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jwakabayashi@esan.edu.pe
ABSTRACT
La utilización del término “cliente estratégico” resulta bastante recurrente en los
ámbitos empresariales y académicos, sin embargo existe poca coincidencia
respecto a lo que este concepto involucra, de tal forma que cada persona lo
enfoca e interpreta de maneras diferentes.
A partir de esta problemática de definición, el tema se complica más cuando
dicho término se utiliza como factor explicativo en algunos análisis de
rentabilidad empresarial.
PALABRAS CLAVE
Cliente estratégico – Cliente preferente - Cliente rentable - Clasificación de
clientes – Propuesta de valor para el cliente - Objetivos estratégicos -
Segmentos de mercado objetivo - Patrones de valor.
KEY-WORDS
Strategic Customer – Clienting – Marketing one to one - Customer Relationship
Managment (CRM) - Strategic value - Actual value / Current value - Lifetime
Value (LTV) – Customer Value.
I. INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente paper es revisar la literatura referida al análisis de
rentabilidad de clientes estratégicos. En términos generales se considera que
un cliente es “estratégico” cuando sea por su volumen o frecuencia de compra,
por su liderazgo de mercado, por su influencia sobre otros o por cualquier otra
causa, es considerado un objetivo esencial para la empresa. Este concepto
está muy relacionado con el de cliente “preferente” que es aquel que recibe por
parte de la empresa un trato de favor especial y privilegiado por alguna razón
de interés para esta (http://www.e-fideliting.com/diccionario/C.htm) y con el de
“cliente rentable” entendido como aquel que brinda un flujo de ingresos que
excede los costos de su mantención dentro de la empresa.
Resulta claro entonces que esta revisión de literatura nos acercará al estado
del arte en el que se encuentra la identificación de un cliente estratégico y la
utilización del mismo como impulsador de la rentabilidad empresarial.
Se hará evidente a lo largo del texto las grandes dificultades existentes sobre
todo a nivel de la implementación efectiva de los conceptos en el ámbito
empresarial.
Por otro lado, cerca del 72% de los ejecutivos encuestados declaraban que sus
bancos usaban las medidas de “customer value” como apoyo para evaluar la
efectividad de las campañas de venta, mientras que sólo el 17% lo usaban
como una medida del éxito global de la organización. Por ello se debería
reenfocar la estrategia seguida sobre la base de dos factores: un mejor
entendimiento del “customer value” y en conocer las necesidades de los
clientes.
Como consecuencia de lo anterior, resulta motivador realizar una revisión de la
literatura existente sobre el cliente estratégico y los conceptos relacionados,
con el fin de ensayar en primera instancia una sistematización del mismo, para
en un segundo momento plantear alguna hipótesis de trabajo respecto a la
utilidad del mismo como elemento explicativo o como facilitador de los
resultados empresariales.
II. METODOLOGÍA
Para la elaboración de la presente revisión de literatura se establecieron dos
etapas metodológicas: la primera circunscrita a la búsqueda intensiva de
información y la segunda consistente en la consistenciación, evaluación,
organización y síntesis de la literatura encontrada.
El estudio realizado por Davenport, Harris y Kohli (2002) reveló que “había
varios objetivos habituales entre las empresas destacadas en gestión del
conocimiento sobre los clientes, cada uno de los cuales requiere una estrategia
levemente distinta”
c) Hacer los deberes: se debe invertir en una mayor interacción con los
clientes, lo que implica familiarizarse con lo que los clientes más valoren.
El “cliente rentable” según Kotler, Cámara, Grande y Cruz (2000, p.61) es “una
persona o empresa que proporciona un caudal de ingresos a lo largo del
tiempo que supera, de forma aceptable, el conjunto de costes de atraerle y
servirle”.
Si bien los autores destacan que este concepto no se refiere a una transacción
concreta, sino al caudal de ingresos y costes a lo largo del tiempo; en nuestra
opinión debería precisarse y enfatizarse que para los análisis comparativos se
debe explicitar necesariamente el valor actual neto de dicho flujo, por la
conocida consideración financiera del valor del dinero en el tiempo.
Por ello, debe quedar claro que no se debe entender la rentabilidad del cliente
sólo como una medición o una herramienta analítica, sino por el contrario debe
ser vista como un elemento de diseño del negocio, como un sistema completo
para ofrecer utilidad a los clientes y crear un valor sostenible a partir de esas
actividades (Wyner, 2000)
Huete y Pérez (2004, p.35) señalan que “el círculo de crecimiento rentable está
en el corazón de la metodología de cinco pasos del clienting…… El fin no es
otro que rentabilizar las economías de la lealtad latentes en la empresa. El foco
es la base de clientes y el clienting es el alma de las estrategias de clientes”.
Estos autores señalan que lo que se busca es disminuir la salida de clientes
rentables o con potencial y a la vez mejorar sistemáticamente el margen de
toda la clientela.
Por tanto, para aplicar el clienting hay que seguir cinco pasos:
Por lo anterior, es que para poder alcanzar una diferenciación adecuada de los
clientes, los programas one-to-one han definido cuatro fases:
Para los fines de la ubicación del “cliente estratégico” nos interesa abundar en
la forma en que se logra la fase de diferenciación de clientes a través del one-
to-one. Para ello, tal como menciona Nó Vázquez (2001) existe una indiferencia
empresarial respecto a la fase de diferenciación por la creencia de que “los
clientes más importantes para la empresa son aquéllos que más dinero se han
gastado en el año en curso” (Nó Vázquez, 2001, p.51)
Como destaca este autor, el problema es saber qué criterios emplear para
identificar dónde están los clientes más valiosos para la empresa y dónde los
menos rentables., “ya que el concepto valor en sí mismo es difícil de definir y,
en el caso de los clientes, está siempre en función de los otros” (Nó Vázquez,
p.52).
Los pasos que se sugieren para superar esta dificultad son clasificar a los
clientes por su valor y diferenciarlos en función de sus necesidades. Para
nuestro objetivo de análisis, nos concentraremos en la forma de clasificar a los
clientes por su valor.
Sin embargo, se señala que otros autores (Schmittlein y Peterson, 1994; Li,
1995, Bolton, 1998) se han enfocado en la medición y modelación de las
relaciones del cliente con la empresa.
Un concepto íntimamente relacionado con el marketing one-to-one es el
Customer Relationship Management (CRM), de donde queremos rescatar una
idea clave, tal como señala Lewis (2005, p.230), de que los clientes deberían
ser tratados como “economic assets”, para que al identificar a los clientes más
rentables se pueda hacer un marketing a la medida de los mismos.
IV. CONCLUSIONES
La revisión de literatura nos ha corroborado nuestra percepción de la dificultad
existente en la implementación de una metodología práctica y totalizadora para
el análisis de rentabilidad de los clientes estratégicos.
BARTRAM, Peter, “How do you identify and nurture your most promising
customers?” - The customer conundrum, sep. 1998
JOHNSON, Lauren Keller “The real value of customer royalty”, MIT Sloan
Management Review, winter 2002, vol. 43, p. 14-17
1. Clasificación de clientes
Cliente: Persona física o jurídica que adquiere productos o servicios de una
empresa o profesional y cuya relación puede tanto repetirse regularmente
como acontecer de forma ocasional.
Cliente activo: Persona que demuestra una relación comercial viva con la
empresa al realizar nuevas transacciones recientemente.
Cliente apóstol: Aquella persona que está satisfecha con la relación que
mantiene con una empresa y hace propaganda favorable de ella informando e
invitando a otras personas.
Cliente desertor: Dícese del cliente perdido por la empresa que había sido
catalogado como cliente habitual.
Cliente esporádico: Cliente que mantiene una relación comercial con una
empresa sin ningún hábito y en escasas ocasiones.
Cliente frecuente: Cliente que repite con breves intervalos de tiempo una
conducta comercial con una empresa.
Cliente gorrón: Aquella persona que mantiene relaciones comerciales con una
empresa sólo cuando se puede aprovechar de ventajas especiales como
ofertas de lanzamiento o promociones importantes, pero que pasadas éstas
interrumpe la relación.