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Ayer he tenido el honor de recibir el oficio de V. S- de 24 del ppdo. y me he instruido por l de la opinin de V, S. sobre la conducta de los enemigos por esa parte, y de las armas y dems fuerzas que tiene reunidas y disciplinando: nada me dice V. S. sin embargo sobre los pertrechos y municiones que haya ah, de lo cual espero que haya informado al Gobierno General. Necesidades ms urgentes y la conviccin de mayor provecho en los resultados hacen dirigir a otros puntos la mayor parte de la fuerza que tengo aqui. Ya ha salido hoy una divisin hacia los valles de Ccuta, que han sido ocupados por el enemigo, luego que supo la salida de los batallones de Venezuela para esta ciudad y el enemigo ser desalojado de all inmediatamente. Ya han empezado a marchar igualmente, para el bajo Magdalena, otra parte de las fuerzas, que unida a las que hay all, y bajo mis rdenes inmediatas, seguirn sin tardanza sobre Santa Marta etc. A consecuencia de esta campaa quedar disponible casi todo el armamento que hay en Cartagena, y con l se auxiliar luego el ejrcito de V. S. Pero se estn fabricando con toda diligencia los Cartuchos posibles para remitirlos a V. S., y quedan aqu 500 fusileros, tanto para el decoro del gobierno, como para formar cuerpos de reserva y auxiliar de pronto a ese ejrcito, si urgiere la necesidad. Es muy digna de honor y del patriotismo de V. S. su resolucin de sostener esos puntos a todo trance. Si en la opinin de V. S.., organizadas esas fuerzas, aun no son bastantes para obrar activamente, cuente V. S. con que, tomada Santa Marta dentro de dos meses, se le remitirn todos los fusiles que sea posible, y que lo hagan capaz de operaciones decisivas. Este es el tiempo de obrar con presteza y decision: el aspecto de la Europa, y el estado de nuestros enemigos nos convida a ello; y la patria nos demanda ahora imperiosamente nuestros ms espontneos sacrificios, y una emancipacin perfecta y duradera. Venezuela no est enteramente perdida: hay un ejrcito al Oriente al mando del general Ribas, que ha obtenido sucesos gloriosos, y que con mi cooperacin por el Occidente va a salvarla para siempre. Acaban de llegar a Cartagena sobre 1.300 fusiles, y se esperan muy pronto hasta 4.000. Repose V. S. en la confianza de que nuestros ejrcitos estarn en breve sobre un pie respetable. Dios guarde a V. S. muchos aos.