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Un giro inesperado .Al finalizar la escuela secundaria ingrese en la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad Nacional de La Plata. En el tercer año comencé las concurrencias al Hospital Policlínico y con ellas
se acrecentó mi vocación al tomar contacto por primera vez con los pacientes. Nunca me limitaba a cumplir con
lo requerido por el programa, ya que, por las tardes, volvía para ver la evolución de los pacientes y conversar
con ellos.
En 1949 me gradúo como médico en la Universidad Nacional de La Plata. Para mí, la medicina era un
apostolado, tal como la consideraban los maestros griegos. Desde que era estudiante había pensado en
ejercer la profesión en algún pueblo del interior.
Allí se recibían los casos complicados de casi toda la provincia de Buenos Aires. En los dos años en que
prácticamente viví en el Hospital, obtuve un panorama general de todas las patologías y los tratamientos pero,
sobre todo, aprendí a respetar a los enfermos, la mayoría de condición humilde.
Todo hacía suponer que mi futuro estaba allí, en el Hospital Policlínico, siguiendo los pasos de mis maestros.
Por ese entonces llegó una carta de un tío de Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de 3.500 habitantes en la zona
desértica de La Pampa. Explicaba que el único médico que atendía la población, estaba enfermo y necesitaba
viajar a Buenos Aires para su tratamiento. Me pedía que lo reemplazara aunque más no fuera por dos o tres
meses. La decisión no fue fácil. Pero al final llegué a la conclusión de que unos pocos meses transcurren
rápidamente y que, mientras tanto, era posible que cambiara la situación política.
En 1950 me radico en Jacinto Aráuz, un perdido pueblito de La Pampa. Casado con María Antonia, mi novia de
la escuela secundaria, pasé a ser en ese rincón pampeano el médico de todos.
Porque decía que debía conocer el alma para poder curar el cuerpo?
La vida de los pobladores era muy dura. Los caminos eran intransitables los días de lluvia; el calor, el viento y la
arenisca eran insoportables en verano y el frío de las noches de invierno no perdonaba ni al cuerpo más
resistente. Comencé a interesarme por cada uno de mis pacientes, en los que procuraba ver su alma. De esa
forma pude llegar a conocer la causa profunda de sus padecimientos.
Vivía con mi mujer en una vieja casa. " En ella empezamos a organizar eso que llamamos clínica y que, en
verdad, era sólo un centro asistencial adecuado a las necesidades de la zona".
Dos años después de mí radicación en La Pampa, llega mi hermano, también médico, y con grandes sacrificios
armamos una sala de cirugía.
Empecinados, trabajando más de 12 horas por día, pudimos por fin comprar un equipo de rayos X. "Todo lo
que ganábamos lo invertíamos para agrandar y mejorar la clínica. Jamás compramos una sola hectárea de
campo en Jacinto Aráuz."
Leía con interés las últimas publicaciones médicas y cada tanto volvía a La Plata para actualizar mis
conocimientos. Quedaba impactado con las primeras intervenciones cardiovasculares: era la maravilla de una
nueva era. Poco a poco fue renaciendo el entusiasmo por la cirugía torácica, a la vez que iba dándole forma a
la idea de terminar con mi práctica de médico rural y viajar a los Estados Unidos para hacer una
especialización. Quería participar de la revolución y no ser un mero observador. En uno de mis viajes a La Plata
le manifesté ese deseo al Profesor Mainetti, quien me aconsejó que el lugar indicado era la Cleveland Clinic.
En 1962 viajo a los Estados Unidos a la Cleveland Clinic, para especializarme en cirugía torácica y
cardiovascular. Cinco años después, desarrollo con éxito la técnica del by-pass aorto coronario.
Al principio la mayor parte de mi trabajo se relacionaba con la enfermedad valvular y congénita. Pero mi
búsqueda del saber me llevó por otros caminos. Todos los días, apenas terminaba mi labor en la sala de cirugía,
pasaba horas y horas revisando cinecoronarioangiografías y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y
su relación con el músculo cardíaco.
A comienzos de 1967, comencé a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria.
Lleve a la práctica mis ideas por primera vez en mayo de ese año. La estandarización de esta técnica, llamada
del "bypass" o cirugía de revascularización miocárdica, fue el trabajo fundamental de mi carrera, lo cual hizo
que mi prestigio trascendiera los límites de ese país, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de
la enfermedad coronaria. Realicé 13.000 by-pass hasta mis 69 años, cuando decidí dedicarme íntegramente a
la enseñanza.
Hoy en día se realizan entre 600.000 y 700.000 cirugías de ese tipo por año solamente en los Estados
Unidos
En 1992, The New York Times lo consideró un "héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna y
revolucionó la medicina cardiaca".
Es larga la lista de distinciones internacionales que recibí. Pero la que mas me emociono fue cuando en 1980
la Universidad de Tel Aviv me designó Doctor Honoris Causa.
Publique: Recuerdos de un médico rural (1980); De La Pampa a los Estados Unidos (1993) y Don Pedro y la
Educación (1994) y más de trescientos trabajos de su especialidad. Su pasión por la historia lo llevó a escribir
dos libros de investigación y divulgación sobre el general San Martín: ¿Conoce usted a San Martín? (1987) y La
Memoria de Guayaquil (1991).
Nunca tuve pelos en la lengua, denuncie la corrupción de la dirigencia política y propugne una medicina social
al servicio del hombre. Me gusta hablar sobre casi todos los temas, con palabras sencillas pero cargadas de
crudeza lógica, que normalmente provocan rechazo en los sectores de poder.
Como Medico lógico y cabal, no dudo en dar a conocer nuevos conceptos, que no siempre caen bien en mis
colegas, como el que tomar con moderación un poco de vino y unos tragos de whisky podrían prevenir la
ateroesclerosis.
“Todos nos vamos a morir.No tengo miedo, me codeo con la muerte todos los días”
EL VER QUE TODO UN PAÍS, "SU PAÍS", JUNTO CON SUS GOBERNANTES, SE
MOVILIZARA PARA SALVAR DE LA QUIEBRA A UN CLUB DE FÚTBOL, Y NO
TUVIERAN EN CUENTA QUE SU FUNDACIÓN, CREADA PARA AYUDAR AL
NECESITADO, ESTUVIERA DESTINADA A DESAPARECER.