Las Crónicas Misteriosas: La Reunión Misteriosa
()
About this ebook
Luis A. Rodríguez
Luis A. Rodríguez es el autor de Las Crónicas Misteriosas – la Reunión Misteriosa. Nació y creció en un pequeño cantón llamado San José Montañita en el país más pequeño de América, El Salvador. Cuando comenzó el cuarto grado se trasladó a vivir con una hermana a una ciudad llamada Berlín. Desde hace cuarenta años reside en Milwaukee, Wisconsin, U.S.A. Su esposa Cristina es también de El Salvador. Su matrimonio fue bendecido con un hijo Luis, Jr. y una hija, Kelly. Ahora es orgullosamente abuelo de dos nietos, frutos del matrimonio de Luis, Jr. Después de graduarse como maestro de educación bilingüe de la Universidad de Milwaukee, Wisconsin, trabajó por veintiséis años en el sistema público de las escuelas de Milwaukee. Ahora en su retiro disfruta su tiempo con su familia, en el jardín, conociendo lugares y escribiendo poemas e historias.
Related to Las Crónicas Misteriosas
Related ebooks
El Caburé Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsGuía de literatura infantil Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLas cosas y los objetos bajo la luz del pasado Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsOlga y Luis, orden y charcos Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsAmores en fuga Rating: 4 out of 5 stars4/5¿Qué los hace leer así?: Los niños, la lectura y las bibliotecas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl caso Vermont Rating: 4 out of 5 stars4/5La leyenda de Daniel Boone Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsBibliomoviles de Vhile: Historia sobre ruedas Rating: 5 out of 5 stars5/5La biblioteca, el corazón de la escuela Rating: 0 out of 5 stars0 ratings"Nunca mayor sobervia comidió Luçifer": Límites del conocimiento y cultura claustral en el Libro de Alexandre Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Tercer Naipe Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsError 404 not found Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsRosalind Franklin. El secreto de la vida Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsPuerto de Ideas de la A a la Z Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsFormación estética de pies a cabeza Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsHuellas de Tierra Adentro: Antología de textos Rating: 0 out of 5 stars0 ratings¿Se tiran pedos las mariposas?: Cómo poner en aprietos a un guía en el Museo Nacional de Ciencias Naturales Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl tapicero de Wisconsin Rating: 5 out of 5 stars5/5La Congregación Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsAprender a Informarse: Actividades Para Leonas Y Leones Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMi Primer Libro de Lectura: Lectura Inicial para Niños que Desean Aprender a Leer Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsBetlemitas en La Habana: economía, redes y vida conventual (1704-1842) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDéjenlos leer: Los niños y las bibliotecas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDiscusiones actuales alrededor del libro de texto escolar Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa señorita Pym dispone Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Vida en una Repisa: Grandes personajes y la lectura Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSebastián Sichel. Sin privilegios Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCosta Rica Siete Provincias De Miedo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTed Bundy, la mente del monstruo Rating: 5 out of 5 stars5/5
Fantasy For You
El bárbaro y las brujas Rating: 4 out of 5 stars4/5Te deseo tanto... Novela erótica Rating: 4 out of 5 stars4/5Cuentos de terror Rating: 5 out of 5 stars5/5El Necronomicon Rating: 5 out of 5 stars5/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Rating: 4 out of 5 stars4/5La Ilíada y La Odisea Rating: 5 out of 5 stars5/5La Biblia de los Caídos Rating: 5 out of 5 stars5/5La Biblia de los Caídos. Tomo 3 de los testamentos del Gris y de Sombra Rating: 5 out of 5 stars5/5Viaje al centro de la Tierra: Clásicos de la literatura Rating: 4 out of 5 stars4/5La Biblia de los Caídos. Tomo 1 del testamento de Mad Rating: 4 out of 5 stars4/5El cuervo Rating: 5 out of 5 stars5/5Albert Camus, El Rebelde Existencial Rating: 4 out of 5 stars4/5Ensayo sobre la ceguera de José Saramago (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Rating: 4 out of 5 stars4/5Don Quijote de la Mancha Rating: 5 out of 5 stars5/5Narrativa completa Rating: 4 out of 5 stars4/5El Paraíso Perdido: Clásicos de la literatura Rating: 4 out of 5 stars4/5La Biblia de los Caídos. Tomo 1 del testamento de Sombra Rating: 4 out of 5 stars4/5El Necronomicón Rating: 5 out of 5 stars5/5La Llamada de Chtulhu Rating: 4 out of 5 stars4/5El retrato de Dorian Gray: Clásicos de la literatura Rating: 4 out of 5 stars4/5La Guerra de los Cielos Rating: 5 out of 5 stars5/5El Ángel Caído Rating: 5 out of 5 stars5/5La Biblia de los Caídos. Primera plegaria del testamento del Gris Rating: 4 out of 5 stars4/5La Biblia de los Caídos. Tomo 1 del testamento de Nilia Rating: 4 out of 5 stars4/5Lucifer el hijo de Dios Rating: 5 out of 5 stars5/5Historia de un crimen perfecto Rating: 5 out of 5 stars5/5Cantar de mío Cid: Clásicos de la literatura Rating: 4 out of 5 stars4/5Leviatán Rating: 5 out of 5 stars5/5La vuelta al mundo en ochenta días: Clásicos de la literatura Rating: 4 out of 5 stars4/5
Reviews for Las Crónicas Misteriosas
0 ratings0 reviews
Book preview
Las Crónicas Misteriosas - Luis A. Rodríguez
Copyright © 2022 por Luis A. Rodríguez.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.
Esta es una obra de ficción. Todos los personajes, nombres, incidentes, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia.
Ilustraciones por: Kelly H. Rodríguez y Luis A. Rodríguez Jr.
Fecha de revisión: 05/12/2022
Xlibris
1-888-795-4274
www.Xlibris.com
545779
Índice
Capítulo Número Uno
La Ciudad
Capítulo Número Dos
La Bibliotecaria
Capítulo Número Tres
La Asistente
Capítulo Número Cuatro
El Encuentro
Capítulo Número Cinco
El Promotor
Capítulo Número Seis
La Conexión
Capítulo Número Siete
La Oportunidad
Capítulo Número Ocho
La Duda
Capítulo Número Nueve
La Prueba
Capítulo Número Diez
La Sorpresa
Capítulo Número Once
La Reacción
Capítulo Número Doce
La Reunión
Capítulo Número Trece
La Investigación
Capítulo Número Catorce
Kchristal
Capítulo Número Quince
La Emergencia
Capítulo Número Dieciséis
El Trance
Capítulo Número Diecisiete
La Visita
Capítulo Número Dieciocho
La Colección
Capítulo Número Diecinueve
La Preparación
Capítulo Número Veinte
El Maltrato
Capítulo Número Veintiuno
La Reunión Misteriosa
Capítulo Número Veintidós
El Reto
Capítulo Número Veintitrés
Los Últimos Detalles
Este libro lo dedico a:
Mi hija Kelly,
quien me dio la inspiración.
Mi hijo Luis Jr.,
quien me dijo que todo era posible.
Mi esposa Cristina,
quien confió hasta el final.
Los que conocían de mis sueños,
que me brindaron palabras de aliento.
Capítulo Número Uno
La Ciudad
La ciudad no era tan grande como aquellas en la cual se pueden encontrar varias universidades y un sin número de escuelas de secundaria. No, ésta no era así, pero era lo suficientemente grande y poblada para una universidad y tres escuelas de secundaria. Se encontraba en el centro del país y gozaba de un buen aspecto. Sus calles eran tranquilas y la mayoría de sus casas eran modernas. Una que otra se remontaba al siglo pasado. Se podía observar la diferencia por el material y el tipo de arquitectura. Pero, todas estaban en buen estado. Los edificios más grandes eran los de las iglesias con sus cúpulas imponentes y las torres gigantescas queriendo tocar el cielo. Tenía un bosque grande y hermoso casi en el centro de la ciudad. Por la ubicación, todos los habitantes de la ciudad tenían acceso a él. Las personas eran amables y como en toda ciudad, muy pocos se conocían bien entre sí. El clima se mantenía agradable casi todo el año, por lo que se celebraban muchas actividades al aire libre. Las actividades tenían como principal objetivo el de unir a las pequeñas comunidades y conocerse mejor. A pesar de que se repetían con frecuencia, los habitantes no eran personas abiertas y se concentraban en pequeños grupos. Grupos que eran los mismos una y otra vez. Se notaba la algarabía en todas las actividades y cualquiera que visitara la ciudad, por primera vez, se llevaría la falsa impresión que era una ciudad ejemplar. Otro aspecto importante era que los habitantes gozaban de una paz admirable. No había crímenes; los habitantes podían caminar a cualquier hora por las calles, aún cuando éstas estuvieran solitarias. Parecía que había una protección especial o que todos los habitantes habían firmado un tratado de paz.
A pesar de que no todos se conocían muy bien, nadie se extrañaba de tal detalle, al contrario, dicho aspecto parecía el que los unía. Cuando alguien necesitaba cualquier ayuda, siempre había más voluntarios de los que se necesitaban. Aunque se hablaban poco, se entendían muy bien. Las familias, en la gran mayoría, eran las mismas por generaciones. Muy pocas familias habían llegado a la ciudad y construido sus casas en los muchos espacios vacíos que aún quedaban alrededor de ella. Pero, ninguna familia se había marchado en los últimos veinte años.
Las escuelas eran de las mejores y a ellas asistían estudiantes de cualquier parte de la ciudad. Debido a esta movilidad que había, era lógico pensar que los estudiantes se conocían poco, muy poco o nada. Aspecto que no les importaba ni les molestaba, era algo familiar para todos ellos. Los maestros eran excelentes; los estudiantes aprendían mucho y eran unos de los más sobresalientes en todo el país. Los maestros tampoco promovían la armonía ni el trabajo en grupo. Más bien, les daban la libertad a que cada uno escogiera su tipo de aprendizaje de acuerdo con sus habilidades y aptitudes. Los estudiantes aceptaban esta libertad como norma. Nadie discutía nada al respecto. Cuando un estudiante necesitaba ayuda en algo, siempre había alguien o algunos que le brindaba o le brindaban tal ayuda. Después el mundo seguía igual. Cuando los maestros hacían preguntas colectivamente levantaban la mano. Los educadores elegían el estudiante que contestaría la pregunta, teniendo siempre cuidado de dar igual oportunidad a todos. En conclusión, todos tenían buena relación, aunque se hablaran poco.
De las tres escuelas de secundaria la del centro era la más popular. No era más popular porque fuera la mejor. Simplemente, era más popular porque se encontraba en el centro de la ciudad. A ella asistían estudiantes de todas partes de la ciudad, pero la mayoría eran de las comunidades cercanas. Era una institución como todas: enfocada en la educación en todos los aspectos. Las facilidades contaban con equipos modernos, gimnasio, piscinas y una biblioteca gigantesca que contenía libros antiguos y modernos. También, la biblioteca gozaba de un sistema de computadoras súper modernas, en ellas, los estudiantes podían buscar cualquier información que se les asignaba.
Capítulo Número Dos
La Bibliotecaria
La biblioteca no era la más popular para todos. Pero, siempre había un buen número de estudiantes revisando cualquier tipo de libros o usando el sistema de computación. Alrededor de la biblioteca, había mesas pequeñas en las cuales los estudiantes podían revisar los libros bajo la suave luz de un foco o una lámpara. Era curioso observar que sobre cada una de aquellas pequeñas mesas había una pequeña y misteriosa estatua de metal.
Todos los días, salían y entraban muchos estudiantes y aunque la biblioteca estaba abierta hasta las diez de la noche, muy pocos se quedaban después de las cinco de la tarde. Con el paso de los días, de los pocos que se quedaban, se podía observar que habían como cinco o seis que caminaban siempre a la misma sección. Buscaban algún libro que les diera información para resolver sus tareas y se iban a sentar, cada uno, al mismo lugar de siempre y muy lejos de los otros. Era natural tal comportamiento, aunque iban a la misma escuela no se conocían bien.
Después de una o dos horas, todos guardaban sus libros y cuadernos de notas en sus mochilas. Daba la impresión de que todos tenían algo extra que indagar. Se paraban, regresaban los libros a sus lugares y caminaban por un rato buscando algún libro especial en secciones diferentes de la biblioteca. Cuando lo encontraban, pasaban horas revisando las figuras como buscando pequeños detalles que no podían descifrar o leyendo detenidamente un texto que les era difícil de entender. Por tal razón, tenían que ayudarse de un diccionario para buscar las palabras desconocidas. Por lo general, eran libros gruesos con pasta dura y páginas amarillentas.
La bibliotecaria principal se llamaba Argelina. Ella era una señora agradable de unos cuarenta y cinco años. Su cabello pelirrojo era liso y se lo recortaba con frecuencia. Lo único que no cambiaba era su estilo de peinado. Debido a la forma que se peinaba sus lentes parecían ser más grandes y gruesos de lo que realmente eran. Su cara estaba llena de pecas. Éstas no le quitaban la dulzura de su sonrisa. Cuando se reía, sus cachetes se embellecían con unos camanances envidiables. Debido a los lentes gruesos que usaba, su nariz se le veía más pequeña de lo normal. Sus orejas tenían el lóbulo despegado. Generalmente, usaba aritos pesados y éstos le estiraban las orejas haciéndolas ver fuera de lo normal. Sus cejas eran pobladas, pero contrarrestaban con el color de su pelo. Eran de un color negro intenso. Sus ojos verdes parecían agrandar su intensidad detrás de aquellos lentes gruesos. Cuando se reía mostraba un par de dientes de oro exactamente en el centro de la boca. Uno arriba y otro abajo. Parecían una extensión del otro. Su estatura era lo que más sobresalía. Argelina era la más alta de todo el personal que en la escuela trabajaba.
Argelina parecía que tenía muchísimos años trabajando como bibliotecaria por la forma en que habían construido los estantes donde daba servicio a los estudiantes. Eran tan altos que la mayoría de los estudiantes se empinaban para darle sus identificaciones o explicarle lo que necesitaban. Debido a su afán de comer, tenía un peso exorbitante y parecía que ese detalle le molestaba un poco, pues, faltaba con frecuencia a su trabajo para ir a visitar al médico que la estaba atendiendo en su dieta. Durante sus días de ausencia, su asistente hacía todo el trabajo.
Argelina atendía con cortesía a todos los estudiantes. Buscaba con gusto lo que ellos necesitaban. A menudo, los acompañaba por los pasillos de la biblioteca y les mostraba exactamente dónde estaban los materiales que buscaban. Ella, aparentemente, quería mucho a los estudiantes. Aunque no tenía pláticas profundas con ellos, era una de las contadas personas que los conocía un poco más. Cuando la escuela había decidido renovar la biblioteca, Argelina se había encargado de todos los cambios. Por lo consiguiente, ella había colocado todos los libros en los estantes. Muchos estudiantes comentaban que ella se sabía de memoria todos los títulos que la biblioteca tenía y ordenaba. De tal forma que tenía un área restringida que mantenía con llave. Raramente esta sección era abierta. Sobre esta sección no tenía ningún archivo en el sistema de computación. Parecía