Sobre el riesgo

(a propsito de Ingeborg Bachmann), por Guillermo Saccomanno Con mi mano quemada escribo sobre la naturaleza del fuego, es una frase de Flaubert que Ingeborg Bachmann (1926-1973) adopta como lema. Porque si uno no se ha quemado la mano no puede escribir sobre eso, explica Bachmann. Nacida en Austria, era una nia cuando vio desfilar al ejrcito nazi por las calles de su pueblo. Esta experiencia fue toda una marca. Y esta herida que nunca terminar de cicatrizar ser el dolor y la furia contra sus compatriotas que reflejar su poesa. Cuando crece, Bachmann se integra a la generacin de intelectuales post-Auschwitz. Como sus coetneos poetas y escritores debe aceptar el reto de Adorno: si es posible escribir despus de los campos de concentracin. Bachmann se planta frente a este reto. Consagrada de modo precoz por la crtica con su primer libro de poemas, Invocacin a la Osa Mayor, es chica de tapa de Der Spiegel y a partir de esta irrupcin en el mundo literario, adems de poesa, escribe piezas de radio, teatro, narrativa. Y finalmente aborda el cine. Vive entre Alemania e Italia. Bachmann est enamorada de Roma, a la que considera su ciudad. Y la adopta. Durante el da, camina por sus calles. Por la noche, cuando se encierra en su departamento, un departamento estrecho, atiborrado de libros, revistas y discos. Bachmann pasa cinco aos sin escribir poesa. No tengo nada nuevo que decir, contesta cuando le preguntan si est produciendo alguna obra. Segn Bachmann, se aburri de la poesa porque le encontr la vuelta. As se explica su traslado a la prosa. Al leer sus ltimos poemas se advierte que un fuego interior la consume. Pero hay adems otro fuego, real, que acabar con su existencia. A los cuarenta y siete aos muere calcinada en el incendio de su vivienda romana. Se presume que se durmi con un Gitane prendido. **

TODOS LOS DIAS Ya no se declara la guerra, se prosigue. Lo inconcebible se ha hecho cotidiano. El hroe permanece alejado de los combatientes. El dbil ha avanzado hasta las zonas de fuego. El uniforme de diario es la paciencia, la condecoracin, la msera estrella de la esperanza sobre el corazn.

Se concede cuando ya no pasa nada, cuando el fuego nutrido ha enmudecido, cuando el enemigo se ha hecho invisible, y la sombra del armamento eterno oscurece el cielo. Se concede por abandonar las banderas, por el valor ante el amigo, por revelar secretos indignos y desacatar toda orden.