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La inmiscusin terrupta

Como no le melga nada que la contradigan, la seora Fifa se acerca a la Tota y ah noms le flamenca la cara de un rotundo mofo. Pero la Tota no es inane y de vuelta le arremulga tal acario en pleno tripolio que se lo ladea hasta el copo. - Asquerosa! brama la seora Fifa, tratando de sonsonarse el ayelmado tripolio que ademenos es de satn rosa. Revoleando una mazoca ms bien prolapsa, contracarga a la crimea y consigue marivolarle un suo a la Tota que se desporrona en diagona y por un momento horadra el raira con su abroncojantes bocinomias. Por segunda vez se le arrumba un mofo sin merma a flamencarle las mecochas, pero nadie le ha desmunido el encuadre a la Tota sin tener que alachufarse su contragofia, y as pasa que la seora Fifa contrae una plica de miercolamas de media resma y cuatro peticuras de estas que no te dan tiempo al vocifugio, y en eso estn arremulgndose de ida y de vuelta cuando se ve precivenir al doctor Feta que se inmoluye incltumo entre la gladiofantas. -Payahs, payahs!- crona el elegantiorum, sujetirando de las desmecrenzas empebufantes. No ha terminado de halar cuando ya le estn manocrujiendo el fano, las colotas, el rijo enjuto y las nalcunias, mofo que arriba y suo al medio y dos miercolanas que para qu. -Te das cuenta?- sinterruge la seora Fifa. -El muy cornaputo!- vociflama la Tota. Y ah noms se recompalmean y fraternulian como si no se hubieran estado polichantando ms de cuatro cafotos en plena tetamancia; son as las tofifas y las fitotas, mejor es no terruptarlas porque te desmunen el persiglotio y se quedan tan plopas. Cortzar, Julio (1969), La inmiscusin terrupta, en: ltimo round, novena edicin: 1985, Siglo XXI, Mxico.

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