Apenas consegua recordar cuantos das aproximados llevaba tirado en el suelo de aquella prisin interminable.

Despojado de m libertad, de mis ojos, de mis ganas de seguir viviendo. El fro por las noches era mi mayor miedo, y la oscuridad se haba convertido en mi fiel compaera. Las ratas hacan ruidos extraos y casi lograban aturdirme, eran lo nico que consegua percibir con los odos, adems de mi respiracin acompasada y dbil. Mis prpados ardan por la tarde y la venda de tela spera los haba lastimado. El suelo era duro y rasposo, y mi columna y huesos estaban entumecidos. De vez en cuando intentaba recordar en vano los detalles de mi captura, pero apenas poda acordarme de quin era yo. Deba de haber perdido mucho peso, y aunque al menos me arrojaban el almuerzo como a un animal, mis manos se desesperaban buscando migajas y sobras en el suelo mojado. Al menos segua vivo y con la esperanza de alguna vez volver a sentir el calor del sol en mi piel, y el canto de los pjaros a travs de la ventana, el viento soplando suavemente mi rostro por las tardesy tener a mis hermanos junto a m. Pero solo consegua or los gritos de los que deban ser otros prisioneros, temiendo por ellos. Acaso nadie me estaba buscando? Ya haba sido casi un mes, quizs. Los primeros das haban sido an peores, sollozando sin consuelo irritando a los guardias que me arrojaban agua helada en la cabeza para tranquilizarme. Casi tena que obligarme a no rendirme, a no quedarme dormido, porque morira. En ese momento, ya haba logrado tranquilizarme un poco. Saba perfectamente que por las noches, era mejor dormir sentado, que sollozar era en vano, nadie poda escucharme. Quitarme la venda significa una buena reprimenda y para ir al bao tena permiso despus del almuerzo y a la noche. La trajeron una noche de tormenta, cuando los relmpagos azotaban afuera, y los truenos impedan dormir. La sent sollozar desde el pasillo rogando que le soltaran con su voz dulce y tomada. Le arrojaron con rudeza en el suelo de mi celda. Y debo admitir que en el fondo, me agrado tener alguien con quien hablar. Los guardias le ase