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( Tapa del libro ) María del Carmen

Borda
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poemas de lluvia para


un adiós

(SOLAPA)

( ESTO VA EN LA SOLAPA DEBAJO DE LA FOTO DONDE TOMO


UN LIBRO)

Carmen Borda retorna a la liturgia renovada de su lluvia. La misma y otra


lluvia que aquí se ha tornado en otro registro, ya no acompaña paisaje o
sentimiento personal; ahora la poeta, ya en el templo del agua para siempre
suyo, ha transformado aquella lluvia en un símbolo y en una visión.
El crecimiento de Borda se evidencia en el sutil trabajo de los ritmos con los
que acompasa su palabra y en la estructura toda del libro que muestra una
artista en el claro dominio de su vocación y su instrumento.

Jorge Arbeleche ( miembro


de la Academia de Letras del Uruguay)

p o e m a s d e ll u v i a p a
r a u n a d i ó s

“solo la lluvia
y el rumor de una
melodía lejana

que quedó en el tiempo”

A MANERA DE PRÓLOGO
María del Carmen Borda como todo poeta busca en este nuevo libro de
poesías crear su mundo, su imaginación en textos capaces de otorgar sentido, y
valor a la escritura. Al mismo tiempo nos brinda instrumentos para la reflexión, y
por consiguiente entender, o contar lo que se registra en su interioridad.
En este nuevo libro de Carmen poesías de lluvia para un adiós la lluvia se
convierte como un símbolo que continúa presente en todo el contexto del
poemario.
esa extraña mujer
en su templo de lluvia
esa que pretende detener un recuerdo
escaparse del camino a casa

La poeta sabe llegar al lector desde el lado emotivo y expresar su identidad


intimista, el yo cobra importancia cuando se identifica con el tú que, habla
humanizando así los espacios para que ese encuentro se produzca.
Decir cosas, algo, que vaya mas allá sin que el verso pierda su faceta
inteligible, mas allá casi rozando lo inefable y construir de esa manera varias
lecturas y sentimientos.
hagamos el dulce milagro
de escribir este poema juntos
quebrar la vulgaridad de la rutina
para llegar a la magia de la atávica época
donde las palabras salían del corazón

Sabemos que los poemas para que sean tales requieren un largo recorrido
sagrado, de madurez y experiencia donde las palabras no se encuentren atadas
solamente a la disciplina de su significado, sino que, estas se abran en exquisitas
pluralidades de sentidos.
Todo eso sentimos cuando leemos estos poemas pues ella se expresa con
claridad, simplicidad en su voz de “poesía mojada” como ella nos dice en uno de
sus versos.
En ocasiones rechaza la grandilocuencia para solo servir de vínculo al
nacimiento de algo y compartir el mito de la creación en el día, y continuar hacia
delante, hacia la utopía desde el sentimiento del amor, las palabras y los adioses.

los pobres e inocentes instantes


lluviosos
en que nos vemos
para cruzar inevitablemente
el umbral del adiós
por todo lo terriblemente abismal
que nos separa

Nuestra poeta, como todos los poetas, utiliza todos los recursos en la
búsqueda de su yo, el cual está encamado, casi siempre en lo que expresan los
versos y los poemas.
estos poemas que han quedado
entre tú y yo
lleno de burbujas brillantes
que se van apagando
a medida que nos distanciamos
espacios de silencio
que se inundan
de agua oscura
y nos dejan solos
en un
camino incierto
que nos
espera

Ahora, queremos decir que Carmen en este libro de poemas, trata de


transformar e inventar lo vivido con ese amor imposible. Y al mismo tiempo
comunicamos un estado de naciente creadora para lujo de nuestros sentidos.

Julia
Galemire

obsesión

y yo
peregrina del mundo
recogiendo rosas de color té

un paisaje verde
refresca mi memoria

y yo
peregrina del mundo
hipocondríaca de mi lugar
viajera empedernida

en busca de los vestigios

resaca marrón
que dejó el agua
y yo
peregrina del mundo
sigo buscando
la noche lejana
paraíso del universo
que fue una vez
noche
jocosa lúdica
mágica única
y hoy vuelves con la lluvia
para aferrarme a mis alucinaciones

antiguas alamedas
lejanas siluetas
que se fueron

reprimidos cenáculos eróticos

yo
la niña que recitaba a Tagore
rezaba el Ave María antes de dormirse
se persignaba frente al pecado

yo
frente a mis confesiones íntimas

yo
desechando escorias
urdiendo mi pobre poesía

que se levanta como Ave Fénix

cuando viene la noche


y llueve

lluvias y palabras
la tarde llega a su retiro existencial
llena de lluvia y de silencios
con melodías de nostalgias
algo me acecha en el cuadrilátero
donde escribo
todo se llena de palabras

palabras que

desafían
muerden
desgarran

mienten
desnudan
sufren
ríen
arremeten
se atreven
juegan
y llega mi poesía
lenta
mordiéndome
desde el calado de mis huesos
muerte lenta

muy de a poco estoy cayendo


al nuevo designio
al triste claro de luna
amor umbrío
caja de silencios
no se abrió la puerta con tu llegada

solo una puerta cerrada


entre los dos
amor mío
solo la lluvia
y el rumor de una melodía lejana

que quedó en el tiempo

ven
acompáñame a este absurdo y disparatado viaje
escribe con agua este poema
lanza a la luz cada palabra

que yacen acurrucadas en tus entrañas

ven
completa este verso

abre las reminiscencias de ese cajón olvidado

las palabras que se han ido lejos


reinvéntalas
no me dejes sola
hay algo más amor mío
descubrámoslo

ven
sigamos buscando
ese viejo y polvoriento verso
la palabra con resaca
desechémosla
hagamos el dulce milagro

de escribir este poema juntos


quebrar la vulgaridad de la rutina

para llegar a la magia de la atávica época

donde las palabras nacían del corazón

ámame
ámame ya
el día declina
aún brilla el sol

muchas hojas en blanco


esperan

es hora de encontrar
el último poema

aún podemos devorarnos

no seas pasajero solitario

no temas
descarta los miedos
los prejuicios
las amenazas

hay algo pendiente

embriaguémonos de coraje

qué se enfrenten los ángeles de alcantarilla de Alberti


con los puros e inocentes de Esther

no hay tiempo
la lluvia arrasa

el retiro existencial es inevitable

quítame la muerte
antes de caer en el abismo

la Victoria de Samotracia
es posible

sin máscara
la lluvia se va llevando tu imagen
siento el abrazo helado del pánico
y cierta celebración volátil de serenidad

me hace bien desenmascararte


te veo en realidad
desnudo de poesía
tu metáfora disuelta
desprovisto del sobretodo
de una retórica empedernida
para descubrir tu oculta
y verdadera identidad
me hace bien verte mil veces
con la palabra esfumada
bajo la lluvia
sin adornos
tu soberbia
tan solo tu desnudez
con tu total conciencia de estatus
el que haces valer
un mar revoltoso y agitado
vuelve suavemente a su cauce
y la calma
apacigua el punto neurálgico
de una esquizofrénica carrera
hacia la nada

en tu leve pasaje por mi vida


me hiciste daño
el dulce daño de enamorarme
el último
el más duradero daño
con sabor a miel

fue tan extraño


como oír una serenata de sitar
algo que venía de lejos

como esas enfermedades extrañas

que suceden sin explicación


que se filtra en la piel
que cava muy hondo
y se vuelve
crónica
no hay vacuna
ni remedio
entonces
hay que hacer el equipaje
cerrar la puerta
e irse
aunque se cargue
por un mundo de lluvia
incesante

ese dulce
daño

que no tiene fin

siempre serán momentos mágicos


los pobres e inocentes instantes
lluviosos
en que nos vemos

para cruzar inevitablemente


el umbral del adiós
por todo lo
terriblemente abismal
que nos
separa
para vivir solamente
en el altar mágico de los sueños
ni tú
ni yo
podemo
s negarlo
aunque solo de mirarnos
lleguemos al punto neurálgico
de
nuestra esencia

llueve
y se empapan las tierras de mis campos
arrastra rostros
risas y sueños

necesito una sobredosis de olvidos


que disuelvan esta lágrima
y que la lluvia borre
hasta el último vestigio
que pueda quedar de ti

debo irme bajo esta lluvia fina


necesito escaparme
aunque el sonido de los cascos
repitan gotas de tiempo

necesito cruzar la barrera


romper alambrados de púas
debo irme sin avisar
saboreando el amargo néctar de tu ausencia

y de repente vuelves
al galope atropellando
rompiendo esquemas
como sustancia cósmica
gránulos de arenas milenarias
que se esparcen por el bolsillo
de mi saco

deja que la lluvia los disuelva


déjate llevar
y que el agua
lave tus huellas
desapareciéndolas

ese gigante eterno


tragó la lluvia

despiadado infinito tierno solitario


único enorme oscuro misterioso inexpugnable

hoy llegó oscuro y hambriento


su espuma salada inundó mis pies helados
lo miré con odio y desafiante
y él me empapó de tiempos eternos
casi no lo toca el lenguaje

oculta el misterio

tragaste aquella lluvia lejana


con ella arrasaste todo
estoy condenada a ser tu esclava

me embriago de tus atardeceres

te amo cuando acaricias el viejo muelle milenario

y te odio cuando palpo tu soberbia en noches de tormentas

no
no te toca el lenguaje

ni la inteligencia
ni la palabra

inalcanzable monstruo de la naturaleza

un interrogante de Fausto

los Heraldos Negros de Vallejo

pero también están los ángeles de Marosa


en tu horizonte infinito y rosado
que me llenan de calma y de paz

me das miedo cuando me invitas a penetrarte

y yo tan débil
tan triste
tan sola

recuerdo a Alfonsina
y lloro
te toco temblando
penetro a la hora cero de la humanidad

y me embriago de eternidad

al suave rumor de la lluvia


de repente en la oscuridad de la noche
un aleteo incesante
estremeció las raíces de mi árbol
el rumor de la lluvia
acunó el despertar de tu recuerdo
y otra vez un pasajero
en un ómnibus desierto
volvía de su viaje
y yo ansiosa esperando su regreso
son pequeñas melodías
que vuelven en la noche cuando llueve
como síntomas de una enfermedad
que vuelve
memoria de astillados retazos
mojados por la lluvia

deambulan en la oscuridad bailando


al son de cada gota

ingenuos y escasos recuerdos descalzos


que me dejaste

y me siento tu hada como entonces

deseando que seamos


los únicos seres vivientes

atractivo y seductor enigma

mi secreto hecho palabra


y como tantas veces
la poesía llega
única
triste
frágil
mojada

llena de adioses
de silencios

y de ti

incendio
mi hoguera está encendida
la lluvia se encargará de apagarla

y luchará con tu maleficio


para mantenerla intacta

el fuego arde
mi vientre en desenfreno
me heriste
di mi nombre
los ángeles lloran

muero en círculo cerrado


no me salvarán

como el suave sonido


del péndulo de un reloj
como la tenue nostalgia de la muerte
la vida

la impotencia de inventar adjetivos que adornen tu imagen


inexistentes

la nada atropella
el herrumbre oxida la palabra amor

y el verso se hace desear


entre la niebla que no deja divisar tu imagen

lo que la lluvia se llevó


hasta el último sofisma

detuvo las agujas de un reloj cansado


y contaminado de herrumbre azabache

a los recuerdos los congeló


con la temperatura de cero grado

a tu risa
la deslizó en un tobogán al subsuelo
y a tu mirada oscura
no la desprendió del techo
me sigue mirando fija
en las noches frías y solas
como demostrando su poderío
ante la lluvia que no pudo

duelo lento
allí
con esa lluvia
acaba de morir
un gran amor
cuanta pasión imaginada

cuantos besos
cuerpos entrelazados
se llevó todo
los pobres sueños
al rabioso lobo hambriento

y aquí estamos
espectadores de la muerte

ese pobre solar conquistado


se llenó de agua
y aquí estamos mirando
nuestras viejas manos
con sus gestos milenarios
vacías

nadie supo a quién lloraba

espacios de silencios
esos espacios que van quedando
entre tú y yo
llenos de burbujas brillantes
que se van apagando
a medida que nos distanciamos

se callaron las voces


las ansias
las esperas
tu música y la mía

espacios de silencios
que se inundan de agua oscura

y nos dejan solos


en un camino
incierto
que nos espera.

dar a luz

se me está muriendo la poesía


se me muere
los versos se han ido lejos
contigo
tal vez

no hay formas de encontrar la salida


la selva espesa bloqueó los caminos
solo se salvan los recuerdos

las palabras se retractan contra muros de silencios

y la poesía no deja de llorar tu ausencia


en este retiro existencial

el poema da su último aliento

resquebraja la tarde recuerdos anidados

la muerte agazapada espera

la poesía intuye el final


en la sombraluz del abrazo helado

sus fuerzas declinan


apenas siento su vida que se me escapa

mi grito agudo provoca la lluvia


un cosquilleo la despierta del letargo
la sangre corre por todas las venas ardientes
sienten ganas
arremeten

todavía es tiempo
las palabras erectas se articulan

y la poesía inmortal
encuentra la salida a la luz
he parido Dios
he parido
la sujeto con mis antiquísimas manos
con sus gestos milenarios

y la acurruco sobre mis senos palpitantes

y la poesía abre sus pulmones

con su insoslayable llanto

hoy al recordarte
de pronto
se encendieron las velas
en la casa solitaria
y até la mochila
de mis días tristes
para dejarla para siempre
a la orilla del mar
para que una ola la arrastre
la hunda
no vuelva jamás

aunque sé
que regresará en un barco
y me llamará
golpeando muelles
y yo trataré de despertar
las palabras alicaídas
en una noche de luna tibia
las regaré con el perfume
de este último sueño
que se resiste a morir

y sé que las palabras mojadas


resurgirán erectas
para cumplir
su último cometido

huyendo
volando hacia el norte
me reí de la lluvia
quedaba en el sur
no podía alcanzarme
no podía mojarme
y yo en el infinito
volaba y volaba

sin embargo su agua


mojó mis entrañas
y como telaraña pegajosa
me atrapó
supe
que no podía escapar

la sentí tibia

enjugándose con mis lágrimas


supe
que estaba encadenada

a pesar de la distancia
sitiada
por miles de palabras
que rodean mi cama
mi cuarto
me acechan
con sus miles de ojos
en la mitad de la noche

se alinean escribiendo poemas


tratan de endulzarme
pero sé que me tienen presa

con suaves cadenas


imposibles de romper
y en las noches
encadenada
me arrastro hasta la ventana
y compruebo
que desde el techo
también cuelgan palabras

y desde la ventana
veo la lluvia
que inunda todo

lo que la lluvia se llevó

los tiempos jóvenes


“cuando yo sea grande”

mis niños
sus juegos
sus cantos
sus risas

la mesa servida
sin asientos vacíos

un cuarto lleno de ruidos


música muy alta

la pasión desenfrenada
mi último sueño

no pudo con la poesía

con ella
tengo el mundo

y porque te dejo ir
por ese camino de agua que baja al mar

bajo una lluvia fina e incesante

te dejo en libertad
no más palabras

liberados los dos


te miro de atrás
irte lejos
con tu caminar cansado

no
no mires para atrás

ya no te llamaré
el día declina

penetraremos en un claro de luna


que deformará
nuestra silueta

confundiéndonos con la noche

otra vez
la soledad que me espera
las fotos que me sonríen

el viento
el frío
el silencio

la misma música
los montones de gorriones friolentos
que tratan de reír en la santa rita

la hamaca movida por el viento


con un chillidito triste
como de llanto
la leña
que espera ser ardida

mi perro viejo
moviendo la cola

la lluvia resulta una promesa

el pasto escondiendo la nostalgia

los rincones que conozco de memoria

la vieja cajita musical en el estante

las paredes de donde salí y me quedo

tus libros

mi memoria se viste de fiesta


si te nombro

resistir
a tu voz que atropella en mi círculo de silencio
justo en el instante que pensaba en ti
y allí estabas tan cerca y tan distante
mis ángeles me ayudaron a no estallar en llanto
eran los mismos que aleteaban en mi infancia
los que hoy me dieron la calma
y la prudencia

mi cuerpo en desenfreno
ansias de filtrarme por el tubo
el pulso que se acelera
el grito atracado en la garganta
mi voz apenas susurrada
la tuya que volvía a mi
regresabas mojado después de mil años
las palabras se escondieron no sé donde
el sonido de voz que se fue de pronto
verás como regreso a tu memoria
una lágrima corrió por mi mejilla
te habías ido
otra vez

me desperté una vez


y te habías ido para siempre
y me habías dejado la carga de tus palabras
y tu mirada
y tu voz
y tus libros
y aquella poesía que me habías escrito una vez
y esta carga tan terriblemente pesada
y por algún lugar del mundo
sé que también
cargarás
mis palabras
mi mirada
mi voz
mis libros
mi poesía
y una lluvia
fina e incesante

que nos seguirá mojando

hasta el fin

la música la oscuridad y yo
esa música suave tibia liviana triste

esa voz que me canta al oído


esta oscuridad
esta soledad
estas ganas de ti
esta impotencia
este deseo
esta tortura

serían las vivencias de algún suicida

que habrá pensado Alfonsina antes de echarse a la mar

se puede extrañar la lluvia


de pronto cruza un tren por mi cuarto

rompe el silencio la velocidad y el ruido

son buena seña

la resistencia puede aún


todavía es posible

yo esa extraña
esa extraña mujer
en su templo de lluvia
esa que pretende detener un recuerdo
escaparse del
camino a casa
borrar el pasado y el futuro
evadir realidades
tener todas las hojas en blanco

caminar contigo descalza por el pasto verde

hacerte un café y mirar la lluvia

despertar juntos
besarte hasta el
cansancio

extraña mujer
no me
reconozco

libérame
perdidos entre círculos concéntricos
por más cerca que estemos
nos perderíamos entre puertas de espejos
sin poder nunca cruzarnos
y yo soñando con compartir tu lecho
hasta despertar en amaneceres de éxtasis
el destino tiró la piedra
y yo ilusa mujer
allí quedé
esperándote
y otra vez me pierdo en esa caja de cristal
entre círculos concéntricos
con el camino marcado
sin poder cambiar de suerte
para encontrar
un camino seco
la distancia infinita tal vez
que algún día me libere

súplica
buscar en el rincón de la conciencia
un lugar donde no llueva
recorrer las veredas de mis inviernos
caminar por los engranillados baldíos de mi alma
buscar las palabras que me identifiquen
no encontrar las palabras para decirlo
estar en soledad en noche helada
extrañándote deseándote
el cimiento me convoca

cada uno en su lugar


qué lugar

ese hombre que creé e idealicé


no existe
y lo extraño
sé que por ahí vive
y le suplico

no me dejes
sigue alimentando mis sueños
y haz posible
el milagro
de poner fin
a este poema

heme aquí
en este cruce de vías
aviones entre nubes blancas
barcos que se alejan del muelle
en este entrevero de viajes
de espacios y silencios
en este trajinar cansado
buscando algo más

heme aquí al borde del abismo Altazor


por qué este terror de ser
por qué esta nebulosa de angustias
esta soledad infinita

vamos a morir Altazor

la lluvia de ese abismo me atrae


ya se oyen sonidos de arpas
y ángeles que esperan

solo la poesía puede salvarme


ella abrirá las alas
para recibirme en suspenso
para volver a la vida
con el beso aquel
que no me
diste

muerte súbita

ese ojo de la muerte súbita


me espía y me acecha

hoy se me quebró un diente


me desesperé

el solo hecho de perder mis dientes


me desesperó

la muerte lenta
es más terrible

las arrugas
el cansancio
los olvidos
la vejez

más vale no percibir que te vas

la lluvia es mi cómplice
la necesito
torrencial y violenta
en un tiempo exacto
ella me salvará

hasta el ojo del remolino infinito


la muerte súbita
es mejor

caída al abismo
I
para hacer posible el gran viaje
debo creer ciegamente
en un viaje sin retorno

sin descanso Altazor


cómo llegar a Itaca

con puertos que vea por primera vez

con lluvias que no te mojan

amaneceres de verano
con mil cielos coloridos
con perfumes sensuales
con paisajes impresionantes
llenos de asombro
con la cabeza siempre en la isla
no temas Altazor
aún falta mucho
no hay apuros
podría visitar muchas ciudades egipcias
eso me da fuerzas
no claudicaremos en el camino

cuando lleguemos a Itaca


habremos vencido a la muerte

II

el camino a Itaca es difícil


cuesta subir los empinados
las piedras en el camino
se desparraman y lastiman

siempre están en el centro


filosas
celosas
prontas a cortar

la piel se abre y brota sangre


pero las aguas cristalinas de los valles
siempre nos esperan
cicatrizan las heridas

y nos levantamos…y seguimos…siempre seguimos


vendrán luego las espinas de los montes
y la piel se abrirá mil veces
pero siempre confiada en el valle
que nos refresca

sigo a Itaca levantándome mil veces

sigo a Itaca
no está lejos Altazor

a pesar de todo
del silencio
y de la lluvia que cae

oigo un pájaro que canta


no está en la ventana
ni en el árbol esquelético

no puede cantar
a esta hora de la noche
pero siempre me canta
es mi soledad que lo llama
está en mis entrañas eternamente
es mi llama viva
es mi aliento
es el mismo pájaro de mi infancia
es ese canto tierno
que vela mis sueños
me ausenta del silencio
de la oscuridad
de la inercia
del miedo
y porque es mío
canta en un árbol
de los montes solitarios

de mis campos

te invito
te desafío
te propongo
a que indagues
el por qué de este
abismo
el por qué de tu
huída
el por qué de tus
miedos
te reto
te provoco
te seduzco
a que me mires a los
ojos
cara a cara
frente a frente
cuerpo a cuerpo
y escuches ese canto
esa lluvia
ese viento
en la noche

yo y tú
solos
no puedes mentir

muy pronto
deberé claudicar
resignarme
someterme
muy pronto
imaginaré
que hago el amor contigo
y lloraré al despertar
y a pesar de todo
seguiré amándote
despacito
en
silencio

suavecito
tiernamente

esperándote

con mi poesía de lluvia


resistiré

y porque solo queda decir adiós

y porque estaba escrito


que te conocería un otoño
y mayo se llenaría de flores blancas
y las hojas secas danzarían en la noche
con la música del viento
y porque un día escribiste

te habían dejado sola

deseabas ser mi único hombre


y mi única familia
y porque una noche de lluvia
conocimos el paraíso

y porque entre los dos


solo hay espacios de silencios

y porque la lluvia arrasó nuestros campos

y porque para ti solo seré palabras

y porque para mi
un recuerdo inolvidable

y porque es mejor así

hoy

en la hora cero del mundo

solo puedo decirte

adiós

juro por mis ovarios

en este intrépido viaje hacia la creación


en esta forma de vida que he optado
serena canción de nebulosas fugaces

solo la poesía
impera en mi reino

y con ella reclamo


las palabras exactas

nada de vientos ancestrales


nada para el recuerdo

solo la lluvia que me acompañe


en este camino que hoy inicio
desposándome con las palabras

ya no eres ausencia
solo fuiste mi verso
encontré mi paraíso
seguiré el camino
como un designio

no quiero palabras de plástico


solo de corteza dura Altazor
tampoco palabras polvorientas
llenas de nostalgias

quiero palabras nuevas


sin pecar
y juro por mis ovarios
esta poesía que busco
será mi aliento
que alumbre mi camino

en cualquier laberinto del mundo


y aún más allá

POEMAS EN OTROS AIRES

buscándome

en cada lugar
el ser se descubre

toma forma
vacila
se ubica

se transforma

se vuelve pequeño
casi invisible

o se agranda
como un gigante

estoy buscando la forma


de adherirme

a este día tan cambiante

de lluvia
de nieve
y de sol

la naturaleza me invita
los pájaros
que no tienen frío
las ardillas
y hasta los gatos

el reflejo del sol en la nieve


lastima
y me animo

y acepto la invitación

mis pasos un tanto vacilantes


se hunden suavemente

en la nieve que se derrite

y comienzo
a buscarme

nómade

recorrí caminos
de lluvias
de nieve

de desiertos y montañas
jardines de violetas extranjeras

de alelíes
rosas
y jazmines

de parques de pinos
y abedules

buscándome

recorrí caminos
de a pie
en barcos
y en aviones

recorrí la humanidad
rostros de emigrantes

todo lo que llaman


razas
costumbres
músicas
buscándome

soy nómada
sin destino

mis pies están cansados de cargarte

dejé que se rasgara mi mochila

para dejarte
quien sabe en qué puerto

y en ese recorrido
aturdida de las metrópolis gigantes

y sofocada por el andamiaje de mil monstruos

me tiré en la arena de mi playa desierta

y descubrí que las olas te traían

y otra vez en mis orillas

renaciste
el día que yo caiga

será otoño y un día de lluvia fina

las hojas secas formarán alfombras mojadas

en las calles y en las aceras

y en mi transparencia daré mi última vuelta

por mis lugares amados


sé que habrá quienes
echen de menos mi presencia

será el día más triste


cuando mis fuerzas
ya no respondan

comenzaré a ver el mundo desde otra dimensión

recorreré continentes

y me detendré a ver los pobres de la tierra

y les pediré perdón por dejarlos

y lloraré con la lluvia de otoño

la impotencia de estar muerta

y aún
después de irme
me seguirá
doliendo el mundo

y agradeceré a mis palabras


que aún seguirán con vida

que sigan combatiendo

y poniendo luces

en los lugares grises

de esta tierra

la última lluvia …
confesi
ón …

las palabras hacen posible imaginar

un amor inexistente

un deseo reprimido

la perfección soñada
un
oasis

un secreto
un
misterio

un adiós

inventar

un lugar en el mundo

un hombre

solo fantasía

pero que hizo el milagro

adioses
los adioses como trémulos cortocircuitos de la vida
están en cada instante
están los pequeños y los grandes adioses
el adiós a las minúsculas vivencias
a miles de besos que se fueron
a sueños incumplidos
están los grandes adioses Altazor
a la niñez
a la juventud
a seres queridos que no volvieron

todos los adioses Altazor


flotan como bichitos de luz
bajo la santa rita de mi
jardín

y las estatuas blancas y estáticas


desafían al adiós
mira
mira el horizonte
para ellas no existen los adioses

están intactas
mis utopías y mi poesía

solo la utopía
… mira Altazor la muerte no existe

aún estoy viva

mira Altazor llegamos a Itaca

mira las luces en el horizonte

todo es posible …
allá en el horizonte opuesto

lejos
caía la última lluvia …

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Puede ser que en un lugar la Editorial Cruz del Sur pongan sus últimas
ediciones

EN LA TAPA DE ATRÁS VA LA FOTO DONDE ESTOY SENTADA CON UN


LIBRO MÁS LAS PALABRAS FINALES SOBRE MI TRABAJO Y LA TRIOLOGÍA
DE MIS LIBROS CON EL TEMA DE LA LLUVIA

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