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MANUAL DEL ASPIRANTE A LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS POR EL P, ALFONSO OFICIALDEGUI DE LA ASUNCION AGUSTINO RECOLETO Fili mi, ne effluant haec ab oculis tuis: custodi legem atque consilium. Prov. III; 21. Hijo mio, no se escapen estas cosas de tus ojos: guarda la ley y el consejo. Prov. IIT, 21. CUARTA EDICION EDITORIAL CO. CUL. S, A. VICTOR PRADERA, 65 MADRID 1960 NIHIL OBSTAT P. Fr. Bernardo Merizalde de Ia Virgen del Carmen P. Fr. Nicanor Sagardoy del Corazén de Jesus CENSORES DE LA ORDEN IMPRIMI POTEST P. Fr. Cecilio Etayo del Nifio Jests VICARIO PROVINCIAL EN ESPANA Pamplona, 21 de Agosto de 1958 | ARZOBISPADO DE PAMPLONA NIHIL OBSTAT C. Lezdum, Pbro. Censor Pamplona, 27 de Agosto de 1958 IMPRIMATUR Lic. Juan Olio Vv. G. Por mandato de S. E. Rvma (Rubricado y seliado) PROEMIO Del Rvmo. P. Prior General Fr. Eugenio Ayape de San Agustin Este librito titulado «Manual del as- pirante a la Orden de Agustinos Recole- tos» sale por tercera vez ala vida publi- ca; la importancia de su contenido y el provecho que ha procurado a sus lectores le han merecido tal honor. Dios es bueno; Dios retine en si todas las perfecciones; y Dios se complace en hacer participantes a sus criaturas de algunas de las gracias cuya plenitud a El sélo corresponde. Uno de estos dones es- pecialisimos es la vocacién religiosa que concede a determinados fieles porque los quiere singularmente destinados a su ser- vicio; por eso los separa del mundo, los llama al recogimiento dulce del claustro, y los coloca en condiciones favorables de ir preparando sus almas con el aprendi- zaje y ejercicio de las mds exquisitas virtudes para poder luego cumplir altos —1— destinos espirituales. Regalo inefable es el de la vocacién religiosa; privilegio que no tiene par es cl de vivir en la casa del Sejfior. Felices, vosotros, los nifios que habéis sido escogidos por el Altisimo; felices los que habéis sido llamados a la vida de Comunidad; y felices particularmente los que aspirdis a vestir el habito de la Orden gloriosa de Agustinos Recoletos. Porque si todos los Institutos regulares son dignos de férvidas alabanzas y han escrito capi- tulos bellisimos en su historia, se hace reconocer que la insigne Familia de San Agustin es una de las mds vene- rables por la antigiiedad de su nacimiento y una de las mds abundantes en méritos y proezas; sus Santos, sus Sabios, sus Misioneros se cuentan por milla- res y son astros brillantisimos en el firmamento de la Iglesia. Por eso ser Agustino Recoleto es una legitima gloria y también una grave responsabilidad; per- tenecer a esta Comunidad supone una honra e impone el deber de hacerse digno de formar entre aquel desfile de varones esclarecidos que la enaltecieron con sus heroismos. Tenedlo entendido, jévenes afortunados, aspirantes al hdbito agustino recoleto, para quienes ha sido redactado el presente Manual. Tened entendido que vuestra —2— vocacién es divina, que habéis sido prefe- ridos entre millares, que estdis principian- do una carrera sublime en el Colegio Apostélico, y que el camino que habéis tomado y que lleva a cumbres de excelsi- tud sobrehumana es de sencillez, de mo- destia, de pureza, de obediencia, de estudio y humildad, alimentad vuestros espiritus y encended vuestros corazones con los san- tos pensamientos y sanas exhortaciones que os brindan las pdginas de este bello librito, hecho de luz y de oro. Aqut, en las normas que se os propo- nen, y en los ejemplos, consejos y reglas que se os presentan, aprenderéis a practi- car la doctrina salvadora de Jesucristo, el infalible y buen Maestro que ha de ser siempre vuestro modelo; aqui os instrui- réis en las nociones principales de la piedad cristiana y en la esencial y distintiva manera de ser de la Religién Agustiniana; aqui hallaréis ensefianzas precisas y senci- llas para guardar, dentro de la disci- plina comin, todo aquello que contribuye a la perfeccién de un colegial quz ha de imitar al Nifio de Nazaret de quien se escribié que «crecita en edad, sabiduria y gracia delante de Dios y de los hombres. El Manual del aspirante a la Orden de Agustinos Recoletos viene a prestar un servicio valiosisimo, inestimable, a los educadores y educados de nuestros Cole- —3-— gios Apostédlicos que son mirados por los Superiores como las nifias de sus ojos porque alli reside la esperanza del futuro, alli se esta labrando el porvenir del Ins- tituto. Por eso bendecimos con toda nues- tra alma esta interesante y oportuna obrita y pedimos a nuestra Madre de la Consolacién, a nuestro Padre San Agus- tin y al angelical nifio mdrtir San Ma- ximo, Patrono de estos Seminarios reco- letos, que hagan florecer la virtud y la ciencia en esos queridos Colegios para los cuales esta destinado el Manual a que nos referimos. Bogotd, noviembre de \948. Fr. Eugenio Ayape de San Agustin Prior Provincia de la Candelaria PROLOGO Aqui tienes, amado colegial, este Ma- nualito, trabajado con tanto carifio, uni- camente para ti. Nada encontrards en él gue no hayas oido de labios de tus Supe- riores y aprendido en sus enseftanzas. Quiero que sea tu devocionario, y el libro verdaderamente tuyo, que siempre te acompamie y te entretenga; que leas y releas sus pdginas, que son una sintesis o compendio de todo lo que has aprendido en la Escuela Agustiniana. Haga San Mdximo, a quien dedico mi obrita, que con su frecuente lectura, prac- tiques la vida de Colegio de tal manera, que se te pueda aplicar, con la debida proporcion, lo que se dijo de Jesus, nues- tro divino Maestro: «Omnia bene fecit», todo lo hizo bien. EL AUTOR. Panamd, 13 de noviembre de 1958. Fiesta de todos los Santos de la Orden Agustiniana. —5o i. 12. 13. 14. 15. 16, 17, 13. 19, 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. CALENDARIO ENERO Circuncisién del Seitor. HL Nombre de Jesits. (Se celebra el domingo entre Ja Circuncisién y la Epifanfa. Si no ocurriere ningin domingo, se celebraré el dia 2.) San Pulgencio, Obispo y Confesor, Agustino. Beato Ugolino de Gualdo, Conf., Agustino. Beata Cristina de la Sania Cruz, Virgen, Agustina. Vigilia de la Epifania. San Telesforo, Martir. We Epifania del Setior. De Feria, San Luciano, De Feria. San Apolinar, De Feria. San Julian, De Feria, San Gonzalo. De Feria. San Higinio, Martir. De Foria. San Arcadio. Conmemoracién del Bantismo de N, 8. Jesucristo. San Hilario, Obispo _y Doctor, San Pablo, Primer Ermitajio, San Marcelo, Martir. San Antonio, Abad. La Cétedra de San Pedro en Roma. Beata Verdnica de Binasco, Virgen, Agustina. Santos Fabian y Sebastian, Martires. Sante Inés, Virgen y Martir. San Vicente y San Anastasio, Martires. San Raimundo de Pefiafort, Confesor. San Timotec, Martir. La Conversién del Apéstol San Pablo. Sau Policarpo, Martir. San Juan Criséstomo, Obispo y Doctor. Beato Antonio de Amdndula, Confesor, Agustine. San Francisco de Sales, Obispo y Doctor, Santa Martina, Virgen y Martir, San Juan Bosco, Confesor. FEBRERO San Ignacio de Antioquia, Martir. La Puvificacién de Nuestra Sefiora. (Virgen de la Candelaria.) —7O— 3. 10. 12, 13, 14. 1s. 16, VW 1a 1d, 20. Zhe 22. 23. 24. 25. 26, 27. 28. Sry orecies 9. 10. a, 12, 13. qd Beaio Esteban Bellesini, Confesor, Agustino. San Andrés Corsino, Confesor. Santa Agueda, Virgen y Martir. Beato Angel de Furcio, Confesor, Agustino. San Romualdo, Abad. San Juan de Mata, Confesor. San Cirilo de Alejandria, Obispo y Doctor. San Guillermo, Ermitaiio, Confesor, Agustino. La Aparicién de la Santisima Virgen en Lourdes. Los Siete Santos Fundadores de los Servitas, Con- fesores. Beata Cristina de Bsapoleto, Penitente, Agustina, Beata Josefa Marta de Santa Inés, Virgen, Agustina Recoleta, Beata Julia de Certaldo, Virgen, Agustina. Beato Simén de Casia, Confesor, Agustino. De Feria. San Teddulo. De Feria. San Simén, Obispo y Martir. Aniversario de los Padres,” Madres, Hermanos, Amigos y Parientes difuntos de la Orden de Reco- letos de San Agustin. San Conrado. De Feria. San Elenterio. De Feria. San Severiano. La Caétedra de San Pedro en Antioquia. San Pedro Damiano, Obispo y Doctor. San Matias, Apéstol. De Feria, San Cesdreo. De Feria. San Néstor. San Gabriel de la Dolorosa, Confesor. La Traslacién de las Reliquias de N. P. San Agus- tin, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia. (En el afio bisiesto, el 29.) (En los afios bisiestos la fiesta de San Matias se celebra el dia 25, y la de San Gabriel de la Dolorosa, el 28.) MARZO De Feria. San Rosendo. De Feria. San Simplicio. De Feria. San Emeterio: San Casimiro, Confesor. Beato Jerénimo de Recineto, Confesor, Agustino, Santas Perpetua y Felicitas, Martires. Santo Tomas de Aquino, Confesor y Doctor, San Juan de Dios, Confesor. Santa Francisca Romana, Vinda. los Cuarenta Santos Martires. De Feria, San Eulogio. San Gregorio, Papa. De Feria. San Rodrigo. Beato Jacobo de Viterbo, Obispo y Confesor, Agus- tino. De Feria. San Raimundo. —s— 16. 17, 19, 20. 2h, 22, 23. 24, Ba, on, 27. 28, 20, 30. 31. 26. 27. 28. De Feria. San Abrahan, Ermitafio. San Patricio, Obispo. San Cirilo de Jerusalén, Obispo y Doctor, %% San José, Esposo de la Santisima Virgen Marta. De Feria. San Cutberto. San Benito, Abad, Beato Ugolino Ceferino, Confesor, Agustino, De Feria. San Victoriano. San Gahriel Arcangel. La Anunciacion de la Virgen Maria, ‘De Feria, San Braulio. San Juan Damasceno, Confesor y Doctor. San Juan Capistrano, Confesor. De Feria. San Eustasio. De Feria. San Juan Climaco, Confesor. De Feria. San Benjamin. (La Fiesta de los Dolores de la Santisima Virgen se celebra el viernes despu¢s del primer domingo de Pasién.) ABRIL De Feria. San Melitén. San Francisco de Panla, Confesor. De Feria. San Ricardo, Confesor. San Isidoro de Sevilla, Obispo y Doctor. _ Beata Juliana de Cornelién, Virgen, Agustina. Beata Catalina de Palancia, Virgen, Agustina. De Feria, San Epifanio. Beata Clemente de San Elpidio, Confesor, Agustino. Traslacién de las Reliquias de N. Madre Santa Ménica, Viuda. De Feria. San Apolonio. San Leén el Grande, Papa. Beato Andrés de Monte Real, Confesor, Agustino. San Hermenegildo, MArtir. San Justino y San Tiburcio, Martires. De Feria. Santa Anastasia. De Feria. Santo Toribio. Beato Jacobo de Querqucto, Confesor, Agustina. De Feria. San Perfecto. De Feria. San Cresencio. . Beato Simén de Tuderto, Confesor, Agustino. San Anselmo, Obispo y Doctor. ; Santos Sotero y Cayo, Papas y Martires. Beata Elena de Valentinis, Viuda, Agustina, Conversién de N..Padre San Agustin, Obispo, Con- fesor y Doctor de la Iglesia, San Marcos, Evangelista. Aparicién de la Bienaventurada Virgen Maria del Buen Consejo. Beato Antonio de Patricis, Confesor, Agustino. San Pedro Canisio, Conf. y Doctor. San Pablo de la Cruz, Confesor. —g— 29, 30. SCerneupysir 10. 1. 12. 13. 4 15. 16, 17. 1s. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25, 26. 27, 28, 29, 30. 3h. Neer ess ee "See | San Pedro, Martir. Santa Catalina de Sena, Virgen. MAYO San Jos¢, Obrero. San Atanasio, Obispo y Doctor. La Invencion de la Santa Cruz. Nuestra Madre Sanita Monica, Viuda. San Pio V, Papa, Kl Martivio de San Juan, Apdstol y Evangelista. San Estanislao, Obispo y Méartir. La Aparicién de San Mignel Arcangel. San Grezorio Nacianceno, Obispo y Doctor. Beato Nicolas Albergato, Obispo y Confesor. . Santos Felipe y Santiaga, Apdstoles, Beato Gregorio Celi, Confesor, Agustino. Beato Juan Stonet, Madrtir, Agustino, Bienaventurada Virgen Maria del Socorro. De Feria, San Bonifacio, Martir. San Juan Bautista de La Salle, Confesor. San Posidio, Obispo y Confesor, Agustino. San Pascual Bailén, Confesor, Beato Guillermo de Tolosa, Confesor, Agustino, Beato Agustin Novelo, Confesor, Agustino. San Bernardino de Sena, Confesor. Beata Magdalena Albricia, Virgen, Agustina. Santa Rita de Casia, Viuda, Agustina. De Feria. San Epitacio. Beato Felipe de Placencia, Confesor, Agustino. San Gregorio VII, Papa. San Felipe Neri, Contesor. San Beda Venerable, Confesor y Doctor. San Agustin de Cantorvery, Obispo. Santa Magdalena de Pacis, Virgen. De Feria. San Félix, Papa, Martir. Festividad de Maria Reina. JUNIO Bienaventurada Virgen Maria de Gracia. Beato Fernando de San José, Mariir, Agustino. De Feria, Santa Clotilde. San Francisco Caracciolo, Confesor. San Bonifacio, Obispo y Martir. San Norberto, Obispo. Canonizacién de San Nicolis de Tolentino, Confesor, Agustino. De Feria. San Maximino. De Feria. San Primo y San Feliciano, Martires. Santa Margarita, Reina. San Bernabé, Apdstol. — 10 — 12, 13, 14, 15, 16, 17. 18. 19, 20. 22, 23. 24, 25. 26. 27. 28, 29, 30. 15. 20. 23. 24. 20, 26. 27. 28. 29, San Juan de Suhagin, Confesor, Agnstino. San Antonio de Padua, Conf. y Doetor. San Basilio, el Grande, Obispo y Doctor, De Feria. Santos Victor y Modesto, Martires. De Feria, San Aureliano, De Feria. San Ismael, San Efrén, Didcono y Doctor, Santa Juliana de Faleoneris, Virgen. De Feria. San Silverio, Papa y Martir. San Luis Gonzaga, Confesor, San Paulino, Obispo. Beato Pedro Jacobo de Pisauro, Confesor, Agustino. San Juan Bautista, el Precursor. San Préspero de Aquitania, Obispo y Confesor, Agustine. Santos Juan y Pablo, Martires, De Feria. Virgen del Perpetuo Socorro. San Ireneo, Obispo y Martir. He Sanios Pedro y Pablo, Apéstoles. Conmemoracién de San Pablo, Apéstol. JULIO La Preciostsima Sangre de N. 8. Jesucristo. La Visitacion dela Santlsima Virgen Maria, Beatos Pedro y Juan Bequeti, Confesores, Agustinos. De Foris. Santa Berta. San Antonio Maria Zacarias, Confesor. De Feria. San Isaias. Santos Cirilo y Metodio, Obispos. Santa Isabel, Reina y Viuda. Aniversario de todos los Bienhechores difuntos dela Orden Agustiniana, De Feria. Santos Primo y Feliciano, Los Siete Hermanos, Martires, De Feria. San Pio I, Papa y Martir. San Juan Goalberto, Confesor. San Anacleto, Papa y Martir. San Buenaventura, Cardenal y Doctor. San Enrique, Emperador y Confesor. La Virgen del Carmen. San Alejo, Confesor, . San Camilo de Lelis, Confesor. San Vicente de Pail, Confesor. San Jerénimo Emiliano, Confesor. Beatos Benigno y Caro, Confesores, Agustinos. Santa Maria Magdalena, Penitente. San Apolinar, Obispo y Martir. . Beato Antonio Turriano, Confesor, Agustino. Santiago, Apdsiol. Sania Ana, Madre de la Santtsima Virgen. Beata Lucia Amerina, Virgen, Agustina. San Nazario, Celso, etc., Martires. Santa Marta, Virgen. —l— 30. 31. _ PS Pes aPRENH ll. 12. 13, 14, 16. 17. 18. 19, 20. 21. 22. 23, 24, 25, 26. 27. 28. 2a. 30. gh. De Feria. Santos Abdén y Senén, Martires. San Tgnacio de Loyola, Confesor. AGOSTO San Pedro, Apéstol, encadenado. San Alfonso Marfa de Ligorio, Obispo y Doctor. La Invencién del cuerpo de San Esteban. Santo Domingo de Guzman, Confesor. La Virgen de las Nieves, La Vransfiguracién de Fesucristo. San Cayetano, Confesor, Santos Ciriaco y Esmaragdo, Martires. San Juan Vianney, Confesor. San Lorenzo, Martir. Beato Juan de Rieti, Confesor, Agustino. Santa Clara, Virgen. San Simpliciano, Obispo y Confesor. Vigilia de la Asuncién de la Santisima. Virgen. Beata Juliana de Busio Arsicio, Virgen, Agus- tina. HH La Asuncidn de la Santhsima Virgen en cuerpo y alma al cielo. San Joaquin, Padre de Marta Santtsima, Confesor. Santa Clara de la Cruz de Montefalco, Virgen, Agustina, San Alipio, Obispo y Confesor, Agustino. Beato Pedro de Zikiga, Martir, Agustino. San Bernardo, Abad y Doctor. Santa Juana Francisca de Chantal, Vinda. Fl Inmaculado Corazén de Maria, San Felipe Benicio, Confesor, San Bartolomé, Apéstol. San Luis, Rey de Francia, Confesor. Santos Liberato, Bonifacio, Maximo y Comp., Mar- tires, Agustinos. San José de Calasanz, Confesor. Nuestro Padre San Agustin, Obispo, Confesor, Doctor de la Iglesia y Fundador de la Orden Agustiniana. Nuestra Seitora de la Consolacién, (Su Festividad se celebra el Sdbado después de la Fiesta de N. P. San Agustin.) La Degollacién de San Juan Bautista. Santa Rosa de Lima, Virgen. San Ramén Nonato, Confesor. SEPTIEMBRE Beata Limbania, Virgen, Agustina, San Esteban, Bey, Confesor. Beatos Vicente de San Antonio, Francisco de Jesis, — 12 — 13. 13. tb. Agustinos Recoletos y Bartolomé Gutiérrez, Agus- tino, Martires. De Feria. Santa Rosalia. San Lorenzo Justiniano, Confesor. Beato Angel de Fulginio, Confesor, Aguatino. San Pio X, Papa. Hl Nacimiento de la Santtsima Virgen Murta. De Feria. San Gorgonio, Martir. San Nicolés de Tolentino, Confesor, Taumaturgo, Agustino. De Feria. Santos Proto y Jacinto, Martires. ] Santisimo Nombre de Maria. De Feria, San Amado. La Exaltacién de la Santa Cruz. Los Siete Dolores de la Santtsima Virgen Maria, Beatos Hvangelisia y Peregrino, Confesores, Agus- tinos. La Impresién de las Llagas de San Francisco. San José de Cupertino, Confesor. Beato Alfonso de Orozco, Confesor, Agustino. Santos Eustaquio y Compafieros, Martires. San Mateo, Apédstol y Evangelista. Santo Tomds de Villanueva, Obispo y Confesar, Agustino. San Lino, Papa y Martir. La Virgen de la Merced. De Feria. Santa Aurelia. De Feria. Santos Cipriano y Justina, Martires. Santos Cosme y Damian, Martires. Beatos Juan Chucumbuco y Compaiteros, Mdrtires, Agustinos. San Miguel Arcangel. San Jerénimo, Confesor y Doctor. OCTUBRE Beato del Burgo del Santo Sepulero, Confesor, Agustino. Los Santos Angeles de la Guarda. Santa Teresa del Nifio Jesus, Virgen. San Francisco de Asis, Confesor, Beato Santos de Cora, Confesor, Agustino. San Bruno, Confesor, Fi Santisimo Rosario. Santa Brigida, Viuda. Santos Dionisio, Eleuterio, ete., Martires, San Francisco de Borja, Confesor. La Maternidad de la Virgen Maria. Beaia Cristina de Aquila, Virgen, Agustina, La Virgen del Pilar. San Eduardo, Rey, Confesor, San Calixto, Papa y Martir. Santa Teresa de Jess, Virgen. —~— 13 — 16, 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24, 25. 26. 27. 28. 29. 30. Spee 12. 13. 14, 16. 17, 18. 19. 20. 21. Santa Maxima, Virgen, Santos Saturnino y Compa- heros, Martires, Agustinos. Santa Margarita Maria de Alacoque, Virgen. San Lucas, Evangelista, .. San Pedro de Aledntara, Confesor. San Juan Cancio, Confesor. Beato Guldisalvo de Lagos, Confesor, Agustino. De Feria, Santa Salomé. Beato Juan Bueno, Confesor, Agustino. San Rafael Arcangel. De Feria, Santos Crisanto y Darta, Martires. De Feria. San Evaristo, Papa y Martir. De Feria. San Florencio. Santos Simén y Judas Tadeo, Apéstoles. Beato Pedro Fugubino, Confesor, Agustino. La Impresién del Santo Crueifijo en el corazin de Santa Clara de la Cruz de Montefalco, Virgen, Agustina. (La Fiesta de Cristo Rey se celebra el ultimo domingo de octubre. El domingo antes de Crista Rey es el domingo mundial de la3 Misiones. En la Misa se dicen las oraciones por la propagacién de la fe.) NOVIEMBRE Hh Festividad de Todos los Santos. Conmemoracidén de los Fieles difuntos, De Feria. San Huberto, San Carlos Borromeo, Obispo y Confesor. Dedicacién de la propia Iglesia en las iglesias con- sagradas de la Orden de San Agustin. De Feria. San Zacarias. Santas Reliquias que se veneran en las iglesias de la Orden de San Agustin, San Leonardo. De Feria. San Ernesto, De Feria. San Victorino. La Dedicacién de la Archibasilica del Salvador. San Andrés Avelino, Confesor. San Mar in, Obispo y Confesor. San Martin, Papa y Martir. Todos los Santos de la Orden de San Agustin, San Josafat, Obispo y Martir. Aniversario de los Hermanos y Hermanas difuntos de la Orden de San Agustin, San Alberto el Grande, Obispo y Doctor. Santa Gertrudis, Virgen. San Gregorio Taumaturgo, Obispo. La Dedicacién de las Basilicas de los Santos Apéx- toles Pedro y Pablo, Santa Isabel, Vinda, San Félix de Valois, Confesor. La Presentacién de la Santisima Virgen Maria. — 14 — Bh. 26, 28. ai 30. gl. Santa Cecilia, Virgen y Martir. San Clemente, Papa y Martir. San Juan de la Cruz, Confesor y Doctor. Santa Catalina, Virgen y Martir. San Silvestre, Abad. San Gelasio, Papa y Confesor, Agustino. Beato Gracia de Cataro, Confesor, Aguatino. Beato Federico de Ratisbona, Confesor, Agustino. San Andrés, Apdstol. DICIEMBRE De Feria. San Eligio. De Feria. Santa Bibiana, Virgen y Martir. San Francisco Javier, Confesor, San Pedro Crisélogo, Obispo y Doctor. De Feria. San Sabas, Abad. San Nicolas, Obispo. San Ambrosio, Obispo y Doctor. La Inmaculada Concepcién de Maria. De Feria, Santa Leocadia, De Feria. San Melquiades, San Dimaso, Papa. Do Feria. La Virgen de Guadalupe. Santa Lucia, Virgen y Martir. De Feria. San Nicasio. De Feria. San Arturo. . Sanias Virgenes y Martires Africanas, Agustinas, Beato Querubin de Avillana, Confesor, Agustino. De Feria. San Ausencio. De Feria. San Dario. De Feria, San Filigonio. Santo Tomas, Apésiol. De Feria. Santa Francisca Cabrini, Virgen. De Feria. Santa Victoria. Vigilia de Navidad. San Delfin, Obispo. % Hl Nacimiento de N.S, Jesucristo. San Esteban Protomértir (primer martir). San Juan, Apéstol y Hvangelista. Los Santos Niflos Inocentes, Mértires, Santo Tomas, Obispo _y Martir. De la Infraoctava de Navidad. San Honorio. Santa Melania la Joven, Viuda, —15— FIESTAS PRINCIPALES De precepto fijas CircuncisiOn del Sefor.... t de enero. Epifania del Sefior (Reyes). 6 de enero. San José, Protector de nuestra Orden......... 19 de marzo. San Pedro y San Pablo, Apostoles.......e. eee ee 29 de junio. Santiago Apdstol, Patrén de Espafia......-.. 606. 25 de julio. Asuncién de la Santisima Virgen... 0... eee eee 15 de agosto. Todos los Santos........- 1 de noviembre. Inmaculada Concepcién de 8 de diciembre. 25 de diciembre. Fiestas de precepto movibles Resurreccién del Seftor (acabada la Cuaresma). Ascension del Sefior (a los cuarenta dias de la Resurreccidn). Pentecostés (a los cincuenta). Corpus Christi (a los diez dias de Pentecostés). Sagrado Corazon de Jesus, no de precepto (vier- nes después de la octava del Corpus). Fiestas de la Santisima Virgen Inmaculada Concepcion... 8 de diciembre. Natividad..........0000- 8 de septiembre. PresentaciOn.......-...++ 21 de noviembre. Purificacién (La Candela- THA). eee eee 2 de febrero. AnunciaciOn......-..0.4. 25 de marzo, Visitaci6n........-..... 2 de julio. AsunciOn...... cee eee eee 15 de agosto. Festividad de Maria Reina. 31 de mayo. — Ww Otras fiestas San José Obrero.......... 1 de mayo. Dia Misional............. Pentltimo domin: go de octubre. Cristo-Rey............04. Ultimo domingo de octubre. Dia de Animas........... 2 de noviembre. Fiestas de la Orden Nuestro Padre San Agus- Ae eee cee eee 28 de agosto. La Virgen de 1a Consola- [cs (0) ¢ Oa Domingo después de S, Agustin. Nuestra Madre Sta. Mé- NICAL. eee eee ee eee 4 de mayo. Conversién de N. P. S. Agustin... ccc. cece ee. 24 de abril. San Mdximo, Patrén de nuestros Noviciados y Colegios Apostélicos..... 26 de agosto. San Nicolas de Tolentino. 10 de septiembre. Santo Tomas de Villanue- bec ee cece teeeeeees 22 de septiembre. San ij uan de Sahagin..... 12 de j junio. Ntra. Sra. def Buen Con- SOJO. cece ec eeeneeees 26 de abril, Santa Clara de Montefalco. 17 de agosto. Santa Rita de Casia...... 22 de mayo. Beata Inés de Beniganin.. 14 de febrero. Beato Querubin de Avi- Mana... se... eee eee ee 17 de diciembre. Beato Juan de Rieti...... 9 de agosto. Beatos Vicente y Francis- co, Recoletos........... 3 de septiembre. Todos los Santos de la OFUeN eevee eee c eee ees 13 de noviembre. EI colegial, en todas estas fiestas, ha de pro- curar hacer la Sda. Comunién con mas fervor que los dias ordinarios. —17— PARTE PRIMERA VOCACION RELIGIOSA VOCACION RELIGIOSA EI Sefior te ha llamado para que le sirvas algun dia en ja gloriosisima Or- den de Agustinos Recoletos. Te ha dado la vocacién, don inmenso que nunca podras agradecer suficientemen- te. Dios te ha elegido, dejando en el mundo a otros jovencitos mejores que tu, y que quizd le hubieran sido mas ieles. El estado religioso es la antesala del cielo. La correspondencia fiel a la vo- cacién hasta la muerte, es la Have con que se abren las puertas del paraiso. Perseverando en la vocacién, puedes ger, $i quieres, contando con la gracia del Sefior, que siempre en la religidn es abundante, un santo y un sabio agustino recoleto. Sabio por el estudio — 1 de las ciencias, que tan a fondo se ensefian en nuestra Orden; santo, por- que observando la Regla de nuestro P.S. Agustin, te santificaras facilmen- te, pues esta inspirada en el més en- cendido amor de Dios, en que consiste la santidad. Para que te persuadas del grande beneficio de la vocacién, no has de olvidar que tienes un alma para sal- var'a toda costa. Que Dios te ha crea- do para servirle en esta vida, y des- pués gozar de El para siempre, en la gloria. Que. si te salvas, todo lo has ganado, y si te condenas, todo lo has perdido. Pues bien, siguiendo el ca- mino en el que por la vocacién te ha puesto Dios, ya tienes asegurado el cielo, porque Dios, que no puede ni engafiarse ni engaflarnos, ha dicho: Daré a quien me siga en el estado re- ligioso, el ciento por uno en esta vida y después el reino eterno. Aprecia, pues, mucho tu vocacién, siente orgullo santo de pertenecer a esta esclarecida Orden que llama Pa- dre y Fundador al mds grande Doctor de la Iglesia, y hazte digno de la per- severancia final, porque la corona no es del que comienza, sino del que ter- mina gloriosamente. Sé exacto en el cumplimiento de tus obligaciones, fer- a9 voroso en los ejercicios de piedad, y pide todos los dias, sin olvidarte nun- ca, la gracia de la perseverancia a Sagrado Corazén de Jesus, a la Santi- sima Virgen de la Consolacién, Madre de la perseverancia, y a nuestro Pa- dre S. Agustin. Recuerda lo que dejé escrito nuestro Santo Fundador: «Cada dia se debe pedir la _perseverancia, porque cada dia nos hace falta» No hay para qué enumerar los terribles castigos que Dios ha enviado a los que no han correspondido con fideli- dad a la vocacién. Dichoso de ti, si perseverando fiel- mente, mueres con el habito recoleto; formards parte en el cielo del glorioso coro agustiniano que canta las gran- dezas del Sefior. —~ 23 — SAN AGUSTIN Nuestro Padre S. Agustin, el més grande de los doctores, nacié en Ta- gaste, pequefia cludad de Numidia, en Africa, el 13 de noviembre del afio 354, Fueron sus padres, Patricio, todavia gentil, y la gloriosisima santa Ménica. Después de hacer los primeros estudios en su ciudad natal, fué enviado, con el fin de ampliar sus conocimientos, a Madaura, y luego a Cartago, donde florecian las ciencias. Agustin en esta ciudad populosa y pagana olvidd los consejos y ensefianzas de su madre y se dejéd Hevar de las pasiones; no siendo, sin embargo, tan pecador como la fama exagera. Fundé una cétedra de retérica en Cartago, pero, hastiado del mal com- portamiento de los discipulos cartagi- neses, la trasladd a Roma. Aqui cayé enfermo de gravedad y no por eso pidiéd el bautismo. Dios hizo que sa- nara, porque lo destinaba para ser un gran santo. En publico certamen se le adjudicéd la cdtedra de elocuen- cta en Milan, donde era obispo S, Am- brosio. Agustin, en su deseo de des- cubrir la verdad, se habia hecho ma- — 24 — niqueo y abrazado otras sectas de su tiempo. No obstante, la falsedad que descubria en todas ellas con su po- tente entendimiento, la predicacién de S. Ambrosio, a quien ofa con gusto, y sobre todo las lagrimas y oraciones de su santa madre, lo iban disponien- do para su total conversidn, que su- cedio a los treinta y dos afios de edad, en el 386. Habjase retirado al jardin en com- pafifa de Alipio, su mas preciado ami- go. Pusose debajo de una_higuera, absorto en ideas y afectos contradic- torios y revueltos; subitamente oye una voz maravillosa que dice: «Toma y lee.» Creyéndola algun estribillo de los nifios que cantaban, se anegd de nuevo en la tormenta de sus pensa- mientos e imaginaciones, hasta que escucha la misma voz que repite: «Toma y lee», «toma y leer. Juzgd esta voz aviso del cielo; se levanta, va al sitio del jardin donde estan las Escrituras, las abre al azar y aparece aquella hermosa pagina: «No en ban- quetes, no en vicios y deshonestida- des, no en contiendas y emulaciones, sino revestios de nuestro Sefior Jesu- cristo.» Esto basté para la conversién de Agustin, que tanto bien ha repor-~ tado a la Iglesia. — 225 — Fué bautizado por S. Ambrosio en Milan, junto con Alipio y Adeodato, el 24 de abril del afio 387. Es tradicidn no infundada, que en esta ocasién se canté, por vez primera, el (Te Deum laudamus» entre S. Ambrosio y el ilus- tre convertido. Pocos meses después, muriéd su madre santa Ménica en el puerto de Ostia, Italia. Dias antes, ma- dre e hyo habian sido recreados con un maravilloso éxtasis, mientras ha- blaban de cosas celestiales. E] afio 388 funds S. Agustin el pri- mer monasterio de religiosos en Ta- gaste, donde permanecid hasta su or- denacién de sacerdote, al afio siguien- te, en que se le obligé a vivir con S. Valerio, obispo de Hipona. Aqui esta-~ blecié otro convento, y en él pasé sus dias hasta la edad de cuarenta y un afios en que, a pesar de su humilde resistencia, fué consagrado obispo auxi- liar de San Valerio. A la muerte de éste, quedé en posesidn de la sede de Hipo- na, 396, Fué también fundador de las monjas Agustinas, dando por superiora del primer convento a su hermana santa Perpetua, y de los Canénigos Regula- tes, escribiendo para todos sus hijos una regla, que es camino real para ir al cielo, como canta la Iglesia. Es indecible el trabajo que se im- — 26 — puso S. Agustin en defensa de la Igle- sia. El combatié y vencié con sus es-~ critos y discusiones a los Arrianos, Maniqueos, Donatistas, Pelagianos, Semipelagianos, Priscilianistas y otros que negaban los dogmas catodlicos. Asistiéd al Concilio IV de Cartago y resplandecié como sol en la confe- rencia entre los obispos catdlicos y donatistas celebrada en la misma ciu- dad el 411. Los innumerables escritos en defensa de todos los dogmas de la fe, le han valido el titulo de Doc- tor Maximo. S. Agustin fué el ordculo de la Iglesia, y toda la cristiandad te- nia puestos los ojos en él. S, Jerénimo le apreciéd por su ciencia y santidad y sostuvo con él amistosa correspon- dencia. Las «Confesiones», los «Trata- dos de la Trinidad», éde la Gracia», tide la Vida Cristiana», Retractacio- nes? y la monumental «Ciudad de Dios», fueron sus obras mas importan- tes. Lleno de méritos y santidad, des- pués de obrar Dios por su intercesién algunos milagros, murié a los setenta y seis afios en Hipona, rodeado de sus hijos religiosos, el 28 de agosto de 430, cuando se hallaba esta ciudad sitiada por los Vandalos. Los santos y sabios de todos los si- glos han tributado los mayores elogios — 27 — a S. Agustin. Santo Tomas de Villa- nueva le ha llamado: «Varén de _en- tendimiento casi divino»; S. Victor Uti- cense: (Fuente de elocuencia, maestro de los doctores, luz del mundo, arqui- tecto de la Iglesia, sol del mundo, fé- nix de amor; y Pio XI, en su inmorta Enciclica «Ad salutem»: S. Agustin, «por la fuerza de su agudisimo inge~ nio, por la amplitud y profundidad de sus conocimientos, por su santidad, lle- vada a un grado tan sublime, por su invicta defensa de la verdad catdlica, puede asegurarse que de todos los hombres que han florecido desde el principio del mundo hasta nuestros dias, casi ninguno o muy pocos hay que con él puedan compararse?. La Iglesia lo representa con el cora~ zon en la mano, simbolo de su grande amor de Dios. El] joven aspirante a la Orden de Agustinos Recoletos debe profesar acendrada devocién a su ex- celso Patriarca e imitar sus virtudes, principalmente su amor de Dios, en que tanto se distinguid. LA ORDEN AGUSTINIANA S. Agustin legé a la posteridad un riquisimo manantial de bienes: su Or- den. En Tagaste fundé el primer mo- — 28 — nasterio para hombres, en Hipona para monjas y en su palacio episcopal reunié parte del clero, para vivir en su compafiia, estableciendo asf la pri- mera comunidad de Candnigos Regu- lares de S. Agustin. Para todos dicté una Regla sapientisima, inspirada en el mas grande amor de Dios y del préjimo. Los Agustinos se extendieron en bre- ve por todo el Africa y varias nacio- nes de Europa. A la muerte de nues- tro Padre S. Agustin contaba la Or- den mas de 400 conventos. De estos centros agustinianos salieron casi to- dos los santos obispos de la iglesia africana. E] afio 399 se establecié nuestra Orden en Espafia. El primer agustino espafiol fué el gran Orosio, quien después de pasar algunos afios con 5. Agustin, regresé a su patria, donde fundé algunos conventos. En el siglo V fué cuando la Orden gozé de mayor prestigio. Hasta el siglo XIII fueron apareciendo muchas congrega- ciones que tenjan por Padre a S. Agus- tin y seguian su aurea Regla, pero no se consideraban como una sola or- den. El Papa Alejandro IV, en 1256, por la Bula «Licet Ecclesiae Catholi- cae>, junté en una «Orden de Ermita- fios de S. Agustin», a todas las Con- — 29 — gregaciones y monasterios agustinia- nos. Los Romanos Pontifices la decla- raron Mendicante. Desde la union alcanzé tal desarro- Ilo, que a ultimos del siglo XV flore- cian en santidad y cienria 2.000 mo- nasterios con unos 30.000 religiosos. No pueden contarse las glorias agus-~ tinianas por su multitud y grandeza... Los méartires, declarados como tales, ascienden a mas de 15.000. «Ha pro- duzido para gloria de Dios y benefi- cio de la Humanidad un numero in- contable de santos, mas de 315 Beatos, mds de 220 Venerables, mds de 20 Cardenales, mas de 7 Patriarcas, mds de 125 Arzobispos, mas de 916 Obis- pos, mas de 96 Prefectos Apostdlicos y mas de 2.000 escritores de fama universal», Santos principales: N. P. S. Agustin, nuestra Madre Santa Mé- nica, S. Alipio, S. Patricio, S. Gelasio I, Papa, S. Préspero, S. Fulgencio de Ruspe, S. Guillermo, S. Juan de Saha- gun, santo Tomas de Villanueva, S. Nicolas de Tolentino, los tres lirios agustinianos, abogados y modelos de nuestra juventud, San Maximo, mértir, beato Querubin, y beato Juan de Rieti, Santa Rita de Casia, Santa Clara de Montefalco, Santa Juliana de Corne- lién, Santa Maxima, martir, Santa Ca- — 30 — talina de Tomas y la beata Inés de Beniganin. Nuestra Orden tiene por especial Pa- trona a la V. de la Consolacién. To- dos los agustinos cifien la santa correa, porque, segiin antiquisima y fundada tradicion, la Virgen nuestra Sefiora se apareciéd a Santa Moénica, la consold en su afliccién y le manifest6 cémo habia de vestir en su viudez, entre- gandole una correa con que cifié su cintura la santa madre de Agustin, y que después adoptdé nuestro excelso Fundador, para sus hijos_ religiosos, quedando como distintivo de la Orden Agustiniana. '\ ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS Santo Tomas de Villanueva, movido tlol deseo de que muchos religiosos te- nian de una vida mas austera y con- forme al espiritu primitivo que implan- 16 en sus monasterios N. P. S. Agustin, fundé la Recoleccién Agustiniana el aio (533. Esta Reforma, que asi se Huindé al principio, sélo duré cuarenta y un afios; y en la misma fecha en que desaparecia la Reforma, inspiré el Se- flor al V. P. Tomé de Jestis, portugués, el restablecimiento de ella en su patria, — 31 — con el mismo espiritu infundido por Santo Tomas. En Lisboa se fundé el primer convento de Recoletos o Refor- mados. Pero, como obra de Dios, habia de ser probada con la tribulacion y persecucion, y el V. P. Tomé de Jesus vid desaparecer la Recoleccién que co- menzaba. A los once afios, [585 2 el P. Aguilar se propuso su restauracion, y llevd el asunto a la comisién nom- brada por Felipe I], en la cual actué de secretario 5. José de Calasanz. E] mismo Rey tomd con interés el restableci- miento de la Reforma en Espafia, la cual quedé aprobada y restablecida definitivamente en el Capitulo de Cas- tilla celebrado en Toledo en 1588. Al siguiente afio, el Rvmo. P. General con- cediéd autorizacién para fundar con- ventos de Recoletos. El V. P. Fr. Luis de Leén escribid sus primeras Consti- tuciones. Muy en breve, a pesar de la gran oposicién que se hizo a la naciente Reforma, se propagé por Italia, Portu- gal, Francia, Austria y otras naciones de Europa, América y Oceania. En to- das partes el Agustino Recoleto ha de- jado huellas luminosas de santidad, laboriosidad, ciencia y apostolado, como puede observar cualquiera que dete- nidamente lea su magnifica historia. — 32 — Vivia vida pujante la Recoleccién hasta la exclaustracién en Espafia, si- zlo XIX, en que estuvo a punto de desaparecer. Cuenta cinco Provincias, jue pYeparan misioneros y religiosos que dan gloria a Dios y a la Iglesia, tn todos los ministerios y en todas Ins actividades de accién catdélica, en lspafia, Inglaterra, Italia, Estados Uni- . ilos, Méjico, Panama, Guatemala, Nica- tagua, Colombia, Venezuela, Brasil, Ar- entina, Pert, Santo Domingo, China, Filipinas, ademas de las casas que Cuenta en varias naciones de Eu- ropa. Sostienen los PP. Agustinos Recoletos muchas publicaciones y cuen- tn un gran nimero de escritores y sadlores, En el campo misional va casi In cubeza de todas las Ordenes es- Nolan, En fin; la Orden de Agus- Revoletos ha dado y sigue dando 1 gloria a Dios con sus santos, ‘wan, y con la intensa labor que th calla en casi todo el mundo, tan el ly por San Pio X, quien apro- ~ conlirmd definitivamente la Or- deu de Ayustinos Recoletos, el 16 de Seticmbie de 1912. Se ha dicho de nuestra Orden que «fué concebida por santos, legislada por sabios y coro- nada por poctas» (P. Fabo). Para que mejor se informen los as- pirantes lean también las siguientes pa- ginas tomadas del Estado General de la Orden de Agustinos Recoletos. La Recoleccién Agustiniana data des- de el afio 1588 y tuvo su origen en el Capitulo de la Provincia de Castilla de la Orden de San Agustin; después fué erigida en Provincia separada con Pre- lado propio en el afio 1602, permane- ciendo asi hasta el afio 1621 en que recibié el caracter de Congregacién. El dia 19 de noviembre de 1621, mediante el Breve de Gregorio XV, ce- lebrése el primer Capitulo General en nuestro Convento de Madrid, siendo elegido Vicario General el P. Jerénimo de la Resurreccion. En el mismo Capitulo se erigieron cuatro Provincias, designadas con los nombres de Castilla, Aragon, Andalucia e Islas Filipinas. Y como quiera que la Provincia de Nuestra Sefiora de la Candelaria fué agregada «In Perpetuum» a la Congre- gacion de Espafia, en virtud del Breve «Universalis Ecclesiae» de Urbano VIII (16 de Julio de 1629), practicamente son cinco las Provincias de la Recoleccién desde sus origenes, cuyos nombres y casas se enumeran a continuacion: Provincia de San Agustin o de Cas- tilla, con las casas de Madrid, AlcalA — 34 de Henares, Toledo, Maqueda, Cesaro- briga, Valladolid, Salamanca, Nava del Rey, Portillo, La Viciosa, Santa Cruz, Valdefuentes y Jarandilla. Provincia de Nuestra Sefiora del Pi- lar o de Aragon, con las casas de Zara- goza, Borja, Calatayud, Alagén, Zuera, Huesca, Benabarre, Valencia, Caudiel, Barcelona y Guisona. Provincia de Santo Tomas de Villa- nueva o de Andalucia, con las casas de Campillo, Toboso, Calatrava, Granada, Santa Fe, Luque y Sevilla. Provincia de San Nicolas de Tolen- tino o de las Islas Filipinas, con las casas de Manila, Cavite, Cebu, Calum- pan, Tandag, Taytay, Dapitan, Bacla- yon y Monteagudo en Espafia (afio 1828). Provincia de Nuestra Sefiora de la Candelaria, de Colombia o Tierra Fir- me, con las casas de El Desierto de la Candelaria, La Popa de Cartagena, Pa- namd, Santa Fe de Bogota, Tunja, Ilonda y Santiago de las Atalayas. Suprimidas las Ordenes Religiosas en Espafia (1835), e independiente de hecho la Provincia de la Candelaria ilesde el dia en que las colonias espa- fiolas obtuvieron autonomia propia, nuestra Congregacién quedé reducida a ln sola Provincia de San Nicolas de —- 35 — Tolentino de las Islas Filipinas con e| Colegio de Monteagudo en Espafia, pero de ta] manera progresé que, en los afios de 1865 y 1878, fundd dos Colegios, Marcilla y San Millan, para atender a los Misioneros que en tiempo de la guerra hispano-filipina habian Ile. gado a La misma Provincia de San Nicolds envié Religiosos a la Republica de Co. lombia durante los afios [888-1889, 4 fin de restaurar la Provincia de la Can. delaria casi totalmente extinguida; y no solamente envid Misioneros aptog para esos trabajos, sino que ademas proporcioné casas, con las cuales se ing. tituyé otra Provincia denominada Nues.. tra Sefiora del Pilar (1907), y después (1909) la de Santo Tomas de Villa. nueva. Pasados algunos afios, el Papa de fe. liz recuerdo San Pio X, mediante ¢] Breve «Religiosas Familias» del dia 16 de septiembre de 1912, elevé nuestra Congregacién a verdadera Orden Re. ligiosa. Después de obtenida la independen. cia juridica, progresé de tal manera nuestra Orden con el auxilio de la di- vina Providencia, que en ella se origi- naron dos nuevas Provincias, la de San Agustin de los Estados Unidos de Amé- — 36 — rica del Norte en el afio de 1943, con religiosos y casas de la Provincia de la Candelaria, y Ja de San José de la Re- publica de Venezuela, fundada recien- temente, en el afio 1948, con religiosos y casas de la Provincia de San Nicolds de Tolentino. De manera que hoy dia son cinco las Provincias que componen nuestra Orden: Provincia de San Nicolés de Tolen- lino. Provincia de Nuestra Sefiora de la Cindelaria. Provincia de Santo Tomas de Villa- nueva. Provincia de San Agustin. Provincia de San José. El joven aspirante debe amar a la Orden como a madre, estudiar sus glo- rias, hablar de sus empresas y ha- cerse digno de vestir el habito agus- tino-recoleto; para lo cual no ha de olvidarse de pedir cada dia a la Vir- gen de la Consolacién el don de la perseverancia (1). (1) A. R. significan (Agustino Recoleto), 0. R. 8. A. (Ordon de Recolotos de San Agustin), O. 8, A. (Orden do San Agustin). SAN MAXIMO, MARTIR Nacioé el angelical jovencito S. Méa- ximo hacia el afio 473. Se ignora el lugar de su cuna, y es probable que su hogar fuese noble y muy catdlico. Puédese juzgar fundadamente que sus padres vivirian en Capsa, hoy Gafsa, en cuyos arrabales estaba situado el monasterio en donde ingresd, 0 quiza, en las préximas ciudades Hipona o Cartago, Siguiendo la costumbre, vigente por entonces, entre la cristiana nobleza, de confiar la educacién de sus hijos a los religiosos, que vivian consagrados al estudio y oracién en los monasterios, verdaderos monumentos de cultura y civilizacién, pusiéronlo bajo el magis- terio del Santo Abad Liberato, cuando alin no contaba mas que diez afios. _EI nifio S$, Maximo, desde que se vid entre los hijos de S. Agustin, se aplicé al estudio de la santidad y de la cien- cia, saliendo aventajadisimo discipulo de aquellos maestros, consumados en la ciencia de los santos y en los es- tudios de los sabios y fildsofos an- tiguos. La obediencia, la sencillez, la de- vocioén, la pureza y el amor a la QOr- — 38 — den Agustina y a sus hijos, en quie- nes habia depositado su confianza ver- daderamente filial, le merecieron ser admitido, como se cree, en calidad de novicio, con agrado y regocijo de to- dos. Era Maximo el mas joven, pero no se quedaba a la zaga, cuando se trataba de correr en el gran estadio de la santidad. Perfumaba el Monas- terio, como lirio candoroso, y era el espejo donde podian mirarse los mas perfectos. Tan insigne maestro, como S. Libe- rato, templdé su alma en la mas sdlida piedad, prepardndole para el martirio que él lo veria muy préximo, infun- diendo en su pecho una fe robusta y valiente, y ensefidandole por medio de una catequesis acomodada, a ser apo- logista del Cristianismo y soldado in- vencible en la defensa de la Iglesia. Pronto tuvo ocasién de ejercitar las lecciones de su maestro. Hunnerico, arriano, rey de los Vandalos, declaré encarnizada persecucion contra los ca- tolicos, promulgando edictos, en virtud de los cuales mandaba demoler todos los monasterios que se hubiesen le- vantado en sus dominios, y perseguir cruelmente a los religiosos hasta in- molarlos victimas de su odio anticris- tlano. Era a mediados del afio 484, cuando se presenté en el monasterio de Capsa un pelotén de soldados vandalos, con- minando a sus moradores, de parte de Hunnerico, con gravisimas penas, in- cluso Ia muerte, si, abandonando el Catolicismo, no se hacian arrianos. En breves palabras hizo S. Liberato pro- fesién de su fe, que era la de sus com- pafieros, y les manifesté que todos da- rian gustosamente la vida antes que renegar de Jesucristo. ¢Ello es,—acabé diciendo el que capitaneaba a los sol- dados,—que no acatdis los mandatos de Hunnerico, abjurando de vuestra fe ca- télica?—-Nunca; contestaron todos; an- tes la muerte. Si, antes la muerte, se oyé entre todas la voz atiplada, se- rena y angelical de S. Maximo.—Pues lo habéis querido, iréis a la muerte. Y terminé bruscamente: vamos de pri- sa; porque las érdenes del rey apre- mian. Atados con fuertes cadenas, fueron conducidos a una carcel lébrega, mien- tras los santos martires cantaban Ile- nos de santa alegria: «Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad. Llegé el dia por el que tanto habiamos suspirado. Glo- ria al Sefior» Numerosa multitud de fieles de toda — 49 — edad y condicién acudian a la carcel a robustecer su fe con el ejemplo y exhortaciones de los santos méartires; por lo que, enterado el rey impio, or- dend que los atormentasen con nuevos y exquisitos suplicios... Seis eran los santos confesores de Cristo que cami- naban entre la muchedumbre, que ad- miraba tanta valentia: Liberato, Abad del Monasterio, Bonifacio, Servo, Riis- tico, Rogato y Séptimo. ¢Qué habia sido del nifio Maximo? Creyendo el tirano conseguir més con halagos, ca- ricias y promesas, llevdéle a otra c4r- cel, donde se tentéd su constancia de mil maneras. Todo en vano. Esta era su respuesta: ‘Antes morir; nadie me separaraé de mi padre Liberato» Y rechazando las caricias, promesas y amenazas, pedia que le descorriesen los cerrojos para unirse a su Padre y demas compafieros, porque, derraman- do con ellos su sangre, queria partici- par de su misma corona. Persuadido el barbaro tirano de la inutilidad de sus esfuerzos, resolvid hacerlo participante de los mismos tor- mentos de sus hermanos que ya se dirigian al puerto donde habian de ser martirizados. Al ver la encantadora sonrisa del nifio que extendia sus brazos hacia — 41 — ellos, como para abrazarlos de una vez a todos, invadié un jubilo inmenso- sus corazones, apenados por el resul- tado de la dura prueba a que habia sido sometido su tan querido Maximo. Llorando de gozo los santos martires, y entonando los siete, canticos al Sefior, llegaron al lugar del suplicio. A duras penas pudieron los santos, atados como estaban con pesadas ca~- denas, subir a la embarcacién. Man- déles el verdugo que se echaran sobre los montones de lefia seca que antes habian preparado, y Ilevado a_ re- molque por otro navio, en que iban los inhumanos atormentadores, los in- ternaron en alta mar, a la vista de todo el pueblo (pues pretendia Hunne- rico que el castigo sirviera de escar- miento a los cristianos) y comenzaron a ponerle fuego, al que la virtud de Dios quité su natural efecto de quemar. Repitieron el barbaro intento varias veces, mas todo resulté inutil. Un grupo de creyentes, que admirado y reverente observaba el curso del mar- tirio, al ver tal maravilla, prorrumpié en gritos entusiastas: «Milagro, mila- gro.» Nuevamente irritados y enfure- cidos con esto los atormentadores, die- ron de golpes con los remos a los san- —~ 42 — tos hasta deshacerles el craneo y mo- rir en tan cruelisimo suplicio. Habian reservado al nifio S. Maximo, para que con una nueva prueba rene- gara de su fe y se hiciera arriano. Vana esperanza. Halagos, caricias, promesas y amenazas, no pudieron arrancar de los labios del candoroso nifio, mds que su tan valiente frase: «Jamas, antes morir, Nadie me sepa- rara de mi Padre Liberato y de mis hermanos con los que me he educado y vivido, y con quienes anhelo morir gloriosamente, para gozar con ellos de la eterna vida» Y recordando una leccién de Historia Sagrada, aprendi- da de su Maestro, prosiguié: «E] Sefior que ha querido reunirnos a los siete, que nunca doblegaremos nuestras cer- vices al falso dogma de Arrio, se dig- nara cefir nuestras sienes con la mis~ ma corona, al igual de los siete fe- lices Macabeos. Como ellos, también nosotros cantaremos victoria en el nombre del Sefior.» Vencidos por la fe intrépida del san- to Nifio, determinaron que siguiera la suerte de sus compafieros. Asi lo hi- . cieron. Y su purisimo y santisimo cuer-~ po fué magullado a golpes de remo, hasta que su alma angelical vold, cual paloma sin mancha, a reunirse con las de sus compafieros, que ya cantaban en la mansidén de la gloria el himno del amor eterno. Los restos venerandos de los siete martires fueron arrojados al mar, pero Dios, milagrosamente, los hizo flotar hasta la playa, y, recogidos por un grupo de fervorosos catdlicos, fueron trasladados y enterrados solemnemen- te en el monasterig de Bigua, contiguo a la iglesia de S. Celerino. Hay fundada probabilidad de que las reliquias de S. Maximo se encuen- tran en la villa de Artajona, Navarra, Espafia, donde se tienen en gran ve- neracion. S. Maximo es el angelical Patrono de los Noviciados y Colegios Aposté- licos de toda la Orden Agustiniana. Su fiesta y la de sus compafieros la celebra la Iglesia el 17 de agosto, y la Orden de 5S. Agustin, el 26 del mismo mes, 6QUIEN SOY YO? (De un discurso del P. Fabo) Yo soy el hijo del hombre mds santo entire los sabios y mds sabio entre los santos que ha existido en el mundo; mi abolengo linajudo recuenta la se- — 44 rie de dieciséis siglos de superviven- cia, y en los cuarteles del escudo he- raldico de mi casa campean los sim- bolos de la ciencia y la virtud; un li- bro y un corazén con la leyenda de Scientia et Caritas. ¢Quién soy yo? Mis ascendientes estan entroncados con la nobleza de la antigua Africa, con principes y du- ques de Francia, con potentados y condes de Italia y mi familia ostenta representacién en las dinastias anglo- sajonas; los que instituyeron la uni- versidad de Paris y de Lovaina, asi como las bibliotecas de Bobbio y Pa- via, fueron de mi sangre; yo soy dés- cendiente de los que fundaron multi- tud de abadias y ciudades europeas, de los colonizadores de Oceania y de los apéstoles de China; por el arbol genealdgico de mi solar corre savia de Arzobispos, Cardenales y Papas. ¢No conocéis mi nombre? ¢No sa- béis quién soy? Esperad. Yo heredé de S. Nicolds de Tolentino la Peniten- cia, de Sta. Rita el espiritu de mila- gros, de Santa Juliana el espiritu euca- ristico, del Beato Querubin la castidad, de Santo Tomas de Villanueva la mi- sericordia, del Beato Alfonso la devo- cién mariana, de los Martires del Ja- pén la fortaleza, de Fr. Luis de Leén el talento, del Beato Juan de Rieti el éxtasis, del nifio S. Maximo el amor a mi Madre la Orden Agustina, y de Fr. Mateo Delgado la_piedad. éMe conocéis? Yo vengo en linea recta de los misioneros que cristiani- zaron el mundo; yo soy hermano de aquel sabio que poseia ocho idiomas, llamado Fr. Andrés de S. Nicolas, a quien apellidaron los contemporaneos «biblioteca animada», y lo soy tam- bién de aquel sabio Obispo alma de nifio, corazén de gigante, martir del deber, P. Ezequiel Moreno, que en breve estara beatificado, y de aquel ce- lebérrimo escritor P. Pedro Fabo, que con sus libros tanta gloria ha dado a nuestra Orden y ha contribuido al flo- recimiento de la cultura espafiola (1). ¢Ya entendéis quién soy? ¢Acertais mi nombre? Olid todavia, el sentido extensivo de algunas frases biblicas proclama que mi nombre es como torre fortisima; como dleo derramado; mejor que todas las riquezas; mas fa- moso y duradero que el que dan los hijos e hijas de carnal generacién; y ‘ grande como el nombre de los gran- des, porque representa la paz de la justicia y el honor de la piedad, por- (1). Este concepto sobre el P. Fabo es del antor del Mawvat. — 46 — que Jo reverencian el pobre y el nece- atado, porque lo glorifican todas las yentes, y porque Dios lo engrande- cerd de modo que nunca se aparte de Ia boca de los hombres su alabanza. ¢Os declaro mt nombre? jAh! Yo na tengo nombre propio, pero lo voy . «decir todo de una vez: mi padre se Hama San Agustin, mi madre, la Vir- nde la Consolacién, y yo me llamo \yustino Recoleto. Plegue al cielo que ue y sirva a mi Orden tanto, que 1 fezca que en mi tumba escriban le epitafio: Murié de agustinismo. —47 — PARTE SEGUNDA DEVOCIONARIO Introduccién sobre la Oracion y Lectura espiritual Grande es la importancia y nece- sidad de la oracién. Ha escrito S. Al- fonso Maria de Ligorio: «F] que ora ac salva y el que no, necesariamente se condena.» Nuestro S. Jesucristo nos dice: «Pedid y recibiréis.» La Sda. Fs- tritura nos recomienda la oracién con- tinua: «Orad sin intermisién» Res- pecto de Dios te has de considerar como un mendigo que nada tiene, nino lo que le da la caridad de los tlemds. Por eso, acude frecuentemente a la oracién y aficidnate a esta santa practica, Cuatro condiciones ha de te- ucr la oracién para que sea aceptada n los oidos de Dios N. S. y nos abra el tesoro de sus gracias: fervor, hu- tuldad, confianza y perseverancia. — 51 — Qra siempre de este modo y obten- dras las bendiciones celestiales, Re- cuerda la hermosa sentencia del gran doctor de la Iglesia S. Agustin: «As- cendit oratio ef descendit Dei misera- tio.» La oracién es la que hace des- cender a la tierra las misericordias del Sefior. Como sabes por el catecismo de la doctrina cristiana, hay dos clases de oracién: mental y vocal. La vocal, dice el P. Astete, es la que se hace con palabras exteriores, vgr., cuando rezamos el Padrenuestro. En esta ora- cién vocal, has de esmerarte en pro- nunciar correctamente, sin precipita- cién ni flojedad, meditando en el co- razén lo que dicen los labios, seguin el consejo de S. Agustin en su aurea Regla, o entreteniendo la mente con algun buen pensamiento. La oracién mental o meditacidn es, como ensefia el mismo catecismo, da que se hace ejercitando las potencias del alma, memoria, entendimiento y voluntad; recordando con la memoria alguna cosa buena, discurriendo con el entendimiento sobre ella y haciendo con la voluntad varios actos, como de dolor de los pecados, o varias resolu- ciones, como de confesarse o de mu- dar de vida» En la oracién mental o — 52 — meditacién no se ha de discurrir mu- cho. Te has de excitar a afectos en- cendidos sobre el asunto que meditas y pediras muchas gracias al Sefior. Habrds hecho bien la oracién si has pedido mucho, con las debidas dispo- siciones, y has propuesto ser cada dia mas fiel y fervoroso, y lo cumples. Te aseguro, apoyado en la frase agus- tiniana, que si oras bien te santificas: “recte novit vivere qui recte novif orare?, ha dicho la gran gloria de la Iglesia 5S. Agustin. La Lectura espiritual ha sido siem- pre muy alabada, aconsejada y prac- ticada por los santos, como provecho- sisima para la vida espiritual, y asi tendras sumo interés y aficién por ella. Atiende a las lecturas que se hacen colegialmente y saca de ellas el mayor fruto. En las vidas de los santos, sobre todo de la Orden Agus- tiniana, tendrds un gran estimulo para santificarte, a su imitacién. También debes leer y releer este Manual, a fin de enterarte de tus principales obli- gaciones y asimilarte las ensefianzas que contiene expresamente para tl. — 53 — ORACIONES GENERALES DE LA IGLESIA Por la sefial + de la santa Cruz, de nuestros enemigos + libranos, Se- fior + Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo + y del Espiritu Santo. Amén. El Padrenuestro Padre nuestro, que estds en Jos cie~ los, santificado sea (el) tu. nombre; venga a (nos) nosotros (el) tu Reino;* hagase tu voluntad, asi en la tierra como en el cielo. E] pan nuestro de cada dia danosle hoy;* (y) perdénanos nuestras deudas, asi como nosotros perdonamos a nues- tros deudores;* y no nos dejes caer en la tentacién; mas libranos del mal. Amén. El Avemaria . Dios te salve, Maria; Jena eres de gracia; el Sefior es contigo; bendita Ti eres entre todas las mujeres,* y bendito es el fruto de tu vientre, Jesus. Santa Maria, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,* ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Ave Maria Ave, Maria, gratia plena; Déminus tecum: benedicta tu in muliéribus, et benedictus fructus ventris tui Jesus. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis. peccatéribus nunc et in hora mortis nostrae. Amen. Glorta Gloria al Padre, y al Hijo y al Espiri- tu Santo. : Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salve Dios te salve, Reina y Madre de mi- wericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A. Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lagrimas. Ea, pues, Sefiora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos miseri- cordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesus, fruto bendito de tu vientre. jOh clementisima, oh piadosa, oh dulce Virgen Maria! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de al- canzar las promesas de Nuestro Sefior Jesucristo. Amén. Confesién general Yo pecador me confieso a Dios Todo-~ poderoso, a la Bienaventurada siempre Virgen Marfa, al Bienaventurado San Miguel Arcangel, al Bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apésto- les San Pedro y San Pablo, a nuestro Padre San Agustin, a todos los Santos y a vos, padre, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandisima culpa. Por tanto ruego a la Bienaventurada siempre Virgen Maria, al Bienaventurado San Miguel Arcan- gel, al Bienaventurado San Juan Bau- tista, a los Santos Apdstoles San Pedro y San Pablo, a nuestro Padre San Agustin, a todos los Santos y a vos, padre espiritual, que roguéis por mia Dios nuestro Sefior. Amén. Yo, pecador, me confieso a Dios to- dopoderoso; a la bienaventurada siem- pre Virgen Maria, a todos los Santos y a vos, padre, que pequé mucho con el pensamiento, palabra y obra, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandisima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada — 56 — siempre Virgen Maria, a todos los San- tos y a vos, padre, que roguéis por mf a Dios nuestro Sefior. Amén. Acto de contricién Sefior mio Jesucristo*, Dios y Hom- bre verdadero*, creador y redentor mio*, por ser Vos quien sois* y porque os amo sobre todas las cosas*, me pesa de todo corazén* de haberos ofendi- do*; propongo firmemente* nunca mas pecar™, apartarme de todas las oca- siones de ofenderos* . confesarme* y cumplir la penitencia* que me fuere impuesta*. Ofrézcoos, Sefior*, mi vida*, obras y trabajos* en satisfaccién de todos mis pecados*; ; y asi como os lo suplico™, asi confio* en vuestra bondad y misericordia infinita*, me los perdo- naréis* por los meéritos de vuestra pre- ciosa sangre*, vida, pasidén y muerte*™ y me daréis gracia* para enmendar- *y para perseverar en vuestro san- to * servicio® hasta el fin de mi vida* Amén. Sefior 1 mio o Jesucristo, Dios y y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mio; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazén de haberos ofendido; también me pesa — 57 — porque podeis castigarme con las pe- nas del infierno. . Ayudado | de vuestra divina gracia, : Fa HAHA TH propongo firmemente nunca mas pe- i TT ET ua car, confesarme y cumplir la penitencia TATA ara] que me fuere impuesta. Amén. El Credo eet Creo en Dios Padre* todopoderoso,* creador del cielo y de la tierra.* Creo en Jesucristo,” su unico Hijo, nuestro Sefior,* que fué concebido* por ebra y gracia del Espiritu Santo;* nacié de Santa Maria Virgen;* padecié bajo el poder de Poncio Pilato;* fué crucifi- cado, muerto y sepultado;* descendid a los infiernos;* al tercer dia* resucité de entre los muertos;* subid a los cielos* y esta sentado a la diestra de Dios Padre (todopoderoso);* desde alli ha de venir* a juzgar a los vivos y a los muertos.” Creo en el Espiritu. Santo,* en la Santa Iglesia Catdlica,* la comunién de los Santos," el perd6n de los pecados,* resurreccién de los muertos (la cosy y la vida eterna (perdurable).* Amén. Se alate Hl ee ae ean — 58 — — 59 PRACTICAS DE CADA DIA Ofrecimiento de obras Por la sefial, etc. ¥. Angelus Démini nuntidvit Ma. Tiae. Ry. Et concépit de Spiritu Sancto, Avemaria W. Ecce ancilla Domini. R. Fiat mihi sectindum verbum tuum, Avemaria VY. Et verbum caro factum est. Ry. Et habitavit in nobis. Avemaria W. Ora pro nobis*, sancta Dei Gé- nitrix, R. Ut digni efficiamur* promissié- nibus Christi. OREMUS Grdtiam tuam, quaésumus, Démine, meéntibus nostris infiinde, ut qui, ange- lo nuntidnte, Christi Filii tui incarna- tidnem cognévimus, per passiénem ejus — 60 — et crucem ad_ resurrectiénis glériam perducamur. Per eundem Christum Déminum nostrum. Amen. Bendiciones en latin Majfiana: V. Jube, domne, benedice- re. Ry. Dies et actus nostros in sua pace dispénat Dominus omnipotens. Amen. Mediodia: V. Jube, domne, benedice- re. Ry. Nos cum prole pia benedicat Vir- go Maria. Amen. Noche VW. Jube, domne, benedicere. Ry. Noctem quietam et finem perféctum concédat nobis Déminus omnipotens. Amen. Saludo del Angel W. El Angel del Sefior anuncié a aria. Ry. Y concibié del Espiritu Santo. Avemaria. W. He aqui la esclava del Sefior. Ry. Hagase en mf segtin tu palabra. Avemaria. YW. Yel Verbo de Dios se hizo carne. R. Y habit entre nosotros. Avemaria. Y. Ruega por nosotros, Santa Ma- dre de Dios. Ry. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. — 61 — Oremos. — Os rogamos, Sefior, in- funddis vuestra gracia en nuestras al mas, a fin de que, los que conocimos la Encarnacién de vuestro Hijo Jesu- cristo anunciada por el Angel, por los méritos de su pasién y muerte de cruz seamos llevados a la gloria de la re- surreccién. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Sefior. Ry. Amén. Indulgenciada.—Se reza por la ma- fiana, al mediodia y al anochecer al toque de oracién. Bendiciones para después del Angelus y Regina caeli. Mafianajy VW. Mandad, bendecir. RY. EI Sefior omnipotente dirija nuestra vida y nuestras obras, segin su volun- tad. Asi sea. Mediodia: ¥. Mandad, bendecir. RY. La Virgen Maria nos bendiga junta- mente con el pueblo piadoso. Asi sea. Noche VW. Mandad, bendecir. 8. El Sefior omnipotente nos conceda una noche tranquila y un fin dichoso. Asi sea. En el tiempo pascual Regina caeli laetare, alleluja. Quia quem meruisti portare, allelija. Resurréxit sicut dixit, alleluja. Ora pro nobis Deum, allelija. — & — W. Gaude et laetére, Virgo Maria*, alleldja. ly. Quia surréxit Déminus vere*, allelija. OREM US Deus qui per resurrectiénem Filit tui Domini nostri Jesu Christi, mundum lactificdre dignatus es: praesta quaésu- mus; ut per ejus Genitricem Virginem Mariam, perpétuae capiamus gaudia vilae. Per eundem Christum, Déminum ndésatrum, Amen. Reina Caeli laetdre... (En espafiol) Reina del cielo, alegraos, aleluya. Porque Aquel que merecisteis llevar eu vuestro seno, aleluya. Resucité, como El predijo, aleluya. Rogad por nosotros a Dios, aleluya. VY. Alegraos y regocijaos, Virgen Maria, aleluya. ky. Porque resucité verdaderamente el Sefior, aleluya. Oracién.—Oh Dios, que por la re- surreccién de vuestro Hijo y Sefior nuestro Jesucristo, os habéis dignado alegrar al mundo: concedednos, por medio de su divina Madre, la Virgen — 63 — Santisima, que merezcamos obtener los goces de la vida eterna. Amén. ORACION PARA OFRECER LAS OBRAS DEL DIA Altisimo Dios* y Sefior mio” , verdad infaltble* en quien creo* ,flemencia inefable*, en quien espero* , bondad infinita* » a quien amo* sobre todas las cosas* y a quien me pesa* de haber ofendido. Os doy gracias* por haber- me creado*, redimido*, hecho cristia- no*, llamado a la Religién* y conser- vado hasta ahora*. Ofrezco* a mayor honra y gloria vuestra* todos mis pen- samientos*, palabras*, obras y traba- jos* del presente dia*, con intencién de ganar* cuantas indulgencias pue- da*, rogandoos por los fines* que tu- vieron los sumos Pontifices* al conce- derlas*, aplicdandolas* en sufragio* de las benditas animas del purgatorio*, en satisfaccién de mis pecados. No permitais*, Padre mio amorostsimo*, que os ofenda en este dia*; ltbradme de los lazos* que me tienda el ene- migo™ y dadme fortaleza para huir de las ocasiones de pecar* y vencer mi pasion dominante*, quiero vivir y mo- rir* en vuestra santa fe* para que sir- viéndoos* en esta vida*, merezca go- — 64 -— zaros* en el reino eterno de Ja gloria™ Alcanzadme este favor*, Angeles y santos del cielo*, y Vos en especial”, glorioso Patrén* y Abogado mio*, in- terceded por mi. (Un credo.) CONSAGRACION A NUESTRA SENORA DE LA CONSOLACION jOh Sefiora mia!* jOh Madre mia!* yo me ofrezco* del todo a Vos* y en prueba* de mi filial afecto* os consa- gro en este dia*, mis ojos*, mis ofdos*, mi lengua*, mi corazén*, en una pa- labra*, todo mi ser*. Ya que soy todo vuestro*, oh Madre de bondad*, guar-~ dadme*, defendedme*, como cosa* y posesién vuestra*. Amén. ORACION AL ANGEL DE LA GUARDA Angel de Dios*, bajo cuya custodia* me puso el Sefior* con amorosa pie- dad*, a mf que soy* vuestro encomen- dido* alumbradme hoy*, guardadme* tegidme*, gobernadme*. Amén. WRACTON A NUESTRO PADRE SAN AGUSTIN Oh gran Padre Agustino”, luz de los doctores*, firmamento de la Iglesia*, — 65 — martillo de los herejes™ , vaso insigne de la divina sabiduria*, ruega a Dios nues- tro Sefior™ para que vivamos en la tierra* como dignos hijos tuyos* y te contemplemos después* en el cielo*. Amen. AL GLORIOSO PATRIARCA SAN JOSE ORACION 1Oh glorioso y amadisimo San José}, dadme aquellas virtudes que os hicie~ ron digno de llevar en vuestros brazos a Jesus, para que mi alma sea digna morada suya. Disponed mi alma des- poidndola d le todo amor que no sea el de Jesus, para que al entrar en ella la haga suya, y viva siempre en ella como Rey a quien sirva con toda fidelidad hasta la muerte. Amén. Un Padrenuestro, Avemaria y Gloria, Y. Qh glorioso S. José*, Esposo de Maria. Ry. Protegednos* y proteged a la Iglesia* y a su Cabeza Visible. CONSAGRACION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS Oh Corazén sacratisimo de Jesus*, santuario de Jas almas puras*, fuente — 66 — de bondad y de gracia*, soberano bien de mi alma*, el mas augusto, digno y amable* de todos los corazones*. Vos sois mi tinica esperanza*; sélo quiero* vivir y morir en, Vos* : recibid®, oh dul- cisimo Jesis*, mi corazén*, perdonad mi ingratitud* y concededme* que has- ta mi ultimo suspiro* sea victima de vuestro divino amor*. Amén. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. W. Corazén Sacratisimo de Jesus. Ry. Tened misericordia de nosotros. Y¥. Cor Jesu sacratissimum. Ry. Miserére nobis. (Tres veces.) MODO DE SANTIFICAR LAS OBRAS DEL DIA Al comenzar una ocupacién importants Te santiguar4s y levantards el coraz6én a Dios con ésta o parecida oracién. Actiénes nostras quaésumus, Démi- ne, aspirando praéveni et adjuvando proséquere: ut cuncta nostra oratio et operatio a te semper incipiat et per te cepta finiatur. Oracién a nuestro P. S. Agustin para el estudio Oh gran Padre Agustino*, luz de los — 67 — doctores*, firmamento de la Iglesia*, martillo de los herejes*, vaso insigne de la divina sabiduria*, rogad a Dios N. Sefior*, por aquella sabiduria divina* con que el Sefior* ilustré vuestro gran entendimiento*, y le abrid los tesoros* de los profundisimos misterios*, nos alcancéis de Dios N. Sefior*, las supe- riores luces* y sobrenaturales auxilios, con que podamos aprovechar en los estudios*, para mayor honra y gloria vuestra*, provecho de- nuestra santa Madre Iglesia* y bien de nuestras al- mas. Amén. En otros estudios podra rezarse una Ave- maria. En la clase Augustine*, lux Doctérum*, firma- méntum Ecclésiae*, malleus haereticé- rum*; summum vas scientiae*, pro tuis filiis* roga Deum quaésumus. ¥. Ora pro nobis*, Beate Pater Au- gustine. Ry. Ut digni efficiamur* promissié- nibus Christi, OREMUS Deus qui beatum Patrem nostrum Augustinum, Ecclésiae tuae, in expo-~ uUgu ; , néndis sacrae Scripturae mystériis doc- = 68 — lgrem dptimum, et eléctum Antistitem providisti; da nobis, quaésumus; ejus semper et doctrinis instrui, et oratiéne fulciri. Per Christum Déminun, etc. Al terminar la clase: Avemaria y Gloria. Otras preces para anies y desputs de las clases, exdmenes, disertaciones, etcétera. Antes de comenzar la clase, exd- menes, disertaciones, etc., el profesor o presidente dird la oracién siguiente: Actiones nostras, quaesumus Domi- ne, aspirando praeveni et adjuvando prosequere, ut cuncta nostra oratio et operatio a te semper incipiat et per te cepta finiatur. Per Christum Domi- num Nostrum. Ry. Amen. W. Sedes sapientiae. Ry. Ora pro nobis. _ Os suplicamos, Sefior, que con santas inspiraciones prevengdis nuestras ac~- clones y con vuestros auxilios las conti- nuéis, para que todas nuestras oraciones y obras reciban siempre de Vos su principio y se dirjjan a Vos como fin. R. Ast sea. (Después se invocara a la Virgen Santisima diciendo): Trono de la sabi- duria. Ry. Ruega por nosotros. — 69 — (Al fin de dichos actos el profesor o presidente dird): Agimus tibi gratias, Omnipotens Deus, pro universis beneficiis tuis: Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. R. Amen. Y. Sit nomen Domini benedictum. Ry. Ex hoc nunc et usque in saecu- lum. (Es bueno conservar también la agus- tinianisima costumbre de rezar el «Au- gustine» con su versillo y oracién.) Al tomar agua bendita Haec aqua benedicta sit nobis salus et vita. En la meditacién Venid, oh Espiritu Santo, estableced vuestra morada en los corazones de vuestros fieles y encended en ellos el fuego de vuestro amor. W. Enviad, Sefior, vuestro Espi- ritu y todas las cosas seran creadas. Ry. Y transformardis la faz de la tierra. Oracién.—Os rogamos, Sefior, des- cienda sobre nosotros Ja virtud del Es- piritu Santo para que purifique nues- tros corazones y nos defienda contra todas las adversidades. Por Cristo Nues- tro Sefior. Asf sea. — 70 — Vem Sancte Spiritus™, reple tuérum corda lidélium* et tui améris in eis* ignem accénde. WV. imitte Spiritum tuum™ et crea- biintur. ly. It renovabis faciem terrae. OREMUS Adsit nobis qua¢ésumus, Dé mine, vir- tus Spiritus Sancti; quae et corda nos- tr cleménter expurget, et ab omnibus ineditur advérsis. Per Christum Démi- nam nostrum. Ry. Amen. Después de la lectura. WV. Mas Vos, Sefior, tened piedad ila nosotros. Ry. Demos gracias a Dios. VY. Tuantem, Domine, miserere no- lin. IY. Deo gratias. Al final: Santa Madre de Dios, bajo virestra proteccion nos acogemos, no desechéis nuestros ruegos en las nece- udades, sino mas bien, hbradnos de todos los peligros, Virgen gloriosa y hondita. VY. Rogad por nosotros, Santa Ma- lee de Dios. Ry. Para que seamos dig- uos de alcanzar las promesas de nues- tro Sefior Jesucristo. Oracién.—-Os rogamos, Sejior, por la intercesidn de la Bienaventurada Vir- wen Maria, defendais a esta familia, de — 71 — toda adversidad y con clemencia la li- brdis de las asechanzas de los enemigos, ya que se halla postrada ante Vos llena e confianza. Por Cristo Nuestro Se- flor. Asi sea. Sub tuum praesidium* configimus, sancta Dei Génitrix*: nostras depreca- tidnes* ne despicias in necessitatibus*, sed a periculis cunctis*, Iibera nos sem- per*, Virgo gloriésa* et benedicta. _M. Qra pro nobis*, sancta Dei Gé- nitrix, Ry. Ut digni efficiémur* promissid- nibus Christi. OREMUS Defénde, quaésumus, Démine, Beata Maria semper Virgine intercedénte, is- tam ab omni adversitate familiam et toto corde tibi prostratam, ab hdéstium propitius tuére cleménter insidiis. Per Christum Déminum nostrum. Ry, Amen. BENEDICTIO MENSAE Ante prdndium Benedicite (et alii répetunt). Bene- dicite. Oculi 6mnium* in te sperant, Démi- ne*, et tu das escam ill6rum”™ in tém- —T2— pore opportino*. Aperis tu) manum tuam*, et imples omne animal bene- dictione. Gléria. — Kyrie, eléison. — Pater noster. W. Et ne nos inducas* in tentatid- nem, Ry. Sed libera nos* a malo. OREMUS Bénedic, Démine, nos*, et haec tua dona*, quae de tua largitate sumus wumpturi. Per Christum Déminum nos- trum. ly. Amen. VW. Jube, Domne benedicere. Bened. Mensae caeléstis participes javiat nos Rex aetérnae glériae. ly. Amen. Post prdndium W. Tu autem, Domine, miserére no- Jas. ly. Deo gratias. VY. Confiteantur tibi, Démine*, 6m- wit Opera tua. ly, Et sancti tui* benedicant tibi.— (ildria, etc. VY. Agimus tibi gratias, omnipotens Deus", pro univérsis beneficiis tuis: (ui vivis, etc. ly, Amen. — 73 — PSALMUS 116 Lauddte Déminum omnes gentes* Laudate eum omnes pépuli: Quéniam confirmata est super nos misericordia ejus* : et véritas Démini manet in aetérnum., Gloria. (Nueva version, pag. 491)—Kyrie, eldison, et- cétera.—Pater noster. V. Et ne nos indticas* in tentatid- nem. Ry. Sed libera nos* a malo. be Dispérsit™ dedit paupéribus. Justitia ejus* manet in saéculum sadeuli Y. Benedicam Déminum* in omni témpore. Ry. Semper laus ejus* in ore meo. Y. In Démino lauddbitur* anima mea. Ry. Audiant mansuéti*® et laeténtur. W. Magnificate* Dominum mecum. Ry. Et exaltémus nomen ejus* in idipsum. WV. Sit nomen Démini* benedictum. i Ry. Ex hoc nunc* et usque in saécu- lum. OREMUS Retribuére dignare, Démine*, édmni- bus nobis bona faciéntibus* propter — T4— nomen tuum* vitam aetérnam. Ry Amen. V. Benedicamus Démino. BR. Deo gratias. W. Fidélium animae per misericér- diam Dei requiescant in pace. R. Amen. Pater noster. WY. Deus* det nobis suam pacem. Ry. Amen. Ante cenam Todo como antes de la comida, menos lo siguiente: Edent pduperes*, et saturabiintur* et laud4bunt Déminum%*, qui requirunt cum*: vivent corda edrum™ in saécu- lum saéculi. Bened. Ad cenam vitae aetérnae™ perducat nos Rex aetérnae gloriae. Ry. Amen. In fine cenae Lo que no es propio, como después de la comida, VW. Memériam fecit* mirabilium sud- rum* miséricors et miserator Déminus*. Ry. Escam dedit timéntibus se. Benedictus Deus in donis suis*, et sanctus in émnibus opéribus suis*: Qui vivis et regnans* in saécula saeculdrum. R. Amen. Bendicién y accién de gracias en la comida Enviad, Sefior, vuestra santa bendi- cién* sobre nosotros* y sobre los ali- mentos que vamos a tomar*, recibidos de vuestra santa largueza. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. El Rey de la gloria eterna* nos haga participantes de la mesa celestial*. Amén. Gracias os damos*, Sefior, Dios om- nipotente * . por todos vuestros benefi- cios*, que vivis y reinais* por los si- glos de los siglos. Amén. Padrenues- tro, Avemaria y Gloria. En las tentaciones Invoca diligentemente a Dios N. Seftor y la santisima Virgen diciendo: Dios mio, no me dejéis caer en la tentacién. Oh Sefiora mia, Oh Madre mia, yo me ofrezco del todo a Vos. Guardadme y defendedme como cosa y posesion vuestra. Angel de mi guar- da, defendedme. Antes morir que pecar. Al dar la hora Acostumbrate a decir el Avemaria o alguna jaculatoria. — 7% — EJERCICIO DE LA NOCHE Examen Accién de gracias.—Gracias infini- tax, Dios mio, por los innumerables heneficios que me habédis hecho hoy, y durante toda mi vida. Gracias os tlay porque me habéis creado, redi- tudo, hecho cristiano, traido a la reli- ion agustiniana, conservado hasta aho-~ ta y haberme librado de tantos pe- ligros. Peticién.—Ayudadme, Sefior y Dios mio, a conocer mis culpas, para que Inn dleteste con todo mi corazén y me snmiende de ellas. Virgen santisima y Madre mia de la Consolacién, Angel ie mi guarda _y Santos de mi devo- tidn, iluminadme y alcanzadme un wran dolor de mis pecados. {xumina tu conciencia recorriendo todas las Wuas del dia. Si has faltado a la disciplina del colegio ve a lugares prohibidos, quebrantando el eUWAICHOS Sten pensamiento, palabra u obra, has he- cho algo voluntariamente contra Dios, contra ol primo, contra ti mismo. St has omitido alguna obligacién. “Ll has mirado, oido, hablado, ejecutado al- quan cosa contra la santa pureza y modestia erlatiana, —7— Si has cumplido tus obligaciones de la obe- diencia y respeto a tus Superiores, de la ca- ridad con tus compafieros. Si has aprovechado el tiempo de estudio y clases, y te has portado respetuosa y devota- mente en los actos de piedad. Mira si te remuerde la conciencia de algin pecado grave. : éTe has acordado del examen particular en ‘este dia? @Cudntas veces has sido vencido de a tentacién en la falta que propones corregir? éMds veces 0 menos que ayer? Acto de contricién.—Sefior mio Je- sucristo... (Pag. 57). Propésito.—Dios mio y Padre mio, propongo con vuestra gracia, enmen- darme de estas faltas con que os he ofendido. Evitaré y huiré los peligros de pecar, porque no quiero mds que amaros y vivir siempre en vuestra gracia. Oh Sefiora mia, etc. (Pag. 64). Tres Avemarias y Gloria. Angel Custodio. (Pag. 64). Padre., Ave. y Gloria. Reflexiones.—He de morir, y no sé como. Seré juzgado de Dios, y no sé cuando, Si fuese esta noche, ¢qué cuenta le daria? ¢Qué sentencia me tocarfa? ¢Serfa de salvacion o de con- denacién? Y en esta incertidumbre, ¢no lloraré mis pecados? Y ahora que tengo tiempo, ¢no enmendaré mi vida? — 7 — Jesus, José y Maria*, os doy el co- razon y el alma mia. Jess, José y Maria*, asistidme en mu ultima agonia. Jesus, José y Maria*, recibid cuan- tlo yo muera el alma mia. Fl Sefior nos conceda una buena noche. Bendicién: Noctem quietam et finem verféctum concédat nobis Déminus Omnipotens. Amen. El Sefior Omnipotente nos conceda noche tranquila y un fin dichoso. Amén. (Asi sea.) NOTA: Procura Hevar examen particular de tu falta o pasién dominante, fijandote en el timero de veces que incurres en ella para disininuirlo cada dia. Mientras te acuestas, reza alguna pequefia devocién a la Santisima Virgen, que es tu Madre. Signate devotamente, y que siempre te coja el suefio rezando el Avemaria, o entre- teido en algtin pensamiento santo y estre- chande en tus manos el escapulario o la me- Walla de Maria Santisima. Siel P. Director leyera o hiciera alguna re- flexion sobre la meditacién o festividad del din siguiente, piensa en los conceptos mas inportantes al acostarte y cuando te levantes. MODO DE AYUDAR A MISA Los colegiales deben tener gran devocién en ayudar a Misa, y sentirse dichosos cada vez que lo hagan, porque van a desempefiar oficio de angeles. Mientras et sacerdote se reviste, el acdlito le ayudara a ponerse los ornamentos. Cuide de que el alba no fe arrastre. Tomard el cingulo con la parte de las borlas a Ja derecha. Al ponerse el sacerdote el manipulo, corra la pre- silla, para que quede sujeto. Haga con el sa- cerdote inclinacién a la Cruz y salga modesto, con los ojos bajos y las manos juntas delante del pecho. Quédese cerca de la puerta para cerrarla. Liegado al altar, se coloca a Ia izquierda del sacerdote, un poco atras, y hace genu- flexion, al mismo tiempo que el sacerdote hace la reverencia debida, la cual genuflexién, ha de repetir siempre que pasare de un lado a otro del altar. Es regla general que siempre ha de estar el acdlite a la parte contraria del misal, a no ser, que tenga necesidad de alumbrar al sacerdote. Al empezar la misa se santigua, y responde a todo lo de costumbre sin acelerarse, en el mismo tono del sacerdote, con buena pronun- ciacién. Al Gloria Patri, inclina la cabeza, y al Adjutorium nostrum, se santigua. Cuando dice Misereatur, se vuelve un poco hacia el sacerdote y se inclina profundamente para decir el Corfiteor Deo. A Jas palabras tipi Pater y te Pater, vuelve la cabeza hacia el celebrante, y al mea culpa, etc., se da suavemente tres golpes en el pecho. Después del Misereatur, responde Amen, y se pone derecho. Al Indul- gentiam, se santigua y responde al Deus tu conversus, etc., inclinado. Después de la Epfs- —- 80 — tola y de las Profectas, cuando las hay, se dice Deo gratias. Inmediatamente se levanta pasa. al lado de la Epistola para trasladar el misal al del Evangelio asi que haya terminado el sacerdote. En diciendo Initium o Sequentia se signa, y respondido Gloria tibi, Domine, se va al lado de la Epistola. Siempre que el sacer- dote se arrodille estando el acélito de pie, también éste se arrodillara. Al fin del Evan- gelio responde Laus tibi, Christe, y se san- tigua, y se arrodilla. Contestado el Déminus vobiscum, toma el platillo de las vinajeras, colécalo sobre el altar, poniendo debajo el pa- Nito para no manchar. Puesto el velo del cdliz, doblado, junto a la sacra, toma en la mano \zquierda el platillo de las vinajeras, y entrega ul celebrante la del vino, besdndola antes. Des- pués, presenta la del agua, besandola también; si se usa cucharilla, la colocara entre el dedo (ndice y medio de la mano izquierda con el nuingo hacia el sacerdote sin besarla. En las mi- sus de difuntos y estando patente el Santisimo Sacramento, no se besan Jas vinajeras ni el panito del lavabo, A continuacién deja las vinajeras; toma la Wel agua en la derecha, y la vasijita del lavabo «nla izquierda, pone el pafiito en la esquina del altar, y aguarda a que llegue el sacerdote a lavarse las manos. Antes y después de echar el agua, hace inclinacién de cabeza al sacer- ote. Después del lavabo besara la mano del auwcerdote y el pafiito, puesto de rodillas. Lle- vido todo a su lugar, coge la campanilla y se arrodilla al lado de 1a Epistola. Al Sanctus, toca tres veces 1a campanilla; al Memento encienda la vela, si hay costumbre, y Iu coloca junto al corporal; cuando el cele- printe pone las manos sobre el Caliz toca la valipanilla, En la Elevacién, con la mano iz- ierda le levanta un poco la casulla y con la — 81 — derecha da dos golpes conla campanilla, como suele hacerse. Al Agnus Dei, se golpea el pecho, si la misa no es de Requiem. Al Démine, non sum dignus, se toca tres veces la campanilla. En habiendo recibido el sacerdote Ia Hostia, leva la cam- panilla a la credencia y pone las vinajeras sobre el altar. Se arrodilla hasta que el sacer- dote suma el Caliz, y puesto en pie, le echa vino en él, sin tocar el CAliz. Después echard vino y agua sobre los dedos del sacerdote, sin tocarlos con las vinajeras, ni derramar sobre el mantel. Antes y después de servir las vina- jeras, hace inclinacién al sacerdote. Puestas las vinajeras en su lugar, y apagada la vela que encendié antes de la Consagracién, pasa al lado del Evangelio ef velo del Caliz, la palia y cucharita. Toma en seguida el misal, y lo traslada al lado de la Epistola; en seguida pasa al lado del Evangelio y le entregara todos los objetos para cubrir el Caliz. Hecho esto, se arrodilla en su sitio. Para la bendici6n se arrodilla en medio, profundamente inclinado. Pasa después al lado de la Epfstola, y de pie se signa y responde: Gloria tibi, Démi- ne, Al Verbum caro factum est, hinca la rodilla. Terminado el Evangelio, se arrodilla a la de- recha del sacerdote, para rezar las preces. Aca- badas, apaga las luces, y puesto a la derecha del sacerdote, hace genuflexién con él, y marcha a la sacristia, en donde hace inclinacién a la Cruz y ayuda al celebrante a quitar los orna- mentos, besandole iuego la mano o correa, pues- to de rodillas. Si en la misa hay Comunién, en recibiendo el sacerdote la Hostia, prepara el ministro la Have y Ia bandejita de la Comunién, y pos- trado al lado de la Epistota, dice en voz clara el Confiteor, permaneciendo asi, hasta que el celebrante haya dicho el Indulgentiam, etc. Al — 82 — Mdmnine, non sum dignus, toca tres veces la cumpanilla, Si comulga ei acdlito, lo hara antes que los demas. Al bajar el sacerdote al co- mulgatorio, se pone ef ministro a su izquierda, Nevando en su mano derecha una vela encen- dida, y en la izquierda Ia bandejita, que ira poniendo delante de los que comulgan sin to- cartes, Terminada la comunién, vuelve al altar uta derecha del sacerdote, entrega la bandejita, Mumbrando con la vela, después deja ambas cosas y se arrodilla mientras el sacerdote entra el copén en el sagrario. Luego le administra las vinajeras. Si es antes de la Misa, mientras el sacerdote extiende el corporal, se enciende Ia vela y se ice el Confiteor Deo. Si es después de Ia Misa, terminadas las preces, enciende la vela, pre- para la lave y hace lo dem4s que se ha dicho. ORACIONES PARA AYUDAR A DAR LA SAGRADA COMUNION Acdlite: Confiteor Deo, etc. Pag. 88 (pro- fumlamente inclinado), Sacerdote; Misereatur, etc. Acdlito: Amen. Sucerdote: Indulgentiam, etc. Acdlito: Amen, MISPUES DE LA SAGRADA COMUNION, SI. NO ES DENTRO DE LA MISA Sucerdote: Oh sacrum convivium, etc. Pa- tem cde cazlo praestitisti eis, (T. P.) Alleluja. Avdlito: R. Omne delectaméntum in se ha- Wentem., (T. P.) Alleluja. — 8 — Sacerdote: Démine, exaudi oratibnem meam. Acélito: Et clamor meus ad te veniat. Sacerdote: Déminus vobiscum. Acélito: Et cum spiritu tuo. Sacerdote: Oremus. Deus qui nobis... 0, Spiritum nobis, Démine... Per omnia saécula saeculorum. Acélito: Amen. Sacerdote: Benedictio Dei... Acélito: Amen. — 8&4 — — 85 —- LA SANTA MISA ¢ (Ordinario o parte invariable que ef aspirante ha de procurar rezar ) Sacerdote: In némine Patris, f et Filii, et Spiritus Sancti. Amen. Introibo ad altare Dei. ACOLITO: Ad Deum, qui laetificat juven- tutem meam, S.—Jtidica me, Deus et discérne causam meam de gente non sancta, ab hémine iniquo et doléso érue me, A.—Quia tu es, Deus, fortitido mea; quare me repulisti? et quare tristis incédo, dum affligit me inimicus? S.--Emitte lucem tuam et veritatem tuam: ipsa me deduxérunt, et adduxerunt in mon- tem sanctum tuum, et in tabernacula tua. A.—it introtbo ad altdre Dei: ad Deum qui laetificat juventutem meam., S.—Confitébor tibi in cithara. Deus, Deus meus; quare tristis es, anima mea, et quare contirbas me? A.-—Spera in Deo, quoniam adhuc confitébor, tli: salutdre vuitus mei, et Deus meus, S.—Gl6ria Patri et Filio et Spiritui Sancto. A.—-Sicut erat in principio et nunc et semper et in saécula saeculérum, Amen, S.—Introibo ad altare Dei. A.— Ad Deum qui laetificat juventutem meam. §.—Adjutérium nostrum in némine Démini. A.—-Qui fecit caelim et terram. S.—Confiteor, etc. A.—Miseredtur tui omnipotens Deus, et di- missis pecedtis tuis, perdicat te ad vitam aetér- nam. S.—Amen. — 86 — LA SANTA MISA (Ordinario o parte invariable que el aspirante ha de procurar rezar ) Sacerdote: En el nombre del Padre + y del Hijo y del Espiritu Santo. Amén. Subiré al altar de Dios. ACOLITO: AI Dios que es ta alegria de mi juventud. S.—Juzgame ti, oh Dios, y defiende mi causa de Ia gente malvada; librame del hombre ini- cuo y engafiador. A,—Pues que tu eres, oh Dios, mi fortaleza; épor qué me has desechado y por qué he de andar triste mientras me aflige mi enemigo? S.—Enviame tu luz y tu verdad: éstas me han de guiar y conducir a tu monte santo, hasta tus tabernaculos. A.—Y me acercaré al altar de Dios: al Dios que es la alegria de mi juventud. S.—Cantaré tus alabanzas al son de la citara, oh Dios, oh Dios mio: gpor qué estas triste, alma mia, y por qué me Henas de turbacién? A.—Espera en Dios, porque he de alabarle mds todavia, a El que es mi Satvador y mi Dios. S.—Gloria al Padre, y al Hijo y al Espiritu Santo. A,—-Como era en el principio, ahora y siem- prey por los sigios de los siglos. Amén. S.—Subiré al altar de Dios. A.—Al Dios que es la alegria de mi juventud. S.—Nuestro auxilio esta en el nombre del Sefior. A.-—-Que hizo el cielo y ta tierra, S.—Yo pecador, etc. A.—Dios todopoderoso tenga misericordia de ti, y perdonados tus pecados, te lleve a la vida eterna, S.—Amén. —- 87 — A,.—Confiteor Deo omni poténti, bedtae Martae semper Virgini, bedteo Michaéli Archdngelo, bedto Joanni Baptistae, sanctis Apéstelis Petro et Paulo, beato Patri nostro Augustino, omnibus Sanctis, et tibi, pater, quia peccdvi nimis cogi- tatiéne, verbo et dpere: mea culpa, mea culpa, mea mdxima culpa, Ideo precor bedtam Mariam semper Virginem, bedtum Michdelem Archan- gelum, beatum Jodnnem Baptistam, sanctos Apéstolos Petrum et Paulum, beatum Patrem nostrum Augustinum, omnes Sanctos, et te, pater, ordre pro me ad Déminum Deum nostrum. S.—Miseredtur vestri omnipotens Deus, et dimissis peccatis vestris, perdticat vos ad vitam aetémam. A,— Amen, S.—Indulgéntiam, absolutiénem, et remis- siénem peccatérum nostrérum, tribuat nobis omnipotens et miséricors Dominus. A.—Amen, S.-—Deus, tu, convérsus vivificabis nos. A,—Et plebs tua laetdbitur in te. S.--Osténde nobis, Domine, misericérdiam tuam. A,.—Et salutdre tuum da nobis, $.—Domine, exdudi oratiénem meam. A.—Et clamor meus ad te véniat. S.—Dominus vobiscum. A,—Et cum sptritu tuo. — 88 — A.—Yo pecador me confieso a Dios Todopode- 1uso, ala Bienaventurada siempre Virgen Marta, at Bienaventurado San Miguel Arcdngel, al Bie- naventurado San Juan Bautista, a los Santos Apdstoles San Pedro y San Pablo, a nuestro Padre San Agustin, a todos los Santos y a vos, padre, que pequé gravemente con el pensa- wiento, palabra y obra, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandisima culpa, Por tanto ruego a la Bienaventurada siempre Virgen Maria, al Kienaventurado San Miguel Arcdngel, al Bien- aventurado San Juan Bautista, a los Santos _Apéstoles San Pedro y San Pabio, a nuestro Padre San Agustin, a tedos los Santos y a vos, padre espiritual, que roguéis por mi a Dios auestro Sefior, Amén, 5.—Dios todopoderoso tenga misericordia de vosotros, y perdonados vuestros pecados, os lleve a la vida eterna. A.-—Ameén, S.—EI Sefior omnipotente y misericordioso nos conceda el perdén, la absolucién y remisi6n ile nuestros pecados. A.—Ameén, S.—Oh Dios, volviéndote a nosotros, nos daras vida. A.—Y tu pueblo se regocijard en ti. S.—Muéstranos, Sefior, tu misericordia. A.—Y danos tu Salvador. $.—Escucha, Sefior, mi oracién. A—Y legue hasta ti mi clamor. S.—EI Sefior con vosotros. A.--Y con tu espiritu. — g§9 — El Sacerdote lee en el misal el INTROITO correspondiente al dia, Después reza los Kyries. S.— Kyrie, eléison. A,—Kyrie, eléison. S.—Kyrie, eléison. A.— Christe, eléison. $.-—Christe, eléison. A.— Christe, eléison. $.—Kyrie, eléison. A.—Kyrie, eléison. S.— Kyrie, eléison. Gloria in excelsis Deo, Et in terra pax homi- nibus bonae voluntatis. Laudamus te. Benedi- cimus te. Adoramus te. Glorificamus te. Gra- tias agimus tibi propter magnam gloriam tuam. Domine Deus, Rex caelestis, Deus Pater Omni- potens, Domine Fili Unigenite, Jesu Christe. Domine Deus, Agnus Dei, Filius Patris. Qui tollis peccdta mundi, miserére nobis. Qui tollis peccdta mundi, suscipe deprecatiénem nos- tram. Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis. Quéniam tu solus Sanctus. Tu solus Dé- minus, tu solus Altissimus, Jesu (Christe, cum Sancto Spiritu in gléria Dei Patris. Amen. S.--Déminus vobiscum. A.~Et cum spirit tuo, — 99 — EI Sacerdote sube al Altar diciendo; Te su- plicamos, Sefior, que borres nuestras iniquida- des, para que merezcamos entrar con pureza de corazén en el santo de los santos. Por Cristo N. S. Amén. Rogamoste, Sefior, por los méritos de tus Santos, cuyas reliquias yacen aqui (besa ef altar), y por los de todos los Santos, que te dignes perdonarme todos mis pecados. Amén. Sefior, ;misericordia! Sefior, ;misericordia! Sefior, jmisericordial Cristo, ;misericordia! Cristo, jmisericordia! Cristo, ;misericordia! Sefior, jmisericordia! Sefior, ;misericordia! Sefior, jmisericordia! Gloria a Dios en las alturas. Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Alaba- moste. Bendecimoste. Adordmoste. Glorifica- moste. Gracias te damos por tu grande gloria. Oh Sefior Dios, Rey celestial, Dios Padre omni- potente. Oh, Sefior, Hijo unigénito, Jesucristo. Sefior Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Th que quitas los pecados del mundo, ten mi- sericordia de nosotros. Tu que quitas los pe- cados del mundo, recibe nuestras stiplicas. Tu que estas sentado a la diestra del Padre, ten misericordia de nosotros, Porque Tu sdlo eres Santo, Ta sdlo Sefior, Ta sdlo Altisimo, oh Jesucristo. Con el Espiritu Santo en ia gloria de Dios Padre. Amén. S.-—EI Sefior sea con vosotros. A.-Y con tu esptritu, — 91 — _Al principio del Evangelio todos se ponen de pie y hacen la sefial de la Cruz. S.—Déminus vobiscum. A—Et cum spiritu tuo. S.—Sequéntia sancti Evangélii secundum A.~-Gléria tibi, Domine. me Al fin del Evangelio: A.—Laus tibi, Christe. Credo in unum Deum Patrem Omnipotentem factorem caeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium. Et in unum Dominum Jesum Christum, Filium Dei Unigenitum. Et ex Patre natum ante omnia saecula. Deum de Deo, lumen de lumine. Deum verum de Deo vero, genitum, non factum; consubstantialem Patri, per quem omnia facta sunt. Qui propter nos homines, et propter nostram salutem descendit de caelis. Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est. Crucifixus etiam pro nobis sub Pontio Pilato, passus et sepultus est. Et resurrexit tertia die secundum Scripturas. Et ascendit in caelum, sedet ad dexteram Patris. Et iterum venturus est cum e El Sacerdote reza las ORACIONES CO- LECTAS correspondientes al dia; después de cada oracién el acdlito responde: Amén, Sigue la Epistola, al terminar la cual, se dice: Deo grdtias, Luego el Sacerdote lee el Gradual y el Aleluya (o Tracto). Mientras se trasiada et misal al lado del Evangelio, el Sacerdote reza la siguiente oracién: Purifica mi corazén y mis labios, oh Dios todopoderoso, como purificaste los labios del _profeta Isaias con un carb6én encendido: dig- nate por tu gratuita misericordia purificarme a mi también, de tal manera que pueda anun- ciar dignamente tu santo Evangelio. Por Cristo N. S. Amén. Dame, Sefior, tu bendi- cién. El sefior esté en mi corazon, y en mis labios, para que pueda anunciar digna y debi- damente tu santo Evangelio. Amén. S.--El Sefior sea con vosotros. A.—-Y con tu espiritu. S.--Continuacién del santo Evangelio, se- gun... A,--Gloria a ti, Sefior. Al fin del Evangelio se resnonde: A.—Gloria a ti, oh Cristo. CREDO Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles, Y en un solo Sefior, Jesucristo Hijo unigénito de Dios. Y nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no hecho, consubstancial al Pa- — 93 — dre: por quien todas las cosas fueron hechas. Quien por nosotros los hombres, y por nuestra gloria judicare vivos et mortuos, cujus regni non erit finis. Et in Spiritum Sanctum, Do- minum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit. Qui cum Patre et Filio simul adora- tur et conglorificatur, qui locutus est per Pro- phetas. Et unam sanctam, catholicam et apos- tolicam Ecclesiam. Confiteor unum Baptisma in remissionem peccatorum. Et expecto resu- rrectionem mortuorum. Et vitam venturi saeculi. Amen. S.—-DSminus vobiscum, A.—Et cum spiritu tuo, S.—Oremus. — 4 — stlvacion bajé de los cielos. Y se encand por obra del Espiritu Santo, de Marta Virgen, Y se hizo hombre. Crucificado también por nosotros, padecid bajo el poder de Poncio Pilato, y fué sepultado. Y resucité al tercer dia, segtin las Escrituras. Y subié al cielo: est4 sentado a la diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos: y su reino no tendra fin. Creo en el Espiritu Santo, Sefior y vivificador. Que del Padre y del Hijo procede. Que con el Padre y el Hijo juntamente es adorado, y glorificado. Que abl6 por medio de los profetas. Creo en la Iglesia que es una, santa, catdlica, y apostdélica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdén de los pecados. Y espero la resurrec- rlon de los muertos. Y la vida del siglo veni- dero, Amén. S.—EI Sefior sea con vosotros. A.—-Y con tu espiritu. $.—-Oremos. El Sacerdote lee el Ofertorio propio det dia. Luego ofrece @ Dios la Hostia que. se ha de consagrar diciendo la siguiente oracién: Recibe, oh Padre Santo, Dios omnipotente y eterno, esta hostia inmaculada, que yo indigno siervo tuyo ofrezco a ti, que eres mi Dios vivo y verdadero, por mis innumerables pecados, ofensas y negligencias, y por todos los que estan presentes, y también por todos los fieles cristianos vivos y difuntos: a fin de que a mi y a ellos nos aproveche para ta salvacién en la vida eterna. Amén. Luego el Sacerdote derrama en el cdliz el vino que se ha de consagrar; al cual afade unas gotitas de agua diciendo esta oracion: Oh Dios, que maravillosamente formaste la naturaleza humana, y ms maravillosamente la reformaste: concédenos, que, por el misterio que representa la mezcla de esta agua y vino, par- ticipemos de la divinidad de Jesucristo, Hijo tuyo y Sefior nuestro, que se digné participar de nuestra humanidad: el cual, vive y reina contigo en unidad del Espiritu Santo, Dios por {odes los, siglos de los siglos, Amén, iL Sacerdote ofrece a Dios el cdliz diciendo: Ofrecémoste, Sefior, ef caliz de [a salud, im- Morando tu clemencia: para que suba con suave ragaincia hasta ta presencia de tu divina Ma- Jestad, por nuestra salvacién y por Ia del mundo entero, Amén. Luego juntando las manos sobre el altar y unt poco inclinado dice el Sacerdote estas ora- elories: Recibenos, Sefior, pues nos presentamos a ti yon espiritu humillado y coraz6n contrito: y el sacrificio que hoy te ofrecemos, oh Sefior Dios, tlegue a tu presencia, de manera que te sea hito. J Ven, Santificador, todopoderoso, Dios eterno: y bendice f este sacrificio preparado para glo- ta de tu santo nombre. Hl Sacerdote se lava las manos al lado del altar rezando un salmo de David; vuelto al cen- tla y un poco inclinado dice esta oracién: Recibe, oh Trinidad santa, esta oblaci6n, yue te ofrecemos en memoria de la Pasién, Kesurrecci6n y Ascensién de Jesucristo Nues- tt Sefior: y en honor de la bienaventurada alvmpre Virgen Maria y de San Juan Bautista y de los santos apéstoles Pedro y Pablo, y de éslos (Santos) cuyas reliquias estan en esta art y de todos los Santos: para que a ellos les airva de honra y a nosotros nos aproveche para la salvacion y se dignen interceder por nosotros on el cielo aquellos cuya memoria veneramos ola tierra. Por el mismo Jesucristo Nuestro Netor. Amén. - vo — 97 — S.—Orate, fratres: ut meum ac vestrum sacri- ficium acceptdbile fiat apud Deum Patrem omnipoténtem. A.—Suscipiat Déminus sacrificium de mani- bus tuis, ad taudem, et gloriam néminis sui, ad utilitdtem quoque nostram, totitsque Ecclésiae suae sanctae. S.— Amen. El Sacerdote lee en silencio las ORACIONES SECRETAS propias del dia, Sigue el PREF A- CIO que de ordinario suele ser el siguiente. S.—Per 6mnia saécula saeculérum. A.— Amen. §$.—Déminus vobiscum. A.—Et cum spiritu tuo. S.—Sursum corda. A——Habémus ad Déminum, S.—Gratias agamus Démino Deo nostro. A.—Dignum et justum est, Sanctus, Sanctus, Sanctus Déminus Deus SAbaoth! Pleni sunt caeli et terra gléria tua. Hosanna in excélsis.—jBenedictus qui venit in némine Déminil ;Hosanna in excélsist — 98 — $.—Orad, hermanos: para que este sacrificio mio, que es también el vuestro, sea agradable a Dios Padre todopoderoso. A.—Reciba el Sefior de tus manos este sacri- ficio en alabanza y gloria de su nombre, y tam- bién para utilidad nuestra y de teda su santa Iglesia, S.—Amén, S.—Por todos los siglos de los siglos. A.—Amén, S.—El Sefior sea con vosotros. A.—Y con tu esptritu. S.—Elevad vuestros corazones. A.—Los tenemos ya elevados al Sefor. S.—Demos gracias al Sejior Dios nuestro. A.—Digno y justo es, Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable que en todo tiempo y lugar te demos gracias, Sefior santo, Padre todopode- roso, Dios eterno, por Jesucristo nuestro Sefior. Por quien los Angeles alaban a tu Ma- jestad, las Dominaciones la adoran, las Po- testades tiemblan; los Cielos y las Virtudes de lus cielos, y los bienaventurados Serafines la celebran con reciproca alegria. Te rogamos que con sus alabanzas recibas también las fuestras, cuando te decimos con humilde con- fesion: jSanto, Santo, Santo, es el Sefior Dios de los ejércitos! Henos estan los cielos y la tierra de tu gloria. |Hosanna en las alturas! |Bendito wea el que viene en el nombre del Sefior! Hosanna en las alturas. — 99 — MGS Se a iS Le 2 : WS 5 ee Aliciin? ee al \ 3 Significa la Consagracién 'como Jesis en la ultima Cena : dié fin_a las figuras de la Ley antigua. Lo PRINCIPIO DEL CANON O REGLA DE LA CONSAGRACION Suplicamoste, pues, y te pedimos, oh Padre clementisimo, por Jesucristo tu Hijo Sefior nuestro, que aceptes y bendigas estos f dones, estos T presentes, estos t santos sacrificios sin mancilla. MEMENTO O RECUERDO DE VIVOS En primer lugar los ofrecemos por tu santa Iglesia catélica. Dignate darle paz, defenderla, mantenerla unida y gobernada por toda la re- dondez de fa tierra: juntamente con tu siervo nuestro Papa N., y nuestro obispo N., y todos los ortodoxos que profesan la fe catdélica y apostdlica, Acuérdate, Sefior, de tus siervos y siervas N. y N. (ef sacerdote junta las manos y ora por las personas por quienes deseare); y de todos los aqui presentes, cuya fe y devocién te son conocidas, por los cuales te ofrecemos, o ellos mismos te ofrecen este sacrificio de alabanza. por si y por todos los suyos, por la redencién de sus almas, por la esperanza de su salvacién y conservacién; y encomiendan sus deseos a ti, Dios eterno, vivo y verdadero. El sacerdote imptora ta asistencia de los san- tos. Unidos en la misma comunién, veneramos la memoria, en primer lugar de la gloriosa siem- pre Virgen Maria, Madre de Jesucristo nuestro Dios y Sefior; y también la de tus bienaventu- rados Apdstoles y Martires, Pedro y Pablo, An- drés, Santiago, Juan, Tomas, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simén y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio; Cipriano, Lorenzo, Criségono, Juan y Pablo, Cosme y Damian; y — 101 — de todos tus Santos; por cuyos méritos y ruegos te suplicamos nos concedas, que en todas las cosas el auxilio de tu proteccién nos de- fienda. Por el mismo Cristo Nuestro Sefior. Amén. ORACIONES PREPARATORIAS A LA CONSAGRACION ‘El Sacerdote pone las manos sobre la hostia y sobre el cdliz. Te suplicamos, pues, Sefior, que te dignes aceptar esta oblacién de tus siervos, que es también la de toda tu familia. Dispén en tu paz los dias de nuestra vida, y manda que seamos preservados de la eterna condenacién, y contados en la grey de tus elegidos. Por Cristo Nuestro Sefior. Amén. La cual oblacién te suplicamos, oh Dios, te dignes hacerla en todo ben f dita, apro + bada, confir t mada, razonable y agradable, a fin de que se convierta para nosotros en el cuer + po y san + gre de tu amantisimo Hijo nuestro Sefior Jesucristo. CONSAGRACION DEL PAN El cual (Jesucristo), la vispera de su pasion, tomé el pan en sus santas y venerables manos, y levantando sus ojos al cielo, a ti Dios Padre suyo todopoderoso dandote gracias, lo ben + dijo, lo partid y to did a sus discipulos dicien- do: Tomad y comed todos de él: PORQUE ESTE ES MI GUERPO. (EI! celebrante imita todos los ademanes de Jestis, y después adora la Sagrada Hostia y la eleva a fa vista de los fieles.) — 102 — CONSAGRACION DEL VINO De un modo semejante, acabada la Cena, tomando este precioso Caliz en sus santas y ve- nerables manos: dandote igualmente gracias lo ben ft dijo y didlo a sus discipulos, diciendo: Tomad y bebed todos de él: PORQUE ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE DEL NUE- VO Y ETERNO TESTAMENTO (MISTERIO DE FE) QUE SERA DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDON DE LOS PECADOS. Cuantas veces hiciereis estas cosas, las ha- réis en memoria de mf. El Sacerdote adora ia Preciosa Sangre y la eleva para que tedos la adoren. ORACION PARA DESPUES DE LA CONSAGRACION Por esto recordando, Sefior, nosotros siervos tuyos, y también tu pueblo santo, la bienaven- turada pasién del mismo Jesucristo tu Hijo S. N., y su Resurreccién de entre Jos muertos, como también su gloriosa Ascensién a los cielos: ofrecemos a tu excelsa Majestad, de tus mismos dones y dadivas, esta Hostia + pura, Hostia ¢ santa, Hostia ¢ inmaculada; el Pan santo de la vida y el Caliz de perpetua sal- vacién. Hacia los cuales dignate, Sefior, mirar con rostro propicio y sereno, y aceptarlos, asi como te dignaste aceptar los dones de tu siervo el justo Abel, y el sacrificio de nuestro patriarca Abrahan; y el que te ofreciéd tu sumo sacer- dote Melquisedec: sacrificio santo, hostia in- maculada. El sacerdote se inclina profundamente para — 103 — decir esta oracién: Suplicamoste humildemente, Dios omnipotente, mandes que sean Hevados estos dones por las manos de tu santo Angel a tu sublime ‘altar, ante la presencia de tu divina Majestad: para que todos los que parti- cipando de este altar (ef sacerdote besa el altar } recibiéramos el sacrosanto Cuer t po y San + gre de tu Hijo, seamos colmados (se santigua) de todas las bendiciones y gracias celestiales. Por el mismo Cristo N. S. Amén. MEMENTO O RECUERDO DE DIFUNTOS Acuérdate, también, Sefior, de tus siervos y siervas N. y N., que nos precedieron con la sefial de la fe, y duermen ya elf suefio de la paz. El sacerdote junta las manos e inclina la ca- beza y ruega por aquellos difuntes por quienes se ofrece la Misa, El sacerdote continua después: Pedimoste, Sefior, que a éstos y a todos los que descansan en Cristo les concedas el. lugar del refrigerio, de fa luz, y de la paz. Por e mismo. Cristo Nuestro Seftor, Amén, 1 También a nosotros pecadores fel sacerdote pronuncia estas palabras en voz alta y se da un golpe de pecho) siervos tuyos, que espera- mos en la abundancia de tus misericordias, dig- nate darnos siquiera alguna partecita y vivir en compafiia de tus Santos Apdstoles y Marti- res: Juan, Esteban, Matias, Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino, Pedro, Felicidad, Per- petua, Agueda, Lucia, Inés, Cecilia, Anastasia, y de todos tus Santos; en cuya compafiia te pedimos nos recibas, no como apreciador de méritos, sino como perdonador que eres de nuestras culpas. Por Cristo Nuestro Sefior. Por el cual creas siempre, Sefior, todos estos — 104 — hienes, los santi t ficas, los vivi + ficas, los ben f dices y nos los repartes. El sacerdote toma en sus manos la Sagrada Hostia y hace con ella unas cruces sobre el Cédliz diciendo: POR EL + mismo, y CON EL f mismo y EN EL ¢ mismo, a ti Dios Padre todopodero- su, en unidad del Espiritu Santo te sea dada toda honra y gloria. — 105 — S.—Per Omnia saécula saeculérum. A.— Amen. S.--Orémus. Praecéptis salutaribus mdniti, et divina institutione formati, audémus dicere: Pater noster, qui es in caelis, Sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat vo- luntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum cotidianum da nobis hodie. Et dimitte nobis débita nostra, sicut et nos dimittimus debitéribus nostris. Et ne nos indicas in tenta- tiénem. A.—Sed Ifbera nos a mato. §.—Amen. El Sacerdote divide la Hostia en tres partes diciendo: S.—Per eimdem Doéminum nostrum Jesum Christum Filium tuum. Qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus. Per émnia saecula saeculérum. A,--Amen, S.—Pax ¢ Démini sit t semper ¢ vobiscum. A.—-Et cum spiritu tuo. Agnus Dei, qui tollis peccdta mundi: miserére nobis. Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserére nobis. Agnus Dei, qui tollis peccdta mundi: dona nobis pacem. — 106 — s. -Por todos los siglos de los siglos. A. ~Amén, Ss. Oremos. Amonestados con preceptos sa- ludables, e informados por la ensefianza divina (del mismo Cristo), nos atrevemos a decir: Hadre nuestro que estas en... etc. Y no nos dejes caer en la tentacion. A, -Mas Ifbranos de mal. S.--Amén. V et Sacerdote sigue diciendo: le rogamos, Sefior, nos libres de todos los imales, pasados, presentes y venideros: y por la (nfercesibn de la bienaventurada y gloriosa alrinpre Virgen Madre de Dios, Maria, con tus atntos Apdstoles Pedro y Pablo, y Andrés, y le todos los Santos, danos propicio la paz en tuestros dias: para que, ayudados con el auxi- lo de tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado, y seguros de toda perturbacidén. 4. -Por el mismo Jesucristo N. S., Hijo {uyo. Que como Dios vive y reina contigo en wnidad del Espiritu Santo, por todos los siglos tle los siglos. A, —Amén., S.-La paz del Sefior sea siempre con vos- alros, A.—Y con tu esptritu, Mientras el Sacerdote deja caer en el cdliz la trrvera parte de la Hostia dice; Esta mezcla_y consagracién del Cuerpo y Sangre de N. S. Jesucristo, sirvanos, al reci- Wirla, para la vida eterna. Amén. Gordero de Dios, que quitas los pecados del tmindo, ten misericordia de nosotros. Cordero de Dios, que quitas los pecados del tnindo, ten misericordia de nosotros. Cordero de Dios, que quitas los pecados de! mundo, danos la paz. — 107 - El Sacerdote se prepara para la comunién con las oraciones siguientes: Sefior mio Jesucristo, que dijiste a tus Apds- toles: «La paz os dejo, mi paz os doy»: no mires mis pecados, sino fa fe de tu Igiesia: y dignate pacificarla y aunarla segtin tu volun- tad: Tu que siendo Dios, vives y. reinas por todos los siglos de Jos siglos. Amén. Sefior mio Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espiritu Santo, con tu.muerte diste vida al mundo: por este tu sacrosanto Cuerpo y San- gre librame de todas mis iniquidades y de todos fos otros males: y haz que esté siempre adherido a tus mandamientos, y no permitas que me separe nunca de ti, que como Dios vives y reinas con el mismo Dios Padre y el Espiritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Sefior mio Jesucristo, ta comunién de tu Cuerpo, que yo indigno me atrevo a recibir, no me sea motivo de juicio y condenacién: sino que por tu piedad me aproveche para defensa de! alma y del cuerpo, y de remedio — 108 — siludable: Tu que siendo Dios, vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espiritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén. Tomaré el Pan celestial, e invocaré el nom- hre del Sefior. Sefior, yo no soy digno de que vuestra Di- vina Majestad entre en mi pobre morada, mas decid ‘una sola palabra y mi alma seré sana y salva. (Tres veces.) Ei cuerpo de nuestro Se- fior ¢ Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén. Después de comulgar ta Sagrada Hostia el Sacerdote se prepara para comulgar la preciosa Sangre diciendo: éCon qué corresponderé yo al Sefior por todos los beneficios que de él he recibido? Tomaré el Caliz de 1a salud, e invocaré el nom- bre del Sefior. Con alabanzas invocaré al Sefior, y quedaré libre de mis enemigos. La Sangre de nuestro Sefior + Jesucristo. yuarde mi alma para la vida eterna. Amén. — 100 — El Sacerdote lee la antifona tamada comunién propia det dia, $.—Déminus vobiscum. A,—Et cum sptritu tuo. Luego reza las oraciones finales propias de la Misa del dia, Al fin de cada oracién el acé- lito responde AMEN, $.—Déminus vobiscum. A.—Et cum spiritu tuo. S.—lIte, Missa est. A.—Deo gratias. S.—Benedicamus Démino. A.—Deo gratias, S.—Requiescant in pace. (En la misa de di- funtos.) A.— Amen. — 110 — a Mientras al Sacerdote purifica el Cdliz dice estas oraciones: Haz, Sefior, que conservemos con un corazén puro lo que con ta boca acaba- ios de recibir; y que este don temporal pro- duzca en nosotros el remedio sempiterno. Tu Guerpo, Sefior, que he recibido y tu Sangre, que he bebido, se adhieran a mi corazén: y haz que no quede mancha de maldad en mi, a quien han alimentado estos puros y santos Sacramen- tos; tt Sefior, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. S.—EI Sefior sea con vosotros. A.-—Y con tu espiritu, S.—EI Sefior sea con vosotros. A.—Y con tu esptritu, S.—Idos, se acabé la Misa. A.—Gracias a Dios. S.—Bendigamos al Sefior. A.—Gracias a Dios. S.—Descansen en paz. (En la misa de di- funtos.) A,—As!f sea, — 111 — BENDICION S.—Benedicat vos omnipotens Deus, Pater et Filius, + et Spiritus Sanctus. A.— Amen. ULTIMO EVANGELIO $.—Dominus vobiscum. A.—Et cum sptritu tuo. S.—Initium sancti Evangélii secundum Joan- nem. A.—Gl6ria tibi, Démine. A.—(At fin) Deo gratias. — 112 — £1 Sacerdote inclinade reza esta oracién: Séate grato, oh Trinidad santa, el obsequio de mi servidumbre: y haz que el Sacrificio que yo indigno he ofrecido a los ojos de tu Majestad sea digno de tu aceptacién, y para mi y para todas aquellos por quienes lo he ofrecido sea, por tu misericordia, propiciatorio. Por Cristo N.S. Amén. S.—-Bendigaos Dios Todopoderoso: Padre e Hijo y ¢ Espiritu Santo, A.--Amén, S.—E! Sefior sea con vosotros. A.—Y con tu esptritu, S.--Principio det Santo Evangelio seguin San Juan. A.—Gloria a ti, Sefior. En el principio existia ya el Verbo y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio en Dios. Por El fueron hechas todas [as cosas: y sin El no se ha hecho cosa alguna de cuantas han sido hechas: en El estaba la vida, y la vida era fa luz de los hombres: y esta luz resplandece en medio de las tinieblas, mas las tinieblas no la han re- cibido. Hubo un hombre enviado de Dios, por nombre Juan: éste vino como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por 41 todos creyesen. El no era Ja tuz, sino el que habia de dar testimonio de la luz. (Ef Verbo) ura la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fué hecho por El, mas el mundo no Ie conocié. Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, que son los que creen en su nombre, didles potestad de llegar a ser hijos de Dios: — 113 — los cuales nacen no de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de querer de hombre, sino que nacen de Dios Y el Verbo se hizo carne (genuflexién) y habité entre nosotros: y nosotros hemos visto su gloria, gloria cual el Unigénito debia recibir det Padre, HNeno de gracia y de verdad. A.-—Gracias a Dios, Fl Sacerdote se arrodilla para rezar las tres Avemartas, la Salve y las Oraciones finales, Estas oraciones deten ofrecerse en la actua- lidad, por voluntad del Papa, para la conversion de Rusia. — 114 —- MISA MELODIADA (1) ORACION PREPARATORIA De rodillas. ‘tor, En el nombre del Padre, y del del Espiritu Santo. Amén. — EI Sacer- \+ Cristo se dispone a cetebrar la Santa que-es fa renovacién del mismo Sacri- we de tit Cruz. Recojamos nuestro espiritu, Mepurémonos a tomar parte en él con la ‘a otunda veneracion. ‘oto, Panos, Sefior, fe y amor —- para ulidlos a tu ministro, — podamos ofre- t sucrificio del altar — con el cual de- "y Hitekas, perdén por nuestros pecados, tran abundantes gracias -- para toda it, whit nuestro corazén — para que sepa- eercarnos al altar — con devocidén, can acogidas —. nuestras suplicas — 'trano de tu Divina Majestad. Amén. aM Kain Misa fudé preparada por Ignacio Senosiain, todhtlere, — 115 — PRIMERA PARTE ANTEMISA CONFITEOR D.—Hermanos, el Santo Sacrificio exige gran pureza de corazén. Ved al Sacerdote: inclinado profundamente ante el altar pide perdén por sus pecados. Imitémosle nosotros. T.— Cantado: Hijo prédigo soy que al Padre viene herido el corazén. Abreme, mi Sefior: Tu sdélo tienes tesoros de perdén, D,—Que el Dios omnipotente y misericordio- so nos conceda el perdon, la absolucién y la remisién de nuestros pecados. . T.—Amén. KIRIE D.—Purificados de nuestras culpas, IHe- guemos confiados ante la presencia de Dios. Y a fin de tenerle propicio a nuestros suplicas, invoquémosle con toda humildad. D.—Dios, Padre Todopoderoso T.—Ten piedad de nosotros. D.—Dios Hijo, Jesucristo T.—Ten piedad de nosotros. D.—Dios, Espiritu Santo T.—Ten piedad de nosotros. — M6 — GLORIA IN EXCELSIS ), Rindamos, ademas, ala Santisima Tri- ‘Lat homenaje de adoracién y alabanza con . tngeles de Belén. ’, Cantade: Gloria a Dios en Ios cielos y alos hombres fa paz. Al Padre Omnipotente y al Verbo celestial y al Espiritu Santo honor y gloria igual. ORACIONES Sacerdote.— Ddéminus vobiscum. Vodos.---Et cum spfritu tuo. Nirector._E} Sacerdote, mediador entre Dios \ los hombres, con las manos levantadas como utro Moaisés, intercede por el pueblo en nombre de ti Iglesia. Undmonos a su oracién. (Digase Iu oracién del dia. Y si no, [a que sigue:) D. jOh Dios, omnipotente y eterno! T. -Escucha benigno la plegaria — que tleva la Iglesia — por medio de tu ministro; — y derrama los auxilios de tu gracia —- sobre usta familia que te invoca, — para que, sirviéndote fielmente -—— en esta vida -— Ife- hue a poseerte en la eterna. — Te lo pedi- Inos -~ por Jesucristo nuestro Sefior. Amén. EPISTOLA D.—En la Epistola nos habla Dios por me- div de sus Profetas y Apdéstoles. Oigamos sus palabras con todo respeto. (Léase la Epistola correspondiente al dia, o —iu7— su idea principal. Y si no, algunos de los parrafos que siguen:) Ejercitaos en la piedad, porque es util para todo. Y tiene a su favor las promesas de la vida presente y las de la vida futura. Todo cuanto hagdis, sea de palabra o de obra, hacedlo todo en nombre de Cristo nuestro Sefior, dando gracias por EI al Padre. Aficionaos a lo bueno, absteneos de todo cuanto tenga apariencia de mal, para que el Dios de ta paz os dé una santidad perfecta; y todo vuestro ser, alma y cuerpo, se con- serve puro y sin mancha para la venida de Cristo nuestro Sejior. éNo sabéis que sois templo de Dios y el Espiritu Santo habita en vosotros? Pues si alguno profanare el templo de Dios, Dios le perdera a él. Porque el templo de Dios, que sois vosotros, santo es. Sed fervorosos, porque es el Sefior a quien servis. Si alguno no ama a nuestro Sefior Jesucristo, sea anatema. (Ep. de San Pablo.) EVANGELIO D.—En el Santo Evangelio nos habla Dios por medio de su Divino Hijo Jestis. Todos de pie, escuchemos con religiosa atencién la pa- tabra misma de Dios. (Léase el Evangelio del dia, o su idea prin- cipal. Y si no, alguno de los parrafos que siguen:) Amaras al Sefior, tu Dios, con todo tu corazon, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y principal de todos fos mandamientos. Pero hay otro se- mejante al primero: Amards 2 tu prdéjimo como a ti mismo. Venid a Mf todos los que os halldis traba- — 118 — jdos y abrumados en la vida y Yo os aliviaré. Tomad mi yugo. Y aprended de Mi, que “oy manso y humilde de corazén y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera. Este es mi mandato: Que os améis los unos a los otros como veis que os he ama- do Yo. Bienaventurados Ios limpios de corazén, porque ellos veran a Dios. Vigilad y orad, para que no caigdis en la lentacion. No temadis a los que solamente pueden inatar el cuerpo. Temed mas bien al que puede arrojar vuestro cuerpo y vuestra alma al infierno. éDe qué servira al hombre ganar todo et mundo si al cabo pierde su alma? (Del Evan- gelio.) CREDO D.—Dios nos ha hablado. Y nosotros de- hemos creer todo lo que El nos ensefia. Reci- temos, pues, e! CREDO, haciendo un acto de fe y adhesion a la palabra de Dios. T.—(Recitando pausadamente. A dos coros:) 1. Creo en Dios Padre Todopoderoso Creador del cielo y de la tierra. 2. Creo en Jesucristo, su Unico Hijo, Jnuestro Sefor Que fué concebido por obra y gracia de] [Espiritu Santo, 1. Y naciéd de Santa Maria Virgen. Padeciéd bajo el poder de Poncio pjtato, 2. Fué crucificado, muerto y sePultado. Descendid a los infiernos. — lis — 1, Al tercer dia resucité de entre los {muertos, Subié a los cielos y est4 sentado a la (diestra de Dios Padre (Todopoderosv). 2. Desde alli ha de venir A juzgar a los vivos y a los muertos. 1. Creo en el Espiritu Santo. Creo en la Santa Iglesia Catdlica. 2. Creo en la Comunién de los Santos. Creo en el perddn de los pecados. 1. Creoen fa resurreccién de fos muertos, (la carne). T.—Creo en ta vida eterna (perdurable). Amén. SEGUNDA PARTE OFERTORIO Sacerdote.—-Dominus vobiscum. Todos.—Et cum spiritu tuo. (Se sientan.) Director.—-Comienza ta parte sacrifical de la Misa. Ha sido ya purificado nuestro coraz6n e ilustrada nuestra fe. Ahora unidos al cete- brante, ofrezcamos con él el pan que se ha de convertir en el cuerpo adorable de Cristo. T.—Cantado: Recibe, oh Padre Santo, esta hostia inmaculada que indigno yo te ofrezco por todos mis pecados y para mi salvaci6n. D—Como Cristo en la Ultima Cena, el Sacerdote mezcla un poco de agua en el vino det caliz. Y simboliza nuestra aportacién es- — 120 — r iritual y nuestra unién intima al Sacrificio. ongamos en ese caliz--a imitacién det justo Abel— fo mejor de nuestros bienes: nuestro corazon... nuestra vida... todo nues- tro ser, uniéndolo a la oblacién de Jestts. Y ofrezcamoslo al Eterno Padre. T.----Cantado : Recibe, oh Padre Santo, este caliz inmaculado que indigno yo te ofrezco por todos mis pecados y para mi salvacion eterna. Bendice, Sefior, este Sacrificio preparado para gloria de tu santo nombre. ORATE FRATES D.—-Oremos, segtin nos exhorta el Sacerdote, para que su Sacrificio, que también es nuestro, sea agradable a Dios. T.--Recibe, Sefior, este sacrificio — para alabanza y gloria tuya, — para provecho nues- tro, -— y de toda Ja Santa Iglesia. SECRETA ~~ PREFACIO D..-Hermanos, se va acercando el momento culminante de la Misa, Muy pronto, sobre el ara del altar se renovard el Misterio de la Cruz. Recojamos nuestro espiritu. Y como Jests antes de su pasién, elevemos a Dios los sen- timientos de nuestra alabanza y de nuestra gratitud. D.—Arriba los corazones. T.—-Los tenemos ya en el Sefior. D.—-Démosle gracias a Dios. _ T.—Verdaderaimente es digno y justo — que le demos gracias -- en todo tiempo y lugar. — 121 — Sefior, levanta Tu mismo — nuestros co- yazones hasta Ti, —- para que, unidos a los angeles y arcangeles — y a todos los San- tos del cielo. —- podamos cantar ahora y siempre — el himno de tu gloria: (Se arrodillan.) Cantado: Santo, Santo, Santo el Sefior Dios de fos [ejércitos. Llenos estan los cielos y Ia tierra de tu gloria Hosanna en Jas aituras. Bendito el que viene en nombre del Seftor. Hosanna en las alturas. MEMENTO DE LOS VIVOS D,--Oremos con el Sacerdote por las nece- sidades de Ja Iglesia militante. T.—Oh Padre clementisimo, —- por media- cién de tu Hijo Divino — que va a inmolarse en el altar, — te rogamos por la Santa Iglesia Catélica, — por nuestro Santo Padre el Papa, — por nuestro Pastor y Obispo, — por nuestras Autoridades, —- y por los fieles cristianos de todo el mundo. D.—Acuérdate, Sefior, de un modo especial. T.—De nuestros familiares, amigos y bien- hechores, — y de todos aquellos — que per- tenecen -— ala gran familia agustino-recoleta — Llegue, Sefior, hasta ellos —— el fruto de este Sacrificio; — y haz que sean contados — entre el ntimero de tus elegidos. TERCERA PARTE CONSAGRACION D.—Llega ya el momento solemne de Ia Consagracién. El Sacerdote, haciendo las ve- wake Gide» hablando sus mismas palabras eda UMinns Gena, va a realizar, reproducién- loo sobre ct altar, aquel mismo Augusto wrifleto, T Otérpanos, Sefior, — fe viva y caridad indionte y el mas profundo recogimiento, pari que idoremos — con suma reve- rede tan altos misterios. (Durante la elevacién de la Hostia y del (liz, digase en silencio y con la mayor devo- cién, mirando las sagradas Especies: SENOR MIO Y DIOS MIO... (Silencio...). DESPUES DE LA CONSAGRACION D. Ofrezcamos a Dios con el Sacerdote la sagrada Victima inmolada en el altar. T.--Oh Padre Eterno, — mira a tu amado Hijo - inmolado en el altar. — Acepta, Se- for, benigno — esa Hostia pura, —- Hostia santa, — Hostia inmaculada — del Sacrificio que te ofrecemos -— recordando la pasién y muerte, — la resurreccién y ascensién — de Jestis 2 los cielos;s — y haz que descien- dan sobre nuestras almas —- los frutos es- pirituales —- de esta divina oblacién. (Breve pausa.) MEMENTOS DE DIFUNTOS D,—Oremos con el Sacerdote por los fieles de la Iglesia purgante. T.—Acuérdate, Seftor, también — de todos los fieles difuntos — que nos precedieron en la fe — y cuyos cuerpos descansan — bajo el signo de la Cruz.—Te encomendamos especisl- — is mente -—- nuestros familiares, amigos y bienhechores — y a todos los difuntos de nuestra Orden Agustino Recoleta. -- Concéde- les la remisién de sus penas — y dales el des- canso eterno de tu gloria, NOBIS QUOQUE PECCATORIBUS D.-—Roguemos también con el Sacerdote para que todos los aqui presentes podamos un dia reunirnos entre los coros de la Iglesia triunfante. T.—Miranos, Sefior, también -— a nosotros pecadores, — pero al fin siervos tuyos. — Y haz que un dia, — purificadas nuestras al- mus, —~ nog juntemos en ef cielo — con los Santos gloriosos; ---- y ahora y siempre te rindamos -~ por medio de Jesucristo -- to- do el honor y gloria — que se debe a tu Divina Majestad. —- Por tos sigfos de los siglos. Amén. PATER NOSTER D.—Ya el Sacerdote ha ofrecido el Sacrifi- cio. Es la mayor gloria que el hombre puede dar a su Creador. Ahora Dios nos dard a su Hijo en alimento para nuestras alinas. Es la mayor gracia que Dios puede hacer al hombre. Hermanos, preparémonos para comulgar dig- namente. Recemos en voz baja, con el cele- brante Ia oracién que el mismo Cristo nos ensefid. T.-~Padre nuestro que estas en los cielos: Santificado sea tu nombre, Venga a nosotros tu reino. Hagase tu voluntad asi en Ia tierra como [en el cielo. — Ii — El pan nuestro de cada dia danostle hoy Perdénanos nuestras deudas asi como [nosotros perdonaimos a nuestros [deudores Y no nos dejes caer en Ja tentacion. Mas fibranos de mal. Amén. Sacerdote.—Per ommia saecula saeculorum. r.—-Amén. Sacerdote.— Pax Démini sit semper vobiscum. ’—-Et cum spirituo tuo. AGNUS DEI Director.—Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. T.—Ten piedad de nosotros. D.—Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. T.—Ten piedad de nosotros. D.—Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. T.--Ten piedad de nosotros, y danos la paz. D.—Sefior nuestro Jesucristo, que dijiste a tus Apostoles: «Mi paz os dejo, mi paz os doy.» T.—No mires a nuestros pecados, —-sino a la fidelidad de tu Iglesia. — Y dignate dar- nos — en la Santa Comunidén, -— tu beso de reconciliacién y de paz. D.—Sefior nuestro Jesucristo, que con tu muerte diste vida al mundo. T.—Ven_a librarnos -- por tu sacratisimo Cuerpo y Sangre — de toda aficién al peca- do —- y de todos los males; — y haz que no quebrantemos ya -— tus mandamientos, — ni nos separemos jamas de Ti. — 125 — D.--Sefior nuestro Jesucristo, haz que ta Comunién de tu Sagrado Cuerpo, que aunque indignos nos disponenos a recibir, T.—No sea para nuestro juicio y condena- cién, — sino para defensa de nuestros cuer- pos — y remedio de nuestras almas. Amén (1). q CUARTA PARTE COMUNION D.—ELI Sefior va a venir a nuestro pecho. Una vez mas purifiquemos nuestras almas di- ciendo, arrepentidos, la confesién de nuestros pecados. T.--Yo, pecador, Me confieso a Dios Todopoderoso, A ‘a Bienaventurada siempre Virgen [Maria, Al Bienaventurado San Miguel Ar- [cangel, A San Juan Bautista, A los Santos Apdéstoles San Pedro y (San Pablo, A nuestro Padre San Agustin, A todos los Santos y a vos padre, Que pequé gravemente con el pensa- (miento, palabra y obra, Por mi culpa, por mi culpa, por mi gra- (visima culpa. Por tanto ruego A la Bienaventurada siempre Virgen (Maria, (1) Sino comnlgan los colegiales dentro de la Misa; suprimanse las oraciones que siguen y hégase la comu- nién espiritual., (Pagina 125). — 126 — Al Bienaventurado San Miguel Ar- [cangel, A San Juan Bautista, A los Santos Apéstoles San Pedro y [San Pablo, A nuestro Padre San Agustin, A todos los Santos y a vos, padre, Que roguéis por mi a Dios nuestro (Sefior. Amén. Sacerdote.—-Misereatur vestri... ad vitam i ternam, T.--Amén, Sacerdote.—Indulgentiam, absolutionem... uuséricors Dominus. T.--Amén. Director.—Oh Sefior, yo no soy digno de que entres en mi pobre morada. T.—Mas di una sola palabra — y mi alma quedara sana. (Tres veces.) D.—El Cuerpo de nuestro Sefior Jesucristo, T.-—Guarde nuestras almas —- para la vida eterna. Amén. (Si fa Comunién es larga, pueden cantarse aqui canticos eucaristicas, a juicio del Di- rector.) DESPUES DE COMULGAR D.-Consumado el Sacrificio de fa Cruz, el Cuer- po inerte de Jesus fué depositado en un sepul- cro nuevo de piedra. Alli fué ungido con perfu- mes y adorado por almas piadosas. Considérale ahora vivo y glorioso en tu co- razon. Adorale. Hazle obsequio con los mejores afectos de tu alma. Y espera unos momentos hasta que el Sacerdote reanude las tltimas oraciones de la Misa. — wi ST NO SE COMULGA EN LA MISA COMUNION ESPIRITUAL Director —Mientras et Sacerdote recibe el Cuerpo y la Sangre de Cristo, hagamos nos- otros una comunion ‘espiritual. D,—Sefior mio Jesucristo, Todos.-—Creo que estais presente -— en el Santisimo Sacramento del altar. — Os amo sobre todas las cosas — y deseo recibiros dentro de mi alma. -- Pero no pudiendo ahora sacramentalmente, — venid a lo menos espi- ritualmente — a mi corazén. -- Y como si ya estuvieseis conmigo, — os abrazo y me uno todo a Vos. — No permitdis, Sefior, — que jam4s me aparte de Vos. Amén. POSTCOMUNION Sacerdote,—-Déminus vobiscuin. Todos.-Et cum spiritu tuo. Director.—Oremos con la Iglesia. (Digase ta oracién propia del dia; y si no la que sigue:) D.--Oh Dios, omnipotente y misericordioso, T.—Infunde en nuestros corazones -- la virtud de la caridad -— a fin de que, quienes nos vemos reunidos —~ por el Santo Sacrificio, -~ nos sintamos verdaderamente unidos --~ por un sincero amor. — Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Sefior. Amén. Sacerdote.-Déminus vobiscum. Todos.—Et cum spiritu tuo. Sacerdote—Ite, Missa est. (Benedicamus Domino.) Todos.—Deo gratias. —- 128 —~ BENDICION FINAL Director.—Las manos ungidas del Sacerdote, que acaban de sostener a Dios, nos van a dar la bendicién final. (Al besar el Sacerdote el ar.) Que ella descienda sobre nosotros y nos onipafie en todas las acciones del dia. ', -En el nombre del Padre, y del Hijo, det Espiritu Santo. Amén. ULTIMO EVANGELIO - antado: EI Verbo Divino, Misterio de amor, De los cielos vino Y carne tomo. Su luz celestial ls luz verdadera que al mundo ilumina; Es el manantial De la gracia en Cristo, filiacién divina: Nos hace herederos del reino eternal. ORACIONES FINALES (de rodillas) Sacerdote.—Dios te salve, Maria... T.—Santa Maria, Madre de Dios, — ruega por nosotros pecadores, — ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (Tres veces.) D.—Dios te salve, Reina y Madre de miseri- cordia. T.—Vida y dulzura, esperanza nuestra. — Dios te salve. — A tillamamos — los desterra- dos hijos de Eva; — a ti suspiramos gimien- do y Ilorando — en este valle de lagrimas, — ta pues, Sefiora, Abogada nuestra; — vuelve tt nosotros esos tus ojos misericordiosos; — Y ilespués de este destierro — muéstranos a — 1229 — Jesiis, — fruto bendito de tu vientre. — Oh Hementisia, oh piadosa, — oh dulce Virgen aria, pi Rueea por nosotros, Santa Madre de ios, T.—Para que seamos dignos -—- de alcanzar las promesas — de nuestro Sefior Jesucristo. D.~-Sefior, refugio y fortaleza nuestra, mira Propicio al pueblo que a Ti clama. TY por la intercesién de la Virgen Ma- ria — y de todos los Santos, —- te rogamos por la conversién de los pecadores, —- y por la li- bertad y exaltacién — de la Santa Madre Iglesia. Amén. D.—Arcangel San Miguel, defiéndenos en nuestras luchas contra el demonio. T.—Abatelo con tu gran poder, — y libra- nos de los espiritus malignos — que acechan alas almas para perderlas. Amén. - D.—Coraz6n sacratisimo de Jests, T.—Ten misericordia de nosotros. (Tres veces.) MODO DE REZAR EL SANTO ROSARIO Por la sefial, etc, Sefior mio Jesucristo. (Pag. 57.) Y. Dédmine*, labia mea apeéries. Ry. Et os meum* annuntidbit ldudem tham. Y. Deus*, in adjutérium meum in- ténde. R. Démine*, ad adjuvandum me festina. Gloria. W. Abrid, Sefior, mis labios. __&. Y¥ mi boca publicara vuestras alabanzas. ¥. Oh Dios, venid en mi ayuda. R. Apresurdos a socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, etc. — 131 — OFRECIMIENTO Dios y Sefior nuestro*, dirigid y en- caminad todos nuestros pensamientos*, palabras y obras* a mayor honra y gloria vuestra*; y a vos, Reina de los Angeles, Maria santisima*, os supli- camos nos alcancéis la gracia* de re- zar con devocién vuestro santisimo Ro- sario*, el que os ofrecemos a mayor honra y gloria vuestra* y de vuestro santisimo Hijo*; para provecho de nuestras almas* y satisfaccién de nues- tras culpas*; en accién de gracias por todos los beneficios recibidos*; por la paz y concordia entre los principes cris- tianos*, exaltacién de nuestra santa fe catdlica*, extirpacién de las herejias* y conversion de los pecadores*; en su- fragio de las benditas almas del pur- gatorio*, especialmente de aquellas* por quienes tenemos mayor obliga- cién*, y, finalmente*, para alcanzar por medio de vuestra poderosisima in- tercesién*® ja gracia de vivir y morir santamente. Amén. Los misterios que hemos de contem- plar son los — 132 — GOZOSOS Lunes y jueves Primer Misterio. — La Encarnacién del Verbo* en las purisimas entrafias de Maria Santisima. — Padrenuestro, diez Avemarias y Gloria. Maria Madre de gracia*, Madre de piedad* y de misericordia*, defiénde- nos de nuestros enemigos* y ampdranos ahora y enla hora de nuestra muerte. Amen. También podra decirse: Dios te salve, Hija de Dios Padre. Dios te salve, Madre de Dios Hijo. Dios te salve, Esposa de Dios Espiritu San- to. Dios te salve, Templo y Sagrario de la Santisima Trinidad. Dios te sal- ve, concebida sin mancha de pecado original. Amén. — 133 — _. Segundo Misterio. — La Visitacién de la Santisima Virgen* a su prima Santa Isabel. Tercer Misterio. — E] Nacimiento del Nifio Jestis* en el portal de Belén. Cuarto Misterio. — La Purificacién de Maria Santisima* y Presentacién del Nifio Jesus en el templo. Quinto Misterio. — El Nifio Jests* perdido y hallado en el Templo. Después de cada Misterio se reza un Padre- nuestro, diez Avemarias y Gloria. — 1384 ~— MISTERIOS DOLOROSOS Martes y viernes Primer Misterio. — ‘a oracion de Nuestro Sefior Jesucristo en el Huerto. Segundo Misterio. — La flagelacién de Nuestro Sefior* atado a la columna. Tercer Misterio. — La coronacién de espinas. Cuarto Misterio. — Jesus con la Cruz a cuestas. Quinto Misterio. — La Crucifixion y muerte* de nuestro amable Redentor. 4” — 135 — MISTERIOS GLORIOSOS Miércoles, sabados y domingos Primer Misterio. — La triunfante Re- surreccién* de Nuestro Sefior Jesu- cristo. Segundo Misterio. — La admirable Ascensién de Nuestro Sefior Jesucristo a los cielos. Tercer Misterio. — La venida del Es- piritu Santo* sobre el sagrado Colegio Apostdlico. Cuarto Misterio. — La gloriosa Asun- cién de la Virgen Santisima* en cuer- po y alma a Ios cielos. Quinto Misterio. — La Coronacién de la Santisima Virgen por Reina y Sefiora de todo lo creado. — 16 — 8 LETANIAS DE LA SANTISIMA VIRGEN Kyrie eldison. Christe eléison. Kyrie eléison, Christe audi nos. Christe exaudi nos. Pater de caelis Deus. lili Redémptor mundi, Deus. Spiritus Sancte Deus. Sancta Trinitas unus Deus. Sincta Maria. Sancta Dei Génitrix. Sincta Virgo virginum, Miter Christi. Mater divinae gratiae. Miter purissima. Miter castissima. M iter inviolata. Miter intemerata. Mater immaculata. Mater amabilis. Miter admirabilis. Mater boni consili. Mater Creatoris. Mater Salvatéris. Virgo prudentissima. Virgo veneranda. Virgo praedicanda. Virgo potens. — 137 — . siquu a1aLosifA] *siquu oid BO Virgo clemens. Virgo fidélis. Spéculum justitiae. Sedes Sapiéntiae. Causa nostrae laetitiae. Vas spirituale. Vas honorabile. Vas insigne devotidnis. Rosa mystica. Turris Davidica. Turris eburnea. Domus aurea. Foederis Arca. Janua Caeli. Stella matutina. Salus infirmérum. Refugium peccatérum. Consolatrix afflictérum. Auxilium christianérum. Regina Angelérum. Regina Patriarchérum. Regina Prophetarum. Regina Apostolérum. Regina Martyrum. Regina Confessérum. Regina Virginum. Regina Sanctérum émnium. Regina sine labe originali concépta. Regina in caelum assimpta. Regina Mater Consolatidnis. Regina Sacratissimi Rosarii. Regina pacis. *sIqou oid WO — 188 — Agnus Dei qui tollis peccdta mundi, parce nobis, Démine. Agnus Dei qui tollis peccdta mundi, exdudi nos, Démine. Agnus Dei qui tollis peccdta mundi, miseréere nobis. ¥. Qra pro nobis, Sancta Dei Gé- nitrix. RB. Ut digni efficidmur promissié- nibus Christi. OREMUS Concéde nos famulos tues, quaésu- mus, Domine Deus, perpétua mentis et corporis sanitate gaudére: et, gloridsa Beatae Mariae semper Virginis inter- cessione, a praesénti liberdri tristitia, et aetérna pérfrui laetitia. Per Chris- tum Déminum Nostrum. Amen. LETANIAS DE LA SANTISIMA VIRGEN Sefior, tened piedad de nosotros. Cristo, tened piedad de nosotros. Sefior, tened piedad de nosotros. Cristo, oidnos. Cristo, escuchadnos. Dios Padre celestial, tened piedad de nosotros. Dios, Hijo, Redentor del mundo, tened piedad de nosotros. — 139 — Dios Espiritu Santo, tened piedad de nosotros, Dios Santo, trino y uno, tened piedad de nosotros. Santa Maria. Santa Madre de Dios. Santa Virgen de las Virgenes. Madre de Cristo. Madre de la divina gracia. Madre purisima. Madre castisima. Madre sin mancha. Madre in corrupta. Madre inmaculada. Madre amable. Madre admirable. Madre del buen consejo. Madre del Creador. Madre del Salvador. Virgen prudentisima. Virgen digna de veneracién. Virgen digna de alabanza. Virgen poderosa. Virgen clemente. Virgen fiel. Espejo de justicia. Trono de la sabiduria. Causa de nuestra alegria. . Vaso espiritual. Vaso digno de honor. Vaso i insigne de devocién. osa mistica. : *Susagusuu acd prs-y -— 140 — \.ure de David. iorre de marfil. tos de oro. Area de la alianza. Puerta del cielo. Kstrella de la mafiana. Salud de los enfermos. Refugio de los pecadores. Consuelo de los afligidos. Auxilio de los Cristianos. Reina de los Angeles. Reina de los Patriarcas. Reina de los Profetas. Reina de los Apdstoles. Reina de los Martires. Reina de los Confesores. Reina de las Virgenes. Reina de todos los Santos. Reina concebida sin mancha de pe- cado original. Reina llevada al cielo. Reina Madre de Consolacién. Reina del santisimo Rosario. Reina de la Paz. *soujosuu 10d pesey Cordero de Dios, que quitdis los peca- dos de! mundo, perdonadnos, Sefior. Cordero de Dios, que quitdis los peca- dos del mundo, escuchadnos, Sefior. Cordero de Dios, que quitais los peca- dos del mundo, tened Piedad ¢ de nos- otros. — 141 — 4 ¥. Ruega por nosotros, santa Ma- dre de Dios. se Ry. Para que seamos dignos de al- canzar las promesas de Jesucristo. ORACION Os rogamos, Sefior, concedais a vues- tros siervos el gozar siempre de salud ‘de cuerpo y alma y, por la intercesién de la Bienaventurada Virgen Maria, el estar libres de las tristezas de la vida y gozar de una eterna alegria. Por Cristo Nuestro Sefior. Asi sea. (En el tiempo de Pascua.) W. Gaude et laetare Virgo Maria. Alleluja. Ry. (Pag. 62.) Oratio: (Pag. 62.) A S. Francisco Javier, por las: misiones ca- tolicas. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. W. San Francisco Javier 8. Rogad por nosotros. ‘ AI glorioso Patriarca San José. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. iOh glorioso S. José*, Esposo de Ma- ria, protegednos* y proteged a la Igle- sia* y a su Cabeza visible. — 12 — Al Sdo. Gorazén de Jesus. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Corazén de mi amable Salvador. Haz que arda y crezca en mi siem- pre tu santo amor. {in memoria de la Pasién y muerte* de Nuestro Sefior Jesucristo*. Un Cre- do, (Pag. 58.) — 148 ~ ORACION A SAN JOSE (Mes de octubre) A Vos, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulacién, y después de implorar el auxilio de vues- tra Santisima Esposa, solicitamos tam- bién confiadamente vuestro patrocinio. Por aquella caridad que con la In- maculada Virgen Maria, Madre de Dios, os tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazasteis al Nifio Jesus, humildemente os suplicamos que volvadis benigno los ojos a la he- rencia que con su sangre adquirié Jesucristo, y con vuestro poder y auxi- lio socorrdis nuestras necesidades. Proteged, joh providentisimo custo- dio de la Divina Familial, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y de corrupcidn; asistidnos propicio desde el cielo, fortisimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo librasteis al Nifio Jestis de inminente peligro de la vida, asi ahora defended la Iglesia san- ta de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con — 144 — perpetuo patrocinio para que, a ejem-~- plo vuestro, y sostenidos por vuestro suxilio, podamos santamente vivir, pia- dosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén. WRACIONES PARA DESPUES DEL CANTO DE LA SALVE Y JOSEPH Salve, Regina, Mater misericdrdiae; vita, dulcédo et spes nostra, salve. Ad ie clamdmus éxules filu. Hevae. Ad te suspiramus geméntes et flentes in hac lacrimarum valle. Eja ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes éculos ad nos convérte. Et Jesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exilium ostende. O clemens, o pia, o dulcis virgo Maria. VY, Ora pro nobis, sancta Dei Gé- nitrix. Ry. Ut digni efficid4mur promis- sidnibus Christi. Orémus. Oratio. Omnipotens sempitérne Deus, qui gloridsae Virginis Matris Mariae cor- pus et 4nimam, ut dignum Filii tui habi- taculum éffici mererétur, Spiritu Sancto cooperante, praeparasti; da, ut cujus commemoratiéne laetamur, ejus pia in- tercessiéne, ab instdntibus malis et a morte perpétua liberémur. — 165 — Deus, qui corda fidélium Sancti Spi ritus illustratiéne docuisti: da nobis in eéddem Spiritu recta sapere, et de ejus semper consolatiéne gaudére. Concéde nobis, quaésumus, omn{po- tens Deus, Sancti patris nostri Augus- ti devéta commemoratiéne gaudére, cujus patrocinio salvari, te auxiliante, confidimus. Per Christum Déminum nostrum. Ry. Amen. ANTIPHONA JOSEPH Joscph, fili David, noli timere acci- pere Mariam conjugem tuam: quod enim in ea natum est, de Spiritu Sancto est: pariet autem filium et vocabis no- men ejus Jesum. YW. Ora pro nobis beate Joseph, R. Ut digni efficiamur promissioni- bus Christi. Orémus. Oratio. Sanctissimae Genitricis tuae Sponsi, quaésumus, Démine, méritis adjuvé- mur: ut quod possibilitas nostra non ébtinet, ejus nobis intercessidne do- nétur. Ecclésiae tuae, quaésumus, Démine, preces placatus admitte, ut destructis adversitatibus, et erréribus univérsis, secura tibi sérviat libertdte. — lb — (Imnipotens sempitérne Deus, salus velérna credéntium, exaudi nos pro (Amulis tuis infirmis, pro quibus mise- iwedrdiae tuae implordmus. auxilium ut réddita sibi sanitate, gratidrum tibi mv Eeclésia tua réferant actidnes, Deus, qui transtulisti patres nostros per mare rubrum, et transvexisti eos yer aquam nimiam, laudem tui ndémi- nis decantantes: te suppliciter depre- ‘Amur; ut in navi famulos tuos, repul- ait adversitatibus, portu semper opta- Lili, cursique tranquillo tuedris. Per Christum Déminum nostrum. ky. Amen. — 147 — RESERVA DEL SANTISIMO SACRAMENTO Pange, lingua, gloridsi Cérporis mystérium, Sanguinisque pretidsi, Quem in mundi prétium, Fructus ventris generdsi, Rex effudit géntium. Nobis datus, nobis natus, Ex intacta Virgine, Et in mundo conversatus, Sparso verbi sémine, Sui moras incolatus Miro clausit ordine. In suprémae nocte caenae. Rectimbens cum fratribus, Observata lege plene Cibis in legalibus, Cibum turbae duodénae, Se dat suis manibus. Verbum caro panem verum Verbo carnem éfficit: Fitque Sanguis Christi merum; Et si sensus déficit, Ad firmandum cor sincérum Sofa fides sitfficit. Tantum ergo Sacraméntum Venerémur cérnui: ~ Et antiquum documéntum Novo cedat ritui: Praestet fides suppleméntum Sénsuum deféctui. Genitéri, Genitdque Laus et jubilatio, Salus, honor, virtus quoque. Sit et benedictio: Procedénti ab utréque Compar sit laudatio. Amen. — 14s — Y. Panem de caelo praestitisti eis. (1. P.) Alleluja. ly. Omne delectaméntum in se ha- héntem. (T. P.) Allelija. OREMUS Deus qui nobis sub Sacraménto mi- rabili passiénis tuae memoriam reli- quisti: tribue, quaésumus: ita nos Cor- poris et Sanguinis tul sacra mystéria venerari; ut redemptidnis tuae fructum in nobis jugiter sentiamus. Qui vivis. W. Les habéis dado, Sefior, pan del cielo. . . R. Que contiene en si todo deleite. ORACION Oh Dios, que en el admirable Sacra- mento nos dejasteis la memoria de vues- tra Pasién, os rogamos, Sefior, nos con- cedais que de tal manera veneremos los misterios de vuestro Cuerpo y Sangre, que siempre sintamos en nosotros los frutos de vuestra redencién. Vos que vivis y reindis en unidad con el Espiritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. (Asi sea.) — ldo — ALABANZAS ‘Bendito sea Dios. Bendito sea su Santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesus. Bendito sea su Sacratisimo Corazén. Bendito sea Jess en el Santisimo Sacramento del Altar. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, Maria Santisima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepcion. Bendita sea su gloriosa Asuncién a los cielos. Bendito sea el Nombre de Marta Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castisimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Angeles y en sus Santos. PANGE, LINGUA Y TANTUM ERGO . (En espafiol) (1) Publica, lengua, y canta el misterio del Cuerpo glorioso: y de la Sangre santa que did, por mi reposo, el fruto de aquel vientre generoso, A todos nos fué dado dela Virgen purisima, Marfa, por todos engendrado, y mientras aca vivia tu celestial doctrina desparcia. De alli en nueva manera dié fin maravilloso a su jornada la noche ya postrera, la noche deseada, estando ya la cena aparejada. Convida a sus hermanos, y cuimplida la sombra y ley primero, con sus sagradas manos por el legal Cordero tes da a comer su Cuerpo verdadero. Aquella criadora palabra, con palabra sin mudarse, lo que era pan, agora en Carne hace tornarse, y el vino en propia Sangre transformarse. Y puesto que el grosero sentido se acobarda y desfallece, (i) sta vorsién del himno cnearistico por exce- encia es de Fr. Luis de Leén, 0. 8. A., y muy digna de él, ya que no hay en castellano version mas ajustada. - 151 — el corazon sincero por eso no enflaquece, porque ta fe le anima y favorece. Honremos, pues, echados por tierra, tan divino Sacramento; y queden desechados, pues vino el cumplimiento, los ritos det Antiguo Testamento, Y si el sentido queda pasmado de tan alta y nueva cosa, lo que él no puede, pueda, ose fo que él no osa, la fe determinada y animosa. Gloria al Omnipotente, y al gran Engendrador y al Engendrado, y al inefablemente de entrambos Inspirado, igual loor, igual honor sea dado. CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES |. Cantemos al amor de los amores' cantemos al Sefior; Dios esta aqui, venid adoradores adoremos a Cristo Redentor: Gloria a Cristo Jesus; cielos y tierra, bendecid al Seftor: honor y gloria a Ti Rey de la Gloria, amor por siempre a Ti, Dios del amor. 2. Unamos nuestra voz a los cantares del coro celestial: — 2 — ‘ios esta aqui, al Dios de los altares ofonemos un himno angelica]. Que abrase nuestro ser la viva llama .| mas ferviente amor: hos esta aqui, esta porque nos ama mo padre y amigo y bienhechor. — 153 — CONFESION FRECUENTE Y CONFESION GENERAL Lo has ofdo muchas veces: «O confe- sion o condenacién.» Pero gusta mas recordar aquello: confesién y salvacién. Hay que confesarse y hacerlo bien. Nunca podras dar las suficientes gra- cias a Dios por este Sacramento de su perdén y misericordia, que broté del costado abierto de Jesiis. Agradécele con tu creciente fervor al acercarte a él, y Jamas te atrevas a profanar este sa- cramento recibiéndole sin las debidas disposiciones. jAy del que profanare por el sacrilegio el Sacramento del per- dén y misericordia de Jesucristo! — 154 Por el catecismo sabes que el exa- men, dolor, propdsito, confesidn, de boca y satisfaccién de obra han de hacerse .on esmero para que tu confesion sea perfecta. Con ella queda tu alma puri- licada y recibes abundantes y divinos auxilios para mantenerte en la gracia tle Dios y para que, si pecares, tus pe- cados sean menos y mas leves. E) apostélico agustino recoleto ha de gustar de confesarse frecuentemente, y desde luego, cada semana, segin lo es- tablecido en el reglamento del colegio, persuadido de que la confesién humilde y contrita frecuentemente recibida es medio no sdlo para lograr una ejemplar vida cristiana, sino también la misma perfeccién. La confesién general que tanto pro- vecho espiritual proporciona a las al- mas y tanto tranquiliza las conciencias, consiste en confesar los pecados, prin- cipalmente mortales —s1 se hubieren cometido —, de toda la vida o de algun perjodo més 0 menos largo. Se le acon- seja al colegial después de algtin tiem- po de haber sido admitido en el colegio, al fin del Retiro espiritual de cada afio y, desde luego, al ingresar en el no- viciado. Antes de hacer la confesion w— 155 — general conviene consultar al confesor ordinario, Dios Nuestro Sefior quiere la paz, no la tristeza desesperante; por eso no te atormentes al prepararte para la con- fesién, sobre todo si es general. Ten presente que los pecados bien confesa- dos una vez, estan ya perdonados y no es necesario volver a confesarlos, pero por la humildad con que se acusa de ellos, el penitente queda mas asegurado del perdén y el espfritu rebosante de paz y tranquilidad. En la preparacién de tus confesiones vuelve tus ojos y tu corazén a Jesus Crucificado y a la Madre de Consola- cién, refugio de pecadores: a la vista de la cruz se despertara un dolor pro- fundo y con el auxilio de Maria tus confesiones seran siempre balsamo de consuelo para el alma. cicatrizador de las heridas del corazén y blancura y hermosura de gracia para tu espiritu. ¢Quién sera, pues, mas dichoso que tu si te acercares frecuentemente con las debidas disposiciones a este Sacra- mento del perdén y de la misericordia de Cristo? — 156 — I JERCICIO PARA LA CONFESION Accién de gracias.—Gracias, Sefior, \Jios mio, por los innumerables bene- licios que me habéis hecho hasta la hora presente. Haced que yo agra- ilezca vuestras gracias con la fiel co- rrespondencia a ellas y con el més estricto cumplimiento de vuestra ley. Peticién.—Oh Padre y Redentor mio, tluminad mi mente y traed a mi me- moria las faltas con que os he ofen- dido, para que las deteste, confiese humildemente y con toda sencillez, haga un propésito firmisimo de la en- mienda y con vuestra ayuda las evite. Virgen Santisima, Madre mia de la Consolacién, Angel de mi Guarda, Padre mio S. Agustin, alcanzadme del Sefior que haga una buena confesién, para que mi alma quede justificada. EXAMEN Por tus obligaciones. Examina si te has dejado Ilevar de fa pe- reza, al levantarte de la cama o en cualquier otra obligacién. Si has tenido distracciones voluntarias en el ofrecimiento, la santa Misa y demas actos de piedad. Si los has hecho mal o has omitido alguno. Si has sido negligente en prepararte para la Comunién, en la Accién de gracias. Si has faltado al respeto en la capilla. Si has cumpfido bien con la importantisima obligacién del estudio y de Jas clases. Si te has dejado Ilevar de la gula en la comida o has sacado algo del comedor, para comer en tiempos y lugares prohibidos. Si has obedecido a tus Superiores y Profeso- res en tas obligaciones diarias y en otras obe- diencias que te hayan impuesto. Si les has faltado al respeto, hablado mal de ellos, o te has burlado a sus espaldas, Si has faltado a la disciplina, hablando, en- redando, corriendo, en tiempos y lugares prohi- bidos. Si has faltado a la santa pureza en pensa- miento, palabra, deseo u obra y cuantas veces. Si has cogido alguna cosa ajena; si has cau- sado dafio en libros, mesas, ventanas 0 en otros objetos del Colegio. Si has mentido. Si has acudido a tiempo a tus obligaciones. Si has omitido alguna obligacién sin el de- bido permiso. Si has faltado a la caridad con tus compa- fieros; si les has dicho apodos u otras palabras mortificantes; si les tienes envidia; si piensas — 158 — wuspechas mal de aiguno sin motivo; si les ‘115 mal ejemplo; si has dejado de hablar a druno por resentimiento. Examina si las confesiones pasadas han sido luenas, si callaste algtin pecado grave por vergiienza, si te has confesado bien todos fos dias sefialados. ACTO DE CONTRICION Pésame, Dios mio, Padre mio y Re- dentor mio, de todos mis pecados con que os he ofendido. jOjala se partiera de dolor mi corazén! Me pesa con toda el alma de haberos ultrajado, por ser quien sois, Bondad infinita, tan digno de ser amado, que tantos bene- ficios me habéis hecho. Prometo fir- memente enmendarme, con vuestra gracia, confesarme bien, cumplir la penitencia y apartarme de los peli- gros y ocasiones de pecar. Dadme, Sefior, la muerte, antes que os ofenda. Virgen de la Consolacién, Madre mia, dadme el aborrecimiento que vos te- niais al pecado, para que lo deteste, lo confiese y no vuelva a cometerlo jamas. ACTO DE CONTRICION (del P. Miguel de Guevara, Agustino) No me mueve, mi Dios, para quererte El cielo que me tenes prometido, — 1g — Ni me mueve el infierno tan temido Para dejar por eso de ofenderte. Ti me mueves, Sefior; muéveme el verte Clavado en esa cruz y escarnecido; Muéveme ver tu cuerpo tan herido; Muévenme tus afrentas y tu muerte; Muéveme, en fin, tu amor; y en tal [manera, Que aunque no hubicra cielo yo te [amara Y aunque no hubiera infierno, te te- [miera. No me tienes que dar por que te quiera, Pues aunque lo que espero, no esperara, Lo mismo que te guiero te quisiera. Sefior mio Jesucristo. (Pag. 57.) MODO PRACTICO DE CONFESARSE Mientras te Ilega el turno, después de hacer el ejercicio de preparacién, esta muy devoto y recogido, sin distraerte en nada; piensa en el Sacramento que vas a recibir. Puedes rezar alguna Estacién al Smo. Sacramento o alguna otra devocién. Momentos antes de confesarte, reza el «Yo pecador. Después iras con las manos juntas delante del pecho y puesto de rodillas, sin bajar la cabeza, y con voz clara dirds: Ave, Maria Purisima, y contestado, pro- seguirds: Padre espiritual, hace (N.) dias que no me he confesado; lo hice bien y cumpli la —~ 160 -- penitencia. Con la ayuda de N. Seftor y de la Santisima Virgen me he preparado bien para esta confesidn, Me acuso, Padre, de (tales y tales faltas). Es bueno acusarse al fin, de los pecados de la vida pasada, en general, o de alguno de ellos en particular. Si tuvieres algin pecado grave, di las veces que Io has come- tido y si ha sido con otra persona. Si tienes alguna duda exponla al Padre con toda llaneza y confianza. Desecha toda ver- gitenza y temor, imaginando que dices tus pe- cados al mismo Jesucristo, que todo lo sabe y te ha de juzgar. Escucha con atencién la exhortacién y adver- tencias del Padre confesor. Mientras la abso- lucién, reza con fervor el Sefior mio Jesucristo. Después besa la correa del Padre, y vuelve modestamente, con los ojos bajos y las manos juntas delante del pecho, a tu puesto. Cumple la penitencia en seguida, o Io antes posible. ORACION PARA DESPUES DE LA CONFESION jRedentor mio amorosisimo! Acep- tad la confesién de mis pecados que acabo de hacer, y alcanzadme por los méritos de vuestra preciosisima san- gre que me aproveche de este Sacra- mento para la salvacién de mi alma. Suplico a vuestra inmensa bondad y misericordia, que suplais las imperfec- ciones que haya habido, y me deis la perseverancia en la gracia recibida. Virgen Santisima, Madre mia de la — 161 — it Consolacion, dad las gracias en mi nombre al Sefior por este nuevo bene~ ficio y otorgadme que vuestro divino Hijo sea el Rey de mi corazén desde hoy, para siempre. Amen. Ejercitate en actos de contricién y de pro- pdsito de enmienda y accién de gracias. Haz algiin acto de piedad, mientras se confiesan tus compafieros. Cuida de que el dia de Confesién se conozca . en tu conducta. NOTA: Es muy conveniente hacer Confesion general al terminar los Santos Ejercicios, cada afio. Antes de entrar al Noviciado, no dejes de hacer una muy buena Confesién general de toda la vida, segtin el consejo de tu Padre confesor. EL AYUNO PARA LA SAGRADA COMUNION Hasta tres horas antes de la comunién se pueden tomar: a) Alimentos sdlidos (carne, pescado, pan, etcétera). b) Liquidos alcohdlicos (vino, sidra, cer- veza, cofiac, ants, etc.). Hasta una hora antes se pueden tomar: a) Todos los demas liquidos (leche, caldo, chocolate bebido, etc.). A cualquier hora, aun inmediatamente antes de la comunién, se puede tomar agua. — 162 — Los eitfermos, aunque no guarden cama (como los que tienen debilidad de estémago, dolor de cabeza o de muelas, tos molesta, etcétera) pueden tomar: A cualguier hora, aun inmediatamanete an- tes de la comunién: a) Alimentos liquidos. b) Medicinas liquidas y sdlidas. NOTAS: 1.2 Para tomar lo dicho ante- riormente, mo necesitan los fieles acudir a ningtin sacerdote que se Io autorice. 2.8 Aconseja el Papa, no lo manda, que los sacerdotes y los fieles, que sin dificultad puedan guardar el ayuno como hasta ahora, desde la media noche anterior, lo hagan asi. 3.8 Las tres horas de ayuno de alimentos s6lidos y de liquidos alcohdlicos, y la hora de ayuno de los demds Iiquidos, se cuentan para todos los comulgantes, hasta el momento de su _comunidn, aunque comulguen dentro de ta isa, 4.5 Las tres horas y la hora del ayuno han de guardarse aun para la comunién de la media noche de Navidad, de la Vigilia Pas- cual, etc. - 163 — — 164 — PREPARACION PARA LA SAGRADA COMUNION (1) Oracién de San Ambrosio {Oh dulcisimo Jestis y Sefior mifol, temo de acercarme a la mesa de tu divino convite, desconfiando de mis méritos, porque soy un gran pecador, pero me presento, alentado por vues- tra misericordia y bondad. Temo por- que mi alma y mi cuerpo estan man- chados con muchos pecados y no sé refrenar mi mente y mi lengua. Por tanto, oh Dios amorosisimo y majestad soberana, yo, miserable y profunda- mente angustiado, a ti acudo, fuente de misericordia, a ti acudo presuroso para hallar salud, y me refugio en tus “G)" Las oraciones de la Santa Misa son una prepa- racion excelente para la Sagrada Comunién. — 165 — paternales brazos: y ya que por mis pecados no puedo presentarme a ti, que eres mi Juez, por ti suspiro, invo- candote mi Salvador y Padre aman- tisimo. Mira, Sefior y Dios mio, mis llagas para sanarlas y mi desvergiien- za por haber pecado. Temo por mis muchos y grandes pecados. Sin em- bargo, conffo en tu inagotable miseri- cordia. Mirame, pues, con ojos de misericordia, oh mi buen Jestis y Sefior mio, Rey eterno, Dios y Hombre ver- dadero crucificado por el hombre. Es- cucha a este pobre pecador que con- fia en ti; compadécete de mi que es- toy lleno de miseria y pecados, tu que nunca dejas de ser misericordioso. Yo te saludo, victima saludable, ofre- cida por mi y por todo el mundo en el ara de la cruz. Yo te saludo, san- gre preciosa derramada de las _heri- das de Jesus Crucificado que lava los pecados de todo el mundo. Acuérdate, Sefior, de tu criatura que redimiste con tu sangre. Me arrcpiento de haber pe- cado y quiero enmendarme de mis pe- cados, para que, purificado de ellos, pueda gustar dignamente del Sacra- mento de tu Cuerpo y Sangre. Concé- deme que esta Comunidén sea para mi, perdén de mis pecados, borre mis delitos, ahuyente mis malos pensa- — 166 — mientos, regenere mis sentidos, me mueva a hacer obras que os agraden y sea también defensa firmisima de mi alma y de mi cuerpo contra todas las asechanzas de mis enemigos. ORACION DE .SANTO TOMAS DE AQUINO Omnipotente y sempiterno Dios, ved que me acerco al Sacramento de tu Hijo y Sefior mio, Jesucristo: vengo como enfermo al médico de la vida, Veno de pecados a la fuente de la misericordia, ciego a la luz de la cla- ridad eterna, como pobre y necesitado al Sefior de cielo y tierra. Ruego, pues, a la abundancia de tu inmensa gene- rosidad, que te dignes curar mi enfer- medad, alumbrar mi ceguera, enrique- cer mi pobreza, vestir mi desnudez, para recibir al pan de angeles, al Rey de reyes y Sefior de los sefiores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contricién y devocién, con tanta pu- reza y fe, con tal propdsito e intencién, como conviene a la salud de mi alma. Concédeme, Sefior, que reciba no sélo el: Sacramento de tu cuerpo y sangre, sino también los efectos y virtudes del Sacramento. {Oh humildisimo Dios!, dame recibir el cuerpo de tu Unigénito Hijo y. Sefior nuestro Jesucristo que —> 167 — tomé de la Inmaculada Virgen Maria, de tal manera, que merezca ser incor~- porado a su cuerpo mistico y ser con- tado entre sus miembros. jOh Padre amantisimo!, concédeme contemplar cara a cata a tu amado Hijo Jesucristo, a quien voy a recibir envuelto en los velos sacramentales. El cual contigo vive y reina en unidad del Espiritu Santo Dios, por los siglos de los si- glos. Amén. ORACION A LA SANTISIMA VIRGEN DE LA CONSOLACION jOh bienaventurada Virgen Maria de la Consolacién, Madre de piedad y de misericordia!, yo, miserable e indigno pecador, a Ti acudo con todo el afecto y amor de mi corazén, y ruego a tu piedad que as{ como asis- tiste a tu dulcisimo Hijo, que moria en la Cruz, asi te dignes asistirme a mi, pecador miserable, que voy a re- cibirlo, y a todos los sacerdotes que aqui y en toda la Iglesia ofrecen hoy el augusto Sacrificio, para que, ayu- dados de tu gracia, pueda yo recibir y ellos ofrecer la victima digna y aceptable en la presencia de la San- tisima e individua Trinidad. Amén. ~~ 168 — ORACION A SAN JOSE jOh glorioso y amadisimo S. José!, dadme aquellas virtudes que os hi- vieton digno de Ilevar en vuestros Inazos a Jesus, para que mi alma sea signa morada suya. Disponed mi alma dexpojandola de todo amor que no wa el de Jesus, para que al entrar enella la haga suya, y viva siempre en clla como Rey a quien sirva con toda fidelidad hasta la muerte. Amén. ORACION A NUESTRO PADRE SAN AGUSTIN 10h Padre mio S. Agustin! Dadme una chispa del amor que abrasaba vuestro corazon y un rayo de la luz tlarisima de vuestro entendimiento, para que conociendo algo de la gran- deza del Sefior que voy a recibir, me inflame todo en su amor, y mi alma wea digna de hospedar al que siendo tan grande, tanto se ha humillado por in amor, Amén. \CTOS DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD Creo en Dios Padre, creo en Dios Ilijo, creo en Dios Espiritu Santo, creo cn la Santisima Trinidad. Conceded- —- 169 — me, oh Dios trino y uno, perseverar en la Fe de todos los misterios y ver- dades de nuestra santa religion hasta la muerte. Espero en Dios Padre, espero en Dios Hijo, espero en Dios Espiritu Santo, espero en la Santisima Trini- dad. Concededme que, aunque mise~ rable pecador, siempre contie y es- pere, que por vuestra infinita miseri- cordia me habéis de salvar por toda la eternidad. Amo a Dios Padre, amo a Dios Hijo, amo a Dios Espiritu Santo, amo a la Santisima Trinidad. Dadme vuestro amor y esto me basta. Que os ame, Dios mfo, con toda el alma y todo el corazon en la tierra y después en el cielo para siempre. Acto de Contricién. — Sefior mio Jesucristo. (Muy despacio y sentido.) Después de 1a Comunidn del sacerdote, Confiteor Deo, etc., pag. 88. Mientras el sacer- dote dice: Démine, non sum dignus, repetiras tres veces: Sefior, yo no soy digno de que en- tréis en mi pobre alma, mas decid una sola palabra y mi alma quedara sana y salva. Mientras te Ilegue el turno, ejercita actos de amor, humildad, arrepentimiento de tus pe- cados y encomiéndate a la Virgen de 1a Con- solacién, pidiéndole sus disposiciones para co- — 170 — muigar con mucha devocién. Gomuljea uns devoto y modesto con tu compianero, Tris con las manos juntas delante del pecho. AL [epain al comulgatorio haras genuflexién, y at levan tarse los otros Ja repetiran todos juntos. Pues tos de rodillas, elevaran un poco la cabeza, sacaran un poquito Ia lengua y, recibida la Comunién, se levantaran, repitiendo la genu- flexién y yendo por el medio, con los ojos bajas y con el mayor fervor. ACCION DE GRACIAS Acto de adoracién, — Os adoro de- votamente, oh Dios oculto en las espe- cies sacramentales. Os entrego mi co- razén y todo mi ser, para que hagais en mi vuestra santisima voluntad. Vir- gen Santisima, Madre mia de la Con- solacién, Angeles de Dios y todos los santos, adorad por mi al Sefior, Accién de gracias. — ¢Cédmo os po- dré dar, Dios mio, las debidas gracias por este favor que me habéis hecho, al venir a mi pobre alma? No sé cémo daros gracias, Jesus mio. Por eso os ruego que recibdis mi alma para _san- tificarla y toméis posesion de mi co- razon para ser el unico duefio de él. Maria, Madre mia, suplid mi deficien- cia, dando las gracias a Jesus por iil. OBLATIO SUI SACRO CORDI JESU Suscipe, Démine, univérsam meam libertatem. Accipe memériam, intelléc- tum, atque voluntéatem omnem. Quid- quid habeo, vel possideo, mihi largitus es: id tibi totum restituo, ac tuae pror- sus voluntati trado gubernandum. Am6- rem tui solum cum gratia tua mihi dones, et dives sum satis, nec daliud quidquam ultra posco. Acto de peticién. — Ya que tan amorosamente habéis venido a mi para concederme gracias, os pido, Je- ss mio, que bendigdis a mis padres, hermanos y a toda mi familia; a mis amigos y enemigos, a los pobres pe- cadores, para que no os ofendan, a los misioneros, particularmente a los Agustinos Recoletos, para que os ha- gan ser conocido de todo el mundo; a nuestra Orden, para que sea siempre la mas observante y cumpla los desti- nos que tiene sobre ella vuestra santi- sima voluntad; en fin, Jests mio, concedednos a todos vuestro santo amor y temor y, por ultimo, la Bracia de al- canzar la gloria en que vivis y reinais por los siglos de Jos siglos. Amén. — 172 -- ORACION DE SAN IGNACIO Alma de Cristo, santificame. Cuerpo de Cristo, salvame. Sangre de Cristo, embridgame. Agua del Costado de Cristo, lavame. Pasién de Cristo, confértame. Oh buen Jesus, dyeme. Dentro de tus llagas, escéndeme. No permitas que me separe de ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llamame. Y mandame ir a ti, Para que con tus Santos te alabe, Por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO Adéro te devote, latens Déitas, Quae sub his figtiris vere latitas: Tibi se cor meum totum subjicit, Quia te contémplans totum déficit. Visus, tactus, gustus in te fallitur, Sed auditu solo tuto créditur: Credo quidquid dixit Dei Filius; Nil hoc verbo Veritatis vérius. In Cruce latébat sola déitas: At hic latet simul et humanitas; Ambo tamen credens atque cénfitens. Peto quod petivit latro poenitens. Plagas, sicut Thomas, non intueor. Deum tamen meum te confiteor: Fac me tibi semper magis crédere, In te spem habére, te diligere. O memoridle mortis Domini, Panis vivus, vitam praestans hémini. — 173 — af Praesta meae menti de te vivere, Et te illi semper dulce sapere. Pie pellicdne, Jesu Démine, Me immtindum munda tuo sanguine, Cujus una stilla salvum facere Totum mundum quit ab omni scélere. Jesu, quem velatum nunc aspicio, Oro, fiat illud quod tam sitio: Ut te, revelata cernens facie. Visu sim bedtus tuae gloriae. Amen. ORACION DE NUESTRO PADRE SAN AGUSTIN iOh Dios mio y Sefior mfol; yo os ‘amo, y no os amo todo lo que yo quisiera amaros; y si aun no ¢s bas- tante lo que os amo, ni aun lo que quisiera amaros, haced Vos lo que yo no puedo hacer, y ya que sois la ca- ridad misma, abrasad mi corazén con ese fuego divino que anima a los san- tos y los convierte a Vos y los trans- forma por completo en Vos. Amén. ORACION A LA SANTISIMA VIRGEN DE LA CONSOLACION jOh Madre mia de la Consolacién! Ved que yo he recibido a vuestro ama- disimo Hijo, con cuya vista os alegra- bais y os llenabais de las mas puras delicias; yo os lo presento y ofrezco amante y humildemente para que lo estrechéis entre vuestros brazos y lo améis con vuestro amantisimo corazon. — 174 — Os ruego, Madre piadosisima, que me alcancéis el perdén de mis pecados, una gracia abundante para servirle mas fielmente y, por ultimo, la gracia final para que con Vos le pueda ala- bar en el cielo, por los siglos de los siglos. Amén. ORACION. A SAN JOSE Padre y Custodio de las almas vir- genes, glorioso S, José, a cuya fiel vigilancia fué encomendada la misma inocencia, Cristo Jess y Maria, la Vir- gen de virgenes: os ruego encarecida- mente, por Jesis y Maria, me alcan- céis con vuestra poderosisima interce- sién, que sirva siempre a Jestis y a Maria, libre de toda mancha, con men- te y corazon puros y castidad de alma y cuerpo. Amén. ORACION que ha de decirse ante la imagen de Cristo Crucificado (1) Miradme, oh mi amado y buen Jesus, postrado en vuestra santisima presen- cia; os ruego con el mayor fervor im- primais en mi corazon los sentimien- tos de fe, esperanza y caridad, dolor de mis pecados y propdsito de jamas ofenderos; mientras que yo, con el (1) Basta la que est& en el altar. mayor afecto y compasién de que soy capaz, voy considerando vuestras cin- co llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos, oh Dios mio, el santo Pro- feta David: Taladraron mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos. Indulgencia plenaria, rezandola después de comulgar y diciendo un Padrenuestro a inten- ci6n del Romano Pontifice. (Pio IX, 1858.) Reza la Estacion al Santisimo Sacra- mento, o sea: seis Padrenuestros, Ave- marias y Glorias. Como obsequio que agradar4 mucho a Je- sus, haz el propésito de enemendarte hoy de la falta principal que cometes, o de practicar con esmero alguna virtud y sobre todo el cum- plimiento de tus deberes de Colegio. VISITA AL SANTISIMO SACRAMENTO Por la sefial, etc. Tantum ergo Sacraméntum Venerémur cérnui: Et antiquum documéntum Novo cedat ritui: Praestet fides suppleméntum Sénsuum deféctui. Genitéri, Genitéque Laus et jubilatio, Salus, honor, virtus quoque Sit et benedictio: Procedénti ab utréque Compar sit laudatio. Amen. — 176 — Seis Padrenuestros, Avemarias y Glorias, y al principio de cada uno digase: Bendito y alabado sea el Santisimo Sacramento del Altar. Sea por siem- pre bendito y alabado. Después se hace la COMUNION ESPIRITUAL Creo, Jestis, mio, que esidis presente en el Santisimo Sacramento del Altar; os amo, os adoro y quisiera recibiros ahora sacramentalmente en mi cora- zon; pero ya que no puedo, venid es- pititualmente: Como si ya cs hubiera recibido, os amo, os adoro, os abrazo, os doy gracias y os pido perdén de mis pecados. iAh Sefior., no permitdis que jamds me aparte de Vos. A la Santisima Virgen tres Avemarias y Gloria, y se acaba diciendo: Tuus totus ego sum, et 6mnia mea tua sunt. Maria, Mater gratiae, Dulcis Parens cleméntiae. Tu nos ab hoste protege, Et mortis hora suscipe. Padrenuestro, Avemaria y Gloria, al glorioso Patriarca S. José. Al final se dird tres veces: Jesus Sacramentado, Dios de amor, dame tu bendicién. — 7 — — 178 — QUINCE MINUTOS EN PRESENCIA DE JESUS SACRAMENTADO VISITA AL SANTISIMO SACRAMENTO Dios mio, Principio, Fin, Redentor, Santificador y Glorificador de mi alma. Cansado mi espiritu del bullicio mun= dano, retirado a la soledad de vuestro templo, quiero en este dia hacer ante vuestro soberano acatamiento una ofer- ta total de mi corazén, para daros una prueba mds de que mi alma no halla solaz, ni descanso ni alivio fuera de Vos, Creador y Padre mio muy amado. Si: quiero consagrdroslo en este dia para ponerlo a salvo del ruido pesado de las criaturas, para estar a solas con Vos, que sois todo dulzura y suavidad. — 179 — Quiero por esta consagracién entrarme dentro de vuestro Corazén amable, oh Jesus mio, a fin de interrumpir los ecos de las criaturas que cansan y molestan, y de ese modo, conseguir que mi co- anon esté abierto al ‘eco placentero de vuestra voz que fortifica, consuela y alivia. Quiero internarme en vuestro divino Corazén, Salvador querido, para que Vos entréis dentro del mio, para que mi alma reciba vuestras deleitables ins- piraciones y saboree los regalos que dispensais a los que se retiran a tratar con Vos en la soledad deliciosa de este divino Sacramento. Habéis dicho que os demos el cora- zon; pues bien: yo os lo doy entero: dominad en él como unico Sefior; rei- nad en é] como Soberano a quien deseo tributar eterno vasallaje. Perdonad, Dios mio y dulce Jesus mio, si os hablo con tanta franqueza, si os trato con dema- slada familiaridad y si me atrevo a ha- cer el cambio de mi pobre corazén con vuestro Corazén riquisimo. Habéis di- cho que os hablemos con grande con- fianza, idignacién pasmosa es la que me otorgais! Mas ya que me brindais con ella, no quiero despreciar tan ge- nerosa invitacién. Bien conozco que la ofrenda que os presento es muy misera- — 180 — ble, empero también comprendo que no puedo consagraros otra cosa, sino un corazon leno de necesidades y ro- deado de muchas y variadas indigen- clas; pero precisamente cso es lo que mas honra a Vos, que sois infinitamen- te Tico, que podéis desterrar de mi esas miserias, cubrir las necesidades que me aquejan y remediar las multiples nece- sidades que padezco. Vos sabéis, Dios mio y Duefio mio, que mis intenciones son rectas, mi fin santo y sanos mis propésites y deseos: dignaos bendecirlos, purificarlos y san- tificarlos para gloria y exaltacién de vuestro Corazén adorable, y para bien de mi alma. Amen. CONSIDERACION EL MILAGRO DE LOS MILAGROS Tomad y comed: este es mi cuerpo. Bebed todos de él: porque esta es mi sangre. (Mat. 24,) iMilagro de los milagros. Esta excla- macién brota espontaneamente del co- razon; esta frase se escapa irresistible- mente de-los labios, cuando atenta, de- vota y respetuosamente se considera el Sacramento altisimo, inefable e inde- ciblemente adorado de la sacratisima Eucaristia. — 181 — Asi como la Encarnacién del Verbo Divino es el misterio mayor de la Re- ligién catélica, la instituctén del Santi. simo Sacramento es la suprema mara- villa realizada por nuestro Sefior Jesu- cristo. , jOh qué pequefio es el humano co- razon, qué angosto el pecho del hom- bre, qué menguada y flaca su razon y qué impotente su voluntad para abar- car las excelencias mnumerables que encierra el Sacramento del amor Di- vino. jOh Arcangeles hermosisimos, Que- rubines extdticos, ardorosos Serafines, que hacéis la corte al soberano Rey de cielos y tierra, ¢por qué no venis a embelesarnos hablandonos del Dios de amor, del Dios escondido, del Dios in- finitamente grande? jOh! ese mismo Dios que a vosotros os beatifica, ese mismo Dios que a vos- otros os deleita, ese mismo Dios que hace vuestra eterna ventura esta ocul- to de un modo inenarrable en el admi- rable Sacramento, tan alto, tan grande y poderoso como esta en los cielos. Alto y profundisimo silencio guardan los espiritus angélicos, como si quisie- ran darnes a- entender que el silencio es la mejor y mayor alabanza que po~ ~- 182 — demos entonar a Dios Sacramentado, porque cuando la lengua calla, admi- rando el hombre la grandeza de este misterio; cuando el espiritu no se atre- ve a mover los labios, es sefial evidente de que el entendimiento se da por ven- cido confesando que no alcanza a me- dir la sublimidad del Sacramento del altar: {Oh altura de las riquezas de la sabiduria y ciencia de Dios: qué in- comprensibles son tus juicios e inves- tigables tus caminos. (Rom. XI, 33.) Ahora bien, si los angeles superiores cellan en presencia de los prodigios es- tupendos que el Dios omnipotente y omniscio (que todo lo sabe), realiza en el Santisimo Sacramento, ¢qué hara el simple mortal? Si la voz angélica no es bastante digna para alabar tamafias maravillas ¢c6mo ha de serlo la voz humana, incomparablemente inferior a la angélica? EI silencio, por consiguiente, parece habia de ser la adoracién mas grata que les pobres mortales podemos ofrecer a nuestro Dics Sacramentado; empero, ya que el Sefior se ha dignado revelarncs que le es grato se publiquen sus mara- villas, obradas a favor de los hijos de los hombres, cumplamos ese deseo de nuestro Dios con aquella loa det Apés- tol: Gracias sean dadas a Dios que — 183 — siempre nos hace triunfar en Cristo. (Cor. II, 11.) Gracias sean dadas a Dios, porque se digné quedarse oculto en el Santi- ‘simo Sacramento. Gracias sean dadas a Dios porque nos dejé el Don Divino de la adorable Eucaristia. Gracias sean dadas a Dios, porque se nos did en ali- mento bajo las especies sacramentales. Gracias sean dadas a Dios, porque rea- liz6 por nosotros una serie de mila- gros sorprendentes: milagro en vivir sacramentado; milagro en dadysenos a modo de comida, y bebida; milagro en ocultarse bajo las especies de pan y vino; milagro...; pero digamos con el Real Profeta: De generacién en gene- racién os alabaremos, Sefior, para da- res gracias. Cada dia os bendeciré y celebraré vuestro nombre en los siglos y en la eternidad. Amén. Sel. 78 (1). Ahora se rezan seis Padrenuestros, Avemarias y Glorias con la jaculatoria: Bendito y alabado sea el Santisimo Sacra- mento del altar. Sea por siempre bendito y alabado. O esta otra: Viva Jesis Sacramentado. Viva y de todos sea ama- do. Después se hace la Comunién espiri- tual, pdg. 174. {1) Esta visita estat tomada de los Hjercicios Espiri- tuales del P. Hugarte, Agustino Recoleto, — 184 — VISITA A JESUS SACRAMENTADO (Para completar los quince minutos) ORACION Sefior mio Jesucristo, que por amor a los hombres estais de dia y de noche en ese sacramento, lleno de piedad y amor, esperando, lamando y acogiendo a cuantos vienen a visitaros, creo que estais presente en el Santisimo Sacra- mento del Altar; os adoro desde el abis- mo de mi nada, os doy gracias por todos los beneficios que me habéis hecho, y especialmente por haberos dado todo a mi en ese Sacramento, y por abogada a Maria vuestra Madre santisima, y por haberme llamado a visitaros en este lugar santo. Saludo hoy a vuestro aman- tisimo Corazon y es intencién mia salu- darlo por tres fines: el primero para da- ros gracias por don tan insigne; el se- gundo, para reparar las injurias que habéis recibido de todos vuestros ene- migos en este Sacramento; y el tercero, para adoraros desde aqui, en esta visi- ta, en todos los lugares de la tierra donde estais sacramentado con menos culto y mas abandono. — 185 — Jesus mio, os amo con todo mi co- razon. Me arrepiento de haber ofendi- do tantas veces en mi vida pasada a vuestra infinita bondad. Propongo me- diante vuestra gracia no ofendercs més en adelante; y ahora, miserable como soy, me consagro enteramente a Vos, renuncio a mi voluntad, a mis afectos, e mis deseos, a todo lo que me pertene- ce, y os hago de ello donacién. En ade- lante haced de mi y de todas mis cosas cuanto os plazca. No os pido ni quiero otra cosa que vuestro santo amor, la perseverancia final y el perfecto cum- plimiento de vuesira voluntad. Os en- comiendo las almas del Purgatorio, 2 en particular, las mas devotas del tisimo Sacramento y de Maria Santi. sima. Os encomiendo también todos los pobres pecadores. Por fin, oh Salvador amantisimo, uno todos mis afectos a los de vuestro amantisimo Corazén, y asi unidos los ofrezco a vuestro eterno Padre, pidiéndole en vuestro nombre se digne aceptarlos, y ciga mis suplicas por amor vuestro. Amén. (S. Alfonso Maria de Ligorio.) CONSIDERACION Aqui tienes, alma devota, la fuente de todo bien, Jess en el Santfsimo — 186 — Sacramento, el cual te dice: “Quien tenga sed, venga a Mi.» {Cuan abundan- tes gracias han sacado los santos de esta fuente divina, donde el amoroso Jesus generosamente comunica y reparte los merecimientos de su Pasién, como dice el Profeta: «Iréis con gusto a buscar agua cn las fuentes del Salvador». {Oh Jests amabilisimo, vida, esperanza, te- soro y unico amor de mi alma, cuanto os costé el quedaros con nosotros en ese divino Sacramento! Cuando lo ins~ tituisteis conociais ya las ingratitudes, vituperios y desacatos con que os ha- bian de tratar los mortales; pero vuestra ardiente caridad para con ellos fué mucho mayor que nuestra maldad y vileza. Si, todo lo vencié el grande amor que nos tenéis y el excesivo deseo de ser amado de nosotros. Venid, pues, Sefior; venid, entrad dentro de mi co- razon y no permitais que nadie tome parte en el amor que quiero consagrar unicamente a Vos. Amén. Jaculatoria. Dios mio, amor mio y todo mi bien. . Comunién, etc. Comunién espiri- tual, pag. 174. Seis Padrenuesiros, Avemarias y Glo- rias. — 187 — Santo, Santo, Santo, Sefor, Dios de los ejéreitos, Hena esté toda la tierra de tu gloria. (Tsaias, cap. 6, 1, 3.3 — 188 — TRISAGIO A LA SANTISIMA TRINIDAD VW. Bendita sea Ia santa e indivi- dua Trinidad, ahora y siempre, por todos los siglos de los siglos. Amén. VY. Abrid, Sefior, mis labios. R. Y mi voz pronunciaré vuestra alabanza. ¥. Dios mio, en mi favor benigno entiende. Ry, Sefior, a mi socorro pronto atiende. W. Gloria sea dada al Padre, Gloria al Hijo soberano, Por los siglos infinitos, Gloria al Espiritu Santo. R. Amén. Alabanza sea dada a ti, sumo Rey de la gloria eterna. — 189 — Acto de Contricién Amorosisimo Dios, Trino y Uno, Pa- dre, Hijo y Espiritu Santo, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi coraz6n, cuerpo y alma, sentidos y potencias, por Vos mi Pa- dre, mt Sefior y mi Dios, mfinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas. Me pesa, Trinidad Santisima; me _ pesa, Trinidad miseri- cordiosisima, me pesa, Trinidad ama- bilisima, de haberos ofendido, sdlo por ser Vos quien sois, y propongo morir antes que pecar. Espero en vuestra suma bondad y misericordia infinita que me habédis de perdonar todos mis pecados, y me daréis gracia para per- severar en un verdadero amor y cor- dialisima devocion de. vuestra siem- pre amabilfsima Trinidad. HIMNO Ya el sol ardiente se aparta; Y asi luz perenne unida En nuestros pechos infunde Amor, Trinidad divina. En la aurora te alabamos Y también al mediodia, — 190 — Y pedimos que te hagamos En el cielo compaiiia. Al Padre, al Hijo, y a Ti, iOh Espiritu de vida. Ahora y siempre sean dadas Alabanzas infinitas. Amén. ORACION AL PADRE iPadre adorable y Creador de todas las cosas! Vos hebéis formado el uni- verso. El ciclo y la tierra son obras de vuestras manos y su hermosura nos da a conocer las perfecciones y el poder infinito de vuestra Majestad au- gusta: no las habéis creado para ellas mismas, sino para mi; los astros no brillan en el cielo sino para comuni- carme su luz; y la tierra no da frutos, sino para alimentarme. Vos me habdis dado un alma ra- cional capaz de conoceros, de amaros y de poseeros eternamente: me habéis puesto en el seno de vuestra Iglesia, y me conservais la vida, aun en los Instantes mismos en que os estoy ofen- diendo. Vuestra caridad ha Ilegado hasta el exceso de entregar a vuestro propio Hijo en manos de los verdugos, para sacarme del cautiverio de Sa- tanas. — 191 — Quien soy yo, Dios mio, para que hayais querido engrandecerme con tan singulares favores? ¢Y cdémo_ podré corresponder a tantos beneficios? Dig- naos, Sefior, aceptar las alabanzas que os tributan por mi vuestros celestiales cortesanos; y permitid que, juntando mis afectos con los suyos, publique vuestras bondades, diciéndoos con tedo el afecto de mi corazén el serafico trisagio. Un Padrenuestro, Avemaria y Glo- ria, y tres veces. VY. Santo, Santo, Santo, Sefior Dios de los ejércitos, llenos estan los cielos y la tierra de vuestra gloria. Ry. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espiritu Santo. ORACION AL HIJO {Hijo misericordiosisimo y Salvador de mi alma! Vos me habéis librado del infierno, al que habia de ser eter- namente condenado. Vos me _habéis abierto el cielo, de donde habia de ser eternamente desterrado. Pero, ¢con cuantos sacrificios? Para glorificarme, descendisteis de vuestra gloria; para justificarme, tomasteis la forma de pe- — 192 — cador; para elevarme, os ‘anonadas- leis; para sacarme de la servidumbre, os hicisteis obediente; para hacerme dichoso, padecisteis hambre, sed, azo- tes, espinas y «l mas infame de iodos los suplicios; para alimentarme, os quedasteis en el augusto Sacramento; y para resucitarme, os sometisteis a la muerte. jAmadisimo Redentor mio! Yo me confundo a la vista de tantas finezas. Quisiera tener el elevado sentimiento de vuestra afligida Madre y de les an- geles de paz, que lloraban amarga- mente en vuestra pasién y muerte, para daros las debidas gracias. Mas ya que esto no es posible, seguiré su ejemplo, y con toda la efusién de mi alma publiceré vuestra misericordia con el cantico de los Serafines. Un Padrenuestro, Avemaria, Gloria y tres veces: Santo, Santo, Santo, etc. ORACION AL ESPIRITU SANTO iEspiritu de verdad y de mi santi- ficador! Por Vos se ha derramado en mi corazon la caridad de Dios. Este don, el mas precioso de todos los do- — 193 —~ nes, me ha hecho su amigo y here- dero. Vos sois el origen de todo el bien que hay en mf. Si formo un buen pensamiento, Vos sois quien me ayu- dais para formarle, y aun quien lo formdis conmigo. Si concibo un buen deseo, Vos me favorecéis para conce- birlo, y Vos mismo lo concebis con- migo. Si practico una buena obra, Vos me ayudais para practicarla, y la practicdis conmigo, Ni aun puedo sin Vos manifestaros el justo reconoci- miento que os debo, mi agradecer vues~ tras gracias, sino por una nueva gra- cia vuestra. jEa, pues, Dios de amor, Dios de bondad!; ya que tan benéfico sois, afiadid un nuevo beneficio a los muchos de que me colmais. Hacedme la gracia de que no me olvide jamas de lo que he recibido de Dios Padre, de Dios Hijo y de Vos mismo, a fin de que ahora y siempre os canie agradecido, con los espiritus celestia- les, aquel cAntico siempre nuevo que for- ma la felicidad de los bienaventurados. Un Padrenuestro, Avemaria, Gloria y tres veces: Santo, Santo, Santo, etc. (Luego se hardn los actos de fe, esperanza y caridad, diciendo): — 194 — Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espiritu Santo, creo en la Santisima Trinidad. Espero en Dics Padre, espero en Dios Hijo, espero en Dios Espiritu Santo, espero en la Santisima Trinidad Amo a Dios Padre, amo a Dios Hijo, amo a Dios Espiritu Santo, amo a la Santisima Orinidad... Gloria al Padre, etcétera. Dios te salve, Hija de Dios Padre; Dios te salve, Madre de Dios Hijo; Dios te salve, Esposa del Espiritu. Santo: Dios te salve, templo y sagrario de la Santisima Trinidad: Dios te salve, Ma- ria Santisima, concebida sin mancha de pecado original. Amén. (Y se concluird diciendo): Bendita sea y alabada la Santisima Trinidad, Padre, Hijo y Espiritu Santo, ives personas distmtas y un solo Dios verdadero. Amén. GOZOS Dios uno y trino, a quien tanto Arcdngeles, Querubines, Angeles y Serafines Dicen: Santo, Santo, Sante, A vuestra inmensa Deidad, Indivisa en tres personas, Clamamos: pues nos perdonas — 195 — Nuestra miseria y maltdad: Por esta benignidad, En su misterioso canto: Angeles y Serafines, etc. Interminable bondad, Suma esencia soberana, De donde el bien nos dimana Santisima Trinidad; Pues tu divina piedad Pone fin a nuestro Ianto: Angeles y Serafines, ete. El Trisagio que Isaias Escribia con gran celo, Le oyé cantar en el cielo A angélicas jerarquias: Para que en sus melodias Repita nuestra voz cuanto: Angeles y Serafines, ete. Este Trisagio sagrado Voz del coro celestial, Contra el poder infernal La Iglesia le ha celebrado, Con este elogio ensalzado Que en fe y amor adelanto: Angeles y Serafines, etc. Es el iris que en el mar, En la tierra y en el fuego, Y en el aire ostenta luego Que nos quiere libertar. Por favor tan singular De este prodigio y encanto: Angeles y Serafines, etc. Es escudo soberano De la divina justicia, Y de la infernal malicia Triunfa ef devoto cristiano; Y¥ como el demonio ufano Huye de terror y espanto: Angeles y Serafines, etc. —- 196 — En vuestra bondad me fundo !Oh Dios fuerte e inmortal! Que en el coro celestial Cantaré este himno jocundo; Pues en fos riesgos del mundo, Me cubris con vuestro manto: Angeles v Serafines, etc. Dios uno y trino, a quien tanto, Arcangeles, Querubines, ete. OFRECIMIENTO Rogamoste, Sefior, por el estado de la santa iglesia y Prelados de ella, por la exaltacion de Ja fe catélica, extirpacién de tas herejias, paz y concordia entre los principes cristianos, con- version de todos los infieles, herejes y peca- dores, por los agonizantes y caminantes, por las benditas almas del purgatorio, y demas piadosos fines de nuestra Santa Madre Iglesia. Amén. El copiosa apud Eum redemptio. ¥ hay en Eluna redencidn copiosa. - — 198 — VIACRUCIS Por la sefial, etc. Ofrecimiento. — Sefior, Dios mio: os ofrezco esta obra en satisfaccién de mis pecados y con intencién de ganar las indulgencias concedidas, les que aplico en sufragio de las benditas al- mas del purgatorio, en especial de aquellas que son del mayor agrado de. Maria Santisima y de mi particular obligacién. PRIMERA ESTACION Jesus condenado a muerie Y. Te adoramos, ch Cristo, y te bendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, Christe, et benedici- — Ws — mus tibi. Quia per Crucem tuam re- demisti mundum.) jOh Jestis mic!, por aquella injusta sentencia de muerte, firmada tantas veces con mis culpas, libradme de la sentencia de la muerte eterna, que tantas veces he merecido. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Ei fidelium animae per misercor- diam Dei requiéscant in pace. Amen. SEGUNDA ESTACION Jesus con la Cruz a cuestas Y. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos BR. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) jOh Jess mio!, que cargasteis sobre vuestros hombros la pesadisima Cruz labrada por mis pecados; haced que conozca la grevedad de ellos y los llore toda mi vida. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére ncstri, Démine. — 200 — Miserére nostri, Et fidélium animae, etc. TERCERA ESTACiON Jestis cae por primera vez W. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. FR’. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) EI gran peso de mis culpas, joh Jesus mio!, os hizo caer con la santa Cruz. Las odio y detesto, y os pido perdén de ellas, y, ayudado de la divina gracia, nunca mas volveré a come- terlas. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. CUARTA ESTACION Jests encuentra a su Santisima Madre WV. Te adoramos, oh Cristo, y te hendecimos. Ry. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adordmus te, etc.) jOh afligidisimo Jestis! {Oh doloro- sisima Madre mia!, si en lo pasado he ~~ 201 — sido con mis culpas la causa de vues- tras penas, quiero en adelante amaros fielmente hasta la hora de mi muerte. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium Animae, etc. QUINTA ESTACION Jesus es ayudado por el Cireneo VY. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) Dichoso el Cireneo, joh Jesus mio!, que os ayudé a Hevar la Cruz. Dichoso seré yo también, si os ayudare a llevar la Cruz, sufriendo con paciencia los trabajos; dadme para ello gracia. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. =~ 202 -~ SEXTA ESTACION Jestis encuentra a la Verénica VW. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) jOh Jes benignisimo! que os “dig- nasteis imprimir vuestro restro en el pafio con que os enjugd la Verdnica. s ruego impriméis en mi alma la me- moria de vuestras acerbisimas penas. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Domine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. SEPTIMA ESTACION Jestis cae por segunda vez Y. Te adoramos, oh Cristo, y te hendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) Mis repetidas culpas joh Jesus mio! ox hicieron caer de nuevo bajo la Cruz; ayudadme, os ruego, a poner tn practica los medios eficaces para no volver a caer en el pecado. — 203 —- Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misesicordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. OCTAVA ESTACION Jestis encuentra a las mujeres de Jerusalén V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) jOh Jesus mio! Vos. que consolas- teis a las piadosas mujeres de Jeru- salén, consolad mi alma con vuestra misericordia en la cual quiero sola- mente confiar y a la que deseo siem- pre corresponder. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. — 201 — NOVENA ESTACION Jestts cae tercera vez W. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) Pér los tormentos que padecisteis joh Jesus mio!, cayendo tercera vez bajo el peso de la Cruz, haced, os su- plico, que no vuelva a caer en el pe- cado. Antes morir que volver a pecar. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Domine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. DECIMA ESTACION Jestis es despojado de sus vestiduras VY. Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, ete.) jOh Jesus mio!, que fuisteis despo- jado de vuestras vestiduras y amar- gado con hiel; despojadme de todo — 205 — afecto a las cosas terrenas, y haced que aborrezca cuanto sepa a mundo y a pecado.) Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Domine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. UNDECIMA ESTACION Jesus es clavado en la Cruz WY. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. RY. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) Por los crueles tormentos que pade- cisteis, joh Jesus mio! , al ser clavado en la Cruz de pies y manos, haced que yo crucifique mi carne con el es- piritu de una cristiana mortificacién. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. DUODECIMA ESTACFON Jestis muere en la Cruz VY. Te adoramos, oh Cristo, y te — 206 — bendecimos. R. Porque cen tues Cruz redimiste al mnndo. (Adoramus te, etc.) jOh Jests mio., que despuds dete horas de penosisima agenia morinter por mi en la santa Crus. Hlaced que yo muera antes que vuelva a pecan, sélo quiero vivir para amuaros. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Donne. Miserére nostri. Et fidélium dnimae, etc. DECIMATERCIA FSTACION Jestis es puesto en los brazos de su Santisima Madre W. Te adoramos, vh Cristo, y te bendecimos. Ry. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, etc.) iOh Maria; Madre delorosisima!, grande fué vuestra amargura al ver muerto en vuestros brazos a vuestro Hijo; haced que yo deteste el pecado, causa de su muerte y de vuestros do- lores. Padrenuestro, etc. Misericordia, Séefior, misericordia. Y — 207 — Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium dnimae, etc. DECIMACUARTA ESTACION Jesus es puesto en el sepulcro VY. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Ry. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo. (Adoramus te, ete.) iOh Jesus mio!, quiero estar siempre con Vos, como muerto; y si vivo, quie- ro vivir para Vos, a fin de ir después con Vos a gozar en el cielo el fruto de vuestra Pasién y muerte dolorosisima. Padrenuestro, etc. Misericordia, Sefior, misericordia. Miserére nostri, Démine. Miserére nostri. Et fidélium animae, etc. Cinca Padrenuestros, Avemarias y Glorias, a las cinco Nagas de N. S. Jesucristo. A intencién del Romano Pontifice, un Padre- nuestro, etc. — 208 — TRISAGIO AL SDO. CORAZON DE JESUS Por la sefial, etc. Creo en Dios, espero en Dios, amo a Dios sobre todas las cosas. Bendito, adorado y tiernamente amado sea el dulcisimo Corazén de Jesus ahora y siempre y por infinitos siglos de los siglos. Amén. Dirigid, Sagrado Corazén, mis ex- presiones y ellas publicaran vuestras adoraciones. Tus auxilios deseo, Co- razén Divino, para siempre vencer mis apetitos. jGloria al dulce, gloria al amable, gloria al Divino Corazén de Jesus Sa- cramentado, por los siglos de los si- glos! Amén. ACTO DE CONTRICION Dulcisimo Corazén de mi Redentor divino, humillado y escondido en nues- — 209 -— tros altares e injuriado’ especialmente por mi ingrato corazon. ¢Cémo podré teparar, amado mio, tan formidables ultrajes? Mi dolor unicamente podra resarcir tantos desprecios. Yo me lleno de confusién y arrepentimiento al con- siderar mis enormes ingratitudes, al verte ofendido por mi, olvidado de tus propios hijos, hecho un solitario en ese altar, herido de una lanza y ardiendo en amor de tus mismos enemigos. Me pesa, pues, de haber multiplicado tus dolores con mis ingratitudes, y> Heno de confianza en la multitud de tus mi- sericordias, os pido, Corazén divino, el perdén de mis delitos, con la firme resolucién de no ofenderos mas en ade- lante y de perseverar en vuestro amor y servicio hasta la muerte. Amén. HIMNO Qculto en nuestros altares, Amante Redentor mio, En tu Corazon nos das La prenda de tu carifio. El desprecic que padeces De tantos ingratos hijos Hoy quisiera reparar Con afectes encendides. Al dulcisimo, al amable ; Corazén santo y divino, ch —- 210 — Se den las adoraciones Por los siglos de los siglos. Amén. Cinco Padrenuestros y Avemarias, diciendo al fin de cada uno: . VW. Dulcisimo y amabilisimo Cora- zon de Jestis, llena los corazones de tus fieles, de tus sagrados y purisimos incendios. Ry. Gloria al dulce, gloria al ama- ble, gloria al divino Corazén de Jesus. Antifona. —- A Ti, Corazén divino, a Ti, Corazén amable, a Ti, Corazén cle- mente, con humildes respetos y con la adoracién mas rendida,. te adoramos y bendecimos por los. siglos. de los siglos. Amén. ORACION Santisimo Corazén de Jesus, dadnos con frecuencia los incendios, los ar- dores y las llamas de que estais ro- deado, para que nuestros. tibios cora- zones purificados con el Ilanto y ge- midos e inflamados en tu caridad, re- compensen de algun modo en sus afectos, lo fino de tu amor. Por los siglos de los siglos. Amén. GOZOS Porque eres de nuestra amor el mds tierno y dulce encanto, todos los hombres te adoren, Corazén amable y santo; — 211 — Las insignias de dolor, que a nuestra fe son visibles, demuestran los invisibles quilates de tanto amor; por eso Ilenos de ardor con el mas melifluo canto, Todos los... Esa cruz que con su peso te maltrata, oh Corazén, demuestra la sinrazon de mi criminal exceso. Yo quisiera que por eso en desquite de mal tanto, Todos los... La funesta y cruel herida que en tu santa imagen veo, la abrié mi torpe deseo con una lanza atrevida, Mas ya con cancién lucida, por devengar este espanto, Todos los... Ese cerco que baldona tu caridad tan paciente, mi proceder insolente te lo puso por corona, y asi mi dolor pregona mj atrevimiento, entretanto. Todos los... Y, pues, pagas con finezas, con incendios, con ardor, dulce Corazén de amor, mi conocida tibieza; sélo anhela mi flaqueza que entre suspiros y llanto, Todos los... Oye, Corazon, el ruego que te hacemos tus amados, perdona nuestros pecados y abrAsanos en tu fuego, 212 — y afin de que ef mundo ciego con la gloria una su canto. Todos los... Porque eres de nuestro amor, etc. ¥. Bendigamos al divino Coraz6n de Je sus Sacramentado. RY. Alabémosle y ensalcémosle por tos si- glos de los siglos. Amén. ORACION Oh Jesus y Sefior nuestro, haced que interiormente nos vistamos de las vir- tudes del Santisimo Corazén y nos in- flamemos en sus afectos para que nos conformemos con vuestra voluntad y merezcamos ser participantes de vues- tra Redencion. Vos, que vivis y reinais por los siglos de los siglos. Amén. ORACION Amorosisimo y dulcisimo Corazon de Jestis, que en ese altar estds ardiendo en llamas de indecible caridad; ex- puesto siempre a los ultrajes y des- precios y abominaciones de los hom- bres, a quien el judio aborrece, el he- reje maltrata y el cristiano atrevido ofende; y sin embargo de tantas in- jurias, te muestras a nuestra fe con esas insignias de amor y carifio ro- deado todo de amor y de llamas, sim- bolos del deseo en que te abrasas de perdonar nuestros pecados; yo me — 213 — atrevo, pues, a a presentaros’ mi ingrato y criminal corazén, para que después de haberlo lavado en la sangre que vertiste de esa herida, lo adornes con las sefiales de tu cruz y tu pasidén, con que pueda reparar en esta vida tus mjurias y parecer seguro en tu_pre- sencia a adoraros por eternidad de eternidades en la gloria. Amén. CORAZON SANTO Corazon santo, Tu reinards, Tut nuestro encanto Siempre seras. Venid, cristianos, Y aca en el suelo, Como en el cielo Se ve adorar: También nosotros Adoraremos, Y ensalzaremos Al Dios de paz. Jestis amable, Jestts piadoso, Duefio amoroso, Dios de bondad, Vengo a tus plantas, Si ti me dejas, Humildes quejas A presentar, Divino pecho Donde se inflama La dulce Itama De caridad, 2Por qué la tienes Ahi encerrada, wake —~ 214 — Y no abrasada La tierra esta? Tit solo puedes, Omnipotente, Mi sed ardiente Refrigerar: Aqui, bien mio, Aqui el postrero Suspiro quiero Por ti exhalar. ACTO DE DESAGRAVIO AL SAGRADO CORAZON DE JESUS (Mandada por Pio XT en el afio 1925 para la fiesta de Cristo Rey) Ha de recitarse delante del Santisimo Sacra- mento junto con las Letanias del Sagrado Co- razon de Jestis. Los fieles que asistan a estos actos y oren a intencién del Romano Pontifice ganan la indulgencia de siete aftos y siete cua- rentenas; y, si han confesado y comulgado, in- dulgencia plenaria, Dulcisimo Jesus, Redentor del género humano, miradnos humildemente pos- trados delante de vuestro altar; vues- tros somos y vuestros queremos ser; y a fin de poder vivir mas estrecha- mente unidos con Vos, todos y cada uno nos consagramos espontaneamen- te en este dia a vuestro servicio. Muchos, por desgracia, Jamas os han conocido: muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han des- echado. Oh Jestis benignisimo, compa- — 215 — deceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazén Santisimo. Oh Sefior, sed. Rey no sdlo de los hijos fieles, que jamas se han alejado de Vos, sino también de los prédigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la casa paterna; por- que no_perezcan de hambre y de mi- seria. Sed Rey de aquellos que, por seduccién del error o por espiritu de discordia, viven separados de Vos; de- volvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve se forme un solo rebafio bajo un solo pastor. Sed Rey de los que perma- necen todavia envueltos en las tinie- blas de la idolatria o del Islamismo: dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino. Mirad finalmente con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fué vuestro predilecto; descienda también sobre ellos bautismo de redencion y de vida, la sangre que un dia contra si reclamaron. Conceded, oh Sefior, incolumidad y libertad segura a vues- tra Iglesia, otorgad a todos los pue- blos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confin de la tierra no se oiga mas que esta voz: Alabado sea el Corazén divino, causa de nues- — 216 — tra salud; a El se entonen canticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. Asi sea. ACTO DE DESAGRAVIOS AL SAGRADO CORAZON DE JESUS que en todos los templos debe rezarse cada afio el dia de ta fiesta del divino Corazon, mandado por Su Santidad Pio XI en su Enciclica «Mise- rentissimus Redemptor», de 8 de mayo de 1928. Los fieles que asistieren a la recitacion de este Acto de desagravios, que debera rezarse juntamente con las Letanias del Sagrado Co- razon de Jestis delante del Santisimo Sacra- mento solemnemente expuesto, ganaran dicho dia la indulgencia de siete afios y siete cuaren- tenas; y, si han confesado_y comulgado, lucra- ran indulgencia plenaria. En otro cualquier dia del afio, ganaran por el Acto de desagravios trescientos dias de indulgencia; plenaria al mes, silo rezan diariamente y, confesados y comul- gados, visitan alguna iglesia u oratorio publico. (Pio XI, 4 junio 1928.) iOh dulcisimo Jesus, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago de los ingratos mas que olvido, negligencia y menosprecio!; vednos pos- trados ante vuestro altar, para repa- rar, con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren vuestro amantisimo Corazén. Mas recordando que también nos- otros alguna vez nos manchamos con — 27 — tal indignidad de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a re- parar, con voluntaria expiacion, no solo nuestros propios pecados, sino tam- bién los de aquellos que, alejados del camino de Ia salvacién y_ obstinados en su infidelidad, o no quieren segut- ros como a Pastor y Guia, 0, concul- cando las promesas del bautismo, han sacudido el suavisimo yugo de vues- tra ley. Nosotros queremos expiar tan abo- minables pecados, especialmente la in- modestia y la deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumera- bles asechanzas tendidas contra las almas inocentes, la profanacién de los dias festivos, las execrables injurias proferidas contra Vos y contra vues- tros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al Orden Sacerdo- tal, las negligencias y horribles sacri- legios con que es profanado el mismo Sacramento del Amor, y, en fin, los publicos pecados de las naciones que oponen fesistencia_a los derechos y al magisterio de la Iglesia por Vos fun- dada. {Ojala que nos fuese dado lavar tan- tos crimenes con nuestra propia san- — 218 — gre! Mas, entre tanto, como repara- cién del honor divino conculcado, uniéndola con la expiacién de la Vir- gen nuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, Os ofrecemos la satisfaccién que Vos mismo ofrecis- teis un dia sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazén que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vues- tra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, opo-~- niendo la firmeza en la fe, la inocen- cia de la vida y la observancia per- fecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos ademas por impedir que sedis injuriado y por atraer a cuantos podamos para que. vayan en vuestro seguimiento. iOh benignisimo Jesus! Por interce- sion de la Santisima Virgen Maria Re- paradora, os suplicamos que recibais este voluntario acto de reparacién; con- cedednos que seamos fieles a vues- lros mandatos y a vuestro. servicio hasta la muerte, y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lle- yuemos felizmente a la gloria, donde, en unidén del Padre y del Espiritu San- to, vivis y reinais, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén. —~ 219 — LETANIAS DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS Sefior, tened piedad de nosotros, Seftor, ete. Cristo, tened piedad de nosotros, Cristo, etc. Sefior, tened piedad de nosotros, Sefior, etc. Cristo, oidnos, Cristo, etc. Crista, escuchadnos, Cristo, etc. Padre Eterno, Dios de los cielos, te- ned piedad de nosotros. Hijo, Redentor del mundo, tened, etc. Espiritu Santo, Dios, tened, etc. Santa Trinidad, un solo Dios, fened, etcétera. Corazon de Jesus, Hijo del Eterno Padre. Corazon de Jesus, formado por el Espiritu Santo en el seno de una Madre Virgen. Corazén de Jesus, unido sustan- cialmente al Verbo de Dios. Corazon de Jesus, de Majestad in- finita. Corazén de Jesus, templo santo de Dios. Corazoén de Jesus, tabernaculo del Altisimo. Corazon de Jestis, casa de Dios y puerta del cielo. J $04j0S0U ap D)plooiiasqu peue] — 20 — Corazén de Jesus, horno ardiente de caridad. Corazon de Jestis, receptaculo de justicia y de amor, Corazén de Jesus, lleno de bon- dad y de amor. Corazon de Jestis, abismo de to- das Jas virtudes. Corazon de Jesus, dignisimo de toda alabanza. Corazén de Jesus, rey y centro de todos los corazones. Corazén de Jesus, en quien estan todos los tesoros de la justicia y de la ciencia. Corazon de Jesus, en quien habita toda la plenitud de la divinidad. Corazon de Jesus, en quien el Pa- dre se complacié mucho. Corazon de Jesus, de cuya pleni- tud todos hemos recibido. Corazén de Jesus, deseo de los eternos collados. Corazon de Jesus, paciente y de mucha misericordia. Corazén de Jesus, rico para todos los que os invocan. Corazon de Jesus, fuente de vida y santidad. Corazon de Jesus, propiciacién por nuestros pecados. Corazén de Jesus, lleno de oprobios. — 221 — peuay DIOS TUL soLj}0sou ap Dipso: Corazon de Jesus, triturado por nuestros delitos. Corazén de Jesus, hecho obedien- te hasta la muerte. Corazon de Jestis, perforado por una lanza. Corazén de Jesus, fuente de toda consolacién. Corazon de Jesus, nuestra vida y resurreccion. Corazén de Jesus, paz y reconcilia- cién nuestra, Corazén de Jesus, victima de los pecadores. Corazon de Jesus, salud de los que en Vos esperan. Corazon de Jestis, esperanza de los que en Vos mueren. Corazon de Jests, delicia de to- dos los Santos. SOL] OSOU ap DIPsooitas tus peuay Cordero de Dios, que quitdis los peca- dos del mundo, perdonadnos, Sefior. Cordero de Dios, que quitdis los peca- dos del mundo, escuchadnos, Sefior. Cordero de Dios, que quitdis los peca- dos del mundo, tened misericordia de nosotros. ¥. Jestis manso y humilde de co- razon. R. Haced mi corazén semejante al vuestro, — 222 —- ORACION Omnipotente y sempiterno Dios, mi- ra al Corazén de tu amantisimo Hijo, y a las alabanzas y satisfacciones que te ofrecid en nombre de los pecadores, y concede propicio el per- dén a los que imploran tu miseri- cordia, en nombre de tu mismo Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina en unidad con el Espiritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén. LETANIAS DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS Kyrie eléison. Christe el€ison. Kyrie eléison. Christe, audi nos. Christe, exaudi nos. Pater de caelis Deus. Filii Redémptor mundi, Deus. Spiritus Sancte, Deus. Sancta Trinitas unus Deus. Cor Jesu, Fil Patris aetérni. Cor Jesu, in sinu Virginis Matris a Spiritu Sancto formatum, Cor Jesu, Verbo Dei substantiali- ter unitum. Cor Jesu, majestatis infinitae. Cor Jesu, templum Dei sanctum. sigou asas3s1 yy sigeu o1d DLO Cor Jesu, tabernaculum Altissimi. Cor Jesu, domus Dei et porta caeli. Cor Jesu, fornax ardens caritatis. Cor Jesu, justitiae et amédris re- ceptaculum., Cor Jesu, bonitdte et amére ple- num. Cor Jesu, virtutum omnium abys- sus. Cor Jesu, omni laude dignissi- mum. Cor Jesu, Rex et centrum émnium cérdium. Cor Jesu, in quo sunt omnes the- sauri sapiéntiae et sciéntiae. Cor Jesu, in quo habitat omnis colenitiide divinitatis. Cor Jesu, in quo Pater sibi bene complacuit. Cor Jesu, de cujus plenitudine omnes nos accépimus. Cor Jesu, desidérium céllium ae- ternérum. Cor Jesu, patiens et multae mise- ricérdiae. Cor Jesu, dives in omnes qui in- vocant te. Cor Jesu, fons vitae et sanctita- tis. . Cor Jesu, propitiatio pro peccatis. nostris. — 224 — siqou o4d DIC) Cor Jesu, saturatum opprébriis. Cor Jesu, attritum propter scéle- Ya nostra. Cor Jesu, usque ad mortem oboé- diens. Cor Jesu, lancea perforatum. Cor Jesu, fons totius consolatiénis. Cor Jesu, vita et resurréctio nos- tra. Cor Jesu, pax et reconcilidtio nos- tra. Cor Jesu, victima peccatérum. Cor Jesu, salus in te sperantium. Cor Jesu, spes in te moriéntium. Cor Jesu, deliciae Sanctérum é6m- nium, Agnus Dei gui tollis peccdta mundi, parce nobis, Démine. Agnus Dei qui tollis peccata mundi, exaudi nos, Domine. Agnus Dei qui tollis peccdta mundi, miserére nobis. V. Jesu mitis et humilis Corde. Ry. Fac cor nostrum sectindum Cor {uum. sigou 041d DIC) OREMUS Omnipotens sempitérne Deus, Téspi- ve tn Cor dilectissimi Filii tui, et in lau- les et satisfactiénes, quas in némine peccatérum tbi persdlvit, i usque mise- ticérdiam tuam peténtibus, Tu véniam — 225 —- concéde placdtus, in némine ejtsdem Fili tui Jesu Christi qui tecum vivit et regnat in umitdte Spiritus Sancti Deus, per émnia saécula saeculdrum. Amen. HYMNUS Veni, Creator Spiritus, Mentes tuérum visita, Impte supérna gratia, Quae tu credsti péctora. Qui diceris Paraclitus, Altissimi donum Dei, Fons vivus, ignis, caritas, Et spiritalis unctio. Tu septiformis miinere, Digitus Patérnae déxterae, Tu rite promissum Patris, Sermone ditans guttura. Accénde lumen sénsibus: Infunde amérem cérdibus: Infirma nostri corporis Virtute firmans pérpeti. Hostem repéllas longius, Pacémque dones prétinus: Ductore sic te praévio, Vitémus omne ndxium. Per te sciamus da Patrem, Noscamus atque Filium, Teque utritisque Spiritum Credamus omni témpore. Deo Patri sit gloria, Et Filio qui a moértuis Surréxit, ac Pardctito, : In saeculdrum saécula. Amén. Y.. Emitte Spiritum tuum et creabintur. R. Et renovabis faciem terrae. (Oratio) me DI VENI, CREATOR SPIRITUS Venid, Espiritu Creador, — visitad a las almas de vuestros siervos, — y Henad de celestial gracia -- Ios corazones que habéis creado. 2. Sois Hamado Paraclica o Consolador, —- Don del Altisimo, — fuente viva, fuego, cari- dad, — y uncion celestial. 3. Vos, que dais los siete dones, --~- sois el dedo o la fortaleza del Padre, — sois el pro- metido del mismo Padre -- y nos inspirdis lo que hemos de hacer. 4. Encended con vuestra luz nuestros sen- tidos, — infundid vuestro amor en nuestros corazones — y fortaleced con perpetuo auxilio -~ la debilidad de nuestra carne. 5. Alejad de nosotros al enemigo de nues- tra alma,—dadnos pronto la paz del corazon, — y puestos bajo vuestra direccién,—evitaremos todo lo nocivo. 6. Por Vos conozcamos al Padre, yal Hijo que resucitd de entre los muertos, —- y al Espiritu Consolador, — por los siglos de los sigtos. Amén. (Asi sea.) W. Enviad, Sefior, vuestro Espiritu y to- das las cosas seran creadas. R. Y transforma- réis la faz de la tierra. Oracién, — 27 — ORACION AL DIVINO NINO JESUS Oh amadisimo Niiio Jesus, espejo en quien debo mirarme y ejemplar divino que debo imitar, para entrar en el rei- no de los cielos; haced mi corazén se- mejante al vuestro; encended en mi alma el amor a nuestra Madre, la San- tisima Virgen Maria, y concededme que asi como Vos creciais en edad, sabiduria y gracia delante de Dios y de los hombres, asi crezca yo tam- bién, para que pareciéndome a Vos en la tierra, y perseverando en mi amada Orden, goce de vuestra vista por siempre en el cielo, Amén. ORACION AL DIVINO NINO JESUS iOh Jesus!, que quisiste nacer nifio para que todos los nifios te sientan hermano y sepan gue Tu los amas, venos reunidos en torno a Ti para de- cite hoy, a una sola voz, nuestro amor y nuestro deseo de asemejarnos a Ti en la mente, en el corazén, en la vida. Tu nos atraes, y jcuan bien sentimos nosotros tu invitacién! Tu nos abres los brazos, y nosotros somos felices al descansar scbre tu pecho. Pero todos — 228 —» tus pequefiuelos, joh Jesiis!, no estan aqui. La mayoria de los que con nos- otros nacieron no te conocen todavia, no saben que Tui los buscas y los espe- ras, y que pides a los que Te aman esas mismas almas de los nifios infieles, como el regalo més grato y de Ti el mas deseado. Haz que la buena nueva de tu venida y de tu Reino llegue hasta ellos en todos los dngulos de la tierra. Haz que por todas partes resuene a tu nombre el hosanna que Te cantaron los nifios de Jerusalén en tu triunfo de un dia. Y pueda nuestra lengua, he- cha por Ti elocuente, rendirte como a hermano, amigo y maestro, las ala- banzas que Te niega la soberbia de los hombres. Asi sea. (Compuesta por Su Santidad Pio XII.) RENOVACION DE LAS PROME- SAS DEL BAUTISMO (En el dia de tu cumpleaiios, princi- palmente, renueva las promesas que por medio de tus padrinos hiciste en el bautismo consagrandote a N. S. Jesucristo, por dicha tuya. Asi le dards pruebas de tu agradecimiento, y le testimoniaras tu firme, inquebrantable y perpetua profesién de cristiano.) RENOVACION Yo, N., renuevo de todo mi corazén las renuncias y promesas hechas en el dichoso dia de mi bautismo. Renuncio mil veces a satands, y detesto sus obras, y prometo resistir, con la ayuda de Dios, a todas sus tentaciones. Renuncio a las pompas y vanidades del mundo, a sus falsos halagos y placeres, a sus corrom- pidas costumbres. Prometo vivir con Jesucristo, creyendo y practicando su celestial doctrina. Prometo con la ayuda de Dios, guardar los santos mandamien- tos y practicar las virtudes cristianas hasta la muerie. Asi lo deseo, asilo ofrez- ca y asi espero cumplirlo, ayudado de la divina gracia: Asi sea. — 230 — Sta. Virgen de la Cousolacién con S. Agustin y Sta. Ménica. -- 231 — CONSAGRACION DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS A LA SANTISIMA VIRGEN iAmantisima Madre de Dios y Ma- dre nuestra!, aqui tenéis humildemente postrada a vuestros pies a esta Hiya de vuestra predileccién, nuestra ama- da Orden de Agustinos Recoletos, que hoy se consagra a vuestro servicio y a vuestro santo amor, y por vuestra pegiacién a vuestro Santisimo Hijo ; esus. Vos sabéis, joh Madre amadisimal, que desde los primeros dias de nues- tra existencia, desde la cuna misma de la Recoleccién, hemos sido siempre vuestros, y vuestros queremos ser per- petuamente: Animados por el espiritu de nuestros santos fundadores, que- remos en este dia renovar en vuestra presencia aquellos sentimientos de amor y gratitud, de devocién ardiente que ellos os profesaron, haciéndoos to- tal entrega de cuanto somos y_ tene- mos, para que de ahora en adelante dispongdis de nosotros como mejor os 289 plazca, pues sdlo anhelamos cumplir vuestra santa voluntad. Vos, Sefiora nuestra, habéis regido siempre los des- tinos de nuestra Orden y habéeis diri- gido nuestros pasos. Vos habéis ilu- minado nuestras inteligencias para se-~ guir sin vacilar las ensefianzas de la Santa Iglesia, y habéis inflamado nuestros Corazones en vuestro amor y en el de vuestro divino Jesis, para realizar grandes cosas por vuestro ho- nor. Deseando caminar por esta sen- da de luz y amor que nos han trazado nuestros antepasados, venimos hoy, joh Madre querida!, a consagraros, no sdlo nuestras personas y actos, sino también esta Orden de Agustinos Re- coletos, de la que somos hijos. Os consagramos, pues, ahora y os dedicamos solemnemente, y ponemos en vuestras manos nuestra amada Or- den con todos y cada uno de los re- ligiosos que la forman, y con todas las Provincias, Conventos, Colegios y Casas que la integran. Os consagra- mos la ciencia de nuestros sabios, la virtud de nuestros santos, el celo de nuestros misioneros y el heroismo de nuestros apéstoles y martires; os ha- cemos perpetua entrega de los Supe- riores y stibditos, de los jovenes y an- cianos, y de todos los hijos de la — 233 — Recoleccién Agustiniana. En vuestras manos virginales ponemos, joh Madre amadisima!, nuestras almas con to- das sus aspiraciones, nuestro corazén con sus afectos, nuestras potencias y sentides, nuestros proyectos y necesi- dades, todo nuestro ser, toda nuestra vida, todo cuanto somos y poseemos, para que todo conspire a honraros, glorificaros y amaros a Vos, y en Vos a vuestro divino Hijo Jesus. Reinad, Sefiora y querida Madre nuestra, reinad en nuestra Orden como en cosa y posesién vuestra; reinad en todos sus hijos para que todos sean esclavos de vuestro amor, y dignaos ratificay ante vuestro amantisimo Hijo Jesus esta consagracién que acaba~ mos de hacer, para que, cumphiéndola como Vos desedis, vivamos siempre entregados a vuestro santo amor y muramos en el dsculo del Sefior y co- bijados bajo el manto de vuestra ma- ternal proteccion. Amén. — 234 — ORACION A LA VIRGEN DE LA CONSOLACION PARA PEDIR LA GRACIA DE LA PERSEVE= RANCIA Oh Reina y Madre mia de Ja Con- solacién, Maria Santisima, yo os amo y en Vos conffo. Os suplico por el amor de Jestis, por el gozo que tuvis- teis de ser su Madre y por el dolor que sentisteis después de su muerte, me alcancdis de Dios un grande do- lor con el perdén de mis pecados, la perseverancia en el buen vivir y un puro amor de Dios con una perfecta conformidad a su voluntad divina, siendo perfectisimo religioso agustino recoleto hasta la muerte. Vos sois mi refugio. A Vos encomiendo mi alma y mi salvacién eterna. Recibidme po esclavo vuestro y como a tal prot gedme siempre, pero mas particula: mente en la hora de la muerte. V. me habéis de salvar con vuestra )) derosa intercesién, Asi lo espero. sea. OBSEQUIO DEL COLEGIAL A SU MADRE, LA SANTISIMA VIRGEN DE LA CONSOLACION ORACION Oh Virgen Santisima y Madre mia de la Consolacién, Vos que gustais ser amada y servida de los nifios, ha- cedme participante de aquel fuego de amor para con Vos, que ardia en el corazon de vuestro preciosisimo Huo Jesus, y gue acudiendo a la escuela del nifio Dios, aprenda y me ejercite en todas las virtudes, especialmente, en la obediencia, que serd para mi el camino mas recto para Hegar al cielo, donde os veré y contemplaré por toda la eternidad. Amén. Tres Avemarias y Gloria, o tres Pa- drenuestros y Avemarias. QRACION Oh Virgen Santisima y Madre mia de la Consolacién, a Vos que sois Madre de Dios, la misma santidad y pureza, Reina de los Angeles, y 08 recreais entre azucenas, os pido la castidad de alma y cuerpo y gran mortificacién de mis sentidos, para po- der ser templo del Espiritu Santo aqui en la tierra, y después seguir al Cor- ~— 236 — dere inmaculado cantando el cantico nuevo con las virgenes en el cielo. Virgen Santa e Inmaculada de la Con- solacién, haced puro mi cuerpo y san- ta mi alma. Amén. Tres Avemarias y Gloria, o tres Pa~ drenuestros y Avemartas. ORACION Oh Virgen Santisima y Madre mia de la Consolacién, Vos que sois Vaso insigne de devocién, concededme un santo fervor en vuestro servicio y que mi corazon solamente sea de Dios, mi Padre, y de Vos, mi carifiosa Madre. Os pido también por los pobres peca- dores, para que se conviertan; por los infieles, para que entren en el redil de vuestra Iglesia; por los justos, para que cada dia se enfervoricen mas, y por todas las necesidades, para que las remedidis como dispensadora de todas las gracias de Dios. Amén. Tres Avemarias y Gloria, o tres Pa- drenuestros y Avemarias. ORACION Oh Virgen Santisima y Madre mia de [a Consolacién, yo os ruego con el mayor fervor de mi pobre corazon, por mi: amada Orden Agustina y mas encarecidamente por Ja Recoleccién, — 237 — para que cumpla los destinos de Dios, segun su voluntad, y todos sus miem- bros sean santos y trabajen incansa- bles por dilatar el nombre de Dios por todo el mundo. Dadme, Madre mia de la Consolacién, la santa perseve- rancia en esta vuestra amada Orden, para que, vestido con el santo habito dz mi Padre S. Agustin, y cefiido con vuestra Itbrea, la santa Correa, forme parte en el cielo del hermoso coro agustiniano que canta vuestras mise- ricordias por toda la eternidad. Amén. Tres Avemarias y Gloria, 0 tres Pa- drenuestros y Avemarias. CONSAGRACION Amadisima Virgen y Madre mia de la Consolacién, hoy me consagro para siempre a vuestro servicio, como cari~ fioso hijo. Recibid mi cuerpo, mi alma, sentidos y potencias, cuanto soy y tengo y todas mis obras. Haced de mi vuestra santa voluntad. Oh Madre mia, os doy mi corazén; sea siempre vuestro, y hacedlo semejante al de vuestro Divino Hijo Jesus. No permi- tais, queridisima Virgen del Consuelo, que este corazoén que hoy os entrego, os lo quite por el pecado mortal. Sed para mi siempre Madre de la Divina — 288 Gracia y Madre de la perseverancia. Amen. Padrenuestre, Avemaria, Gloria y una Salve. CORONILLA DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LA CONSOLACION Oracién jOh Virgen Santisima de la Conso- lacién, Esperanza de los que os invo- can, refugio de los pecadores y dulce consuelo de los afligidos! Postrados humildemente a vuestros pies nos atre- vemos, aunque pecadores, a presenta- ros nuestras stplicas, esperando de Vos el perdén y la gracia. Si Vos nos protegéis, es clerta nuestra salvacion; si Vos acogéls. benigna nuestros ruegos vy, los presentais a vuestro Hijo, no se- ran desechados: Ved aqui, Madre nuzs- tra dulcisima, lo que nos obliga a acu- dir a Vos antes que a nuestro Padre ce- lestial y a nuestro Salvador Jesus; por- que es cierto que asi como nadie pue- de llegar al Padre Eterno, sino por medio de su Hijo Divino, asi tampoco, nadie puede llegar a Jesucristo, sino por Vos, Virgen bendita, que sois su Madre. A Vos, pues, presentamos nuestras oraciones, para que, apoya~ dos en vuestros méritos, sean despa- — 239 — chadas favorablemente por vuestro Hijo Divino, y nos alcancen de El gra- cias abundantes, para amarle y ser- virle en la tierra, y después alabarle y gozarle en el cielo. Amén. Articulo I Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. — Con- sideremos cémo Dios Omnipotente cred de la nada el cielo y la tierra, y todo cuanto se encierra en ellos... {Virgen Santisima! Ayudadnos a despreciar las vanidades de la tierra, para que con- sigamos los bienes del cielo. (Después de cada Articulo, un Pa- drenuestro y Avemaria:) Articulo II Creo en Jesucristo su unico Hijo, Nues- tro Sefior. — Consideremos que Nues- tro Sefior Jesucristo es verdadero y unico Hijo del Eterno Padre... {Virgen Santisima! Ayudadnos a creer y es- perar en El, y a amarle con todo nues- tro corazén, porque El solo es el ver- dadero Salvador del mundo. Articulo IIT Que fué concebido por obra y gracia del Espiritu Santo, y nacié de Santa Maria Virgen. — Consideremos que Je- — 249 — sus es también el Hijo de la siempre Virgen Maria, que lo concibié en su vientre purisimo por obra del Espiritu Santo y lo did a luz, sin lesién de su pureza inmaculada... [Virgen gloriosi- sima! Ayudadnos a recobrar y con- servar la gracia, parYa que, asi como vos sois Madre natural de Dios, asi{ también seamos nosotros sus hijos adop- tivos. Articulo IV Padecié bajo el poder de Poncio Pi- lato, fué crucificado, muerto y sepul- tado. — Consideremos la Pasién, muer- te y sepultura de Nuestro Redentor crucificado, conservandole en nuestra alma una tierna compasion... Madre afligidisima, haced que las llagas del Sefior se impriman y graben en nues- tros corazones. Articulo V Descendid a los infiernos, al tercer dia resucité de entre los muertos. — Consideremos que el alma de Jesus bajé al Limbo a librar a las almas de los Santos Padres, en cuya compafila resucit6é glorioso a los tres dias des- pués de su muerte... Virgen consolada al ver resucitado a vuestro Divino Hijo, ayudadnos a resucitar de la muerte — 241 — 16 de la culpa a la vida de la gracia y después a la de la gloria. Articulo VI Subié a los cielos y estd sentado a la diestra de Dios Padre ( T adopoderoso.) — Consideremos que Jests, a los cua- renta dias de su Resurreccién bendijo a su Madre, a los Apéstoles, discipulos y fieles, que le siguieron al monte Oli- vete, y a su vista se elevéd al cielo, en donde esta sentado a la diestra de su Divino Padre... Virgen bendita, ayu- dadnos a humillarnos, a padecer y evar la Cruz para ser exaltados a los goces purisimos del cielo. Articulo VII Desde alli ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. — Consideremos que Jesucristo descendera desde el cielo al Valle de Josafat, para juzgar en el ultimo dia del mundo a todo el Género humano... Oh Maria, Abogada de pecadores, ayudadnos para que, haciendo el bien en esta vida, poda- mos estar en aquel dia, tremendo a la diestra de vuestro Hijo con los esco- gidos. Articulo VIII Creo en el Espiritu Santo. ~ Consi- — 242 — deremos el altisimo Misterio de la San- tisima Trinidad, y con un acto de viva fe, creamos, que asf como el Divino Hijo es engendrado ab aeterno por el Padre, asf también el Espiritu Santo procede ab aeterno del Padre y del ijo, y es con ellos un solo Dios, por- que una sola y una misma es la natu- raleza de estas tres divinas Personas... Virgen, purisima, alcanzadnos de vues- tro Divino Esposo una ardiente llama de caridad, para que, purificados nues- tros corazones de todo afecto terreno, se inflamen sélo en el amor divino. ‘Articulo 1X Creo en la Santa Iglesia Catélica, en la Comunién de los Santos. — Con- sideremos que Dios Nuestro Sefior sin merito alguno de nuestra parte, hizo que naciésemos y fuésemos educados en el regazo de nuestra Santa Madre Iglesia, y participasemos de los meri- ios infinitos de Jesucristo y de todos los Santos, a diferencia de tantos in- ficles y herejes que estan fuera de la ln Iglesia... Virgen piadosa; ayudadnos a darle gracias por tan gran beneficio y a estar prontos a derramar nuestra sangre, si fuere necesario, por confesar In verdad de nuestra santa fe. - =}: — 243. — Articulo Creo en el perdén de los pecados. — Consideremos que la bondad divina es infinitamente mayor que nuestra desmedida malicia, y que Dios puede perdonar las culpas que nosotros mi- serables cometemos... Virgen purisi- ma, alcanzadnos ahora y en la hora de nuestra muerte un acto de verda- dera contricién, para que, reconcilia- dos con Dios, experimentemos los fe- ices efectos de la divina misericordia. Articulo XI Creo en la resurreccién de los muertos (la carne.) —Consideremos que el dia del jui- cio universal debemos resucitar todos, volviendo a tomar cada uno su propio cuerpo... Virgen Inmaculada, vuestra santa Correa preserve nuestra carne de toda inmundicia, para que en aquel glorioso dia resplandezca mas bella que el sol, como resplandeceran los elegidos por toda la eternidad. Articulo XII Creo en la vida eterna (perdurable.) — Consideremos por ultimo, el fin del hom- bre, esto es: la vida eterna preparada por Dios para sus fieles servidores, vida no temporal e infeliz, como la — 244 — presente, sino inmortal y llena de eter- nas felicidades... Virgen prudentisima, ayudadnos a hacer buen uso del tiem- po presente, para llegar finalmente a conseguir la eternidad feliz de los bienaventurados en el cielo. CONSIDERACION Consideremos, por ultimo, cémo la Sagrada Correa representa la Huma- nidad_ sacrosanta de nuestro Divino Redentor, que por nuestro amor quiso derramar toda su sangre preciosisima, y dar su vida en medio de mil tor- mentos y desprecios... Maria, Madre de Dios, ayudadnos a meditar con fruto en la Sagrada Correa que lle- vamos, y a ver en ella un misterioso retrato de vuestro Divino Hijo y Re- dentor nuestro. Padrenuestro, Avemaria. y Gloria. OFRECIMIENTO jOh Virgen purisima de la Consolacién, Madre de Dios y Madre nuestra, fuente de todo consuelo y unica esperanza de Jos pecadores| Postrados a vuestras plan- tas,os suplicamos que acojais favorable- mente esta Coronilla que acabamos de rezar en vuestro obsequio y para ma- yor gloria vuestra. Dignaos presentar nuestras oraciones a vuestro Divino — 245 — Hijo Jesus y alcanzadnos de El el per- dén de nuestras culpas, una completa enmienda de nuestra disipada vida, un santo fervor para practicar las vir- tudes cristianas, y la perseverancia final en el amor divino. A vuestra maternal solicitud enco- mendamos la feliz conservacién del Pontifice yreinante, la exaltacién de nuestra Santa Madre la Iglesia, la ex- tirpacién de las herejias, la paz entre los Principes cristianos, a todos los fieles en general, y sobre todo la con- version de los pobres pecadores, y el alivio de las benditas almas del pur- gatorio: y para que mas benignamente acojais nuestras suplicas, os rezaremos una Salve. AVE, MARIS STELLA Ave, maris stella, Dei Mater alma, Atque semper Virgo, Felix caeli porta. Sumens illud Ave Gabriélis ore, fe Funda nos in pace, ae Mutans Hevae nomen. ioy — Solve vincla reis, Profer lumen caecis, Mala nostra pelle, Bona cuncta posce. Monstra te esse Matrem, Sumat per te preces, —- 46 — Qui pro nobis natus, Tulit esse tuus. Virgo singularis Inter omnes mitis, Nos culpis solutos Mites fac et castos. Vitam praesta puram, Iter para tutum, Ut vidéntes Jesum, Semper collaetémur, Sit laus Deo Patri, Summo Christo decus, Spiritui Sancto, Tribus honor unus. Amen. MAGNE PATER Magne Pater Augustine, Preces nostras stiscipe, Et per eas Conditéri Nos unire satage, Atque rege gregem tuum, Summum decus praésulum. Amatérem paupertatis Te colldudant pauperes: Assertérem veritatis Amant veri jidices: Frangis nobis favos mellis, De Scripturis disserens. Quae obsciira prius erant, Nobis plana faciens; Tu de verbis Salvatéris Dulcem panem cénficis, Et propinas potum vitae De Psalmérum néctare. Tu de. vita monachérum Sanctam seribis Réguiam, Quam qui amant et Sequantur, Viam tenent régiam, — 7 — Atque tuo sancto ductu Rédeunt ad patriam. Regi regu salus, vita, Decus et impérium; Trinitati laus et honor Sit per omne saécutum; Quae concives nos adscribat Supernérum civium. Amen. Salve... YW. Ora pro nobis, Sancta Mater Consolatidnis. Ry. Ut digni efficidamur, etc. ¥. Ora pro nobis, Sancte Pater Au- gustine. Ry. Ut digni efficiamur, etc. Y. Qra pro nobis, Sancta Mater Monica. Ry. Ut digni efficiamur, etc. OREMUS Démine Jesu Christe, Pater miseri- cordidrum, et Deus totius consolatid- nis, concéde Propitius, ut sicut lum- bos praecincti, purissimam Genitricem tuam Mariam sub Consolatiénis titulo gaudéntes venerdmur in terris, ita pe- rénni ejisdem consdértio péerfrui mered- mur in caelis. Deus qui abditidra sapiéntiae tuae arcana Beato Patri Augustino revelan- do et divinae caritatis flammas in ejus corde excitando, miraculum colimnae nubis et ignis in Ecclésia tua renovasti —— 248— concéde, ut ejus ductu mundi vértices feliciter transcamus et ad aetérnam pro- missiénis patriam pervenire meredmur. Deus moeréntium consolator et in te sperantium salus, qui Beatae Matris Ménicae pias lacrimas in conversiéne filii sui Augustini misericérditer susce- pisti: da nobis, utriisque intervéntu peccata nostra deplordre, et gratiae tuae indulgéntiam invenire. Per Chri- stum, Déminum Nostrum. Amen. AVE, MARIS STELLA Salve del mar estrella, De Dios Madre sagrada, Y siempre Virgen pura, Puerta del cielo santa. Pues de Gabriel oiste EI Ave, oh Virgen sacra, En él mudando el de Eva, Da paz a nuestras almas. A los ciegos da vista Las prisiones desata, Destierra nuestros males, Todo bien alcanza, Muéstrate, Madre nuestra, Y ieguen las plegarias Al que, por redimirnos, Nacié de tus entrafias. Virgen sin igual eres, La més dulce entre tantas, Libra el alma de culpas, Hazla muy pura y mansa. Renueva nuestra vida, El camino prepara, — 249 — Y asi a Jestis veamos Alegres en la patria. Rindamos a Dios Padre, Y a Cristo su alabanza, Y al Espfritu Santo, Una a los tres sea dada. Amén. (Asi sea.) MAGNE PATER Oye, gran Padre Agustino, Nuestras pobres oraciones; Por elas los corazones Se unan todos al Sefior. Rige tu grey, Pastor santo, De prelados prez y honor. Amante de Ia pobreza, Del pobre eres alabado, Por los jueces proclamado Defensor de la verdad. Explanas las Escrituras Y sabrosa miel nos das. Del error las negras sombras Huyen de ti, sol luciente; Con la voz de Dios potente Nos ofreces dulce pan. Y con néctar de los Salmos Grato y célico mana. A tus hijos prescribiste Un tenor de vida santa; Quien sigue perfeccién tanta, Corre por camino real, Y siguiendo tus pisadas, Liega al reino celestial. Demos gloria al Rey de Reyes, Salud, honor, vida, imperio: : En uno y otro hemisferio Al Dios uno y trino honrad; Que del cielo ciudadanos Nos haga por su bondad. Amén. (Asi sea.) — 250 — INDULGENCIAS QUE PUEDEN GANAR LOS QUE CINEN LA SAGRADA CORREA PERTENE= CIENDO A LA ARCHICOFRADIA DE NUESTRA : SENORA DE LA. CONSOLACION Se puede ganar indulgencia plenaria confesando y comulgando y rogando por el Sumo Pontifice: en los dias de ingreso en la Archicofradia; Inmacula- da Concepcién; San José; Santa Méni- ca; Todos los Santos; dia de los Difun- tos de la Orden (14 de noviembre) y de la Archicofradia. Asistiendo los Cuartos Domingos a la Procesion de la Santisima Virgen de la Consolacién o de la sagrada Correa. Jubileo de la Santisima Virgen de la Consolacién. — Pueden también ganar los cinturados tantas indulgencias ple- narias cuantas visitas hicieren con las debidas disposiciones a la iglesia o ca- pilla de la Archicofradia o de la Orden Agustiniana, desde las doce del medio- dia de la vispera de la fiesta de la San- tisima Virgen de la Consolacién y domingo siguiente a la fiesta de San Nicolas hasta la media noche de la fiesta y Domingo. — 251 — Ademas pueden ganarse indulgencias plenarias estos dias en que ganan los Terciarios Agustinos Recoletos: Nues- tro Padre San Agustin, 28 de agosto; Navidad del Sefior; Epifania; Pascua de Resurreccién; Ascensién; Pentecos- tés; Jueves Santo; Corpus; Natividad de la Virgen, 8 de septiembre; Anuncia- cion, 25 de marzo; Purificacion, 2 de febrero; Asuncién, 15 de agosto; festi- vidad de Nuestra Sefiora de la Conso- lacién, sabado o domingo después de la fiesta de N. Padre San Agustin; pri- mero y cuarto domingo de Cuaresma; cuarto domingo de octubre; San Miguel Arcangel, 29 de septiembre; Nacimien- to de San Juan Bautista; festividad de los Apéstoles San Pedro y San Pablo, 29 de junio. Otras indulgencias plenarias y par- ciales puede ver publicadas el colegial en el Sumario de Indulgencias de la Orden de Agustinos Recoletos. — 252 — Nuestra Sefiora de la Consolacién NOVENA A NUESTRA SENORA DE LA CONSOGLACION Por la sefial de la santa Cruz, ete. Sefior mio Jesucristo, etc. ORACION PARA TODOS LOS DIAS jDulcisima Madre de la Consola- cién, Virgen la mas pura y la mas santa de todas las criaturas! Venos aqui postrados bajo tu manto mater- nal, implorando en esta novena tus consuelos y ternuras en favor nuestro _y de todas nuestras necesidades espi- Tituales y temporales. Y asi como es- cuchaste piadosa los llorosos lamentos de Santa Monica en favor de su hijo Agustin, y le alcanzaste de tu divino Hyo Jesus mucho mas que lo que ella podia anhelar, vuelve también a nos- otros tus ojos misericordiosos, y concé- denos la gracia especial que te pedi- mos durante estos nueve dias, asi como la paz y tranquilidad a las fami- lias cristianas, el triunfo de la Iglesia catolica, la conversion de los pecado- res, herejes y cismaticos, y a todos, y — 253 — principalmente a tus cinturados, el amor divino y la perseverancia final en la: gracia de Dios, para alabarle contigo por los siglos de los siglos. Ameén. : VW. Consuelo de los afligidos. Ry. Rogad por nosotros. DIA PRIMERO MARIA SANTISIMA, CONSUELO DE LAS MADRES DE FAMILIA Consideracién El ser mds amante de la tierra es la madre. No hay amor comparable al suyo, fuera del amor divino. No hay amor mas puro, mas desintere- sado, mas fuerte que el amor que las madres profesan a sus hijos. jQué triste es tener que confesar que de ordinario no nos persuadimos plena- mente de esta verdad, sino después de habernos arrebatado la muerte a la que nos did el ser natural y la vida! Por la misma razén no hay dolor se- mejante al de la madre, que no se ve correspondida con el carifio de los -hi- jos. Grande es también su pena cuan- do los ve y contempla sumidos. en. la desgracia, victima del dolor y dela ~~ 4 — enfermedad, y, sobre todo, .esclavos del error y de la corrupcién. Digalo. si no, la gloriosa Santa Monica, lloran- do sin compasién dia y noche los ex- travios de su querido hijo Agustin, y siguiéndole a todas partes, para no dejarle un momento abandonado a la tiranfa del infierno y de sus pasiones. En todos estos trances tan amargos de la vida, Marfa Santisima es y debe ser el refugio a donde han de acudir las madres atribuladas, para obtener de Ella el balsamo del consuelo, que con tanta abundancia consiguié la ben- dita Madre del Aguila de los Doc- tores. {Oh Virgen de la Consolacién! Hoy te pedimos especialmente por tantas madres cristianas, nuevas Mé- nicas inconsolables, que Horan la muer- te espiritual de los seres mas que- ridos de su alma! jVuelve a ellas tus ojos misericordiosos, y muestra a sus hijos descarriados, a Jesus, fruto ben- dito de tu vientre, para que a El se conviertan! Ahora se meditard un momento y se pedird la gracia que se desea con- seguir en esta novena. Tres Avemarias a la Virgen de la Consolacién, diciendo al final de cada una de ellas la jaculatoria. — 255 — Ke y. Consuelo de los afligidos. Ry, Rogad por nosotros. GOZOS Del Consuelo Madre hermosa Por todos sois bendecida, Sed solaz del alma herida Que os invoca pesarosa. Cuando mi pecho anhelante Busca alivio en la afliccién Hallo en Vos, Consolacién De mis penas un calmante. Vuestra sonrisa amorosa Consuela mi alma afligida. Sed solaz, etc. Como el ciervo que sediento Busca el agua cristalina Vuelo a Vos, Madre divina, En mi triste desaliento. La Correa misteriosa Es mi dicha mds cumplida. Sed solaz, etc. En vos hallo mi consuelo Mi descanso, mi alegria; Sois mi sueiio, Reina mia, Sois mi vida, sois mi cielo. Sois mi guia venturosa A la patria prometida. -8¢ Sed sola #Mtc. — 256 — ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS Acordaos, oh piadosisima Virgen Ma- ria, Madre de la Consolacién, que jamas se ha oido decir, que uno solo de cuantos han acudido a vuestra pro- teccién e implorado vuestro consuelo, haya sido abandonado de Vos. Ani- mado con esta confianza, a Vos tam- bién acudo, oh Madre, Virgen de las Virgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a presentarme ante vuestra presencia so- berana. No queradis, oh Madre del Divino Verbo, despreciar mis humildes suplicas; antes bien escuchadlas y aco- gedlas favorablemente. Asi sea. W. jMadre de Consolacién! By. jSed Vos nuestra salvacién! Sis, Mater Consolatiénis, causa ndés- trae salvatidnis. DIA SEGUNDO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE LOS ENFERMOS Consideracién No hay nadie mas digno de compa- sién y consuelo que un enfermo. Asi — 257 — 17 como la salud es, despues de la di- vina gracia, el mayor beneficio que Dios nos puede dar, de la misma ma- nera la privacién de ese beneficio, o sea, la enfermedad es el mayor mal, exceptuando el pecado, la mas gran- de de todas las desgracias. Una obra de misericordia es visitar a los enfer- mos y dulcificar sus dolores con nues- tra misericordia; y Nuestro Sefior Jesu- cristo pondra de relieve esta obra el dia del Juicio universal, para premiar- nos o castigarnos eternamente, con- forme haya sido nuestra conducta en esta vida. Maria Santisima es esa Madre de piedad y misericordia, que invisible unas veces, y otras visible- mente, acude presurosa en favor de los desgraciados, que tendidos en el lecho del dolor, vuelven hacia Ella sus miradas en demanda de consuelo y proteccién. Y a todos atiende, ya de- volviendo la salud perdida; 0, por lo menos concediéndoles paciencia y re- signacién, para sufrir con paciencia las molestias de su enfermedad. jOh! équién podra enumerar los innumera- bles casos de pobres enfermos, proxi- mos quiza a la desesperacién, conso- lados por nuestra Madre dulcisima, con un beso carifioso, con una mirada tierna, con una filial jaculatoria a su — 258 — imagen santa, a su bendito escapu- lario, a su sagrada Correa! iVirgen Santisima de la Consola- cién! jHoy te pedimos especialmente por nuestros préjimos tendidos en el lecho del dolor: amparalos en su en- fermedad! Lo demds como el dia primero (Pdg. 254), DIA TERCERO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE LOS POBRES Consideracién Lia pobreza es una de las virtudes mas recomendadas con sus palabras y con su ejemplo por nuestro Divino Maestro. Pero su practica es dificil, sobre todo para los que tienen una fe tibia; ya por las privaciones que lleva consigo, ya también por las terri- bles pruebas a que se ve expuesto el desheredado de la fortuna. El po- bre Uene muy pocos amigos, y ape- nas encuentra quien le abra la puerta o le dirija el saludo, como acontecid a Maria y a José en Belén, donde no hallaron entre sus parientes ni uno ~~ 259 — solo que quisera darles hospedaje. No es facil comprender las amarguras de un padre, de una madre de familia, viviendo en la miseria mas espantosa, sin tener para sus hijos el mas indis-~ pensable alimento, mi el vestido mas sencillo para cubrir sus carnes, y es- cuchando, en cambio, palabras des- pectivas del que esta nadando en la epulencia y esplendor. Situacién terri- ble, que arrastra a muchos desgracia- dos al crimen o al suicidio. ¢A quién deberan acudir en tan criticos momen- tos? A Maria Santisima, que también se vid reducida a la mas extremada pobreza, y por eso siente una predi- leccién, y compasién especial por esos hijos tan necesitados de su consuelo maternal. La estampa de la Virgen de la Consolacién en esos frios hogares es el rayo de esperanza, que anima a sus moradores a resignarse y amar la pobreza material, para alcanzar al- gun dia la verdadera tierra de pro- misién. Hoy os pedimos, Madre dul- cisima, que consoléis a tantos pobres, que gimen y lloran en este valle de lagrimas y de dolor. Lo demds como el dia primero (Pdg. 254). — 260 — DIA CUARTO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE LOS PERSEGUIDOS Consideracién Si a mi me persiguieron, decia Nues- tro Sefior Jesucristo a sus discipulos, razén es que también vosotros sédis perseguidos. Y en otro lugar: Bienaven- turados los que padecen persecucién por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Desde entonces acd y hasta el fin del mundo, el verdadero cristiano sera perseguide por sus ene- migos, como lo fueron los mértires, y actualmente lo son los sacerdotes, re- ligiosos y demas fieles, que no quie- ran transigir con el error y la inmora- lUidad. Esta es la herencia legada por nuestro divino Fundador a todos los que quieran seguir sus huellas y sus ejemplos, que lleva inherentes muchas molestias, grandes privaciones y no pocas incomodidades, para sufrir las cuales son precisos los auxilios de la divina gracia, Maria Santisima es la consoladora de estas almas escogidas, tan seme- jantes a su divino Hijo. Ella las aticn- de especialmente; las protege desde — 261 — el cielo; sfrveles de guia durante la peregrinacién de este mundo, y cum- ple los oficios de madre queridisima en las horas amargas de la tribula- cién. Es la ciudad de refugio a la que debemos acudir confiados cuantas ve- ces seamos perseguidos por nuestra sacrosanta Religién. Sea hoy, Madre del Consuelo, nuestra fervorosa ora- cién en favor de tantos hermanos nuestros, victimas de la persecucién sectaria y antirreligiosa. Lo demds come el dia primero (Pag. 254). DIA QUINTO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE LOS ABANDONADOS Consideracién No hay pena tan sensible como el abandono. Dios mismo lo lamenta en el antiguo Testamento: Me abandona- ron a mi, dice refiriéndose a los peca- dores, fuente de agua viva. De Jo tni- co que se quejo Nuestro Sefior Jesu- cristo en la cruz, dando un grande grite, fué de haber sido abandonado de su Eterno Padre. El tormento mas terrible de los condenados sera el ser aban- donados de Dios por toda una eter- nidad. Lo que principalmente inquieta a los santos en este mundo es la So- ledad espiritual en que algunas veces los deja el Sefior para probarlos. jCudnto sufre un padre anciano, una madre achacosa e invalida, un amigce, un encarcelado, un enfermo, cuando se ven abandonados de sus hijos, de sus deudos, parientes y compafieros! iQué frecuente es en esta vida dejar solos en la adversidad a los que tanto se adulaba y acompafiaba en la pros- peridad! jQué desengafios tan terri- bles trae consigo el abandono de los falsos amigos! En tan criticas circuns- tancias es altamente consolador vol- vernos a Maria Santisima, que nun-a defrauda las esperanzas que ponga- mos en su maternal protecciédn. Es ‘nuestra Madre amantisima, cuyo ofi- cio, como dice Santo Tomas de Villh- nueva, es atender a los mas _necesi- tados de sus consuelos y dulzuras. jNuestra plegaria, Madre de Consola- cién, sea hoy en favor de tantos como sufren, sin tener una alma caritativa, que les dirija ni una sola palabra de amor! Lo demds como el dia primero (Pdg. 254). — 263 — DIA SEXTO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE LOS MISITONEROS Censideracidn Los hijos mds beneméritos de la Iglesia son los misioneros; esos héroes desconocidos, que dando un adids eter- no a sus padres, hermanos, amigos, compafieros de estudios, patria y toda clase de comedidades e ilusiones, se desparraman, como los apéstoles, por las cinco partes del mundo, se inter- nan en la espesura de los bosques, se sepultan en las islas mds remotas, para llevar la luz del Evangelio a in- numerables almas, que todavia yacen envueltas en las tinieblas del error o de ja imfidelidad. ¢Quién serd capaz de enumerar las molestias, privacio- nes, trabajos, incomodidades, hambre, sed, desnudez, peligros en los rios, que diria San Pablo, peligros de ladrones, peligros de los gentiles, peligros en po- blado, peligros en despoblado, peligros en el mar, peligroas entre falsos herma- nos, en miserias, ayuno, frio, calor, animales venenosos, a que estan ex- puestos a todas las horas del dia y de la noche aquellos abnegados ope- — 24 — rarios de Jesucristo? Y sin embargo, estan contentos y_ satisfechos, por- que a menudo reciben los consuelos de la que es llamada Reina de los apéstoles y misioneros catdlicos. Estos son sus hijos predilectos; y tales son las dulzuras con que los regala, que, como San Francisco Javier, se ven no pocas veces obligados a exclamar: j Bas- ta, Madre mia, basta, que mi corazén no puede soportar ya mds! iSeguid, amantisima Virgen de la Consolacién, seguid consolando y dan- do fuerzas espirituales a esos intrépi- dos heraldos de la fe! jHoy os pedi- mos especialmente por ellos y por la conversion d2 las almas que les estan confiadas! Lo demds como ef dia primero (Pdg, 254). DIA SEPTIMO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE LOS MORIBUNDOS Consideracién De todos los momentos de la vida del hombre el mas importante es el Ultimo, el que abre las puertas de la eternidad; de él depende nuestra sal- vacién o condenacién. Es la hora de los tristes desengafios, de los abando- — 265 — nos forzados, de Jas mortales ago- nias, de las terribles incertidumbres, y, sobre todo, de los temores espantosos ante la inminencia de un tribunal que va a decidir para siempre nuestra suerte sempiterna,. Esta es, pues, la hora que Maria Santisima, consoladora de los mori- bundos afligidos, espera para cumplir sus oficios de madre en favor de sus hijos. Esta es la hora en que visible- mente muchas veces, y muchisimas mas, de forma invisible, consuela a sus devotos, enjuga sus lagrimas y el frio sudor de su agonia; infindeles celestial esperanza y les comunica au- xilios divinos, para vencer las ul- timas tentaciones de nuestro enemigs infernal. {Qué dulce tranquilidad ex- perimentan en tan supremos instantes los verdaderos devotos de Maria be- sando su sagrada Correa, sus imdge- nes, rosarios, medallas y escapularios o invocando su bendito nombre! Hoy mas que nunca os suplicamos que os mostréis Madre de] Consuelo para con todos los moribundos, principalmente para los que actualmente estén atra- vesando tan critico trance de su exis- tencia! Lo demds como el dia primero (Pag. 254). DIA OCTAVO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE IAS ALMAS DEL PURGATORIO Consideracién Maria Santisima es no sdlamente Madre de la Iglesia militante, sino también de la purgante. Sus consuelos comprenden y llegan hasta las almas que expian sus faltas en el Purgatorio, hasta que sean halladas dignas de penetrar en las mansiones de la Glo- ria. Constantemente intercede ante su divino Hijo en favor de esas desgra- ciadas prisioneras, que sufren terribles penas de sentido y dajfio, resignadas con la esperanza de que algun dia tendran fin. Y este término se abrevia innumerables veces, gracias a la mise ricordia maternal de Maria. Es un. tradicién muy respetable, que todos |. sabados baja la Reina del Consul. a aquella carcel del dolor, para deri mar sobre sus infelices moradoren «| balsamo de su dulzura y de su amu: Existe en la iglesia de Agustinoa ki coletos de Granada un alto reliev que representa el Purgatorio, y aul. él a la Virgen de la Consolacion, tet. — 267 — diendo su sagrada Correa a las ben- ditas almas, para asirse de ella y es- capar del furor de sus llamas expia- torias. Ese es, efectivamente, el oficio compasivo que a todas horas ejercita la mds bondadosa de las madres. jHoy mas que nunca, Virgen de la Consolacién, elevamos a Vos nuestra oracién, para que las almas benditas del Purgatorio alcancen el descanso eterno y brille para ellas el resplan- dor de la luz eterna! Lo demds como el dia primero (Pag. 254) DIA NOVENO MARIA SANTISIMA CONSUELO DE LOS CINTURADOS Consideracion Puede decirse de la Virgen Maria lo que el Apdstol San Pablo asegura de Dios, que no hay en Ella acepcién de personas. Es verdad. Ama entra- fiablemente a todos sus hijos y tanto mas los consuela, cuanto son mas des- graciados. Pero ¢por qué no hemos de admitir cierta preferencia en favor de aquellos cristianos, que durante la vida le han dado especiales pruebas de carifio y devocién? ¢Y no son los cinturados estos hijos suyos escogidos ~~ 268 — que, cifiendo su sagrada Correa y lle- vando su escapulario, rezando su pia- ,dosa coronilla, celebrando con devo- icién sus cuartos domingos, hospedan- ido su imagen de la Visita Domiciliaria, | trabajando por su culto e imitando sus virtudes, se han hecho acreedores a esa predileccién amorosa que Ella mis- ma prometiéd a Santa Ménica? ¢No es Maria Santisima la que dice termi- nantemente: yo amo a los que me aman? ¢Y no son los cofrades de su santa Correa los que tantas pruebas le dan de su amor fervoroso durante su vida? Confiad, pues, dichosos hijos de la Madre de la Consolacidén; tenéis derecho a un singular patrocinio suyo, que seguramente lo experimentaréis en la vida, en la muerte y después de ésta, principalmente. jNuestra ultima peticién, Virgen sa- grada del Consuelo, sea hoy por todos tus cinturados y, sobre todo, por los que estén haciendo esta novena, para que les concedais la gracia divina, el amor de Dios y la perseverancia final! Amén. Lo demds como el dia primero (Pdg. 254), — 269 — NOVENITA EFICAZ EN HONOR DE NUESTRA SENORA DE LA CONSOLACION Oracion iOh Madre amantisima, Reina y Ma- dre de Consolacién! Yo, aunque in- digno, os amo con el mayor afecto de mi corazon: creo que sois poderosa, para alcanzarme el favor, que os. pido en esta Novena; y espero con la mayor confianza que lo alcanzaré por vues- tra intercesién. Ea, pues, abogada mia y mi Consoladora Madre, ya que sois el consuelo de los afligidos, vol- ved a mi vuestros ojos musericordio- sos, para que, no ofendiendo mas a vuestro Divino Hijo, merezca alcanzar ahora su gracia y después su_ gloria. Asi sea. (Se rezan tres Avemarias y Gloria.) Jaculatorias: Reina: Madre de Con- solacién, sed nuestra salvacion. Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros, Reina'‘Madre de Consolacién, ruega por nosotros. Dulce Madre del Consuelo, Dulce Madre del amor, = 270 — Oye, oh Virgen, desde el Cielo La plegaria del dolor. CONSAGRACION A LA SANTISIMA VIRGEN Bendita sea tu pureza Y eternamente lo sea, Pues todo un Dios se recrea En tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada, Maria, Te ofrezco desde este dia, Alma, vida y corazon. Mirame con compasién; No me dejes, Madre mia. ORACION A NUESTRA SENORA DE LA CANDELARIA jOh puerta del cielo! Abre los oidos de tu clemencia, y no desoigas la peti- cién de mi perseverancia final en el servicio divino; dame valor para con- fesar a Cristo en publico, para defen- der a su Iglesia y para propagar su culto, especialmente el de este augus- to misterio de la Purificacién. Concé- deme amor del cielo y conduceme hasta el trono de la Beatisima Trini- dad, a fin de que en la Iglesia triun- fante me vea glorificado por los siglos y forme parte de los coros marianos, viéndote coronada de estrellas, como Reina de los cielos. Amén. — 271 —- CONSAGRACION AL INMACULADO CORAZON DE MARIA Oh Corazén de Maria, el més ama ble y compasivo después del de Jesus! A Vos, a vuestro Inmaculado Corazon, Santa Madre de Dios, nos confiamos y nos consagramos, para que hagais nues- tro corazon semejante al de vuestro Di- vino Hijo Jesiis. Libradnos de todos los males, y alcanzadnos todos los bienes, temporales y eternos. Amén. Dulce Corazén de Maria, sed Ja sal- vacién mia. — 272 —~ DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSE Acto de Contricién Dios y Sefior mio, en quien creo, espero y a quien amo sobre todas las cosas: al pensar en lo mucho que habéis hecho por mi, y lo ingrato que he sido yo a vuestros favores, mi co- razon se confunde y me obliga a ex- clamar: piedad, Sefior, para este hijo rebelde; perdonadle sus extravios que le pesa de haberos ofendido, y desea antes morir que volver a pecar. Con- fieso que soy indigno de esta gracia, pero os la pido por los méritos de vuestro padre nutricio $. José. Y vos, gloriosisimo abogado mio, recibidme bajo vuestra proteccién, y dadme el fervor necesario para emplear bien este rato en obsequio vuestro y utili- dad de mi alma. Amén. Primer Dolor y Gozo {Oh castisimo esposo de Maria, glo- rioso S, José!, tanto como fueron terri- bles los dolores y las angustias de vuestro corazén cuando creisteis deber separaros de vuestra Inmaculada Es- — 273 — 18 posa, tanto fué el vivo gozo que expe- timentasteis cuando el angel os re~ velé el misterio de la Encarnacion. Os suplicamos, por este dolor y este gozo, que os dignéis consolar nuestras almas ahora y en nuestros postreros momentos, alcanzandonos la gracia de llevar una vida santa y tener una muerte semejante a la vuestra entre los brazos de Jestis y Marfa. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Segundo Dolor y Goze iOh dichosisimo Patriarca, glorioso S. José!, que habéis sido elevado a la eminente dignidad de padre nutricio del Verbo hecho carne; el dolor que sentisteis al ver nacer al nifio Jesus en tanta pobreza se os trocé bien pron- to en un gozo celestial, cuando oisteis los armoniosos conciertos de los An- geles, y fuisteis testigo de los gloriosos acontecimientos de aquella memora- ble y resplandeciente noche. Qs suplicamos, por este dolor y este gozo, que nos alcancéis después de llegados al término de esta vida, la gracia de ser admitides a oir los san- tos canticos de los angeles y gozar del resplandor de la gloria celestial. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. — 274 — Tercer Dolor y Gozo iOh modelo perfecto de sumisién a las leyes divinas, glorioso S. José!, la vista de la sangre preciosa que el Redentor Nifio derramé en su circun- cision, traspasé vuestro corazén de dolor; pero la imposicién del nombre de Jestis le reanimd Ilendndolo de consuelo, Alcanzadnos, por este dolor y este gozo, que, después de haber extirpado todos nuestros vicios, durante la vida, podamos morir con gozo y alegria, in- vocando de corazén y de boca el san- tisimo nombre de Jestis. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Cuarto Dolor y Gozo 10h Santo fidelisimo, a quien fueron comunicados los misterios de nuestra redencion, glorioso S. José! Si la pro- fecia de Simeén os causéd un dolor mortal, haciéndoos saber lo que Jesus y Maria debian sufrir, os Ilend al mismo tiempo de una satisfaccién muy grande, al anunciaros que sus padecimientos serian seguidos de la salvacién de una multitud innumerable de almas que resucitarian a la vida. — 275 Pedid por nosotros, en memoria de este dolor y este gozo, para que sea- mos del numero de aquellos que por los méritos de Jesus y la intercesién de Maria resucitaran para la gloria. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Quinto Dolor y Gozo jOh vigilantisimo guardian del Hijo de Dios hecho hombre, generoso San José! jCudnto habéis sufrido por servir al hijo del Altisimo y proveer a su subsistencia, particularmente durante la huida a Egipto! Pero también, jcudn- to debisteis gozar en tener siempre a vuestro lado al Hijo de Dios, y en ver caer a su llegada los idolos de los egipcios! Alcanzadnos, por este dolor y este gozo, que, teniendo siempre al tirano infernal alejado de nosotros, sobre todo con la pronta huida de las ocasiones peligrosas, merezcamos que caigan de nuestros corazones todos los idolos de las afecciones terrenas; y que, entera- mente consagrados al servicio de Jesus y Maria, no vivamos sino para ellos y les ofrezcamos con gozo nuestro ul- timo suspiro. — 276 — Sexto Dolor y Gozo jOh Angel de la tierra, glorioso San José!, que visteis con admiracién al Rey del cielo sometido a vuestras dr- denes. Si el consuelo que experimen- tasteis, al conducir de Egipto a vues- tro querido Jestis, fué turbado por el temor de Arquelao, a su vez, tranqui- lizado por el angel, permanecisteis go- zoso en Nazaret con Jesus y Maria. QObtenednos, por este dolor y este gozo, que, libres de todos los temores que puedan sernos nocivos, gocemos de la paz de una buena conciencia, vivamos tranquilos en union con Jesuis y Maria y en sus manos entreguemos nuestra alma en el momento de la muerte, Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Séptimo Dolor y Gozo iOh modelo de santidad, glorioso San José!, que habiendo perdido al nifio Jestis, sin que hubiese culpa por parte de vos, le buscasteis durante tres dias, con inmenso dolor, hasta el momento en que experimentasteis un gozo inde- cible, el mas grande de vuestra vida, — 277 — al encontrarlo en el templo en medio de los doctores. Os suplicamos desde lo intimo de nuestro corazon, por este dolor y este gozo, que os dignéis emplear vuestro valimiento cerca de Dios, a fin de que nunca nos suceda perder a Jesus por el pecado mortal; y si desgraciada- mente nos acaeciere este gran infor- tunio, haced que lo busquemos de nuevo con el més profundo dolor, hasta que lo encontremos favorable, sobre todo en el momento de Ja muerte, para poder luego gozar de El en el cielo, y bendecir con vos sus infinitas misericordias durante toda la eternidad. Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Antifona. — Jess contaba ya la edad de treinta afios, siendo tenido por el hijo de José. YW. Rogad por nosotros, S. José. Ry. Para que seamos dignos* de las promesas de Nuestro Sefior Jesucristo. ORACION jOh Dios, que por una providencia inefable os dignasteis escoger al biena- venturado José para ser el esposo de vuesira santisima Madre! Os suplica- mos fervorosdmente nos concedais la gracia de que, venerandole en la tierra — 278 — tomo a nuestro. Protector, merezcamos cenerlo por intercesor en los cielos. Vos, que siendo Dios, vivis y reindis por los siglos de los siglos. Amén. LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSE (Puede hacerse la devocién de Los Siete Domingos rezando los Siete Do- lores gy Gozos y afiadiendo alguna me- ditacién y oraciones de la Novena.) CANTO Oh José venturoso, Padre del mismo Dios, Desde los altos cielos Benigno miranos. Tu espfritu arrebata y Ilena de ventura; EJ alma en ti pensando Se lena de dulzura. En ti, José, tenemos E! don mas peregrino. Todo es en ti admirable, Todo es en ti divino. — 279 — .- SAN IO — 280 — C Prots or Cle Cou NOVENA EN HONOR DEL GLORIOSO PATRIARCA SAN JOSE Por la sefial, etc. — Sefior mio Jesu- cristo. ORACION A SAN JOSE PARA TODOS LOS DIAS Santisimo Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesus, virginal Esposo de Maria, Patron de la Iglesia universal, Jefe de la sagrada Familia, Provisor de la gran familia cristiana, Tesorero y dispensador de las gracias del Rey de la gloria, el] mas amado y amante de Dios y de los hombres; a Vos elijo desde hoy por mi verdadero Padre y Sefior en todo peligro y necesidad, a imitacién de vuestra querida hija y apasionada devota santa Teresa de Jesus. Descubrid a mi alma todos los encantos y perfecciones de vuestro pa- ternal corazén; mostradme todas sus amarguras para compadeceros, su san- tidad para imitaros, su amor para corresponderos agradecido. Ensefiad- me oracién, Vos que sois maestro de tan soberana virtud, y alcanzadme de — 281 — Jesus y Maria, que no saben negaros cosa alguna, la gracia de vivir y mo- rir santamente como Vos, y la que os pido en este dia, a mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén. DIA PRIMERO MEDITACION San José, Maestro y modelo de oracién Composicién de Lugar. — Contempla a S. José orando con Jesus y Maria en la casita de Nazaret o en el templo. Peticién. — San José, ensefiadme a orar, Vos que sois maestro de tan so- berana virtud. ¢Quién podra explicar a qué alteza de espiritu vold San José, lo subido de la oracién y contemplacién del Santo? Si la oracién es el fundamento de todos los bienes interiores del alma, del cuerpo, de todas Jas buenas obras, por quien viven los buenos deseos y tienen ser los firmes propésitos; si la oracion es luz del espiritu, alegria el corazén, fervor de la voluntad, consuelo de la conciencia, sustento de la gracia y engendradora de los do- nes y frutos del Espiritu Santo; si aquel ~— 282 — varén es mas privilegiado de Dios, mas privado del Rey eterno, mas alle- gado al Emperador de la gloria que mas fdcilmente y mas intimamente trate con El en la oracién y entra y sale cuando quiere de los palacios reales del espiritu a conversar familtar- mente con los moradores del cielo, sin haber para él puerta cerrada, ¢cual no debia ser la oracién de San José, que a solas y en compafiia de Maria gozaba de la presencia del Rey de la gloria, y era éste su Hijo, sumiso, obe- diente a su voz por espacio de treinta afios? No hay para mi cosa mds en- cantadora que una bella imagen de San José con el Nifio Jesis que des- cansa dormidito en sus brazos, y no hay cosa mas a propésito para decla- rarnos la costumbre de la oracién, la alteza de la contemplacién del Santo. De pureza levantada fué e] Santo, porque libre de pecados y con su co- razon limpio, puro y cristalino, no te- nia impedimento para la union, y por secretas y escondidas maneras Dios le levantaba para si y le imprimia perfectisimamente su semejanza; y des- pués de asi levantado el corazén por la oracién, no. se abajaba a cosa crea- da y torndbase todo fuego, junto con el fuego infinito que es Dios. Des- — 283 -— cansaba San José en el Amado, arro- iandose con seguridad en los brazos de Cristo Jess, movido de compasién y amor inenarrables. Sucedia, tal vez, que el Santo volvia a su casa fatigado de sus trabajos y tomaba al Nifio Jestis en sus brazos, para que la Ma- dre mas libremente pudiera darse a los ministerios caseros; y descansando el Nifio en los brazos de San José, San José descansaba en los brazos de Dios, y se le olvidaban todos los cuidados, quitaban las congojas, y apartaban las aflicciones, porque arro- jaba sus pensamientos en Dios, quien le emaba y cuidaba como a nifio, en pago de que él criaba como a nifio a Dios. Firmemente allegado y unido con Dios estuvo el Sante mas que ningin otro después de la Virgen Santisima, pues no contento con la divina pre- sencia y habla interior, se junté y allegé filjamente a su Criador con gran- de impetu de su corazén. jOh, quien viera al bendito Nifio colgando en al- gunas ocasiones, los brazos al cuello, de San José, y al mismo San José querer meterse su Nifio dentro de las entrafias y darle el corazén, no con~ tentandose con los besos y abrazos exteriores! jBendito El sea, que por — 284 — satisfacer este deseo se puso en fi- gura de pan y vino para que le metié- semos dentro de nuestras almas! jQh, quién supiese orar a lo menos con San José! Santo maestro de oracién, ensefiadme a orar. Meditese y pidase la gracia que se desea alcanzar del glorioso Patriarca San José. Récense ahora tres Padrenuestros, Ave- martas y Glorias. GOZOS del Glorioso Patriarca San José Pues sois Santo sin igual y de Dios el mds honrado: sed, José, nuestro abogado, en esta vida mortal. Antes que hubieseis nacido ya fuisteis santificado, y «ab aeterno» destinado para ser favorecido: nacisteis de esclarecido linaje y sangre real: etc. Vuestra vida fué tan pura, que en todo sois sin segundo; después de Maria el mundo no vid mas santa criatura; y asi fué vuestra ventura entre todos sin igual: etc. Vuestra santidad declara aquel caso soberano, — 285 — cuando en vuestra santa mano florecié la seca vara, y porque nadie dudara hizo el cielo esta sefial: etc. A vista de este portento todo el mundo os respetaba, y parabienes os daba con alegria y contento; publicando el casamiento con la Reina celestial: etc. Con jubilo recibisteis a Maria por esposa, Virgen pura, santa, hermosa, con la cual feliz vivisteis y por ella conseguisteis dones y luz celestial: etc. Oficio de carpintero ejercitasteis en vida, para ganar la comida a Jesus, Dios verdadero, y a vuestra esposa y lucero, compaifiera virginal: etc. Vos y Dios con tierno amor daba el uno al otro vida; Vos a El con la comida, y El a vos con su sabor: Vos le disteis el sudor y El os did vida inmortal: etc. Vos sois el hombre primero que visteis a Dios nacido; en vuestros brazos dormido — 286 — tuvisteis aquel Lucero; siendo Vos el Tesorero de aquel inmenso caudal: etc. A vuestra muerte dichosa estuvo junto con Vos el mismo humanado Dios con Maria vuestra esposa, y para ser mas gloriosa vino un Coro angelical: etc, Pues sois Santo sin igual y de Dios el mds honrado: sed, Jost, nuestro abogado en esta vida mortal. ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS Acordaos, oh castisimo Esposo de la Virgen’ Maria, dulce protector mio San José, que jamds se ha oido decir que ninguno de los que han invocado vuestra proteccién e implorado vues- tro auxilio, haya quedado sin con- suelo. Animado con esta confianza, vengo a vuestra presencia y me reco- miendo fervorosamente a vuestra bon- dad. jAh!, no desatendais mis supli- cas, oh Padre adoptivo del Redentor, antes bien acogedlas propicio y dig- naos socorrerme con piedad. Asi sea. (300 dias de indulgencia. Pio IX, Breve 26 de junio 1863, Indulgencia plenaria al mes rezdndole. todos loa dias, confesando, comulgando y visitando la iglesia.) — 287 — DIA SEGUNDO Por la sefial, etc. Sefior mio Jesu- cristo y oraciones como en el dia pri- mero. MEDITACION San José, modelo y Maestro de humildad Composicién de lugar. — Contempla a San José que te dice: Aprende de mi, que soy manso y humilde corazén, Peticién. — Humildisimo San _ José alcAnzame la verdadera humildad. Como no hay Santo igual en virtud a San José, tampoco lo hay que le aventaje ni iguale en humildad. Por su humildad merecié ser elegido Es- poso de Marfa; por su humildad re- solvié dejarla al conocer el misterio de la Encarnacién, por creerse indigno de morar en compafiia de criatura tan santa (Origenes); por su humildad fué elegido cabeza de la Sagrada Familia (San Agustin); por su humildad oculté los tesoros divinos de Jests y de Maria, apareciendo a los ojos del pueblo como un humilde y modesto carpin- tero (Matth. XIII, 58). Porque era vigi- lantisimo en guardar sus brillantes de- — 288 — bajo de la Ilave de su profundisima humildad, por esto tenia particulari- simo cuidado en esconder la preciosa perla de su voto virginal; y por lo mismo consintié en casarse, con el fin de que persona alguna _pudiese admirarla, y de que debajo del santo velo del matrimonio pudiera vivir es- condido a las alabanzas mundanas (San Francisco de Sales). Sufrid los desaires y menosprecios de sus pa- rientes en Belén al ir a empadronarse con Maria su esposa, y no hallar un rinconcito siquiera para albergarse. Gustabale a nuestro Santo tratar con pobres, y raras veces llegaba donde vela mucha gente, porque todo su de- seo era servir al Sefior (Santa Bri- gida, 1, VI, c. 25). Los ejemplos de humildad divina que Jestis y Maria le ofrecfan a todas horas’ obedeciéndole y ayudandole y sirviéndole, cuanto mas le encumbraban, mas el santo José se sentia profundamente humi- Ilado. Y como la humildad es la ver- dad, reconocia el Santo, todos los ca- rismas y gracias que le habia dispen- sado, y con nobleza de dnimo, recono- ciendo los dones singularisimos que recibia, se movia, humillandose gene- rosamente, a amar mas y mas a Jesus y Maria. ¢De dénde a mi, decia, que — 28) ig hayan venido a visitarme y servirme y obedecerme el Hijo y la Madre de Dios? jSefior, ti, Creador de Cielos y tierra, no sdélo me lavas los pies, sino que me obedeces, me ayudas, me con- suelas! ¢De dénde a mi tanta dicha? iOh Sefior! Si no fuera faltar a vues- tros mandatos, os diria mejor que San Pedro: «Apartaos de mi, Sefior, que soy un gran pecador.» jQué humil- dad tan profunda! Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracién final como el primer dia. DIA TERCERO Por la sefal, . Sefior mio Jesu- cristo y oraciones como en el dia pri- mero. MEDITACION San José, modelo y Maestro de obediencia Composicién de lugar. — Contempla a San José huyendo de noche a Egipto por obediencia. Peticién.—Dame, obedientisimo José, obediencia pronta, ciega, universal y alegre. Si la obediencia es hija legitima_ de la humiidad, o mas bien un ejercicio — 290 — de esta virtud, claro esta que siendo humildisimo San José, fué a la vez obe- dientisimo. E! varén obediente cantara victoria (Prov.). Cuantas no canté San José de] mundo, a quien siempre desprecid; del demonio, a quien s:empre tuvo sujeto; de si mismo, que siempre su~ jeté prontamente su voluntad a la de Dios. Esta virtud fué la mds querida del corazén del Santo, y de la que nos da o leemos mas heroicos ejemplos. Quiere por la humildad dejar a Maria su esposa ocultamente, mas un Angel le avisa gue no tema recibir por su mujer a Maria, y depone su temor, y obedece al punto. Mandale el Sefior por un Angel que tome al Nifio recién nacido y a la Madre, joven, tierna y delicada, y salga de Judea y vaya de noche con precipitada fuga a Egipto, y que se mantenga alli desterrado hasta nueva orden; y obedece_pronta- mente, ciegamente, sin quejarse nl murmurar ni replicar. {Qué heroismo! jQué grandeza de alina! iQué perfec- tisima obediencia! Mandale el Angel que vuelva a su patria, y habite en Nazaret, y ejecuta en seguida su orden. Ordénale el Eterno Padre al confiarle el cuidado de su Hijo Jesucristo y al — 291 — nombrarle su sustituto en la tierra que mande a su Hijo como padre, y (che- diencia la mas dificil para el corazon humildisimo del Santo) cumple San José esta obediencia mandando al Hijo de Dios en los treinta afios que vivid en su compafiia. Dispone el Sefior, joh mds que heroica obediencia!, que deje el trato y conversacién familiar que por treinta afios habia gozado de Jesus y Maria, y se vaya al Limbo, y esté alli esperando la resurreccion de Cristo, y el Santo se conforma a la divina vo- luntad, deja tan divina compafiia, y se va solo a habitar aquel lugar a esperar la resurreccién de Cristo. Obe- dece San José no sdlo los mandamien- tos, sino los consejos, las indicaciones de la voluntad de Dios; porque, siervo bueno y fiel, conforme en todos sus pensamientos y deseos a lo que quiere Sefior, lo mismo acepta los dolo- res que los gozos durante su vida mortal. {Oh Santo mio!, cémo con-~ funde tu perfectisima obediencia mi resistencia a la voluntad de Dios y a su ley santa. Hazme _ perfectamente obediente para ser santo. Amén. Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracidn final como el primer dia. — 292 —~ DIA CUARTO Por la seftal, etc. Sefior mio Jesu- cristo y oraciones como en el dia pri- mero. MEDITACION San José, modelo y Maestro de la fe viva Composicién de lugar. — Contempla a San José creyendo el misterio de la Encarnacion. Peticién. -- Dame fe viva, Santo mio, para vivir, como tu, vida de fe. San José creyé con una fe tan viva que sdlo la Virgen Santisima le ha podido aventajar en ella. Duda al ver encinta a Maria; el Angel se le apa- rece y le dice que lo que ha nacido en ella es obra del Espiritu Santo, y cree San José sin vacilar. Ve al Me- sias prometido, que los judios carna- les esperaban como un gran Rey y Conquistador; le ve nacer en un mi- sero establo en medio de dos anima- les, y lo adora como a Dios. Le ve circuncidado, fugitivo a Egipto, y le cree Dios. Le contempla dormido, ca- llado, sujeto a todas las miserias hu- manas, excepto el pecado, y le adora — 293 — como a Dios. Le admira sujeto a sus érdenes, trabajando de carpintero en Nazaret, ganando el sustento con el sudor de su frente, y le cree Dios. La fe, mejor que a Abraham, se le reputéd a San José por justicia o san- tidad (Rom. [V, 9). ¢Quién puede com- prender Ja perfeccién de la fe y san- tidad del Santo cuya vida fué verda- deramente vida de fe, una actuacién continua de ella con la presencia cor- poral de Jesus Hijo de Dios y de Maria, Madre de Dios? San José, versado en las Sagradas Escrituras, y conociendo los oraculos de los Profetas, confirmados por el anciano Simeén, descubria en la per- sona de Cristo, gallardo joven, o tierno Nifio, a la persona del Verbo hecho hombre; y veia los triunfos de su fe a través de los siglos, creyendo que un judio, la persona mas abyecta a los ojos de los hombres de aquellos tiempos, habfa de morir en Cruz en medio de dos malhechores, y debia, no obstante, atraerlo todo a si, des- truir los idolos, acabar con el paga- nismo y hacerse adorar como a Dios, a pesar de los prejuicios de los hom- bres. Ve a millones de millones de hombres de toda edad, sexo y condi- cién, que no sdlo adorarian como a — 294 — Dies a su Hijo carpintero, sino que derramarfan gustosos su sangre y des- preciarian todos los halagos por creer- le Dios, por confesar su fe en El, por protestarle su amor como a Dios. jOk fe santa! jSi iluminases nuestras al- mas con un destello de la viveza con que iluminabas la de San José, cudn presto seriamos santos! Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracidén final como el primer dia. BIA QUINTO Por la sefial, etc. Sefior mio Jesu- cristo y oraciones como en el dia pri- mero. MEDITACION San José, modelo y Maestro de esperanza Composicién de lugar. — Contempla a San José esperando contra toda espe- ranza en el misterio de la Encarnacion. Peticién. — En Ti, Dios mio, he espe- rado; no sea jamas confundido. La esperanza de San José fué con- tra toda esperanza; pues ¢cémo podia esperar que de una Virgen y casada con él habia de nacer e! Hijo de Dios por obra del Espiritu Santo? Esperé ~ 295 — en el Sefior al ver encinta a su Es- posa, y no salid confundido, pues le revel6 el misterio. Abandonado de todos en Belén, espera en el Sefior, y le depara una cueva donde nace el Hijo de Dios, viéndole adorado de Angeles, de pastores y de Reyes. Confia en el Sefior al huir fugitivo a Egipto en un viaje de mas de se- tenta leguas por desiertos, de noche y sin provision; pone su esperanza en el Sefior, y no es confundido. Espe- raba lo mismo que creia; esto es, que Cristo reinaria en el mundo: que seria adorado por pueblos y reyes de uno a otro polo; que millones de martires sellarian su fe con su sangre; que, por fin, Rey inmortal de todos los siglos, recibiria los homenajes de todos los Angeles y bienaventurados, y que al sola nembre de Jestis dablarian su rodilla los cielos, la tierra y los abis- mos, y lo ha visto cumplido. {Oh es- peranza celestial, virtud de almas gran- des, de corazones magnanimos, qué fortaleza y consuelos derramas en el coraz6n de los atribulados! La vida del Santo, tejida o sembrada de dolores y gozos, no es otra cosa que la demostracién de los frutos de la esperanza que tuyo en Dios no siendo jamas confundido en ella. — 296 — Esperd en su vida, esperéd en su muerte, y pronto volvid a ver a su Hijo resucitado, que triunfante le subid a los cielos en cuerpo y alma glorioso. La esperanza es el unico bien que nos quedé en el suelo cuando todos huyeron para el cielo. jBendito Santo! jBendita esperanza! iBendita recompensa! Alcanzanos que sepamos imitarte en tan necesaria y consoladora virtud, Santo mio. Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracién final como el primer dia. DIA SEXTO Por la sefial, etc. Sefior mio Jesu- cristo y oraciones como en el dia primero. MEDITACION San José, maestro y modelo de caridad Composicién de lugar. — Contempla a San José sudando y trabajando por amor a Jestis y Maria. Peticién. — Dame, Santo mio, la per- fecta caridad. Nadie tuvo mejor los motivos y rai- ces del amor de Dios que San José, porque ningun Santo y sdlo San José — 297 — fué ayo, padrino, tutor, duefio y padre adoptivo de Jesucristo Hijo de Dios. Ademas de las razones generales dl amor, hay en el Santo mas particular amor, por ser hyio de su hijo, y cliente de su cliente. Sdlo el trato y comuni- cacién familiar y casera con Jests y Maria por treinta afios; los besos, abra- zos, regalos y caricias del Nifio Dios, habfan de producir tales incendios de caridad en el corazén puro, sencillo, amoroso y bien dispuesto de San José que no se pueden explicar. jCuantas veces pondria el Santo su rostro sobre el pecho de Cristo y oirfa los latidos de su corazon divino, que le abrasa- yian y derretirian y desmenuzarian en amor, oyendo y viéndole saltar y dar vuelcos dentro del pecho con deseos de romperse para meter dentro de si a todos los hijos de Adan! jCuantas veces y qué de abrazos no daria Jesus a San José, ya cuando nifio, ya cuan- do mayorcito y en todo tiempo!... jQué de veces le saludaria y le llamaria amorosamente Padre y se colgaria de su cucllo mostrandole tiernfsimo amor e infundiéndole inmensa gracia!... (Ten- go muy por cierto, dice un devoto es- critor, que después del abrazo infinite entre el Eterno Padre y el Hijo, del cual procede el infinito amor que es el Espi- —— 298 — ritu Santo, entre todos los otros prin- cipios de amor ninguno hubo mas eficaz que los abrazos amorosos me Jesus daba a Maria y a San Jose; asi como del abrazo de este mismo Hijo con el Padre Eterno procedia amor infinito, de estos abrazos de la Madre y del Padre temporales proce- did amor inaccesible y soberano, el mejor que cabe en puras criaturas. Ademas que en el amor de los pa- dres a los hijos, el amor natural divi- dese con el amor divino. Mas en el amor de San José a su Hijo Jesus no hay division, nt cosa que ponga li- mite; no se entromete escrupulo ni temor, porque todo es acerca de un mismo objeto. Regalaba el bueno de San José, al volver a casa de su tra- bajo, al Nifio Jesus, y asi como [os ni- fios suelen ser tan generosos que a quien les da algo alargan la joya que tienen en la mano, aunque valga un reino, asi Jestis le daria los frutos del arbol de la cruz. Contemplando a Jesis y gorjeando con El, le decia San José regaladisimas palabras de amor, y Cristo correspondia con ma- yores muestras de amor. Por fin, nin- guno de los hombres nacidos fué mas semejante a Cristo que San José, asi en hermosura exterior como en cos- — 299 — tumbres y condiciones y en haber padecido trabajos por Jesus. Didle ademas el Eterno Padre, a quien re- presenté en la tierra, un corazon de Padre para con su Hijo, el mas her- moso de los hijos de los hombres, y estos eran motivos sobrehumanos que encendian y aquilataban mas y mas el amor de San José a su Dios. ¢Quién no admira y envidia tan soberano amor? ¢Amas tu de ese modo a tu Dios, devoto josefino? Pide a tu Santo te dé siquiera una centellita de su volcan de amor divino para cumplir con la ley. Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracidén final como el primer dia. DIA SEPTIMO Por la sefial, etc. Seftor mio Jesu- cristo y oraciones como en el dia primero. MEDITACION San José puede y quiere socorrer a sus devotes en toda peligro y necesidad Composicién de lugar. —Contempla al Santo que te dice con amor: «Yo soy San José. Por vuestra salud Dios me envia en vuestro socorro.» — 300 — Peticion. — Poderoso San Jose, vo corrednos en vida y en la hora de [a muerte. A San José ha dado el Eterno Padi todo poder en el cielo y en la tierra al constituirle Ayo y Padre adoptivo de su divino Hijo, y Esposo verda- dero de la Madre de Dios. El tiene cierta jurisdiccién sobre Jesus y Maria, que le estuvieron sujetos. Nada les negd San José en la tierra, nada pue- den negarle en el cielo. Las suplicas de San José tienen para el corazén agradecidisimo de Marfa y de Jesus fuerza de mandatos. En gracia y glo- ria San José aventaja a todos los An-~- geles y Santos. Sentado a la diestra de su virginal Esposa Maria, debe ser honrado con el mayor culto que puede darse a un bienaventurado. Virgen y Canfesor, Profeta y Patriarca, Martir por sus dolores, embajador de la Igle- sia y de la antigua ley, y encargado de los deberes del universo para con su Dios, ofrecia al Rey inmortal de todos los siglos los homenajes de adoracién de todos los tiempos y de todos los hombres... j{Oh! jQué gran Santo es San José! Superior a los mismos An- geles, ocupé en la tierra el lugar de Dios: el de Dios Padre por ser Padre adoptivo de Jesus; el de Dios Espiritu — 301 — Santo como Esposo de Maria, y aun el de Dios Hijo, porque todas las leyes reputan al hijo una misma cosa con su padre. ¢Quién, pues, no tendra confianza ilimitada en el poder de San José? Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracién final como en el primer dia. DIA OCTAVO Por la sefial, etc. Sefior mio Jesu- cristo y oracicnes como en el dia pri- mero. MEDITACION San José, Patron especial de los moribundos Composicidén de lugar. —— Contempla al bendito Santo agonizando en _ brazos de Jestis y Maria. Peticién. — Muera como Vos, joh dul- ce protector mio San José!, con la muerte de los justos. Si la muerte es el eco de la vida, écémo moriremos nosotros? De temer es que una floja vida tenga una triste muerte, que una vida mala tenga una muerte pésima. Una vida santa trae una santa muerte. ¢Como, pues, pre- sumimos alcanzar lo que mas nos im- —- 302 — porta no haciendo cosa convemente para lograrlo? No todos saben vivir bien, o mejor no quieren vivir bien: y no obstante todos queremos bien mo- rir. No dejemos, pues, lo que mas nos importa para Ultima hora, que no sa- bemos si estara a nuestra mano. ¢Cuan- tos hay que mueren de repente? ¢Cudn- tos sin estar prevenidos? ¢Quisiéra- mos morir como hemos vivido hasta aqui? Si la muerte es el eco de la vida, no tiene derecho a esperar una buena y santa muerte quien llevé vida pecadora, vida esteril, vida de escdndalo; Ahora es tiempo de repa~ rar las quiebras del tiempo: perdido, que en aquella ultima agon{a no po- dra el alma ocuparse seriamente en el negocio que mas le importa. Haz ahora una confesion general, devoto josefino, si no las has hecho bien, o no la has hecho en toda la vida; exa- mina tu conciencia, procura ponerte en gracia de Dios, y no dejes para ul- tima hora lo que has de hacer ante todo y primeramente que todo. Oye a quien bien te aconseja y no te pesara en el ultimo momento. Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracién final como el primer dia. — 303 — DIA NOVENO Por la seal, etc. Sefior mio Jesu- cristo y oraciones como en el dia pri- mero, MEDPITACION Himno de accién de gracias y alabanzas a San José Composicién de lugar. — Considérate en medio de los coros de Angeles y justos cantando himnos. de gloria a San José. Peticién. — Muera yo, Jess, José y Maria, cantando vuestras excelencias el alma mia. Porque habéis oido las siiplicas que os hemos dirigido (1); Gracias Padre mio San José. Porque habéis enderezado nuestras torcidas peticiones para mas bien nues- tro: gracias, etc. Porque nos habéis dado a conocer y amar mas y mds a Jesus y Maria; gracias, etc. Porque nos habédis descubierto los encantos y perfecciones de vuestro pa- ternal corazon; gracias, etc. (1) Todos contestan: Gracias, Padre mio San José — 304 — Porque nos habéis demostrado més y mejor sus amarguras para compa- deceros, su santidad para imitaros, sus excelencias para glorificaros, su amor para corresponderos agradecidos; gra- clas, etc. Porque nos habéis mostrado la vida interior de vuestra alma toda endio- sada; gracias, etc. Porque nos habéis inspirado amor, recogimiento y paz interior; gracias, et- cétera. Porque nos habéis socorrido en nues-~ tras necesidades; gracias, etc. Porque nos habéis consolado en nuestras aflicciones; gracias, etc. Porque nos habéis ensefiado a vivir vida de oracién y union con Jesus; gra- cias, etc. Porque nos dais firme confianza de alcanzar todas las gracias que hasta hoy os hemos pedido y todavia no nos habéis alcanzado; gracias, etc. Meditese y pidase la gracia, etc. Tres Padrenuestros, Gozos y Oracién final como el primer dia. — 305 — 20 — 306 — NOVENA AL GRAN PADRE Y DOCTOR DE LA IGLESIA SAN AGUSTIN (Por Fr. P. Fabo, O. R.S. A.) DIA PRIMERO Por la sefial, etc. Oracion Preparatoria (1) Sefior, Dios mio, haz que mi corazén te desee y deseando te busque, y bus- cando te encuentre, y encontrando te ame, y amandote se purifice de todas las malas obras para que no las vuel- va a hacer jamas. Da, Sefior Dios mio, penitencia a mi corazén, dolor a mi espiritu, fuente de lagrimas a mis ojos, y largueza de misericordia a mis manos. Rey mio, apaga en mi los deseos de la carne, y enciende el fuego de la caridad; Redentor mio, quitame el espiritu de la soberbia, y dame benignamente el tesoro de tu humildad; Salvador mio, aparta de mi corazon el furor de la ira y armame propicio con el escudo de tu paciencia; Creador mio, arranca de mi la aspereza de la envidia y (1) Meditaciones de S. Agustin, Cap. I. — 3807 — concédeme la dulzura de la mente. Dame, en fin, clementisimo Padre, fe sélida, congrua esperanza y caridad continuada para servirte en este mun- do, y gozarte después en la eterna bienaventuranza. Amén. ORACION a N. P. San Agustin para todos los dias Padre mio, San Agustin, escogido por la mano de Dios, para ser modelo de virtudes y lumbrera de sabiduria; agui me tienes postrado ante tu pre- sencia, suplicandote oigas las peticio- nes de un corazon que te invoca con fe y te ama con reverencia, a fin de que mi alma saque provecho espiri- tual de esta novena, que consagro a gloria de Dios y de tu excelso nombre. Amén. MEDITACION Conversién de San Agustin La influencia de las malas compa- filas y el espiritu pagano que infor- maba la sociedad entre la que vivid San Agustin, influyeron tan activa- Mente en su corazon, que dieron lugar a que se viese en la tierra uno de los mayores imposibles, a saber: la anulacién de la eficacia que tienen las oraciones de una madre cristiana cuan- — 308 — do ruega por la salvacién de su hijo. Es cierto que el hijo de Santa Me- nica manché su alma con los borro- nes de la culpa desde temprana edad, mas téngase presente que no fué tan malvado como la fama exagera. Sin Agustin fué pecador, pero no fué un erverso: y si bien se considera, es hasta cierto punto disculpable en su pecado. Ausente de la casa materna por muchos afios, sin haber recibido aim la gracia del bautismo, y rodan- do por un mundo en que apenas se conocia la Religién Catélica, y en el cual pululaban las herejias y el paga- nismo con todas las aberraciones y escandalos, Agustin, comparado con muchos jovenes de estos tiempos mo- dernos, aparece honrado y casi aus~ tero. También deslustré su alma con erro- res teoldgicos, cayendo de unos en otros como pefiasco desprendido de la altura. Avido de saber, quiso saber hasta el error, para saber mas que todos; con su entendimiento inmenso como el mar y resplandeciente como el sol analizé y penetré los diversos sistemas de las escuelas de su tiempo, y aun logré dictar con seductor ma- gisterio sofismas tan faltos de_ verdad como henchidos de soberbia. Pero, si — 309 — su alma, nacida para cosas altisimas, se dejé arrastrar por el desenfreno de la clega razon, no luchaba intencio- nalmente contra Dios, sino que bus- caba la verdad y no la encontraba, porque por los caminos del error la tba buscando. A los treinta y dos aiios de vida llegS a reconocer su engafio; tiempo en que resoné en el cielo Ia hora de su conversién, y tuvieron efecto las oraciones de Sta. Monica, los sermo- nes de San Ambrosio, y la lectura de la Sagrada Biblia. Tales fueron las armas de que se valid la divina Pro- videncia para vencer al gigante del error convirtiéndolo en serafin de amor y sabiduria. Y fué asi, que estando cierto dia leyendo en casa con algu- nos amigos la vida de San Antonio Abad, sintié en su alma ansias de so- ledad y se retiré con Alipio, su distin- guido amigo, al huerto o jardin que en la casa habja. Pusose debajo de una higuera algo retirado de su amigo y cuando se hallaba embebido en ideas y afectos contradictorios y re- vucltos, oyé de subito una voz mara- villosa que le gritaba: « Toma y lee » Agustin creyé que era la voz de los muchachos que tal vez jugaban por la calle, y no haciendo caso se sumer- — 316 — gid otra vez en la tormenta que bra- maba en su pecho. De nuevo oyé la voz misteriosa que le decia sin cesar: « Toma y lee, toma y lee ». Entonces fué al sitio del jardin donde estaba Alipio, cogié el libro de las Epistolas de San Pablo, abridlo al acaso, y se presentaron a su vista estas palabras: (1) «No en banquetes, no en vicios y deshonestidades, no en contiendas y emulaciones, sino revestfos de Nuestro Sefior Jesucristo, y no empleéis vues- tro cuidado en satisfacer los apetitos del cuerpo.» Intensamente conmovido, no pudo leer mas; un rayo de luz cla- risima, emanado del corazén de Dios, penetré hasta el fondo de su alma, disipé todas sus dudas e irresolucio- nes y lo mudé de pecador en Santo. iOh, quién pudiera explicar lo que su- cedié en aquellos momentos entre Dios y su siervo! Cerré el libro y se fué a donde estaba su madre para pro- meterle que serja virtuoso y siervo de Dios. Madre e hijo se abrazaron amo- rosamente y Ioraron de alegria, dan- do gracias a Nuestro Sefior por el be- neficio recibido. Desde este momento San Agustin fué modelo de virtud y mortificacién; se retird a la soledad con su madre Santa Ménica, donde no (1) Ad. Rom. Cap, XTU, — 311 — ceso de llorar y hacer penitencia rigu- rosa por los desdérdenes de su vida pasada; consagrdse al estudio y a la meditacién de los misterios de la Re- ligién y lavé sus manchas con lagri- mas de compuncién muy sincera. Asi podemos exclamar con el mas puro regocijo: {Oh felices culpas que nos dieron un protector tan penitente, tan santo, tan leno de méritos! {Oh feliz hora en que el cielo derramé tan copiosas gracias sobre el corazon de San Agustin! jOh gloriosa madre con cuyas lagrimas e influencia vino su hijo al camino de la santidad! jOh admirable conversién que ha propor- cionado a la Iglesia tanto esplendor, y a los fieles cristianos tanto ejemplo de virtud y tan gran numero de be- neficios! EJEMPLO En las Crénicas de la Recoleccién de San Agustin se refiere que en el con- vento de la Popa, sito en la ciudad de Cartagena (Colombia), una persona li- gada con Dios de un modo especiali- simo se indispuso con el Padre Prior del convento y resolvié darle muerte. Con tan infernal propésito, armdése de cuchillo y penetré hasta la celda del Prior, quien a la sazén estaba orando — 312 — , arrodillado ante un cuadrito de San Agustin, que tenfa encima de la mera de estudio. Las primeras palabras del agresor fueron insultos amenazadores, Turbése el buen Padre y suplicé al criminal no le hiciese dafio por los méritos de San Agustin; el malvado blandié el cuchillo, mas entonces el Prior cogiéd el cuadro y lo interpuso entre los dos a modo de escudo; la pintura ilumindse de repente y despi- dié clarisimos resplandores que des- lumbraron al sacrilego y le hicieron caer de espaldas en tierra. Con esto librése de la muerte el Padre Prior; y lo que es mas, infundid el suceso tanto arrepentimiento y confusién al des- venturado criminal, que de alli en ade- lante hizo penitencia toda su vida y murié llorando su locura. Pidase aqui la gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria GOZOS CORO 7 Oh prodigio de la gracia, Amable Padre Agustino! Guianos con eficacia A nuestro eterno destino. De Santa Monica el celo, Con oraciones y [lanto, Consiguié que fueses Santo A mayor gloria del cielo; — 3138 — Pues ella tanto intervino Para obtener tanta gracia, Guianos, ete. Como Aguila te encumbraste A la region del amor, Y abrasdndote en ardor Al Serafin igualaste. De adorar al Ser divino Nunca tu pecho se sacia, Gutanos, ete. Tus meéritos y tu gloria Son muy grandes ante Dios, Haz que vayamos en pos Del resplandor de tu historia Para amar con eficacia A nuestro Dios uno y trino. Guianos, ete. De herejias y pecados Esta rebosando el mundo ¥ el vaho del vicio inmundo Lo Ilena por todos lados, Ya que con valor y tino Venciste tanta falacia. Guianos, etc. Td serenas la tormenta Y deshaces los nublados Con que el hombre se sustenta. A favor tan peregrino Obsta nuestra contumacia; Guianos, ete. Gran devoci6n profesaste A la Emperatriz del cielo Y con amoroso anhelo Sus bondades pregonaste; De tal conducta provino La gran fama que te agracia; Guianos, etc. 1Oh Padre tierno y amable! 10h modelo de humildad! — 314 — 1Oh fuente de caridad! jOh Pastor incomparable! Ante tus aras me inclino Y mi corazén se espacia. Guianos, etc, W. Ruega por nosotros, glorioso Pa- dre San Agustin. Ry. Para que seamos dignos, etc. ORACION Te rogamos, oh Dios omnipotente, nos concedas la gracia de alegrarnos en la devota conmemoracién de N. P. S. Agustin, con cuyo patrocinio con- fiamos nos hemos de salvar, mediante tu divino auxilio. Amén. DIA SEGUNDO Por 1a sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, como el dia primero. MEDITACION Amor de San Agustin a Dios Nuestro Seftor «El alma amante, ha dicho San Agustin (1), se deja elevar por los votos, es arrebatada por los deseos, disimula los meéritos, cierra los ojos a la gloria mundana, abre su corazén a los deleites celestiales, se entrega toda a Dios y en El obra confiada- : (1) Manual, ete, Cap, XX, — 315 — mente... El amor de Dios produce fa- miliaridad con El, la familiaridad, ex- pansién; la expansion, deleite; y el deleite, hambre de amor.» Quien asi entiende los grados de la santidad no puede menos de ser un extatico sera- fin. En efecto, si el glorioso Obispo de Hipona fué eximio en todas las virtudes, descuella en la caridad de una manera asombrosa. Desde el mo- mento de su conversién, su alma fué como un paraiso; amaba a Dios como por necesidad; parecia una esponja henchida de divinas dulzuras; cual aguila que necesitaba vivir en la in- mensidad del espacio, asi se remon- taba a las cumbres del amor contem- plativo. Verdaderamente, si Dios no le hubiera contenido los impulsos, el Santo Obispo de Hipona habria sido algo mas que hombre penitente y ex- tatico. Algunas paginas de sus escritos nos manitestaran su corazon. En sus Con- fesiones, dice asi: (1) {Dios mio!, ¢qué es lo que amo cuando os amo? No es la belleza de las cosas exteriores lo que amo cuando amo a mi Dios... No es esto lo que amo, y, sin embargo, lo que amo es una luz, es un canto, es un alimento, es un perfume, es un “a Libr. X. Cap. 6. — 316 — vinculo lleno de amor.» Asi es que, cuando salia de paseo al campo, pe- gaba con el bastén a las florecillas intimandolas que no le incitasen tanto a amar a Dios. De todo podria acaso dudar Agustino menos de que amaba a su Creador con toda la energia y deleite santo de su alma. Estaba com- penetrado de Dios como el hierro en- cendido en la fragua, de tal suerte, gue el Ser divino dominaba la integri- dad de su alma; por lo cual exclama- () “Si yo fuera cera, desearia bas mi molde fuera Dios.» Y cuando le pedian consejos para servir al Crea- dor del Universo, solia repetir con ili- mitada confianza: (2) «Ama y haz lo que quieras, ama y haz lo que quie- ras.» En otro pasaje (3) olvidandose el buen Padre de su sabiduria y de las canas que hermoseaban sus sie- nes, decia transportado de emocién: «Yo soy un niffito, yo soy un nifiito, pero tengo un Padre que esta en el cielo y es. mi Protector.» Esta expre- sién por si sola constituye un retrato perfecto de nuestro Santo. Amaba a Dios como un parvulo a su madre, de El se alimentaba, con El se sonrefa, abrazado a El vivia, y cuando el perro “Ga ( Conf. lib. 3 Cap. 6. (2) Trae. 7, in Joan. (3) Conf, lib. IX, Cap. 4. — 317 — infernal, encadenado al arbol de la cruz, ladraba para morderle, encon- traba Agustin en el regazo divino la proteccién mas segura. eQué extrafio serd que el mismo Je- sucristo se le apareciera en traje de peregrino y le dijese mientras permi- tia que le lavara los pies: (1) «Hoy has visto al Hijo de Dios en carne; a ti, Agustin, te encomiendo mi Iglesia»? ¢Y cémo no lloraremos de gozo al saber que Jesus se le aparecié en otra oca- sién y le pregunté como a otro San Pedro: (2) ¢Me amas, Agustin? —Se- fior, responde el Santo; Vos sabéis que os amo. —Pero ¢cudnto me amas, Agustin? —jOh Sefior! si mis huesos fuesen lamparas, y mi sangre aceite, me consumirfa todo por Vos. —¢Pero tan poco _me amas? —jDios mio!— afiade el Santo: —si yo fuera Dios y Vos Agustin, dejaria yo de ser Dios, para que Vos lo fueseis. Al ver tan inconcebible respuesta, el dulcisimo Jesus le atravesé el corazén con fle- chas de amor. Tal vez aludiendo a este favor dejé el Santo consignadas estas palabras que repite en varias de sus obras: (3) «Dios miol, me ——— ‘ (1) Cent. Agust. afio 430, n. cat?) Cron, de la Recolecoitn, ‘lom. 3. intr. Proe. “Rah Conf. lib. IX, Cap. 2 — 318 — habéis herido el corazén con vuestro amor, y llevo en mi las flechas que han traspasado mis entrafias.» La san- ta Iglesia por eso representa siem- pre a San Agustin con el corazon en la mano transverberado y despidiendo llamas de caridad. Pero lo que nos revela del todo la grandeza de su corazén es el libro de los Soliloquios, iQué hermosura! Cada pagina semeja un mistico cielo estrellado donde los puntos luminosos del amor brillan sobre el fondo tran- quilo de la mas perfecta contricién; este libro despide por dondequiera chispas encendidas, es un volcan en el momento de estallar, es un poema, es un idilio, es un paraiso. No se pue- de leer una pagina sin que broten lé- grimas amantes; parece que fué com- puesto al compas de arpas y flautas angélicas y bajo la influencia de can- ticos celestiales. Cuando se lee con espiritu; parece que se respira amor. jOh amor de San Agustin], inflama nuestro corazén en el servicio divino; purifica nuestras almas de los afectos desordenados y haz que todos nues- tros pensamientos, palabras y obras sean a mayor gloria de Dios. Pidase aqui la gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. — 319 — EJEMPLO Refiérese en el oficio liturgico de la Traslacién segunda de las Reliquias de San Agustin, gue yendo cuarenta pe~ regrinos enfermos de diversos males a Roma para conseguir la salud, como pernoctasen cerca de Pavia, donde se conservan las sagradas reliquias de San Agustin, vieron que salia a prima noche, de una iglesia, cierto Obispo de as- pecto venerando, el cual se acercd don- de estaban reunidos y les preguntd: —éA dénde vais?>—. Ellos contestaron: —A Roma, a visitar el sepulcro de San Pedro. Dijoles el Obispo: —Id a Pavia al templo de San Pedro in Caelo aureo. y de cierto hallaréis todos la salud. Los peregrinos, llenos de admiracién y confianza, preguntaron por su nombre y oyeron estas palabras dichas con tan- ta dulzura como majested: —Yo soy Agustin, Obispo de Hipona. Y desapa- recié. Por lo cual apenas rayé el alba emprendieron viaje a Pavia y entraron en la iglesia gritando: «San Agustin, sednos propicio, como nos habéis pro- metido.» Y sucediéd que de subito los cuarenta peregrimos quedaron sanos. DIA TERCERO Por la sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, como el dia primero. — 320 — MEDITACION Del amor de San Agustin al prdjimo Si el amor divino hacfa de San Agustin algo asf como un angel des- terrado del cielo, la caridad hacia el prdjimo lo convertia en embajador de Dios que vivia en la trerra para bien de sus semejantes. Digno de admira- cién era ver a aquel joven, triunfador de las aulas, oraculo de los profesores, asombro de los sabios de la tierra, ocuparse, muy luego de su conver- sidn, en lavar los pies de los peregri- nos y proporcionarles hospedaje, mo- vido de Ja mas entrafable caridad, asi como visitar a los enfermos, curar sus llagas y consolarlos muy paternal- mente. En verdad, el amor al projimo que no es sino una manifestacion ldgica del amor a Dios, no podia faltar al espiritu de Agustino. La vida de este Santo, que veia en cada criatura una Imagen divina, semejaba un torrente de misericordias y beneficencias. La ornamentacion que conviene a una casa episcopal sdbzse que la retiré de Ja suya de tal modo, que no se con- siderd Prelado sino en cuanto era Pa- dre de los pobres. Su mesa y vestido — 321 — rayaban en miserables, y los ahorros de las rentas eclesidsticas invertialas en socorrer enfermos y huérfanos y desvalidos. Acontecié varias veces que no le quedaba nada que dar a los pobres, y entonces subia al pulpito y, arrasados los ojos en llanto, amo- nestaba asi a los oyentes: «Ya se han concluido los réditos de la Iglesia y no tengo qué dar a los pobres.» Otras veces decia: «Son tantos los pobres que todos los dias me piden limosna, que me veo en la triste ne- cesidad de despedirlos sin socorro.» Su casa parecia un hospital publico, y cuando el misericordioso Pastor no tenia recursos lloraba con los necesi- tados; los abrazaba tiernamente, ro- gaba a la divina clemencia ampara- se a su querido rebafio; logrando re- mediar con Sus oraciones mas miserias y escaseces que con el mismo dinero. iOh, qué acertada se muestra la Igle- sia cuando en el oficio liturgico del Santo lo llama «Dulcedo pauperum, ‘Dulzura de los pobres»! Su corazén estaba como formado para amar; y se puede sostener que el aborreci- miento a una persona, si hubiera ca- bido en el, habria sido mas perjudi- cial a su salud que una bebida pon- zofiosa. Por eso aconsejaba siempre 322 — que no aborreciesen a los pecadores, aunque si los pecados; y (1) «que el cristiano no debia volver mal ni por los mismos males». Ciertamente en la caridad a tal extremo Ilegé, que no teniendo dinero, vendid las alhajas de la Iglesia para redimir a unos pobre- citos esclavos que le pedian miseri- cordia. Este rasgo de ternura hace mas amable a San Agustin que toda la ciencia y los elogios que le ha tri- butado el mundo cientifico. En los almacenes de su corazén ha- aba el hijo de Moénica fondos sufi- cientes para cubrir todos los afios la desnudez de cierto numero de hara- pientos, costumbre que implanté en Hipona, y que en cierta ocasién en que él estaba ausente, como no la cumplieran los encargados, por la gran carestia de aquel afio, al saberlo el amoroso Prelado, escribié una carta al clero y al pueblo mostrando su dis- gusto y advirtiendo que en afios de escasez general se debian multiplicar las obras de misericordia, «por cuanto la_ divina Providencia, a manera de gallina, aunque pisa a sus polluelos en lugares angostos no los mata, ni deja de ser madre; antes bien los ca- lienta entre sus alas con mayor soli- (1) Tract. in Joan. 28, I, ~~ 323 — citudy (|). {Tanto era el carifio que abrigaba .hacia sus queridos fieles, y tanta la confianza en las promesas de nuestro Salvador Jesucristo! Como dato elocuente de su caridad debemos afiadir que, predicando a su pueblo, la vehemencia y ternura de su alma inspiraronle estas admirables palabras que no tienen semejante sino en las de Moisés: «No quiero salvar~ me sin vosotros» Y es de advertir que con ser tan grande orador, pre~ dicaba muchas veces en tono famihar, y no se desdefiaba de proferir mo- dismos y palabras populares, para que ni los mas rudos salieran de su predicacién sin el provecho conve- niente. El santo que mas se asemeja a San Agustin por la dulzura de ca- tacter es San Francisco de Sales. San Francisco es el San Agustin del siglo diectocho. Y si esto no bastase para formar acabado concepto de sus entrafias mi- sericordiosisimas, recuérdese lo que pasé con un hombre llamado Fiscio. Este se refugid cierto dia bajo el asilo de la iglesia episcopal, porque sus acreedores lo perseguian cruelmente por insolvencia de cierta deuda. Luego (1)_ Vida de San Agustin por Uneilla. Part. U, fap. IX. que lo supo el caritativo Pastor hablé a Fiscio de esta suerte: —¢No tienes dinero con que pagar? Pues, yo tam- poco, pero nos basta la confianza en Dios, que luego nos remediara. Al momento pidié a un amigo la cantidad suficiente, se la entregéd a Fiscio y él cargo con la deuda ajena. Otra vez movido de caridad, curé con sus ora- ciones a un tal Inocencio que padecia de una fistula incurable en la pierna. Pero ¢qué més podemos decir de su misericordia, cuando al morir no pudo hacer testamento porque aun la cama donde yacia teniala destinada para los pobres, como dice San Posidio? Y écémo no habia de ser todo caridad y conmiseracién quien ensefiaba que «la humanidad era un enfermo que se extendia de polo a polo»? iOh caridad! Ti que hiciste de Agustino, un apostol, un martir, un fiel imitador de Cristo, inflama nuestro cora- zén para llorar con los pobres; ablanda nuestras manos para curar las heridas de los corazones tristes; aligera nuestros pasos para correr tras los que inten- tan precipitarse en los abismos del pecado; y rompe nuestras entrafias in- misericordes para que se difundan como 6leo sobre las llagas grangrena- das de los pueblos. — 325 — EJEMPLO A la Beata Verdénica de Binasco, monja agustina, la regalé con su pre- sencia muchas veces, especialmente una en que él iba presidiendo una solemne procesién compuesta de todos los San- tos de la Orden Agustiniana. A la Venerable Sor Maria Ana de San Agustin, la cifié él mismo la santa Correa, y la hizo monja agustina del convento de San Felipe de Madrid. A la Venerable Madre Ana de San Agustin, carmelita descalza, cierto dia en que la buena religiosa no podia asis- tir al augusto sacrificio de la misa, bajo él del cielo y celebré misa en su presencia. El H.° Fr. Alonso del Espiritu San- to, Guadalupe, lego Recoleto, estuvo asistido en su muerte por Maria Santi- sima y el amable Padre S. Agustin. El Padre Fr. José de San Juan Bau- tista que solia pedir de continuo a su benigno Fundador, que le concediera la gracia de morir el dia de su fiesta, cayé enfermo, y el 27 de agosto, des- pués de rezar jas visperas, expiro con la sonrisa en los labios. Pidase aqui la gracia que se desea alcanzarj Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. — 326 — DIA CUARTO Por la sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, como el dia primero. MEDITACION Devocién de S. Agustin a Jesus Crucificada Cuando uno se imagina a San Agus- tin arrodillado ante un Crucifijo, con el bdculo y la mitra derrocados en tierra, las manos junto al pecho, como para contener los latidos de su cora- zon, la cabeza inclinada, cual si qui- siera poner al servicio de los incen- dios de su espiritu la claridad de su entendimiento; saliendo de sus ojos entornados ldgrimas; enjutos los labios por el aliento encendido que exhalan sus entrafias, en todas estas fervoro- sas representaciones, Agustin incita al hombre mas tibio a sufrir por Jesus pendiente del madero, Martir divino por lo hombres. Si es cierto que nuestro Santo pasdé su vida escribiendo obras cientificas y teoldgicas para bien de los cristianos, y visitando enfermos y mendigos, y recorriendo los pueblos en que mas escaseaba la predicacién, asistiendo a los Concilios y Asambleas donde se defendian los inmaculados derechos de la Iglesia, es mas cierto todavia, que los ratos en que las ocupaciones domésticas y episcopales no lo recla- maban, dedicabalos a orar a los pies de un Santo Cristo, en el cual tenia su reposo, su alegria, su consolacién, sus amores, su gloria y su todo; asf es que decia (1) «Quiero vivir y morir en los brazos de mi Redentory. La contemplacién de los dolores de Nues- tro Sefior Jesucristo le absorbia el pen- samiento; y de tal forma quedaba in- flamado, que, dondequiera que se ha- llase, suspiraba por su Redentor y ha- blaba de El, porque, segdn decia (2), das llagas de Jesucristo estan lenas de misericordia, llenas de piedad, le- nas de dulzura y llenas de amor». jOh, cémo le arrebataba la imagen de un Crucifijc! (3) «Qué has hecho, dulcisimo Jesus, para que seas juz- gado asi? — decia en los transportes de su meditacién —. ¢Qué has hecho, dulcisimo Cordero, para que te traten tan duramente tus verdugos?» (4) «Oh caridad! ¢quién ha visto tales cosas? —seguia diciendo el enamorado Agus- Manual, Cap. XXIII, Td. Cap. XXL :) 3) Med., Cap. VII. 4) “a) M ( ( Ad. Cap. AXXV. —~ 325 — tin —, ¢quién no se espanta al ver tales prodigios de misericordia? eQuién ne se admira, quién no se enloquece al ver la excesiva caridad con que nos has amado?» Seria casa muy curiosa y que mo- veria a devocién entresacar de sus obras todos los epitetos y nombres amorosos que aplicéd a Cristo nuestro Re dentor. {Qué requiebros de amor! iqué metdforas mas brillantes! jqué novedad tan variada de exclamacio- nes se encuentran diseminadas en sus paginas, cuando trata de la pasién y muerte de Nuestro Sefior Jesucristo!: ‘Dulcisimo, benignisimo, amantisimo, carisimo, potentisimo, deseabilisimo, preciosfsimo, amabilfsimo, hermosisi- mo Jesus, Tu eres mas dulce que la miel, mas blanco que la leche y que la nieve, mas precioso que el oro y las piedras preciosas y mas amable que todos los honores y riquezas del orbe entero. Pasajes como éste tiene muchos, y prueban la vehemencia de su amor, vehemencia excesiva, rayana en locura, diriamos, si cupiese exceso o delirio cuando se trata de amar a quien siendo Dios ofrecié su vida por nosotros. Una vez que el bendito Padre es- taba meditando en los acerbos dolo- — 3279 — res del divino Redentor delante de un Crucifijo, éste despidis rayos de luz clarisima y aparecid el mismo Jests en forma viviente con el costado abier- to, del que salia un hilo de sangre, que describiendo una ligera parabola, iba a caer a la boca del serafin afri- cano. Al recordar esta escena, se es- tremece el corazén, antdase la gar- ganta y sélamente el llanto puede ser la expresién de amor a un Santo tan privilegiado. jOQh, quién pudiera ex- plicar con lenguaje digno, las divini- simas dulzuras de que quedé embria- gada su alma en este arrobamiento! ¢Quién Imaginarad siquiera el estado de su espiritu, en momentos en que del Corazén de Dios, flufa aquel li- quido inapreciable que engendra mar- tires y virgenes? San Agustin no fué martir de la fe en el sentido extricto de la palabra, pero, jcuantas veces deseaba haber vivido en tiempo de los Nerones o Dioclecianos para derramar su sangre por Jesus! jCuadntas recordaba a los santos martires, y les apostrofaba con palabras muy ardorosas, envidiando sus heroicas conquistas! jCon qué fruicién y preferencia predicaba a su pueblo la vida de aquellos que habian muerto bajo el furor de los persegui- — 330 — dorres omanos por amor al Redentor de los hombres! jOh, vosotros, cristianos, imitad al tiernisimo Patriarca San Agustin en esta virtud, y ante Jests Ilorad vues- tros pecados, renovad los propdsitos de enmienda y estad dispuestos a su- frir cualesquier dolor, antes que ofen- der a la Divina Majestad! Pidase aqui la gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. EJEMPLO En el convento de El Desierto de La Candelaria, de PP. Agustinos Reco- letos, sucedid que el dia de la Asuncién de Nuestra Sefiora, estando cantando en el coro los Maitines, un Religioso, que a la sazén gozaba de buena salud, se acercé al Prelado y le dijo que que- ria_confesarse, porque morir{a muy presto. Salié del coro y apenas se con- fesé suplico le dieran el Santo Viatico y la Extremauncién, y, recibidos estos sacramentos, eché ceniza en el suelo de la celda y se acosté para morir, po- niéndose al punto en devota medita- cién, y luego dijo a los que le acompa~- fiaban: —Callad, hermanos, que ya mi Padre San Agustin ha venido. Y ex- piré muy dulcemente. — 331 — DIA QUINTO Por Ia sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, c@mo el dia primero. MEDITACION Devocién de S. Agustin a Maria Santisima Al llegar a este punto, el alma del suavisimo Agustino no cabe en los marcos de lo natural, rompe las mallas de la carne y sube a la regién del Empireo, donde vive y reina la Madre del género humano y alli confunde sus amores con los amores del Corazon de Maria. En verdad que San Agustin amé ardientemente a su madre Santa Mé- nica, pero fué porque en ella quiza vela una derivacion de la_personali- dad de la Madre de Dios. El primer éxtasis que tuvo esta conexionado con el influjo de las palabras de su madre corporal; observacién es ésta que nos conduce a formar juicio sobre la idea tan augusta, tan tierna, que tenia de la maternidad. Ahora bien, conside- rando el Santo que Maria era el Tipo de la pureza, la Madre del amor her- moso y sobre todo, la Reina del dolor y del sufrimiento, ¢cémo habia de ser menguado en su carifio? Todo lo con- — 332 — trario, y asi tanto, gue para su cora- zon no hubiera sido suficiente una Santa Monica, por virtuosa y amable que la supongamos, a no tener en el cielo el prototipo de toda maternidad, la Virgen Maria. San Agustin debe llamarse el Ena- morado de la Virgen, diligente y tierno y respetuoso y entusiasta en todo lo que dice relacién cen las prerrogativas de la Madre Divina. Es motivo de grandisimo consuelo para el devoto de San Agustin saber que este Santo tiene tanta insinuacién en el Corazén de la Madre de los hombres; y de aqui que cuanto se pide a Esta en nombre de San Agustin, no sufre nega- tiva, porque él tiene muchos titulos y derechos a las misericordias de la Virgen. Por eso, pedir a Maria por los méritos de San Agustin es con- seguir lo que se pide, Fué principalisimo admirador y vo- cero de las glorias de esta Jnmacu- lada Sefiora, y se enojaba como un nifio cuando oja decir algo en des- honor de ella. Por eso exclamaba: «Tratandose de pecados, por el honor de Dios, no quiero suponer en la San- tisima Virgen la menor imperfeccién» (1) jGran sentencia! ¢Y quién puso “G) De nat. cb gr. Cap. 36, nim, 42. — 333 — en su pluma aquella sabiduria con que pasmé al mundo? ¢Quién le ins- piré aquellas sublimes alabanzas de las que la Iglesia se vale hoy para infundir a los fieles la devocién a la Reina de la gloria? ¢En qué escuela oyé aquellas devotisimas plegarias con las que el corazén del atribulado se expande y recibe el rocio de la confianza que inspira el nombre de Maria? ¢Qué maestro ilumind su en- tendimiento para que supiera cantar con tanta sublimidad las marianas prerrogativas> E] Beato Alano de la Rupe responde que, preguntando él a Maria Santi- sima que debian hacer los hombres para agradarla, oyd que le contestd estas palabras: —Sigue a Agustin, mi discipulo—. jAgustin, discipulo de Ma- rial, é¢qué encomio podemos_ hacer mejor que llamarlo discipulo de esta celestial Maestra? Ademas, bien sabido es (\) que la Virgen se apareciéd a Santa Monica y le entreg6 un hdbito negro y una correa o cinta de cuero, como la que usé después de la Ascensién de su Hijo Jesucristo a los cielos; Pues bien, San Agustin al fundar su Orden ere- mitica, por gratitud a los beneficios “(iy Grénica, t. 8 Adiciones. —- 334 —~ que la Soberana Sejiora le habia otor- gado, ordend que todos los Religiosos llevasen dicha correa como distintivo singular de su excelsa Protectora. Afia- damos también que San Agustin me- recié beber leche de los pechos vir- ginales de la Reina del paraiso. En el éxtasis de que hablamos atrds, cuando vid nuestro Santo a Jesucristo crucificado, también descendiéd del cie- lo Maria Santisima y mostrandole en- tre purisimas sonrisas su pecho, hizo fluir un rayo de leche, mas blanco gue las alas de los angeles y mas dulce que el Edén, y lo embriagé de amor; por lo cual, estando el absorto Padre en medio de los soberanos personajes, no pudo expresar la infinidad de sus gozos, sino exclamando muchas veces: —Jesus Maria; Jestis Maria; no sé dén- de volverme. Beneficio es éste que pondriamos en tela de juicio, a no ver registrados en las historias ecle- siasticas, con respecto a otros Santos devotos de Maria, hechos parecidos. Pero ¢qué raz6én nos induciria a negar esto de San Agustin, cuando fué uno de los mas amantes de Maria, de los enamorados de su nombre y de los imitadores mas fieles de sus virtudes? ¢Acaso serén indignos los labios del serafin de Hipona de probar el néctar = 335 — de los pechos de Maria, cuando su corazén era un volcan de castisimos amores? Celebremos, pues, todos con entu- siasmo la devocién que tuvo a la Ma- dre de Dios, y alabemos y rindamos a esta Sefiora himnos de gracias por los insignes favores que hizo a su Siervo; pero al mismo tiempo amé- mosla también nosotros, y celemos la honra de su nombre para que tenga- mos la fortuna de verla en el cielo, mediante el favor de San Agustin, que ampara a sus devotos en todos los trances de la vida. EJEMPLO Refieren las Crénicas de la Recolec- cién Agustiniana que estando una no-~ che durmiendo en cierto pueblo de Filipinas un Padre, un indio, por ins- tigacién del diablo, fué a la casa parro- quial acompafiado de otros dos hombres con el fin de asesinarle. Eran las doce de la noche, los compafieros se queda- ron afuera guardando las espaldas al indio, que con cuchillo en mano entro a verificar el sacrilego atentado. Al llegar al dormitorio del Padre, un an- ciano Obispo le salié al encuentro con baculo de oro y le dijo: —e¢A dénde vas? ¢No ves que yo guardo a este — 336 — hijo mfo, que esta durmiendo? E] indio no hizo caso a estas palabras y preten- dié entrar para ejecutar el pecado; pero entonces levanté el baculo el Obispo y le amenazéo terriblemente. Tanto fué el miedo que concibid el indio entonces, que retrocedié y quiso salir de la casa, pero en vano, porque no atind con la puerta y tuvo que esconderse en un rincén hasta que le hallaron al dia si- guiente. ¢Quién era aquel Obispo que impidié la muerte del Padre Misione- ro? El Benditisimo San Agustin, que protege a sus devotos con solicitud in- comparable. Pidase aqui la gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. DIA SEXTO Por la sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, como el dia primero. MEDITACION Sabiduria de San Agustin La divina Proyidencia quiso que San Agustin viviese en los tiempos de las herejias, y que se adhiriese a muchas a fin de que, después de su conyersién, defendiese todos los dog- mas, todas las verdades, todos los mis~ terios de nuestra sagrada fe con 16- gica inapelable. Era necesario, ade- — 337 —~ mas, que, en visperas de la invasion de los barbaros, enemigos de toda verdad y de todo progreso, hubiera un hombre capaz de oponer a la ola destructora de la barbarie un faro lu- minoso para que la humanidad no feneciera en las tinieblas del error; era menester levantar un castillo in- destructible en el que se conservaran todos los principios morales, todas las verdades regeneradoras de la ley de gracia y no quedaran confundidas en los escombros de la universal catas- trofe. Y asi fué, porque el genio asombroso de Agustin estudid con mirada de Aguila a Dios, el alma humana, la Religion y a Jesucristo en todas sus formas y relaciones, en todos sus prin- cipios y consecuencias, no dejando a la posteridad mas que el trabajo, el dulce trabajo de copiar y desentrafiar sus sentencias, con las cuales se ha- cen polvo los sofismas presentes y fu- turos, que en contra del dogma caté- lico han inventado e inventaran la in- moralidad y la herejia. Con su talento abarceé todas las ciencias de su tiem- po; y no sdlo esto, sino que sus escri- tos resultan depdsitos que, desarrolla- dos convenientemente, dan harta ma- teria a los estudios de la ciencia mo- — 3338 — derna para la solucién de muchas di- ficultades. En sabiduria, San Agustin es como adivino; es algo mas que un almacén de conocimientos, es una fabrica que produce sin cesar y con perfeccién toda clase de doctrinas. A veces no raciocina ni discurre, ve las cosas como por intuicién, como si tuviere el conocimiento especifico del angel. En la imposibilidad de recontar sus triunfos y de analizar sus inmortales escritos, nos contentaremos con indi- car los elogios que han hecho de su saber algunos sabios y Santos: San Gelasio lo llama luz de los maestros de la Iglesia. San Isidoro de Sevilla (1) decia que Agustin por su ciencia y su genio ha- bia vencido los estudios de todos sus predecesores. San Ildefonso de Toledo (2) no creia -permitido contradecir a Agustin. San Gregorio Magno lo apellida pa- bulo delicioso y torrente profundo y claro del saber divino, y dice: (3) «Leed las obras de Agustin y no busquéis nuestro salvado cuando tenéis la flor de su trigo.> «Gracias a San Agustin, dice Mar- (2) Gib. Reym, Cap. VEIL (2 Sermén de B. Vir tg. (3) Lib. VIIT. Reg. Cap. XXXVIIL. — 339 — tino V (1), no envidiamos a los fild- sofos en sus filosofias ni a los ora- dores en su elocuencia.» «Santo Tomas, dice Bossuet (2), es San Agustin reducido al método de escuela.» San Bernardo se gloriaba de seguir la teologia de San Agustin; y Pedro el Venerable lo llama «Maestro prin- cipal de la Iglesia después de San Pablo.» Santo Tomas de Villanueva: «Varén de entendimiento casi divino» Y San Victor Uticense, por no citar mas, dice gue San Agustin es ‘fuente de elo- cuencia, maestro de los Doctores, luz del mundo, arquitecto de la Iglesia, sol de doctrina y fénix de amor». Tan elevada y magistral es su doc- trina, que treinta y seis concilios, en- tre generales y provinciales, definen que se ha de seguir en todo; treinta y cuatro Romanos Pontifices la ensal- zan con grandes elogios; ciento sesen- ta y cuatro Santos Padres y Doctores defienden sus opiniones; y las mas insignes Universidades lo siguen como a Maestro (3). Mas no seria San Agustin tan ad- (1) Sermén sobre la traslacién de Santa Ménica. (2)__Defensa_de la tradicién y de los Santos Padres. Lib. VI. Cap. XXIV. (3) Conceptus Euchologicus, fol. 390. Francisco Ma- eedo franciscano. — 340 — mirable en su ciencia, si con ella no hubiera sabido armonizar la piedad mas profunda, la humildad mas sin- cera, el amor mas casto que imagi- narse puede. De aqui que, si pone- mos en consideracién su sabiduria, no es tanto por lo inmensa que fué, sino porque, relacionada convenientemente con la virtud, es un rasgo que, por lo diffcil y raro, ocupa uno de los puestos mas principales en la lista de sus méritos; y ademas, porque ella manifiesta y pone como de bulto su humildad alta y eminente, como que se desarrolla en un ambiente de gran- dezas y pompas, de aplausos y loas, capaces de desvanecer la cabeza mas firme. Por lo demas, no hay que fijar la atencion, tanto en el saber de Agus- tin, cuanto en las virtudes que ensefia con sus escritos. Amemos, por tanto, mas al serafin de Hipona que al Aguila del pensamiento. Mas nos debe gus- tar un jay! de San Agustin que el principio mas filosdfico de sus obras. Vosotros, oh hijos de la Iglesia, vos- otros, oh devotos de San Agustin, apren- ded a humillar vuestra razén ante la incomprensibilidad de los misterios de la fe, y no querdis renunciar a los beneficios de la santa Religién por no quebrantar la sabiduria del pen- — 341 — samiento. Dad también gracias al Es- piritu Santo, porque suscité, cuando convenia, un Campedn que aplasté la contumacia de los _herejes, y mostraos dignos de conseguir y entender algun dia en el cielo las promesas de nues- tro Sefior Jesucristo. EJEMPLO En la ciudad de Veracruz, Meéjico, habia un nifio de diez afios de edad a quien se le paralizé de repente un brazo_sufriendo intensos dolores por espacio de dos meses. Los médicos habian sido impotentes para restable- cer el miembro a su primitivo estado, por lo cual los padres andaban afligi- dos. En ocasién tan angustiosa, hospe- dandose en casa del enfermo un Padre Agustino Recoleto, pronto conocié la intensa pena de los padres del nifio. Condolido el huésped, llamé al enfermo y después de inspirarle devocién al gran Patriarca de la Iglesia San Agustin, saco una estampa de este Santo, la que aplicé6 por un momento al brazo im- pedido y se la regalé para que le rezase todos los dias con mucha fe. jCaso ad- mirable! Apenas recibid el enfermo el devoto regalo, se le curd el brazo y empez6 a valerse de él como si no hu- biera estado poco antes completamente paralizado. Pidase aqui la gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. DIA SEPTIMO Por la sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, como el dia primero. MEDITACION Humildad de San Agustin Que una persona ignorante o desco- nocida de la sociedad no sienta en su alma estimulos por la fama y la glo- ria mundana es cosa tan ordinaria como verosimil; pero que un hombre eminente como el Qbispo de Hipona no sélo viese en las alabanzas que le dirigian los hombres motivo de dis- plicencia y desazén, sino que esas ala- banzas le causasen rubor y llanto, es cosa que lo enaltece sobre todo enca- recimiento. Canta la Iglesia en la fies- ta del 28 de agosto que no hay nadie mas humilde que Agustin. Y asi fue, porque el conocimiento profundisimo que tenia de Dios y de las flaquezas humanas influyeron de una manera caracteristica en los movimientos de su corazén y le hicieron considerarse mas vil que un asqueroso gusanillo. Ei Ilanto no intermitido que brotaba — 343 — de sus ojos, a impulso del arrepenti- miento, de cuyos afectos estan impreg- nados_todos los escritos del eruditi- simo Doctor africano, prueba convin- centemente los quilates de modestia que albergaba en su alma. E] con- cierto de todos los pueblos, que lo aclamaban santo y oraculo de los sa- bios, no produjo en él ni el mas tenue movimiento de vanidad, antes al con- trario, sirvié para estimularle a que escribiese esa preciosa obra titulada las Confesiones, que ni tuvo antece- dente ni tendra imitador siquiera sea por un nuevo David. El libro de las Confesiones, ese recuento inmortal, no de crimenes y fealdades vergonzosas, como alguno puede figurarse, sino de flaquezas ordinarias y de observacio- nes profundas del corazén humano, que el anciano Obispo de Hipona hizo para que despreciase la posteridad al joven Agustin, pone el sello a cuanto pudiéramos decir en abono de esta virtud Pero no se crea que ésta fué priva- tiva de sus ultimos afios, no, su vida transcurrié informada por una aspira- cién perpetua hacia la humildad. Ape- nas convertido, huye del bullicio del siglo, deja las honras y distinciones mundanales, reparte sus bienes a los — 344 — pobres y se retira a la soledad. Vese obligado a practicay un viaje con el piadoso objeto de convertir a la fe a un amigo suyo, y de repente le obli- gan a que se ordene de presbitero, sin que le valga ni la resistencia que demuestra, ni las suplicas, ni las la- grimas, ni las protestas, ni la igno- rancia e ineptitud que alega para car- go tan augusto. Bien sabido es, a mas de esto, cuan- to huia de las poblaciones en donde no habia Obispo, por temor de que lo distinguiesen con la dignidad epis- copal. No puede evitar que llegue a sus oidos el eco de las clamaciones que tributan a su nombre, y Agustin llora de pesadumbre, se anonada de- lante de Dios, y con la candidez de un nifio empieza a escribir a unos y a otros para deshacer la buena repu- tacién en que lo tienen: (1) «Los que me amais — dice — hasta el extremo de asegurar que nunca me equivoco, defendéis mala causa; yo no gusto de que mis amigos me tengan por lo que no soy. Un joven llamado Vicente, re- cién convertido al catolicismo, se atre- vid a darle lecciones acerca del origen del alma. Agustin hallé en el escrito que aquél le dirigiéd grandes errores (t) Conf. lib, X. Cap. XXXVIT. — 345 — contra la fe, y los refuté en cuatro li- bros Ilenos de ciencia del Espiritu San- to; y aludiendo a los titulos de sapien- tistmo y doctisimo que Vicente le pro- digaba, contesté el modesto Prelado: (1) «Por lo que a mi hace, confiésote que ignoraba tener esas dotes que me atribuyes; es mds, estoy muy cierto de que carezco de ellas.» Escribiendo también a S. Simpliciano, Obispo de Milan, dicele «que ruegue a Dios por sus flaquezas, y que, al recibir algin libro suyo, no se contente con leerlo, sino que se constituya en severo yuez para corregir los defectos que ad- vierta?. jAsi se expresaba el maestro de los maestros, el dguila de los doctores, el ingenio mas universal de la Iglesia! ¢Y qué diremos del libro de las Medi- taciones en el cual vacid su corazon el mas santo de los sabios, pasmando al mundo con los denuestos y vitupe- rios que a si mismo se dirige (2) «jDios mio!, arroja de mi Ja jactancia de mi mente, disminuye mi soberbia y_ per- fecciéname en la verdadera humildad; hazme Ilorar y ablanda mi corazén de piedra.» Y mas adelante afiade: «Per- dona a mi alma, perdéname los pe- (1) Contr. Vic, (2) Med, Cap. XL. — 346 — cados, perdéname los crimenes, visi- tame que estoy enfermo, curame que estoy enfermo, saname que estoy mo- ribundo, resucitame que estoy muerto.» Verdaderamente S. Agustin fué el mo- delo mds practico de la humildad, pues no se contentdé con ensefiar que (1) da soberbia es el principio de todo pecado», sino que su corazon Ilegé a engafiarle cuando creyé necesario es- cribir el libro de las Retractaciones que revela hasta dénde Ilegaba la idea de menosprecio y desconfianza que tenia de sus obras, asi como los es- crupulos que le indujeron a modificar y explicar ciertas sentencias en que otros sabios hubieron quiza cifrado la agudeza de su entendimiento. jBendigamos, pues, al humildisimo Agustin, y cantémosle cdnticos de glo- ria, ya que en este mundo conculcd con pie robusto las mentidas flores de la adulacién y de la honra!l jBendi- gamos por eternidad de eternidades al insigne maestro de la humildad, que nos ensefié con palabras y obras, cual es el verdadero camino que conduce a Jesucristo, y hagamos que nuestro corazén sea sordo a los clamores de la gloria mundana. Imitemos su hu- mildad y nos haremos dignos de su 4) Lib. L de Ser. Dom. Cap. 1. — 37 — valimiento, ejercido tantas veces en favor de sus devotos. EJEMPLO Hacia el afio de 1268 padecia la ciudad de Toledo una plaga de langosta que asolaba los campos y cuantos fru- tos habfa en ellos, dejando a los agri- cultores reducidos a la miseria. Para remediar tamafia desgracia, implora- ron los vecinos la proteccién del glo- rioso San Agustin, el cual no fué indi- ferente a los clamores de los devotos, pues milagrosamente se aparecid vesti- do de Obispo, salid a los campos, con- juré con el bazulo la plaga y se vid con admiracién de todos que millones y millones de langostas se Precipitaron a las aguas del Tajo y cesé desde enton- ces todo dafio. Agradecidos a este in- signe favor resolvieron celebrar anual- mente una fiesta solemnisima en honor del Santo. En la misma ciudad de Toledo, por los afios de 1323, muriéd D. Gonzalo Ruiz, ascendiente de los condes de Orgaz, que era muy devoto de San Agustin y bienhechor de los Padres Agustinos. Llevadronle a enterrar, y al querer introducirlo en la sepultura, tcual seria el asombro de los circuns- tantes cuando vieron bajar del cielo a — 348 — San Agustin con San Esteban? Estos dos santos enterraron por si mismos el cadaver, y al concluir, dijo San Agus- tin: «Tal galardén recibe quien honra a Dios y a sus Santo.» Pidase aqui Ia gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. DIA OCTAVO Por la sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, como el dia primero, MEDITACION San Agustin, fundador Falta enjoyar la corona del Santo con la piedra preciosa que mas visi- ble se muestra a los ojos de la hu- manidad. San Agustin fué fundador de la Orden Eremitica de su nombre: en Tagaste estableciéd el primer mo- nasterio de ermitafios, en Hipona el primero de monjas agustinas, siendo la primera Prelada su hermana Santa Perpetua; y también establecié dentro de la Catedral un claustro en donde se reunid parte del clero hiponense, siendo ésta también la primera comu- nidad de Candnigos regulares de la Orden de San Agustin, Para todos es- tos centros de santidad y de ciencia compuso una regla, cuya doctrina es completa y santisima; por lo cual, con — 349 — ser San Agustin un Santo que respira amor, es un sabio que dicta leyes, o por decirlo mejor con S. Posidio en su Vida: San Agustin «es la misma ley encendida». Las legislaciones de los antiguos ro- manos y griegos son un sarcasmo a la humanidad, si se comparan con la Regla de San Agustin; Agustin, como legislador, sdélamente es comparable a Moisés. Platén no pudo otra cosa que sofiar una reptblica, pero San Agustin ha fundado ochenta y ocho reptblicas © congregaciones distintas con una tegla de doce capitulos; es decir: cuarenta dérdenes monasticas, treinta y una de clérigos regulares y diez y siete de caballeros militares han elegido la Regla del gran. Obispo de Hipona como norma y régimen de perfeccién cristiana. Al modo que el ciervo herido corre a la fuente de agua fresca, como el nifio busca los pechos de la madre, como el mendigo acude al caritativo opulento, de la misma manera ha acudido el mundo en todos los tiempos a la Regla de San Agus- tin, la cual, como canta Ja Iglesia, es camino real y sin tropiezo para llegar al cielo. Por eso vemos que el mundo se llend con rapidez de Santos y de Martires, por cuyas venas corrfa san- —~ 350 — gre agustina: en desiertos y poblados brotaron nuevas flores de virtud fecun- dizadas por el espfritu. melffluo de Agustin; sobre todo Santas agustinas como las Claras de Montefalco, las Ritas de Casia, las Julianas de Corne- lién y las Ineses de Beniganin, om uno de los mejores adornos de celestial Jerusalén; y si repasamos las Crénicas de la Orden de San Agustin y las de aquellas que tomaron su re- gla, tendremos que decir, sin temor de equivocarnos, que el cielo agusti- niano es mas ilustre y numeroso que todos los demas; y asf, aquello que dijo San Agustin de la Iglesia en gc neral podemos decir nosotros de Orden agustiniana, a saber: (1) €l mundo colorea con la purpura de la sangre de sus martires, florece el cielo con las coronas de sus Santos y con sus memorias la Iglesia se hermosea.» A la verdad, solamente la Orden ere- mitica, ha producido para gloria de Dios y beneficio de la humanidad mas de veinticinco Santos, mas de trescien- tos quince Beatos, mas de doscientos veinte Venerables, mas de veinte Car- denales, mas de siete Patriarcas, mas de ciento veinticinco Arzobispos, mas de noventa y seis Prefectos Apestélicos (1) In psal. 118, Serm. 30. — 351 — y mas de dos mil escritores de fama universal (1). Si a este resumen se afiaden las de otras Religiones que profesan la misma regla, ¢qué argu- mento tan magnifico se podria pre- sentar para gloria del eximio funda- dor de los Agustinos? Y si de esto pasdramos a meditar los beneficios que estas Ordenes y Congregaciones han prestado a la sociedad en todos los paises y épocas, diremos compen- diadamente que no ha existido nece- sidad, exigencia o trabajo que no haya sido remediado o curado con sangre agustiniana. La sangre del Moisés de Occidente ha corrido por todas las arterias del mundo y correra hasta que el aliento del Juez omnipotente encienda la hoguera del dia de la coélera final. Bendigamos, por tanto, al Sefior, démosle gracias por los favores que nos ha otorgado, mediante la sabi- duria prudente, benéfica y difusiva de su Siervo San Agustin y procuremos que todas nuestras obras tiendan a la gloria de la divina Majestad y pro- vecho de nuestros prdjimos para que vivamos y muramos segtin la ley de Dios. (2) Post. saecul. sex. P. Lanteri. — 352 — EJEMPLO ¢Quién no conoce la vida de Santa Rita? A los doce afios consagré a Dios su virginidad, mas, al Ilegar a la edad nubil, por consejo de sus padres, hubo de casarse con un hombre de caracter dspero y descontentadizo. Rita, a fuerza de paciencia, consiguid que reinase la paz doméstica en los veintidés afios que vivieron juntos. Tuvo dos hijos en el matrimonio. Cierto dia mataron al marido de Rita unos hombres a quie- nes perdond de corazén, como Dios ordena; empero sus dos hijos juraron vengar la muerte del padre, y, aunque la Santa no cesaba de disuadirlos de tan gran pecado, los jévenes no cejaban en su empefio; por lo cual suplicéd al Sefior que antes que ellos fueran malos, mas bien les quitase la vida y se los llevase al cielo, Al poco tiempo mu- rieron ambos, y viéndose libre de los lazos domésticos, Santa Rita resolvidé hacerse monja agustina. Pidid por tres veces la admitieran, y las tres veces se le negé la entrada. Entonces acudié a la proteccién de San Agustin, y le suplicé que hiciera un milagro, si era necesario, a fin de poder ella vivir en los claustros. Cierta noche aparecidsele — 353 — 23 San Agustin con San Juan Bautista y San Nicolas de Tolentino, y asiéndola por la mano la hicieron atravesar mon- tes y valles hasta que llegé al convento. Abrié San Agustin las puertas, y la introdujo en la celda de la Priora, ordenando a ésta que admitiera en la Comunidad a Rita, pues era muy de su agrado que fuese monja agustina. jAsi favorece San Agustin a sus devotos! jAsi oye las stiplicas del que ruega con fe, humildad y perseverancia! Pidase aqui la gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. DIA NOVENO Por fa sefial, etc. Oracién preparatoria, et- cétera, como el dia primero. MEDITACION Muerte gloriosa de San Agustin A principios de junio del afio 430, Genserico, rey de los Vandalos, des- pués de arrasar casi todas las pobla- ciones de Africa, puso cerco a la de Hipona. Sede episcopal de nuestro Santo, en la cual varios Obispos es- taban refugiados huyendo de los fu- rores de la invasién. El asedio iba haciéndose muy largo y penoso, cosa que trafa tan sumamente apenado a Santisimo Prelado, que, como dice San — 354 — Posidio (1), «rogé al Sefior que librase a su rebafio de aquellas calamidades, o que lo sacase a él de esta vida y lo llevase a Ia otra». Dios oyé la ora- cién de su Siervo, aquella oracién nunca interrumpida desde que conocid la verdad y la hermosura de la gloria celestial. Con acento profético decia afios antes (2): «A la mansioén del Sefior iré, pero ayudado de tu gracia; en- traré antes en el talamo de mi cora- zon, te cantaré mis amores, Rey mio y Dios mio, lloraré con gemidos ine- narrables en el lugar de mi destierro, en donde me son muy dignas de ala- banza tus justicias.» Y en otro lugar lloraba de esta suerte (3): «jAy de mi, que se dilata demasiado mi flestierrol, ¢Quién me dard alas de paloma para volar y descansar en Dios? Porque nada me es tan dulce como estar uni- do a El» Fué a mediados de agosto cuando cayd gravemente enfermo. Con mas razén que nunca pudo decir ahora (4): «Lo que deseaba ya lo veo, lo que esperaba ya lo tengo, lo que anhe- laba ya lo poseo. Ya voy a estar uni- o en los cielos al que amé en la “(i)” Vita. Cap, KXIX, (2) Medit. Cap, XVIIL my Id. Cap. XXVIL. (4) Medit. Cap. XXXVIT. — 355 — tierra con toda la fuerza de mi alma, al que estuve abrazado con todo mi amor, al que estuve adherido con todo ‘mi ser; a Ti, joh Dios mio!, que vives en los siglos de los siglos te alabo, te bendigo y te adoro.» Varios eran los Obispos que rodeaban su lecho de muerte, y muchos, los hijos reli- giosos que le asistian en la postrera enfermedad. San Agustin sufria todos los dolores con invicta paciencia y no cesaba de aconsejar a todos que hiciesen penitencia por los pecados, y para darles ejemplo mandé escribir en las paredes de la habitacién los Sal- mos penitenciales que se rezaron en aquel aposento sin interrupcién. Dos milagros patentes hizo el Santo en estos dias, segun afirma San Posidio. Presentése un sujeto en el cuarto de San Agustin trayendo un enfermo que estaba gravisimo y suplicole que sobre el moribundo pusiera sus manos para que sanase, pues en suefios habia oido una voz que le dijo: «Vete al Qbispo Agustin, que le imponga las manos y sanara.» Ast lo hizo el Santo y al instante se curd totalmente el en- fermo. También le suplicaron que ora- se por un endemoniado, que quedé al punto libre de la opresién de Satanas. Por fin, conociendo el enamorado — 356 — Agustin que su vida se acababa por momentos, suplicéd a los que le asis- tian lo dejaran solo para hablar mas intima mente con Dios. {Quién sabe cémo le cantaria en el talamo de su corazén el cisne racional de Hipona! Si en vida habia suspirado asi (I): «Ven, Sefior, y no tardes, ven, visi- tame en tu paz, ven y saca al que esté preso en la cdrcel para que se alegre con perfecto corazén; ven, Sal- vador mio, ven, deseado de las gen- tes, muéstrame tu divino rostro y seré salvo; ven, luz mia, Redentor mio, y saca de la carcel a mi alma para que yo confiese tu santo nombre» Si en vida, pues, habia dicho tantas ternezas a Jesucristo, ¢qué no le diria ahora que tenia los cielos abiertos ante sus ojos> A los 76 afios de edad, el dia 28 de agosto del afio 430, volé al cielo el serafin de Hipona, el Aguila del pen- samiento, el fénix de amor, el hijo de Santa Monica, el amable San Agustin. Una tradicién respetable y muy fun- dada dice (2) que cuando San Agustin expird, un angel le extrajo el corazén y lo guardé oculto hasta los tiempos de Sigisberto, Obispo de Leyden, a “ay “Solilo uio, Cap, XX XV. (2)_Introduc. poem, a fas Crén. de la Recolec. Cqp. TIL —~ 357 — quien se lo entregé con estas pala- bras: « Recibe el eximio tesoro de la Santisima Trinidad»: jAsi mueren y son glorificados los que aman y sirven a Dios! Aprended, oh devotos de San Agustin, cémo se consigue el premio, cual es el camino de la gloria, y cuan dulce es la muerte de los que mueren en el Sefior. EJEMPLO Cierto dia en que Santa Gertrudis estaba meditando sobre aquellas pala- bras que se leen en el oficio del Santo, a saber: «que la caridad de Cristo habia atravesado su corazén), se le representé el admirable Fundador de la Orden Agustiniana ante Dios, resplandeciente su rostro como una ascua, su cuerpo penetrado de suavisimas luces y con el corazén rubicundo y fragante como una rosa, que perfumaba con su olor las mansiones del cielo. Al verlo asi la Santa le suplicéd que favoreciera a todos los que tuviesen fe en él y se encomendasen en sus oraciones. San Agustin entonces dijo al Sefior: «jDios mio! Haz que los corazones de mis devotos ardan como el mio en vuestro amor.» Y en este instante vid Santa Gertrudis que Nuestro Sefior levanté majestuosamente la mano y con expre- — 858 -— sidn de amor bendijo a todos los fieles que le suplicaban un favor por los mé- ritos de San Agustin. Pidase aqui la gracia que se desea alcanzar. Récese un Padrenuestro, Avemaria y Gloria. HIMNO A NUESTRO PADRE SAN AGUSTIN Cante el mundo mil himnos de gloria, Desde el uno hasta el otro confin, Bendiciendo la grata memoria Del eximio Doctor Agustin. Santa Ménica, su Madre, Con suspiros y oracidn, Alcanz6 de Dios la vuelta De su noble corazon. jOh lumbrera de la Iglesia! jOh baluarte de la fe! Con tu auxilio en esta vida Yo mis votos cumpliré. — 359 — San Agustin y Santa Monica — 360 — TRIDUO A SANTA MONICA Ma- DRE DEL GRANDE DOCTOR y PADRE DE LA IGLESIA SAN AGUSTIN (1) Por la sefial, etc... Sefior mio Jesu- cristo... etc. Oracién para todos los dias jOh gloriosa Santa Monica, modelo de madres cristianas, que con vues- tras l4grimas y admirables ejemplos, ganasteis para el Cielo a vuestro ma- rido y a vuestro amado hijo San Agus- tin! Confiados en vuestros méritos acudimos al Padre de todas las gra- cias y Dios de las misericordias, para que por vuestra mediacién nos dé for- - taleza y valor para seguir vuestros pasos e imitar vuestras herdicas vir- tudes. Si, oh gran Santa: Vos que tanto valimiento tendis con Dios, pre- sentadle nuestras plegarias y alcan- zadnos de El toda suerte de gracias: la paz y mutuo amor para los casa- dos, el celo y solicitud a las madres {1) Este Triduo puede transformarse en novena leyendo cada dia uno de los tres puntos que hemos puesto, con la oracién preparatoria y Ja final. - 361 — para que eduquen cristianamente a sus hijos, la sumisién y docilidad a los hijos para que sigan las santas instrucciones de sus madres, la inocen- cia de costumbres para todos, y la gracia especial que os pedimos en este Triduo si ha de ser para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Haced que sirviendo a Dios en la tierra. merezcamos gozarle eternamente en vuestra compafiia en el Cielo. Amén. DIA PRIMERO Meditacign Punto 1.° {Oh gloriosa Santa Méni- ca! {Qué admirable fué la sobriedad que desde nifia practicasteis, y la hu- mildad con que después contabais a vuestro hijo San Agustin el defecto en que incurristeis, no por destemplan- za, sino mds bien por una pueril lige- reza, y la pronta enmienda de tal de- fecto, por medio de la correccién de vuestra maestra y criada! Os suplico me alcancéis la gracia de no dejarme Ievar de la gula en la comida y be- bida, y de hacer caso de las cosas pe- quefias, para no caer en las grandes, como con tal motivo me lo advierte vuestro Hijo. — 362 — Punto 2:° jOQh modelo de manse- dumbre y obediencia, piadosisima Santa Monica! Habiendo sido educada, en expresién de vuestro hijo, en la pu- reza y sobriedad, obcdiente siempre a las menores indicaciones de vues- tros padres, contrajisteis matrimonio con un noble de Tagaste llamado Pa- tricio, que os amaba con ternura por vuestras raras cuzlidades. Pero, sien- do él pagano y de un caracter furioso e iracundo, os propusisteis sufrir con invencible fortaleza y herdica_manse- dumbre sus arrebatos, hasta Megar a extinguir el fuego de su indignacidén y calmar el impetu de su furor, con- siguiendo de este modo no sélo una dulce paz y tranquilidad, sino también que se aumentase su amor y estima hacia Vos. Os suplico me alcancéis la gracia de llevar con paciencia y resignacion todas las cruces que el Sefior se digne enviarme para bien y utilidad de mi alma. Punto 3.° {Oh dichosa Santa Mé- nica! No sdélo no os oponiais ni con palabras ni con obras a vuestro es- poso Patricio en sus arrebatos de c6- lera, sino que con la mayor prudencia esperabais a que se calmase su furor para persuadirle con frases tiernas y carifiosas y hacer que se arrepintiese — 363 — de sus excesos. Os suplico me alcan- céis la gracia de saber callar oportu- namente y de imitaros en la virtud del silencio. Tres Padrenuestros, Avemarias y Glo- rias. Ahora pida cada uno la gracia par- ticular que desee obtener por la inter- cesién de Santa Monica. GOZOS Pues Dios acepté tu llanto, Monica, madre piadosa; Alivie nuestro quebranto Tu intercesién poderosa. Conseguiste que Agustin Abandonando el pecado, Se hiciera cual Serafin De amor divino abrasado. Ya que se hizo tan gran Santo Por ta oracién fervorosa, Alivie nuestro quebranto Tu intercesién poderosa. Con paciencia y oracién Viste aquel caso asombroso De alcanzar la conversién De tu hijo y de tu esposo. a Conseguiste cambio tanto Por devota y obsequiosa; — 364 — Alivie nuestro quebranto Tu intercesién poderosa Doncella, madre y esposa Fuiste siempre bello ejemplo, En el hogar hacendosa, Devotisima en el templo. Pues te imita y quiere tanto La esposa y madre piadosa; Alivie nuestro quebranto Tu intercesién poderosa. En éxtasis misterioso Fuiste al cielo arrebatada; Desde este dia dichoso Tu alegria fué colmada. Ya que el celestial encanto Fud una gracia tan preciosa, Alivie nuestro quebranto Tu intercesién poderosa. Siempre te alivié en tu pena La que es Madre del Consuelo, Porque siempre de amor llena Te miraba desde el cielo. Pues viviste bajo el manto De la Madre mds hermosa, Alivie nuestro quebranto Tu intercesién poderosa. Pues Dios acepté tu llanto, Monica, madre piadosa; Alivie nuestro quebranto Tu intercesién poderosa. — 065 — YW. Ruega por nosotros, gloriosa Madre Santa Ménica. RY. Para que seamos dignos, etc. ORACION Oh Dios Consolador de fos afligidos y salud de los que en Vos esperan, que acogiste miseri- cordiosamente las piadosas lagrimas, que la Bienaventurada Madre Santa Monica derramé por Ja conversién de su hijo Agustin; haz que por la intercesiébn de ambos Iloremos nuestros pecados y consigamos el perdén y la gracia. Por Jesucristo nuestro Senior. Amén. DIA SEGUNDO Por la sefial, etc. Sefior mio Jesu- cristo, etc. Oracién para todos los dias, pdg. 350. MEDITACION Punto 1.°. {Oh humilde Santa Mé- nica, que, habiéndose injustamente in- dignado vuestra suegra contra Vos, a causa de algunas calumnias y mur- muraciones de vuestras criadas, supis- teis practicar, para aplacarla, el ordcu- — 366 — lo de Jesucristo, de ser mansa y hu- milde de corazén! Os suplico me al- cancéis la gracia de vencer a imita- cién vuestra con bienes y nuevos fa- vores el mal, que me sobrevenga de las lenguas mordaces de mis enemi- gos y calumniadores. Punto 2.° {Qh admirable Santa Mé- nica, que fuisteis favorecida por el Sefior con el don particular de ser una amable pacificadora de las mu- jeres irritadas contra sus maridos! Vos, con vuestro ejemplo en no desahoga- ros contra vuestro esposo Patricio, las exhortasteis y animasteis a la pacien- cia y al silencio con sus consortes. Os suplico me alcancéis la gracia de no prorrumpir jamas en quejas, ni des- ahogarme sino sdélamente con Dios en todas mis adversidades, imitandoos con su ayuda; os pido también me alcan- céis la gracia de que jamas salgan de mis labios, palabras asperas o de murmuracién, y que viva con todos, como dice el Apéstol, en paz de Dios y no del mundo. Punto 3.° {Qué extraordinaria fué vuestra constancia, bienaventurada Santa Monica, en llorar por espacio de doce afios para alcanzar de Dios la conversién de vuestro esposo Pa- tricio, y, desde su infancia hasta sus — 367 — treinta y dos afios, por la conversién de vuestro hijo! Os suplico me alcan- céis la gracia de que el Espiritu Santo sea en mi, Espiritu constante de dolor y de lagrimas por mis pecados. Tres padresnuestros, Avemarias y Glo- rias. Ahora pida cada uno la gracia par- ticular que desee obtener en este Triduo por la intercesién de Santa Moénica. Gozos y oracién como el dia primero, pdgina 353. DIA TERCERO Por la serial, etc. Sefior mio Jesu- cristo, etc. Oracién para todos los dias, pdg. 350. Meditacién Punto 1.° jQh dichosa Santa Mé- nica! {Qué grande fué el consuelo que experimentasteis, cuando supisteis por un Angel que vuestro hijo acabaria por convertirse y que ocuparia en el Cielo un lugar proximo al vuestro, y cuando oisteis de un Santo Obispo que era imposible se perdiese un hijo de tantas lagrimas! Pero, sobre todo, jqué alegria tan inefable inunddé vuestro corazén cuando tuvisteis la dicha de — 368 — ver a vuestro esposo hecho cristiano, y a vuestro hijo Agustin recibir el bautismo de las manos de San Am- brosio a los treinta y dos afios de edad! Os suplico me alcancéis la gracia de una verdadera y estable conversidén. Punto 2.2 jQué gozo tan excesivo experimentd vuestra inocente alma, oh afortunada Santa Moénica, al ver a vuestro hyo no solo regenerado en Ja Sagrada Fuente bautismal segtin vues- tros deseos, sino adornado ademas con las mas insignes virtudes y extraordi- naria_santidad, y al ser arrebatada con el recién bautizado a contemplar en el Cielo cara a cara Ja hermosura de la Trinidad Beatisima, mientras se recreaban vuestros espiritus en dulces y ardentisimos coloquios! Qs suplico tne aleancéis la gracia de despren- derme de todas las cosas terrenas, y de no buscar mas que las celestiales, Punto 3.° jQh dichosisima Santa Monica, a quien fué dado gozar las delicias del Paraiso en otro dulcisimo éxtasis que precedio a vuestra muerte! iQué alegria tan extraordinaria sentis- teis, cuando cerrando los ojos a este mundo, voléd al Cielo vuestro grande espiritu, en donde gozdis y gozaréis eternamente, rodeada de las innume- — 369 — tables almas que forman alli la corona de vuestro hijo, por haber sido tam- bién ellas fruto de vuestras lagrimas! Qs suplico me alcancéis la gracia de que todos los dias de mi vida haga abundantes obras buenas, para gozar en el Cielo los frutos de gloria que les corresponden, bendecir en vuestra compafiia a la Santisima Trinidad, y darle eternamente las mas rendidas gracias por cuanto se ha dignado obrar en Vos y por medio de Vos, y en mi con sus divinas mnisevicordas. Tres Padrenuestros, Avemarias y Glo- rias. Ahora pida cada uno la gracia par- ticular que desee obtener por la inter- cesién de Santa Ménica. Gozos y oracién como en el dia pri- mero, pdg. 361. — 370 — SAN MAXIMO, Niiio Martir Agustino Celestial Patrono de los Noviciados y Colegios Apostélicos de la Orden de Agustinos Recoletos. TRIDUO EN HONOR DE SAN MAXIMO MARTIR Por la seftal... Sefior mio Jesucristo... Oracién para todos los dias Oh Dios de misericordia que has regalado al mundo un ejemplo admi- table de inocencia y de fortaleza en el nifio Martir San Maximo. Un canto de gloria y de amor se escapa de nuestros labios a este bendito religioso agustino, nuevo y valiente Macaheo de la Iglesia. Pues que tu querido siervo San Maximo, en su candorosa nifiez, supo amarte hasta el sacrificio y tuvo audacia intrépida para prego- nar tus grandezas divinas delante de sus tiranos, te pedimos, por la inter- cesién de tan excelso defensor de la Fe, que nos concedas un ardiente de- seo de la virtud, un valor indomable para profesar nuestra Divina Religién hasta morir por ella, si necesario fuere, y la gracia de la perseverancia final. Asi sea. — 387i — DIA PRIMERO Jests y los nifios En el Evangelio, Jestis aparece siem- pre rodeado de encantos subyugado- res. Pero pocos pasajes pueden com- pararse en belleza y atractivo a aquel en que, acercandose al Redentor una multitud de nifios curiosos e inquietos y queriendo los apéstoles apartalos dice amorosamente Cristo: Dejad que los nifios vengan a Mi, porque de ellos es el reino de los cielos. Era patente la predileccién del Sal- vador por los pequefiuelos que corrian a rodearle en campos, calles y plazas a recibir sus caricias divinas. Las buenas madres Ilevaban ellas mis- mas los dulces pedazos de sus entra- fias para que fueran bendecidos por el hijo de Maria. Un dia, después de la Transfigura- cién en el Tabor, se dirigia Jess hacia Cafarnaim; sus discipulos, durante el camino, hablaron de ciertas prima- clas entre ello. Y, al llegar a la casa de Pedro, les reprendid el Maestro y tomando entre sus rodillas a un_niiio dijo asi: Quien acogiere a uno de es- tos nifios en mi nombre, a Mi me acoge y acoge al que Meé envié; porque di- — 3722 — goos que sus angeles en los cielos siempre contemplan la cara de mi Padre celestial. iQué palabras tan sugestivas! Y como en ellas se revela la dignidad del nifio y las predilecciones tiernas del Corazon de Jests por las almas blancas donde todavia se respira el perfume de la inocencia. iOh, qué dichosos son los nifios que saben guardar bien el tesoro de la gracia bautismal y que vivien, como azucenas floridas, junto al rio refres- cante de los Sacramentos! San Maximo, nifio martir, angel de amor, lirio de pureza, es un modelo .acabado de virtudes para la infancia que quiere seguir a Cristo. Jestis lo amd de una manera muy singular, y él acerté a corresponderle. Y asi Jesus y Maximo fueron dos fieles amigos. Nacido Maximo en Africa, entrado ya en el siglo V, cuando el fervor de los ptimitivos cristianos ardia atin como una brasa, sélo abrigé en su pecho sentimientos de cielo. Décil, modesto, sencillo y de una fascinante penetra- cién mental, fué entregado por sus pa- dres a los religiosos agustinos de un vetusto monasterio que se levantaba en los arrabales de la ciudad de Cap- sa, cerca de Hipona. En su casa fué Maximo un nifio su- miso, devoto y obediente. Y ahora en la casa de Dios tomé alas, como de paloma, y fué subiendo por las mas sublimes cimas de la santidad. Los Superiores siempre lo vieron recogido en la oracién, aplicado en sus estu- dios, guardador del silencio, y humil- de y ejemplar en todo. Loado sea Dios Nuestro Sefior que en los claustros agustinianos del siglo V permitid que hubiera esta flor an- gelical! Los alumnos de los Colegios apos- télicos tienen en San Maximo un es- pejo donde pueden mirarse y en que pueden aprender docilidad y sencillez de alma, respeto a los superiores y profesores y amor ardiente a Jesu- cristo, Amigo y Maestro dulcisimo de los nifios. Meditese un poco... Y récense tres Padreriuestros, Avemarias y Glorias. ORACION jOh Bienaventurado San Maximo, que tan amado fuiste de Jests y que tan bien supiste corresponder a esta divina predileccién! Alcanzanos pu- reza de conciencia y tiernisimo amor a Cristo, con el fin de que Cristo viva — 374 — siempre en nosotros y nos conceda apundantes gracias en la vida y en la muerte. Asi sea. En seguida los Gozos y la Oracién final, pag. 371 DIA SEGUNDO Por la Sefial... Sefior mio Jesucristo... (Oracién como el dia primero) En el Convento No se sabe la edad en que San Maximo entré a los claustros agusti- nianos. De su corta y preciosa vida faltan detalles pormenores. Pero nues- tra imaginacién se recrea viendo a través de quince siglos, al glorioso nifio vestido de hdbito monacal negro, con su capucha stmbélica, y cefiida su cintura con la correa que la Virgen de _ la Consolacién entregara un dia a Santa Monica. La voz argentina de Maximo se destacaria agradablemente en el canto coral de la salmodia, y su figura menuda haria contraste edifi- cativo con la de los graves y austeros moradores del cenobio. —~ 375 — Eran siete los religiosos del Con- vento de Capsa, y se Ilamaban Libe- rato, Bonifacio, Siervo, Rustico, Rogato, Séptimo y nuestro San Maximo. A éste profesaba un carifio singular el Prior San Liberato. La circunstancia de ser el mas tierno entre sus stibditos y el contemplarle adornado de una virtud muy sdlida inclinaba su corazén hacia su pequefio fraile de una ma- nera especial. Créese que San Maximo tan sélo llegé a ser Novicio, porque era muy joven y porque no tardé en desenca- denarse Ja persecucién. Empero los crecimientos espirituales de nuestro Santo, si fueron muy rapidos y muy grandes. Luego diremos cual era el temple de su alma, pues se dirigié al suplicio cantando loas al Seftor y arengando valientemente a los verdugos y al pueblo que seguia los pasos de los condenados a muerte. Qué bella y qué interesante aparece la estampa de este herdico hijo de San Agustin entre los muros vetustos de un monasterio practicando con la mayor formalidad las virtudes propias de su estado! Porque San Maximo cumpliéd a cabalidad la Regla y las Constituciones; y si fué un angel en ~- 376 — castidad, fué asimismo, una violeta en la humildad, una rosa en el amor y un dechado Perfecto de obediencia. Tanto como sobresalia entre los de- mas por la escasez de sus afios, asi se distinguia por sus excelentes cua- lidades morales. Exhalaba su vida un perfume exquisito de santidad y cons- titufa la delicia y la editficacién de los otros religiosos. ¢Quién no se llenara de admiracién devota hacia este incomparable Nifio? cY quién no se animara con sus ejem- plos, a dirigir los pasos por las sendas del deber? jOh, cuan bueno es servir a Dios desde los albores de la existencia! Y qué serena paz posee el alma que al efior se entrega! San Maximo, introducido en el Con- vento desde su infancia y hecho alli un modelo de religiosos, nos ensefia a dedicarnos sin dilacién al servicio del Altisimo, a cambiar las cosas de la tierra por las del cielo, y a no pensar sino en el cumplimiento exacto de las propias obligaciones. Ojala que los padres aprendan a dar sus hijos a Dios, y que los hijos se acostumbren a vivir con Dios Ilenos de fe y de alegria desde los primeros afios de su raciocinio. — 377 — Meditese wm poco... Y rézense tres Padrenuestros, Avemarias y Glorias. ORACION jOh bienaventurado San Maximo que en los claustros agustinianos dejaste perfumes exquisitos de inocencia, de bondad sumisa, de consagracién al deber y de todas las virtudes! Haz que nosotros, en esta vida, nos dedi- quemos de lIleno al cumplimiento de nuestras obligaciones, con lo cual agra- daremos a Dios, edificaremos al pré- jimo, tendremos paz de conciencia, y alcanzaremos el paraiso. As{ sea, En seguida los Gozos y la Oracién final, pdg. 371. DIA TERCERO Por la sefial... Seiior mio Jesucristo... (Oracién como el dia primero) Martirio de San Médximo La vida de San Maximo es la de una azucena fresca y odorante que, al — 378 — ser tronchada por mano aleve, se tifie de purpura simbélica de sangre. En plena adolescencia, sin haber hecho todavia su profesién religiosa, fué ofre- cida al Sefior en sacrificio su alma tierna y blanca. Hunnerico, rey de los vandalos, des- pués de haber sembrado de lagrimas y de ruinas las ciudades de Africa, quiso saciar sus odios contra la Igle- sia Catdlica. Y, al efecto, comenzé a perseguir sin tregua a los indefen- sos religiosos. Un dia se presentd de- lante de San Liberato un peloton de soldados. Pedian los infames, a nom- bre de Hunnerico, que la Comunidad agustina renegase de su fe catdlica. El Prior y los otros frailes dijeron que preferian mil veces la muerte. Los barbaros emisarios amarraron a los religiosos y los condujeron a Car- tago donde comparecieron ante el rey, el cual les propuso, con amenazas y halagadoras promesas, que renegasen de Cristo. Imposible. Nada consiguié. Concedid a los hijos de San Agustin un plazo para deliberar, y mientras tanto los llevdé a la carcel. Aqui nues- tros valerosos héroes se dedicaron a cantar alabanzas al Sefior. Cuentan que los cristianos iban a — 379 — visitar en su prisién a los firmes defen- sores de Cristo y que se pasmaban, sobre todo viendo a un jovencito ves~- tido de habito negro que aguardaba la muerte con jttbilo inenarrable y que miraba al cielo entonando himnos de esperanza y de amor. Initiles resultaron todas las blan- duras y todas las brutalidades de los arrianos. A San Maximo le pusieron aparte, pensando doblegar su dnimo infantil; pero él gritaba entusiasmado: «nadie jamés me separara de mi Padre Liberato y de mis queridos hermanos que me nutrieron en el monasterio, con quienes vivi religiosamente y con quienes aspiro a ser immolado por mi Dios. Siete fueron los macabeos sacri- ficados; siete también seran los agus- tinos martires. Yo soy joven, pero no quiero ser desertor). El rey Hunnerico decreté que nues- iros religiosos fueran introducidos a un navio viejo Ileno de lefia seca y que en alta mar se le prendiera fuego. Ast moririan abrasados los héroes y sus reliquias perecerian en el abismo. Una muchedumbre crecida de cristia- nos acudié al espectdéculo y, joh mi- lagro del Omnipotente! ardiéd toda la lefia y el navio permanecié intacto y a flote. —— 380 — Avisado el rey de este milagroso suceso, orden6é inmediatamente que los religiosos fueran ultimados a golpe de yemo en el mismo sitio. Y mientras este cruel mandato se ejecutaba, trai- do por la brisa marina, resond un eco de voz infantil que decia: Gloria a Dios, en las alturas: Cristo es nuestro Rey: yo soy hijo de obediencia y muero contento en compafiia de mi Padre Liberato. Las aguas del océano trasladaron a las riberas los cuerpos gloriosos de los méartires que, recogidos por los cris~- tlanos, fueron sepultados en el con- vento de Bigua. Sucedioé esto a mediados del afio 484. Bendigamos a Dios Nuestro Sefior todos los devotos de San Maximo, joven de inmaculada pureza, miértir valeroso de Jesucristo, modelo de re- ligiosos, flor bellisima de los vergeles agustinianos. Que sus ejemplos mue- van nuestra voluntad a sacrificios altos y generosos. Meditese un poco... Y récense tres Padrenuestros, Avemarias y Glorias. ORACION Oh Bienaventurado San Maximo. Macabeo agustino, que fuiste, con tu valentia, confusién para el tirano y — 381 — edificacién y asombro para los cat6- licos. Asi como tu sangre fué derra- mada en confirmacién de tus intimas y firmes creencias religiosas, haz que nuestra fe se enardezca, que nuestro A4nimo de creyentes se vigorice, que nuestra caridad se inflame, y que se- pamos morir, si preciso fuere, por de- fender los intereses sagrados de Jesu- cristo y de su Iglesia. Asi sea. En seguida los Gozos y la Oracién final. GOZOS EN HONOR DE SAN MAXIMO MARTIR Coro Blanco lirio de pureza Clavel sangriento de amor, Abrasa nuestra tibieza En las lamas de tu ardor. En los claustros agustinos a donde Dios te llevé de carismas peregrinos la gracia te enriquecid. Nifio de casta belleza, Santo de ilustre esplendor. Abrasa nuestra... Era San Maximo amado un idilio de candor, — 382 — puro cual angel alado, y tierno, cual fresca flor. Vertio sobre su cabeza mil tesoros el Seftor: Abrasa nuestra... Maximo cifré su anhelo en Jesus y su Pasion, y a la Virgen de Consuelo amé con predileccién. Consume nuestra pereza, enciende nuestro fervor, Abrasa nuestra... Los vergeles africanos gala de la Iglesia son por sus martires cristianos de intrépido corazdén, Mas, ¢quién en fe y en firmeza te supera y en primor? Abrasa nuestra... jNifio, martir agustino bella rosa, angel de amor, macabeo peregrino, azucena de candor, flor sin par en gentileza en perfume y en frescor! Abrasa nuestra... Limpio espejo de obediencia, dechado de perfeccidn, vivo ejemplar de i Inocencia, Nijio de gran corazon, — 383 — haiznos amar la riqueza de la virtud interior, Abrasa nuestra... Coro Blanco hirio de pureza Clavel sangriento de amor, Abrasa nuestra tibieza En las llamas de tu ardor. V. Ruega por nosotros, San Ma- ximo. Ry. Para que seamos dignos de al- canzar las promesas de Nuestro Seftor Jesucristo. Oracién final Concédenos, Sefior Dios omnipoten- te, por la intercesién del Bienaventu- rado Martir San Maximo, que seamos libres de adversidades en el cuerpo y de los malos pensamientos en la mente. Por Cristo Jests, Asi sea. ORACION A SAN MAXIMO MARTIR Glorioso Patrono y Abogado mio San Maximo, por el valor y constancia con que sufristeis tan cruel martirio y por el amor grande que profesaste a nues- tra Orden Agustina, que te llevé hasta derramar tu sangre por no. abando- narla, te ruego con el mayor fervor de mi alma, me concedas santa forta- — 384 — leza para predicar y defender nues- tra santa religién, y morir santamente, amando mucho a Jestis y a Maria, en nuestra amada Orden de Agustinos Recoletos. Haz que imite tu obedien- cia, fervor, pureza, sencillez, fortaleza y perseverancia, para poder contigo entonar al Sefior y a nuestra Madre la Virgen de la Consolacién el himno de la eterna alabanza. Amén. — 385 — to a ORACION AL ANGELICAL JOVEN BEATO JUAN DE RIETI iOh Bienaventurado Juan de Rieti, celestial Patrono de la juventud estu- diosa, que se prepara para el augusto ministerio sacerdotal! Tu que fuiste adornado por el Sefior con todas las virtudes; ti que amaste tanto la lim- pieza de tu corazon, la humildad y la sencillez; tu que te abrasaste en ardores seraficos hacia la divina Eucaristia, y amaste como hijo carifioso a la Madre de Dios y Madre nuestra; intercede por nosotros. Aboga ante el Sefior a quien ahora servimos con todo el gozo de nuestros corazones y con todo el agradecimiento de nuestras almas en el Colegio apostolico, para que después seamos dignos apdstoles suyos. Alcan- zanos de Nuestro Sefior Jesucristo las virtudes que adornaron tu escogida alma; aboga ante El para que nos con- ceda, por su gran misericordia, el favor que te pedimos en este dia. Concédenos, mediante tu intercesién la perseverancia final en la vocacidn’ a la que divinamente hemos sido’ Hamados, para que, en tu grata compa~ fila, podamos alabar para siempre en — 386 — en el cielo al Padre celestial y a Nuestro Sefior Jesucristo que en unidad con el Espiritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. ORACION AL BEATO QUERUBIN DE AVILLANA Oh Dios, distribuidor de los bienes celestiales, que asociasteis en el angeli- cal joven Beato Querubin, una admi- rable inocencia de vida con una igual penitencia: concedednos por sus mé- ritos e intercesion, que- si no le hemos seguido en la inocencia, le imitemos en la penitencia. ¢Quién podra subir al monte santo del Sefior? ¢Q quién podra estar en su santuario? Vos habéis dicho que sdlo el que tiene puras manos y limpio corazon; por eso, oh Sefior, vestidnos con una vestidura de pureza como la del Beato Querubin. Haced que vivamos con costumbres angelicales, y que perma- nezcamos siempre dandoos gracias, a ejemplo de aquel a quien hoy conmemo- ramos. Por Jesucristo Nuestro Sefior Amén. ORACION A SAN NICOLAS DE TOLENTINO Omnipotente Sefior, ya que tu Igle- — 387 — sia fué enaltecida con la gloria de las virtudes y milagros del bienaven- turado S. Nicolas, te rogamos, conce~ das a ella, por su intercesién y méritos, la paz y unidad perpetua. Amén. MODO DE USAR LOS PANECILLOS BENDITOS DE SAN NICOLAS DE FOLENTINO La persona que desee usar los pane-~ cillos benditos de San Nicolas de Tolen~ tino, ya por causa de enfermedad, ya por otra cualquier necesidad, dira antes tres Padrenuestros y Avemarias en honor de la Santisima Trinidad; una Salve en honor de la Santisima Virgen, y en honor de San Nicolas las preces siguientes. Antifona. — San Nicolas, verdadero pobre de Cristo, elegido de Dios como cultivador de la perfecta virginidad, siempre obedientisimo, esclarecié la Orden Eremitica de San Agustin con sus milagros y virtudes. W. Ruega por nosotros San Ni- colas. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Sefior Jesucristo. Oracion Omnipotente Sefior, etc. (Como arri- ba, pdg. 376). Nota. — Quien no supiera leer, dira dos veces el Padrenuestro y Avemaria; el primer Padrenuestro y Avemaria en lugar de la Salve; y el segundo Padre- nuestro y Avemaria en lugar de la Antifona, Versillo y Oracién en honor de San Nicolas. ORACION A SANTO TOMAS DE VILLANUEVA Oh Dios, que adornasteis a Santo Tomas obispo de una ternisima com- pasién para con los pobres: os roga- mos, que por su intercesién derrames los torrentes de tu misericordia sobre todos los que te Invocamos, Amén. ORACION A SANTA RITA DE CASIA, ABOGADA DE IMPOSIBLES Oh Dios, que conferiste a Santa Rita tanta gracia que perdonara a sus ene- migos y llevara en su frente y corazén Jas sefiales de tu caridad y tu pasion: concédenos, por su intercesién y mé- ritos, que del mismo modo perdone- mos a nuestros enemigos y contem- plemos los dolores de tu pasién, para —— 389 — conseguir los premios prometidos a los humildes y a los que Iloran. Amén. ORACION A LOS BEATOS AGUSTINOS RECOLETOS VICENTE Y FRANCISCO Dios y Sefior nuestro, que manifes- taste maravillosamente e] poder de vuestra gracia en el prolongado mar- tirio que sufrieron por tu nombre los Bienaventurados Vicente y Francisco; concédenos que de tal manera imite- mos sus ejemplos, que, padeciendo resignadamente todas las_ tribulacio- nes, consigamos los premios eternos. Amén. ORACION AL BEATO GRACIA DE CATARO, PATRONO DE LOS HERMANOS DE OBEDIENCIA jOh Beato Gracia de Cataro, dechado perfecto de humildad, obediencia y exactitud en el cumplimiento de las obligaciones! Dios quiso poner en ti un espejo en que pudiéramos mirarnos y en que pudiéramos aprender senti- mientos de piedad y de abnegacidn. Tu patrocinio valioso imploramos. Te rendimos homenaje de carifio y te suplicamos nos concedas la gracia de acertar y ver en todo la voluntad — 390 — divina y de abrazar con alegre y gene- roso animo la Cruz de nuestros res- pectivos deberes. Asi no perderemos miutilmente el tiempo y nos haremos dignos de acompafiarte en la gloria. Asi sea. W. Ruega por nosotros, oh Beato Gracia. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Sefior Jesucristo. Oh Dios, que adornaste al Beato Gracia con la singular virtud de la mortificacién; concédenos, te rogamos, que, siguiendo sus huellas, hagamos nosotros frutos dignos de penitencia. Por Jesucristo Nuestro Sefior... Asi sea. ORACION A TODOS LOS SANTOS DE LA ORDEN Omnipotente y sempiterno Dios, te rogamos por los méritos de todos los Santos de nuestra Orden, que derra- mes sobre nosotros la necesitada y deseada abundancia de tu perdén. Amén. — 391 — APOSTOLADO VOCACIONAL NOVENA PARA PEDIR POR LAS VOCACIONES Las vocaciones necesitan de ordina- rio, la yuda de intermediarios humanos. Nosotros todos podemos y debemos contribuir a ello con oraciones, buenos ejemplos, sacrificios, explicaciones y proponiéndoselo indivicualmente a los nifios buenos. Este apostolado es de todos los dias. (Del 16 al 25 de cada mes) EJERCICIO PARA CADA DIA DE LA NOVENA Por la sefial... Acto de contricién... Dia 16. — jOh, Jesus! Vos dijisteis: «La mies es mucha y los operarios para recogerla pocos»... Poblad los Colegios apostdlicos y Noviciados de escogidas vocaciones, y dad a vuestra Iglesia muchos y santos sacerdotes y reli- g10sos. Pausa..., Padrenuestro..., Invocacio- nes..., Oracién final. — 392 — Dia 17. — jOh, Jesus! «Flor de los campos y lirio de los valles»; dignaos multiplicar las yocaciones sacerdotales y religiosas; bendecid en este dia especialmente a los nifios de nuestros colegios de externos, para que haya muchos que se animen a seguiros. Dia 18.—jQh, Sefior!, en cuyas manos estan los corazones de todos los hombres os Yogamos movais a muchos jévenes a seguiros en la gran empresa de la sal- vacién de las almas, mostrandoles que vuestro yugo cs suave y ligera la carga que les imponéis. Dia 19.—jQh, Sefior!, que iluminas a todo hombre que viene a este mundo; dad a muchos jovenes, no sdlo la luz para conocer su vocacién, sino también fortaleza y medios para seguirla fiel- mente hasta morir. Dia 20. -— jCorazén Eucaristico de Jesus! Si tenéis delicias en estar con los hijos de los hombres, cuanto mas en morar con vuestros apéstoles que son los continuadores de vuestra obra en la tierra! .. Moved el corazén de muchos jovencitos a participar de este tan subli- me estado y excelsa mision. Dia 21.— jOh, Jesus!, amor de las almas; mirad a tantos nifios que no os — 393 — aman, porque no os conocen; dadles guias y maestros religiosos, que les ensefien a conoceros, amaros y serviros. Dia 22. — jOh, Maria Inmaculada, © Reina y Madre de Consolacion!; los nifios y los jévenes acuden a Vos como a_carifiosa madre; escoged de entre ellos a varios para apéstoles de Jesus, a fin de que lleven muchas almas a su amante Corazon y se salven. Dia 23.— iGlorioso San José! Al- canzad de Jesus gracias especiales para los padres de aquellos jovenes que se sienten llamados a la vocacién sacer~ dotal o religiosa, de modo que hagan el sacrificio de sus hijos con gran genero- sidad y amor de Dios. Dia 24.—{QOh, Padre nuestro San Agustin! Presentad a Jesus nuestras suplicas y derramad sobre vuestros hijos los favores del Cielo, para que, cumpliendo fielmente sus santas Reglas, merezcan ver multiplicadas sus vocacio- nes y ofrezcan a la juventud guias verdaderos, que la conduzcan a la Patria celestial. Dia 25, — jSantisimo Nifio Jesus! El 25 de cada mes nos recuerda vuestra venida al mundo para redimir, santif- car y salvar a los hombres. Haced que — 394 — los grandes medios de ser santos que ofrece la vida religiosa, sirvan como la estrella a los Magos, para guiar al Noviciado a muchos jovenes de nues~ tras Colegios y sean mas tarde, celosos apostoles de la infancia. — 395 -- INVOCACIONES Y SUPLICAS PARA PFDIR VOCACIONES PARA NUESTRA ORDEN 12 Dulcisimo Nifio Jestis, lleno de celo por la gloria del Padre... Enviad buenas vocaciones a: nuestros ‘Colegios y Noviciados. 2.8 Dulctsimo Nifio Jesus, abrasado de celo por las almas... Enviad buenas vocaciones a... 3.2 Dulcisimo Nijio Jesus, que amais a los nifios con amor de predileccién... Enviad buenas vocaciones a. 4.* Dulcisimo Nifio Jesus, camino, verdad y vida nuestra... Enviad... 5.* Dulcisimo Nifio Jesus, ejem- plar de todas las virtudes. Enviad... 6.2. Santisimo Nifio Jesdés, haced que seamos dignos de recibir buenas vocaciones. Os Jo suplicamos, Jesus. 7.2 Santisimo Nifio Jesus, conceded la constancia en su santa vocacién a los jévenes que han seguido el divino llamamiento... Os lo suplicamos, Jests. 8.8 Santisimo Nifio Jesus, multi- plicad los religiosos agustinos recoletos, santos en nuestras Comunidades... Os lo suplicamos, Jesus. 9.» Santisimo Nifio Jesus, bendecid con dones especiales a los padres que generosamente ofrecen sus hijos para -— 396 — tu divino servicio... Os lo suplicamos, Jesus. 10. Santisimo Nifio Jess, bendecid y recompensad con vuestras gracias a todos los que trabajan por el fomento y sostén de nuestras vocaciones... Os lo suplicamos, Jesus. Récese ahora la siguiente ORACION Santisimo Niiio Jesus, abrasado de amor por las almas: Mira cuan abun- dante es la mies y cudn corto el numero de obreros. Dignate multiplicar las vocaciones sacerdotales y_ religiosas; bendice en este dia, especialmente en todos nuestros ministerios, la Obra de Vocaciones y Becas. Inspira en almas generosas el deseo eficaz de abrazar nuestro santo estado. Dulcisimo Jesus, te pido humildemente gue corones tus favores, concediéndonos a todos cons~ tante fidelidad a nuestro Reglamento y la perseverancia final en nuestra vocacion. Asi sea. Dulcfsimo Nifio Jesus: Tened piedad de nosotros. Santisima Virgen Maria, Reina y Madre de Consolacién, Protec- tora de nuestra Orden: Rogad por noso- tros, que recurrimos a Vos. San José, Patrono y Protector nues- tro: Rogad por nosotros. Padrenuestro. — 307 — San Agustin: Rogad por la exten- sion de vuestra familia religiosa. CRUZADA DE ORACIONES Y SACRIFICIOS, EN PRO DE LA SANTA’ PERSEVERANCIA DE NUESTRAS VOCACIONES Prdcticas 1.2 Que el dia de intercesién, asig- nado al Colegio, se celebre con algin acto particular. 2.» Dhirigir todos los dias a nuestro Santo Padre Fundador la intencidén en algiin rezo u obra buena, pidiéndole alcance a los aspirantes el cumplimiento perfecto de sus deberes colegiales y a sus Hijos la gracia de guardar bien la Santa Regla, garantia de perseverancia final. 3.8 Pedir al Espiritu Santo conceda a nuestros aspirantes y novicios sus dones; la salud y aptitudes necesarias; buena formacién y animos para prose- guir en la carrera comenzada. 42 Alcanzar de Dios, para todos nuestros apostdlicos religiosos y novi- cios, por mediacién, de la Santisima Virgen de la Consolacién y de nuestro Padre San Agustin, que reine en sus corazones la pureza, el espiritu. de caridad y de obediencia, para que se — 398 — multipliquen los _religiosos santos en nuestras comunidades. Récese, al efecto, la siguiente ORACION jOh, Jess mio! Qs doy las mas rendidas gracias por la bondad que habéis tenido de concederme la voca- cion religiosa. Os suplico, mi buen Jestis, que acabéis vuestra obra, otor- gandome la santa perseverancia y una buena muerte. Os lo pido por vuestros propios méritos, por los de la Santisima Virgen, Madre de Consolacion, San José y nuestro Padre San Agustin. Conceded esta misma gracia a. Padre nuestro... Dios te salve, Maria... Gloria... ORACION PARA PEDIR VOCACIONES RELIGIOSAS Sefior nuestro Jesucristo, modelo su- blime de toda perfeccién, que no sdlo induces incesantemente a las almas privilegiadas a tender hacia tan alta meta, sino que las mueves también con la fuerza poderosa de tu ejemplo y con el impulso eficaz de la gracia a fin de que te sigan en tan excelso camino: concédenos que muchas sepan y quic- ran corresponder a tus dulces inspita- ciones abrazando el estado religioso, — 399 — para gozar en él tus especiales cuidados y tus tiernas predilecciones; Haz de modo que no falte nunca quien, mensajero de tu caridad, te represente dia y noche junto a la cuna del huérfano, junto a la almohada del que sufre, al lado del viejo y del enfer- mo, que tal vez no tengan sobre la tierra a nadie que les tienda una mano piado- sa; haz que, en las humildes escuelas como en las altas catedras, resuene siempre una voz, eco de la tuya, que ensefie la vida del cielo y los deberes propios de cada uno; haz que ninguna tierra, por inhéspita y remota que sea, se vea privada de la llamada evangeélica que invita a todos los pueblos a entrar en tu reino; haz que se multipliquen y crezcan aquellas llamas con las cuales debe dilatarse el incendio del mundo y en las cuales brille en todo su esplen- dor la santidad sin mancha de la Iglesia; haz que en toda regién florezcan jar- dines de almas elegidas que, en la contemplacién y en la penitencia, re- paren las culpas de los hombres e imploren su _misericordia. Haz que en la continua immolacion de estos cora- zones, en la pureza nivea de esos espi- ritus, en la excelencia de sus virtudes, viva siempre sobre la tierra aquel consumado ejemplo de los hijos de — 400 — Dios que Tu viniste a revelarnos. Manda a estas falanges de tus pre- dilectos numerosas y buenas vocacio- nes, almas constantes en el firme proposito de hacerse dignas de gracia tan sefialada y del santo instituto a que aspiran, mediante la exacta observancia da los deberes religiosos, por Ja oracion asidua, la mortificacién constante, la perfecta adhesion de su voluntad a todo aquello que es tu querer. Tlumina, Sefior Jess, a muchas almas generosas con los ardientes fulgores del Espiritu Santo, amor sustancial y eterno, y por la poderosa intercesion de tu. amorosisima Madre Maria, suszita y mantén vivo en ellas el fuego de tu caridad, para g'oria del Padre y del mismo Espiritu que contigo viven y reinan por todos los siglos. Amen. NOTA: Oracién compuesta por el Papa Pio XII. Su Santidad ha concedido indulgen- cia de diez afios cada vez que se rece devota~- mente la precedente oracién, e indulgencia plenaria, en Ia forma sacostumbrada, si se rezare todos los dias durante uo mes. — 401 — TRIDUO MISIONAL Por la sefial, etc. Acto de contricion (Sefior mio Jesu- cristo...) pdg. 57. Oracién para todos los dias iOh Dios, Sefior y Duefio de todas las cosas! ten misericordia de nosotros, vuelve hacia nosotros tus ojos y mués- tranos: la luz de tus piedades. Infunde tu temor en las naciones que no han pensado en buscarte; a fin de que en- tiendan que no hay otro Dios sino Tu, y pregonen tus maravillas. Asi como a la vista de las naciones has mos- trado, Oh Dios nuestro, en nosotros tu santidad, asi también a nuestra vista, muestres en ellas tu grandeza, a fin de que conozcan como nosotros hemos conocido, joh Sefior! que no hay otro Sefior fuera de ti. Renueva los pro- digios y haz nuevas maravillas. Ace- lera el tiempo, no te olvides de poner fin a nuestros males, para que sean celebradas tus bondades. Declarate a — 402 — favor de los que desde el principio son criaturas tuyas. Oye las oraciones de tus siervos. Lleva a todas las gentes por el sendero de la justicia para que todos conozcan que tu eres el Dios y Rey de los siglos. Oh Dios, protector nuestro, mira y atiende a tu Hijo Jesucristo que se did a si mismo en redencién por todos los hombres, y haz que en toda la redon- dez de la tierra sea glorificado y en- grandecido tu nombre por todos los pueblos y que en todo lugar sea sacri- ficada y ofrecida una oblacién limpia. Por el mismo Sefior Nuestro, Jesucristo. Amén. INVOCACION A LA SANTISIMA VIRGEN REINA DE LAS MISIONES iOh Madre amantisima de la hu- manidad y Reina de las Misiones, San- tisima Virgen’ Maria! Vos que sois la dispensadora de todas las gracias, in- terponed vuestro valimiento para que por Vos se conceda a todos los pue- blos, que no conocen ni aman a vues- tro Hyo divino, Jesucristo, el don de la fe, para que por todos El sea amado y glorificado y a Vos os Ilamen bien- — 403 — aventurada todas las generaciones. Por los siglos de los siglos. Amén. ORACION A SAN JOSE POR LAS VOCACIONES ECLESIASTICAS jOh glorioso San José! Apoyados en vuestros grandes méritos de Padre adoptivo del Hijo de Dios, no dudamos que asi como en vuestra vida mortal cuidasteis del Divino Jests con tanto amor y Solicitud, asi ahora, con mucha mas razon, atenderéis todo lo que se refiera a su remo en este mundo. Ved, pues, que ese mismo Jesus a quien estrechasteis en vuestros brazos, esta en nuestros altares al cuidado de sus ministros, pero estos son pocos; necesitamos, oh amadisimo San José, de Sacerdotes que sirvan, de obreros evangélicos que llevan la luz de su doctrina a todos los corazones. A Vos acudimos en demanda de Sacerdotes santos, semejantes a los angeles en pureza, inflamados en el amor divino y llenos de celo ardiente por su gloria y santificacién de las almas. Si, oh excelso San José, os elegimos Patrono de tan santa causa; elevad vuestras oraciones al trono del Alti- — 40 — simo, y Vos mismo, haced vuestra, esta nuestra peticidn, para que ob- tengamos de Dios, mediante vuestro Patrocinio, muchas y buenas vocacio- nes eclesidsticas en nuestra juventud. Amén. DIA PRIMERO MEDITACION La Propagacién de la Fe Composicién de lagar. — Considerey mos el mundo envuelto en densas - oscuras tinieblas y que del Corazon de Jesus sale un rayo de luz que lo ilumina en una pequefia parte. Peticién. — Pidamos al Sefior gue la luz del Evangelio ilumine a todo hom- bre, y el amor de Cristo se apodere de todos los corazones. Toda la vida de Nuestro Sefior Jesu- cristo fué para la redencién y salva- cién de las almas. Jamds pudo saciar la sed de almas que le devoraba. Todo fué suspirar, trabajar, sufrir, derramar su divina sangre y entregar su vida por la salvacién del hombre creado a su imagen y semejanza. — 405 — Las paginas del Sagrado Evangelio nos presentan a Nuestro adorable Re- dentor con ese continuo afén de que el hombre no se pierda. «Y recorria Jests, dice San Marcos, todas las ciudades y aldeas enseiian- do el evangelio del reino, sanando toda dolencia y toda enfermedad. Y viendo las gentes se compadecis de ellas: porque estaban fatigadas y de- caidas, como ovejas que no tienen pas- tor. Entonces dice a sus discipulos: La mies es verdaderamente mucha, pero los obreros son pocos. Regad al Seitor de la mies que envie trabajadores a su vifia.» «Y habiendo convocado a sus dis- cipulos los envid de dos en dos a pre- dicar el reino de Dios y a sanar en- fermos» (Mc., 6 y Le., 9, 1-6). No puede el catélico considerar el triste cuadro del mundo sin sentir en su corazén profunda pena y sin sen- tir en su alma el celo apostdlico. Si dirigimos una mirada alrededor de la tierra veremos que mas de dos mil millo- nes de habitantes que la pueblan, sdlo pertenecen a la verdadera Iglesia fun- dada por Jesucristo Nuestro Sefior unos seiscientos millones. Todos los de- mds 0 no conocen a Jesucristo, o cono- ciéndole a medias, no escuchan su voz — 406 — con distincién y no oyen sus amorosos silbos con que los llama a su redil. Que haya un solo redil y un solo pastor es el deseo del dulcisimo Re- dentor de los hombres. jOh amabilisimo Jesus Salvador del género humano! Oid la plegaria de vuestra Iglesia, que repetimos nosotros, con el mayor anhelo de secundar vues- tros deseos. {Te rogamos, que nos oigas, Sefior! Dignaos conducir a la uni- dad de la Iglesia a todos los que an- dan. perdidos en los caminos del error y atraed a todos los infieles a la luz del Evangelio. La Santa Iglesia por la voz del Su- premo pastor de las almas y Vicario de Jesucristo, nos apremia para que todos concurramos en ayuda de] mundo infiel y de las almas que no conocen a Jesucristo en quien esta la salvacién por ser el camino, la verdad y la vida. El Papa Pfo XI decia a los catdlicos de todo el orbe: «Oiga el mundo nuestra voz: Vengan todos en ayuda de las almas que Cristo vino a redimir.» Para que la fe se dilate por toda la extension de la tierra y sea pronto un hecho el reinado de Jesucristo, la Igle- sia ha establecido las Obras Pontifi- cias de la Propagacién de la Fe, la Obra de la Santa Infancia y Ja Obra — A407 — de San Pedro Apédstol para la forma- cién del Clero indigena. Quiere la santa Madre Iglesia que no haya un solo catélico que no sienta en su corazén el fuego del apostolado y desea ardientemente que el espiritu misionero se infiltre en las almas de los seguidores de Cristo. Cualquiera se convencera de la i im- portancia de la obra misional si me- dita las palabras del inmortal Pio XI: «Esta obra de las Misiones es la mds grande obra entre todas las apostéli- cas. Es la mds alta y ferviente aspi- racion de la Iglesia de Dios.» Para pertenecer a la Obra de la Propagacién de la fe, con que tanto se agrada a Dios y tan provechosa es para las almas, basta inscribirse, pa- gar la pequefia cuota sefialada men- sualmente y rezar cada dia un Padre- nuestro con esta jaculatoria: San Fran- cisco Javier, ruega por nosotros. Consideremos nuestro ineludible de- ber el ayudar a las almas de nuestros hermanos, y oigamos la voz de Jesu- cristo y de su Vicario en la tierra que piden con insistencia nuestra colabora- cién, y no olvidemos aquellas me- morables palabras de Su Santidad Pio XI: «Tal vez no hayamos reparado suficientemente, durante nuestra vida — 40s — en la gran responsabilidad que pesa sobre nosotros, si una sola alma se pierde por nuestra negligencia y mez- quindad. Es obligacién grave de todo catélico el ayudar segin sus fuerzas a las Misiones.» Hagamos efectiva esta gravisima y sagrada obligacién, ayudando con la mejor voluntad y el mas desinteresado celo a las Misiones Catdlicas. Tres Padrenuestros, Avemarias y Glo- rias por la propagacién de la fe Ca- télica... PLEGARIA MISIONAL CORO 1Qué blancas las mieses ondulan doquiera; Sefior, cuan maduras, se mecen al sol!; Las almas se pierden, la siega se espera; Enviad operarios celosos, Sefior. I Enviad misioneros, intrépidos, santos, De pecho volcanico y plenos de luz; Que avancen, rosario en las manos, Que tleven en su alma... y en alto ta cruz. Il Sefior, misioneros y Virgenes blancas, Que rieguen tu fuego, tu sangre y tu amor; Que olviden la tierra, que afioren el cielo, Y alivien cantando del indio el dolor. HI Sefior, en la siega padecen quebranto; Enviadles del cielo consuelo y favor; Sefior, ablandadles las almas infieles, Sefior, por Maria... por Vos compasion. ORACION FINAL Oh Dios, que quieres que todos los hombres se salven y Heguen al cono- cimiento de la verdad, te rogamos que envies trabajadores a tu campo, y les concedas anunciar tu palabra con toda fidelidad; para que tu doctrina sea co- nocida y glorificada en todo el mundo y todas las gentes te confiesen y reco- nozcan a ti solo Dios verdadero, y a Nuestro Sefior Jesucristo, tu Hijo, a quien enviaste: Que contigo vive y reina en la unidad de Dios, Espiritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen. DIA SEGUNDO MEDITACION La salvacién de los nifios Composicién de lugar.—Imaginate al Amigo de los nifios, el amable y afa- bilisimo Jesus, que dice: Dejad que los nifios se acerquen a mi. Porque no es la voluntad de vuestro Padre celestial, que esta en los cielos, que perezca uno de estos pequefiitos. — 410 — Peticién. — Pidamos a Dios Nuestro Sefior que todos los nifios infieles co- nozcan y amen a Jesus y se salven. El] divino Maestro mostré singular predileccién por los nifios. Parece como que le sirviera de consuelo entre los innumerables desprecios que recibia y de las persecuciones de que era objeto, el estar rodeado de la inocen- cia de los nifios. Si Jesus quiere la salvacién de todos, quiere con mas razén que ningun nifio se pierda. La mas terrible de las ame- nazas, contra los que son piedra de escandalo para los nifios: «Ay del que escandalizare a un nifio»... La pupila de los ojos de Jesus son los nifios. Considera hecho a su sa- grada persona lo que se hiciere con ellos: (Quienquiera que acogiere a un nifio tal en mi nombre, a mi me acoge.» Divinamente encantador vemos a Jestis rodeado de sus queridos peque- fuelos y pensando en los muchos, en los innumerables que le desconocen y no le pueden amar ni recibir las ca- ricias y bendiciones de sus divmas manos. Y es que, dice el Maestro bueno: sélo los nifios y los que se hacen como nifios entrardn en el reino de los cielos. Por eso lloran los serenos ojos del — dl — Redentor del mundo, al ver tantos ni- fios que se pierden privados de su amable compafifa en el cielo. Como Jesus, asi debemos apreciar y querer a los nifios y procurar su eterna salvacidn. iQué bueno es Jestis con los niiios! «Y llamando Jesis a un nite, lo tomé, pusolo junto a si, en medio de ellos (los discipulos), y habiéndole abrazado les dijo: «En verdad os digo, que si no os volvéis e hiciéreis como nifios, no entraréis en el reino de los cielos. Cualquiera, pues, que se humillare como este nifio, éste es el mayor en el Reino de los cielos... Quienquiera que acogiere a un nino tal en mi nombre, a mi me acoge, y quien a mi me acoge, no me acoge a mi, sino al que me envid. El que es- candalizare a uno de estos pequefiitos gue en mi creen, mejor fuera que col- garan a su cuello una piedra de mo- lino y lo arrojasen a lo profundo del mar... Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequefiitos, porque os digo que sus dngeles en fos cielos siempre ven la cara de mi Padre que estd en los cielos... Y asi no es la voluntad de vuestro Padre, que parezca uno de estos pequenitos. (Mc., 9, 32-36 y Luc.) — 412 — Debemos interesarnos como Jesus por las almas de los nifios. Jamas de- bemos mirar con indiferencia el incal- culable numero de pobrecitos nifios que ningun medio tienen de salvacién s1 nosotros no se lo proporcionamos. Debemos procurar interesar a los propios nifios cristianos para que ejer- zan su apostolado que tanto agrada al divino Maestro. Las oraciones de los nifios suben hasta el cielo en olor de suavidad y son presentadas por la Madre de los nifios, Maria Santisima. Nunca rechaza Dios la oracién y la voz de la inocencia y menos cuando se pide por la porcién elegida y pre- dilecta de Jestis, como es la nifiez. Los nifios catélicos haran muy bien en pertenecer a la obra Pontificia de la Santa Infancia, instituida para ayu- dar a la nifiez en los paises donde poco se conoce a Nuestro Dios. Para consolar al sagrado Corazon de Jesus que ve a la nifiez en gran parte del mundo en el mayor aban- dono y desprecio, secundemos los de- seos ardientes del Santo Padre, ha- ciendo que todos los nifios catdlicos se alisten en las filas de la Santa In- fancia. En la actualidad, este ejército infan- til y prado de azucenas, cuenta varios — 413 — millones de socios, que con sus limos- nas, rescatan y bautizan cada afio muchos miles de nifios, y millones de almas infantiles han Ilegado al cielo en los afios que lleva de existencia. Pero a nadie se le oculta que podria conseguirse mucho mas, si los padres de familia, sobre todo, no tapasen sus oidos a los ruegos insistentes de los Sumos Pontifices. Los nifios de la Santa Infancia, ade- més de la pequefiisima cuota mensual, deben rezar todos los dias una Ave- maria con esta jaculatoria: «Virgen Santisima, rogad por nosotros y por los pobrecitos nifios infieles.» Mediten las madres lo que ha escri- to el Papa Benedicto XV- «De una madre que no se preocupe de que sus nifios sean inscritos en la Santa In- fancia, habrd que decir, que no da prueba exterior de amor de madre» Oigamos el lamento del profeta: Los nifios famélicos estan pidiendo pan, el pan del conocimiento y amor de Dios Nuestro Sefior y no tienen quien se lo dé en abundancia. Grandes y pe-~ quefios, aprestémosnos a colaborar con el misionero con todos los recursos que estén a nuestro alcance. (Todo lo demds, como el primer dia). — 414 — DIA TERCERO MEDITACION Necesidad de cooperar con los Misioneros Composicién de lugar. — Imaginate a Nuestro Sefior Jesucristo en la cruz exclamando: «Tengo sed.» Peticién. — Pide al Sefior poder saciar su sed, su deseo de la salvacion de todo el mundo con tu celo apostélico por la salvacién de las almas. ¢Quién, al considerar la inmensidad del campo y el corto numero de tra- bajadores que recogen la mies para los graneros de Jesucristo, no se ani- mara a ser misionero? Desgarrador es el grito del divino Maestro: «la mies es mucha y blanquea, pero los segadores son pocos.? Rogad al duefio de la mies que envie obreros a su campo.» Mirad que es todo el mundo lo que hay que evangelizar: «Marchad por todo el mundo, predicad el Evangelio a toda criatura, bautizad a las nacio- nes, ensefidndolas a observar cuanto os he mandado, y yo estaré con voso- tros hasta la consumacion de los siglos.» Todos debemos ser misioneros. To- dos debemos ayudar a las misiones — 415 ~ de cuantos modos podamos. Todos debemos calmar Ja sed de almas que siente Jesucristo. El catélico frente a las misiones ha de ser todo celo. Cada uno, dice Santo Tomas, estd obligado a comunicar su fe a los demas.» Y Pio XI hace mds imperativa esta obligacién: «Todos estén obligados a -cooperar al Reinado de Jesucristo. No hacer nada es un pecado de omisién, que podria ser gravisimo.» «Seamos misioneros, si Dios nos Hama con esta vocacion, en el mismo campo de las misiones. Seamos mi- sioneros con nuestras oraciones, sacri- ficios y limosnas. Mas de setenta mil almas corresponden a cada sacerdote misionero. De ahi la obligacién de fo- mentar las vocaciones sacerdotales y misioneras. Roguemos incesantemente al Sefior de la mies para que envie Operarios a su campo. Muchos son los motivos por los que debemos prestar nuestra colaboracion a las misiones. Si amamos a Dios, desee- mos que su santo Nombre sea cono- cido por todo el mundo, su gloria ex- trinseca aumentada, y El_reconocido, amado y honrado por todas Jas cria- turas racionales. Nos urge el amor a Jesucristo, quien en sus Ultimas recomendaciones en la — 416 — cruz, nos dice que saciemos su sed de almas. Debemos tener y avivar mas y mas el deseo de que el reino de Jesucristo, que es su Iglesia santa, se extienda, y. muy pronto se forme un solo rebafio con un solo pastor. Debemos ser misioneros, en agra- decimiento por el beneficio de la fe, que se nos ha concedido sin ningtin mérito por nuestra parte, haciendo par- ticipantes de este beneficio de nues- tra fe a los pobres infieles. Nos impele a trabajar en el campo del Sefior el intenso amor a las almas, verdadera caridad fraterna que ansia para sus hermanos la mayor de las gracias, el don inestimable de la fe. Trabajaremos por las almas, por soli- daridad con la Iglesia; por la gracia de ser catolicos debemos afanarnos porque la Iglesia triunfe, domine al mundo y todas las naciones se con- viertan a ella. Nos debe animar al apostolado el sentimiento de compasion de los po- bres paganos, mas que los infelices mendigos, con ser mucha la que por estos tengamos, porque estan en gran peligro de ser condenados a la muerte eterna, si no llega a sus oidos la buena nueva del Evangelto. Nos debe animar sobremanera el — 417 — te nr pensamiento de San Agustin que dice: «Has salvado un alma? Tienes predes- tinada la tuya» El Divino Juez pre- miara todo lo que hayamos hecho por los pobrecitos infieles, como si lo hubiéramos hecho con su misma per- sona. Nadie mas necesitado, entre todos los necesitados, que los que viven en la deplorable pobreza de la infidelidad. Nadie mas pobre que el que no conoce a Jesucristo, en quien sdlamente esta la salvacién. De los mismos labios de nuestro adorable Re- dentor oiremos la sentencia que lle- nara de dicha nuestras almas: «En- trad en el gozo de vuestro Sefior, porque lo que habéis hecho con estos pobrecitos, conmigo lo habéis hecho» Para gloria de Dios Nuestro Sefior, para salvacién de las almas y bien es- piritual nuestro, concédanos el Sefior poder consagrar todo lo que nos resta de vida y energia a la salvacién de tantas almas como estan esperando. «Oiga el mundo nuestra voz, insiste el Papa Pio XI, y vengan todos en ayuda de las almas que Cristo redimié y yacen todavia perdidas en el error y la barbarie. No haya nadie de corazén tan estrecho que no se deje seducir de las magnificas promesas de esta hora solemne. Nos llaman a participar de los méritos mds — 41s — sublimes a gue el hombre puede usptrar, los méritos de una obra benéficu que ni Dios misma puede hacerla mayor, pues no hay beneficio mayor que el de la fe y salud por la sangre del Redentor. No, que no haya nadie que deje de apro- vechar esta ocasién tan propicia para difundir por nuevos pueblos la gracia reparadora.» (Todo lo demds como el primer dia) — 419 — ORACION POR SU SANTIDAD EL PAPA VY. Qremos por nuestro Romano Pontifice N. Ry. El sefior le conserve, le dé vida, le haga feliz en la tierra y le defienda de sus enemigos. ORACION Oh Dios omnipotente y eterno: tened piedad, de vuestro siervo el Ponttfice N., y segun vuestra clemencia, dirigidle por el camino de la salud eterna, para que, asistido de vuestra gracia, ame todo lo que sea de vuestro agrado y con toda perfeccién lo practique. Asi sea. — 420 — ORACIONES PARA OBTENER LA BEATIFI= CACION Y CANONIZACION DE LOS STERVOS DE DIOS Por la sefal... Sefior mio Jesucristo... Oracién Oh Corazén Sacratisimo de Jesus, en quien la Santisima Trinidad depo- sité tesoros inmensos de gracias, para comunicarlos a los hombres: Vos hi- cisteis a vuestro Siervo un espejo de las virtudes evangélicas y preclaro miembro de vuestra Iglesia: por sus méritos ¢ intercesidn os suplicamos Ja gracia de imitar sus ejemplos y, en particular, la que es objeto de nues- tras suplicas que dirigimos a vuestra mayor gloria, honor de vuestro siervo y provecho de nuestras almas. Asi sea. (Pidase la gracia particular que se desea conseguir por intercesién del Siervo de Dios). Tres Padrenuestros, Avemarias y Glo- rias. Una Salve a la Virgen de la Con- solacién. — 421 — ORACION Generosisimo Corazon de Jesus, lleno de bondad y de amor, y rico para todos los que os invocan, porque de vuestra plenitud de gracia todos hemos recibido. Vos, que habéis querido hacer a vuestros amigos participes de vues- tra misma gloria y poder, os pedi- mos humildemente la pronta exalta- cién a los altares de vuestro fiel de- voto siervo, para que el que fué en la tierra un celoso imitador de vues- tros amores y dolores, sea desde el cielo guia y protector de los que a Vos acuden por su intercesién. Amén. Jaculatoria: Sagrado Corazén de Jesus, en Vos confio. (300 dias de indulgencia cada vez: plenaria al mes, diciendola todos los dias). AVISO IMPORT ANTE.—Haganse en privado estas oraciones y propdguense. Se recomienda hacer una novena, re- pitiéndolas nueve dias. — we RESPONSO POR LOS DIFUNTOS Ry. Ne recordéris peccata mea Dé- mine*. Dum véneris judicare saécu- lum per ignem. VY. Dirige, Démine, Deus meus, in conspéctu tuo viam meam*. Dum vé- neris, etc. Réquiem aetérnam dona eis, Démine* et lux perpétua liceat eis Dum véneris judicare, etc. Kyrie, eléison. Christe, eldison. Ky- rie, eléison, Pater noster, etc. Et ne nos inducas in tentatiénem. Sed libera nos a malo. A porta inferi. Erue, Démine, dnimas edrum. Requiéscant in pace. Amen. Domine, exaudi oratiénem meam Et clamor meus ad te véniat. Déminus vobiscum. Et cum spiritu tuo. BAAS ASANAS OREMUS Absdlve, quaésumus, Démine, Ani- mas émnium fidélium defunctérum, ab omni vinculo delictérum: ut in resur- rectiénis gloria, inter Sanctos et eléctos — 423 tuos resuscitati respfrent. Per Christum Déminum néstrum. Amen. W. Réquiem aetérnam dona eis, Domine. R. Et lux perpétua hiceat eis. WY. Requiéscant in pace. R. Amen. YW. No os acordéis, Sefior, de mis pecados. Cuando vengais a juzgar al mundo con el fuego. W. Sefior, Dios, dirigid mis pasos en vuestra presencia. Cuando vengdis a juzgar al mundo con el fuego. Dadles, Sefior, el eterno descanso; y la luz perpetua los ilumine. Sefior, piedad. Cristo, piedad. Sefior piedad. Padrenuestro... WY. No nos dejes caer en la tentacién. R. Mas libranos de mal. WY. De las puertas del infierno. Ry. Librad, Sefior, sus almas. YV. Descansen en paz. R. Ameén. (Ast sea). W. Sefior, escuchad mi oracién. R. Y mi clamor Iegue hasta Vos. VY. El Sefior sea con vosotros. RB. Y con tu espiritu. —~ 14 — ORACION (Oremos} Os suplicamos, Sefior, que libréis el alma de vuestro siervo N. (o de vuestra sierva N.,o de vuestros siervos N y N) de todo lazo de pecads; a fin de que, al resucitar, participe (o participen) de la eterna gloria entre vuestros Santos y escogidos, Por Jesucristo Nuestro Sefior. Amén (Asi sea). Dadles, Sefior, el eterno descanso; y la luz perpétua los ilumine. Descansen (0 descanse) en paz. Amén. (Asi sea). Por el padre y la madre Deus, qui patrem et matrem honé- Tare praecipisti; miserére clementer animabus patris et matris meae, eorum~ que peccata dimitte; meque eos in aeternae claritatis gaudio fac vidére. Per Déminum nostrum Jesum Christum Filium tuum, qui vivit et regnat in saécula saeculérum. Amen. RESPONSO Libera me... Libera me, Domine, de morte aeterna in die illa tremenda. Cuando caeli movéndi sunt et terra. — 425 — Dum véneris judicdre saéculum per ignem, W. Tremens factus sum ego et timeo, dum discussio vénerit atque ventura ira. Cuando caeli movendi sunt et terra. Dies illa, dies irae, calamitatis et misériae, dies magna et amara valde. Dum véneris judicdre saéculum per ignem. Requiem aeternam dona eis, Domine. Et lux perpetua hiceat eis. (Se repite desde el principio hasta Tremens). Kyrie eléison, Christe eléison, Kyrie eldison. Pater noster... VY. Et ne nos inducas in _tenta- tidnem. R. Sed libera nos a malo. YW. A porta inferi. RB. Erue. Domine, dnimas edrum (Animam ejus). Requiéscant in pace. Amen. Démine, exaudi orati6nem meam Et clamor meus ad te veniat. Déminus vobiscum. Et cum spiritu tuo. Raped, — 426 — OREMUS Absélve, ete. (Pdg. 412). Librame, Sefior, de la muerte eterna en aquel dia terrible. Cuando se con- muevan los cielos y Ja tierra. Cuando vengais a juzgar el mundo con el fuego. VY. Estoy yo temblando y temo al acercarse vuestro juicio y el castigo que me espera. Cuando se conmuevan los cielos y la tierra. Aquel dia sera de Justicia, de calamidad y de miseria; dia grande y amargo sobre manera. Cuando vengais a juzgar el mundo con el fuego. Dadles, Sefior, el eterno descanso y la luz perpetua los ilumine. (Se repite desde el principio hasta «Estoy temblando»). _Sefior, piedad, Cristo, piedad. Sejfior, piedad Padrenuestro... (Lo demds como en pdg. 413). — 127 — NATIVITAS TUA ET SEROTINA Ant. Nativitas tua, Dei Génitrix Virgo, gaudium annuntidvit univérso mundo; ex te enim ortus est Sol justitiae, Chris- tus Deus noster, qui sélvens maledic- tidnem, dedit benedictidnem, et confuin- dens mortem, donavit nobis vitam sem- pitérnam. W. Nativitatem Virginis Mariae ve- nerémur. Ry. Ut intercédat pro nobis ad Déminum Jesum Christum. OREMUS ORATIO Famulis tuts, quaesumus, Démine, caeléstis gratiae munus impertire: ut quibus Beatae Virginis partus éxstitit saltitis exérdium, pia Nativitatis ejus comme moratio, pacts tribuat tncremén- tum. Deus, qui corda fidélium Sancti Spi- ritus illustratiéne docuisti: da nobis in eéddem Spiritu recta sapere, et de ejus semper consolatiéne gaudére. Santissimae Genitricis tuae Sponsi, quaésumus, Démine, méritis adjuvé- mur: ut, quod possibilitas nostra non obtinet, ejus nobis intercessidne do- netur. Concéde nobis, quaésumus, omni- —— Lg — potens Deus, Sancti Patris nostri Au- gustini devéta commemoratiéne gau- dére, cujus patrocinio salvari, te auxi- liante, confidimus. Per Christum Dé6- minum nostrum. Ry. Amen. Deinde dicitur: Ant. Crucem sanctam subiit, qui in- férnum confrégit: accinctus est potén- tia; surréxit die tértia. W. Adoramus te, Christe, et bene- dicimus tibi. Ry. Quia per Crucem tuam redemi- sti mundum. (T. P.—Y. Dicite in natid- nibus. Alleluja. Ry. Quia Déminus regnavit a ligno. Alleluja). OREMUS Deus, qui pro nobis Filium tuum Crucis patibulum subire fecisti, ut inimici a nobis expélleres potestatem: concéde nobis famulis tuis; ut resur- rectiOnis gratiam consequdamur. Ecclésiae tuae, quacsumus, Démine, preces placatus admitte, ut, destrictis adversitatibus et erréribus univérsis, se- cura tibi serviat libertate; Omnipotens sempitérne Deus, salus aetérna credéntium, exdudi_nos pro famulis tuis infirmis, pro quibus mise- ricérdiae tuae imploramus auxilium: ut réddita sibi sanitate, gratiarum tibi in Ecclésia tua réferant actidnes. — 429 — Deus, qui transtulisti patres nostros per mare rubrum, et trnsvexisti eos per aquam nimiam, laudem tui ndéminis de- cantantes: te supliciter deprecdmur; ut in navi famulos tuos, repulsis adversi- tatibus, portu semper obtabili, curstique tranguillo tuedris. Per Christum, Do- minum nostrum. R. Amen. (Confiteor Deo, pag. 88). Misereatur vestni, Indulgéntiam, etc. Surgentibus omnibus, qui praeest dicit: Orémus pro benefactéribus nostris vivis atque defunctis. Retribuére dig- ndre, Démine, omnibus, nobis bona fa- ciéntibus propter nomen tuum, vitam aetérnam. Ry. Amen. Et alternatim dicitur, Psalmus 122 Ad te levavi éculos meos, * qui habi- tas in caelis. . Ecce sicut éculi servérum, * in mani- bus dominérum suérum. Sicut déculi ancillae in manibus dé- minae suae: * ita éculi nostri ad Démi- nus Deum nostrum, donec misereatur nostri. Miserére nostri, Domine, miserére nostri: * quia multum repléti sumus de- spectidne: Quia multum repléta est 4nima nos~ ~~ 480 — tra: * opprébrium abundantibus, et despéctio supérbis. Gloria Patri. Sicut erat. Kyrie, eléison. Christe, eldison. Ky- rie, eléison, Pater noster. Y. Et ne nos inducas im tentatid- nem. W. Sed libera nos a malo. W. Salvos fac servos tuos. Ry. Deus meus, sperantes in te. ¥Y. Démine, exaudi oratibnem meam ®. Et clamor meus ad te véniat. Y. Déminus vobiscum. Ry. Et cum spiritu tuo, OREMUS ORATIO Deus, omnium fidélium pastor et rector, famulum tuum N. quem pasté- rem Ecclésiae tuae praeésse voluisti, propitius réspice: da ei, quaesumus, verbo et exemplo, quibus pracest, pro- ficere, ut ad vitam una cum grege sibi crédito pervéniat sempitérnam. Et fa- mulos tuos Cardinalem Protectérem, Moderatérem natidnis supremum, Prio- rem Generdlem cum tota Augustinidna familia ab omni adversitdte custddi; pacem et salutem nostris concede tem- péribus; ab Ecclésia tua cunctam repélle nequitiam; omnes errantes ad unitatem Ecclesiae revocare et infidéles univérsos ad Evangélit lumen perdicere digneris; Praeténde, Démine, famulis et famu- labus tuis déxteram caeléstis auxilii; — 43) — ut te toto corde perquirant, et quae digne péstulant, consequi mereantur; Per Christum Déminum nostrum. Ry. Amen. Psalmus 129 De profindis clamavi ad te, Démi- ne: * Domine, exaudi vocem meam: Fiant aures tuae intendéntes, * in vocem deprecatiénis meae. Si iniquitadtes observaveris, Domine: * Domine, quis sustinebit? Quia apud te propitidtio est: et propter legem tuam sustinui te, Do- mine. Sustinuit anima mea in verbo ejus: speravit anima mea in Démino. A custédia matutina usque ad no- ctem: * speret Israel in Démino. Quia apud Déminum misericérdia: * et copidsa apud eum redémptio. Et ipse rédimet Israel, * ex 6mnibus iniquitatibus ejus. Réquiem aetérnam * dona eis, Dé- mine. Et lux perpétua * luceat eis. Kyrie, eléison. Christe, eléison. Ky- rie, eléison. Pater noster. W. Et ne nos indticas in tentatid- nem. Ry. Sed libera nos a malo. VY. A porta inferi, R. Erue, Domine, Animas edrum. * * — 432 — VW. Requiéscant in pace. Ry. Amen. Y. Domine, exaudi oratibnem meam Ry. Et clamor meus ad te véniat. W. Déminus vobiscum. Ry. Et cum spiritu tuo. OREMUS ORATIO Deus, véniae largitor et humdnae salutis amdator: quaésumus, clemén- tiam tudm; ut nostrae congregationis fratres, sordres, propinquos et benefac- tores, qui ex hoc saéculo transierunt, bedta Marfa semper Virgine interce- dénte cum émnibus Sanctis tuis, ad perpétuae beatitudinis consértium per- venire concédas. Fidélium, Deus, 6mnium cénditor et redémptor, animabus famulérum fa- mularumque tudrum remissiénem cun- ctérum tribue peccatérum: ut indulgén- tlam, quam semper optavérunt, plis supplicatiénibus consequantur. Qui vi- vis et regnas in saécula saeculérum. R. Amen. ¥. Réquiem aetérnam dona eis, Do- mine. Ry. Et lux perpétua hiceat eis. YW. Requiéscant in pace. RY. Amen. Deinde genuflectant omnes. Ant. Aspérges me, Domine, hyssdpo, et mundabor: lavébis me, et super ni- vem dealbabor. Ps. 50 Miserére mei, Deus, secun- — 433 — 28 dum magnam misericérdiam tuam. Glo- ria Patri. Et repetitur. Art. Aspérges me, Démine, hyssé- po, et mundabor: lavabis me, et su- per nivem dealbabor. Deinde dicitur: Salve, Regina, mater misericérdiae: vita, dulcédo et spes nostra, salve. Ad te clamamus éxsules filii Hevae. Ad te suspiramus geméntes et flentes in hac lacrimarum valle. Eja ergo, advocata nostra illos tuos misericérdes déculos ad nos convérte. Et Jesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsi- lium osténde. O clemens, o pia, o dul-is virgo Maria. VY. Ora pro nobis, sancta Dei Geéni- trix. Ry. Ut digni efficiamur promissid- nibus Christi. OREMUS ORATIO Beatae et gloridsae semper Virginis Mariae, quaesumus, Démine, intercés- sio gloridsa nos protegat, et ad vitam perdicat aetérnam. Actioénes nostras, quaésumus Démi- ne, aspirando praéveni, et adjuvando proséquere: ut cuncta nostra oratio et operatio a te semper inc{piat, et per te cepta finiatur. Per Christum Dg. minum nostrum. Ry. Amen. Et in fine omnes benedicat, dicendo. — 434 Noctem quiétam, et finem perféctum concédat nobis Déminus omnfpotens. R. Amen. Salmo 122 A ti mis ojos levanto, * el que habitas en los cielos. Cual de los siervos los ojos manos de sus duefios. Cual los ojos de la esclava * las de am; a la que esta sirviendo: asi nuestros ojos miran * a Yahveh (Dios) que es el Sefior nuestro, hasta que se compadez- ca * (El también) de nuestros duelos. Ten ldstima de nosotros, * joh Yahveh! (Dios), y propicios sénos; que hartos saciados estamos * de (recibidos) desprecios; harto saciada esta el alma * de burlas de poderosos y del desdénjde soberbios. Gloria al Padre, etc. * a las PSALMUS 122 (Nueva version) Ad te atdllo éculos meos, * qui ha- bitas in caelis. Ecce, sicut éculi s:vérum * ad manus dominérum suérum. Sicut éculis ancfilae * ad manus dé- minae suae: Ita éculi nostri ad Déminum, Deum — 4385 — nostrum, * donec misereatur nostri. Miserére nostri, Domine, miserére nostri, * quia multum satidti sumus despectidne. Salmo 129 A ti clamo, Yahveh (Dios), desde {el abismo, iOh Sefior!, dignate escuchar mi voz; y tus oidos ojala que prestes de mis deprecaciones al clamor. jOh Yah! (Dios), si los delitos retu- [vieres, ¢quien ante tl, Sefior, parecer? Mas a ti corresponde la indulgencia para que se te tema (con piedad). En Yahveh (Dios) espero, y mi alma [en su palabra. Suspira mas mialma por Yahveh (Dios) gue (suelen suspirar) los centinelas por el (regreso del) amanecer. Mas que el regreso del amanecer espera tu, Israel, en el Sefior; que en el Sefior habitan las piedades y en EI se halla copiosa redencién. Por Israel de todos sus pecados ha de pagar rescate redentor, Dales, Sefior, le eterno descanso, etc. — 436 — PSALMUS 129 (Nueva version) De profundis clamo ad te, Domine, * Démine, audi vocem meam. Fiant aures tuae inténtae * ad vocem obsecratiénis meae. Si delicttrum memédriam servaveris, Démine, * Démine, quis sustinébi:? Sed penes te est peccatérum vénia, “ut cum reveréntia servidtur tibi. Spero i im Déminum, * sperat anima mea in verbum ejus; Exspéctat anima mea Doéminun, mag's quam cusiédes aurdéram. Magis quam custédes aurdram, exspéctet Israél D6minum Quir nenes Dadminum misericardia * et copiésa penes eum redemptio: Et inse rédimet Israel — ex émnibus iniquitatibus ejus. Réquiem. * BENDICION PAPAL El colegial antes de recibir la Ben- dicién Papal ha de procurar hacer de- votamente un acto de contricién. VY. Adjutorium nostrum in nomine Domini. FR’. Qui fecit caelum et terram. VY. Salvum fac populum tuum Do- mine. RY. Et benedic haereditati tuae. Y. Dominus vobiscum. Ry. Et cum spiritu tuo. Levantdndose dird la siguiente oracién, Oremus Omnipotens et misericors Deus, da nobis auxilium de Sancto, et vota po- puli hujus in humilitate cordis veniam peccatorum poscentis, tuamque mise- ricordiam praestolantis et gratiam, cle- menter exaudi; dexteram tuam super eum benignus extende, ac plenitudinem divinae benedictionis effunde; qua bo- nis omnibus cumulantus, felicitatem et vitam consequatur aeternam. Per Chri- stum Dominum nostrum. Amen. Coneluida la oracién sube el Sa- cerdote al altar, se va al lado de la Epistola, y vuelto al pueblo lo ben- dice en alta voz haciendo una cruz en el aire diciendo: Benedicat vos Omnipotens Deus, Pa- ter + et Filius et Spiritus Sanctus. Ry. Amen. —- 488 — FORMULA DE LA ABSOLUCION GENERAL Ant. Ne reminiscaris, Domine, delic- ta nostra vel paréntum nostrérum, ne- que vindictam sumas de peccdtis no- stris. Kyrie, eldison. Christe, eléison. Ky- rie, eléison. Pater noster, Y. Et ne nos indtcas in tentatiénem. Ry. Sed libera nos a malo. Y. OQOsténde nobis, Démine, miseri- cordiam tuam, R. Et salutare tuum da nobis. VY. Démine, exdudi oratidnem meam Ry. Et clamor meus ad te véniat. Y. Déminus vobiscum. Ry. Et cum spiritu tuo. OREMUS ORATIO Deus, cui prdéprium est miseréri sem- per et pdrcere: suscipe deprecatiénem nostram, ut nos et omnes famulos tuos, quos delictérum caténa constringit, mi- seratio tuae pietatis cleménter absdlvat. Exaudi, quaésumus, Démine, stippli- cum preces, et confiténtium tibi parce peccatis: ut pariter nobis indulgéntiam tribuas benignus et pacem. Ineffabilem nobis, Domine, misericér diam tuam cleménter osténde: ut simul nos et a peccatis émnibus éxuas, et a -~ 439 — paenis, quas pro his merémur, eripias. Deus, qui culpa offénderis, poenitén- tia placaris; preces pdpuli tui suppli- cantis propitius réspice; et flagélla tuae iracindiae, quae pro peccatis nostris merémur, avérte. Per Christum Démi- num nostrum. R. Amen. Completis precibus, ab uno ex ad- stantibus dicitur Confiteor. Deinde Sa- cerdos dicit: Misereatur vestri. Indul- gentiam, absolutiénem. Postea subjun- git: Déminus noster Jesus Christus, per mérita suae sacratissimae passionis vos absdlvat et grdtiam suam vobis in- fundat. Et ego auctoritéte ipsius, et beatérum Apostolérum Petri et Pauli et Summérum Pontificum Ordini nostro ac vobis convéssa, et mihi in hac parte commissa absélvo vos ab omni vinculo excommunicatidnis, majdris vel mind- ris, suspensiénis et interdicti, si quod forte incurristis, et restituo vos unidni et participationi fidélium, nec non sa- crosanctis Ecclésiae sacraméntis. Item eadem auctoritate absélvo vos ab om- ni transgressiéne votérum et régulae, constitutidnum, ordinatiénum et admo- nitiénum majorum nostrérum, ab 6m- nibus poeniténtiis oblitis, seu étiam negléctis, concédens vobis remissidnem émnium peccatérum, quibus contra — 440 — Deum et préximun, fragilitéte humana, ignorantia vel malitia deliquistis, ac de quibus jam conféssi estis: In né- mine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. R. Amen. TEDEUM (Himno de accién de gracias atri- buido a N. P. S. Agustin y San Am- brosio). Te Deum laudimus: * te Déminum confitémur. Te aetérnum Patrem * om- nis terra veneratur. Tibi omnes Angeli, * tibi Caeli, et univérsae Potestates: Tibi Chérubim et Séraphim * inces- sabili voce proclamant: Sanctus, * Sanctus, * Sanctus * Dé- minus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra glériae tuae. Te gloridsus * Apostolérum chorus, Te Prophetarum * laudabilis nu- merus, Te Martyrum candidatus * laudat exércitus. Te per orbem terrdrum * sancta con- fitétur Ecclésia, Patrem * imménsae majestatis; Venerdndum tuum verum * et uni- cum Filium; * majestatis — 441 — _Sanctum quoque * Pardclitum Spi- ritum. Tu Rex glériae, * Christe. Tu Patris * sempitérnus es Filius. Tu, ad liberandum suscepttrus hd- minem, * non horruisti Virginis iterum. Tu, devicto mortis actleo, * aperuisti credéntibus regna_ caelérum. Tu ad déxteram Dei sedes, * in gloria Patris. Judex créderis * esse venturus. Sequens versus dicitur flexis genibus Te ergo quaesumus, tuis famulis sub- veni, * quos pretidso sdnguine rede- misti. Aetérna fac cum Sanctis tuis * in gléria numerari. Salvum fac pépulum tuum, Démine, et bénedic hereditati tuae. Et rege eos, * et extdlle illos usque in aetérnum. Per singulos dies * benedicimus te; Et laudamus nomen tuum in saecu- lum, * et im saeculum saeculi. Dignare Démine, die isto * sine pec- cato nos custodire. Miserére nostri, Démine, nostri. Fiat misericérdia tua, Domine, super nos, * quemadmodum sperdvimus im te. * * miserére — 442-— In te, Démine, speravi: non confiin- dar in aetérnum. W. Benedictus es, Domine, Deus pa- trum nostrérum. Ry. Et laudabilis, et gloriésus in saécula. VY. Benedicamus Patrem, et Filium, cum Sancto Spiritu. R. Laudémus, et superexaltémus eum in saécula. YW. Benedictus es, Démine, in firma- mento caeli, Ry. Et laudabilis et gloriésus et su- perexaltatus in saécula. YW. Bénedic, d4nima mea, Démino. Ry. Et noli noli oblivisci omnes retri- butidnes ejus. VY. Démine, exdaudi oratidnem meam Ry. Et clamor meus ad te véniat. ¥. Déminus vobiscum. Ry. Et cum spiritu tuo. OREMUS ORATIO Deus, cujus misericérdae non est nimerus et bonitdtis infinitus est the- sdurus: piissimae Majestati tuae pro collatis donis gratias Agimus, tuam semper cleméntiam exorantes; ut, qui peténtibus postuldta concédis, edsdem non déserens, ad praémia futura dis- ponas. . Deus, qui corda fidélium Sancti Spi- ritus illustratiéne docuisti: da nobis in — 443 — eddem Spiritu_recta sépere; et de ejus semper consolatidne gaudere. Deus, qui néminem im te sperantem nimium 4ffligi permittis, sed pium pré- cibus praestas auditum: pro postula- tidnibus nostris, votisque suscéptis gra- tias agimus te piissime deprecantes; ut a cunctis semper munidmur adveérsis. Per Déminum. Ry. Amen. TE DEUM A Vos, oh Seftor, os alabamos; a Vos, oh Sefior, os reconocemos. A Vos, Eterno Padre, venera toda la tierra. A Vos todos los angeles; a Vos, todos los Cielos y todas las potestades. A Vos los Querubines y Serafines aclaman sin cesar; Santo, Santo, Santo, Sefior, Dios de los ejér- citos. Llenos estan los cielos y la tierra de la majestad de vuestra gloria. A Vas et gloriasa cara de las Apdstoles. A Vos la venerable multitud de los Profetas, A Vos el generoso ejército de los Martires, os alaban. A Vos la Iglesia entera en toda la tierra, con- jesa: Que sois Padre de inmensa majestad; Y que debe ser venerado vuestro verdadero y tinico Hijo; Y también el Espiritu Santo, Consolador. Vos, oh Cristo, sois el Rey de fa gloria. Vos sois el Hijo eterno del Padre. Vos para librar al hombre os hicisteis hombre, y no os desdefiasteis de encarnar en el seno de una Virgen. — 444 — Vos, roto el aguijon de la muerte, abristeis a los fieles el reino de los cielos; Vos estais sentado a la diestra de Dios en la gloria del Padre. Creemos que vendréis como Juez. (El siguiente versiculo se dice de rodillas.) Os rogamos, pues, que Socorrais a vuestros siervos que con vuestra preciosa Sangre re- dimisteis. Haced que en la gloria eterna entren en el ntimero de vuestros Santos. Salvad, Sefior, a vuestro pueblo y bendecid a vuestra heredad. Y regidlos y ensalzadlos para siempre. Todos los dias os bendecimos. Y alabamos vuestro nombre en fos siglos y en los siglos de los sigtos. Dignaos, Sefior, conservarnos sin pecado en este dia. Tened misericordia de nosotros, Sefior, tened misericordia de nosotros. Descienda, Sefior, sobre nosotros vuestra mi- sericordia, segtin esperamos en Vos, En Vos, Sefior, esperaré, no sea yo eternamen- te confundido. Jesas, nuestro Modelo jAmadisimo Nijfio Jests, nuestro divino Mo- delo, haz nuestro corazén semejante al tuyo! PARTE TERCERA PRACTICA DE LAS PRINCIPALES VIRTUDES Obediencia El joven obediente atraera hacia si las miradas y simpatias de todos; pero principalmente sera un objeto de agra- do para el Sefior; Un colegial obe- diente es un encanto. Un colegial dis- colo y desobediente se hace odioso y no puede perseverar. No necesita elogios la virtud de la obediencia. «E] que obedece, ha dicho Dios N. S., can- tard victoria de todos sus enemigos.» «El que obedece al superior, a mi me obedece.» Un camino tiene el cielo, y es el camino de la obediencia; quien camina por ¢] se salva y el que no, se condena, porque quien obedece cumple la voluntad de Dios que salva, y el que no, resiste a su voluntad san- tisima manifestada en el superior, ley ° Reglamenteo, y asi, no puede sal- varse. QObedece, pues, con una obediencia — 447 — ciega, que no mire el por qué se te manda; pronta, sin pereza, ni tardan- Za; alegre, sin refunfufiar, murmurar, sin hacer gestos de desagrado; per- fecta, cumpliendo con exactitud lo que se manda. Por superiores has de re- conocer no sdlo al P. Director del Co- legio, sino también a todos los sacer- dotes y hermanos, a todos los cuales has de tratar con mucho Tespeto, ca- rifio y confianza respetuosa. Ten siem- pre delante de los ojos el ejemplo de sumisién y obediencia que te da el divino Nifio Jesus en Nazaret. Humildad La humilded roba el corazén de Dios y conquista el afecto y la voluntad de los hombres, asf como la altivez y soberbia aleja a Dios de nosotros y atrae e] desprecio de todos. Sin hu- mildad, ningun mérito tienen delante de Dios las demas virtudes. La ora- cién humilde penetra los cielos, llega hasta el trono del Sefior, y consigue lo que pide. Sé humilde, no estimén- dote en mas de lo que eres, ni supe- rior a otros en ningun concepto. Con- sidérate el menor de todos para que Dios viva en tu corazén, porque el Sefior disfruta en los corazones hu- mildes. Si el Sefior te ha dado buena — 448 — memoria y algunas otras dotes inte- lectuales, morales o fisicas, dale gra- cias todos los dias y pidele no abusar de ellas. Cuando seas reprendido y castigado, stifrelo paciente y humilde- mente y propén la enmienda; y si al- guna vez sucediera esto sin culpa tuya, padécelo por amor de Dios, que sera una cosa que le agradaraé mucho, si bien se puede exponer cn particular con modestia la inocencia, si se trata de cosa grave. No te prefieras a tus compafieros, e imita todo le bueno que en ellos observares. Ten mucho carifio a esta virtud y procura alcanzarla. Modestia En el andar, estar parados, vestir y en todos tus movimientos, dice nuestro Padre S. Agustin en su Regla, brille la _modestia, nada haya que ofenda a Dios o al prdjimo. La modestia es la cerca de espinas que defiende el jardin de la pureza del joven. Por tanto, sujeta tus sentidos: los ojos, para que no miren ninguna cosa mala ni peligrosa; tus oidos, para que no escuchen palabras mi conversaciones que ofendan el pudor; tu lengua para que nada hable desedificante; en fin, tode tu porte exterior ha de ser mo- desto, de manera que sea espejo de — 449 — un alma donde mora el Espiritu Santo, y que tiene la dicha de recibir cada dia al mismo Dios. Guardate, pues, en esto de la mo- destia, de cualquier accién, gesto, mi- rada, palabra o conversacién que pue~- da afear tu alma con la mancha del pecado venial. Pureza El Corazén de Jesus se recrea entre las azucenas, y llama a los nifios ino-~ centes y los acaricia, porque ve en ellos el lirio de la pureza. Por eso no debe haber virtud mas amada del joven aspirante. Sé puro en cuerpo y alma. Puedes manchar el alma y po- nerla en peligro de condenacién pen- sando, deseando, hablando y obrando al;una cosa deshonesta, que en esta materia casi siempre es pecado mortal. Piensa que comulgas todos los dias, para que tcengas tu_corazén puro y limpio y digno del Sefior que has de recibir, En la Sagrada Comunién y en el rosario, sobre todo, pide al Corazon de Jestis y a su Madre santisima, la Virgen de la Consolacién, que te libren del pecado de impureza y te conce- dan la gracia de no cometer jamdas un pecado mortal. Al acostarte y le- : sy ‘ — 450 vantarte, reza siempre tres Avemarias a la Santisima Virgen con esta jacu- latoria: «Por vuestra Purisima Concep- cién, oh Maria, haced puro mi cuerpo y santa mi alma» En los malos pen- samientos y tentaciones acude muy confiado y fervoroso al sagrado Co- razon de ‘Jest y a la Santisima Vir- gen, diciendo: «Jesus, Maria, no me deyéis caer en la tentacién» Y reza en seguida el Avemaria. Apartate y huye de los peligros, oca- siones y compafiijas que te puedan hacer caer en este pecado, como de la vista de la serpiente; asi tu alma sera el jardin donde se recree el Co- razon de Jesus y podras llamarte siem- pre hijo bueno de Maria. Piedad Sé sumamente piadoso y devoto. To- dos los actos de piedad y otras de- vociones que voluntariamente te ha- yas impuesto, practicalas con el ma- yor esmero, puntualidad y recogi- miento, Aprende muy bien de memo- ria todas las oraciones y practicas piadosas que se acostumbren en el colegio. Ya sabes que la oracién es una conversacién con Dios N. S., con la Santisima Virgen y con los Santos, por lo que evitards las distracciones — 451 — y meditards en tu corazén lo que pro- nuncian tus labios, Nunca omitas un acto de piedad y si con permiso de algtin superior lo hubieres dejado, pro- cura hacerlo en un rato libre, si el mismo Superior te lo autoriza. El as- pirante, tanto mayor progreso hara en el camino de la virtud, y mas contento vivird en la casa de Dios con la voca- clon, cuanto sea mas piadoso. Tam- bién, durante el dia, en tus ocupacio- nes y recreos, has de levantar el co- razon a Dios con fervientes jaculato- rias, acordandote de que Dios te ve, como Padre, para premiar tu buen comportamiento, y como juez para Cas~ tigar tus malas acciones. Trata, pues de distinguirte entre todos por tu piedad Mortificacion Esta es una virtud sin la cual es imposible ser bueno. El inmortificado sera soberbio, desobediente, altivo, des- aplicado, disipado, por no decir otra cosa peor. Muy agradable a Dios es la mortificacion de los sentidos, de los ojos, oidos, lengua, tacto, etc.; pero lo es muchisimo mas la mortificacion interior, que consiste en contrariar la propia voluntad y caprichos, sobre todo al obedecer, ser reprendido, al ejecu- tar las obligaciones mas dificiles y — 452 — cuando hay ocasién de faltar a la caridad. Un joven que quiere mortificarse, puede hacerlo multitud de veces, sin ser notado, de una manera sencilla y meritoria. Como preparacion para una fiesta, abstenerse, por ejemplo, de al- gin dulcecillo, unos minutos de juego en el mismo recreo, privarse de mirar algunas cosas que agradan, no excu- sarse al ser reprendido, aunque se tenga razon, siendo por cosa _leve; sobre todo, evitar el pecado. En fin, de mil maneras puedes mortificarte si tienes un poco de voluntad y otro poco de buen deseo. Te podria contar muchos casos de nifios muy mortificados, pero referiré uno solo: «Toma estos caramelos — decia en cierta ocasién un sacerdote a una nifia de ocho afios, que acababa de recitar lindisimos versos a la San- tisima Virgen —. Padre, en este mes de Junio no puedo tomar caramelos, porque se los he ofrecido al Corazén de Jesus.» Asi debe ser el colegial. muy mortificado en todo tiempo. Cul- tiva, pues, esta virtud con el mayor esmero, Ten presente que, sin morti- ficacién, dificilmente seras puro. Caridad para con Dios La reina de las virtudes es la ca- — 453 — ridad: Toda la Ley se encierra en este mandamiento: «Ama a tu Dios con todo corazén y al prdjimo como a ti mismo.» Debes, pues, amar a Dios con amor inmenso, porque es tu Padre que te ha creado y te ha hecho tantisimos beneficios, entre los gue descuellan el haberte dado la vocacién y traido a la Religidén Agustino-Recoleta. Ama a Dios, porque te ama tanto, que tu no puedes comprender siquiera. Por ti sufrid mucho durante toda su vida Jesucristo, verdadero Dios; por ti murid en una cruz; por ti se ha quedado en el Sagrario para guardarte, acompa- fiarte, concederte todas las gracias que le pidas, conducentes a tu bien y el del prdjimo. Fijate si te ama el Sefior, que es feliz en el cielo y baja a la tierra para vivir contigo. Amalo, pues, con toda el alma. «La prueba del amor, ha dicho S. Gregorio, son las obras.» Si quieres amar a Dios como El quiere ser amado, cumple tus obli- gaciones lo mejor que puedas por su amor, y evita el pecado, sobre todo el mortal, que arroja a Dios del co- razon del hombre. Pero ten sumo cui- dado en disminuir los pecados venia- les, que ya sabes que son disposicién para el mortal. Ama, pues, a Dios con limpieza de alma, libre de pecado y — 454 — con amor practico, esto es, con el cum- plimiento de tu deber. Caridad con el préjimo Para todos has de tener mucha ca- ridad. No hagas, por tanto, cosa que ofenda a tu projimo, ni hables mal de otro y menos, lo que no sea verdad. Como quieres ser tratado, asi debes portarte con tu prdéjimo. Ama, respeta y reverencia a tus superiores; trata carifiosamente con tus compafieros, que son los mas prdjimos tuyos. Si sabes que alguna accién o dicho ofen- de, evitalo a todo trance, porque hiere la caridad. Procura complacer a to- dos en lo que puedas y serds apre- ciado. No te distingas entre tus com- pafieros, sino por el mayor fervor, aplicacién y buen comportamiento. Con las personas que no son del Cole- gio, evita lo que pueda desedificar; no te burles del anciano ni del pobre, ni desprecies al ignorante. El que ha de ser hijo de S. Agustin, ha de dis- tinguirse en la caridad para con todos. Ten presentes a todos en tus oraciones, y ruega especialmente por los peca- dores y necesitados. Mucho ayuda a la caridad la urba- nidad; por eso, dentro y fuera del Co- legio cumplirds los preceptos que te a 455 — imponen la mas fina educacién y ur- banidad. En esto de la caridad para con el prdjimo no olvides esta senten- cia, que siempre se cumple: «Con la misma medida que midieres seras me- dido.» Devociones E] colegial ha de tener devocién ar- dentisima al Santisimo Sacramento, manifestada principalmente en la Co- munién diaria’y fervorosa, en el res- peto y recogimiento con que debe de estar en la capilla, y en pensar algu- nas veces durante el dia en este au- gusto Misterio; Has de tener entre las cosas mas queridas de tu corazon, la Cruz y Pasion del Sefior, meditando con fre- cuencia en sus dolores y usando la Cruz y la sefial de la Cruz en los peli- gros, tentaciones y al principio de las principales obras. Signate y san- tiguate con mucha reverenzia, y evita el gsrabato que suele hacerse muchas veces por distraccién. Ama tiernamente al Sagrado Cora- zon de Jestis, ofreciéndole todos los dias amor y reparacién por las ofen- sas que recibe. El primer viernes de cada mes lo dedicaras a su _ servicio especialmente, pasandolo muy devo- —~ 456 — tamente. La practica de la comunién en los primeros viernes, no ha de omi- tirla jamas el aspirante. Debes amar a la Santisima Virgen, como a verdadera Madre, consagrarte a ella cada dia por la mafiana, invo- carla en los peligros y tentaciones, pedirla siempre el don de la perseve- rancia y rezarle todos los dias el santo Rosario. Bajo el hermoso titulo de la Consolacién, la honraras especialmen- te. Lleva siempre en tu pecho la me- dalla o escapulario de la Virgen del Carmen. La devocién a S. José, Protector de nuestra Orden debe ocupar lugar pre- ferente entre tus devociones. Pidele la perseverancia final en santa vida, den- tro de la Orden Agustino-Recoleta. Sé muy devoto del Ange] de la Guarda; encomiéndate a él cada dia, porque es indecible los peligros de que libra a sus devotos. Tendras afecto profundo a todos los Santos de nuestra Orden, singular- ente a nuestro P. S. Agustin, a nues- tra M. Sta. Monica y S. Maximo, cuyas vidas leeras con frecuencia, para imi- tar sus virtudes. Suplica a nuestro P. S. Agustin que te haga su hijo fer- voroso. Compadece a las almas del purga- -- 67 — torio y alivialas en sus penas con tus oraciones y sacrificios. Aplica por ellas tus comuniones, misas, rosarios y demas obras buenas. Ellas en el cielo rogaran por a. ra siempre por las misiones y mi- sioneros, principalmente por las nues- tras, para que se conviertan a la re- ligién catélica tantisimos millones de infieles, que no conocen a Jesucristo. Ruega también por los pecadores para que se salven... Esta es una obra de celo con la que puedes hacer mucho bien, y no dudes que la premiara el Sefior. Recuerda la frase de Nuestro Padre San Agustin: «Animam salvasti, animam tuam pracdestinasti.» Ora siem- pre por la Iglesia y por el Sumo Pon- tifice el Papa. Aplicacién No. te olvides de que el Sefior te ha Namado para que algun dia seas sacer- dote, ministro suyo y miembro de la Orden de Agustinos Recoletos, que tanto se distingue por el cultivo de las ciencias. Debes, pues, aficionarte al estudio, para ser digno ministro del Sefior y brillante estrella en el her- moso cielo de la cultura agustiniana, y para que puedan los fieles escuchar de tus labios la sabidurfa. Persuadete de esta verdad: el que no estudia, no aprende; y el que no aprende, sera siempre un infeliz. Los primeros afios se te hara dificultoso el estudio; des- pués, si procuras ser buen estudiante, la dificultad va desapareciendo, hasta que la sustituye el verdadero carifio y aficién a las ciencias. Violéntate, y no desmayes ante la dificultad. Antes del estudio pide al Sefior, por inter- cesién de Maria, sus luces, y después, perdén de las faltas que en él hubie- ras cometido. Evita todo lo que pue- da distraerte y estorbar a los demas, Pon una estampa devota en la leccién del dia, y santifica el estudio con al- guna breve jaculatoria. En las clases, sé respetuoso con los PP. Profesores, escuchales atentamente, y aprovechate cuanto puedas de la leccién y expli- caciones. Cuida los libros y demas cosas gue se te han entregado para el estudio. Sé, pues, muy aplicado, porque el estudio dignifica y es una de tus principales obligaciones. Edad de los grandes peligros y de los grandes avances Cuando hayas pasado la edad de la nifiez, entras en la juventud, periodo mas o menos largo que suele ser de — 459 — crisis espiritual, por los no pequefios peligros que casi siempre rodean al adolescente, aunque también —y es providencia de Dios —le cercan por todas partes los amorosos y divinos cuidados de los encargados de su edu- cacién y formacion y las voces e ins- piraciones del cielo que se hacen muy presentes en la conciencia juvenil. En estos afios Vega el despertar de las pasiones: la ira, los movimientos de soberbia acompaiiados de brotes de rebelién, la pasion sexual y los atracti- vos mas fuertes para el humano corazon: los encantos del amor y la amistad. Tu — sin dudarlo — tendras que luchar con una de estas pasiones, con varias o con todas. Mas no arredrarse en ia lucha. Al gigante Goliat de todas las pasiones juntas y de todos los malos instintos en compacto ejército contra el joven que desea ser bueno en el mejor sentido de la palabra, vence siempre el pequefio David de la juven- tud en el nombre del Sefior. En la lucha, serenidad, nada de nerviosismo, placidez en el recurso a Dios ya la Madre y Reina del Consuelo; recepcion de los sacramentos de la Contesién y Comunidén; sdlida piedad, fuga de las ocasiones peligrosas y firme, absoluta confianza en tu Director y — 460 — Confesor para abrirles el corazon. Los superiores esperan de ti—aun en la juventud — ostensibles avances en la vida espiritual, intelectual y fisica. Suefian cuantos se esmeran en tu educacién y formacién en ver tu alma convertida en un hermoso jardin en donde las mas bellas flores de virtudes, prometen los mas exquisitos frutos de auténtica espiritualidad cristiana y agus- tiniana. E] trabajo, el estudio, la dis- traccién del juego en unién con los medios ya mencionados, también te ayudarén eficazmente a superar con provecho la crisis de la juventud y al logro de la perfeccién cristiana que sera base para la perfeccién religiosa a la que aspiras por tu vocacion a la Orden de Agustinos Recoletos. La juventud ha de significar para ti, avances animo- sos, no estancamientos mi retrocesos. No soy un nifio Si estas enfrascado ya en los estudios de la filosofia, desde luego, ya no eres un nifio. Por eso es para tf aquello del Apéstol San Pablo: que cuando era nifio hacia las cosas de nifio, con todas las imperfecciones propias de la edad y acciones de la nifiez; pero cuando dejé de serlo, ya obraba con toda la reflexion oportunidad, prudencia y_ perfeccién ' — 461 — propia de un hombre, hijo de Dios, y apéstol de Jesucristo. Porque no eres un nifio, sino un joven, para ti se escribieron estas pa- labras del Evangelista San Juan: «Cari- simos, a vosotros, jévenes, os escribo, porque sois valerosos, la palabra de Dios permanece en vosotros, y vencis- teis al maligno espiritu. Ved, pues, que os escribo a todos: no querdis amar a mundo ni a las cosas mundanas. Si alguno ama al mundo, no habita en él la caridad del Padre: porque todo lo que hay en el mundo, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia de la vida; lo cual no nace del Padre, sino del mundo. E] mundo pasa y su concupiscencia. Mas el que hace la voluntad de Dios, permanece eternamente.» En tu menor edad, puede ser que obraras el bien por la vigilancia, por el premio, por evitar el castigo, por ocupar los primeros puestos, por la estimacion de los superiores, quiza sen- tlas un poco de remordimiento cuando mal te portabas y una suave satisfac- cién en tu buen comportamiento. Ahora eres un joven y te llaman fildsofo. Sé, pues, consecuente con este apelativo. En tu obrar; en el cumplir tu deber, sé reflexivo, serio, consciente — 462 — de tus obligaciones, cumple con. ellas a cabalidad, porque es tu obligacién — voluntad de Dios manifestada en la de tus Superiores —, porque asi te conviene; en fin: porque lo quiere Dios que te destina a tan grandes cosas el dia de mafiana; serads un hijo de San Agustin —y orgullo santo da decirlo y pensarlo —, si eres fiel a tu vocacion. No eres, pues, un nifio; eres un joven, gracias a Dios, y como tal, ten siempre un puro, generoso y preparado corazon para todo lo que te aconsejen y orde- nen tus Superiores, y te pidan tus legitimas, juveniles y ordenadas aspi- raciones en orden a tu perfecta forma- cién fisica, social, intelectual y religiosa. Los votos religiosos Eres cristiano por el bautismo. La confirmacion te ha hecho soldado y confesor valiente de N. S. Jesucristo. Eres templo del Espiritu Santo por es- tos sacramentos; y mientras conservas la gracia santificante, en tu corazén se levanta el altar donde se da culto ala Augusta Trinidad. Pero Dios Nues- tro Sefior tomara posesién mas comple- ta de tf cuando te consagres y te unas mds intimamente a El por medio de los tres santos votos religiosos de po- breza, castidad y obediencia. Llegara — 463 — un dia en que después de cursar tus estudios en el Colegio Apostdlico a satisfaccién de tus Superiores, y de observar una conducta ejemplar, in- gresards en el santo noviciado. Experi- mentada tal cual es la vida religiosa, voluntaria y libremente pronunciaras los votos ante el altar del Sefior. Ellos son los tres consejos evangélicos de vivir en pobreza, castidad y obedien- ia. Por el voto de Pobreza renun- ciaras a la propiedad de las cosas de este mundo, y el uso de ellas estar regulado por Ja obediencia de tus superiores. Tu corazén se verd, como dice N. P. S. Agustin, ‘vacio de oro, pero lleno de Dios.» No puedes figu- rarte lo que esto contribuye a vivir con la verdadera paz del corazon. Ei voto de castidad consiste, no sélo en guardar Jimpio y puro el cuerpo, sino también el alma: viviendo en la tierra como los angeles y bienaventurados en el cielo. Un pecado que se come- tiera contra la castidad, después de hecho este voto serfa un sacrilegio, pues mancharia el templo del alma, consagrado a Dios especialmente. El voto de obediencia consiste en obe- decer a tus Superiores de tal suerte que en nada has de tener voluntad propia, y tu vida sera dirigida por — 464 — las reglas de la Orden y las pruden- tes disposiciones de los Superiores. El aspirante se ha de instruir bien acer~ ca de todo esto, pues en el noviciado practicara las virtudes de los votos, aunque no los haya pronunciado. Perseverancia Dichoso el aspirante que, habiendo escuchado la voz dulcisima de Jesus, ha contestado: “aqui me tienes.» «Qué quieres que yo haga?» Vives en la casa del Sefior. Te preparas para con- sagrarte algun dia en cuerpo y alma al servicio de Dios perteneciendo a la ilustre Orden de Recoletos de N. Padre San Agustin. Pero ¢cdmo conseguiras el cumplimiento de tus santas aspira- ciones? Perseverando. Unicamente la perseverancia es la que entrega las Ilaves del santuario agustiniano. Sé, pues, constante en el cumplimiento fer- voroso de todas tus obligaciones. Re- chaza las tentaciones contra la voca~ cién como se rechazan las mas peli- grosas. Recuerda con frecuencia las palabras del divino Maestro: «El que pone su mano en el arado y vuelve la vista atras no es apto para el Reino de Dios.» (Mat., 8, 22). Pide todos los dias la perseverancia. Ya sabes que la Madre de la perseverancia es tu — 1465 — 30 Reina y Madre de Consolacién. Pide a tan dulce y amante Sefiora muchas gracias, y ocupe el primer lugar la santa perseverancia. Los angeles es- t4n tejiendo tu corona en el cielo y cortan las palmas en los bellos_pal- mares del paraiso. Persevera, y junto con tu celestial Patrono S. Maximo ce- fiirds la corona y agitards la palma de la victoria. Recuerda siempre la palabra del Sefior: ‘El que perseverare hasta la muerte éste sera salvo.» EI Noviciado Uno de los mas grandes y legitimos goces que experimenta el aspirante en su vida de colegial, es el oir de la- bios de su Director, que ha sido juz- gado digno de ser admitido en el No- viciado de los Padres Agustinos Reco- letos. Llegado el dia deseado, cumpli- dos ya los quince afios de edad, por lo menos, comenzara este periodo de prueba con la mejor preparacién espi- ritual, y haciendo una confesién ge- neral, pues la vida sera enteramente nueva. El Noviciado en nuestra Orden comienza con la toma de habito con- siderada como la admisién oficial al Noviciado y principio del afio de prue- ba, antes de la profesién religiosa. Durante el Noviciado, aunque seas ~- 466 — muy joven, has de portarte como un verdadero religioso, dejando las cosas de nifio. Experimentards la vida reli- giosa con la observancia de todas sus obligaciones y principalmente, de la aurea Regla de N. P. S. Agustin. Si en el colegio has sido devoto, estu- dioso y obediente, en este periodo del Noviciado en que te preparards para consagrarte del todo al Sefior, por me- dio de los santos votos, has- de serlo muchisimo mas. Vean en ti los Supe- riores un verdadero San Maximo, por la imitacién de sus virtudes.' Con el mismo espiritu de tu Santo Patrono y con sus mismas palabras debes re- chazar toda tentacién contra tu voca- cién: «Jamas, antes morir; nadie me separara de la compaiiia de los Pa- dres y Hermanos con los que me he educado y vivido, y entre quienes an- helo morir gloriosamente, para gozar con ellos de la eterna vida.» El aspirante en la toma de hdbito En la hora determinada y hecha la sefial, saldra a la iglesia el aspirante con toda modestia, con las manos jun- tas delante del pecho, acompafiado del P. Maestro de Novicios. Se dirige al lugar en donde se encuentra el Padre Superior, y después de postrarse a sus — 467 — pies, preguntado por el mismo P. Su- perior, ¢Quid petis’, respondera: Mis- sericordiam Dei et vestram societatem. Luego e] P. Superior le mandara le- vantar y permanecera de rodillas con las manos juntas delante del pecho. El P. Superior Ie dira: Hijo carisimo, la misericordia de Dios, etc... ¢Tiene, pues, alginm impedimento que le im- pida ser admitido vdlida o licitamente al Noviciado? EI Aspirante respondera: No tengo impedimento alguno. Luego el P. Superior le dira: Ahora resta saber si se hallard con dnimo y fuerzas para soportar las asperezas de nuestra Religién, etc. El Aspirante al terminar de hablar el P. Superior contestara afirmativa- mente: Si, Padre. Entonces el P. Superior se levanta y dice: Accipimus te ad probationem, sicut mos est fieri. Dominus qui fecit in te opus bonum, Ipse perficiat. El aspirante y la comunidad contestan: Amen. Sigue después la bendicion del ha- bito religioso. Pone el Superior al As- pirante una capa y se la quita en se- guida, para simbolizar que debe des- pojarse del hombre viejo y de sus ac- — 468 — tos, es decir, de todo lo del mundo que puede estorbarle en la vida religiosa. continuicién le viste el santo ha- bito, le pone la capilla y le cifie la sagrada Correa de Ntra. Sra. de la Consolacién. A todo esto, el aspirante estara de pie, y con serenidad y mo- destia ayudara en la vesticién del santo habito. Después, acompafiado del P. Maestro de Novicios, se dirige al lugar en donde se ha de postrar tendido sobre la alfombra o manta. E} Novicio permanecerd durante el himno Veni, Creator Spiritus, etc. pos- trado, permanecera asi el Novicio hasta que el P. Maestro le indique que se levante. Inmediatamente, en compafiia del mismo P. Maestro, va ante el Padre Superior. Alli se arrodilla y el P. Su- perior le dira: Hijo mio, habiendo de- jado el siglo, en nada ha de parecerse a él, y asi ha de mudar el apellido en cosa santa. ¢De qué Santo o Mis- terio quiere llamarse su Caridad? El Novicio dira el Misterio, Santo o Santa gue ha tomado por especial patrén: Fray N. N. de (Netra. Sra. de la Conso- lacién; de N. P. S. Agustin; de San José, etc.). El P. Superior le recomendara su devocién e imitacién. Luego el P. Su- perior le dira que en sefial de amor —~ 469 —- y agradecimiento por haberle admitido a la Religién, puesto de rodillas, abra~ ce a todos los religiosos, besando la mano derecha a los sacerdotes. Co- menzara por el P. Superior y después, seguin el orden que le indique el Padre Maestro a quien, por ultimo, le abra- zara, y besara la mano. Acabados los abrazos, el P. Maestro le Ilevara de- lante del P. Superior, quien después de hacerle la exhortacién correspon- diente, terminara el acto diciendo: Adjutorium nostrum, etc. E] Novicio saldra de la iglesia, siguiendo las in- dicaciones del P. Maestro de Novicios. PARTE CUARTA CONSEJOS PRACTICOS ACERCA DE LAS PRINCIPALES OBLIGACIONES Actos de levantarse y acostarse Si te has despertado antes de dar la llamada para levantarte de la cama, procura entretenerte con buenos pen- samientos, y sobre todo, con el de la Sagrada Comunion. A nadie mo- lestes; en la cama guarda la mayor compostura y modestia, y no dejes descubierta parte ninguna de tu cuer- po, a no ser los brazos en tiempo de calor. Al oir la sefial, levantate sin pereza, signate reverentemente, a fin de que los primeros instantes del dia sean para Dios N. 5. Te has de vestir con diligencia y modestia, rezando con devocién lo que se acostumbra. Da gracias al Sefior por el dia que te da generosamente, y entrégale el co- razén con tiernas jaculatorias, Lavate — 471 —

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