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TECCIONES BLEMENTALES DE VERDADERA RELIGION PARA EL USO DB BAS CrIVERNsSIMADES, POR Ef Doster D. Ramon Garcia Cénsul, ‘del Gremio y Cléustro de la Unioersidad de Oviedo, Cate- ‘dralico de filorofia moral dele misma, Examinador sinodut de aquel Obispado y del de Lugo, cura propio y casiren- se de la parroquia de-San Jugn el Real de dicha ciudad é indiziduo de ta Sociedad. esonédmica del Principado, = eo ‘Tercera edicion. ——_— $e MADRID. YMPRENTA DEL BOLETIN DE JURISPRUDENCIA. £846, Esta obra es propicdad de su autor. PROLOGO. a No hay cosa-que decir en materia de religion aque tio haya sido dicha y repetida por tastes. sd~ ‘bios apologistas antiquos y- modernos. Por esta razon no dejard-de parecer estrafo que en. estos tiempos de tantos trabajos y penurias ptiblicas tenga humor y atrevimiento para meterme d na- da menos que escritor en una materia tan espi- nose. Por mas que todo estd escrito , y que nada se pueda inventar en drdené la religion, ‘no por eso se hade negor que su estudio: es la mas im- portante para el hombre que quiera eumplir sus deberes, porque sin ella no hay moral, ni costum- bres, ni sociedad, ni quietud, ni felictdad’en esta vida ni en la otra. Por esto manda S. M. en su reglamento pra- vistonal de estudios del 29 de octubre de 1836, gue la ciencia de ta verdadera religion se estudie en todas las unitersidades y colegios del reino en el tercer aio de Filosofia. Mas como tienen los jovenes que estudiar en'el mismo aio la Etica, Historia y Literatura universal y de Espaiia, sin escusarse de tomar alguna tintura de las verda- des de la Metaftsicapara que puedan compren~ der las ndximas y deberes que preseribé la Ett cas y los compendios de religion que eparecieron hasta ahora sow demasiado estensos y volumino— sos, para que puedan los jévenes estudiar esta -stencia divina ain perder de vista.lo demas, me dediqué 4 formar estos elementos en beneficio de la juventud. En ellos procuré que no faliase nada de lo que me parecté necesario para la-solidez y elari- dad segun el plan de los que mejor escribieron en materia de- Apologia. Mi mayor cuidado fud de esplicarme con la claridad que. necesita un. esco- lar, y con-la mayor solidéz, escogi¢ndo los argu- mentos mas fundados,-y menos metafisicos, y sin atender d la belleza y gala de estilo. Podré ha- berme equivocado; pero asegure con, sinceridad que mis deseos son el adelantamiento de la juven- tud y el servir é mi Patria con este pequeio fru- to de mi trabajo, ya que no puedo prestarle otro servicio. Pucdo. asegurar que en este compendio todo 6s ageno y todo-es mig. No soy tan vano que me precie det caudal de luces que se necesita para meterse é Creador. Ninguna de sus doctrinas es absolutamente mia. Procuré beber en buenas fuentes; y no serd estraho que por no separarme de las mismas, y desconfiar de mi poca ilustra- cion, se me hayan escapado hasta espresiones li- terales de los célebres sdbios que con tanto acierta escribieron en,.esta materia. Dichose yo, si puedo -alguna vez gloriarme de haber complacido al pi- blico, y de haber acertado con la instruccton que en este punto necesita la juvoniud estudiesd. NOCIONES — PRELININARES. — Espirita, materia. Po. el nombre de espfrite entendemos una sustancia inmaterial distinta del cuerpo. Nos- otros tenemos una idea clara del espiritu, y le eoncebimos como un ser distinto de la materia: esperimentamos que sus propiedadus son incom- patibles con las de los seres materiales 6 corps- reos. Estos son inertes, pasivos, graves, capa- ces de medida y de afectar nuestros sentidos. El espiritu es un-ser vital. activo, inmenso, sin fi- —8— gura,-simple, y por Jo tanto incapaz de ser per- cibido por los érganes sensorios. EJ es la sus~ tancia que percibe, piensa, juzga, discurre, atiende, recuerda, reflexiona: operaciones in- compatibles con las propiedades de un ser pura- mente material. EI sentimiento interior, el intimo testimonio de nuestra conciencia, nos convencen 4 cada momento de que dentro de nosotros existe una sustancia ‘espiritual, un puro espfritu , imégen viva de la divinidad, principio de nuestra vida y _de todas nuestras acciones. Esto es Jo que Ila- mamos alia del hombre. Siendo las propiedades del espfritu incompatibles con los de la materia,” y viéndonos en la precision de manifestar nues- tras ideas sobre el espiritu por medio de-un sig- no material, cual es Ja palabra, uo es estraiio que carezcamos de voces propias 6 técnicas que expresen con claridad lo que vé nuestso enten- diniento.-Asi es que en ninguna de las lenguas vivas ni muertas, antiguas ni modernas, se ‘halla ‘una You propia para significar la idea del espiri- iu; y en todas fué-menester expresaria per una metéfora. El.sopto ,, el viento, la respiracion, que es la que demuestra que vivimos, —9— Sin la mas remota idea de Ja filosoffa, no bay hombre, por rustico que, sea, que no distinga por solo las luces’ de Ya naturaleza la sustancia’ activa y principio. de todos los movimientos de Ja sustancia muerta, pasiva é¢ incapaz de.’movi-. miealo. A la primera llamamos espiritu, y 4 la segunda materia, cuerpo, sustancia metertal etc. ’ Esta distincion es tan antigua como el mundo, ¥ - tan universal como el hombre. La diferencia de estos dos seres no solothace de los sentidos, si- no tambien del testimionio de nuestra propia conciencia, 6 de lo, que. -experimentamos & cada - momento ed, nuestras operaciones. Un sér que se conoce d si mismo, y que se da cuenta de gus propias operaciones, no puede confundirse con | un sé sia movimiento: todos los hombres se conocen 4 si mismos, y por lo. tanto todos puc- den decir: yo soy una sustancia. Por analogia suponen tambien una sustancia en el cuerpo 6 en Ja materia sin que puedan comprender su esencia, esto es, sin tener idea clara de una sustancia material. Luego la idea del espfritu es clara, natural, y se funda en ef seutimiento inte~ rior; pero la de la materia es oscura, facticia y fundada sobre Ta idea de la sustancia espiritual, — fo— Examiaemos, pues,'si esta sustapcia que piensa dentro de nosctros es de naturaleza eapi-. ‘ritual 6 material: si ha de ser eterna, 6‘si pere- ce con e] cuerpo. Este examen es de ta mayor importancia para todos y cada uno de nosotros, porque si nuestra alma es material y muere con .el cuerpo, estamos reducidos 4 la escasa felici-. dad de esta ‘vida, y con dificultad podremos. sufrir las miserias y trabajos que’ continuamen- te experimentamos: no“¥ay mas estimulo para Ja virtud que Jos bienes miserables de este mun- do, ni mas recompénsa para las acciones vir- tuosas. Pero si nuestra alma es un esptritu eter- no, esto es, que no ha de morir nunca, en este caso estamos Ilenos de esperanzas consoladoras: la virtud sera eternamiente recompensada, el erf- men serd para siempre el objeto del odio y de Ja execracion de un Dios justo y severo, y las pe- ‘ purias y mortificaciones de esta vida serdn pa- gadas con’ superabundancia, porque sera Dios. su pogador. ~— {1 —~. CONCLUSION. EF alina del hombre es.de uaturaleza: espfiritaak. — Siendo tan sencilla la diferencia entre el es- ptritu y la materia, parece imposible que nin- _gun hombre de sentido comun sea capaz de po- ner en duda una verdad tan demostrada. Sin em- bargo, no le faltan impugnadores; y aunque se~ sia estraiio que los mismos gentile, porque son hombres, disputasen sobre una coso tan clara, se hace aun mas increible que los que recibie~ ron una educacion cristiana y mamaron con-la leche ta doctrina del evangelio, ataquen desca- radamente tan incoacuso aserto, dando con esto una sefial nada: equiveca de Jo que puede Ja per- versidad def 4nimo, sobre la razon, yjde que un hombre que se deja llevar de sus pasiones es capaz de desatinar hasta el infinite, porque —12— el corazon manda [a cabeza, como dijo un sabio moderno. Se Haman materialistas los que niegan Ja es- piritualidad del alma, ‘ no admiten mas seres qe los cuerpos, Es mas bieu digno de lamen- tarse que de ofenderse ver 4 Pedro Baile , ¢] au- tor del. sistema de la naturdleza, y 4 otros mu- chos célebres filésofos sostener el materialismo, aunque con poca consecucncia, porque sostienen lo contrario con la misma firmeza y el mismo aparato de elocuencia en otras obras de su puiio. Prescindiendo de las reflexiones ya expuestas, es 4 la verdad.bien poco decoroso que unos su- getos preciados de talento y luces, 4 quienes con tanto eritusiasmo ensalzan sus apasionados, se degraden Hasta el estremo de igualarse con los brutos. Sin uecesidad de que nadie me lo enseiie , Jo. sé por el testimonio de-mi conciencia que mi'al- ma piensa. Es verdad que el origen de mis pen- samientos es la sensacion, y.-que por los senti- dos solo puedo recibir impresiones materiales de abjetos purameate corpéreos ; pero esas: mismas _inpresiones transmitidas 4 mi almia, producen mas resultados que la. simple sercepcion. Yo, —i3— despues de percibidos los objetos que me dieron 4 conocer Jos érganos sensorios, los commbino, los comparo, atiendo, reflexiono, juzgo ¢ infiero, y con el auxilio de todas estas operaciones , anali- zo, descompongo y vuelyo 4 unir Jo que acabo de separar. Por este medio aprendo verdades materiales , y verdades superiores 4 la materia: mido Sptoncias intmensas, las uno. Pienso sobre lo pasado para convenirlo con lo futuro y lo pre~ sente, formo idea del espacio, de la eternidad é infinidad. zPodr4 Negar ka matesia 4 ejercer tan sublimes operaciones? ,scra capaz un cuerpo por sutil y depurado que se.le considere, producir tan maravillosos resultados ? -Ensalce , pues, -el_célebre Voltaire 4 su amigo y -compaiiero Lock , (4) porque se atrevié 4 poner en duda si un sér puramente corpéreo es capaz de pensar. Yo estoy perentoriamente convencido de. esta verdad: yo pienso, y la materia.solo me-propor— ciona dmpresiones materiales para desenvolver el pensamiento. Para que un sér pueda pensar, debo ser uno (a) Voltaire: Lettre 12. — th — -absolutamente , quiero decir, no uno con unidad de érden, como los diferentes libros colocados en los estantes sin. menoscabo de su distincion -‘constituyen ura sola librerfa , sino con -unidad " metafisica 6 de simplicidad, que excluye toda composicion. Para que yo pueda pensar, no bas- ta que pueda ver cada una de Jas partes. de un todo, sino que tambien es preciso qug pueda yerlas todas simulténeamente. Por egemplo, para que se yerifique que yo tengo facultad de pensar, no basta que pueda ver los tres angulos de una fi- gura triangular sucesivamente , sino que es in- dispensable que yo ‘pueda ver Jos tres angulos por. todos sus Jados simultdneamente., porque de to contrario no puedo reunirlos en-uno, ni for- mar idea de la figura del tridngulo, ni comparar- la con otras figuras. ni menos deducir conse- euencias de esta comparacion. Es imposible que la, materia pueda verificar estas operaciones, porque es ineapaz de ser una y simple. (4) No me parece que despues de Jo dicho, ten- drat mis lectores la mas minima nocesidad.de (4) Quien quisiere ver esta materia con mas estension Jea el diccionario enciclopédico de tergier, tradacide al os- —h— -que se les esponga el argumento de Lock, obje- sto de tos elogios del eé¢lebre Voltaire. Hay, de~ Bia Lock , muchos cuerpos que no condcemos: todos los dias estan descubriendo nuestros via- geros nuevas islas y nuevos continentes. ¥ 4quién sabe si entre los cuerpos que aun nos son desconocidos, se hallarin algunos que ten- gan por propiedad el pensamiento? Parece. in-. -creible que un fildsofo de tantas luces, 4 cuyo ingenio debemos la demostracion dela falsedad del sistema’ de Déscartes sobre el origen de nuestras ideas ; que un filésofo, ‘repito tan pro- fundo en el conocimiento del hombre , no viese que -el pensamicnto no puede ser propiedad. de ningun séc material y corpéreo, porque la mate- ria y el pensamiento se oponen tan contradicto- riamente como el sér y la nada: Y 83i como es - imposible que sc halle un cuerpo que sea nada, agi tambien es imposible hallac un. sér material 6 corpéteo , cuya propiedad sea el pensamiento. pahol, tomo 3.° pag, 568 y siguicntes, tonto ¢." pig. 162. A Valsechi: De fundamentis religionés, lib. 4.9, cap. 4.°, pag. 50. etc Inmortalidad del alia. Inmortalidad es e} privilegio de no morir..Se Nama inmortal el que jam4a ha de morir., El hombre ténia-en el. paraiso de Eden el privilegio de no’ morir; pero el pecado le sujeté 4 las enfer- medades, 4 todo género de miserias y 4 Ja muer- te, que es la mas terrible-de todas. Empero su alma, esta sustancia que piensa dentro de noso- tros, ¥ cuya espiritualidad acabamos de demos- trar, gmuere con el cuerpo?’ Esto es lo que va- mos 4 examinar. ; La inmortalidad por esencia es propia de so- Jo Dios, porque solo en él la existencia tiene la razon suficiente en_su esencia ,-como unico séc necesario. Los demas seres contingentes , esto es, que pueden ser 6 no ser, tienen todos la ra— zon sufieiente de su existencia, no en su esencia, sino en la voluntad del ser necesario, que con su infinito poder tos hizo principiar 4 existir, 6 aco- moddndonos al lenguage vulgar , los. trasladé 4 —ii— wrislir desde la nada. Esta luminosa doctrina, tan ‘comun en la metafisica, no impide que los seres ‘espirituales tengan la iamortalidad por naturale- za, esto es, fudada en los principids fisicos de la naturaleza del espfritu. Porque como este tiene, ‘como todos los seres contingentes, la razon sufi- ciente de su existencia, be en su esencia, como ya hemos dicho, sino en !a voluntad del 'sér mecesa~ Tio, claro estd que su inmortalidad , asi como su existencia, y todo lo que tiene, lo adquirié de ta mano liberal del Omnipotente. ‘Los hombres, despues dela resurrection ge- neral que nos enseiia Ja fé, serdn-tambien inmor- tales, aunque no por naturaleza 6 por sus prin- tipios fisicos, sino por un don gratuito de la bon- dad de Dios. ¥ hé aqui la, diferencia de, su -in- mortalidad 4 la de-que gozaa los-seres espiritua- les, cuya inmortalidad se puede. tambien amar incorruptibilidad, porque no tienc en sf principio alguno de corrupcion. — (§— CONCLUSION. El alsa del hombre es tamortal. — Soto puedd cotromipetse lo qué tonsta de partes, porqixé la corfuipdion hd es otra ¢osa que iun desequilibrio de las paredes que congervaban Ja trabazon de Jas pattes que componian aquella sustaticia. Si ef alma és una'sustancia puramen- te espiritual, un puro espiritu, principio de vi- da y de accion, es simple y una, no con unidad de érden , como una multitud innumerable de granos de trigo constituyen un monton de Ja ntisina semilla, sino con unidad de simplicidad — 15 — que excluye todo género de composicjon, come ya hemos demostrado. No teniendo partes: no- puede © corromperse 6 morir, porque. lo mismo yiene 4 ser 1a muerte que Ja corrupcion. Nada . Nas necesifamos para jmponer silencio 4 esos. hombres que confundiendo sus principios con, sus desaos aveqturag ja corruptibilidad del alma como cierta, porque quisieran vivir siempre en el goce de sus placeres jmpuros. Eo e! cap. 1.9 del Genesis, vers. 26, dice Dios: Hagamos al hombre d nuestra imagen y semejanza, para quspresida d Tos. animales y 6 lo que vive sobre le ticrra, y aun @ la tierra mis- ma; y efectivamente le concede Dios el cetro de toda Ja naturaleza. “No habla Dios ,. dice un »sdbio, (4) con Jos seres materiales, ni dirige su »palabra 4 las brates ; empero habla al hombre, weonversa con él, le concede derechos, te impone pdeberes, y obra con éi, como con un sér inteli- »gente, libre, duefio de sus acciones, y digno de »recompensa 6-de castigo. ySe trata de este modo (4) Borgior: Djecionario enciclopédieo de Teologita. tom, 4.4, pag: 463. +20 — »eon un animal, 6 con nn‘autémata? Cas espe- »eulaciones metaffaicas sobre.la naturaleza del »espieitu y la materia, y las disertaciones grama- »ticales sobre Ja significacion de las palabras son vmuy frias comparadas con Jas las lecciones que . »nos da la historia sagrada” (41). En efecto los patriareas y los judios creyeron esta verdad. Despues’ de haber pecado el primer hombre, le promete Dios un redentor. Esta pro. mesa nada tendria de-consoladora ,-si Adan no tuviese por cierto que su alma sobreviviria 4 la disoliscion de su cuerpo; y-solo.te consolarfa con respecto a su posteridad: ni atin esto le servirfa de consuelo, sino estuviera seguro de que las almas dé-sus venideros habian'de sobrevjyir 4 la ruina de sus cuerpos. Dijo Dios 4 Cain: Si tu obras bien, recibirds larecompensa. Pero si obras mal, tu pecado se levantaré contra ti: Génes. cap. &.° vers. 7.9 Sin embargo, Abél no recibid en este mundo.ta recompeénsa de sus virtudes, si- . no antes bien muris de un horroroso asesinato: (*) Bergier: diccion enriclop. de Teologia tom. 1.° pas. fe. — 21— empero fué el primer ejemplo trégico de 1a -per- versidad de Gain y de la inocencia del. virtuoso Abél: lo cual no pudo permitir un Dios justo, que hacfa entonces de legislador y de.juez , sino reservase el castigo y lz recompensa para las al- mas de los dos hermanos. : Fi patriarca Abraham tiene la satisfaccion de oir.de Ja boca del mismo Dios. estas lisongeras palabras: Yo mismo seré iu recompensa. Génes. cap. 15, vers. 1.° gDe que le servia, semejante promesa, si.solo se limitase. 4 la vida. presente? YY ade qué le-servirfan las demas que le hace, de multiplicar su descendencia. como .las. arenas del mar sy lasestrellas del. firmamento, sino que ‘se ‘estiendan 4 una.vida futura? Este mismo pa- triarca compra una caverna para sepulcro.de su esposa, y la deja por herencia 4 su familia. Jacob quiere que fe sepulten en esta caverna . _y dor- amir alli con sus padres. Génes cap. | 47, vers. 30. Poco le importaria sepultarse eon sus padres sino creyese firmemente la inmortalidad de sus almas. E} mismo Jacob sintiéndose cereano a la Inuerte congregé 4 sus hijos: Yo muero; les dice, onterradimne en la tumba de Abraham y de Iacac; y dijade, dirigiéndose 4 Dios: Yo eapero de vos, ~—~2— Seftor , ni salud y mi libertad. Gén. cap. 48. -vers. 18 y 29+ Bien sabia Sacob que no sana- rfa de aquella enfermedad. Su hijo José puesto en las mismas circuns- tancias que su padre dige & sus ‘hermanos: Des~ pues de mi muerte, Dios os conducird la tierra: que prometié d- nuestros padres Abraham, Tsang, y Jaéob. Elevadme entonces con vosotros. Cap. BO, vers. 28. Consta del cap. 13. del Exodo, vers. 49, que la érden de José- fué literalmente puesta en ejecucion por sus hermanos. Reducido el vittuoso Job ai Gltimo: estremo de misetia, no pierde Su valor ni sil esperao— za. Aun ctando Divs, dice , me quitére la vik da, aun esperard en dl Cap. 18. vers. 15. Los palos de mi ataud, afiade, Uevardn ti esperan—- wa; ella descansaré conmigo et el polvo del e- putero. Cap. 16, vers. 17,'6- como traduce el s4~ bio Gonzales ‘Carbajal: Aunque por sus designios soberancs Quiern tarme fa fuerte, wn él espere, Que siempre Zon benclicds y sans. —33 — ‘Bis obras 4 su vista poner quiero. Pues 4? me ha de solver, que me conoce Qua no soy un hipéerita embustero. (4} Tan enérgieco lenguage indica con toda la cla- ridad que es de desear, que Job y sus vecings los antiguos Ismaelitas creian que sa alma‘ era-in- mortal. ° . Moisés no'se olvida de renovar Ja memoria de esta importante verdad, al misme tiempe que renueva la idea de la ley natural'escrita en nuestros corazones por el dedo de! Omnipoten- te. En el cap. 18 del Deuterenomio , vers. 41, trata de desterrar de su pueblo la costumbre ad- quirida por imitacion en el Egipto, de invocar é iriterrogar A los muertos para saber las cosas ocultas. De lo cual se infiore que ambas naciones tenfan por cierta la inmortalidad de ‘las almas. En el libro 4.9 de los Reyes , cap. 28 ,-vers. 11, (a) Libros poéticos de in Biblia, tem. 44. cap. #3. pag. 108. — 2, — hizo Sadl contra esta prohicion ; que una Pilont- sa de Endor.llamase 4 Samuel, cuya alma se le aparecié en sombra, y le dijo: Por ta mahana i y tus hijos estaréis conmigo Tambien. Isafas habla del abuso que-hacian de esta practica los Israelitas cap. 8.¢ vers. 19, cap. 63, vers. &.°. Una nacion, que estuviese convencida ‘de que los:muertos no -vivian en cuanto al. alma’, estarfa bien libre de una practica semejante. Los Egipeios,.tos Cavanéos , los Calddéos, Iss Persas , los Indios , los Chinos , los Escitas , los Celtas ,.los antiguos Bretones , los Gaulos , los Griegos y Romanos , y hasta los salvages anti- guos y modernos han. creido en todos tiempos 1a inmortalidad del alma. Esta tradicion universal convencia mas el entendimiento de Marco. Tulio ty de los demas fildsofos antiguos que todas las demostraciones metafisicas. Pero los sdbios di- ‘sertadores modernos se empefian en que solo los judlos conocieron esta verdad consoladora , y que los escritores de las demas naciones la igno- rabaa profundameate, y que no hacian mencion. alguna de'ella en todos sus libros. Es verdad que este dogma no era parte de ta creencia de nin- guna de las naciones iddlatras, y que podian ad- — 35 — milirla 6 negarla sit riesgo. Mas esto sulo sirve: “para convencernos de. sa impotencia y lo. misera= ‘ble -de- todas.estas ‘falsasreligiones , asi como tambien’ -de la necesidad de una religion, vér- dadera. De los premios y penas. de la otra vida. Si-es cierto, como acabamos de demostrar, que ce] alma oo muere con el cuerpo: luego des- pues.de esta vida, hay otra, en la cual recibird cada uno el. premio de sus ‘virtudes, 6 el-casti- go de sus crfmenes : vamos 4 demostrarlo. . Hay un Dios, cuya providencia no puede de- jar impunes -los delitos, ni dejar. sin recompensa las virtudes. La filosofia nos ensefia esta yerdad que confirma la revelacion. Un Dios sin provi- ‘denci& serfa tan despreciable como el madero concedido: por Jupiter las ranas; en-una pala- bra, no seria Dios , porque Dios no puede ser — 26 — despreciablé, puesto.que su infinita Magestad es digna det mayor respecto , y merece que Je ve— neren y.acaten todas sus criaturas , rio.solo por gratitud, sino tambien por‘su:infinita: Magestad, grandeza y sabidurla. Debemos, pues, tener por uno-verdad incontestable que Ja sabiduria , om- nipotencia , bondad , providencia y justicia de Dios no pueden dejar 4 los criminales sin cas- tigo, y 4 los justos sin recompenga. Una funes- ta esperiencia nos convence de que les justos no reciben en esta vida la recompensa de sus virtudes. Raro es el justo que en esta vida prosperas y por muy content que se balle con el testimonio de su inocencia, no se puede asegurar sin escdn- dalo que un hombre virtuoso sumido en un cala- bozo y ‘sufriendo todo género. de aflicciones , la sed, el hambre, la desnudez , la privacion del trato comun con sus-hermanos, e] peso de las cadenas, los dicterios y mal semblante de un in- humano carcelero:::: que un hombre, repito , ea tales circunstancias sea un modelo de los escogi- dos de Dius, si no le anima y le sostiene Ja 28- peranza consoladera de gue despues .de esta vi- da caerd en manos de un Dios jusin que recom —27 —~ pensara con usura todos sus trabajos, hacién- “dole participante de su propia felicidad. Es cierto que estos males nacen puramente de Ja perversidad de los hombres. Pero igual- Mente quedaréinos convencidus de esta verdad, si consideramos Jas allicciones publicas, que no son obra de jos hombres, sino castigo y azote de sus crimioalidades. Una escasez general de granos, una sequia, muy duradera, que no solo niegué al hombre el inocente consuelo de re- frigerar sa drida boca, sino tambien 4 sus ind- centes hijos y aun 4 sus bestias, esas bestias (an necesarias para aliviar el trabajo de! hombre: una inundacion, un terremoto , una horrorosa _tempestad ; una guerra civil como la que esta esperimentando nuestra pobre Nacion, y de que tantas otras han sido victimas. Una peste gene- ral, como fa det célera; que acabamos de sufrir ¥ tantas como nos refieren Jas historias, que han hecho pagor ‘con la vida 4 Ja tercera parte, y aun dla mitad de los pobladores del globo. To- das estas penurias no son tinicamente para los ‘malvados; antes bien suele ser. mayor el nimero de los justos que'las sufren. ¥ si un Dios Omni- potente y justo es ef que ticne d su cargo la 2 728 recompenso dela virtud y et casligo del erimeii gcémo pueden quedar sin castigo en la otra vida los malvados que en. esta nadaron enla prosperi-~ dad Y. se salvaron del azote, sin una cotona de felicidad los -justos que perecieron victima’s ino- centes? Atendiendo 4 la naturaleza misma dela so~ ‘ciedad civil, es claro que ‘los gobiernes. solo pue- den castigar jos crimenes publicos;, pero ‘los ‘vi- cigs. privados cubiertos con cl velo del niistcrio 6-disfrazados con la capa de,ta hipocresta , tin- gin gobierno puede castigarlos. Sin embargo | to- ios sabemos los. males que réporta la sociedad de estos vicios solapados. Tampoco pueden, Jos gobiernos, ni las leyes ¢iviles mandar muchas virtudes indispensobles para la perfeccion, de la sociedad. La gratitud, la liberalidad,, ta modes~ tid, la fidelidad, la constancia, Ja corresponden- cia , el amor desintercsado de. -tyestros‘ herma— nos, son todas virtudes necesairas para la felici- dad de Sos asociados, y no pueden ser objeto de Jas leyes civiles, ni ejercitar.el celo de los go- biernos, Una.de dos; 6 Dios premia en la otra vida tan escelentes- virtudes , 6 de ly contrario quedard climuado sin ellas, en cuyo caso ¢ qué euadro tan diferente ‘no’ preséntarfa. la so- ciedad? Esto sucede con respecto 4 los crimenes y virtudes ocultas. Veamos si.bastan las leyes ci~ viles pora promover las virtudes publicas,.y en- frenar la perversidad de los malvados publicos. Es verdad, que los gobiernos estan. en continua vigilancia para castigar los delitos con arreglo 4 Jas leyes : que los tribunales administran justi- cia, forman espedientes., prenden ¥ -castigan, aplicando las leyes 4 |S casos particulares que se les presentan. Pero sin que sea mi dnime za~ herir 4 los sabios y virtuosos magistrados eB pajioles , cuya historia .¢s .en : estremo gloriosa para-la Nacion, por ta sabidurfa, pundonor’é in- tegridad incorruptible de los que ejercen, y han ejercido en todos tiempos tan: hovroso: cargo icudntos delincuentes se.8ustraen 4 la bien me- fecida pena de sus delitos, 6 fagindosd antes de _ ser arrestados, 6 escalando las carceles , 6 bur- lanio‘1a vigilancia de Jos alcaides , 6 sobornando 4 los que jos custodian , 6 haciendo eldstico un indulto, prescindiende de tos sobornos , cohe- chos é injusticias , falsedad de praebas , y otras mil causas? yPodra la providencia #4 “un . Dios. — 40 — justo-y récto dejar impunes 4 tantos criminales que llenaron y jlenan de escandalos a! uni- “verso? La razon, y ta revelacion estén enteramente de acnerdo sobre -un punto tan interesante, La revelacion nos ensejia la eternidad de Jas penas en la otra vida para los pecadores obstinados. Los fildsofos antiguos y modernos han combatide con todas sus fuerzas esta eternidad; pero: toda su elocuencia no ha podido conseguir el triunfo de demustrar Jo contrario. Por lo tanto podemos asegurar sin recelo que ‘Ja eternidad de fas pe- nas y recompensa de la “otra vida no Be opone 4 Jas luces de fa razon y de la naturaleza. "Si la sustancia que piensa dentro de nosotros es simple, inmaterial, espiritual é inmortal, co- mo queda demostrado, no pudo resultar de com- binaciones materiales Tampoco se dié 4 si mis- “ma la-existencia, porque sabemos por esperien— cia que. empezé 4 existir. Luego no pado recibie “Ya existencia sino de otro espfritu eterno é infini- to que pudiese vencer Ja infinita distancia que hay de la nada 4 Ja existencia. Por este medio pueden nuestros lectores convencerse de ta existencia’ de Dios. El sistema de los Ateos, que —3i— son los que la niegan, es intolerable, no solo por su falsedad, sino porque en su sistema no slo no hay Dios, sino que tampoco hay moral , sociabilidad, ni mas que un trastorno general ie todos los principies , y un completo piaronismo. Véase Valsechi cap. 1.°, pag. 11: Bérgier en es-. pajio! tom. 3.°, pag. 187. ¥ el mismo, tom. &.°, pag. 444. Tambien me parecié supérfiuo demostrar la libertad {{sicx del hombre, esto es, hacer ver que cuando hacemos una cosa’ con deliberacion y advertencia, esta en manos de nuestra volun- tad et hacerla Ud omitirla , 6 hacer Ia contraria. Porque si cl hombre es capaz de recompensa 6 de castigo, infaliblemente puede obrar con liber- tad, y es verdaderamente libre, puesto que so~ Yo Jas acciones libres son dignas de: recompensa 6 de castigo; y si cl hombre no-es capaz de obrar libremente, no solo es incapaz de premios y penas, sino tambien de ser regido por las leyes. Bh LA RELIGION, ee Por nombre de religion entendemos tode lo- que pertencce al culto del verdadero Dios, 6 al conocimiento. do la divinidad yd la. adoracion que se_le debe, junio con la voluntad de cumplir con esta obligacion. Por el empefio de.los moder- nos naturalistas se ha -hecho célébre. la division de Ja religion en ‘natural y sobrenatural. Como debemos 4 Dios culto interno y externo, solo aquella religion que diere 4 Digs el. debidd culto, asi interno como .externo, sera verdadera reli- gion. Es imposible que atinémos con el culto ex- — 33 — ‘terne que agrada-4 Dios, sin que él mismo diga - endl’es : en'el mismo hecho: de decfrnoslo, ya tenemos en la religion una verdad superior 4 to- das las luces de Ja naturaleza. Por Jo tanto no se puede dar religion puramente natural, si por es- te nombre se entiende una religion fundada uni- camente en las luces de la razon y en los prin- cipios de la nataraleza. ‘Mas si por nombre de religion natural enten- demos la que observaron nuestros primeros pa-_ dres y sus descendientes mientras vivieron en estado natural, 4 hasta que priacipiaron i go- zar las ventajas de la sociedad civil, en este sentido se puede admitir religion natural, que se pnede Hamar asi, porque los hombres la ha- hian recibido -con Ja naturaleza, 6 porque la zonservaron mientras vivieron cn estado natu- ral;-mas no porque podamos admitir que la re- ligion de Adam y de Jos patriarcas fuese una re- ligion iaventada por las luces de la naturaleza, ni porque en su creencia se redujese 4 las ver- dades que se pueden conocer por solas las luces de la razon: La religion de Adam, Noé y los pa- triarcas'‘no fue invencion de los hombres, sin> ‘que el mismo Dios {a cnsciié por si, mismo 4 a —3— nuestros primeros padres, y estos a sus hijos, y asi sucesivamente: tal es él origen de la religion de Abraham’, de Isaac y Jacob, y aun de Ja del santo varon Job.'Por lo que respeta 4 su creen- cia, no hay duda de que Dios ensefid 4 nues= tros pritieros padres, y estos 4 sus hijos, la ve~ nida de un mediador, libertador 6 redeator, y algunas otras verdades que constituian el -sfmbo- Jo de la fé de aquellos yarones sencillos y yir- buosos. oO Tenemos pues por evidentemente cierto que no hay religion puramente natural, y que por lo mismo la division de Ja religion en natural y sebrenatural es escusada, y denola-un lengua- ge que no es mas que una condescendencia con los-deistas que niegan 4 Dios todo culto, aunque confiesan su existencia. Vamos 4-examinar si 4 “Dios le debemos no.solamente culto interno, sino tambien externo. ‘ El culto interno es el que se reduce 4 los ac~ tos con que adoramos 4 Dios en ly interior, co- mo el amor, el temor, Ja fé, la confianza, la esperanza etc. El:culto externo es el que damos a Dios con-la invocacion exterior, la accion de gracias, los-ritos ¥ ceremontas exteriores. Va- —_ 35 — thos 4 exaininar ‘si ‘estamos .obligados 4 dar & Dios. algun’ culto , ‘si nos‘basta darle cyito inter- no, 6 3i debenios inezctarle ‘con el culto- ‘esxte- rior. ‘Haremes ver. que no. eum plimos ‘con el culto purametite interno, que se debe. -afiadir ef -culto: exterigr , y ‘que ‘éste dcbe ger -publico y solenire. PROPOSICION, abies Dehemos dar & Dies culte interno y externo, yéste dehe ser piblico y solemue. Si Dios es la causa universal de todas Jas criaturas’, como es: cégstante: Wego" youvy ‘tam- bien obra ‘de Jes*manos de Dids. Si-el que for~ mé al elefante ¥-al'mosquito ,al-cedro del Eiba~ no y al Hisopo.de la pared, formé tambieh mi —36— everpo, crié de la nada el alma que me informa, este esptritu vivificante y activo, principio fisice de nuestra vida y de nuestras operaciones :lue- go 4'4l le debo todo lo que soy, todo lo que fui, todo lo que seré-y puedo ser. Y gn0 seria la mayor de todas las ingratitudes que yo no es- iuviese agradecido, no amase, no creyese, no espetase y no confiase en un Sefior 4 quien tan- ‘to debo? Despreciable , bajo, y digno de borrarse de la lista de los mortales seria el infame que asi pagase los afanes, e] amor y los sacrificios de un Dios que tanto nos favorece , que nos colma de beneficios 4 cada paso sin merecerlo, y sin que para nada necesite de sus criaturas, puesto que sin ellas ha sido eternamente bienaventu- rado. Debemos advertir que el culto varia ‘de na- turaleza segun varia nuestra intencion, 6 lus motivos que- nos inspiren el cculto. Cuando rendimos nuestro acatamiento 4 un personage por sus cualidades particulares., v.=gr., por su potestad, por su autoridad, que solo tienen relacion eon.el orden civil y temporal de Ja so- ciedad, este seré un cullo puramente: civil. Cuando queremos honrar en otro personage una —37— dignidad, un poder, un mérito sobrenatural, cuyas ventajas solo tienen conexion. cen Ia gra- cia y la felicidad eterna , este es un culto reli- gioso. Nosotros no Lenemos otro medio para ex- plicar en lo exterior cl culto religioso, que los signos con que expresamos el culto civil; y so- Jo la-diversidad de nuestra intencion y’ de los motivos son- tes que constituyena toda la dife- renecia. De lo dicho se infiere que nuestro culto, no puede ser el mismio cuando tenemos una idea’ del todo diferente de las personas 4 quiencs se refiere, y de las razones porque se lo dirigi- mos. Solo en Dios reconocemos todas las per- fecciones , la de criador, !a de conservador, y la de unico soberano duelio; y per lo tanto solo a él te debemos Jos sentimientos de admiracion, de respeto, de reconocimiento, de confianza, de amor, de sumision, y otros que no pbdemos tener con ninguna criatura. Por lo tanto no solo Je da- mos un culto religioso sino tambien un culto su- premo.que ltamamos propiamente adoracion. Querer dar 4 otro que & Dios este culto supre- mo, seria una impiedad, uva locura. Cuando respelamos & los angeles, a os santos, 6 a la — 33 Virgen Madre de Dios, no hacemos mas que hoarar y respetar en ellos el lugar ‘distinguido y. elevado poder que Dios les ha concedido. y. les concede por un rasgo. gereroso de su infinita bondad. Por consiguicnte cuando: los, adoramos, no hacemos mas gue adorar a Dios: en ellos. Es verdad que este. no:es.culto civil; pero’ tampoco es un culto religioso supremo. En el cap. 23 de! Exodo, vers. 21, dice Dios & los Israclitas: Respetad.mi dngel, porque en él estd mi nombre. En estas palabras no les prescribe un culto civil, porque su motive dni- co es la religion 6 el respeto que nosotros tene- mos al mismo Dios. Se prosterna, una muger de Samaria. delante del profeta Eliséo, porque aca- baba de resucitar 4 un hijo stiyo. Esta muger.no trataba de protestar en Eliséo una dignidad ni-un poder civil, sino la cualidad religiosa de: profeta, de hombre de Dios, depositario de: sus secretos éiastrumento de sus -prodigios: Lib. 4.° de los Reyes, cap. 4.°, vers. 9. En el orden civil se puede Hamar culto supremo el que se rinde 4 un monarca,. y culto inferior el que damos. 4 sus ministros. Y y.por qué no ha de tener lu- gar esta distincion en materia dé culto religinse, ~-39-— por mas que.digan Basnage, Beausobre , Hide y los demas protestantes?: : ¥. si debemos dar 4 Dios culto interno, por- que le debemos todo Jo que. fuimos, todo lo que somos y. lo que..serémas , por la misma razon debemos darie. tambien culto -externo. Estamos obligados 4: protestar con el. cuerpo Ja suma.re- verencia.que le damos.con la yoluntad ‘fundados en.ja idea de convencimiento. que tenemos de su ‘infinita.magestad y. supremo dominio: sobre | todos los seres: criados. ¥ si: por haber sido el aulor. de nuestro espiritu, debemos someterle nyestras potencias espirituales; por 3a~ misma razon habiendo sido tambien ef autor de nues- tro cuerpo, debemos tambien someterle nues- tras potencias exteriores , esto es, todos nues- tros miembros y sentidos. No hay duda que el hombre nacié-para la so~ ciedad., como Jo, demuestran. sus necesidades, intereses y: utilidades. Sin la sociedad g qué se~ ria del hombre. en Ja nifiez, en la.edad decrépi- ta y en estado de enfermedad? Ei culto pura— mente interno uo basta para el hombre eu el estado civil. Nosotros lo podemos ‘conocer los movimientos interivres del alma, ni Jos misterios —hO— del: corazon btimano, sino por lo que: hiere nuestros sentidos. Asi pues, el culto puramen- te interno, sin el culto esterior, no es suficiente para la vida social. Pero el culto externo acomr paitado de-Ja buena moral, de la purega de cos- tumbres, nos mueve naturalmente 4 buen egem- plo. Esta verdad esté fundada-en la esperiencia. El escindalo es perjudicialfsimo , para la-socie- dad, ‘por la influencia. que’el mal egemplo ejerce enla moral pitblica y privada de los asociados; y en razon. directa del perjuicio que causa. ef escdndale esta el benéfico: influjo que egerce eb buen.egemplo, y por consiguiente el. culto este- tior, en las costumbres de la sociedad. Asi -ve- mos que en todas las naciones se aumenta 6 dis- minuye la coreupcion, segun se aumenta.é dis-. ininaye la piedad esterior. Ei culto externo, debe ser publico. y solemne, compuesto de ritos, ceremonias, sacrificios, obla- ciones y,signos externos. Entre estos unos son supersticiosos , porque se oftecen 4 falsas divi- nidades, 6 porque son en sf mismos ofensivos de la divinidad en el mismo hecho de ser contra rios 4 la Jey santa que el mismo Dids ha dicte-~ da: y otros son conformes 4 su divina yoluntad —Wa— porque 6] mismo los ha revelado: ya de palabra,. dignandose ensefiar por si mismo 4 los hombres, de quienes era ya padre y criador, como los sa- crifisios, ceremonias y ritos de nuestros prime- ros padres, que siguicron hasta Moisés: ya escri- biéndotes con el dedo de su omnipotencia y pu- blic4ndolos con un aparato imponente y mages~ tuoso , coma Jos que mandé por la ley de Moisés en.el monte de Sinai: ya finalmente enviando & su mismo hijo para que con su doctcica celestial, saperior 4 Ja de todos los filésofos , su egemplo™ edificante, su: resurreccion y su vida Ifena de po- breza, de modestia y de prodigios , Nenase de asombro al universe , mejorando Ja suerte def yénero humano, elevéndole 4 un estado de so- ciedad religiosa universal, cuya propagacion por medio de doce hombres risticos , pobres ¢ igno- rantes, sin mas recursos que los del cielo, cu- ya evidente credibilidad arranca la confesion de su divinidad hasta de sus mas encarnizados enemigos. Los mismos ritos , ceremonias , sacrificios y signos estcriores con que honramos 4 la divini~ dad, se tornan en supersticiosos en cl momento en que el hombre olvidado de su criador, sc log _ 42 ~_ toba, consagrandolos 4 falsas divinidades ; de la misma manegra-pasan tambien 4 ser supersticio- sos, cuando Dios manifesta. esplicitamente, su _ Yoluntad.de que sean. sustituidos.por otros. Por~ que auaque la naturaleza nos ensefia que-de- hemos adorar 4 Dies,en lo interior, como autor uatucal; empero.el culio esterno -para. que agra de a, Dios. es preciso.que el mismo. Dios nos le Prescriba 5. porque: de lo .contrario nos espen- drfames..d,.desagradarle. Por. eso todos los in- ventores de Salsas: religiones fingieron . que sit culto viniera del cielo. Por esta razon.es. su- persticioso el culto-esterior de los judios , por- que aunque fué dictado por Dios 4 Moisés, como lnego lo harémos.ver, Jesucristo por sf mismo y por. medio de sus. apéstoles demostré esplicifa- mente que.en él.se habian cumplido todas: las profectas ; y que.Dios. no debia ya ser honrado con .toros ni corderos, sino soto. con el sacrificio del cordero inmaculado. . Los gestos y movimientos apasionados en.lo esterior s0n unos signos infalibles de los -senti- tuieatos del corazon. Un hombre que se postra en el suclo indica respeto y obediencia: otro que levanta lus ojos. y las manos al cielo, -manifiesta —h3— que iroplora el-favor dé la divinidad por medio de la invocacion esterna: el que se postra de To: dillas, hiere ek aire con profandos gemidos y se di continuos: golpes.de pecho, da sefiales infa- libles: de dolor y arrepentimiento. Los ritos , ce- remonias ¥ todo el aparato esterior de los sacri- ficios' y fiestas sagradas demuestran la piedad: de Tos asociados, escitaa los afectos de los concur- rentes, y. dén un.publico testimonio de ta divi- nidad-que se.adora, y: de ta-religion que se’ pro- fesa: En todas las sociedades. publicas y priva~ das hay formulas y signos esteriores que: prego- nan de una manera indudable Ja union y frater- uidad de los asociados; y zpor qué ta religion no ha de tener tambien su lenguage peculiar, su idioma propio? Asi vemos que nunca bubo ni hay sociedad alguna sin su religion, sin ritos, ceremonias, ni sin culto publico. Léanse Jas historias antiguas y modernas, regfstrense los manuscritos y mo- numentos antiguos , y arranquense de las en- traiias de la tierra mfonedas, sepuleros y sarcé—" fagos ; y todos ellos nos confirmarda eu Ja idea de que jamds hubo. sociedad que no tuvicse su religion, sus rites v sw culte ptiblico. — En cuanto al culto. del verdadero Dios , ya hemos dicho que-el-s{mbolo, la moral y las ce- Temonias se conservaron, segun Dios las enseiid. 4 nuestros primeros padres, desde ellos hasta *Moisés. Por eso.los {sraelitas no se sorprendieron. con la ley del monte Sinaf, porque los mas de sus preceptos‘estaban ya en obseryancia desde Adam hasta Noé, otros ‘principiaron en el justo. y piadoso Abraham, y poeos merecianel nombre de nuevos. El culto-de Moisés siguié hasta que Jesucristo.enseiié’4 los hombres por sf y por me-. dio de sus apéstoles como se debe adorar 4 Dios en espfrituy verdad. BE LA POSIBILIDAD ¥ NECESIDAD DE LA REYVELAGION. _—e Entendemos por ‘revelacion ¢} acto con que Dios ensefia una verdad desconocida: revelar es lo mismo que quitar ej veld, esto es , vencer el obstdeulo de nuestra ignorancia, presentandonos una verdad que ignoribamos. Preguntar si Dios paede revelarnos alguna .cosa, parece ser lo mismo, que poner en duda no solamente todo Jo’ revelado por él, sino tambien sus atributos y perfecciones, y hasta su misma existencia. Por- que si el hombre en el hecho de ser una sus- — hG— tanciapensadtiia, puéde revelar & sus dmigos'to- dos los nisterios que oculta.6u corazon a porqué. no podrd Dios hacer lo mismo con los: hombres sus predilectus y ‘escdgidos ? Claro esti sii ne- cesidad de mas demostracion,, que poner en du, da si Dios puede revelar algo 4 sus criaturas, es hacer al hombre’ superior a Digs: es deprimir y degradar hasta lo sumo su infinito poder: es de- livar -hasta el estremo de hacer que pese Taehos, el poder de Dios, que el de sus ctiaturas, en la balanza de nuestra razon: en wna palabra, es ne- ‘gar la existencia de Dios, porque'un ‘Dios que no pudiese revelar algunas vérdades 4 sus cria- Lucas, dejaria de ser Dios, y Sect nada. Neecsidad dc la revelacion, En cuanto & 1a necesiddd de la revelacion, solo fas qne no reconozcan- -€l dogma del peeade Yi original, podrdn acaso poner en duda la necesi- | dad de una luz superior que auxilie nuestra ‘ra- zon enferma y deteriorada por la culpa de nues~ tros primeros padres. Una funesta esperiencia. nos ensefia lo poco que alcanza nuestra razon abandonada 4 sus escasas luces. Por eso algunos fildsofos sin mas auxilio que ei desu itustrada y profunda reflexion, conocieron que el hombre uo estaba segun Yabia salido de las manos .de Dios. Los delirios de los fildsofos ‘por Ja falta ‘del auxilio de la revelacion prueban hasta la eviden- cia Ja -miseria'y debilidad de nuestras fuerzas intelectuales. Ii! sistema de cmanacion geveral- mente adoptado por ellos, la dificultad insupera- “ble que hallaron en 1a facil esplicacion del origen del mal, Ya incoherencia de su mera! con la doc- ‘trina.de su creencia, el adorar:4 unos dioses 4 quienes atribuian todos los crimencs de los mal- . vados , confesar un poder sin limites 4 unos se- res que creian criminales, y poner por gefe su- premo de todos los dioses del cielo y de la tierra dun monstruo como. Jupiter , 4 quien atribuian el famoso robo de Europa y otros delitos espan- tosos: todo esto basta y sobra para convencernos de lo mucho que desatina nuestra razon abando- —1AR— wada 4 simisma y sin el auxilio de la ‘revela- cien (A}. ‘Aun para conocer con ‘claridad y exactitud Jas verdades que demuestra la multitud , érden y armonfa constante de los seres de la naturale- zo, singularmente para él conocimiento de ‘Ja - Jey natural y-aplicacion de sus maximas y prin- cipios generales, nos es indispensable ta revela~ cion. Si consideramos atentamente las fébulas ee la ‘mitologia, nos convencerémos de que hay en ella muchas. verdades mezcledas con ta faébu- ls, é inferiremos con evidencia segura, que con el tiempo se fueroa olvidando los hombres de las fecciones que recibieron de sus -antepasados , y se han introducido poco 4 poco las fibulas con las verdades que salieran del criador, y el :cal- to del verdadero Dios con la supersticion, ‘has- ta que decliné en un todo en el politeismo é idolatrfa. Hé aqui et verdadero origen de Ja fa~ bula , y el genuino manantial de las falsas reli- (1) ‘Véase ef dicclonario enciclopédica de ‘Bergier “tradn~ cido al castellano, tom. 3.°, pig. 976, y tom, 4.°, pag. 187 “tom. 8.°, pig. 243 ¥ pig, 41% —19-—- giones por mas que diga M. Dupuy-en su or igen de los culfos , en cuya obra no hizo mas ‘que una “Yaiserable rapsodia de aiguuos protéstintes ingle se8°y frdticéses que Je han’ precedido.’ ° ‘Acer eit ‘de‘la necesidad de la revelacion para éonocer el derécho natural, y aplicar sis sabias mdximag al comercio.de la‘ vida, bastara que co sideremos ja moral’ en los paises ‘dominados por el politeisnto yla idolatria. Entre los epig- cios, sezun refiere Herdédoto, entre: Jos egipcios, repito.’ ‘eélebres en. \a- historia por su sabidurfa, soto las hijas tenian’ obligacion de sdstener 4 sus padres , estando exentos por las leyes tos hijos varones de'un deber tan sagrado. Los persas, no menos célebres que los egiptios ‘por su ilustra- cion, éastigaban, segum e mismo Herddoto, con iénaccapital los crimenes de mas gravedad , rio soto en el delincuente, sino tambien en su mu- ger, hijos y parientes hasta el ultimo grado co~ nocido} Esta barbara costumbre no sclo se prac- ticaba en la Persia, sino qué tambien fué adop- tada por los cartagineses y macedonios , segun escribe §. Justino. Tambien nos asegura Diddo- ro de Sicila que en una isla que lamaban Tapro- hana se fijaron limites &!a duracion de la vida, 4 . —50— no permitiéndose que nadie pasase de nimere determinado de afios, pasado el cual tenian que vyolearse por sobre una hierva mtortffera que los hacia morir dulcemente y sin violencia (4). Aris- ldteles refiere, impugna, y detesta una ley de. los atenienses por'la cual se castigaban con igual pena los delitos graves y Jeves. Tambien: cuen- ta Eliano que en Sardes de la Libia tenian obti- gacion Jos hijos por la ley de-matar 4 sus: pa- dres por su propia mano, evando llegaban 4 la edad decrépitas Estas horrorosas leyes, salpica- das de sangre, pd son mas que suficientes para convencernos de lo que puede la razon sin la luz celestial de la revelacion. Porque si en unos paises, que aun hoy nos ponen por modelo algu- nos de nuestros filésofos, se hallaba la idea de ley natural en un- airaso tan considerable, ‘z qué sucederfa en las naciones barbaras é incultas? A esto podemos tambien agregar Ja costum- it) Esta isla se puede presumir con fondamento que fué la antigua Creta, hoy Candia, donde hay un promontorio ia- wado Trapano: 6 tul ver Musasi, provincia del Japon, ci une de sus grandes islas, Namad4 Nifon cuya capital es Jeddo. mee Se ‘bre de sacrificar victimas-del género. hmnano para calmar la ira de unos. Dioses: imaginarios que presentaban.al pueblo la idea de ta lascivia y el egemplo del: crimen..Estos sacrificios. de ‘sangre‘humana, se generalizaron y cundieron de tal manera, que aun las naciones:mas civilizadas ‘cayeron en este craso error., por lo menos en circunstancias estraordinarias. Todo el mundo sa- ‘be que entre Jas naciones de América era. tam- ‘bien costumbre.,. que .constituia parte de. su. re- digion , él saccificio de. sangre humana. ‘En cuanto & la necesidad -de ta: revelacion para saber que culto.esterior es ef que agrada al ‘criador , no:me parece’ que. habra-quien. ta pon- ga en duda, una vez:-admitida la necesidad de ‘dar 4 Dios culto interno y. esterno. Nosotros no debemos dar 4 Dios culto esterior , sin estar :se~ ‘guro de que-con éb- le agradamos. El hombre no ‘es capaz de inventarle con seguridad de que le ‘sera agradable. Por Jo tanto es indispensable que nos venga de Dios-esta verdad que necesitamos Y no podemos alcanzar con Huestras propias ln- ‘ces, y este es Jo que.se llama necesidad de la ‘revelacion. Tuego, si se nos propane una religion como —k2— revelada , ne debemos mostrarnos indiferentes, porque ya queda demostrado , que Dios recom- pensara con una felicidad y castigara con penas terribles despues de esta vida la virtud y el vicio de cada uno de los individnos de la especie hu- mana. Y siendo la religion una de-las principa- les virtudes, tanto para el bien dé la sociedad, cuanto para nuestra felicidad futura, nos intere- sa mucho averiguar hasta estar seguros de. cual es Ja religion verdaderamente revelada:-Hé aqui como hemes caido en la dificil materia del exd- men de la religion. No sera licito poner en duda si la religion catdlica es revelada 6 no es reve- lada. Una vez que’ ereemos eon {6 divina que una religion es verdaderamente Tevelada‘ no nos es Kcito jamas ponerlo en ‘duda‘, porque el que duda no cree; y el que:tina vez deja de creer, se priva desde aquel momento de la virtud de ta {6, que eomo dice el concilio de Trento, es el cimiento y la raiz de toda justificacion. — 53 — Examen do la religien. Los incrédoles pretenden que para conven- cernos de que una religion es-verdadera , debe- mos primero examinar todas las religiones, ana= lizarlas y compararlas entre sf, dando despues Ja preferencia 4 aquella que de buena f€ nos pa- rece merecerla. Esto es un desalino, y quisiéra- mos saber si eflos lo han hecho asi, 6 si son ca- paces de hacerlo. Si el hombre antes ‘de profe- sar-una religion debiese verificar tan largo ex4- men, tal vez nunca Iegar(a cl momento de pro- fesarla: porque un examen de todas jas religiones, su andlisis _y comparacion es bastante obra para toda la vida. Aventurar este absurdo seria lo mismo quo sostener, que nadie se debe decidir 4 tomar una medicina, sin aber examinado antes 3k — todos los remedios para su dolencia , analizartos. ¥ compararlos para préferir el que mejor le pa- rezea. O que nadic debe comer sin haber antes. examinado y probado todo género de alimentos, analizindolos y comparandolos ,. hasta averiguar positivamente-eudl-es el mas andiogo a, su estd— inago, y mas conforme a su salud. Pero como et hambre no tiene espera y a! hambre se le’ pay rece la necesidad:-asi como. serfa un loco eb que sintiépdose con hambre se abstuviese de comer-hasta verificar este exdmert, porque antes. de verifiearlo sucumbirfa la naturaleza a impul— sos de la debilidad, asi Lambien seria an esté— Sido mentecato ¢l que convericido de Ia necesi- dad de un culto-externo suspendiese cubric esta necesidad hasta verificar el examen, analisis y comparacion de todos los cultos del mundo. Hay un medio muy sencillo,. facil y breve para verificar este exdmen, si es que tratamos de obrar con buena fé. Una vez que hay un Dios 4 quien debemos adorar con ¢ulto. interior y ex- terior, y que este ultimo soto el mismo Dios le puede inventar ; porque solo él puede decirnos. cual es el que le agrada, como ya hemos demos- trado, solo aque! culto serd verdadero, que sa~ — 85 — bemos positivamente que fué revelado por Dios. No hay duda: el culto, que tenga en su favor pruebas positivas de haber sido reyelado por Dios ; es el verdadero y nico culto, y por con= siguionte taica a religion que le dicta y le pro- fesa. Luego la sefial infalible de Ja verdad det culto es tener ep su favor la verdadera revela-. cion. ’ Do aqui se infiere que-el eximen de una reli- gion no debe recaer sobré-el examen de sus dog— mas, #08 misterios g sus verdades.metaffsicas. Una vez probado eon la debida evidencia que Hay un Dios, 4 quicn se debé cult interno y exter- no: que solo él nos puede decir cual es et culto externo que le agrada, y que nos pucde revelar este y todas las demas verdades que lec plegue descubrirnos: el eximen, solo debe recaer sobre la verdad de la revelacion , porque verificado que Dios puede revelar, y que efectivamente Fevelé , 4 nosotros no nos toca poner coto ni Ii- mites 4 su-voluntad suprema, ni examinar lo que nos dice ; sino oir -y creer con docilidad de corazon lo que se gigne revelarnos , demostrada la verdad de haber sido revelado. El Gnico cxdmen que todos pueden: hacer es, —56— si tal verdad 6 tal dogma es révelado 6 no reve- lado , si cl cristianismo le ensefia; y si se puede demostrar que, esta religion fue solo dictada por Dios ,.y que no pudo tener.otro orfgen. Nos res- ta,pues fijar las seftales infalibles de la verdade- ra revelacion , y una vez demostrado cuales. son estas) sefiales, facil nos serd poder averiguar eal es la religion que con fundamento puede preciarse de ser verdaderamente revelada. Ha- bietido tenido Dios Ja dignacion de hablar & los hombres, no.pudo menos dé imprimir en%u. doc- " trina, celestial sefiales infalibles que no dejen confundirla con la falsamente revelada. Estas sefiales , ya hemos dicho que no eran interiores ni metafisicas , sino exteriores y fisicas 6 mora= les. Vamos 4 entrar en esta materia. Signes iufalibles de ka verdadcra revelacion. Sole el milagro y la profecia son-los signos infalibles de Ja verdadera revelacion, porque so- — AT — ld Dios puede hacer verdaderos milagrds ;°6 “solv pueden hacerse por sa virtud. Igualmente’ gé're- Serva esclusivamente & Ja divinidad el conoci- miento de las cosas futuras, 6 que no sucedieron y deben algun dia suceder; solo 4 Dios ‘est es~ elusivamente reservado este conocimiento ; y el . que‘ algun hombre anuncie lo futuro, y sea pro- feta que es lo mismo, es la mejor seal de ser un enviado, un plenipotenciario de la divinidad como diremos y demostrarémos muy luego. Va- mos 4 tratar ‘de Jos milagros, para esplicar des- pues las profectas. aw 58 — DEL MILAGRO, a Un milagro es un’suceso contrario 4 las leyes de'la naturaleza , y que no puede ser efecto de ninguna causa natural, wi puede resultar de las combinaciones de estas causas. Todzs las defiai- ciones del milagro vienen 4 dar 4 esta por.mas que se cansen y fatiguen su discurso los moder- nos filésofos, que no hacen sino copiar 4 los an- tiguos impugnadores del cristianismo. Mucho se escribe y. escribié en esta importante materia, - que deberfd darse por suficientemente ilustrada y sobradamente discutida. si algunos sugetos sé —s9— pusiesen de buena fé, y.no tuviesen interés en embrollarla. La dividiremos en cuatro puntos: 1.° Si el milagro es ‘posible. 2.° Si dado que su- cediera un milagro , pudiérames ‘distinguirle de up suceso natural, y probatlo.:3.° Si los mila- gros son ‘sigaos infalibles. de la verdad.de wna re- ligion, ‘de una doctrina. 4-° Si Dios realmente hizo-milagros en testimonio dela revelacion. Ha- rémos lo posible por ser breves en ‘todos. estos puntos. 4 ° Si el mUagro es posible. Solo un hombre que tenga el celebro desor- ganizado, 6. que proceda de mala {6 , puede. po- ner en dada esta verdad fan importante. Demos- trada fa existencia de Dios, él es la causa’ univer- sal y c} prineipia de todos los seres.“El trden — 60— constante y ‘armonia perenne de los astros , el movimiento uniforme de esos globos inmensos, que giran sobre nvestras cabezas, la Teproduc— cion continua de todos fos seres del mundo, des- de el elefante hasta-el arador , desde 3a, ballena “hasta la ostra, y desde'el cedro del Lfbano hasta él Hisopo de la pared ; todo és efecto del drden establecido por el arbitro del universo. Este dr- den noes mas que ‘la Gonexion: de las causas na- turales con sus efectos, producida por la supre- ma voluntad del arquitecto*del mundo. Por esta razon no podemos dar otra de las causas fisicas, que la voluntad de Dios. El sibio y-piadoso New- ton, este célebre fildsefo, que parece Saber naci- do para la reforma y perfeccion de las ciencias’ naturales , atribuye solo 4 Dios la gravedad, Ja atsaccion, Ja fuerza de inereia y todas Jas demas leyes f{sicas de la naturaleza. Este érden nos Ie demuestra la espenéncia 6el testimonio constante de nuestros sentidos, qae no varid en Jo mas minime. despues de. las observaciones continuas y profundas de los hom- bres distinguidos. por sus hices en el largo pe-. riédo de cerca de 7000-afios. El conjunto de los pormenores de este érden cs lo-que Hamamos —6i— leyes de la naturaleza, porque solo se reduced la gjecucion de la voluntad del Ser Supremo: Es- tas leyes nos ensefian que ei hombre muere para siempre, que el que una vez pagé 4 la naturale- za este funcsto tributo no vuelve 4 pertenecer a ‘Ja sociedad, “y que no volverd jamés 4 figurar en Ta lista de los vivientes. Si sucede que un hém- bre muerto vuelve 4 Ja vida, es un milagro por que e§ un suceso contrario 4 las leyes de ta na—- tufaleza. Por la misma razon seré an milagro qug un hombre ‘que nace sin ojos iegue'd conse- -guir el-sentido de la vista, que el que pacié con Jog qniembros secos 6 paralizadas cahsiga darles vida y movimiento etc., porque todos son sucess: cdntrarios y superiores 4 las leyes' fisicas de 1a naturaleza, y no pueden ser efecto de las causae naturales. Cuando, Dios desde la eternidad ‘arregl6- el curso y 6rden de los seres, que habian de ser obra suya, no sc quité 4 si mismo la libertad de derogar 6 suspender las léyes , que impuso 4 la naturaleza, y no 4 si mismo; porque nada hizo en,esto sino, ejercer su Jibre“ommnipotencia. Esta. libertad no se puede negar 4 Dios, sin que se li- mite su poder; y és preciso confesar que asi co~ G2 mo determing desde la- eternidad las .leyes. th sicas de la. naturaleza, determindé tambien. sépa- - arse de ellas y contrariavlas, siempre que le pa- reciesé conveniente’ para Ilamar-la -atencion de los mortales, é:instruirlos. en-alguna verdad im~ portante..Luego la ley- y sa éscepcion es efecto de la misma-voluntad de Dios, porque antes de criar el mundo, sabia muy hien lo que deberia hacer con el tiempo, y Jo ‘que harfa en. toda la ‘duracion de-los-siglos. Dicen los deistas que Bios no puede cambiar su voluntad., deshacer lo hecho, y trastornar el érden esfablecido: que esto serfa obrar contra ‘su sabidurfia; pero. que nos perdonen si les con- testamos que, 6 no entienden tas voces, 6 abu- san de su significacion . Dios, repetimos , esta- blecié este drden en la naturaleza porque quisos pudiendo haber establecido otro, si-hubiese. que- sido arreglar el mundo de otre modo. El salo po- dia libremente determinar que un hombre. muer= to.no saliese mas. de su tumba., 6 que de. un ca— ‘daver sepultado renaciese un hombre, asi como hace que brote un arbel de una semilla seputia-. da en la tierra. La resurreccion no es por lo tanto un fendmeno superior 4 sa omnipotencia. —63— Rellexionen pues que cuando resucita un hom~ bre, no muda Dios su voluntad, porque habia-ya resuelto por sus eternos. decretos arrancarle, del sepulero. y-restituirle la vida, derogando para es— te caso Ja ley general de la naturaleza. Do la misma manera el érden civil y.-el interés dela sociedad exigen que los legisladores deroguen al- guna vez tas leyes,.en un caso particular que’ produce una escepcion de la ley. gPor qué no ha de poder Dios derogar por la misma razon las le- yes fisicas en beneficio del érden moral para-en- mendar ¢ instruir al género humane, puesto que asi le exige el bien general de sus criaturas? Los ateos -y lps materialistas se equivocan cuando dicen que el drden de la naturaleza es eteroo é inmutable, porque es una consecuencia, de la necesidad eterna y absoluta de todas las. cosas. No se puede admitir ua dérden, les-dire- mos, sin una inteligencia .que le ordene, ni leyes sin un Jegislador que las dicte, las intime, y cui- de de su observancia, ni menos una necesidad 4e la cual no puede darse razon alguna, que li- mitarfa sin ninguna causa el poder de fa natura leza. Espinosa dijo, que si fuese capaz de creer la resurreccion de Lazaro, mudaria en un todo su —64—-- sistema, y le renunciaria para siempre3. nas el.cé- lebre Pedro, Baile le hizo ver que desatinaba: por- qut el mismo Espinosa dice. que es infinitael po-. der de Ja naturaleza;-y admitido este principio qqué.derecho ni razon podria buscar para soste~: ner como imposible ninguno de los milagros que. nos refiere lasagrada escaitura? (4) Lo.mismo ca-. si desatiné, aunque en diverso sentido el famoso Mirabeau en su.sistema dela naturaleza: Véase- Bergier: diccionario eneiclopéd., tom. 6.°, pag. 389. (2) 2.° Podemos distinguir con evidencia un milagro dc Wn suecso puramcnté natural, y prohar esta diferenela. ‘La resolucion de estos dos puntos y la.prue- ba evidente y sin réplica de los mismos, es de in- (1) Baile: diccionaire critique, rem, Spinosa. (2) Sisteme de [a nature parte §.*, cap. 6, pag. 86. ~65— ereible favilidad; .pero rios vemos en fa precision de discutirlos con alguna detencion, porque no hay materia que los incrédulos hubiesen tomado por sii cuenta con mas teson, ni en que caye- sen ea mas contradicciones. Dicen qué para dis- tinguir un’ milagro de un suceso natural seria preciso conocer todas las leyes de la’ naturaleza, y*saber & punto fijo hasta donde se extienden sus fuerzas. Pero por una ‘esperiencia de casi 7000 aiios , conocemos bastante la naturaleza para-persuadirnos con toda seguridad de que un hombre muerto no puede resucitar.por las leyes naturales} y que por lo tanto Ja resurreccion: de us muerte es un verdadero milagre contrario 4 estas leyes, 6 una excepcion de las mismas. JLo’ mismo se puede decir respecto 4 otros hechos que nos refiere como milagrosos la historia sa- ‘grada. . ~ _Eb-orden moral se apoya victoriosamente so- bre la Girmeza inalterable del orden fisico. Nos= otros jamds estarfamos seguros de haber obrado bien 6 mal , ni podrfiamos nunca fijarnos sobre la bondad 6 malicia de las acciones, si no estuvié- _ semos segiros de la constancia invariable de las leyes de la naturaleza, sin cuyo requisite es ab- —'6— selutamente imposible que estemos ciertos sobre las reglas* de nuestros deberes. Sabemos positi- vamente que Dios establecié leyes fisicas , que estas no pueden’ ser contrarias tas-unas 4 las _otras , porque son obra de un. bacedor omni-~ potente y sdbio: ‘que Dios no altegard el érden de la naturaleza segun le conocemos, y que wu milagro jamds podrd ser efecto de ninguna cata natural , ni de la combinacion de todas ellas. “De aqui podemos inferir sin escripulo que 4 ningue agente dard Dios la potestad de turbar e] érden del universo , ni de variar el curso ordinario-de la naturaleza: que los espfritus buenos 6 malos _ no tienen semejante poder , y mucho menas los magicos ‘6 impostorcs. Probaremos que esto no -sucedid jamas en e] mundo. _ Entre Jos sucesos que nos refiere la historia sagrada como milagrosos , hay algunos en que se deja ver una virtud superior 4 todala natu- raleza con tata claridad, que solo la temeri- dad, la demencia, 6 la.faita‘de sentido comun puede negar que fueron obra de un poder infini- to. Que un enfermo ayudado ‘con el ausilio de algunos’ remedios dictados por la benéfica ciencia de curar vaya esperimentando con lentitud al- —6i— gun alivio.en sus dolencias: que con el cuidado ¥y asistencia vaya poco 4 poco recuperando gus fuerzas hasta el extremo de ponerse en su an- tiguo estado de salud y robustez: esto putde verificarse por fa virtud de la naturaleza auxi- fiada de la medicina , como nos lo ensefia todos Jos dias una constante experiencia. Empero que una persona que arde con la calentura de una fiebre horrorosa , como la suegra de S. Pedro, que segun el Evangelio tencbatur magnis febri- ‘bus (1); y que 41a vox de un hombre se levante al punto del lecho-del dotor, no solo enteramen- te sana de su fiebre, sino tambien con sus fuer~ _ a8 recuperadas en términos de poder servirlos 4 - #2 mesa, esto es un milagro visible, . Que un enfermoe con los- miembros paraliza- dos saneglentamente 4 fuerza de tiempo y-de re- medios dictados por Ia prudencia de un sébio fa- cultativo, sera efecty del curso orditario de ta naturaleza auxiliada de la-medicina, y un nuevo motivo para venerar y distinguir en nuestro (4} Evangelion deS. Lucas: cap. 4, vers. 38: de §, Mateo cap. $.°, vers. 14: de S. Alareos cap. 1.°, vers. 30. . i —68— aprecio 4 sus sdbios profesores. Pero que un paralftico (4), con treinta y ocho aites de inmo- yilidad, que no podia tomar el baiio, porque le faitaba quien le ayudase cuando las aguas esta— ban en sazon: que este paralftice, 4 una simple yoz de Jesus, no solo se levantase de la eama con sus miembros sanos, sino tambien en estado de Hevar su ato-y su cama sobre los hombros, es un milagro que salla 4 Jos ojos"del mas es tdpido ignorante, * - Finalmente, que Jesucristo y los apdstoles sin mas remedios, ni mas aparato de medicinas que una voz é un simple tacto resucitasen los muer= tos, restituyesen la salud 4 los enfermos, el mo- vimiento 4 los paralfticos, la lengua 4 los mu- dos, la vista 4 los oiegos de nacimiento , ‘el oi- do 4 los sordvs etc. por Ja combinacign de las causas naturales; y que para esto'uo fuese ne- cesaria una? virtud divina, una, escepcion de las Jeyes de Ia naturaleza, y una interrupcion de su ordinario curso, solo un hombre inscnsato y de (4) Evangelio de §, Juan cap, 8.°, vers, 4.° ¥ Sim gulentes, —69— mala I’ podra decirto. Para couvencerse peren= toriamente de tan-élara y evidente asercion , no hay necesiddd de ser uq gran paturalista ni un profundo fildsofo; basta tener: sentido comun. El aldeano mas rustico, como el hombre ilustrado,- el ignorante como vl sdbio de buena.fé y sin-es- piritu de- partido, confesaran francamente sin la ojarasca de las disertaciones impfas, Ja diferencia entre un milagro y un suceso natural (4). Si se trata de saber si‘un milagro’ puede ser justificado, y sise puede probar 6 no-su realidad, ballarémos. en’ los deistas nuevas coutradiccio- nes. Nosotros nos Jimitarémos 4 probar que el - milagro produce certidumbre- metafisica para -el que le esperimenta en si mismo, cerlidumbre f{- sica para los. que lo vieron, y certidumbre mo- ‘ral para los que lo ‘oyeron 4 loa testigos ocu- lares., Aunque los sofistas hicieron todo lo posible por complicar esta -cuestion tan. sencilla en si misma, no hay hombre sensato que no esté cier- (1) Vedse et diccionario euviclopédico de Bergicr, tom, @.5, pas s92. —196— te por un sentimiento interior de un milagro que le haya sucedido 4 él mismo, y tan firmemente. persuadido de su verdad, como de. su propia exis- tencia. Ei paral{tico de treinta y ocho ajios, cu- rado milagrosamente por Jesucristo, estaba cier-. to. con certidumbre metafisica de la verdad de. este milagro. Et estaba seguro de su inmovilidad en tan largo periddo, al mismo tiempo sabia que. Jesucristo, sin mas medicinas ni aparatos que su. voz, al momento le puso, no solo en estado de poder andar, sino.tambien de conducir 4 cuestas su alo y sa cama: aqui no cabe ninguna ilusion. io sobrenatural de cste transito es una -conse- cuencia-que el mismo paralitico podia sacar sin equivocarse. Hay suefios, dicen los deistas, que nos se- ducen hasta el.estremo de equivocarlos con lo que nos pasa en realidad. Empero no hay, ni habra quicn sea capaz de persuadirnos de que el paralftico del Evangelio estuvo sofiando trein- ta y ocho aijos consecutivos que no podia mo- verse, y al cabo de tanto tiempo logr6’ softar fe- lizmente que podia moyerae y sostener con todo el tesen de un hombre despierto , que él que le habia sanado no era impostor, ni médico’, sino —Ti— tis enviado de Dios. Es menester llevar ef pirro- nismo al mayor grado de fataidad para no con- vencerse del: pedantisms 6 de la mala fé de se- Mejante argumento. Todos los que-vieron y trataron 4 este para- Itico , que le ayudaron 4 moverse y le prodiga- Ton consuelos en su dura afliccion, todos estoss digo. estaban ciertos con certidumbre fisica doe que era reat y verdadere su paralisis é iamovili- dad. De la misma manera estos que habiéndola visto antes en su estado de inmovilidad en e] largo periédo de treinta y ocho afios, y le vieron despues sanar de golpe y ilevar sobre sus hom- bros su hato y su pobre cama , adquirieron tam bien certidumbre fisica del milagro que le resti-+ tuyé el movimiento. No lay hombre capaz- de engafiar 4 nadie con una enfermedad fingida de | treinta y ocho afios. Tampogo pudieron engaitar- se los ojos de una multitad de Hombres , ni fas- cinarse hasta ct extremo de creer que anda puede moverse un sageto enteramente inmovil, ni puede suceder que tantos hombres tuviesea por uno mismo 4 dos sugetos diferentes. ,Qué seria en tal caso de todo el género humane? {Podria subsistir la sociedad humana si cl tes- timogio de los’ ojos ‘de tanta miultitad no: feese cierto, y pudiese enganarnos? La: narracion de esta multitud de testigns oculares- fundaba para con los contempordneos. que no,conocieran al paralttico ni habian presen- ciado su maravillosa curacion, fundeba. repito, para estos una cerlidumbre moral, 4 que. solo pudieran resistirse los que eareciesen de sentido. comun:: convencidos deaqne tanta’ multitud- de hombres, que aseguraban haber presenciado es- te prodigio que uo tenian interés ni-parcialidad en sostenerlo, sino que al contrario come jud{os tenian interés en 3u falsificacion , por haber sido hecho por un personage que trataba de destruir su culto , y si eran’ paganos igualmente, conven- cidos, digo, de la verdad de este hecho, y tras- mitiéndolo 4 nosotros por la historia, nos, comu- nican la misma certidambre moral , que Ja que ellos habian adquirido por el testimonio de los que habian presenciado el suceso milagroso. Es- ta es una verdad contra la chal nada pueden ni _ podrin las.armas del pirronismo. Seria pues el mayor de los desatinos cl em- pefiarse en que un. hecho metafisicamente cier- to para el que Jo experimenté ensi mismo, fisi- TS camente cierto pata los que lo :presenciaron;y moralmente cierto para los que lo supieron por'la multitud de testigos de vista que lo presenciaron, no: puede ser igualmente cierto para las futuras generaciones. Lo prodigioso y sobrenatural del hecho nada puede influir de mas sobre la veraci- dad- de la marracion, que sobre los ojos de fos que habian: presenciado el hecho, y sobre e! sen— timiento interior del que en si mismo lo habia experimentado. 5.° Los milagros son un motivo snficien- te para confirmar una doctrina y Probar Ja diviniaaa de una religion. —— Hasta que los deistas empezaron 4 figurar en la escena del-mundo, nadie dudé de la verdad — Th — de este.agerto ; -y fue menester toda la travesura de sw ingenio, toda la perversidad de su corazon, y toda la estravagancia de su porte, para que esasen negar 6 poner en duda -una proposicion, de-cuya certidumbre nadie dudara.en seis 6 siete. mil aiios. Estamos‘ ya cansados de repetir que nadie sino Dios arreglé el orden fisico de] mundo se- gun le vemos; que solo éi por su omnipotencia infinita sabidurfa dicté las leyes que ‘le sostie- nen; asi como él sole fué quien le erié de la na- da. Por Jo tanto él solo puede derogar 6 sus- pender estas leyes, sin que haya criatura por muy noble y excelente que sea, que pueda por sf sola trastornar en lo mas minimo, ni aun por un, solo instante, la mas pequeiia y menos im- portante de Jas leyes. fisicas que dirigen y cou- servan la maravillosa obra de su criador. Tam-. poco quiso este concedef 4 ninguna eriatura lo potestad de trastornar en lo mas m{nimo el cur~ - so ordinario de la naturaleza, ni de turbar la tranquilidad de los hombres para cuyo servicio y utilidad produjo los demas secres de! mundo. En todos tiempos tuvieron lds hombres 14 mayor confianza en Ja constante armonfa y orden peo — TT —. reune del universo, € igualmente lus Hetaron de. asombrq Ins milagros verdaderos 6 aparcates; -y de este modo su suerte en esta vida y en la otra quedaria 4 merced de malyados é impostores, si Dios les hubiese dado faciltad para-obrar pro- digios superiores 4 las fuerzas de la naturaleza: esta conducta seria muy impropia de un Dios de bondad:y opaesta 4 sy-infinita sabiduria., Por eso ei misino Dios habla con Ja claridad mas esplicita en este sentido. Despues de haber recordado 4su pueblo los prodigios: que obrara: en su favor, les dijo: Ved por esto que yo eoy eb. tinico Dios, y que no hay otro sno yo (1). El. salmista repite muchas veces que solo Dios hace milagros (2). Pregunta Moisés 4. Dios, cémo ‘podria con- yencer 4 los hebreos de la verdad de su mision,. y le responde concediéndole la potestad de hacer milagros, afiadiéndole: Yo estard en tu boca, te ensefard lo que debas decir (3}. Obedece con (1) Deuteron: esp. 32, vers. 89. (2) Salmo 74, vers. 48: Solmo 445, vers. a.* {8} Bxodo-eap, tity 12, docitidad Moisés ; y 4 vista de sus mnilagros creer: los-israelitas su divina mision ; y e! soberano ‘de Egipto se vid en la necesidad de-ceder. jAcaso pédian ser falsas }as, eredencioles que ‘Dios le dieta , ‘ni: equivocos Jos signos que Dios. le ins- pitéra , de modo que pudiesen’ ni aun- imitarléy los impostores? El asegura que ‘ejercerd sus juicios sobre el Egipto , para qué sus habitactes’ sepan' que’ éles-si Dios y su Seftor (4). ‘Los apdstoles y discipulos creyeron en Jesu- cristo cuando vieron el primero de sug tnila- gros (2).:-Muchas veces dijo 4 los judios: Las obras que yo hago en nombre de mi padre dan testimonio de -mi. Si no quereis creerma mi, erced é mis obras (3). Hablando de los inérédu- los, dicé: Si yo no hubiera hecho en su presen cia las obras que nadie hizo, na sericn culpa- bles (4). Al tiempo de volver al seno de su eter- (1) Exodo cap. 7.°, vers 3.*, (2) Evangelio de §. Juan cap, 2.°, vers. #4, «(3) Evang. de 5. Juan, cap. 9, vers. 25 y 38. (4) Mbid. cap. 48 vers, 24, —iimm. no padre les concede la potestad de liacer mi~ lagros para. probar su mision (4). 4 Deberia ni siquiera mentar semejante prueba, si tos: magi- cos é impostores y falsos: profetas pudiesen fal ‘sificarla con sus milagros ?-_ .- San Pedro declara que Sesucristo es el hijo de Dios, que resucit6, que se debe ereer en él para salvarse, y que de esta verdad son fieles testigos él y sus compaiieros: todo esto lo prueba con el: mifagro que acababa de hacer sanando 4 un tulli- ‘do de nacimiento.. (2) San Pablo funda su_predi-. cacion ,.no. en los discursos de la sabidurfa bu~ mana, sino en los dones ‘del Esp(ritu: santo yen un poder sobrenatural ;. (3) y en que | los /signos. de su apostolada fieran los milagros que, ha~. bia hecho. (&) Cuando Dios , pues , envia & un hombre 4 predicar su doctrina ,¥ le. da por credencial de su mision !a potestad de hacer mi (4) SS. Marfpos,.cap. 46. vers. 45, {2) echos apostolicos, cap, 8.°, vers, 13 y siguientes. (3) Epist. 4.2 a os Corint. cap, 2.9, vers. 4-* (4) Epist. 2.9 4 tos Corint. cap. 12. vers, 12. —18 — Jagros verdaderos, su justicia, su bondad, su ‘ommipotencia se interesan-en no permitir que este hombre se engajie ni pucda engajfiar 4 los hombres, ensejidndoles una doctrina falsd, 6 im- poniéndoles leyes injustas.” De o contrario el mismo Dios seria causa positiva de un error ine- vitable , poniendo 4 los hombres en la necesidad de arrojarse en Ja confianza de un: impostor ; y no’ podria decir en ningun ‘sentido ‘que I és‘ Ja verdad misma, fiel enemigo de Ja iniquidad, jus- to y recto. (1) Si alguno, dice, no escucha é un prafeta que habldre en mi nombre, yo seré el vengador. (2) No cesa de acusar 4 tos judios porque no escuchan 4 sus profetas, y 4 cada pa- so amenaza castigarlos. Sin embargo esta resis~ tencia serfa muy justa por parte de les judfos, si fuese posible que un profeta hiciese milagros para probar una mision falsa. gPudo Dios ame— nazar con el castigo por una justa desconfianza, {4) Deuteton. cap. 38. vors. 4.° (2) Deuleton, cap. 48, vers. 49. —19— vy porhaber seguido.-las :reglas de. la prudepcia ehumeana?:{f) 4 Huho efectivamente verdaderos mi- lagros. Esta proposicion-es una verdad constante.que ‘ningun hombre sensato puede poner en duda & ‘pesar-de'los esfuerzos ‘de! pirronismo. Vamos 4 probarlo'con algun -esmero , porque demostrada esta verdad, fos quéda Iano el resto-del camino. Confiesan los ateos que la creacion-es :el mayor de todos los milagros , y-quo‘admitida esta, no Se-puede negara posibilidad-de todos los demas. No sosteniendo. }a eternidad del -linage, homano, no hay remedio sino. confesar que el primer (4) Vedse el diction, encielopédico de Rergicr; tom. 6.9, pag. 408. — 8) — hombfe principio 4 existir per un milagto. El di+ luvio universal, que- se deja ver por la inspec> cion del.globo que habitamos , y que’solo puede poner en duda el que no haya saludadoda geo- graffa f{sica, es otro milagro (4). San Agustin en el lib. 22. de Civit. Dei, cap- 5.2, prueb& que en el principio del cristianismo es indispensable admitir verdaderos milagros. © Tos apostéles, dice, hicleroi verdadéros milagros paca probar su mision y el origen divino de la doctrina que predicaban, 610s pueblos creyeron sin milagcos las verdades misteriosas que pare—- cen mas incceibles, y no lisongean, sino que su- jetan nuestras pasiones. Si han hecho verdade- Tos milagros, no tenemos que cansar mas la plu« ma. Si no los hicieron y creyeron sus doctrinas sin milagros, su misma fé viene 4 ser un gran milagro, 6 el:mayor de todos los sucesos milagro- sos. Adviértase que }a razon de S. Agustin sirve tambien del mismo modo para demostrar la ver~ dad de los milagros de Moises. (1) Vedse @) citado diccionario, tom, 3.¢ y 4.°, artion~ les: arca, dilxvio. = Sim Eldon dethacer milagros.no se redace al pe- _quetio. {renlo de Jesucristo, sus apéstoles y dis- “efpulos, sino que fué comun 4 todos los ‘fieles. Asi lo asegura S. Pablo en sa Epist. 1.4 # Ices” de Corinto, cap. 12, 13 y 145 y los SS. pa- ares dicen que continud en los siglos. siguientes. “San Justino dice que se lanzaban los demo- ‘pio8 en nombre de Jesucristo, y que el espf- ritu 6 don de.profecia pasd de los judios 4 los “eristianog' (1). San Ireneo aiiade que. muchos -curaban los enfermedades con solo la impodicion de manos, y que algunos resucitaban los muer- tes (2): Tertuliano-pone 4 los gentiles por tes- tigos de la potestad que ejercian los cristianos para lanzar los ‘demonios (3). Tambien asegura Orfgenes haber visto muchos eufermos que cu- raron con solo la iavocacion del nombre. de Je- sucristo y la sefial de‘la cruz (4}.. Lo mismo (1) Apolog. 2.-nim, 6.8 Bidlogo con Trifun, nin 82, (3), Tyowen Adv. Mueres, lib, 2,9. cap. 52 y 87. 6) Teripl, Apotog. cap, 23. Ad Scap., cap. 2. (3) Usig, Cont, Cuis., lib, 3.9, niim, 24 ete, & — 82 — aseguran tambiem Ensebio de Cesaréa , Lactan~ cio, S. Gregorio Nacianceno y ‘Teodoreto (1). §. Gregorio de Neocesarea fué-amade el tayma~ ‘turgo por la multitud de sus milagros. San Am= brosto refiere , como testigo de vista, los mu-. cho’ que sucedian ea el sepulero-de los santos mirtires Gervasio y Protasio, y S. ‘Agustia los qué hacian en su tiempo las reliquias de S$. Es~ tebani (2). ‘Tambien demuestra esta misma verdad el empefio de lo§ gentiles en acusar de magia 4 los fieles , porque las obras y sucesos comunes no tos habian de atribuir 4 esta causa. Lo mismo se confirma tambied por el esfuerzo con que los fi- lésofos del siglo IV se empefiron en querer hacer milagros por ia teurgia, para oponerles 4 los de tos cristianos (1). Nada servird que nos respondan que si Noi- sés hubiera hecho tantos milagras’, como dicen, (#1) Eus. Demonst, Enang, lib. 3. pig, 400 y 182. (a) Lact, Divin, Fnstiti ih. A.* cap. 27 August, lib, 22 civit, Dei cap, 8.¢ {31 “Teurgia Arte de llegar 4 conocimientos sobrenatu- —%3 — no se hubieran obstinado los egipcios en su re- sistencia contra el caudillo de los hebreos, ni estos se‘habrian révelado contra Moisés,con tan- ta frecuencia: ni tampoco servird que'nos repli~- quen que si los milagros de Jesucristo hubiesen sido tan multiplicados y visibles , no hubiera de- jado de convertirse al cristjanismo un solo judfo, ni us sole gentil. La obstinacion y ceguedad de Jos incrédulos de onestros -dias nos demuestra lo contrario. Eilos se precian de sostener que aunque viesen Tesucitar un muerto , no lo cree ‘rian. Por lo tanto se puede decir de estos lo que decia S. Lucas de los judfes y gentiles: Aunque viesen, -dice, resucitar & los muertos, no lo crecrian (1)..Para que el milagro’ verifique ta ‘conversion se necesita una graciay-y no hay’ nin- guna‘que no. pueda contradecir Ja perversidad “de un corazon obstinado., tales 'y hacer wilagtps por ck auxilio do los-espiritus 6 genios a quienes los Bentiles Mamaban diosss,3 165.85. pastes Ua man demontos. (1) Feang, de S. Lunqa: cap. 46, vers. 34. DE LAS PROFRGIAS, —— Entendethos por la palabra:prefecia- la: pre- diccion 6 anungie de un suceso futuro, “bien sea libre 6 necesario, que no puede- anunciarse. por el conocimiento de Jas. causas naturales. Deci- mos que es la prediccion 6 anuncio de un suce- so futuro, para que se tenga presente que el descubrimiento de-las cosas pasadas es objeto de la revelacion; y la voz. profecia, en latin’ se llama predictio. Hemos dicho de ‘un ‘suceso futu- vo, libre & necesario ; porque la profecta pucde -recacy sobre ‘sucesos nécesarios, como de un — 33 — terremolo, de wna tempestad , de una inunda- cion repentine etc. Aiiadimos de wn suceso, que fo puede anunciarse por el conocimiento de las ecausas naturales, porque puede un. astrénomo anunciar con seguridad lds eclipses, un médico puede asegurar el alivio del enfermo, un piloto la proximida@? dé-una borrasca’, vin arquitecto el tristorno y !a ruina de un-edificio ,. sin- que 4 ninguao de estos profesores. los.hayamos.de te- ner por verdaderos profctas, por mas que de ve- Tifiquen sus anuncios,. porque se fundan én las. reglas infalibles que debén saber por el estudio de su facultad respectiva. -Por Jo tanto, para Ja verdadera profecta se necesitan evatro condiciones. 1.* Que conste cou toda. certeza que fué anunciado el" suceso antes de-verificarse, 2." Que se verificé cumpli- damente en. todas sus partes. 3." Que no-se:pu~ do. anunciar-por el: conocimiente de las eausas naturales. &.* Que ni el-anuncio prévio, ni su verificacion se*pueda atribuir 4 casualidad. La profecia que tenga estas cuatro condiciones ‘es una sefial infalible dela-verdad de la. revelacion, -porguc solo Dios pucde conocer cl porvenir con dichas circunstaicias ; y pot lo mismo solo Dios —8& — es er vbrdaderi adtok dé tas profecias, Vamos‘ ‘deinostrails: La: religion confirmada con algunas _ profecias ;: ‘ijt tebgain : lds: citidas sbnietodel; ho prubae Weds Ws der ‘ae Griged Aine. — La potestad di snpticiar lo fatto ‘es ‘supe- rivt’d pode Ik naturatézh,. es ‘asi portento que arretetaonabstta ttitaginheion, élevandota ‘hasta ei-;veuno Wet: etaiipotehte -y Vi08 Urrystia obli- géndonids G-crbet eubrith Hos: ditine. ef Sugeto qaeios lo -anvhivia: en dta-palatira, es th mi- ‘Jagiro dé 183 ‘ota. Sitblithes: Si'fides queda démos- ‘teado"qile'to puede mens He wet divin’ Ia reli- gion Tontimada dén verdaderas thilysros, por la mhisihh: vexed dveriio’s coh’ fodh Seguridad cali- fivar Ue divindta que tenga ‘en Bu bpdyocverda- -déras [proledias: —87—- Siendo evidente qae solo Dios puede ser au- lor de Ja verdadera profecfa, como ya hémos de- mostrado, la religion que tenga en su favor ver~ daderas profeofas es divina é infalible , porque si una verdad ananciada por Dios saliese falsa, se- ria Dios ef autor de la mentira’, lo cual es im- posible. No solo se seguir(a lo que ya hemps di- cho , sino que en tal caso Dios anunciaria sus ordculos para confirmor patrafiag; y en vez de buscar el-bien del género-humano, tenderia ua lazo de-infalible perdicion para sus escogides. Todos los hombres de todos los paises y'de todos los tiempos estén undnimemente confor- smes en atribair 6 Dios el orfgen de la profecta. No hay ni hubo nacion”que no tuviese sus ora- culos verdadéres 6 falsos , sus profetas que se ‘preciaban de inspirados por ‘les dioses. ;Cémo ‘pudieran taritos fandlicos é impostores persuadir “4 los pueblos de que los dioses les habian etse- * fiado to futuro ?._;Cémo pudieron‘los pueblas de- cidirse d creer sus impostaras, sus locas patra- " jias ? ‘No se puede. hallar otra razon sino Ja idea universal y juicio de toda el género ‘humano de’ que es propio de solo Dios el conocimiento de lo ’ futuro, Hasta los mas sébios filésofos gentiles — §8 — tenian por infalible esta dovtrina:. Hesiodo®, Pin- daro, Anacreon, Esquito, Sdfocles, Pacuvio, Horacio, Manilio, Stacio, y ofros casi infinitos, cuyos trozos griegos 6 latinos se pueden ver en Ja demostracion evangélica de! Itmo., Huet, axioma 4.9 Queda: pues sentado como- verdad incontestable por e] undaime consentimiento de todos: los pueblos’ y filésofos que 4 solo Dios conviene:la prevision de, los. futures, y con par- ticularidad de los libres y contingentes. ' Hasta los deistas é incrédulos sostienen esta misma virdad. El famoso’ciudadano de Ginebra en su Emilio tom.3.°. pag. 148, conficsa.fran- camente que las proféectas demuestran vittorio- samente lq verdad de unt’ religion, siempre que tengan las cuatro condiciones designadas. Los inérédulos no tienen que opocer. contra las pro- fecias sino que fyeron publicadas después de haberse verifieado el suceso, 6 que pudieron ha- -berse anunciado por la prevision fundada enJas causas naturales, 6 porque su. verificacion se puede atribuir 4 la casualidad; pero no hubo ninguno que tuviese la temeridad’ de, sostener que puede haber verdaderas profectas sin. ser Dios su -verdadero ‘autor, ni que la verdadera — 89 — profecfa con las. citadas_ cuatro condicioues deje dé ser un argumento demosfrativo de Ja divini-= dad de’ Ja religion, en cuyo favor se hubiese anunciado. Véase el citado diccionario enciclopédico’ de Rergier : tom. 8.°, pag. 139 ¥y siguientes. DE LA RELIGION YE LOS JUDIOS, Déjamos probado victoriosamente que. hay verdaderos milagros y verdaderas profectas: que Digs como drbifro.y dueiio absotuto de ta na- “turalezay puede suspender las leyes fisicas que constituyen y sostienen el drden dei univerao: que como soberano del mundo, infinitamente sa- bio, de cuyo poder dependen hasta en su exis- tencia tedas Jas’ criaturas, puedé anunciar lo. futuro, asi libre 6 contingente, como -necesario, y que 4 ch soto esta reservado hacer verdadcros tnilagros:y anunciar con’seguridad infalible lo yud ha de sucedéx en los tiéfnpos venideros. Luego la religion que se apoye don verdaderos milagros Y profectas sera la tnlith vérdadeta. “Solo hoseresta patentizar de wna’ trianera’ in- vencible que la religion de Jesuctiste tietie-d Su favor estas 08 Sefidles evidéntes de su origen diving, Y y gue pot sorisidUionte és la tihical ver— dadera. ‘Convo: Digs fib es mudable, voi tos hi- jos de los hotnbres ;: deberhos tetier présente que no haLiendo inas religion -qué la que Dios ehse- iié al genera undid, Kigvandose de afiadir en heneficio de los H¥ot Eales ef titulo de msestro 4 los de su criador, padre y conservador , ta ‘reli- gion no thidé, hi thudaré jainds, sino que es una thisina désde el principio del mundo. Prime ro fué elibbiiada de viva: Vox al pfiiter hombre: continusd despkes en gs pateiateas hasta Moisés. Desde la ley que Dios profialgé en-las dos ta- bias en el thonté Sinal, por thar de este célebre caudillo , siguié hasta qte Dios envip & su hijo unigénito 4 establecer la nueva ley. anunciada - por Jos ordculos de los profetas, afiadiendo 4-los titulos de criador, padre y maestro, el de reden—= tor de los hombres, elevando y perfeccionando —92— la misma religion., que habia.instituido desde Adan, 4un grado.de perfeccion que.asombra y confunde ‘al sdbio. pensador, .y. estableciendo una sociedad religiosa universal. Debemos.,. pues, demostrar el arigen. diving de la religion: de Moisés,. para Jo cual. demostra- rémos fa existencia’de este persouage en el tiem- po que nos anuncian sus libros: que-estos fuc- ron.obra.genuina. suya dictada-por el esp{ritu de Dios, y que legaron hasta. nosotros sin. altera- cion sustancial ; que son ciertos sus hechos y sus milagros : de todo le cual deducieémos. con seguridad auc. Dios cs cf autor de'la-religion de Jos judios. Como la religion se funda en. liechos, y es preciso demostrar la verdad de aquolla: por Ja evidencia de estos, para.mayor claridad .y_pre- cision’ en las demostraciones que, despues ale- garémos, nos ha parecido conveniente Gjar. pri- mero, las verdaderas notas 6 earacteres, que. de- ben calificar de infalible.la verdad de los -hechos. ~~ 99 Notas 6 cavactéres que ‘distinguéen los heehos ‘ ciertos. de-las: ‘patranas é imposturas. ‘Es preciso’ confesar los muchos progresos qué ‘ha: hecho la erftica: ‘con sus luces se han aclatado muchos ‘hechos de la mayérgimportan- cia, sé han falsicafido muchos que la bucna'‘fé 'te- tila por ciertos; y Yos han hecho colocar en éf niméro de consejas y patraitas Jas reglas def ar-— te critica. No obstante sus muchos adelzntamien- tos no han podido borrar de ‘los anales histéri- cos lds hechos famosos-, ‘ni las épocas’ célebres que sirvén para facilitar: el estudia de la historia dél gériero’ humano, en'‘la cual vemos las ‘ gran~ es arciones de los hombres ilustres en-la mo-~ ral, en la politica, en las ciencias, en las artes y én cl herdismo: En una’ palabra , los progresos ‘de la critica jamés podran’ evitar que sé califique de, loco y temccario al que negase’ Ja éxistencia — 9 — de la ciudad de Roma, de Atenas, de Troya, de ‘Tdbas y de Palmira; porque si el progreso ge las luces éirviese para esto , podriamos asegurar sin temeridad que - -el aumeatp de las luces nos coudagia caing por la mano al pirronismo-" Entre los heehas, unas tee vernos, otros los oimos. Los hechos que yimos’ podemos’ certifi- carlos, porque los hemos visto y podemos asc~ gurar que no estibamos dormiendo, uj sofiando Los que no hemos alganzado’ con nuestra vista nos:lo aseguean’ sip interenpeion todas-los que han-estado.presentes, ¥ par lo tanto tambien.po- demos teneclas por cjerfos. Come jos testigos pueden ser falaas » ¥ les ‘sentides nos ongatian alguna vez, vamos a examinar hasta que punto nos pueden engaiiar pugstros sentidos, y | en que casos ‘podemog eon pradencia dudar- del testi~ monio do,los que nos refjeren los hechos que no hemos preseanciado: procurarémos no,-contrayé- nir en lo-mas mf{nimo flos preceptas dela sana cribica. _ La vista y mas sentidas pueden.alguna.vez engafiarnos; pero no siempre; porque de Jo con- trario nunca eblariamos seguros. de nuestras ideas,” pucsto que todas ellas nacen de: las -sen- saciones , verdad. que demostrd.el s&bio Lock contrasel sistema de Descartes sobre las ideas. innatas. Cuando el testimonio de los sentidos es uniforme, constente, y Jos érganos esteriores, estan bien dispuestos, es un argumento infalible. de fa verdad de Jo que testifican. Porque en este casa no. hay hombre de juicio que. se atreva é poner en duda lo que nos dicen: los. sentidos. Porque no siendo win loge, nadie puede dudar de la existehcia de los-cuerpos , det so], del ‘globo de la tierra:. de ut. certanten escoldstico, de un duelo que hubiede presenciado. ; Habra , quien trate de perguadirnes de que no hay diag y no~ ches,, que .el’sal no ilumina la mansion de los. mortales, que la luz de la luna, auaqué mas es- casa que la det sol, sirve de gran alivio para el infeliz viagero , y que todo lo qne. vemos es un suefio? Pues lo mismo seria que alguno nos ase-- gurage. que el testimonio constante.y uniforme de los sentidos. bien organizados pueda. envolver- nos en falsedades. Dios es et unico autor de nivestrgs érganos sensorios, él les destind.4 que sirviesen al-alma de mensageros que le'dén cuenta de todo-lo que pasa. fuera de nosatres, El fué quien nos did es- —-96 — ta propension que nos arrastra & juzgar y tener por cierto todo lo que. constanté y uniformesnente nos reficren nuestros sentidos en estado de bue- na organizacion. Luego si los sentides con tas condiciones dichas Tos. engafiasen, este crror se atribuirfa 4 Dios: con'razon en tal caso podria- mos quejarnos de que el sapientisimo autor de nuestra existencia, habiéndonos animado con ‘un espfritu capaz de pensar , de juzgar } de inferir, de comparar, y de’combinar nos habia cncedido al mismo: tiempo unos sentidos que nos podian engahar con sus-impresiones ,4. pesar de ser la tinicea base de todos nucstros ongcimi entos, Horroriza y. estremece solo el pensarlo. Luego debemos estar segnros de que el testinfonio cons- tante y uniforme de nuestros sentidos en estado de buena organizacion no puede engafiarnos ; siendo esta seguridad una tesis fundada en un axioma metaffsico se infiere que Ja verdad que nace dé nuestros sentidos es una verdad fisica en si mismo; pero fundada en vuna_certidumbre metafisica. Tambien aseguran esta misma verdad todos -tos incrédulos, escepto el inglés Berkelei ,:aun~ que ascgaran que cuando sostuye lo contrario s10 —97— hablé con seriedad, sino en tono jocose. No hubo impfo ni deista que negase tan evidente asercion, y si le hubiese, deberfa combatirsele, no con ra- zones, sino con la compasion,-con Ja risa y el desprecio, y sino contarle con sobrada razon en el numero de Jos tocos. Réstanos averiguar si los que no fuéron tes- tigos presenciales de algun hecho pueden Megar 4 convencerse de la verdad del mismo por el tes- timonio de los que le han presenciado. Vamos 4 deinostrar que hay muchos hechos pasados y presentes, de cuya verdad no puede dudar nin- gun hombre de buena fé, y que por Io tanto es an absurdo cl pirronismo histdrico universal, cuyos partidarios son muy pocos y nada temi- bles. 4 Qué seria de la historia si se admitiese el pirvonismo? Cencluirfa en un todo este ramo de iJustracian , que nos hace comparar los tiempos, los hechos y los hombres. El varon justo, ef ma- gistrado integro, el militar valiente, el.monarca benéfico » el legislador prudente no tendrian el poderoso ‘estimalo de que la posteridad sabria ¥ admiraria sus virtudes, su valor y su herots— mo, sil integridad-y su desprendimiento y de 7 —8— . que suejemplo sirviese de norma y aliciente pa- ra los siglos yvauideros. ; Al! lejos de. nosotros semejante idea--El que negase 6 pusiese oti du- da los desastres. que nos han, causado los seis afios de Ja guerra de Ja independencia; el he- roismo con que ha combatido en ella Ja masa del pueblo espaiiol per su religion, por su libertad, por su Rey y por su patria: Ja fuerza sobrehu- mana que ha desplegado en su alzaniiento simul- taneo contra un tirano que: levanténdose’ sobre las. ruinas de la libertad, que tanta sangre habia costado 4; Ja nacion. francesa, pasmd al mundo ‘con sus victorias , ‘su politica , su ilustracion .y su genio conquistador: el que negase » repito, o. mostrase dudar de tan funesta verdad, gno me- receria que se tuviese por loco? jno seria mejor . Wevarle-4 un hospital’ de-Orates 4 que curasen su desarreglado celebro , que tratar de alegarle razones en favor de una verdad, que pnos henos palpado, y otros la tienen por .verdadera con tan- ta certidumdre como los que la esperimentaron? . Pues tal es el delirio del pirronismo -historico, porque tanto fundamento bay para negar esta yerdad, como para: dudar de la invasion de Jos sarracenos, -el hereismo ‘de Jos antiguos Astures — 1 — son su caudillo Pelayo, fa guerra-de los romauos pox tantos:sigios , terminada com Javenta de la cindad de Lancia , que bizo cerray -él templo de Jano: la dp ios :cartagineses_y, sus célebres’ ge- nerales Hamilear y Hannon, Asdeubat y Anibal, ¥ todos los demas hechos qié nos conserva y. refiere Ja historia universal; en'éuyas glorias tans to figura y figurar4 siempve la nacion espaiiola. ‘Prescindiendo por un momento, de la histo- ria, sigamos ‘con nuestra imaginacioa las horro- rosas, consecuehcias. del pirronismo. . Si Solo“he- inos de tener. por cierto lo que vemos, ¥ heinos de tener por falso tedo lo que nos refieren los derhas; yo no puddo estar cierto de. la. familia y ascendientes de mis padres, “Nadie tiene seguri- dad de los bienes que posee, porqne ro presea- cid la posesion de sus abuelos. Nadie puede usar con seguridad ‘de los alimentés que uo ha espe- rimentado por si mismo, porque los mas lostisa~ mos por tradicion, y por Ta misma sabesmos condimentarles., Ningua militar puede formar otros planes, dé campaiia que tes que haya: espe- timentado por si mismo: Ep nna palabra: si -adoptamos el'pirronismo histérico, acaté !a me~ ficina porque se funda en hechos 'y observicie- —100—- nes: concluyd la fisica que se ejercita en indagar y observar los fenédmenos que le presenta la his- toria natural: 4 Dios todas las ciencias y beltas artes, porque todas, 6 al menos las mas,_sé¢ fun~ dan en tradicion. Habicndo demiostrado que los hechos pueden, evidenciarse por los testigos que los presencia- ren y por los que los oyeron 4 estos; y que por consiguiente gs el mayor'de los absurdos el pir- ronisino ‘histérico, nos resta fijar las reglas que. debémos tener presentes pata que nos asegure— mos de la verdad de los hechos. 1.¢_ Para que un hecho se tenga por verda- devo. debe ser-posible , porque lo imposible ‘re~ paigna é implica contradiccion; y la sana filosofia sostiene que ni Dios puede hacer Jo imposible, vorque seria contrario A su omnipotencia y sabi- durfa. 2.9. -Para que‘un hecho se abrace sin escrd~ pulo ni-recelo debe ser publico ¥. sensible, y con- firmado por us gran niimero de testigos ucula- res, 4 quienes no tenga interés alguno e) enga- farnos. Debe ser publico y sensible, quiero de- - cir, que‘el hecho no se ‘haya verificado en para- ge oculto y misteriosamente , sino en priblico y ~—101— con aquella séncillez que’ yemos ‘siempre compa- Riera inseparable: de la verdad: Sensible, esto ‘es, que se pueda percibir por uno de Jos cinco sen- tidog esternos. Eo un hecho publico y sensible no pueden engaiiarse los testigos; porque no.ca- be en la posibilidad que un crecido nimero de Yestigos pueda engatiarse sobre un hecho ‘pabli- co y sensible, sin que se pruebe que todos, ellos en aquel momento quedaron privados de senti+ do; y esto no puede ser sin un verdadero mila- gro, el: cual no hard Dios, ni puede hacerle, “porque serfa en’ confirmacion de‘ uvia mentira, Todos estos lestigos, no pudicron engafiar 4 los deinas, porque todos- degeamos la conservacion de ta fama, y- nadie quiere caer en Ja-nota de impostor, mucho menos cnandoel fraude no les producirfa utilidad alguna. Es preciso. variar la naturaleza del hombre para que se verificase que un gran ninnero de testigos de diferente Indole; de calidades y pasiones opuestas, y que miran sus intereses de mil modos contrarios los unos 4 los otfos , pudiesen .confabularse para testif- ‘car un hecho falso’,, sin que ninguno. de ellos deseubriese Ja impostura. 3.8. Debe tenerse por cierto el hecho que —iv— aseguran muchos testigds, cuando el hecho que testificah, en vez de favorecerlos ,. redunda_visi- blemente en perjuicio suyo, y le aceptan como infalible los que se’ coioce d las claras, que les in- teresaba no admitirle: Pofque en este caso ser{a preciso creer que eran enemigos de si mismos, que se enfurecian contra su -bienestat ; y que conspirabén con entusiasmo contra-sus propiog intereses- ‘&.0 Tambien corrobora mticho Ja verdad del hecho el que los historiadores que Je refieren hu- biesen sido testigos de vista, de diferentes paises y paciones, sin ningun comercio ni comunica- cion entre si: porque no puede suceder-que uyos hombres que ho.se conocen unos i otros, y que pertenecen 4 paises distantes sin comercio ni ¢o~ municacion rec{proca, convengan cn la narracion de un hecho sin que sea evidentemente cierto, puesto que Jos historiadores de ‘esta clase itu han podido confabularse para ‘sostener up& ver- dad , ni ana impostura. 8 ‘Entre los testigos que presenciaron el hecho ¥ le aseguran , debemos.preferir 4 fos que’ tan firmes estaban en asegurarle , que sufricroir la muerte, ‘priniero que_negarle. “Porgue sit —103~ constancia en sostener la verdad del hecho hasta con el sacrificio de su propia vida es mas que suficiente para convenccr que el hecho estierto, ¥. que su testimonio no nacid de soborno., de se- accion ni de fanatisme , sino de.un pleno'y pe- rentorio convencimiento. Yo gutero,. dice el cé- lebre Pascal, testigos que sacrift aquen su vida. 6." Tambien es una sefial infalible de !a ver-~ dad del hecho el que no le impugnen ni Je. con- tvadigan los que tienen interés en contradecirle. Esta Tegla se ‘infiere de ta tercera. * Se debe admitir como: cierto un hecho que tiene conocida relacioni‘con otros hechos y monumentos indudables. 8.4 No puede ina nacion cntera tomar por cierto uw hecho. que la petjudica visiblemente, 4 no estar {ntimamente convencida: de la verdad del hecho. Por consiguiente ef asenso de. toda una nacion 4 la verdad de un heeho que‘la per- judica, cs tina nota caracter{stica de ser verda~ dero. 9.4 ‘Tampoco puede una nacion entera olvi= darse'de un hecho publico de mucha importau~ cia que sive para su régimen politico U cely- sidstico. Todos los dias se ofrece hablar de uit —104— hecho de esta clase, y es imposible que se bors re dela memoria, porque su narrdcion pasaré de padres 4 hijos. 10. No puede-suceder que toda una nacion dcsatine 6 3¢ embrutezea en (éeminos que crea ver lo que no Wb, oir lo que no oyd, y presen- ciar lo que nunca presencié. Esta es una ver- dad que,no necesita probarse. Hie. Toda {una nacion no puede admitir sin contradiccion. en la historia ‘de sa pais un su- ceso histérico., del cual pende su régimen po- Hitico u eclesidstico s ¥ que sucedid, 6 se dice ha- ber sucedido en su tiempo, sin estar la 1 nacion entera perentoriamente convencida de su certe- za. En ningun, tiempo se pudo admitir este su- ceso histdrico..Ni en tiempo de los testigos coe- t4neos, porque al momento dirian yo ‘no he vis- to semejante cose, ni en los tiempos sticesivos, porque segun la regla 9.*, no puede toda una na- cion olvidar un hecho de. esta especie. 12. Cuande hay estétuas y monumentos pu-- Dlicos en. favor ‘de un hecho, se debe tener por infaliblemente. cierto. Porque si la estatud d-el monumento ‘pablico se hubiese erigido para tcs- tificar un hecho falso, los individuos de la na- —105— cio que ¥ivieron en la época de ta construc~ cion de las estatuas & monumentos hubicran hecho sus reclamaciones’; y no se puede tampo- co creet que nadie Negue’4 desatinar hasta el extremo de levantar estétuas 6 monumentos publicos en confirmacion-de una meatira; y. mu- cho menos.toda una nacion consentirlo. 13. Para dar erédito 4 una historia debemos estar seguros de-que no fué adulterada, y pode- mos estat’ seguros de no haberlo sido. 1.° Cuan- do Hallamos aniformidad en todos los -ejempla- res manuscritos., porque no es posible que se hnbiece conseguido adulterar todos los ejenpla- res, por mucho empefid que hubleseo tenido en verillcario Se. debe suponer que hablamos de una historia que se publicéd en muchos ejempsa- res, porque el adulterar uno solo cs muy ase~ quible. 2.° Tada una nacion ‘no puede consentir eu un fraude conocido; ni puede ser engafiada en hechos ‘publicos de alguna, ‘importanci¢. La generacion presente que se supoue testificar es- tos hechos , no puede cenvenir en. agegurarlos, sin que los hubiese recibido como ciertos de Ja generacion anterior: esta de Ja otra que la pre- cedié; y siguiendo esta cadena de gencraciones —106— hemos ‘de llegar & la que florecid en 1a época de los-hechos. En esta hemos de hallar que los coc- taneos les hao tenido por ciertos , porque. asi lo ‘dijeron los festigos de vista que lo presenciaron de la contrario™ caerfamos en que toda ana na- cion, puede confabularse en sostener una menti- ra, proposicion contraria a todas !as reglas de erftica. De aquf se infiere que la tradicion gral de los pueblos, y el hilo de los liechos histdéricos, se pueden comparar 4 und cadena, cuyos ariillos tienen cntre si una conexion esencial é irrescin- dible. No faltan por eso falsas tradiciones, por- que sus Moeas tradicionales son raras y diver- gentes ; porque estas falsas tradiciories no son universales , ni comprenden hechos publicos de la mayor importancia, que sirvan de base para el régimen eclesidstico politico. Empero Ta tra- dicion uniforme , coustante y universal que. tic- ne per objeto hechos piblicos de micha grave- dad,-es ciertisima y evidente para todos los hom- bres sensatos.. Debemos observar, 1.°: que para que un be- cho sea cierto no necesita estar adornado. de to- das las notas 6 garqacteres que hemos esplicado: 10% ra evidenciar ‘dlgunos hevhos. ‘a0 Solo hemos comprendido® en Ja anterior esplicacion ‘las notas- que producen una certidumbre infalible, y no 1as que hacer’ un hecho probable 6° creible , por egemplo, el testimonio de un historiador dé prp- bidad, y-de cuya buena fé no hay motivo para dudarto. Wel eandillo y 'legisladdr Meisés. Supvesta la doctrina que acabarfos de sentar darémos principio 4 Ja religion judaica por. la his-_ toria de su tegislador y caudillo Moisés. Este ino es aigin personage “fabuloso ,-como !ps dioses y genios de la mitologta, sino-que realmente flore~ cié en los tiempos que nos le describe la historia. Vamos 4 demostrarle. Ningun deista-, ningun hombre de buena fé tendré bastante audacia para negar: la existencia —108— de Solon, de Licurgo, de Trismegisto, de Aristides, de Julio César etc., porque seria recaer enel pirro-,, nismo histérivo que tan victosiosamente hemos. combatido. ¥ la existencia de todos los personages. que nos.refiere la historia solo ios viene de la tra— dicion no interrumpida y del testimonio de todos. log historiadores desde los de su tiempo hasta los de uucstros dias. Por estos. dos canales que nos transmiten Ids sucesos anteriores 4 nosotros, sabemos tambien la existeacia de Moisés. No so- Jo nos testifican esta importante verdad lus eseri- tores sagrados posterioros 4 este varon sidbio y virtuoso, como Josué, el autor del fibro de ‘Jos Jucces, el de los libros de los Reyes, Daniel etc.. sino tambien {ns historiadores prefanos , como Diddore de Sicilia en el lib. 1.° de sn historia, ¥strabon, libx 16, Plinio lib. 30, sec. 2.2, Trogo, Pompeyo, Justino, Tacito , Juvenal , Galieno, Longino, Suetonio etc. Todo-el que no sea peregrino eu la historia sabe que los samaritanos , escision de las dicz tribus que formaron el reino de Isract, separén- dose del de Juda en’ el reinado de Roboaa , hijo det cétebre Salomon, sabe, repito, que los.sama~ citanos eran: enemigos naturales de los judios. —109— Estos dos pueblos, 4 pesar de su rivalidad y an- tagonismo siempre conyinieron en una sola co- sa en el reconocimiento y veneracion de Moi- sés. Si hubiese el mas mfnimo fundamento para recelar dela existencia de este grande hombre, ne hubieran titubeado, se apresurarfan 4 echar- les en cara su falsificacion ; pero’ vemos al con- trario que ni antes de su destruccion por Senna- queri, ni despues de haberse repucsto , ni antes deb cautiverio de Babilonis, ni despues de reedi- ficada Jerusalen, sus muros y su templo.4 pesar de sus escaramuzas é incursiones, aunque sicm~ yire conservaron igual animosidad, jamas les han arguido sobre éste punto. Lo mismo consta del testimonio de los auto- SES paganos que con tanto esfuerzo han impugia- ‘do la religion, como Apion, Celso, Porfirio y Liba- nio y su discfpulo Juliano Apdstata. Todos estos éal menos la mayor parte, debian interesarse con calor centra-Moisés igualmente que contra Jesu- cristo; y no obstante, todos ellos sostienen que ha existido, y le atribuyen los mismos heclios que todos los demas ‘escritores, Creemos que de la conformidad de todos estos autores , no sé pucde —tW— alegar mas razon que el perentorio convencimien- to. en que estaban de la realidad de tos hechos.: -- No se puede negar que en los tiempos de Cé~ sar y et los de la républica romana y de sus emperadores ocupaba Ja Palestioa el pueblo ju- dgico que tenia su gobierno, sus leyes, y'su re- ligion particular y propia: que esta uacion {ud destruida en los tiempos‘de ‘Fite y ‘Vespasiano. ‘Yodos los _historiadores convienen en que fué Moisés quien arregld el gobierno ; las eyes y el culto de esta nacion. Ni atin los mismos incrédu- los son capaces de negarlo, y nunca Jo fueron, ni lo sera , de asignar otro fundador del gobierno y culto de los judios. . Tambien es evidente en la historia que Moi- sds florecié en los tiempos que nos aseguran sus liBros. Polemon en su ‘historia de los griegos, lib, 1.°, sostiene que Moisés arreglé la legislu~ cion y el culto de-su pueblo antes de Ja guerra de Troya. Lo misme dice Apion, hijo de Posido- nio en su tratado contra los judios , Tolomeo eu su historia del Egipto, Helanico, Filocoro , Cas- tor, Tall, Alejandro Polihistor, y otros muchos 4 quienes cifa 8. Justino en su obra deCohortutio- aes al Grecos, de cuyos testimouios concluye —1it— qué Moisés es el.mas antiguo de todas los legis- ladores. Nunca podrian todos estos historiadores atribuie una antigiiedad tan remota al fundador fle Ja nacion judaica , sino estuviesen evidente- mente -convencidos de la verdad de su asercion. E! pueblo judéico fué siempre-el objeto, de la en- vidia, del odio y" del desprecio de los otros pues blos; y estos no le hubieran jamas concedido una+ nimemente tan remota antigiiedad, si tuvieran.c} mas mintmo fundamento para dudarlos (4). Io mismo sostiencn y demuestran. los 88. padres: de todos fos siglos , de.lo cual” podemos inferir sin’ el mas infnimo recelo que-Moisés no faé un personage fingido sino que existié real y verdaderamente , y que forecié ‘en tas- tiempos que designan los-libros que Hevan su nombre, porque ya hemos demostrado que,no se puede negar un hecho que no solo testifican todos los historiadores , sino. tambien los mismos que se “() LEY qie quiera ‘instrnitsa y canvencerse sobre la su- perior antigdcdad ‘de Moists +especta 4 todos los-eseritores, tea la dixerlaecion preliminar de Calmet & su historia rm grade, —112— han declarado enemigos encarnizados de Moisés y de los judfos. No hay qiie saltarnos con que los autores paganos que acabamos de citar, nunca. existie~ ron; porque no conservamos algunas de sus obras. La injuria de los tiempos pudo hacer que desapareciesen estas obras , como otras casi.in- finitas, en lus devastaciones de los barbaros del norte, y en las inundaciones de los 4rabes. He- snos perdido entonces por el incendio las prin-= cipales bibliotecas del mundo Pero bastard para tapar Ja boca 4 unos argumentadores de su talle responder que no pudo menos de suceder, como ya hemos dicho, porque las obras de estos au- tores las vemo$ ciéadas en el historiador Josefo, en Eusebiode Cesarca y en otroscélebres escrito- res antiguos , que hablan de ellas y las citan en el mismo tono y con la misma confianza, que de las que se han conservado. No hubo quien se atreviese 4 poner en duda la genuinidad y autenticidad de las obras anti- guas, hasta que los dos célebres jesuitas Jos PP. Juan Hardouin ¢ Isaac José Beeruyer tu- vieron la osadfa. de estampar en sus cseritos una especie tan original y sorprendente, ta mas -{13— esquisita'y apropésito .para. introducir. el pirro- nismo.’El que quisiere enterarse de los errores de estos dos jesuitas lea la pastoral de Fitz Ja- mes, obispo de Soisons, impresa en Paris en 1760, que deberia traducirse 4 nuestro. idioma. . Solo Moisés fué‘cl que eserihic el Pentatéuce, Peritatéuco* es ‘una palabra griega’ compucsta de TigVWi3 que significa cinco y de TeV K.03, que significa libros. Esta palabra sesapropié para expresar los cinco libros de Moisés , que son-el Génesis, el Exodo, et Livitico, el libro- de los Niwmeros. y el, Deuterdnomio. ‘Los judios dan tambien-el nombre de ley 4 estos cinco libros, porque comprenden, no solo el’ decdloge, sina: tambien toda su. legislacion religiosa, polftica y civil, y este asunto viene 4 ser su Principal ob- —ite jeto.’ Un: autor’mas anitigue que Moists:podvia- eseribir ol Géhesis pero nu los. otros ¢udteali- bros, de modo..que Moisés por la potas ot: que: florecié ést4-colocailo:en “el "puests- mas .spropé- sito para trasmitirnos :su-copmogonfa ; su, his= toria del género humano y Ja legislacion com- pleta de su nacion. El habia podido’ conocer 4 Tos: hijos-y nieto# de’ Abraham, estos 4 Noé, y este A.nuestro padre Adan. Ei Exodo esta en fokma ae diarip, y era présiso para ‘eseribislo haber presenciado lo que pasd;: esto es’, haber estado en Egipto y en el desierto para descri-- bir las marchas, los campamentos- y todas las circunstancias de los sucesos, de ‘cuarenta afios ‘con. la miauciosidad que-los, pinta este sabio y virtuoso ¢aodillo. Un' escritor mas moderno que Moisés, no ‘hubiera qiodide escribir el Génesis, porque'en unos hethos tan-remotés apends po- dria conservarse la memorili. de los suicesos: tan Yigades y«circunstanciados como él wos los dés= csibe., Esta -proposi¢ion esta fandada en ‘principios tan inconcisos y tan’ sdlidos , y. profusdamente meditadas las tondecuencias , que paréte éscu- sado gastar tiempo: én demostraria: ‘Pero como —115— los mas de los incrédulos modernos tomaron con tanto empefio el combatirla de frente, aunque nada: han conseguido sino dilucidarla y hacer que se pusiesen mas en claro sus demostracio- nes, parece un.deber nuestro el no tocar este punto de paso. Vamos pues 4 probarla. 1.° Los mismes libros del Pentatéuco- de- muestran esta verdad. En todos ellos, 4 no ser en e] Génesis, se explica como su autor prin- cipa]. Asegura que por orden expresa de Dios refiere todos los sucesog que centienen, y las leyes que encargan , mandando colocar su obra en el taberndenlo 4 ua lado del arca. En el Exo- do, donde’ principia 1a narracion de su propia historia, supoye los sucesos del Génesis, coma esencialmente eniazados con los que el Exodo refiere. Solo Moisés era capaz de conocer la ne- cesidad de presentar el pnebio hebreo y su Je~ gislacion, como prepatada y decretada por Dios desde el principio del mundo. 2.° Lo mismo se prueba tambien por log es- critores judios que florecieron despues de Moi- és. Josué , los que redactaron los libros.de los Juecés, los de los Reyes, los det Paralip6me- non, David en lus salmos, Exdras y-los profe- —116— tas, todos hablan de Moisés,. de'sus leyes y de sus libros, como cosa ciertaé innegable; y re- ficren con-la‘arayor veneracion Jos sucesos cuya- nacracion résulta de los libros -del Pentatéuco; par consiguiente es- mas antiguo’ que todos es- tos autores. El'salmo 40% y siguientes’ vienen 4 ser-un compendio de la historia juddica desde la vocacion de Abraham hasta el establecimieiito de los hebreos' en la Palestina; y cl salmo 89 se intitula ‘Oracion ge Moisés,; stervo de Dios. El Ullimo-profeta coucluye sus predicciones exhor= tando-4 su pueblo 4 observar exactamente la ley de Moisés, y lo thistiose observa en el Eclesias- tico, yen los: libros'de los macabeos.” De t8do fo cual se deduce con evidencia que en: todas las épocas y “periddos - -estuvo esta ‘nacion intjia— mente convencida de. la -autenticidad del Penta- téucv, de la obligacion de observar’ sus. leyes, como dadas por Dios, y de que Moisés habia si- do su caudillo y legislador. 3.° Aunque los descendientes de Abraham componiait ya una familia muy numerosa en tiempo ‘que murié ef famnoso José; -no se puede sin embargd dudar-que haste el tiempo de,Moi- sé3 no se reimié en cuerpo de nacion, ni compu: —1iz7— so hasta enlonces una sociedad perfecta, 6 un es- tado civil y politico. La forma de reptblica teo- critica, que les did Moisés, siguiéd hasta el pria- «ipio de us monarcas , y atin entonces no se puede decfr que hubiese: yariadg, sustancialmea- te. La observancia de Jas leyes de Moisés- conti- nué atin durante su cautiverio; y 4 su vuelta restituyeron eslas mismas leyes a su primitivo estado. Por lo tanto“no se puede negar que ni un solo individuo de-esla numerosa‘ nacion du- daba de ta existencia, hechos y libros de Moisés, como auténticos é infalibles.- &.° Aunque el ‘libro de- Job , lus-de Isais y Teremias y otros del- viejo testamento estén es- critos con tin estilo admirable , sublime y. algu—- ‘tas veces poctico; sin embargo salta & los ojos ta superioridad de lenguage y elevacion-en los de Moisés. Aquellos’ se espresan como historiadu- res.6 como firofctas: pero Movisés habla come Iegislador en tono mas sublime , mas decisive y perentorio. Elogia las virtutles de los patriarcas con senciilez y sin adulacion , aunque no con el respeto que nace de la inferiovidad ; pero los es- critores que Je sucedieron; hablan de Moisés con “Ja-reverencia y acatamiento que inspira la intima —118— conviceion de su superioridad sobre todos los que entre los judios merecieron ef nombre de au- tores. . . 5.° Solo la grandeza de alma -y elevado ca- racter de Moisés era capaz de escribir lo que ve- mos en su Pentatéuco. El solo fué capaz de su~ jetar-d un pueblo faccioso duro, y rebelde 4 la ob- servancia.de Jas leyes que Dios le habia dictado - Y someterle 4 unas prdcticas diametralmente opuestas 4 Jo que se observaba en todos fos rei- nos del mundo. Se alborotan, murmuran, se re- belan y sacuden el yugo que siempre les ha pa- recido pesado; pero Moisés Ios exhorta, los amonesata , los reprendé con aspereza y 108 cas- tiga gin miramiento, y ellos convencidos de sus exrores y arrepentides de su culpa imploran él perdon, le ruegan que aplaque la ira de Dios con- tra sus desvarios , y ‘se someten sin réplica ni sontradiccion. 6.° 3.No basta lo dicho para convencer la existencia'de Moisés y !a autenticidad-de sa Pentatéuco? Pues bien, aitadirémos que aun des- pues de su muerte, todo se acreglé segun sus ordenamientos. Ep cl cap. 14 del libro de los Jueces arguye Jepthé contra‘ Jos Amonitas con ali el cap. 21 del libra de los Nimeres y por la historia: do Josué demuestra qué los Israelitas tenian ya trescientos aiios de -posesion en dérden atterrena que ocnpaban. Esta prueba de nada seryirfa, si no hubiese un notorio conveacimicn~ to de la aytenticidad de los libros de ‘su _legisla- dor. Pide Rey la-naciar juddica ef tiempo de Samuel. Bloisés Jo habia previsto y° anunciado en-el cap. 17; vers. 1% del Deuterenomio,.y fué preciso conformarse con su reglamento.. Despues del reinado de Saul disputan' el cetro al sdbio y piadeso David hasta diez tribus:, vuelve & prin- cipiat el cisnya en tiempo de su nicto Roboam; y durdé esta oposicion y-: rivalidad. mientras’ dura- rgn. los judios y samaritanos. Aqui tenemos dog naciones enemigas enea rnizadas en intereses, que aj mismo’ tiempo contindan sdmetidas & las Je- yes de Moisés, ¢ Era” “posible ‘que ningun im- postor las forjase en tales circunstancias, ni puc- den dos naciones: enemigas obedecer y seguir las leyes.dadas por ningun impostor? ,Quiéa es el, que tenga sentido comun que’ no se sienta eonvencide de la: autentlicidad de los libres ‘do Moisés pesando de buena (é las taxores- que he- mos alegado? —i20—- Dicen los mas de‘los inerédulos que la. falsi— ficacion de los libros del Pentatéuco se verified. despues del cautiverio de Babilonia. Exdras, di- cen, ese} verdadero autor dei Pentatéuco. Es imposible i imaginar mayor absurdo. Exdras nacié en Babilonia , y no vino 4 la Judea hasta setenta ¥ tres afios despues de Ja vuelta del. pueblo ju- déico conducido: por’ Zorobabél. Asi. consta dei cap. 7.° de Exdras, aBadiendo este mismo es~. critor, que cuando él llegé 4 Jerusalen, ya csta- ba otra vez en ejercicio ef altar de los holocaus- tos, Jas fiestas ,:los sacrificios y el canto de tos salmos de David por la direecion de Zorobabél, José, hijo de Josédec , entonces sumo sacerdo- te, y los demas gefes del pueblo segun la ley de Moisés, siervo de Dios , cap. 3.° vers. 2.° Por Jo tanto noes posible que hubiese sido ‘su autor, puesto que no habia nacido cuando Tobias , Ra- giel , Estér, Mardoquec, Ezequiel y Daniel etc., . profesaban la religion y las leyes, de Moisés., y. exhortaban. 4 les demas: 4 su observancia.. Es imposible que ‘un hombre como Exdras, que no era mas que un sacerdote, fuese capaz de ins- pirar al pueblo juddico, Sin estar antes .conven- cido de la autenticidad del Pentatéuco, Ja resu- —121— lucion de dejar la Caldéa para volverse 4 una tierca desolada y arruinada como la Judea. Ademas 1 ¢émo pudieran falsificar los libros. de Moisés ni Exdras, ni todos los impostores del mando , 4 vista'de sus vecinos los samarita— nos , enemigos mortales é irreconciliables de ‘los judfos? 4cémo pudieran confabularse para s0s- tener una impostura , ¢ falsificar el Pentatéuce, dos naciones que jamas pudieron volver 4 unirse, ni mirarse como hermanas desde su escision cis- matiea bajo el mando de Jeroboan, hijo de Nabat? Delo dicho:se infiere que el Pentatéuco se conservé siempre integro , sin que hubiese podi-" do adulterarseéal menos en fo sustancial.- 1.°. Por Ja importancia de su contenido, por- que en él se refiere Ja historia de la creacion, la del género humano,, 1a fundacion del gobierno del pueblo hebreo, sus leyes religiosas, polfti- cas y civiles. Un libro de tal categoria no pudo adultecarse en lo sustanéial sin ef consentimien- to de toda la nacion judaica, que segun Josefo contra Apion , miraba los libros y practicas de Moisés con el mas profundo respeto. Mucho me- . nos se pudo adulterar ‘despues de verificarge la escision de las dicz tribus. - —~122— 2.° Los libros de Maisés tienen una esencial conexion y completa armonfa con las practicas de su culto. La santificacion det sdbado én me- moria dela creacion: !a fiesta de fa pascua les regordaba ta memoria de los‘ :prinegénitos de -Egipto , la de Pentecostés renovaba la memoria de la promulgacion solemne de ta ley en et mon-- te Sinaj. En una ‘palabra, todas sus. fiestas y practicas religiosas tenian ef objeto de conservar en la nacion la memoria de algun suceso prodi- gioso. ¥ un pueblo siempre atento 4 estos suce- 508 HO podia consentir en que se adulterdsen , al menos eo Jo sustaneial , los libros de su fundador y legislador,° 3. Los judios nunea pudieron adulterar wnos libros que.tanto veneraban y en que fun- daban su existcneid politica y religiosa ; y si lin- biesen consentido en ello, hubieran borrado Sos hechos que.manchan su historia, como su car ‘racter sedicioso y turbulento, sus miituas ene- “‘mnistades,.y tantos otros crimenes como contie- nen los cinco libros del’ Péntatéuco. Tampoco podicron alterarte los samaritanos por Ja misma razon. Ni los crislianos, .que “nunea tuvicron en su poder los ejemplires.de los judios , -y —123—- contra cuya falsificacion hubieran alzado el grito hasta el cielo los cclosos rabinos. Muchv menos los paganos, 4 quienes se-ocultaron siempre con . el mayor cuidado los libros de los hebreos, para que no ld corrompiesen ni -adulterasen.. Verda- deramente que si hubiesen conseguido surpreu-. derlos , no.hubieran conservado en ellos los ‘mi- lagros que tanto perjudican 4 Ja idolatrfa, y tan~ to favorecen el judaismo. , * Lifego la religion de Moisés fué dictada por el mismo Dios: 4.° por gus milagros: 2.° por sus profecias: 3.° por la providencia de’ Dios, sin cuyo especial cuidado y vigilancia no hu- biera podido conservarse en medio de tanta opo~ sicion, guerras y vaivfnes causados por sus enemigos intefiores y exteriores: 4.° porque la religion de Moisés fue la vnica que conservdrla creencia, la moral, y-parte de la liturgia que us4- ra el género humano desde Adan hasta la ley escrita; 3.° por la sabidurfa de sus leyes, que no pudieron ser obra de Jos hombres ni de las’ escasag luces que entonces, poseian: 6.° y ulti mamente porque demostrado que son ciertos los hechos que refiere el Pentatéuco , que este libro divino no fué adulterado en lo sustancial, y que —125— se conserve integro' hasta nuestros Liempos,, no puede haber duda de la ‘divinidad. de la reli- gion juddica. De la duracion del judaiswo. Las’ palabras. con que Dios se ‘lia servido reprender al primer. hombre , 1a ingtatitud. con que habia correspondido & su liberal munificen- ‘cia por haber descbederido & $us mandatos, no dejan duda de ta promesa'de un-redentor. del géxiero humano. Este. Tedentor habia de bajar de do alto, sacar, “la raza humana de Ja esclavitud de Sus pasiones, eafrendndolas con sdbias'leyes, y hacer‘cambiar de aspecto la sociedad’ del uni- versd. Este persoriage fue suspirado por. los pa- triarcas; anunciado por los profetas , } aguarda- do con aiisia en todos, los siglos. desde, el -pecado de Adad hasta el liempo ‘de plenitud:y el-medio de los. siglos. —123— La nacion jaddica siempre creyd, como las patriarcas ; que el Mesias ‘prometido, por Dios. y anunciado por los, ordculos de los profetas esta- bleceria una nueva alianza , una nueva ley, un nuevo sacerdocio y un nuevo culto. Que con a cesaria para siempre la inmolacion de la sangre -de sus victimas , que su culto no estaria cir- cunscripto 4 los estrechos Mmites del templo de Sion , sino que seria Dios alabado, y se le ofre~ cerjan sacrificios incruentos en.toda la. estension del globo desde el sur ‘hasta el septentrion , y desde el oriente -hasta el ocaso. Nos resta pues, probar qtie ja religion.“ ‘de los judfos no habia de per eterna , ‘sino que: debia- de concluir con. la que instituyese el redentor que siempre babian esperado. Demostremos esta verdad. —126— La religion de los. judios no habla de ser cterna, sino qae debia ecsar con Ja venida del Mesias. ne Segun esta demostrado, el. Peatatéuco fué obra revelada por Dios 4 su siervo Moists, ' sus milagros ¥ hechos consignados en sus libros son, ciertos é jnfalibles ; la religion y culto que estas blecié tienen origen divino. Luego los demas li- bros canénicos del viejo Testamento gozan de la misma prerogativd , bien sean -profetales , bien sapienciales, 6 bien historiales. Todos estos libros son una continuacion de los de Moisds reconocidos como. canénicos por los sacerdotes y sdbios de Ja’ ley con atreglo a lo prevenido. por Jos cinco de Moisés. En todos ellos hallare= mos expresamente anunciado que la liturgia de Moisés, sus sacrificios , ceremonias , leyes civi- —197— fes, politieas:y judicjales debidn‘ cesar con 1a venida de) Mesias y 30 nueva alianza. En el tip. 3.° dice Dios pot boca de Jere- mias.: Fe os daré pustores sequn mi corazon...... Lntonces,ya no habrd quien digas el area det tastamento del Seftor deberd. subir husta el -co- razon ;-ya no habrd de ella memoria ni recuer- do: nadis. la visitard, ni hard de ella cénme- moracion alguna..Por estas palabras se vé que Jos. pastores segun el corazon de Dios no-vene- rarian’el arta,:ni hatian de ella memoria ni con- memoracion , ni ta visitarian. Luego no ‘habla el profeta de les pastores 6 sacerdotes de Ja nacion juddiva , sing de otros que Serian ‘conformes 4 su corazon 5-y estos no pueden ser sino los de la ley evangéliéa.: Ek temple de Salomon;:el altar de ‘las-timia- mas y el de Jos holocaustos debian tesar segun los profetas. En el cap. 9.° de Danicl, vers.- 26. El pueblo, dice, con“el cauditlo que ha de venir deshatdé la-ciudad y el santuario, y su fin serd wna’ completa dovastacton , y despues det fin ta resuelta desalacton, gue persevérard hasta ta con- sumbcion de los siplos. Esta profecia es Jamas clara; y s¢ vé su cumplimiento enla destruccion —198— de Jéerugalem y del témplo por las ¢ropas roma nas 4'las érdenes del inocente y justo ‘Tito. “Tambien debian concluir su sacefdocio y sus ‘sacrificios. En Isafas cap. 66, vers. 21: Yo to~ maré, dice Dios, sacerdotes-y levitas,de entre las demas naciones. En el cap. 6.5 de Jeremias. Vuestros holocdusios, dice Dios, no me son acep- tos, tii me agradaron guestras victimds. En el 1.° de Isafas, no,me:ofrezcaia, dice; mas victt- mas en vano. Eni el.4.2 de. Malaqufas. Mi vo- luntad, les dice, ya no- se fija en-vosotrds...:.. ni recibiré thas donos de mano de vosotros; por- que’ desde el oriente hasta el ocaso es grande. thi nombro dh todas las naciones, y en todos los lugares sacrifican y ofrecen & mi nombre sacrifi~ cios inocentes, victimas puras. En? todos ‘estos _pasages de los-profetas se vé.con la mayor ‘ela- ridad hablar de nuestras oblaciones y’ sacrifi- eios.. Con Ja misma claridad Hablan los profetas de ‘otro testamento y otra alianz2 En el, cap. 34 de Jeremias , hablando‘con el pueblo “juddico. Ves, ahi vienen, dice Dios, los dias grande’. En- tonces, celebraré con la casa de Israel up shevo, pacto 6 alianza , no. segun lo que estipuld con —129-- eila, cuando cogt d sus hijos por la mano para sacarlos del Egipto..... Este sera el pacto que celebraré con la casa de Israel despues de aque- Uos dias: sellaré mi ley en “sus entratas y la escribird cn sus COTASONES 0 desde el mayor hasta el mas Pequeno todos me: reconocerén.. Es- tas palabras no pueden aplicarse 4 la restauracion dle la ley de Moisés por Nehemias, por mas que diga David Kimchi, porque dicen que se cele- braré una. nueva -alianza., no segun lo que: esti- puld con’ sus padres. Luego el nuevyo~pacto: no habia de ser, conforme 4 lo que habia pactado- con Moisés ; y segun lo que ya hemos demns- trado, la ley restaurada por Nehernfas no varié por to menos en lo sustancial, lo establecido par- aquel.legislador. Por cousigwtiente no puede ha-- blar'sino de la nueva alianza establecida-por Je- sucristo. , Los mismos judios confiesan que los profetas anunciaron millares de veces la vocacion de los _ gentiles al: verdadero ¢ulto. Asi consta clara y -esplicitamente del cap. 9 de Zacarias, del 42 de Isafas y de otros iofinitos pasages de los profe- tis. Tos: paganos no. estaban comprendidos en las leyes positivas y ceremoniales de los judios, —130— porque solo se dirigian 4 las doce tribus, que es- taban en posesion de la. tierra prometida, de os que veneraban y sacrificaban cn e} templo deJerusalen. Luego Jos gentiles eran \lamados 4. una nueva Jey, 4 un pacto nuevo, entera— mente dislinto de Ja alianza eStablecida por Moisés. Tn-mediador habia de redimir-al género hu~ é introducie esta nueva alianza. En el cap. 49 de Isafas. Hn aguel dia, dice Dios, habré un al- tar del Senor en medio de la tierra de Egipto..,.. on sus tribulaciones y con semblante Uoroso cla- mardn al Setor , y les enviard un salvador que los liber‘e : entonces se reconocera en Egipto et verdadero Dios , y ie darda culto con hostias y ofrendas, No puede antnciarse con mas claridad Ja aparicion del Mesias, autor de una nueva alianza. Estas palabras no pueden aludir al cul- to del verdadero Dios en Egipto segun la ley de Moisés, porque este solo se podia dar en el tem- plo de Jerusaicn, al menos con hostias y ofren- das, como dicen espresamente las palabras del profeta. Luege solo aluden 4 que llegaria tiempo en que los egipcios darfan culto al verdadero Dies con hostias y ofrendas segun et Evangelio. —ii1— Lo misnio'se dice en el cap. 427.49; y'B% de Isafas’ yen todos Ios libros de los profetas’;"de inodo que todo: aquel que les lea de buena fé, no podra menos de convencerse de que. los mismos judios crefan como dogma de fé que la religion de Moisés habia de cesar, sustituyéndola otra que habia de introducir el Mesfas 6 libertador délgé- nero humario, y que la alianza del Mesfas habia “de durar hasta la consumacion de los-siglos. So~ lo nos resta probar que ya vino este Mesfas, é identificarle en la ‘persona de Jésucristo. 152 YA. VINO’ EL MESIAS VERDADERO: Esta proposicion es mas estensa de Jo que parece. Si vino el Mesias,-cesd la ley de Moi- sés en lo politico, civil y ceremonial: el mismo que ving renéy6 el pacto de alianza con Dios, - -elevando al género humano 4 una ley mas subti- me y mas‘perfecta, creando una sociedad religio- sa universal, cuya poMtica con la observancia de sus: maximas celestiales , hace de todos los hombtes una sola y gran familia, en la que todos son iguales en derechos y obligaciones , augqus —133— cou subordinacion 4 Jos zagales y pastotes y ‘ge- rarquia entre los mismos: una gran familia, re- pito, cayo padre comun es Dios. Si vino, ya no hay mas taberndculo,de Moisés , ni mas templo de David, ni mas sacerdocio de las tribus de Le- vi, ni de Araon. Se acabaron tos sacrificios de toros, de corderos, y de becerras , de- tortélas y de pichoties.. No mas festividades de los taber- naculos, de Jas siembras, mieses y. cosechas , ni de las neomenias: no‘mas sibado, ni mas comi- da pascual , ni mas panes de Ja proposieion , ni mas candelero ni mas altarde ore. Todo conclu- 6 con la aparicion del Mesfas, y solo queda lo que ¢t hubiese establecida. Esta verdad se demuestra por las profecias. El patriarca’ Jacob-cstando en visperas de su fa- ilecimiento heudijo 4 toda sw familia;‘y al tier- po de bendecir 4 Sudé: Judé, le dice , tus her- manos te colmardn de alabanzas.. tees No™ s¢ gui- tard el cetro da la tribu de Judd, nt ef caudillo de 5 misma estirpe, hasta que venga el que ha de ser enviado ; y este séra el objeto de los an- siosos deseos de, todas las naciones. Asi dice ol ‘testo de la Vulgata; pero el original, hebreo dice: Larara 6 eetro no ealdra de Judd y de entre sus —134—. pies et fegtslador, hasta que venga el que-ha de ser enttado, 6 el pacifice ; 6 su hijo ete.s yid dl estard rescrvada la obediencia 6 congregacion de los pueblos. Lo iosour sehebet mihouda ou me> kokek ‘mibben Raglan adki sabo. Schiloh velo ik- keat Ammim. E testo. samarilano’, el-de los se- tenta intérpretes , el de Aquila y mas traducto-- res convienen con Jo referido en cuanto 4 la sus- tancia, igualmente que Teodocion; la pardfrasis - de Onkelos, la de Jerusalen , el Targum de Jo~ natan “etc. El que quiera desengaiarse consulte la Biblia de Avition , Jos poligiotas de Paris , de Inglaterra; de Alcala 6 Complutense, y sé con- venceraé de que la sustancia del iesto-es idénti- ca en Lodos los ejemplares. Segun el citado’vaticinio de Jacob, debia per- manecer el cetro en la tribu de Juda hasta que yiniese el’ Mesias. Y ycudntos siglos hace que 4 esta tribu se le cayé el cetro de las manos, y la - diadema de Ja cabeza? Entiéndase en buen hora, como muchos quieren, porla palabra Juda la triba de este nombre, 6 toda la nacion juddica,. segun, otros opinan; en ambos casos es preciso confe~ sat que se verificé la cesacion , porque ni la tri- bu, ni la nacion entera efercen fa soberania —133— desde hace muchos siglos; y- donde .quiera que los individuos de esta desventurada familia 6jan, su domicilio son el objeto de ta vigilancia y-del desprecio de todos. Ni tienen magistrados, ni jueces , ni sacerdocio, ni sacrificios, ‘ni templo,. y.gimen. bajo la opresion y la tiranfa de los que profesan ofro-culto: verificdndose en todo.las pa- labras del profeta. Oseas , cap. 3.° Los hijos de. Isracl dice, vivirdn muchos dias (cuya sentencia significa entre ellos un tiempo indeterminado) sin rey, ni principe , ni sacrificio, ni alter, ni efod. Véase Hei dech 6 el *judto coayerti- -do etc. Segun jo que anutcia Danidl cap. 2.°, vers. AAs y cap. 7.9, vers: 14, debia verificarse la ve-. nida del Mes{as despues de haber desapacecido la tercera monarquia , la cual es sia duda la de los.griegos ,"y durante el periddo de la cuarta, que es indudablemente la, de jos romanos. Sa- hemos por la historia que la monarquia de -Jo3 griegos fué del todo cstioguida , mas hace. ya de’ diez y ocho siglos., y tampoco subsiste desde muchos siglos Ja de los romanos. (1) El. mismo (4) En Uempo de Cromwel apacetieron en: Inglaterra -136— Daniel en el cap. 9, vers. 25, slice que.el Me=. stas “debia venir setenta semanas de afios, 6 cnatrdcientes noventa afios desputs de ta reedi- ficacioti ‘dela ciudad y el templo. de’ Jerusalen. La réedificacion se verificd el afio de 73 despues: de ta‘primera vuelta del cautiverio dé. Babilonia. en e} réinado de Artajerges Long{mano. Arreglen Jog judios ; como quisieren, su. cdlculo, para, Ja inteligencia-de esta profecta, sin duda pasaron ya después de haber debido verificarse mas de diez ocho é veinte siglos. En el mismo cap.., vers. 27, se dice tambien que despues de la muerte del Mesias cesarén las ofrendas y los sacrificius: y no hay duda que desde’ la destruccien de Jeru- salen por Tito concluyeron su sacerdocio , sus ofrendas y sacrifitios, y hasta su altar. E! pidfeta-Malaquias cap. 3.°, vers. 1.°, y unos evantos fandticos iamados hombres de Ia guinta mo- narguia,. preyendo que Jesucristo hajaria del cfelo’ para fun- dart un nuevo reino; y en-esta persvasion: canspivalian & tcastornar el gobierno. Tal cs el efecto dé. Ja licencia de leer todos la Biblia, ¥ etenderla cada uno & su modo cop ges= precio de la Iradicivo universat, —137— Ageo. cap. 2.°; vers. 7.° anuncian, que cl Mesias entraria en el templo que entonces se. estaba re- edificando. Este templo fué reducido 4 cenizas por log Témanos en la toma de_ Jerusalen :. no quedé de cl vestigio alguno, y cuando los judfos irataron a su reedificacion en tienipo de] empe- rodor Juliano . se lo impidieron unos globos de fuegorque salierom de los cimientos, ahuyentaron 4 los trabajadores Urndndolos de horror y cons- ternacian, é hicieron el sitio inaccesible. Luego es forzeso-confesar que habia vevidd ya el Me- sias antes dé todos estos trastornos. Uno de los principales dogmas que siempre ereyeron y aun creen Jos judios fundados en log ordculos de tos profetas, es que el Mesfas habia de nacer de la familia de David'y de Judd. Des pues dela congqnista de Jerusalem%e dispersaron los judios y se confundieron las genealogias de tal modo que raya en lo-imposible el que niogu- no de ellos pueda demostrar 4 que tribu perte- nece: sies de la descendencia de Juda 6 de a raza de Ruben 6 de Benjamin, y mucho menos st e de la familia de David, que de tal suerte se aniquilé, que no, se conocen ya'sus descendien- ics. El haberse perdido la gencalogia de los ju- —138— dios que con tan esquisito esmero conservarot por espacio ‘de mil y quinientos afios, es uu argu: mento mas que suficiente para conveucerlos de que ya pasé hace mucho tiempo la época en que debia venir el Mesfas. _ Era constante, no solo entre los judvos, sino tambien en todo el oriente, que ea tiempo de Augasto.estaba préxima.Ja venida del- Mesias. Enel Evangelio de S. Juan cap. &, vers. 23, hablando la Samaritana con Jesucristo, alt viene el-Mestas , dice, y nos enscfiard todas lus cosas. Por eso algunos de los judfos creyeron que San Jnan Bautista eva el Mestas. Evangelio de San Lucas cap. 4.°, vers. 13. Josefo en su historia de la guerra de los judtos lib. 16, cap 31, habla de un pasage de ja escritura, en el que se ase— guraba que en este tiempo se veria un hombre de su nacion mandar toda la faz de Ja tierra, y queriendo adular 4 Vespasiano , le aplicé el cum- plimiento de esta profecta, que sin duda es ek pa- sage de Daniel, cap. 7.°, vers. 14. «Corria, dice » Sivetonio en la vida de Vespasiano, una opinion vantigua y: constante, que en este tiempo, por un vefecto del -destind , los conquistadores que sal- ydrian de la Judea: se harian-duejios del mun- —139-— ‘ydo.» Muchos, dice Técito, ceglaban persuadi= ndos.de que se aseguraba en los libros, antiguos »de los sacerdotes, que el-oriente en este tiem- »po tomarfa-de nuevo la suacemacta, ¥ que unos. »hombres nacidos en Ja Judea serian dueiios del »mundo.» La tradicion universal por consiguién- te no.dejaba duda de gue por aquel tiempo debia verificarse Ja venida -del Mesfas anunciado por los profetas..El-Talmud., tract Sanhedr., capt~ tulo 14, anun¢ia como coristante la tradicion de- que debian pasar dos mil aiios. desde 'Ja creacion del mundo hasta la ley, otros dos mil bajo ta ley:: Por poco que se crea, esta tradicion, es precisa confesar que prueba contra los judios que. el: Mesias debia nacer‘al afio 4000 del mundo. + Viéndose apurados con la evidencia de tantas pruebas , saltan con que‘se diJaté la venida del Mesias por los pecados de los hombres, aunque es cierto que debia venir en tiempo de Augusto segun los profetas.. Esta salida tortuosa es con~ tra su propia maxima, que cuando Dios amena- za con castigos , no siempre se verifica, porque suele detener el brazo de su justicia el arrepenti- miento de'los hombres ; pero cuando promete be- neficios, nunca dejan de verificarse sis promesas. —-140— Prideaux Hist. des Juifs libro 17, tomo 3.°, pad- gina, 252.. Solo Jesucristo, hijo de la Virgen Marfa, es él verdadero Mesias: Por lo que ya hemos dicho se deja ver con la mayor clavidad que solo Jesucristo es el Me- slas prometido por Jos ordculos de Jos profetas. Hay sin embargo en algunos de ellos ciertos caracteres 6 rasgos atribuidos al Mesias , que solo podemos verificar.en Jesucristo: advirtien- - do que solo en él resplandecen como el sol de medio dia ; y en ningyno de los que se fingieron Mesfas se percibe, ni siquicra se columbra el mas m{nimo rasgo de estus caracteres. 4.°° En virtud de las: palabras de Isajas -capi- tuo 7.° vers. 44. Dna Virgen concebira.y pariré un hijo que se Hlamard Manuel; Dios con nos- ib otros, en virtud, digo, de éste anuncio de Isafas crcyeron sidinpre los judfus-que el Mesias” haliia de nacer.de madre virgen. Asi lo asegura Galé= tin lib. 7.°, caps. 1h y 15. Es verdad que algu- nos rabinos modernos sostienen que aquella pre- diccion no habla del Mesfas, sino del hijo del fnismo, profeta ; pero esta interpretacion-no solo es contra la letra de la misma profecia, sinu que . ‘tambien es centraria al sentido que siempre le dié la sinagoga y ‘todos sus antiguos doctores. En- efecto, Jesacristo, nacid de una madre virgen: asi lo publicaron sus apdstoles y disci~ pulos , aunque ninguno de fos que se han fingi- do Mesias tuvo bastante audacia para vincular— se tan singular privilegio. No siendo verdad el nacimiento de Sesucristo del vientre de una ma- ire virgen, no hubiera permitido “Dios: que en. su confirmacign se hiciesen tautos y'tan asoni~ hrosos milagros , cuales sow todos los que de~ mnestran la divinidad del ‘cristianismo. s verdad que este nacimiento singutar y prodigioso ‘no era una sefial exterior y sensible que estuviese al aleance de todos, porqté solo se puede demostrar con pruebas de‘hecho; y por el hilo de los siicesos; pero tambien es cierto que 12— asi estala pronosticado, y por lo tanto asi‘dehia Yerificarse , porque los judios y su’ sinagoga lo entendieran siempre en este sentido. %.° Los jadfos creyeron siempre’ que el Me-, stag habia de ser un famoso legislador, y que de- . bia ostablecer una nucva alianza, como lo asé- gura-Isafas cap. 44, vers. 4.° «Los paises, dice, »y, Jas islas mas remotas aguardarén su ley.» En‘el cap. 18 del Deuteronomio, vers. 15, pro~ mete Moisés 4 los judios un profeta semejante 4 él; y para que se verifique: esta semejanza es indispensable que constituyese 4 su pucblo con- _Ruevas y sabias leyes. Lo mismo Siguifican Jas palabras proféticas de Jacob, cuando dice que reunird Jos pueblos, y que estos se sujetaran & sus leyes. Génes. cap. 49, vers. 10. Lo mismo dice tambien Jeremias cap. 23, vers. 5.°, cuan- do asegura que enviardi-Dios umrey de Ja fa- milia de David, que hard que reine en toda la tierra la equidad y la justicia. ¥ en el cap. 31, vers. 34, anunciando gue Nios hard con los ju- dfos una-nueva alianza en un-todo diferente de la que hizo con.sus padres despues del milagro desu salida- del Egipto. Tambien anuncia lo tnismo el profeta Malaqufas cap. 3.9, vers. 4.%, —LhiI— cap. Le vers. 44, y et salmo 109, vers, 4,° La.ceguedad de Jos, judos ea no creer. que Sesucristo es el verdadero Mesias, porque fun- dé una nueva ley, establecié una: nueva’ alianza, y.la sustituyd 4 la de Moisés , parece tan extra- fia y particular, que se hace casi increible : por~ que viene, 4 ser-lo mismo que si dijesen que no consentian en ercer en Jesucristo, porque en -él se verifica tan 4 la letra todo to que de él habian anunciado los ‘profetas. . 3.°. Tambien predijeron los. profetas que. ef Mesias seria despreciado por su pueblo, senten- ciado & muerte por el mismo pueblo, y que des- pues resucitarfa. Gomparemos el cap. 59 de Tsaias con la descripcion que nos hacen los Evan- gelistas de¢ la pasion y: afrentosa muerte de Jesu- cristo, y mas bien parecerd que e! proféta es- cribid la tragica historia del. hijo de Dios , que el anuncia de Jo que cou 6] habia de pasar '700 aiios despues. Los judfos se ven muy embarazados, con es- ta profecfa; y como el anuncio es ‘tan terminan- te y su cumplimiento tan. conforme , no- atinan en discurrir é inventar medios, para trastornar su. verdadero, sentido, Unos dicen. que el profeta ish no habla del Mesias, sino que yuiso describir un caadro.de lo mucho que con el tiempo pade- cerin ta nacion juddica ; pero.en esto. se engafian porque el profela no habla de un pueblo, sino de un, solo personage. Otros, salieron con que ha- bria dos Mesias, el uno pobre, abatido y bu- ‘milde ,y el otro glorioso, hijo. de David, .con- quistador y monarca poderosu que libertaria 4 su pueblo, del yogo de Jas, naciones.. Esto es lo mismo- que darse por convencidos.de que su Mes{as conquistador es una quimera y uu des- carrio de su aturdida imaginacion, diametralmen- te-opuesta 4 las predicciones de. los profetas. Galatin en et lid, 8.° cap. 9.° ¥ siguientes, hace ver que la pardfrasis caldéa de Jonatan y Ia ex~ plicacion de los antiguos doctores estan entera- mente de acuerdo con-el modo con que: explica- nos nosotros el cap. 53 de Tsaias, y con fas de- mas predicciones que esplican 6 anuncian ta sasion de Jesucristo. No, quiero inolestar'mas 4 mis Iectores ,. por~ que lo dicho es mas que snficieate para conven- cerse, de- que solo. Fesucristo es el yerdadero Mesfas anunciado por los profetas. ;Quién es eapaz de imagipar que Dios permitiese que se —113— reunieran en la persona de Jegucristo tanta mul- titud de caracteres visibles ,. siigulares -y decisi- ‘yoa para dar a conocer el verdadero’ Mesfas, si no fuera él'en la realidad el -ananciado por. los profetas? En tal caso podrtamos decir ‘que su providentia tendiera un lazo para“qué todos los fiombres sensatos cometiesen un error tari gro- sero, y todos los efectos se atribuirian al-mismo Dios. Asi pues cuando dicen los: judfos que no- habiera sido posible que sus padres desconocie- se & Jesucristo -si hubiera’sido el verdadero Mesfas , y mucho menos que le despreciagen y le crucificasen, contradicen 4 sus propios ordcu- Jos que anunciaron en la nacion juddica tan in- ereible - ceguedad ,-y tos presentan en si mis- imos ‘una dureza y pertinacia solo comparable con la de sus padres. Pero la priieba mas virtuo- sa y el caracter.mas visible del verdadero: Me— sias en Jesucristo,, es su gloriosa’resurreccion; y como este es un hecho tan importante y. tan impugnado por los. enemigos de} eristianismo, nos parece conveniente tratarle de intento; aun- que con la mayor brevedad posible. 10 Se demacstra cl hecho de la gloriosa resurreccion de Jesucristo. «$i Jesucristo- no resugitd, dice San Pable: » 4. Epist. 4 los de Corinte, cap. 18, vers, 14, es »vana nuestra predicacion,. en nada se. funda »nuestra fe, somos, falgos testiges que ultraja- »mos 4 Dios, asegurando sin verdad que Jesu- »cristo ba resucitado.» Los profetas anunciaron la regucreccion del Mesigs. Ey el cap. 83 de Isafas , vers. 10, Jeemos las palabras siguientes: »Si da su vida por. el pegado, vivird, tendrd una aposteridad numerosa , y cumplira los designios adel Sefior. Parque padecid, volverd a ver laluz, »y se vera colmada de felicidad.» El mismo Je- sucristo auvuncid repetidas veces 4 sus apdstoles gue saldria del sepulcro 4 los tres dias de su muerte. Por tél lo’cual es de la mayor impor- —iWi— tancia’ que demostremos victoriosamente la re~ surreccion, segun Ja refieren los Evangelistas.’ Esta cuestion se decidira com fundamento y claridad dividiéndola en tres arliculos. 1.° Jesu- cristo murié reatmente en la cruz. 2.° Despues salié por si mismo del sepulcro, sia que fos dis- cipuios le hiciesen desaparecer, 3.° Los testimo- nios que tenemog de-la verdad’ de. la resurrec- cion. de Jesucristo son mas que suficientes para convencernos y triunfar de todos sus” impugoa- dores. Tocaremos los tres puntos muy compen- diosamente (4). 4.9 Comiparando en ana concordancia 1a re- lacion de los cuatro Evangelios , teniendo siem-— pre cuenta con la uniformidad y sencillez de su narraciop, Ho podemos reSistirnos 4 creer la yealidad det-hecho de la muerte de Jesucristo, atendiendo 4 sus ¢ircnnstancias. Despues de ha- ber sido cruelmente azotado , coropado de espi- nas; ¥ afligido con todo género ‘de tormentos, sale con la cruz 4 cuestas para e! monte’ calva- i), Véase ol Evangetio en triunfo, Heedeck el judid coa+ vertido, Rergier Apotogic contr. Boulanger etc, —148— rio, en cuya traves{a cae tres veces por e} tropot y su debilidad. Luego que llega, le desnudan le crucifican , de modo que atendiendo 4 dichas circunstancias., parece milagroso qué hubiese podido vivir tres horas despues de cracificado. * El golpe de lanza que le dié un‘soldado, que hizo. brotar sangre de} corazon con e! agua del pericardio,es-otta prueba de la realidad de su muerte , porque es imposible sobrevivir 4 ana herida semejante. Los soldados iban a romperle tas piernas segun Ja-costumbre de aqucl tiempo y no lo verificaron porque le vierongnuerto; pero las rompicron 4 los dos ladrones que murieron & su Jado. Antes de permilir que le bajasen de Ja cruz, Uamo Pilatos-al Centurion, gefe de la guardia y testigo presencial. Le pregunté si estaba verda- deramente muerto; y este oficial le asegura que sf, Segun la costumbre de los judios, José de Avimatéa y Nicodemus le embalsamaron y liga- ron antes de conducirle ai seputcro. No era posi- ble-que sufriese esta operacion sin sofocarse , si estuviera vivo, Los judios no se descuidaron en reconocer el sepulcro : al tiempo de depositar cn él el ca~ —149= dayer,"sellaron la piedra que le eubria, y. pasie- ton guardias, recelosos de qite sus: discfpulos. le robasen, y despues dijesen qué habia resucitado: Los. judios ‘estuvieron siempre convencidos de que Jesucristo habia sido depositado en el sépul- cro; ¥ aunque. niegan su resurreccion , nunca dudaron de Ja realidad de su muerte; y hasta Ja voz que esparcieron, que los guardias dormida cuando los dise{pulos robaran el cuerpo, es uta prueba demostrativa de la realidad de su muer- te. Luego es indudable. por todos los hechos y sus circunstancias .que Jesucristo ‘murid con muerte real y verdadera. 2.° Es falso que los discfpulos de Jesacris- to robastn su cadaver del sepulcro. El que dude de su timidez , que confiesan ellos‘mismos, es un verdadero: pirrontsta, ¥ zcémo. unos hom- bres poseidos del terror , que huyeron y se dis- persaron de miedo, se habian de atrever 4 una empresa semejante? Elios escaparon cuando le prendieron ¥- San Pedro le siguié de lejos sin tener valor para declararse ‘su ‘discfpulo; solo San Juan tavo valor para presentarse en el cal- vatio acompafado de la Virgen y otras piadosas mugeres, mantertiéndose al pie de la cruz. Des- pues de“la-mucrte de Jesucristo so ocaltaron- por sustraerse de las pesquisas de [os judfos. Cuando se les presenté resucitado, creyeron que era uha sombra 6 un fantasma, y"se sorpren- dieron Menos de-terror y de asombre. No tenian pues’ estos hombres cl corazon y -el aliento ne- cesario pata sorprender y~ atropellat an nume- roso" y ‘valiente cuerpo de guardia, para eacar el cad4ver violentamente de la tumba que tanto se custodiaba. ¥ aun cnando bubiesen tenido bastante au- dacia para emprenderlos sobenios que no qui- sieron, ni trataran ‘de semejonte cosa, porque no podia ocurrirles motive para tan ardua em- presa. . Convencidos de Ja muerte de su maes- tro, debieron teiterle por un falsatio qae los ha- ‘bia engaiiddo con sué lisongeras y alegtes pro- inesas , 6 por un espiritu- miserable qué se ha- bia dejade él mismo seducir y engaiiar con sus temérarias -y orguilosas esperanzas. En enal- quiera‘de catos casos 4 oqué: thterés podia mover- los & eSporner su vida pot convencer 4 lo’ ju- dios de su falsa resurreccion, y confirmarlos 6 atracrlos 4 tg idea de que Jesus era-el Mesias, teniéndole ellos por un esfilritd débil; 6 por un —1B1— impostor? Ni remotamente podian en este caso esperar que engaiiarfan 4 los judfos, ni que se librarfan de su condigno castigo, ni mucho me+ nos que seducirian al mundo‘entero: cerfa este el mayor de todos los er{menes sin interés y sin esperanza de recompensa. Ninguno podia estar seguro de que el otro no descubriria un crfmen tan atroz, y & 10 ser que todos fuesen. simul— t4neamente acometides por un acceso de demen- cia 6 de man‘a, lo cual seria otro milagro, to pudo ni‘ siquiera pasarles por.Ja imaginacion semejante intentona. aQuién es el que se atreve & asegurar que aun cuando se hubiesen atrevido 4 intentarlo, podrian verificar au ejecucion? E) sepulcro esta- ba guardado por tropa escogida y de-la confianza del Sinedrio: los judfos, correspondiendo 4 su propio‘celo, le visitaban con-frecaencia , le ha- bian reconocido , cerrado y sellado su cubierta aun antes de ponerle guardia {t). Todas estas cosas no sucedicron de noche ni en-secreto, sitio 4medio dia y en presencia de todo el mundo. 41) San Matco. cap. 97, vers. 66. —152— No era facil, sino imposible que levantasen la - enorme lépida'que cubria el sepulcro, ni arre- batasen. un cadaver cargado de los mas preciosps aromas, sin que lds sintiesen, Ultimamente atin cuendo pudieran.y quisie- ran robar el cadaver de Jesus, es ciertisimo que no lo yerificaron. La deciaracion de la guardia, ‘que confesé francamente ante la autoridad lo que habia sucedido , justifica plenamente 4 los -apéstoles del robo que falsamente se les atribu- ye. Los que hacian Ja-guardia hubieran sido atrozmente castigades , si. los judios hubiesen averiguado que favorecieran 4 los apdéstoles en el robo que se les supone. Mucho menas impor— taba-para cllos S. Pedro ,. y sin embargo los que le custodiaban en su prision fueron castigados con el ultimo suplicio, 4 pesar de haberse liber- tado milagrosamente. (1) Empero tan lejos de castigarlos > les dieron dinero para que publica sen que habian robada el cadaver de Jesus mien- tras ellos dormian. ¥ como dice San Agustin. Si velaban gcémo lo toleraron? Y si dormian, gcd- (1) Hechos spostélicos cap. 12 vers. 29. —153— mo. jo vieron?. Tambien justifica la misma false- dad el que cuando prendieron 4 San. Pedro y San Juan 4 y los demas apéstoles, y los azotaron con haces de yaras, ignalmente que cuando ma- taron 4 S. Esteban; 4 los dos Santiagos y -4 S. Simor no los acusaron de haber robado el cuer- ‘po de Jesucristo, ni de haber publicado falsa— mente su resurreccion , sino solo-de haber pre- dicado coutra Ja espresa prohibicion. del Sine+ drio. .Es preciso pues absolver plenamente 4 bos apéstoles del robo del caddver de-Jesus, que fal- samente les ‘imputan los enemigos del cristia- nismo; y si es cierto que Jesucristo apatecié vivo y conversé con los apdstoles despues -de haber sido sepultado, (como vamos & demostrar) nos vemos en absoluta’ necesidad de ercer que ha resucitado. —idh~ Testimonios irrefragables demues- tram ia werdad de Ila resurreceion de Sesucristo, 3.° Todos los apéstolés aseguran que por espacio de cuarenta diag vieron -y. tocaron 4 Jesucristo vivo , que-hablaron largamente con él, -y. comieron en su compaiiia, como antes de haber padecido y muerto. Ningun interés te- nian en sostener esta verdad, sino Jaa cArceles las persecuciones y Jos tormentos. Sin embargo, no solo sestuvieron y predicaron esta verdad, sing qne todos dieron su vida en testimonio de ella. El-convencimieuto de 8000 hombres conver- tidos cincuenta dias despues por las ¢xhorta- ciones de S..Pedro, demuestra victoriosamente la milagresa resurreccion de Jesus. Residian fo- ~155— dos estos convertidos en el mismo pueblo, 6 por lo menos ‘ea el mismo pels; podian satisfacerse preguntanda 4 los judios que si to habian visto, y aun 4 los misinos guardias, visitar el: sepulcro consultar la notoriedad publica, -comparar el di- cho de los apdéstoles con ef desus contrarios , y tomar las medidas de precaucion ‘para no $er sor- Prendidos, ni engaiiados, Nadie podia canvertit- ‘se al cristianismo, ni menos set bautizado sib ereer en la regurreccion de Jesuctisto , “que fué siempre uno de ss articulos principales. Con todo no se puede négar que poco despues ‘de la venida del Espfritu Santo babia una iglesia muy numerosa en Jérusalen , qne se conservé mu- chos siglos., y que ‘al principio sé componia principalmente de testigos oculares que podian asegurar todos los -hechos que prueban y con- -firman la verdad de la restirreccira de Jesu- cristo. Los judfos no. acusaron jamds 4 los apdsto- les de mentira sobre esta verdad, y 4 su pesat la coufesaron espresamente. En sus Sepler tho- ledot Jecchis 6 vidas de Jesus, compuestas por Jos rabinos , dicen que el cuerpo de Jesucrista difunto fué presentado a} pueblo por ef fan-tu- —136— ma,, Estas dos palabras tax-cuma. signilican li- teralmente, milagro de la resurreccion. Vedse la historia del estableciméento del cristionis- mo sacadg delos judios y paganos, pag. 82. El famosa. -pasage de Josefo , célebre histo- riador de los judios y alabado por su- estilo y ve- racidad imparcial, es tambien ua: argumento sin réplica en favor de ja verdad de Ja resurreccion Este respetable escritor , yeoerado basta de los romanos, en el lib. 18, cap. &.° de sus Antig. jud., dice.. «En este tiempo aparecié Jesus, »hombre sdébio, si. debemos Ilamarle hombre, »porque hizo una infinidad de prodigios; y ense- »fé la verdad 4 todos los que quisieron. oirle. »Tuyo muchos-d{scipulos, asi judios como gen- tiles, que abrazaron su doctrina: tal era el Cris- »to. Pilatos pér la acusacion de los primeros de »nuestro pueblo, hizo crucificarle , sin impe- vdir que siguiesen su partido, y-le guardasen nfidelidad todos Jos. que desde el principio se vle babian agregado. A los. tres. dias despues. ade su muerte sé les aparecid vivo, segun la pre= ‘wducion que los profetas anunciaron respecto d ysu resurreccton y mas sucesos que le pertene- poian: 1a secta de fos cristianos aun permane~ —i57— sce en cl dia y lleva su nombre» Este tastin nid no necesita mas comentario que su stinple lectura. El rumbo que tomo Celso de acuerdo con los judfos para impugnar. ja resurteccion de Jesus la prueba mas bien que la combate, y se puede Namar una‘ .confesion violenta. Dice que los apéstoles fueror engaiiades por un. fantasma , 6 que ellos mismos engafiaron 4 los ‘demas. Pero unos’ hombees. despiertos -y serenos, como los apdéstoles, no-es_ posible-que no “hubiesen ‘distin- guido en el.cspacio de cuarenta dias la - fusion de la realidad. A un fantasma no se le. oye ha- blar, ni se le-vé, ni se ‘conversa con él, ni se come y bebe en su compaiiia, ni mucho menos se le foca metiéndole los dedos en las heridas de bos clavyos en el largo periddo de cuarenta dias con- secutivos, como sucedié 4 los apéstoles con” Je- sucristo despues de su resurreccion, Los apés- toles no eran capaces de tapar la boca: al Sinc- drio y las sinagogas sino con la ‘realidad. Asi es que nunca les acusaron , ni les hicieron cargo sobre la falsificacion de esta verdad. Mucho me- nos podiau taparla boca ni fascinar los ojos de una -multitad inmensa de diseipulos , testizos —-158— oculdres: que vivian en los mismos sitios ,¥ sin embargo creyeron en su predicacion: Quisi¢ramos que los enemigos del Evangelio nos digesen de- buena fé si puede’ haber- un he- cho mas singular y prodigioso demostrado con pruebas mas irrefragables. O hemos de caer ‘en uo pirronismo universal. y poner en duda lo gue pasa delante de nuestros ojos , 6 si damos oidos 4 la razon, es preciso confésar que Jesu- eristo resucité , y que con su milagrosa resur- Freccion colmd el triunfo dé su gloria sobre to- dos sus enemigos , conGrmando ta divinidad de su persona y Ja de su doctrina celestial (4). (i) El que'quisiere ver los argumentos contra ta resur— Teceion acnda 4 [os autores que hemos citado en la dti-~ wa nola, —159-- LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO. go Réstanos hablar de Jos libros del nuevo tes-. tamento , que son los cuatro Evangelios de 5. .Matoo,-S. Marcos, §. Lucas yS. Juan: fos he- chos apostdlicos; las catorce epfstolas de S..Pa- blo, una 4 los romanos, primera y segunda 4 los de Corinto, una 4 Jos galatas,.una 4 los de Efe- so, una 4 los de Filipos , una 4 los colonenses, dos a los tesalonicenses, dos 4 Timoteo, una 4 Tito, una 4 Filemon, y fa epfstola 4 los hebreos, Jas seis epistolas candnicas, una de Santiago, dos —~160— de 8. Pedro, tres de S, Juan y una de 8. Judas: y wtimamente el Apocalipsis de S. Juan, todos dectarddos auténticos en el concilio Tridentino. Que todos’ estos libros son de origen diyino, es- critos por los apéstoles y evangelistas y que Ile- _garon integros 4 nuestras manos sin alteracion, es materia mas propia de Jos Lugares teolégicos 'y, de Ja Hermenéutica; que de un compendio apologétice tan breve como debe ser-este. Remi- ta pues 4 los jévenes que quieran instryirse en estas materies al _Ilmo. Cano, 4 la historia sagra- da del P. Calmet, 4 la de Erra, al P. Lemi, 4 Wouters , 4 la Hermenéutica de Viser, 4 as Bi- blias de Carriere y de Avignon, ete. Luego Ia religion cristiano catélica es In Gnien verdadcra, Mas hace ya de mil ochocientos aiios que es= ta religion divina y su promulgacion causé un cambio radical, una reyolucion completa’ en el —JEL— ‘iunjverso. Sin embargo no falta quien pregunte en nuestros dias, si esta religion es: Dios; 6 invencion de los hombres, y si produjo al mundo mas bienes que inales. Esta’ pregunta solo pueden hacerla hombres de poca‘ilustracion, 6 muy propensos 4 cegarse con el egercicio de las pasiones. Hablarémos de sus pryehas ; pero como este es un asuuto, que tratado con ja estension’ que Merece, ocuparla volimenes enteros , 108 con~ tentarémos eon indicarlag lo mas breve que nos séa posible. 1.2, La primera prueba es la conexion-de las tres épocas-de la revelacion. La que ‘Dios se digné conceder “en la’ primera que dura desde Adan hasta Moisés, fué la mas propia para fun- dar una sociedad natural y-doméstica,.y Ja que mas convenia para el bien de winas sociedades nacientes, que aun no ‘estaban en Sazon para componer poblaciones considerables. La segunda que llega desde Moisés. hasta Jesucristo , tenia por objeto establecer entrée los descendientes de Abraham .una sociedad nacional , en que tenian un wismo fundamento ta religion y ‘las leyes ; y de -intento la‘ colocd ‘en el corazon del muirdo —162— conocido entonces para que sirviese de modelo 4 ‘todes los- pueblos. La tercera que principia en Jesucristo, tuvo por objeto fundar una sociedad religiosa universal, despues que las naciones es- taban ya civilizadas. Por eso dijo 4 sus apdsto- les que enseftasen a todas las naciones. No to enfienden asi los que creen que cayé del cielo por caspalidad como una Hluvia , 6 que fué invencion de los hombres. Les falta medi- far y combinar el origen del cristianismo., y por ese no perciben que nuestra religion es un plan continuado y preparado desde el origen del mundo, y que su perfegcion crecié en razon del estado de ilusteacion y cultora del género hu- ’ mano, haeiendg Dios que la perfeceion de la gra- cia se equilifee.con la de la naturaleza. 2.2 La segunda prueba son jas profeeias que aounciaren esta celigion, déndole de este modo a importaneia que realmente tiene. Las profe- cfas son una cadena que principia en Adan, y contioua sia interrupeion por espacio de cuaren— ta siglos hasta concluir en Jesucristo. Estas pro- fecias son tanto mas claras, cuanto se aproximan los sucesos, hasta que su sentido se desenvuelye por ultisio en su total cumplimiente..No hay —t63— una que pueda servir. de modelg. para ta atra: +7 todas predicen acontecimientos que solo Dios puede verificar. No falfé quien quiaiese trastor- narlas, congiderandolag cada una de por si, que- riendo fingir que deseonogia que la trabazon y- enlace es lo que hace mas fuerza. en las. prow fecfas. 3.2 La mag luminosa de todas las pruebas. es la que se saca del eardcter augusto de Jesu- cristo, de lo eleyado ¥ sublime de su dactrina, de la peofunda sabidurfa-de sus lecejones, de la pureza y santidad de su moral, del heroismo de sus virtudes y det esplendor de sus milagros. Busquese el fundador de ptra religion que reu- na en su persona tantas y tan infalibles sefales de su mision divina. Bi es el dnica entre todos Jos que fyndaron una religion que Juve la liber- tad de atrihyirse la cualidad de hijo de Dios, no Ie faita ninguno de Ios cardcteres que le pue- den calificar do un Bes hembre. 4." La predicacion de log ‘apostoles 3 ¥ las cir- cunstancias que acompafian esta predicacion sou olra prueba no menos canviscente. Sug cualida- dades personales, la certeza y seguridad de su testimonio, los obsticulos que baa tenide —~164— que superar.,.‘la' muerte que sufrieron todos en confirmacion “de~ la verdad: de su -doctri- na y los hechos ‘que anunciaban, el modo con que fué atacada y deferidida la religion cristiana, los revoluciones que ocurrieron de siglo en si~ glo, sirvieron para su mayor triunfo y esplen- dor: todas estas refleiones amplificadas , segun el mérito de Ja materia darian bastante campo para llenar “muchos votimeues, y bastan para convencernos de su origen divino. : B.2 Ea paciencia y constancia herdica, de tanta multitud de martires, singularmente en los cuatro primeros-siglos, no dejan duda ‘del testi- nio de los hechos ‘que. sostenian y de‘la santidad que habian adoptado con todo conocimiento. La fuerza de este argumento se confirma por los ataques de-los mismos fildsofos , por la confe~ sion forzada de }o5 hereges, y el porte que ob- servaron los apdéstatas. ParecerA una paradoja, pero, sin riesgo podemos asegurar que-en el dia se saca tanta ventaja de nuestros impugnadores, como de nuestros apologistas (1). (1):, Yéase sobre-este punto la obrita titulada: Tos Apolu- gistas involuatatios. —165—- 6.2 Examinemos la religion en -si misma sia prevencion y de buena fé, y veremos én ella - dogmas sublimes y misteriosos ; pero creibles: una moral purfsima, seyera y santa ; pero con- forme 4 nuestra naturaleza y 4 nuestro. bien-es- tar , y sostenida por una disciplina justa y ,vi- gorosa. Todas estas tres pattes se anxilian reci~ procamente. La moral serfa infundada y se ve- ria sin apoyo, sin los dogmas y misterios; y los dogmas y misterios junto cowsa moral libran su fundamento en el ejercicio de un culte Sencillo Y magestuoso. Este nos-recuerda incesantemen- te la moral y creencia; y el culto se alteraria in- faliblemente , si la disciplina no velase por con~ servarle. ; / 7.2 Los dogmas, la.morak, la disciplina y el culto se reunen en la doctrina de la iglesia : ella es igual para los sabios é ignorantes : en ella sin fatigarse hallarin todos Ja unidad, la universa- lidad é inmutabilidad de la fe: todos los hereges y todas las sectas. que se separarom de la iglesia no hicieron mas que afiadir & esta doctrina un nuevo esplendor y firmeza, asi como el cielo” aparece mas vistoso y mas. brillante’ despues de una horrorosa tempestad. En. el: dia sirven de —166— testigos de lo que Se éréia ef la iglesia en el tiempo de 6u separacion- 8.4 Echemos una mirada sobre los efectos de esta doctrina celestial en todos Jos pueblos de la tierra. Ella cambid 14 nioral, lag costumbres y 1a. givilizacion de todos los paises que 14 abraza~ ron: la misnia’ revolucion causé én Asia, que en Africa y Europa, y tiltimamerte en las vastas regiones de América , y basta en 108 Helados pueblos det Notte.-Todas las nacionés que adop- taron el cristianismo ‘salferén de la barbatie, y principiaron Ja época de Su civilizacion; y to~ das las que la abandonatah, volvieréa 4 sumer- girse en la misma barbarié, de modo que a los diez y nueve siglos observamos Ja misma dife- rencia entre las naciénes cfistianas y las que profesan dtro falso cults. 9.4 La religion cristiana es para todos los climas, todas 14s ciréuristaneias , ¥ todos los tiempos. Ella floreeié en la Arabia y en la Libia, en Roma, en Jerusalén ¢ Constantinepla, como en la Escitia ¢ en la Hecandinavia. Comparemos el cristianiamo con Ia religion de lds chinos, la de tos indios, jla-de' los persas, Ta de los egip- cios, la de los griegos ¥ la de los mahometanos: —167— en una palabra , comparémosle eon todas lis be~ ligiones antiguas y mogernas , y sin cadsarnos’ muché en discurrir , diftinguiremos al momento! la que viene de Dios de las que fueron inventa- das por los hombres. Todas estas se resienten del terreno que las hizo brotar; pero el cristias nismo tiene igtiales telaciones con todos fos pai— ses del niundo. 10. Cuando el howibre Hega 4 perder una vez la‘senda. que le traza la verdadera y Gnite religion, cae infaliblemerite de error en error,: y forma una cadena de desacjertos’, que 4 no verla se hace increible , como la creencia, la moral, el culto y Ja disciplina son cosas que en’ el eristianistiio s@ sdstienen recfprocamente, co-. mo ya hemos dicho, y los dogmas de su divina. creencia estan tat intithamente ligados , cl que tiene la desgracia de caer en un error y se obs- tina en defenderle. va tayendo progresivamente” de heregta en heregfa , luego en cl deismo, del deismo en el materialismo, de-este en el ateismo, y de este en el pirrontsmo. Progresion ineyita- ble para los que se precian de discurrir por prin- cipios y con alguna coherencia. ° Pero el que observa la verdadera religion y —168——- es fiel i sus maximas, vive y muere leno de: Juz y. de esperanzas consoladoras. Un ateo se Hena de paver al considerar que el universo pue- de volver al caos’, que los hombres pueden con’ sus-infames mdximas’ tornarse en unos mons- truos de’ ferocidad , y que él mismo puede ver se en-el colmo del infortunio. Al contrario yo: creo en una providencia, cuento con la perpetua. conservacion del érden fisicd éstablecido por el criador , y mucho mas con Ja constancia del ér- den moral. La ley y los principios de justicia, Jos sentimientos de benevolencia para’ con’ mis, hermanos ,, que siento profundamente: grabados €n mi corazon, son los mismos en todos los hombres; y este és un: garante infalible de wha- rec{proea codfianza. Convencido de que somos muchos los que. creemos Ia existencia de un Dios: justo, de una Jey natural y de.una vida futura, ningun peligro debo. temer en agocjarme con. ellos; pero ‘viviendo .en' una sociedad de atcos: en qué podria funder mi seguridad y confianza?. Convengamos pges en que es imposible vivir: con. esperanzas:sdlidas: y hatagitciios consueios. sin la -verdadera religion: qué sin ella no hay fers licidad en-esta‘vida-hi-en la futura : que sin ella —169— no hay sociedad ni gobierno sabio y justo. Ene- miga del despotismo le desterré de todos los gu-- biernos que habia en el mundo conacido cuan- do se predicé el Evangelio. Es verdad que es la tinica religion que se adapta 4 todas !as gobier- 3 pero tambien lo. es que los emperadores temblaron en los tronos 4 vista de Jas tidximas y principios del Evangelio, Ella manda, es ver-. - dak, 4 Jos sibditos obedecer & Jos superiores, aunque sean discolos; pero tambien eusefia 4 los . soberanos que su autoridad debe fundarse ea la . justicia y en la rectitud: que si ellos mandan 4 los ‘hombres, hay un Dios padre universal del género humano, enya voluntad suprema es que no se gobierne 4 los hombres como un rebaiio de brutos. La igualdad legal es una maxima del ’ Evangelio, puesto que nos ensefia que todos los hombres hemos sido criados por Dios , que to- - dos hemos sido regenerados por el hijo de Dios comé redentor del género humano , que todes podemos partificar de nos mismos sacramentos, Y que todos somos igualmente capaces de una " misma felicidad , que se reserva solo, para el observa Ja ley, no para. cl nacimiento ni las - distinciones terrenas. Es verdad que no reprueba. fa libertad mo~ derada y justa; pero asi como condena la injus- licia y arbitrariedad de ‘los déspotus , estiende su rigurosa animadversion sobre Ids manejos y demasias de tos pueblos. ‘»Gonfesemos , pues, »eon el célebre Montesquieu que debemos ab neristianismo ene] gobierno un derecho politi~ vco-fijo; y en la guerra un dérecho de gentes “»cierto que ne: puede agradecer bastante la na- »turaleza humana. FIN. INDICE DE ESTAS LECCIONES Y Bas MATERIALS QCE CONTIERNEN, ——~ar gern ROUIONES PRELIMINARES. Paégs Leceion £. Espiritu, malerta, (dea de ¢s- tos dos serves... ee ee ie ee ee et TL Definicion 6 ideo do miduvd alma... 1. 8 Conclusion; ef alma del hombre ads nate- raleza espiritual. . cee ee eee fi Leecton 8, Inniortatided del alta... 16 Conclusion ; Et alma det hombre és tn mortal. 2... ke tee ~.> 18 Leceton 3. Conclusion: S¢ demuesita la verdad de los Bremioe'y y pénas de la otra vide... ee ee eee Leecion 4, De la religion: s¢ esplica en . que sentido se puede admitir la religion natural. ee eet ew ee ew oe Culto: Definicion y division del mismo. . eeion &.. Proposicion : debemos dar & Dios culto tnterno ¥ ssterno ,y este debe ser publico y solemne, 2... 6. : Beceion G. Ne la revelacion : depinicion ‘de la misma y su posibilidad. 2. 1 2. Comelusion; Se demuestra la necesidad dela revelacion. . 2... 6 eee . Leccion 9. Exdmen de la retigion; como - debo hacerse este eadmen. :.. 2-5» Keeciom 8. Signos infaliples de la ver- dadera revélacion. ©. .-.....-- Del milagro y, su definicion, «0. 6... Conclusion: El milagro es posible. . . Leecion 9. Conclusion: podemos distin- _guir con epidencia un milagro de un su- ceso puramente natural , ¥ probar esia diferencia, . 2-6 ee ee oles Leceton 10. Los milagros son un moti- vo suficiente para confirmar una doctri- ‘na, y probar la divinidad de una reli- Jion. oe ee eee 35: 32 3h 4&5 “46 53 56 58 59 Leectom 18) Hubo efecticamente verda~ ders milagros... .°. Lecelon a8. De las profetiaa? se defini- . Conclusion La religion confirmada con” algunas profectas, gue tengan las citadas condictones , no pueden menos de ser de origen diving, 6 ee Leecion -13.' Ds la religion de tos pe Mos. ce ge en ee eee os Be los hechos. Notas 6 caracteres que distinguen los hechos ciertoa de las pa- trahas ¢ imposturus.. . 2. 6 1 + Leeeton £4. Del caudilio y legislador Moisés. 2 2 ee eee wee Solo Moises fué el que’escribié cl Pentar WUCOL ee es Leecion 5. De la duracion del judais- MO. oe eee eee eee ween eae Conclasion. Le religion de los judios no habia de ser eterna, sino que debia cesur con la venida del Mesias... .... 4 Leccion 19. Conclusion. Ya vino el _ Mestas verdadero... 2... ae ee Heeien 27. Solo Jesucristo , hijo de fa 86 90 93 107 113 Virgen, es el.verdadero-Mesias. . . . . 148 Leecion 18. Conclusion. Se démugs— tra ef hecho de la gloriosa resurreccion de Jesucristo. .% soe ee ee we ee Leccion 3. Testimonios irrefragables demuestran la verdad de lg resurvecion . de Jesucrista. .... 2 pee eae Yeccion 20. Libros. del nueva tagta~- MENLO. ee eee gene tee Conclusion Gnal. Luego ta religion cristiano-catglica es la unica verdaders. 146

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