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Proceso de aprendizaje y desarrollo del humano: constructor

de la identidad y personalidad.
Desde que las personas llegan al mundo, estas tienen que lidiar con su condición de ser un animal
sexuado, o sea, que el sexo y su sexualidad, ocupan un lugar importante en su existencia, expresiones,
comunicaciones, subsistencia e interacción eficaz con sus semejantes y la creación completa; razón por lo
cual, mientras van obteniendo entendimiento con el transcurso de su vida, también van “confeccionando”,
(conciente o inconcientemente), su identidad y vida sexual.
Resulta ser importante la sexualidad en todos los seres humanos por igual, sean practicadas o no
obras de índole sexual en sus vidas. Cada individuo debe saber manejar su sistema y conocer métodos para
poder contener sus impulsos o reacciones ante cualquier persona, cosa, lugar, u objeto, (entre otros), que le
genere cierta excitación; pues en realidad, todos los humanos de cierta forma experimentan lo que esta
resulta ser. No pueden permitir que una exaltación de su ser, reflejada en el cuerpo o uno de sus miembros
formativos, manifieste alteraciones del funcionamiento normal del mismo, haciéndole comportarse y vivir
como un animal no racional.
Todo humano solo necesita existir para experimentar una, algunas o todas las etapas del proceso
de aprendizaje y desarrollo de los humanos, como evidencia del progreso “evolutivo” de su especie;
llegando a mostrar que con este procedimiento, lograban construir una personalidad normal o anormal
(trastornada), y que descubrían su identidad, identificaban sus preferencias, adquirían sus costumbres, o
aprendían sus maneras de proceder, manifestarse, y comportarse, además de sus respectivas prácticas y/o
desórdenes sexuales.
Las etapas que conforman el proceso de aprendizaje y desarrollo de los humanos son:
• Etapa de sensación
• Etapa oral
• Etapa de identificación y nombramiento
• Etapa de iluminación (registro)
• Etapa del descubrimiento placentero
• Etapa del estímulo
• Etapa del desarrollo
• Etapa del sostenimiento o recesión sexual
• Etapa del interés tardío [fusión de etapas]

Advertencia: Las etapas de este proceso, no necesariamente ocurren en o entre edades determinadas;
sino que dependen del progreso o “evolución” individual de cada persona para que sucedan, aunque se
llegan a mostrar en la inmensa mayoría como el proceder instintivo/natural de los hombres, (los
humanos, de ambos sexos, según sus respectivos dones, cualidades o capacidades características), en la
búsqueda de su crecimiento psicosomático y cognitivo como especie animal razonante. Dicha
búsqueda son las reacciones del subconsciente en su intento de integrarse al gran organismo (el
mundo) al cual entra su sistema desde que nace, intentando ser asimilado aceptablemente, a la vez que
“lucha” por conocerse. Fuertemente trabajan para la construcción de su conciente, a base de lo recibido
y de las reacciones nacidas de las habilidades innatas.
Algunas fases se pueden denominar idénticas, similares o llegarse a considerar dignas de estar
unidas a otras o fusionadas, pero cada una es reconocida por el logro o avance que le es posible
alcanzar a cada individuo que la experimenta o supera; como por ejemplo, la necesidad de tener que
identificar la diferencia entre la etapa del descubrimiento placentero, y la etapa del estímulo, cual
consiste en que en la fase del descubrimiento placentero sucede una documentación crucial para toda la
vida del individuo: el momento en que las personas pueden identificar de manera parcial lo que resulta
ser la excitación corporal y el placer carnal sexual, (aunque para “descubrir” el placer se necesite ser
excitado y/o estimulado previamente); mientras que en la etapa del estímulo, se busca identificar o
experimentar con medios que ayuden a la obtención de una excitación y un placer de mayor calidad al
ya conocido. Con la separación de ambas etapas se intenta dejar claro que en una se descubre el
producto intelectual que más satisface a los sentimientos y al cuerpo comúnmente conocido como
placer, gracias a las recién adquiridas primeras prácticas sexuales, y en la otra, se busca sustituir esas
primeras prácticas sexuales ya adquiridas, por unas más satisfactorias que provean un placer de
superior al ya disfrutado.
Las etapas del proceso pueden llegar a ser alteradas, en cuanto a orden, sucesos
experimentados y proceder se refiere, u obviadas; pues un acto de perversión, abuso, violación o
denigración moral, (entre otros), puede causar efectos negativos en la vida de un individuo, con la
alteración automática del orden y manera de su educación, por el daño psicológico que mostrará el
perjudicado como efecto secundario de la obra recibida y/o por la distorsión de la información
aprendida en el momento de su corrupción; inclinando así al pervertido a poder ser en el futuro un ser
sexuado anormal en potencia.
Con la corrupción o alteración del proceso, o de una de las etapas del mismo, se le acerca la
oportunidad y el espacio, (al afectado), a la aparición en su vida de disfunciones sexuales específicas o
trastornos en su personalidad. Esas disfunciones o trastornos, con el paso del tiempo, pueden
desaparecer, o como en la mayoría de los casos, empeorar, convirtiéndose en desórdenes o
enfermedades crónicas, graves y perniciosas.
No todos los humanos llegan a vivir todas las fases del proceso de aprendizaje y desarrollo, pues
algunos, por exceso y no por carencia de conocimiento, viven sucesos de varias etapas al mismo
tiempo, eliminando o añadiendo así fases, sub-fases o extensiones de las mismas; como por ejemplo,
las mujeres, en comparación con los hombres, tienden a tener un registro secreto más pasivo y lento, o
ni llegan a vivirlo, por lo que la mayoría alcanzan a conocer al estímulo, la excitación y el placer en
momento de su primera relación sexual, o en ayuntamientos posteriores al mismo, mientras que otras,
ni llegan a conocerlos en toda su vida, a pesar de creer lo contrario.
Un grupo considerable de mujeres viven una fusión de las etapas del descubrimiento placentero, la
del estímulo, y la del desarrollo y sostenimiento, (fusión denominada como: etapa del interés tardío),
por el desinterés natural a experimentar con actos u obras de índole sexual, ya sea a solas tanto como
acompañadas. En las féminas, es muy común la mezcla de etapas, ya que estas no “gozan” de la
oportunidad que la naturaleza le ofrece al varón de ser incitado a la experimentación de/con su ser, por
la posesión de unos genitales expuestos y más fáciles de estimular. Tienden a no investigarse al
momento en que pueden hacerlo, gracias a que sus órganos no le son de fácil acceso visual/táctil y su
compleja y oculta configuración los convierte en unos difíciles de estudiar con el fin de lograr
conocerlos y entenderlos sin la ayuda de previa información anatómica; interesándose en sus genitales
y cuerpo al momento en que se encuentran atraídas por el sexo, cuando entonces, casi por obligación,
se dedican a conocerse, estudiarse, investigarse y tantear con su cuerpo y consigo mismas, para
concienciarse tardíamente sobre cuales son sus gustos, inclinaciones, atracciones y/o motivaciones
sexuales.

Descripción de las etapas


◄ Nota relevante ► Desde que un individuo nace, se encuentra en peligro de poder sufrir una corrupción
o alteración en su proceso de aprendizaje y desarrollo por culpa de una perversión; pero no será hasta la
etapa oral cuando este manifieste ese daño recibido.

• Etapa de sensación: Comienza el infante a reconocer que su cuerpo no se encuentra aislado o separado
de lo que ve, sino que no puede dejar de interactuar con ese todo que contempla; o sea, que es parte del
mundo y la creación sin tener alguna otra opción. Su carencia de conocimiento le cohíbe de poder superar
fácilmente esta etapa; pues los niños demoran en comprender que pueden manejar su cuerpo, (los no
discapacitados), y que son parte de todo lo que les rodea mientras que ese todo les rodee.
Intentan adaptarse y ser aceptados por el mundo, mientras buscan desesperadamente comprenderlo
todo, (para posteriormente conocerlo), solo utilizando su desconocimiento, curiosidad, la percepción
corporal, la vista y de manera “primitiva”, la audición, con el fin exclusivo de percibir la mayor cantidad de
información posible de todo; pero gracias al uso constante de la boca para su alimentación, es “avivado” el
sentido del gusto antes que los demás, quedando así, la percepción corporal oral, más desarrollada que las
otras “herramientas” utilizadas en su “lucha” por buscar y encontrar conocimiento.
No se desarrollan la vista, ni la audición antes que el gusto, en el proceso de aprendizaje y
desarrollo, por los humanos no poder identificar en su conciente que por medio de la consideración de
imágenes y sonidos para recrearse, es posible hallar satisfacción; pero como ni saben lo que es recrearse o
entretenerse, por la degustación de los alimentos y la saciedad del vientre después de ingerirlos, es que
llegan a considerar a la boca como su mayor proveedor de satisfacción, gozo, alegría, y posteriormente, de
entendimiento.
El evento de la alimentación, mediante la lactancia, es parte de esta fase del proceso, pues el
infante es alimentado vía oral por ser la única alternativa provista por la naturaleza, y no para educarle; ni
tampoco, el niño asume la práctica de consumir alimentos con su boca para investigar con la misma y sus
miembros, buscando entendimiento.
No todos los humanos son lactados, pero quienes no pasan por ello, viven una experiencia similar
de “avivar” el gusto, como le sucede a quienes son amamantados, cuando ingieren líquidos en botellas para
infantes, pues como quiera es “despertado” su sentido del gusto antes que los otros sentidos, aunque haya
sido por medio de una fuente alimenticia alterna a la natural; no sufriendo de ninguna manera alguna
alteración en la primera etapa de su proceso de aprendizaje y desarrollo.
Existen personas inválidas o retrasadas mentales que no pueden ni llegar a comprender la
“relación entre el tiempo, el espacio y la existencia” con la cual se orienta a todo ser humano con
capacidades de razonar y emitir un juicio, pero como se encuentran vivos, no pueden ser considerados
disfuncionales, sino inanimados. Los que no logran superar, cumplir satisfactoriamente, o ni tan siquiera
experimentan esta fase, no serán aptos para vivir ninguna otra de las próximas etapas del proceso de
aprendizaje y desarrollo.

• Etapa oral: Una vez “despierto” el sentido del gusto, mediante constante tanteo y experimentación
consigo mismo, el niño intentará obtener la mayor cantidad de información posible que pueda sustraer de
todo, vía oral; buscando probarlo todo mediante la introducción de cosas en su boca, lamiéndolas o rozando
sus labios con cualquier objeto que encuentre a su paso, ya que su sistema reconoce que su miembro u
órgano corporal más experimentado o desarrollado, es la lengua y que por medio de la boca, pueden
satisfacer parcialmente a primera instancia, sus impulsos y demandas instintivas, de forma más eficaz que
la saciedad obtenida de la vista, la audición, el tacto y la sensación corporal. Adicionalmente de realizarla
con fines experimentales educativos, sostienen los niños en esta etapa la conducta de buscar probarlo todo
por considerar dicha ocurrencia más emotiva e íntima que el simple hecho de ver, tocar o sentir.
El sentido del gusto, una vez desarrollado, le informa al conciente humano instintivamente de la
posesión de varias herramientas de orientación, organización y ordenación, que deben ser utilizadas en
conjunto para lograr entender todo lo que le rodea o le es posible considerar, para hacer como ve que hacen
sus semejantes más próximos y para que sean atendidas, cada vez que les surjan, sus necesidades
biológicas, existenciales o básicas para la conservación de bienestar. Desean poseer una existencia más
cómoda e independiente, no como la que tienen, que la experimentan sin conocer ni comprender y para
colmo, sintiendo poca libertad.
Por buscar disfrutar de una vida como las que ve, aunque las conozca menos que la suya misma,
es que el niño, en su afán por imitar, comienza a familiarizarse con sus cinco sentidos; adquiriendo el
entendimiento necesario como para documentarse al punto de captar que existen sonidos a los cuales se le
presta atención al ser emitidos: las palabras. Al principio de su concienciación, dichos sonidos son
repetidos una y otra vez inconcientemente, solo por comprender que al educador le es satisfactorio; pero
luego, su insistencia en repetirlos constantemente es quien le hace identificar que poseen “mensajes” los
sonidos con los que busca familiarizarse, y que son necesarios para la vida más cómoda que busca.
Comienzan exclusivamente a confeccionar un fichero mental sobre vocabulario considerado
importante, luego de concienciarse de que las palabras significan algo. La expansión del entendimiento
habilita a la vista, al oído y a la razón para comenzar a vincular, conectar o asociar las imágenes, los
sonidos y los momentos gravados en su memoria, con el vocabulario y conocimiento almacenado;
pudiendo finalmente adjudicar cada significado con su respectiva palabra, obra, objeto, o situación, gracias
a la ayuda de la lógica que comparó los recuerdos de la memoria, (mejor conocidos como entendimiento),
con lo obtenido del gusto, el tacto, la audición, el olfato, la vista, y las sensaciones, acciones o reacciones
captadas del entorno próximo que le rodea; evidenciando claramente su duro trabajo empleado para
progresar y buscar ubicarse correctamente en tiempo y espacio.
Los individuos pervertidos por una corrupción o alteración de su proceso, en esta fase reflejarán el
tipo de trastorno hacia el cual estarán más inclinados o propensos a padecer, por medio de conductas,
acciones o expresiones inadecuadas y no cónsonas con su edad, capacidades y el supuesto entendimiento
que debieran poseer como parte del disfrute de un proceso de aprendizaje y desarrollo normal y corriente.
Demostrarán lo que adquirieron de la educación, exposición o padecimiento circunstancial negativo al cual
fueron expuestos al debido momento de su perversión, tratando de proceder según lo que creen que es
normal, correcto, aceptable o debido hacer.
Niños con retraso mental que no sea grave, podrán alcanzar a cumplir con la primera fase y esta
no, u obtener “superarlas” a ambas (la etapa de sensación y la etapa oral); pero esto no significa que
lograrán necesariamente lo mismo con la(s) etapa(s) subsiguiente(s), sino que cada individuo, (al igual que
los no discapacitados), será beneficiado o perjudicado en su proceso de aprendizaje y desarrollo por sus
propias habilidades o limitaciones naturales con las cuales todo humano tiende a nacer sin haberlo
seleccionado o evitado.

• Etapa de identificación y nombramiento: Una vez desarrollados los sentidos de manera incompleta,
gracias a una “lucha” constante por la extinción del desconocimiento que no le permite existir tranquilo,
(pues la curiosidad por todo le impulsa a reaccionar ante ese todo investigándolo siempre que le sea
posible), pero ya superada satisfactoriamente la etapa oral y lograda la posesión de las técnicas básicas más
primitivas de la comunicación humana, el niño comienza a concebir que es portador de “algo” que lo
diferencia de unos humanos, a la vez que le hace semejante o parecido a otros; recibiendo así la primera
información sexual de toda su vida; cual (por lo general), consiste en el nombramiento, identificación y
distinción de sus genitales con los del sexo opuesto.
A pesar de haber sido informados clara y directamente, hasta con evidencia, los niños tardarán en
reconocer la importancia, necesidad y repercusión de sus genitales en su existencia y manifestación
funcional como hombre o mujer no discapacitado, por lo que estos adoptan un comportamiento sustraído de
adultos, mayores y (en ocasiones), contemporáneos, (“adelantados” a este en su proceso), más próximos;
llegando a asumir formas de proceder, vestir, comunicarse y hasta de ser, imitando por confianza en el
seleccionado como ejemplo digno a seguir .
El individuo pervertido para esta o en las etapas anteriores, que haya perdido su inocencia natural
con la cual todo humano nace, ya para esta fase reflejará claramente su corrupción, dando testimonio de lo
ocurrido, por medio de trastornos anímicos, alteración de su comportamiento regular (cual tiende a ser en la
mayoría de los casos hostil y reacio a las relaciones interpersonales o físicas directas), con depresión o un
grave colapso emocional; para emitir una irrefutable demostración del padecimiento de un daño psicológico
y físico por no poder procesar la información sexual ilícita recibida.
El discapacitado mental de condición no crónica podrá cumplir con esta y otras fases próximas, si
superó eficazmente las anteriores, (a diferencia de los enfermos con graves condiciones); ya que ningún
poseedor de retraso o trastorno mental severo podrá proseguir a la(s) etapa(s) subsiguiente(s).

• Etapa de iluminación (registro): [Toda persona no discapacitada o con retraso mental no grave, podrá
cumplir con el registro cognitivo, pero esto no indica necesariamente que todos podrán experimentar una
extensión que posee esta fase: el registro secreto o personal. Depende de las capacidades, educación,
crianza y forma de ser de cada individuo en particular, para que surja el registro personal o no.]
Los niños tardan en procesar la información sexual recibida, ignorando el valor e importancia de
la misma para con su persona, pero cuando logran comprender lo que se le educó, ahí es que superan la
inocencia sexual natural con la que todo humano nace; registrando en su mente y conciente, (registro
cognitivo), que solo existen dos tipos de miembros u órganos sexuales, y que los suyos, son distintos a los
de su sexo opuesto; por lo que deben ser cuidados con recelo y permanecer tapados, ocultos o guardados de
todas la demás personas, al reconocer la diferencia de estar desnudos o vestidos y las respectivas reacciones
de todos ante una u otra proyección.
Junto con esta concienciación, el niño capta lo que es el sentido de propiedad, por sentir que lo
que guarda, protege, cuida, ve, siente o toca, es exclusivamente de él y para él; llegando de esa manera a la
observancia o apreciación del “sentido de propiedad”. Automáticamente, comienza a sentar las bases de
sus gustos, preferencias, inclinaciones y atracciones, aunque muchos lo reconozcan y evidencien bastante
tiempo o años después. El “sentido de propiedad” recién descubierto les permite entender a conciencia que
estos pueden seleccionar para sí no solo objetos y/o cosas, sino también formas de ser/proceder y hasta a
otros individuos. Para este momento, dejan los niños de quererlo todo por solo verlo, oírlo, sentirlo o
simplemente imitar comportamientos, posturas y decisiones, inclinándose a la búsqueda de la complacencia
de sus recién conocidos gustos, deseos o impulsos. Modifican todo, hasta sus maneras de disfrute y
predilecciones sobre su entretenimiento; aunque el jugar para la mayoría de ellos aun siga siendo una
“necesidad biológica”.
Quien no recibió información, aprendió poco o recibió una pobre educación sobre el
funcionamiento y reacciones de sus genitales en la etapa anterior a esta, (la de identificación y
nombramiento), tiende a cuestionarse sobre ello luego de “iluminado”; convirtiéndose esta desinformación,
en una de las razones/causas más comunes, por las cuales es experimentado el registro secreto.
Los curiosos, los inconformes o insatisfechos con lo que se le educó, también son otros de los
tantos interesados en registrarse a sí mismos para conocer más de lo que saben, para comprobar sus dudas,
miedos, “teorías personales”, intrigas infundidas por otro, o para comprender lo que conocen pero no
logran vincular ni asociar con lo que ven, sienten, gozan o padecen.
Procederán por su intriga y “hambre de conocimiento” los ignorantes investigadores; comenzando
a familiarizarse consigo mismos y a comprender la relación existente entre forma, tamaño, peculiaridades,
funcionalidad, proyección estética, espacio y eficacia, con la satisfacción personal del ego, la estima, las
emociones, los sentimientos y el orgullo; cosa de la que estarán conciente luego, en el transcurso de sus
vidas.
El curioso solo curiosea en sus búsquedas, pues desconoce en realidad por qué o para qué existen
sus genitales, por qué resultan tener la forma que poseen, y por qué parecen reaccionar con voluntad
propia; además de que no tiene remota idea de lo que puede o no encontrar con sus experimentaciones.
Como resultado de una reexaminación repetida, (mostrada ocasionalmente de manera constante),
los indagadores, sin estar conciente de lo que alcanzan, adquieren sus primeras prácticas sexuales que le
posiblemente le llevarán al descubrimiento placentero; aunque algunos se vieran interesados en registrarse
rápido, tiempo subsiguiente al momento del registro cognitivo, no repitiendo nuevamente las
experimentaciones con fines educativos.
Los individuos que no se registraron, que no se educaron más de lo que le instruyeron, ni
aprendieron maneras de expresión o procedimientos sexuales, guardan su recién entendida información
para utilizarla o manifestarla cuando sientan interés hacia lo sexual y se dignen a intentar sostener un
ayuntamiento carnal funcional y satisfactorio; no lográndolo, en la mayoría de los casos, por desconocerse
e ignorar cómo se debe obrar para causar o disfrutar de una eficaz excitación o un orgasmo en su máxima
expresión. Muchos de estos lamentablemente no son informados de resultar ser practicantes
insatisfactorios del sexo, por no desear generarle malestar, dolor, angustia o vergüenza o por conveniencia;
pues desistirían de recibir nuevamente a quien le consideró ineficaz.
Es posible que individuos pervertidos, (aunque su corrupción haya ocurrido en o durante una, dos
o de las tres primeras fases del proceso), luego de la “iluminación” sufran una recesión sexual, por
denominar al sexo, sus actos y/o prácticas concernientes al mismo, como algo negativo, dañino o
perjudicial. Algunos, a diferencia de los que rechazan lo sexual, buscan saber a ciencia cierta qué es la
excitación y el placer, mientras que otros obran para la obtención de continuas “imitaciones” a relaciones
sexuales. Toda postura o comportamiento asumido, depende de la magnitud de la perversión recibida y los
actos sufridos.
Quienes intentan sostener continuas relaciones luego del registro cognitivo, buscan desarrollarse
como practicantes eficaces o satisfactorios de las mismas, según ellos creen saber que son y deben ser,
mostrando vergonzosamente su atrevimiento a confiar en un entendimiento recibido de una obra que a
primera instancia su sistema completo repudió por denominarla negativa de manera instintiva. Se educan a
sí mismos con la evaluación de todo lo ocurrido, seleccionando lo denominado como necesario para
agradar, atraer, satisfacer y/o encantar, acrecentando de esa manera el daño que causó el victimario.
Evidencian rápidamente sus disfunciones sexuales establecidas y sus determinados trastornos adquiridos,
por haber osado a pervertirse sobre la corrupción sufrida, al experimentar basándose en información
negativa o completamente inadecuada.
Los interesados en buscar métodos o maneras de excitarse, excitar y/o ser excitados, estarán
obviando en su proceso de aprendizaje y desarrollo la etapa del descubrimiento placentero, sin desconocer
lo que es la excitación y el placer, gracias a la perversión recibida que le concienció de la posibilidad y
capacidades que tienen para experimentar los mismos.
El impedido mental que pueda cumplir satisfactoriamente con la etapa de identificación, puede
que realice el registro cognitivo de manera dificultosa y sin comprender en su totalidad la información
recibida, ni la importancia de la misma en toda su vida, y si llegase a experimentar el registro personal,
sería con algo de la inocencia natural sexual con la que nace todo humano; teniendo de esa forma la
oportunidad de llegar vivir la fase del descubrimiento placentero, pero sin buscar por sí mismo la
excitación, el placer, ni los “juegos” o relaciones sexuales; la fase del estímulo pero sin la aprobación total
o a primera instancia de buena voluntad hacia una invitación, acercamiento o insinuación para ser
estimulado, o con la aceptación, pero sin él tener interés y motivación a ser estimulado, (aunque sea
realizado todo acto sexual con su previa autorización); y la fase del sostenimiento, pero dependiendo de la
constancia, iniciativa o voluntad de la pareja. En los casos donde ambos amantes padezcan una disfunción,
trastorno, o alteración mental, la experimentación de esta etapa dependerá del menos inválido o limitado.

Nota aclaratoria: El registro secreto o personal, aunque sea practicado/realizado en más de una ocasión y
en diferentes momentos no relacionados, nunca será una masturbación, ya que el individuo que se
masturba, aunque no sea por/con ausencia de un acompañante, conoce lo que hace y que lo hace para
alcanzar el orgasmo única y exclusivamente él; mientras que el curioso ignorante, solo busca aprender.
Resulta indispensable indicar que en el momento en que el investigador busque el placer con premeditación
o por habérselo propuesto a conciencia, esta estará masturbándose y ya no buscando documentarse.

• Etapa del descubrimiento placentero: Es completamente natural, por evidencia del


desenvolvimiento humano en su proceso de aprendizaje y desarrollo, que estos experimenten la etapa del
descubrimiento placentero por medio de prácticas solitarias, o sea, que descubran la excitación y el placer
por medio de la masturbación o la estimulación a sí mismos con las prácticas que antes solo realizaban para
documentarse. Este evento es el suceso que deberían reflejar los humanos como obra natural resultado de
su registro secreto, pero los métodos de comunicación/educación más dominantes del siglo veintiuno, han
influido grandemente a la consideración de ente suceso como algo anormal, perjudicial o negativo para la
existencia saludable de cualquier individuo que desee bienestar físico tanto como mental.
Cuando logran sentir una rara y desconocida agitación corporal, estimulación sensorial, exaltación
del ánimo, aumento de la temperatura y una nueva sensación de “alegría interna temporal”, como resultado
de un conjunto entre roces y caricias, que antes solo le resultaban ser toques comunes, sencillos, normales o
simples, es que los investigadores descubren remotamente lo que es la excitación y el placer físico sexual o
gozo carnal.
La mayoría de los aventureros descubridores tienden a utilizar sus primeras prácticas sexuales
adquiridas durante el registro secreto, con el fin de conocer más sobre cómo obtenerlos y/o causarlos (la
excitación y el placer), pasando de esa forma a la etapa del estímulo. Los hábiles y ágiles, pasarán de
investigar sus genitales a explorar con diversas partes de su cuerpo, no limitándose exclusivamente a sus
órganos sexuales, llegando a conocerse aun más y mejor que los otros que no se registraron, alcanzando a
expandir sus capacidades y conocimiento, por la seguridad en sí mismos que los motivó a obrar por
iniciativa propia; la cual quizás, en el futuro, también los podrá ayudar positivamente a enfrentar problemas
o momentos difíciles en la vida.
La excitación y el placer descubiertos llevan al individuo a interesarse directamente en sus
genitales, ya sea por el gusto de lo visual, (o sea, lo que posee), o por la atracción instintiva hacia la
interacción con los mismos para el disfrute del gozo carnal que por medio de ellos se puede experimentar.
Luego del descubrimiento, el beneficiado no podrá jamás volver a tener la misma “visión” o “punto de
vista” que tenía sobre los humanos antes de sentir la excitación y el placer, ya que el recuerdo de lo
ocurrido es del tipo de memorias que nunca se olvidan totalmente, (por ser la primera vez en o con algo,
que le causa cambio(s) significativo(s) en todo su sistema y vida, tanto física como mentalmente); como
por ejemplo: el momento de la perdida de la virginidad y sus cambios físicos y mentales que esta acarrea
como efectos secundarios permanentes.
Algunos de los individuos que experimentan el registro secreto optan por documentarse o
cuestionarle a un adulto, mayor o contemporáneo catalogado como conocedor del tema, para tratar de
entender las múltiples razones, causas, efectos, maneras des disfrute y consecuencias de la estimulación
corporal sexual, (tranquilizando se esa forma sus inquietudes), y otros quedan satisfechos con la primitiva
inspección realizada por sí mismos y la obtención de la “comprensión inocente” del funcionamiento y
respuestas básicas de sus genitales, (además de lo que le fue educado), no viéndose interesados en el sexo o
prácticas de dicha índole hasta el momento en que sienten atracción hacia el sostenimiento de relaciones;
padeciendo en su proceso de aprendizaje y desarrollo un efecto secundario similar al vivido por quienes no
experimentaron el registro personal y si una fusión de varias fases.
Los que no se investigaron, o no descubren el placer por ellos mismos, obvian la extensión de la
etapa de iluminación conocida como registro secreto. Estos desconocerán sus predilecciones, inclinaciones
o preferencias sexuales que le permitirán reaccionar satisfactoriamente cuando se les estimule,
interesándose en lo sexual al momento de su primera relación carnal íntima, evidenciando claramente una
alteración y corrupción de su proceso sin haber recibido ninguna perversión de parte de algún corruptor.
Justamente por interesarse en lo sexual para el momento de su primera relación, es que el individuo vive las
fases del descubrimiento placentero, del estímulo, del desarrollo y la del sostenimiento al mismo tiempo,
realizando una fusión de varias etapas, identificada como etapa del interés tardío.
Sucede que existen individuos pervertidos que no necesariamente experimentan todas las etapas
anteriores a esta, ni algunas de las posteriores, pues en su corrupción descubrieron la excitación y el placer
por estímulo de otro(s) individuo(s), objeto(s), etc, sin haber perdido la inocencia natural de todo humano
con el transcurso de su crecimiento intelectual, recibiendo así en su ser mucha información importante,
trascendental y compleja que los lleva a un cambio súbito de su comportamiento: con desenfreno, desorden,
desvergüenza, extremadamente recatados, reacios al sexo o con disfunciones serias/graves; por no asimilar
satisfactoriamente la educación ilícita recibida.
La mayoría de los retrasados mentales que superan las etapas anteriores sin mucha dificultad en su
avance progresivo constante del aprendizaje y desarrollo, regularmente descubren la excitación y el placer
sexual por causa del estímulo de otro(s); por lo que entonces, cabe señalar que viven una fusión de etapas,
como quienes experimentan la fase del interés tardío, y por ende, también sufren una corrupción del
proceso de aprendizaje y desarrollo, aunque los actos sexuales realizados sean bajo la buena voluntad o
consentimiento del discapacitado, o aunque no tengan otra opción.

• Etapa del estímulo: Comienza cuando todo individuo que conoce la excitación, el placer y/o atracción
hacia estos, intenta sustituir sus primeras prácticas sexuales ya adquiridas por unas más satisfactorias para
la obtención de un placer de mayor calidad, (en cuanto a gozo se refiere); buscando ser estimulado por
medio de otro(s) acto(s), persona(s), objeto(s), y en ocasiones, un animal, que no haya sido
utilizado/solicitado con fines sexuales anteriormente.
Necesario resulta comentar claramente que un pequeño grupo de individuos curiosos no bien
educados, tenían experiencias con animales en el intento de alcanzar un placer de mayor calidad, por
diversas razones, entre la cuales se encontraban: tipo de vida primitiva o aislada de la civilización, falta de
libertad, ausencia del sexo opuesto en su ambiente o entorno próximo, carencia de cualidades físicas
atractivas, por no habérsele educado claramente la diferencia existente entre la reproducción de animales y
el sexo de los humanos, o por no poder contenerse al deseo de querer sentir y conocer lo que es una
penetración, sin haber tenido la oportunidad de realizarlo. (Quienes no sostienen las prácticas sexuales con
bestias para experimentar, sino que lo realizan en repetidas ocasiones y para obtener placer o alcanzar el
orgasmo, son individuos severamente pervertidos y afectados por varias o una disfunción mental y sexual
antinatural, totalmente riesgosa para su salud, estabilidad y bienestar como criatura pensante que debería
ser.)
Las personas que no viven el registro secreto o personal, ni la fase del descubrimiento placentero,
se interesarán en el estímulo, ser estimulados, estimular, o conocer sobre lo que le estimularía, al momento
del surgimiento de su primer ayuntamiento carnal; llegando al mismo con un gran desconocimiento y/o
dudas sobre sus gustos, preferencias, atracciones, inclinaciones y actos sexuales de su predilección;
ignorando, (entre muchas cosas), la importancia y valor de los juegos eróticos o pre-coito motivadores para
la obtención y disfrute de una relación sexual plenamente satisfactoria o eficaz.

• Etapa del desarrollo: Surge cuando todo ser sexuado busca refinar y afirmar su conocimiento,
manifestaciones, predilecciones y maneras sexuales de expresarse o proceder. Regularmente, para este
tiempo, los individuos (excepto los que no han disfrutado un sexo completo, funcional o satisfactorio, ni
quienes tienen problemas de identidad, género, preferencias, costumbres, comportamientos, inclinaciones y
vergüenza; pues estos investigan, tantean, experimentan o practican por imitación sus relaciones íntimas),
poseen conocimiento claro y pleno de lo que les atrae, agrada, toleran, ignoran, repudian o le es
identificado como práctica sexual aceptada o rechazada; gracias a sus personalidades “creadas”, adquiridas,
educadas o descubiertas en todo lo vivido durante el transcurso de su proceso de aprendizaje y desarrollo.

• Etapa de sostenimiento o recesión: [Es el constante sostenimiento o no del sexo.] Por lo regular, la
mayoría de las personas para esta fase reducen el aprendizaje y las experimentaciones casi desaparecen o
las suspenden por completo. Se dedican a utilizar constantemente lo aprendido por voluntad propia o lo
impuesto de forma inevitable, para la búsqueda del disfrute carnal, aunque sean o no satisfactorios
practicantes; y terminan realizando el sexo de manera monótona como una especie de rutina, por la
carencia de ingenio, iniciativa e imaginación, ya que la mayoría de individuos activos sexualmente tienden
a denominarse practicantes eficaces y satisfactorios con el entendimiento ya poseído y manejado, (por el
cual pueden ser/proceder como son a la hora de sostener relaciones), solo porque tienen con quien
manifestarse frecuentemente de manera sexual.
Quien posea una vida sexual activa y haya llegado a conocerse bien o bastante, será el individuo
que logrará identificar la etapa del sostenimiento como la más deleitosa, intensa, emocionante, e interesante
de toda su vida sexual; pues tarde o temprano se las tendrá que ingeniar para gozar del sexo, por el pasar
del tiempo que convertirá su relaciones en unas no emocionantes o satisfactorias, llegando estas a no ser
igual a como en el principio de la manifestación de su vida sexual eran los ayuntamientos que realizaba.
Esta etapa resultará ser en la que más aprenderá de todo su desarrollo, y de toda su vida como practicante
activo del sexo, por tener la oportunidad de educarse de manera teórica tanto como práctica.
Las personas que no poseen una vida sexual activa o ni saben lo que puede ser catalogado como
tal, poseen una recesión sexual; ya sea por haber suspendido la continuidad de su progreso y saludable
sostenimiento como animal sexuado, o por no sostener constantes prácticas y expresiones sexuales.
La recesión sexual tiende a reflejarse normalmente en personas no pervertidas, desde la etapa de la
iluminación, mediante un rechazo o desinterés evidente en la comunicación, interacción o educación de
índole sexual, por falta de motivación, o como resultado de una asimilación pacífica de un temperamento
sereno o de una línea de pensamiento reflexiva; mientras que en los individuos pervertidos, puede reflejarse
desde que conozcan maneras de expresión o comunicación, desde que tengan razonamiento como para
rechazar explícitamente, o desde que tengan voluntad y libertad como para dejar claro que no están de
acuerdo con el sostenimiento de ningún acto o práctica de índole sexual.
El enfermo mental no tiende a sufrir una recesión sexual ya que por naturaleza este la padece de
manera parcial o total, evidenciándola como una indiferencia hacia lo sexual, surgida de la inocencia
natural con la que nace todo ser humano; pero esto no indica que queda eximido de poder experimentarla,
por causa de una experiencia indeseable y negativa, o por el empeoro de su condición.

Conclusión
No todos los humanos que experimentan todas las etapas en su debido orden, llegan a constituirse
practicantes funcionales del sexo, como tampoco todos los que han padecido una alteración o corrupción
del proceso, resultan ser practicantes disfuncionales del acto sexual, ya que la eficacia sexual solo la
alcanza quien más se conozca, y sepa entender tanto como aceptar que la relaciones sexuales no solo son
para procrear o disfrutar; y que se deben tener sentimientos limpios y genuinos al practicarse, para que sus
manifestaciones no culminen siendo un denigrante vicio del deleite temporal de la carne. Deben ser
realistas las personas al momento de considerarse para conocer si son amantes satisfactorios o no,
evaluándose según sus propias capacidades y límites, según el entendimiento que dominan y pueden
emplear y según comprendan tanto como disfruten lo que hacen; pues ciertamente por más deseo, lujuria, o
pasión que exista, estos poco aportan al humano para que este pueda llegar a ser un practicante eficaz del
sexo.
Personas disfuncionales sexualmente pueden llegar a corregir sus problemas, trastornos o
padecimientos, para luego lograr ser practicantes satisfactorios; como también individuos que han llegado a
constituirse amantes satisfactorios, luego son practicantes ineficaces por un cambio, modificación, o
perversión de su información y prácticas sexuales ya adquiridas y empleadas; pues no todas la alteraciones
del proceso de aprendizaje y desarrollo son por medio de obras indeseables o forzadas, por existir diversos
tipos de corrupciones, como la educativas, y las que son realizadas con previa autorización o
consentimiento del perjudicado.
Sucede que existen individuos con disfunciones que logran alcanzar a ser amantes satisfactorios a
pesar de no haber superado ni corregido sus trastornos y de que estos le afecten sin impedirle manifestarse,
disfrutar y realizar las relaciones de manera eficaz, además de tampoco causar ningún daño a la salud física
o mental de su acompañante tanto como la suya. Estos logran asimilan sus padecimientos, sobreedificando
en la incorrecta información recibida, “creando” ellos mismos de esta manera su forma de ser/proceder
mediante una mixtura de entre lo que le llegó a se indeseable (por adaptarse y desistir de negarse a su
realidad poseída como vida), con lo que le agrada y estimula.
Los poseedores de un desorden, enfermedad, padecimiento, o un mal recuerdo de una antigua
experiencia sexual indeseable, tendrán una manifestación sexual con disfunciones, una interacción íntima
ineficaz y una proyección no atractiva, negativa o no aceptable como ser sexuado.
El proceso de aprendizaje y desarrollo es una manera en particular del proceder de los miembros
de una especie. Este depende principalmente de las vivencias de cada individuo, por lo que puede llegar a
ser bien variado en cuanto a tipos de vivencias experimentadas en cada fase, además de lo característico de
cada etapa, razón por la cual existe una gran variedad de disfunciones sexuales como consecuencia de la
alteración del procedimiento, que cohíben a los individuos que las sufren del disfrute y sostenimiento de
una vida sexual saludable y/o positiva; pero como los humanos tienden a reaccionar de formas radicales o
extremas ante grandes problemas o situaciones difíciles de resolver, las disfunciones más comunes son: la
hipersexualidad o adicción al sexo, la asexualidad o falta de orientación y emotividad o indeterminación
sexual y las parafilias u obtención de excitación y placer por medio de método(s), objeto(s), lugar(es),
parte(s) del cuerpo, o características/cualidades específicas, (entre otros), sustitutos del coito como fuente
principal del estímulo placentero sexual físico.
Nadie que no conoce algo, podrá interactuar productiva, positiva y progresivamente con ese algo
que le resulta ser desconocido, por lo que deberá educarse todo desconocedor antes de osar a proceder, para
evitar obrar (inconcientemente) basado en presunciones erróneas y/o conclusiones vanas, que no le
permitirán aprender, mucho menos desarrollarse plenamente según lo correcto, normal, natural, real y
posible; ya que se engañará a sí mismo antes que a nadie, con creerse lo que en realidad cierto no es.

Nota aclaratoria: Los individuos hermafroditas o intersexuales pueden llegar a cumplir solo con las dos
primeras etapas del proceso de aprendizaje y desarrollo, pues su falta de definición les cohíbe de superar las
otras fases satisfactoriamente.
El individuo que posea sus genitales completamente funcionales, aunque no definidos del todo,
podrá alcanzar a ser un practicante satisfactorio del sexo, si pudiera este llegar a superar todas las
vicisitudes que enfrentará en su propio proceso de aprendizaje y desarrollo, que dependerá
indispensablemente del grado de gravedad de su anomalía.

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