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Taller de Nuevas Tecnologas

El duende de los sueos.


El reloj de la torre dio sus campanadas y las ultimas luces se fueron apagando en las ventanas una a una como fosforitos, y las puertas al cerrase se saludaban con un amistoso hasta maana vecina El barrio se qued dormido entre el canto de los grillos. Entonces, por la esquina del buzn, gil como una ardilla, apareci la conocida silueta de Pascualito. Pascualito, el duende que todas las noches recorre las calles con una bolsa llena de sueos para repartir entre los chicos. Avanza alumbrndose el camino con una lucirnaga. Lo hace lentamente porque los sueos son muchos y le pesan. De pronto, pasa por la puerta de una juguetera y all se detiene al ver, junto a la puerta, algo que le llamaba la atencin. A ver? Qu ser esto que ha quedado aqu en el suelo? Trabajosamente levanta un armazn de caitas unidas con papeles finitos de colores. Oh es un barrilete!, exclama sorprendido. Seguro que se ha escapado de la vidriera!. Lo revisa con curiosidad, lo mira por un lado y por el otro y Qu lstima! Esta roto aqu, aqu y aqu dice, mientras va sealando con sus dedos de duende las rajaduras del papel en el cordn de la vereda pensando la manera de arreglarlo. En eso se acuerda! Mete la mano en uno de los bolsillos de su saquito y saca un puado de envoltorios de caramelos todos arrugados. Los estira lo ms que puede. Los moja en el charquito de agua que lleva en el otro bolsillo y los va pegando como estampillas sobre cada rotura. Unos sobre el papel, otros sobre las caitas y Listo! Queda como nuevo. Luego, de adentro de su sombrerito saca un carretel de hilo. Ata cuidadosamente el barrilete al
Mariela Marisquerena. Camila Trinidad.

extremo de una hebra larga, muy larga,


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largusima! Y lo lanza contra el viento nocturno que ya ha empezado a pasear por las calles. Despus comienza a correr. Y corre, corre por la cuidad hasta que el barrilete se remonta como un pjaro de colores y con l, Pascualito vuela sobre los techos de las casas, sobre las azoteas, sobre las terrazas En cada chimenea suelta un puadito de bostezos azules. Y esa noche, todos los chicos de aquella ciudad soaron que remontaban grandes barriles por el cielo estrellado. Barriletes adornados con papelitos de caramelos, como estampillas de pases lejanos.

Mariela Marisquerena. Camila Trinidad.

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