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DE HISTORIA NATURAL 463 Las grandes tortugas del Seudodiluvial castellano por José Royo y Gémez. (Lams. XLITE-L.) En notas anteriores ! di a conocer los hallazgos de restos de gigan- tescas tortugas en las proximidades de Arévalo (Avila) y en la Ciudad Universitaria de Madrid y estudiaba los yacimientos que se encontraban en los aluviones que antes se daban como cuaternarios y que he venido demostrando que son miocenos. Entonces no pude hacer mds que la indicacién de que se trataba de la Testudo bolivari, especie tipica de nuestro Mioceno medio continental, pero sin describir los restos por no estar atin preparados. Actualmente se encuentran ya montados los ca- parazones y libres de la ganga los huesos, trabajo que ha sido levado a cabo cuidadosamente y con gran pericia por el preparador del labo- ratorio, Agustin Vargas, bajo mi direccién. El estado de esos restos permite hacerles ya un estudio detenido, que he necesitado completar con la comparacién con los restos de Al- cald de Henares (Madrid), y de Palencia, que sirvieron al Prof, Herndn- dez-Pacheco (f.) para dar nombre a la especie, tinico medio que hay actualmente para identificar unos con otros, ya que ésta no ha sido descrita, Por esta causa me he visto obligado a estudiar también los de las localidades cldsicas para asi conocer las caracteristicas de la especie EI estudio comparativo realizado ha venido a confirmarme en la idea de que todos pertenecen a la misma especie y que, por lo tanto, son de Ja misma, edad miocena. Los ejemplares encontrados en Arévalo son algo mas jévenes que los de Alealé de Henares y Palencia, sobre todo uno de ellos, el ntime- 10 4, que aun presenta los huesos de Ja pelvis sin soldar. Por este mo- tivo son algo menores en tamafio, pero los caracteres de las placas y escamas del caparazén, asi como los de los huesos, son los mismos de aquéllas. 1 Royo y Gémez (J.): «Sobre el mal llamado Diluvial de 1a cuenea del Duero». Bol. Soc. Esp. Hist. Nat., t. xxxa, pags. 271-272. Madrid, 1933. «Las grandes tortugas fUsiles de Ia Ciudad Universitaria (Madrid)». Jdidem, t. xxiv, pags. 457-463, figs. 1-2, lms. XXXIX-XLI. Madrid, 1934. 464 BoLETiN DE LA SOCIEDAD ESPAROLA Los de la Ciudad Universitaria de Madrid son del mismo tamafio que los de Alcalé y Palencta, pero, peor conservados, no han permitido una preparacién perfecta; sin embargo, dejan ver la forma de las placas y poseen algunos huesos que, con aquéllas, han permitido la identifica~ cin de la especie. Por primera vez aparecen restos del crdneo, poseyendo un fragmento con la orbita izquierda de Arévalo y mds de la mitad de otro de la Ciu- dad Universitaria. A las notas ya publicadas sobre los yacimientos tengo que agregar algunos datos de interés. Arévato (Avita).—La excavacién de los ejemplares Ia levé a cabo en los tiltimos dias del mes de octubre de 1933, ayudado por nuestro consocio Sr. Sos y por el preparador Sr. Vargas. En el escarpe de la ribera izquierda del Arevalillo, frente a la casa Vista Alegre y en una extensién que va desde la casa de Machin a la de Pérreces 1, habia sefialado ya en la exploracién primera, ademas del ejemplar de Testudo descubierto por el Sr. Martin Alonso, otros dos situados al mismo nivel, o sea a unos 18 metros por debajo del borde superior de la ribera. El material en que se encontraban es un’gredén pardusco muy arcilloso sobre el que viene un horizonte més arénoso con restos de Hipparion gracile y de una Testudo pequeiia. Los ejemplares los’ hemos numerado, dando el 1 al primeramente descubierto que estaba enfrente de la casa de Machin, el ntimero 2 es taba por frente de Vista Alegre y el numero 3 entre esa casa y la de Parreces. En el valle del Adaja habia sefialado el Sr. Martin Alonso la exis- tencia de una pequefia defensa y algunos fragmentos de caparazén de Testudo en la ribera derecha, aguas arriba del cementerio. En este viaje pudimos extraer la defensa, que parece’ser de un Mastodon muy joven, recogimos algunos trozos de caparazén de Testudo y, sobre todo, des- cubrimos y excavamos un ejemplar de este fésil que contenfa numero- sos huesos y al que hemos denominado con el nimero 4. EI nivel es el mismo de los del rio Arevalillo y la roca también. Posteriormente el Sr. Martin Alonso y D. Pedro Gonzalez han encon- trado nuevos ejemplares en la ribera derecha del Arevalillo, aguas arriba de Parreces; pero no ha sido posible ain realizar la excavacin. Los ejemplares 1, 2 y 4 estaban formados por la parte posterior del 1 Los duefios de esta finca nos dieron grandes facilidades para los trabajos y coope- raron eficazmente a'su éxito, asi como el Prof. Martin Alonso, del Instituto de: Arévalo por lo que debo hacer constar mi sincero agradecimiento. DB HISTORIA NATURAL 465 caparaz6n, tanto del peto como del espaldar, habiéndose podido montar perfectamente. La parte anterior habia sido destruida por Ja erosién. Contenian diversos huesos de las extremidades y vértebras, especial- mente el nimero 4, quien ademas nos ha ofrecido un fragmento de créneo. El némero 3 era una mitad lateral de caparazén tan deformada y fragmentada-que no ha podido ser preparada. Crupap Unrversirarra pp Maprin.—Los ejemplares encontrados fueron seis, que en la nota publicada entonces se numeraron ya. De ellos, que en general estaban en muy mal estado de conservacién, se han obtenido: Del numero 1, la mitad izquierda del espaldar y el peto correspondiente, en una longitud de un metro, faltindole los bordes, por lo que tendria por lo menos 1,25 metros de largo el caparazén; con- serva bien el bombeado. El 24 tenia el caparazén casi completo, con una longitud de mas de un metro, pero tan menudamente fragmentado y decalcificado que sélo se ha podido conservar la parte posterior y lateral derecha del espaldar, en el que se distinguen bien varias placas éseas y escudos; contenia diversos huesos steltos (dos segundas fa- langes, tres falanges terminales de la pata posterior izquierda y varios huesos crurales) y la pata anterior izquierda completa, con los huesos casi en su posicién natural, pero aplastados y decaleificados, habién- dose perdido en gran parte las cabezas; por ello hemos preferido no desprenderlos y mantenerlos como se hallaban; como hecho importante tenemos la existencia cerca del himero de unos diez grandes huesos crurales también en su posicién natural, mostrando cémo formaban una especie de coraza flexible de la parte libre del cuerpo. Delante dela porcién anterior del caparazén aparecié el crdneo. De la ntimero 4 se con- serva la parte posterior del caparazén muy deformado, con algtin trozo de borde de la abertura y restos de pelvis (el conjunto isquioptibico). En los'primeros dias del mes de marzo de este afio 2 el peén cami- nero de la Ciudad Universitaria, Félix Mujioz, me avisé el hallazgo de un nuevo ejemplar de Testudo en las proximidades de la Escuela de Ingeniéros Agrénomos. Pude comprobar que el caparazén debia de estar completo y que contenia huesos, pero que habia sido destruido involuntariamente al hacer un hoyo para plantar un arbol. Recientemente el Sr. Gomez de Llarena ha descubierto otro cerea de la Residencia de Estudiantes de la Fundacion del Amo. Se trataba de un trozo de caparazén en su mayor parte del peto y borde del espaldar puesto al descubierto y destrufdo al abrir un paseo. 1 Royo y Gémez (J.): «Nuevo ejemplar de Zestudo bolivari de la Ciudad Universita- tia (Madrid)». Bol. Soc. Esp. Hist. Nat., t. xxxv, pags. 108-109. Madrid, 1935. ‘Tomo xxxv.—Novinwnee 1935- 30

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