El cuadro de Leandro

Leandro era un chico muy particular en la escuela y en la casa solo

leía y leía sin cansarse. Sus libros preferidos eran sobre mitología y esos

seres extraño minotauros, centauros, sirenas y cíclopes. Su comportamiento

era poco común por lo tanto el papá decidió hablar con el.

Todo marchaba bien hasta que un día su familia decidió mudarse al

barrio de “Baal fiel”, como llegó un bebe ala familia, la mamá pensó en no

retarlo por sus encierros. Una tarde sus padres comenzaron a buscar a

Leandro y no lo encontraron, el papá bajó al sótano y vio el cuadro con

seres mitológicos dibujados pero no le dio importancia. Leandro nunca

regresó a su casa y se quedó adentro del cuadro con los seres que tanto

admiraba.
 La venganza del dragón

Había una vez un mundo pacífico y justo, hasta que la

gente conoció al destructor devorador de mundos.
El destrozó mundo por mundo arrasando con furia
y venganza, por dejarlo olvidado en una tumba para
siempre… hasta que apareció una tierra no arrasada donde
Vivía, un hombre capaz de derrotar al dragón, así que,
continuo su viaje caminando por las tierras destrozadas,
hasta que encontró una huella del dragón, atrás del hombre
apareció…y lucharon seis horas hasta que el dragón fue
derrotado y se convirtió en el hermano, así que las tierras
fueron armadas y en todo el mundo hubo paz
Pero el hombre sigue buscando dragones
esparcidos por el mundo.

Lauty f
 EL CUADRO DE MITOLOGÍA

J uan era un chico muy particular en el colegio no salía

a los recreos pues se quedaba en el aula leyendo horas y
horas.
Era fanático de los libros de mitología de esos se res extraños
como centauros, minotauro, sirenas y cíclopes.
Sus profesores estaban maravillados por que él a los 12 años
entendía todo lo que leía.
En su habitación tenia un cuadro con seres mitológicos que
cuidaba mucho.
Cierta vez la familia se tuvo que mudar a una casa antigua
pues había nacido un hermanito y donde vivían ya quedaba chico.
Juan desapareció de repente, no lo encontraban por ningún
lado, buscaron por toda la casa y no estaba.
El papá bajó al sótano, encontró el cuadro que le gustaba
tanto a Juan pero no se dio cuenta que su hijo estaba en él sobre
un minotauro.
Pasaron años y Juan nunca regresó.

Hermida, Delic, Bologna y Esposito