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Mirad el manantial en la piedra, claro de alegra, como una visin de estrellas! Sobre nubes, su juventud nutrieron buenos espritus, entre peas en el monte.

En juventud primera danza de la nube hacia las rocas de mrmol, su jbilo vuelve al cielo.

Por las sendas de las cumbres busca guijas de color, con pronto paso de gua arrastra consigo mismo sus manantiales hermanos.

Abajo en el valle crecen bajo su huella las flores y el prado vive de su aliento.

Pero ni sombra de valle le detiene, ni flores que su rodilla rodean con ojos de amor guiando, a la llanura su paso apremia serpenteando.

Arroyos se acercan expansivos. Ahora entra en la llanura argnteo-luciente y la llanura reluce con l y los ros de la llanura y los arroyos de la sierra le dan gritos de jbilo: hermano! Hermano, llvate a los hermanos contigo hasta el viejo padre, hasta el eterno ocano que con brazos bien abiertos los nuestros espera, que se abren, ay, en vano los suyos anhelantes a prender. Pues nos devora en seco desierto

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vida arena, el sol arriba sume nuestra sangre, un alcor nos impide ir el lago! Hermano! Llvate a los hermanos de la llanura, llvate a los hermanos de la sierra contigo hacia tu padre.

Venid todos! Y ahora crece magnfico, toda una estirpe eleva al prncipe y en resonantes triunfos da a pases nombres, surgen ciudades bajo su pie.

Imparable sigue susurrante, deja las flameantes torres, casas de mrmol, creacin de su plenitud tras l.

Casas de cedro lleva Atlas sobre los hombros gigantes, veloz sobre su cabeza vuelan mil velas al cielo, su poder y majestad.

Y as lleva a sus hermanos, sus tesoros y sus hijos al creador que le espera, jbiloso el corazn.

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