Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
escolares colombianas
Para caracterizar en un primer nivel este campo social y cultural, habría que
tener avizorado en primera instancia que contemporáneamente y desde hace
aproximadamente un siglo, los sistemas de significados promovidos por los Medios
de Comunicación Masivos han tomado una injerencia de primer orden en la
configuración y transformación de estos sistemas representacionales que
constituyen el Capital Cultural de las poblaciones humanas concretas. Esta
injerencia pasa por una nueva concepción de la temporalidad vital humana que;
desde la aparición del telégrafo hasta el Internet, se ha visto determinada desde
la experiencia de la simultaneidad [9], conformando así nuevos patrones de
producción de conocimiento que poseen lógicas distintas a la linealidad del texto
escrito; uno de los pilares históricos de las formas de transmisión y generación
de conocimiento al interior de los sistemas escolares occidentalizados.
Diversos autores marcan derroteros posibles en esta articulación. Del lado de los
lenguajes mediáticos, los planteamientos que proponen una inaplazable educación
crítica en competencias lectoras de las audiencias como punto de partida[18],
esbozan un campo de educación que privilegia la mirada sobre la realidad
sociocultural que sobredetermina el mensaje mediático. Vanmeenen, sostiene que la
estructuración de contenidos educativos acordes con la autoría, formato,
audiencia, contenido y propósito de los medios se articula a una ciudadanía
empoderada mediante la atención, el análisis, la reflexión y la acción productiva
en el terreno mediático.
Para Duncum, la ruta expedita en la articulación entre la escuela y los medios
masivos, parte de la consideración de cuatro dimensiones mediáticas bien
delimitadas: producción, valores, audiencia e industrias mediáticas:
“La producción y los valores son similares a la producción y a la crítica del arte
en la educación artística. Los estudiantes de medios estudian las audiencias; en
particular, como responden diferencialmente, y como existen consideraciones
demográficas en este sentido. Los estudiantes también estudian los medios como una
industria, los varios agentes involucrados, y la legislación que gobierna sus
acciones.” (p. 75)
“Sin duda, hay mucha más uniformidad aparente en la vida social humana. A través
de la cultura, los seres humanos comparten sistemas aprendidos para definir
significados, y en situaciones dadas de acción práctica, los hombres muchas veces
parecen crear similares interpretaciones de significados. Pero estas similitudes
superficiales encubren una diversidad de fondo; en una situación de acción
determinada no se puede asumir que las conductas de dos individuos, actos físicos
de características similares, tengan el mismo significado para los dos individuos
en cuestión. Siempre existe la posibilidad de que distintos individuos tengan
diferentes interpretaciones del significado de lo que, en cuanto a su forma
física, parecen ser objetos o conductas iguales o similares. Por lo tanto, una
distinción analítica crucial para la investigación interpretativa en la distinción
entre conducta, o sea, el acto físico, y acción, que es la conducta física más las
interpretaciones de significado del actor y de aquellos con quienes éste
interactúa”[19].
Se pasa por alto también en las propuestas de Jurado, Espitia, Duncum y Vaneenmen
dos dimensiones que desde la Antropología[20] y el Etnopsicoanálisis[21] cobran
una relevancia capital en la comprensión de los universos semióticos culturales:
el cuerpo y los ancestros. Más específicamente, el cuerpo que es signado
culturalmente mediante las categorías ancestrales.
No bastaría entonces con una educación mediática que permita presentar claramente
las pautas de producción que rigen el mensaje. Se haría necesario estipular una
dimensión teórica y metodológica que permita contrastar la diversidad de lecturas
y escrituras posibles desde el conocimiento local. Se hace indispensable articular
el recorrido histórico en el que se han desarrollado las formas de conocimiento
particulares, así como la influencia específica de la gramática mediática en cada
caso. Dado que la obra artística y la lectura que de ella hace la población poseen
en nuestro contexto el valor de reivindicación, la expresión popular adquiere
entonces el valor de contestación, el valor que Rodríguez ubica como la
proposición de nuevas racionalidades (192).
La tarea consiste en evitar que su lenguaje sea finalmente presa del “paradigma de
la conectividad” que traduce todos los saberes a un solo código hegemonizante; que
en cambio se pueda proponer un diálogo abierto con otras culturas desde el
afianzamiento de las raíces que conforman la lectura del ciclo vital que
caracteriza a su Sistema de Producción de Cultura Popular.
Sea cual sea la forma que adquiera esta pesquisa de las raíces históricas que
marcan el desarrollo de cada cultura, es cierto que
“La memoria asume las reivindicaciones actuales frente a las inequidades de las
cuales son aún víctimas (…). Las minorías pueden utilizar la memoria como un medio
para actuar dentro del campo social y hacer exitosa su demanda de reconocimiento
social, como ejercicio de poder sobre el conjunto de la sociedad.” [26]
El presente proyecto busca; en este sentido y en una primera fase, proponer a dos
comunidades escolares de las ciudades de Cali y Bogotá la realización de
investigaciones de carácter participativo con el objetivo de alcanzar claridad
acerca de sus dinámicas de apropiación de ambos lenguajes (el de las tradiciones
ancestrales y el proveniente de las nuevas tecnologías de la comunicación y la
información), posibilitando simultáneamente un posicionamiento de ellas frente a
la realidad social y cultural que es propuesta desde el Sistema Educativo
Colombiano, por una parte y desde los medios masivos de comunicación por otro, con
el objeto de brindar el escenario del diálogo necesario en la reformulación de una
Escuela acorde con las necesidades, posibilidades y expectativas particulares de
cada contexto local particular.
Esta primera fase se propone desde una metodología que permita distinguir las
cualidades distintivas de los procesos psicológicos, obtenidos como el resultado
de un proceso de indagación de las comunidades escolares acerca del impacto que
los mensajes mediáticos tiene en la audiencia que constituye su grupo de
referencia, y construyendo en los contextos particulares una perspectiva que
enfatice en el carácter de los medios de comunicación como artefactos
culturalmente heredados para la apropiación y redescubrimiento de las generaciones
subsecuentes[27].
Referencias bibliográficas
[1] Espitia Vásquez, 2002, p.174; Martín Barbero, 1999; Fajardo Marulanda,2002;
Ariza, Satizabal, 2003, p.55; Ángel González, Ángel, 2003, p.67; Mondragón
Ochoa,1988.
[2] Flament, 1965; Naranjo, 2004, p.298; Moscovici, 1984
[3] Angarita, 2004; Medina Gallego, 2003.
[4] De la Ossa, 2003, p. 95
[5] Gonzalez Rey, 1997, p. 28.
[6] Marková; Foppa,1991, p. 266.
[7] Martín Barbero, 1999, p. 47.
[8] Gómez, 2003, p.38.
[9] Kern, 1993
[10] Goffman, 1974, p. 561.
[11] “El hecho de que las imágenes de la TV sean tanto visuales como móviles, hace
que dicho medio resulte particularmente bien adecuado para presentar dos clases
determinadas de contenidos: por una parte, información sobre procesos dinámicos de
acción y transformación, y por otra, información relativa al espacio”
[12] Pérez, 1994, p. 89
[13] Dark, 2005.
[14] Baltrusschat, 2004.
[15] Marks, 1984, p. 56
[16] “Cultura Visual, un concepto que describe mejor el entorno diario de los
estudiantes y que reorienta la educación en artes a través de la contemplación
social y cultural”, en Aguirre (2004), p. 256.
[17] Molano Bravo, 2005, p. XXXII.
[18] Jurado, 2000, p.60, Espitia, 2002, p. 174, Vaneemen, 2005; Duncum, 1977.
[19] Wittrock, Merlin,1989, p. 213-214.
[20] Godelier; Panoff, 1988 sugieren que la creencia en espíritus sobrenaturales
se enraíza en una división entre el cuerpo y la escencia humanas, significando con
ello que las marcas fundantes que en el recorrido vital se inscriben sobre el
cuerpo es lo que permite la ligazón profunda entre los miembros del grupo. El
cuerpo sobresignificado devela para estos autores las articulaciones de la
ideología.
[21] Nathan, 1999:“Los ancestros llevan a cabo en cada nacimiento el mismo trabajo
inicialmente definido en el mito de fundación de la etnia (…). Todo bebé humano es
fabricado en la confluencia de una unión biológica y de una alianza cultural,
renovada en cada generación. Cruza de humano y divinidad, todo niño humano es
luego necesariamente un mestizo”
[22] P. 77
[23] Bekunuru, 1987.
[24] Clem, 2005.
[25] Nasof, 2004.
[26] Osorio Pérez, 2004. El Segundo párrafo de esta cita es extraído de Viaud,
Jean (2002). Contributions à l`actualisation de la notion de , La memoirememoire
collective, en Laurens Stéphane; Roussiau, Nicolas (dir) sociale. Identités et
representations sociales. Rennes, France: Presses Universitaires de Rennes.
www.lacutlturacomomapadehuellas.blogspot.com