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(Rawls, John (1996); Barcelona, p.

128-129)

El

liberalismo

poltico,

Crtica,

La justicia como equidad hace suya, como queda dicho una forma de la ltima respuesta. Pues, dado el hecho del pluralismo razonable, los ciudadanos no pueden ponerse de acuerdo en torno de ninguna autoridad moral, ya sea un texto sagrado o una institucin. Ni pueden llegar a un acuerdo respecto del orden de los valores morales, o respecto de los dictados de lo que algunos consideran como la ley natural. Adoptamos, pues, un punto de vista constructivista para determinar los trminos equitativos de la cooperacin social, considerando a esos ltimos resultantes de los principios de justicia acordados por los representantes equitativamente situados de ciudadanos libres e iguales. Las bases de este punto de vista descansan en ideas fundamentales de la cultura poltica pblica, as como en los principios y concepciones de la razn prctica compartidos por los ciudadanos. As pues, si puede formularse correctamente el procedimiento, los ciudadanos deberan ser capaces de aceptar sus principios y concepciones junto con su propia doctrina razonable. La concepcin poltica de la justicia puede entonces servir como foco de un consenso entrecruzado. De modo que slo la afirmacin de una concepcin constructivista una concepcin poltica, no metafsica permite esperar a los ciudadanos en general encontrar principios que todos puedan aceptar. Y pueden afirmarla sin necesidad de negar los aspectos ms profundos de sus doctrinas comprehensivas razonables. Dadas las diferencias que les separan, los ciudadanos no pueden satisfacer de otro modo su deseo dependiente de [su] concepcin de compartir una vida poltica en trminos aceptables para los dems, entendidos como libres e iguales. Esa idea de una vida poltica compartida no apela a la idea kantiana de autonoma, ni a la idea de individualidad de Mill, que son valores morales pertenecientes a doctrinas comprehensivas. Apela ms bien al valor poltico de una vida pblica conducida en trminos que todos los ciudadanos razonables puedan aceptar como equitativas. Eso lleva al ideal de ciudadanos democrticos que establecen sus diferencias fundamentales de acuerdo con una idea de razn pblica.

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