DIJISTE O DIJISTES? Si prestamos atencin veremos que no es tan raro encontrar una s gratis al final del verbo.

Si bien antes este error era ms comn en hablantes de todos los estratos sociales, lo que llama bastante la atencin, pues supone una prdida de sensibilidad lingstica del hablante promedio que antes era capaz de identificar y corregir los errores en el uso de la lengua. Ahora bien, en qu consiste el error y a qu se debe. Se trata de un fenmeno lingstico conocido como paragoge que consiste en aadir un sonido al final de una palabra. As, por ejemplo: nadies en lugar de nadie, dejastes por dejaste; dijistes por dijiste; vinistes por viniste; etc. Este error es muy frecuente en los verbos conjugados en la segunda persona del singular en pretrito indefinido: fuiste, estudiaste, hablaste, etc. y se debera a una analoga que el hablante establece inconscientemente, pues la s en los otros tiempos verbales es la marca de la segunda persona: sueaS, soabaS, soarS, soaraS, soaseS. As, el hablante considera lgico aumentar la s, pues si nos fijamos, en realidad, el quitarla es ms bien una excepcin a la regla, que llega directamente del latn amavisti (amaste) y legisti (leste), donde se empleaba la s. Si nos remontamos a la historia del castellano, veremos que hasta el siglo XVII la forma verbal con s se consideraba correcta. Pero, ojo, era la conjugacin correcta para la formacin plural: vosotros lestes, no para el singular: t leste. Aunque en Amrica el pronombre vosotros desapareci a favor de ustedes, vosotros se conserva hasta hoy en el espaol peninsular. No obstante, la forma verbal que se conjugaba con ese pronombre empez a cambiar, y se introdujo en el pretrito un diptongo, ya usado en las formas verbales del presente: lesteis, en lugar de lestes. As, al quedar modificada, con el diptongo, la oposicin entre el singular y el plural: t leste y vosotros lesteis, la forma con s qued descartada del uso culto, aunque se conservaba en el habla vulgar. De ah, los gramticos y la escuela, sobre todo, se encargaran de mantener relegada esta forma, tildndola de incorrecta o vulgar. Al final, en una lengua suele ocurrir que la fuerza del uso se impone a lo gramaticalmente correcto. Pero mientras eso no suceda, se seguir considerando en uso vulgar e incorrecto.