ideas más avanzadas del mundo actual, y las especulaciones más extraordinarias de la ciencia, sin tener que pasar por el terrible trago de tomar un libro técnico y descifrarlo. En las páginas aparecen técnicas que están a punto de entrar en nuestras vidas, como los sistemas de identificación por radiofrecuencia (RFID), las paradojas que produciría una máquina del tiempo y las naves interestelares (de las cuales ya tenemos 4 ejemplares reales, muy limitados; los Pionero 10 y 11 y los Viajeros 1 y 2, fueron destinadas a la observación automática de los planetas exteriores. Las cuatro naves ya abandonaron el Sistema Solar, y a la más afortunada le tomará más de un millón de años llegar cerca de otra estrella. TAU 6 es lo suficientemente avanzada como para llevar personas en su viaje).

    El tamaño de los sueños de una persona, con frecuencia, determina el tamaño de sus logros personales; si un niño imagina construir grandes edificios mientras juega con su mecano en la sala de su casa, es probable que, poco a poco, encuentre el camino hasta las grúas, computadoras y otros medios que convertirán sus sueños en realidades gigantescas de concreto, acero y cristal.

    Lo mismo le ocurre a una sociedad.

    Los norteamericanos, por ejemplo, se alimentaron durante el siglo XX con un torrente de novelas de gran calidad escritas por personajes como Kart Vonnegut, Isaac Asimov y el mismísimo Clarke (que durante muchos años no pisó el territorio de los Estados Unidos, por cierto). Poco a poco, esos sueños impulsaron a muchos jóvenes por caminos diferentes, que desembocaron en el programa espacial.

    Nuestro México a veces parece seguir viviendo en el siglo XVIII, cuando las interminables multitudes vivían dormidas bajo los fuetes de los hacendados. Aún ahora, millones de personas llevan una vida lenta, obscura y sin sentido, porque los sueños que tienen para sí mismos y para sus familias son diminutos, insignificantes.

    En la actualidad, no existen muchas plumas en nuestro país que busquen moverle el tapete a la sociedad desde la curiosa, lejana y sorprendentemente fructífera perspectiva de la ciencia ficción; hay muy pocos autores, y con frecuencia algunos dedican su energía para explorar los a veces torcidos rincones de los espíritus de sus personajes imaginarios, en lugar de ver al universo con nuevos ojos. Casi nadie nos ofrece nuevos sueños que involucren a las estrellas.

    Para despertar, es necesario soñar con fuerza. Al imaginar naves interestelares, Alejandro lo invita a imaginar un mundo diferente; si muchos de nosotros hacemos lo mismo, tendremos un futuro brillante.

    Enrique Gánem (El Explicador)

    ****

    1

    2077

    –Papá: ¿Qué significa TAU 6? –pregunta un niño de apenas seis años de edad a su padre, mientras admira un extraño monumento que parece un paraguas gigante, rodeado de un gran grupo de estatuas de granito de un intenso color negro, que simulan ser astronautas, en un gran parque.

    –Significa Terrestrial Astroship to the Unknown, y es el nombre de la sexta y última nave tripulada que se construyó buscando vida inteligente extraterrestre. La TAU 6 viajó hasta donde el hombre nunca antes había llegado, acabó con muchos mitos con los que vivió nuestra especie durante toda su existencia y salvó a la humanidad de una terrible invasión. Hoy en día su tripulación es un grupo de héroes.

    El niño echa a volar su imaginación y pierde la mirada, como si tratara de ver en el magno monumento a qué invasión se refiere su padre, pues nunca antes había oído nada al respecto.

    Remontándonos más de medio siglo atrás, se encontraba frente a un espejo un hombre maduro, bien parecido, con el pelo entrecano y de cuerpo delgado con buena y corpulenta figura, su rostro mostraba las arrugas producto de la experiencia y de su edad, y pasaba con insistencia su mano izquierda por la cabeza.

    –¿Estoy bien peinado? quiero que las fotografías de hoy salgan bien. Así puedo contar con algunas para mi álbum de conferencias, en las que aparezca presentable y no como la mayoría: ¡Con el pelo hecho un desastre! –comenta el reconocido científico mexicano Alfredo Lafontaine a Claudia, su asistente y en ocasiones algo más en los últimos 20 años que llevan trabajando juntos, una mujer de unos 40 años de edad, con unos lentes que difícilmente ocultan sus grandes ojos azules y que a pesar de su desgarbada apariencia muestra un esbelto cuerpo con largas piernas para su diminuto tamaño, acinturada y con un busto firme y natural, aunque algo pequeño; sin embargo su refinada forma de vestir le ayuda a disimular su desaliñada postura y a distinguir su buena figura.

    –No te preocupes todo va a salir bien.

    Alfredo bromea para tratar de disimular la angustia que lo ha consumido por varios años, cinco para ser precisos.

    –En las últimas fotos que me tomaron parecía un cavernícola. ¿Estoy bien peinado?

    –Lo último que dijiste hace un segundo fue exactamente eso –lo interrumpe Claudia tomándole la mano izquierda, que tenía Alfredo en el pelo y besándosela.

    –Estás muy guapo y ese pelo entrecano va a ser todo un éxito, no debes estar nervioso.

    –Perdóname Claudia, pero fue precisamente aquí, en Davos, hace cinco años cuando me enteré de la desaparición de la nave en la que viajaban mis hijos. Parece que fue ayer, y a la vez que fue hace miles de años. Recuerdo tan bien cada detalle, explicaba yo el objeto de la misión y los riesgos que ésta tenía, también me acuerdo cómo los asistentes en el auditorio empezaron a hacer comentarios sobre la desaparición de la TAU 6 tan pronto se fueron enterando a través de las noticias que les llegaban a sus terminales móviles. Nunca se me olvidará que el público se empezó a parar y a hacerme señas de que volteara a ver los monitores que estaban transmitiendo el vuelo y que ya habían perdido la imagen; no recuerdo más, hasta que desperté en el hospital dos semanas después.

    –Yo estaba a tu lado en el momento en que despertaste y también estaba en el auditorio el día de la noticia, nunca olvidaré que corrí a abrazarte en el instante que me enteré, pero ya era demasiado tarde, tú ya habías volteado a ver el monitor sin señal, todo fue tan rápido que no supe qué hacer.

    –Recuerdo perfectamente que la primera cara que vi al despertar en el hospital, fue la tuya, cómo olvidar eso; también recuerdo que antes de perder el conocimiento volteé a verte y vi tu desesperación por subir las escaleras del escenario, eso tampoco se me va a olvidar.

    –Bueno, ya deja de pensar en eso, ahora concéntrate en tu conferencia y en que va a salir muy bien, como siempre, recuerda que en el auditorio está toda la prensa y que esto puede apoyar tu candidatura para obtener el premio Sagan de este año. Si no te gusta lo que estoy diciendo olvídalo, olvídalo, no te he dicho nada –agrega Claudia de manera agresiva e innecesaria al gesto de negación de Alfredo, ella, aunque de buen corazón, no tiene el mejor de los tactos en lo que a relaciones humanas se refiere, al darse cuenta de la rudeza sin sentido de su comentario trata de corregir agregando –Se que estás en esta conferencia sólo con el objetivo de demostrar que existen altas posibilidades de que la TAU 6 vuelva a aparecer en un futuro cercano. Quiero que sepas que a mí no me tienes que convencer, yo creo, como tú, que hay muchas esperanzas de que esto suceda.

    –Como bien dices, a mí me importa un comino el tan mentado premio Sagan, lo único que persigo es que la SETIA no deje de fondear el proyecto TAU y que corte la investigación y rastreo de la TAU 6.

    Claudia y Alfredo no se habían dado cuenta de que afuera del camerino estaba escuchándolos Vanessa Dupont, periodista francesa del multimedia World on Line, el medio informativo más poderoso de ese momento en todo el mundo.

    –Te pido que averigües en el hospital cómo sigue Stephen Hawking, estoy enterado de que estaba mejorando, quiero saber cómo salió de su intervención quirúrgica y también ver si puedo tener una conferencia holográfica con él terminando mi presentación, pues creo que ha avanzado mucho en la investigación del Hoyo Negro BH241.3.3 que aparentemente tiene una estrella de neutrones orbitándolo, y que nadie ha aceptado que existe –comenta Alfredo a Claudia arreglándose la corbata frente al espejo en el camerino que les asignaron en el Auditorio de la Comunidad Europea en Suiza.

    –En este momento lo checo con sus asistentes, pero independientemente de eso, lo que sí te digo es que no me quiero perder ni el más mínimo detalle de tu conferencia – contesta Claudia.

    –¿Se te olvida que le prometiste una entrevista a Vanessa Dupont y que la citaste a esta hora mientras yo daba la conferencia?

    –Pues espero que llegue, la invito al salón VIP, y pido que nos pasen tu conferencia a través del holograma a la velocidad que necesitemos verla, o como dicen ustedes los técnicos, bajo demanda, así fue como ayer vi la de Douglas Hofstadter, fue fabulosa, la repetí y la volví a ver todo lo que quise hasta que la entendí.

    ****

    2

    LA FRANCESA

    –Buenas tardes, ¿Puedo pasar? –pregunta con un ligero acento francés una mujer más bien alta y delgada, bien vestida de unos 35 años de edad, con ojos grandes de color azul turquesa, nariz fina y labios carnosos.

    –Adelante por favor Vanessa –contesta Alfredo al momento que Claudia lo voltea a ver con una mirada de sorpresa.

    –Mucho gusto, ¡Yo soy Claudia Rojas, asistente de Alfredo! pero, ustedes ya se conocían, ¿No es así? –dice, mientras le extiende la mano con una sonrisa algo forzada.

    –Claudia, es un placer conocerte, me han hablado mucho de ti y tengo gran interés en lograr esta entrevista tanto contigo como con Alfredo –contesta Vanessa.

    –En realidad nos vimos en una holo-llamada la semana pasada cuando me pidió esta entrevista; por cierto Vanessa te ves más delgada en persona –comenta Alfredo, con la seguridad que siempre lo ha caracterizado.

    –Me han dicho varias veces que en holograma me veo más rellena, así se dice en español ¿No? –agrega Vanessa mientras se pasa los dedos pulgar y meñique de la mano por su rubio cabello al tiempo que gira la cabeza para que su pelo siga el movimiento como si fuera un sensual anuncio de shampoo –por cierto alcancé a escuchar sin querer parte de su conversación desde fuera del camerino, seguramente el cancelador de ruidos no está bien ajustado, la verdad yo no creo que esos inventos sirvan, pero bueno, con lo que oí pude recopilar excelente material para iniciar la entrevista. Por cierto Alfredo tu peinado está perfecto, tú estás muy guapo y de la conferencia ni hablar, va a ser todo un éxito, muchos de mis colegas que no han tenido la oportunidad de asistir a alguna de tus exposiciones están ansiosos de escucharte –termina la periodista al tiempo que Alfredo se pone el saco con la ayuda de Claudia, quien aprovecha la oportunidad para darle un beso apasionado al científico y así marcar su territorio.

    –Vanessa –comenta Alfredo –hoy no voy a poder concederte la entrevista, porque hay una cena de clausura de la convención, pero mañana en el desayuno la podemos tener, ¿Estás de acuerdo? Claudia por favor mándame un mensaje para confirmar la holo-conferencia con Stephen –termina Alfredo tomando lo que parece una computadora personal sin pantalla, sólo con teclado y al frente de éste un pequeño tubo de donde sale una luz muy tenue como si estuviera esperando ser activado para proyectar imágenes.

    –Entonces mañana desayunamos tú y yo en el restaurante del hotel sede, ¿Te parece bien? –propone Vanessa.

    Alfredo asienta al comentario de la francesa y se despide de Claudia con un beso en la boca, y de Vanessa con dos, uno en cada mejilla, al estilo europeo.

    Las dos mujeres acompañan a Alfredo a la puerta del camerino y ven cómo camina alejándose de ellas con pasos firmes hacia el fondo del pasillo, vistiendo un traje azul marino con camisa blanca, mancuernillas de oro y una corbata color rojo oscuro con destellos dorados.

    –¡Qué guapo se ve con ese traje! –comenta Claudia agregando –me recuerda la moda de principios de siglo, cuando lo conocí. Me da gusto que ese estilo haya regresado quince años después, los cuellos Mao y los sacos sin solapa de hace diez eran horribles y ni comentar sobre los pantalones acampanados. A mí me gusta lo clásico –concluye mientras le muestra a Vanessa la dirección opuesta a la que tomó Alfredo, tomándola del brazo de manera cortés. Ambas caminan por el pasillo, dándole la espalda a Alfredo que ya concentrado en su conferencia acelera el paso.

    Vanessa responde mostrando concordancia al comentario de Claudia, sobre la moda actual. –Estoy de acuerdo contigo y cómo no lo estaría con una de las diez mujeres más elegantes del mundo de acuerdo a la revista Hola del mes de diciembre del año pasado.

    Claudia sin poder ocultar el efecto que logra en su ego el estratégico comentario de la periodista, contesta –eres muy amable, a mí ese tipo de revistas superfluas no me interesan, por otro lado me sorprende que una mujer dedicada al periodismo científico le preste atención a esos asuntos de sociales.

    –Como bien dijiste en la entrevista que te hizo la revista, ante todo somos mujeres, y por lo tanto nos preocupamos de nuestra apariencia personal, tú eres lo que tu imagen refleja – comenta Vanessa al momento que entran a una gran sala circular que aparenta no tener techo sino que en su lugar se puede admirar la bóveda celeste, con una gran claridad y definición, pudiendo ver una inmensa cantidad de astros que a simple vista no se podrían observar, tan sólo en lugares que no tienen ninguna contaminación lumínica. Al centro se encuentra una gran semiesfera que simula salir del piso que refleja la imagen de los astros que entran por la parte superior de ese recinto, como si fuera un gran espejo semiesférico.

    Vanessa y Claudia continúan platicando mientras se aproximan a esta semiesfera, que al estar a unos dos metros de ellas, se desvanece como si hubiera sido una proyección virtual, y en su lugar surgen varios monitores transparentes distribuidos en un gran círculo.

    Ambas se detienen frente a uno de estos monitores que no está siendo usado y que parece apagado. En ese momento la pantalla muestra la imagen de una mujer joven, delgada, muy guapa y con apariencia ejecutiva, aunque no puede todavía ocultar su digital estructura se presenta con Vanessa diciendo – Buenas noches, soy Silvia, la asistente virtual de la señora Rojas, mucho gusto –continuando con una voz con ligero efecto digital –ya está uno de los salones VIP preparado para ustedes con el sistema de holo–conferencias, ¿Me acompañan por favor?

    En ese instante se desvanece el monitor y en su lugar aparece una plataforma con barandales cromados, las dos mujeres suben y ésta empieza a descender suavemente, tornándose oscuro el entorno aunque con una tenue iluminación que permite a las pasajeras ver la plataforma, sus barandales y por supuesto a ellas mismas. En ese momento se proyecta un holograma de Silvia, quien comenta –Claudia, ya verifiqué el estado de salud del Doctor Stephen Hawking; su asistente me comentó que la operación fue todo un éxito, que la implantación del Generador Digital de Voz salió muy bien. El Doctor Hawking ya se recupera, salió del hospital hoy en la mañana e incluso se mostró ansioso por usar el DVG como le dice él al Generador Digital de Voz por sus siglas en inglés. El doctor le expresó a su asistente que tenía nueva información que podría ser interesante para el proyecto TAU y que sería muy conveniente que platicara con el Doctor Lafontaine hoy mismo. Coordiné las agendas para que realizaran la conferencia a las 19 horas, así el Doctor Lafontaine puede tener esta conversación antes de asistir a la cena de clausura, ¿Estás de acuerdo Claudia? –termina preguntando Silvia.

    –Me parece perfecto Silvia, por favor mándale mis saludos a Stephen –responde Claudia al momento que la plataforma llega a una sala con una pequeña tarima circular en el centro y sillones muy cómodos rodeándola.

    –Si se les ofrece algo estoy a sus órdenes –comenta Silvia desde la plataforma mientras su imagen se desvanece.

    ****

    3

    INTELIGENCIA EXTRATERRESTRE

    Claudia y Vanessa bajan de la plataforma y se sientan en dos de los sillones del salón de conferencias. La periodista saca de su portafolio lo que parece el monitor plano de una computadora, al tiempo que la asistente de Alfredo toca unos botones en el brazo derecho de su sillón, lo que provoca que emerja una mesa –que está entre los dos cómodos sillones –con dos tazas de humeante café.

    –Bueno Claudia, comenzando por el principio, como dicen algunos, platícame de qué manera se presentó la situación para que los tres hijos de Alfredo fueran parte de la tripulación de la TAU 6, ¿Por qué Alfredo está tan seguro de que la nave no se destruyó? y no nada más eso, sino que encima de toda esta peculiar situación, ¿Cómo puede ser que sus pasajeros sigan vivos después de cinco años? –pregunta Vanessa escribiendo con un lápiz de goma sobre la pantalla de su computadora de una manera extremadamente ágil como las antiguas secretarias expertas en taquigrafía.

    En ese momento, inesperadamente, del centro de la tarima surge la imagen holográfica de Alfredo, sentado en un sillón, al momento en que éste comenta –Hola, las acompaño un rato de manera virtual, pues aún cuento con media hora antes de que llegue mi turno para exponer. Por favor continúen como si yo no estuviera presente.

    –Alfredo, voy a imaginar que no estás pues de lo contrario me pones nerviosa –dice Claudia, que en situaciones normales no se intimida con la presencia de Lafontaine, pero esta vez sabe que la competencia es fuerte y una de dos, o juega el juego de su amor o muy posiblemente está fuera de la jugada. Así que inicia su explicación:

    –Vanessa, creo que va a ser más fácil si te platico de SETI y de cómo los hijos de Alfredo son parte de la tripulación de la TAU pero prefiero dejarle a el que explique las razones por las cuales la nave

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