Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Para mamá
ACTO I
ESCENA I
(Música discordante imitando ruidos urbanos. Se abre el telón. Dos personajes, contra
una imagen de rascacielos a través de una ventana, mantienen una reunión de trabajo en
una oficina. Otro personaje toma café mientras revisa papeles y anota. Cesa la música).
VOZ.- Muy buenas, señoras y señores. ¿Están ustedes bien? No hace falta que me
respondan. En realidad, a nadie le interesa cómo estén ustedes, porque, fíjense, es la
gran ciudad. ¡Y cómo trabajan! Sobre todo aquel de allí. Pero estos otros de acá
también, no se crean. Deben de estar tratando un tema de mucho cuidado. Oigamos.
(Gómez se levanta y le quita la taza de café al otro personaje. Este quiere protestar pero
calla).
VOZ.- Les presento a Rico. Buen muchacho, me han dicho. ¡Y lo diligente que se
dispone a trabajar! ¿Pero, qué veo? No tiene mesa (Rico busca por la oficina un lugar
donde ponerse. Por fin se sienta en el suelo y abre el portafolios.) No le importa.
¡Ánimo, Rico!
RICO.- (Para sí) Buen ambiente en esta oficina, ¡vaya que sí!
GÓMEZ.- (Observándolo en pie, desde muy cerca. A Martínez) Mira dónde se ha
sentado.
MART.- Y en chamarreta que viene, sin corbata ni nada.
PERSONAJE III.- (También se ha levantado y mira a Rico desde muy cerca). ¿Has
tomado café, chaval?
RICO.- (Sin levantar la vista de sus papeles) Pues no.
PERSONAJE III.- Muy bien, levántate y tráeme una taza.
RICO.- Ya tomaré café más tarde.
MART.- Vamos chico, trae café, mucho café.
(Telón)
ESCENA II
VOZ.- ¿No se lo decía yo? Aquí a nadie le interesa cómo estén ustedes. Conque,
aguantarse y sin alborotos. La abuelita que no se duerma. Bueno, a lo que íbamos.
Rico, ya lo verán, no es de los que se rinden fácilmente. Así que, a la mañana siguiente
ya lo teníamos allí.
(Silencio. Suspiros).
MART.- Con tanto sobresalto anoche me acosté en ayunas y hoy ni he desayunado. (Se
levanta. Va a la mesa del Personaje III y le quita el bocadillo. Sin dudarlo, este saca otro
y continúa trabajando. Martínez, entretanto, se acerca hasta Rico. Desde arriba, con voz
tronante.). Y tú, ¿no tienes hambre?
RICO.- Pues…Pues no, todavía no.
GÓMEZ.- Hay que comer. Aquí se come, muchacho (Se levanta y va hacia él).
PERSONAJE III.- (También se levanta y se aproxima a Rico) Sí señor, hay que comer.
Comiendo he llegado yo a donde estoy.
MART.- Y todos. Levántate y vea por un bocadillo. ¡Tres bocadillos, muchacho!
GÓMEZ.- A mí tráeme también un cortaúñas.
(Telón)
ACTO II
ESCENA I
VOZ.- Así que Rico, el héroe de nuestro tiempo, no duró. ¿Cómo iba a durar?
Recuerdo haberle visto deambulando por la ciudad.
VOZ.- Rico siempre buscando. Hasta en el cielo buscaba, me han dicho. Al parecer,
solía ir por las noches a un parque para mirar las estrellas. Y resulta que estando en
ello una vez se le acercó una persona y… Escuchen, escuchen.
(Música espacial. Telón. Rico sentado en el parque mirando a las estrellas. Las cuenta.
Quiere mirar por detrás de ellas. Suspira. Baja la cabeza. Se rasca los ojos. Vuelve a
mirar al cielo…Entra una persona desde el fondo y cuando llega a su altura se para y le
observa un rato. Cesa la música.)
(Rico se levanta. Mira asombrado a Martínez, luego al cielo, otra vez a Martínez…)
(Música espacial. Rico y Martínez se dan la mano, se abrazan, y van caminando hacia el
fondo, charlando animadamente. Telón. Cesa la música.)
ESCENA II
VOZ.- ¡Pero qué grande eres, Rico! ¿Han visto ustedes? Ese muchacho llegará lejos.
Por lo pronto llegará hasta las estrellas, y allí… ¿quién sabe? Esperemos que
encuentre su sitio en el espacio -¿su espacio en el sitio?-, no, su sitio en el espacio. Y,
por Dios, quiera el autor que allá arriba dure. Veamos
(Música futurista. Telón. Rico al volante de una nave espacial contra un fondo de
planetas y estrellas. Junto a él el mismísimo Martínez. Cesa la música.)
MARTÍNEZ.- ¿Qué tal, chico? ¿Estás contento? Ahora sí que tienes cerca las estrellas,
¿eh?
RICO.- No se crea. No me parecen las mismas.
MART.- Natural
MART.- Lástima que no viniera Gómez con nosotros, con lo que sabe él de estas cosas,
pero con las prisas a última hora se le olvidó el cortaúñas, y él sin el cortaúñas no viaja.
RICO.- No lo entiendo
MART.- Ya lo entenderás.
RICO.- (Para sí) Jamás lo entenderé.
MART.- Mira, un cometa.
RICO.- Es grandísimo, ¡y qué cola! Oiga, Martínez, ¿qué es un cometa?
MART.- Hombre, un cometa es… (No sabe qué decir)…un cometa es una masa…una
masa de gases gaseosos gasificantes…con…con la biela más grande que el
perendengue. ¿Entiendes?
RICO.- No entiendo
MART.- Ya entenderás.
(Silencio)
RICO.- Oiga, Martínez, hay muchas cosas que ya entenderé. ¿Por qué no me explica
alguna?
MART.- Es difícil, amigo mío. Ponte en mi lugar. Yo sé mucho y tú muy poco. Pero no
te preocupes, ya lo entenderás, ya lo entenderás.
(Telón)
ACTO III
ESCENA ÚNICA
VOZ.- Sí señores, pobre Rico -¿Rico pobre?-. No, no, pobre Rico, porque el héroe de
nuestro tiempo otra cosa no será, pero multimillonario de afanes y derrotas sí que lo es.
¿O quizás debo decir “sí que lo era”? Después de tirarse uno al espacio lo mejor que
puede ocurrirle es que se quede flotando por ahí eternamente, muerto de hambre, y lo
peor… un colosal batacazo. Pero no se asusten, aún no. El autor ha querido disponer
que nuestro Rico, haciendo buenas las previsiones de los astrónomos terrícolas, y
mediante una serie de transformaciones muy difíciles de entender no solo para él, sino
para todos nosotros, (algo así como que los gases gaseosos gasificantes se apoderan
del perendengue aprovechando la casualidad de que la biela esté distraída) el autor,
digo, ha querido disponer que Rico adopte las características de un meteorito y se
precipite sobre nuestro amado planeta para dar conclusión a sus insólitas aventuras. Y
fíjense dónde va a ir a caer. ¡Qué mala suerte!
RICO.- ¡Ay! ¡Qué colosal batacazo! (Se queda en el suelo mirando a su alrededor. Las
bestias se le acercan despacio para olisquearle y tocarle).
MONO.- (Al león) ¡Tomá! ¿Has visto? ¿Y este de qué va?
LEÖN.- Parece nuevo. Y sin enchufe.
MONO.- ¿No te lo comes?
LEÓN.- (Tentándole las carnes) No sé. Está muy flacucho. Mientras lo pienso tráeme un
bocadillo, anda.
(El mono se aleja por el fondo, sin protestar)
LEÓN.- (Gritando) ¡Ah, y el cortaúñas¡
RICO.- ¿Quién eres? ¿Quién soy? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Dónde estoy?
LEÓN.- Muchas preguntas, muchacho, para estar en peligro. Yo soy el león. Estás en la
selva. Has llegado aquí de un salto. No sé quién eres ni cómo te llamas.
RICO.- (Rascándose la cabeza) Sí, ya voy acordándome. Me llamo Rico y vengo del
espacio. Oye, si tú eres un león… ¿vas a comerme?
RICO.- ¿Y éste?
LEÓN.- El mono.
MONO.- Soy el mono.
RICO.- Ya veo. Eres el mono. ¡Qué mono!
………….
Oye, León. Yo también tengo hambre. Dame un poco.
LEÓN.- ¿De mi bocadillo? ¡¿Pero cómo te atreves?! ¡Al león! (Duda un momento)
Anda, toma. A ver si engordas un poco y te como.
MONO.- Sí, sí, cómetelo.
LEÓN.- ¡Cállate mono!
RICO.- Y tú, mono, ¿qué comes?
MONO.- Fruta, solo fruta.
RICO.- Quiero fruta, mono.
LEÓN.- Tráele un plátano, mono.
(Mono se aleja por el fondo.)
LEÓN.- Aquí mando yo, ¿sabes?
RICO.- Ya veo. ¿Y estáis contentos aquí, tú mandando y él…él obedeciendo?
LEÓN.- Ley de la selva.
RICO.-No te creas. En la ciudad es lo mismo.
…………..
Oye, ¿y aquí lo entendéis todo?
LEÓN.- Claro. Aquí todo se entiende.
En la ciudad y en la selva
Y en el espacio estelar,
con los Martínez y Gómez (Salen y se dan la mano)
que son monos y leones
y todos en su lugar, (Pausa)
al héroe de nuestro tiempo (Pausa)
solo le queda esperar. (Todos)
FIN
Esta obra se compuso y representó, por primera y única vez, en Santa Susana
(Colmenarejo), en agosto de 1991. Los actores fueron Olalla Hervás, Pablo Hervás,
Enrique Daza, Daniel Daza e Iñaqui Vivanco, niños. Olalla Hervás se encargó
también de interpretar al piano la música y los ruidos de la obra. Entre el público se
encontraban abuelos, padres, hermanos de los actores y del autor. En recuerdo de
dos de ellos, José Daza Rodríguez, padre del autor, y Josefina Valero Burló,
abuela, va ahora esta primera edición escrita.