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ERR eR cul PERO CMCSPOIRUE Seem eran) La Cordillera Cantabrica es uno de los macizos montafiosos mejor conservados de la peninsula ibérica. Sus casi 300 kilémetros albergan una dacena de espacios protegidos de enorme calidad, entre los cuales destacan tres reservas de la Unesco. El oso pardo lucha aqui por su supervivencia, refugiandose en los robledales y hayedos milenarios que dan cobijo también al mitico urogallo. Estos mismos bosques, a lo largo de | la historia, han ofrecido proteccién y sustento al | hombre, la pieza clave en un complejo mosaico alpino | que hoy dia constituye un santuario para el | esparcimiento fisico y el descanso espiritual Por la Cordillera Cantabrica Por t= Cordillera Cantébrice indice | —_— Prélogo. 9 L, Introduccién ...... 15 1.1, Finalidad de la guia. 15, \ 1.2. Organizacién y uso de la gufa 16 1.3. Caracteristicas de las rutas... 7 2, Recomendaciones... 6 2.1, Cuando venir 18 2.2. Materaly ropa 9 2S Mapas rn 9 28, Tiempos y difcltad 2 2.5. Normas de seguridad y emergencias 22 3. Elentorno: 24 3.1, Relieve 24 32. Geologt 26 ' © de los textos: Robin Walker | 3.3, Clima y tiempo .. « 29 © delasovograis Robin Walker, except: BA Vegetation. 3l gina 36,37, 4028, Joe Masa Ferner Diaz Forment, 35 Vida animal 36 pagina 224, Toho Fierro, y pagina 270, Angeles Llamas 3.6, Espacios protegidos 42 4. Occidente de Leén .. . 47 t ‘© de la edicién: EDICIONES TREA, S. L. } Descripcién 47 { Donoso Cons 7b. | Comunicaciones a . ion Asturias) = 7 1 ‘Tel: 985 133 452 - Fax; 985 131 182 Bases, servicios y alojamiento Cor Jectrénico: trea@tt ; Mapas esenciales.. 48 a | Bibliogratia, “ Direccién editorial: Alvaro Diaz Hiuici 4.1, Alcornén de Busmori 51 Produccidn: José Antonio Martin 4,2, Catoute 55, Maqutacin nlp fla © (in aS tambardn 59 Feces omen undpad& Oviedo) i" a Impresonyencuademacén: Gre: Samia, 58. Ovi) eta a sono ros. 46. Muxivén 2 ‘Deposito legal: As.-2540-2002, 4.7, Montihuero 76 40, Pena Omi» 0 Imps enpa-Prit a spin 49, Peneinia oy ‘Tacos los derechos reservados. No se permite la reproduecién total o parcial de este Pa eo ont) ee libro, nl su incorporacién a un sistema informético, ni su transmisién en cualquier 4.11, Cirbanal 93 Forma. por cualquier medio, sea éste electitnico, mecénico, por fotacopia, por 4.12. Amargones ...... 97 aril oreo sil pena pee por wetodeaaone ae SL ier Cancbries Los nombres de la Cordillera Cantabrica (David Caballero Merino) 5. Occidente de Asturias Deseripeién Comunicaciones ... - Bases, servicios y alojamiento .. Mapas esenciales.... Bibliografa.. : 5.1.Comén ... so 5.2. Cogollo de Cebolleo 5.3, Pefia BlaMCA nn 5.4, Penachana ... 5.5, Lagos de Somiedo 5.6. Camin Real de la Mesa 5.7. Calduvein ... 5.8. Cordal de la Sobia 5.9. Gamonal 5.10, Pico la Hoya 5.11, Pefia Rueda 5.12, Ranchén.... 5.13. Tapindn 5.14, Pefa Ubinia La trashumancia en Ia Cordillera Cantabrica (Victor Guerra) ... 6. Orienteide Len Descrificién. Comunicaciones .enrnnn Bases, servicios y alojamiento Mapas esencialés, Bibliogratia 6.1, Estorbin de Valverde 6.2. Pico Faro 6.3. Fontiin 64. Correcillas .. 6.5. Pefia Valdorria 6.6. Susarén. 6.7. Petia Corada 6.8, Pico Cerroso 6.5. Pico Yordas - 6.10. Macizo de Mampodte -r.nnsnnn 6.11 Pefia Ten... 101 105, 105 105 106 107 107 109 13 ui7 121 125 129 133 137 ud 6 150 154 159 163, 168, 173 173 173, 173 174 174 176 180 14 188 192 196 200 204 208 212 216 6.12. Coriscao 6.13. Petia Prieta . La Cordillera Cantabrica en la guerra civil (Claudia Blanco) 7. Oriente de Asturias Descripcion ... Comunicaciones . Bases, servicios y alojamiento ..... Mapas esenciales.. Bibliografia 7. Pic 7.2, Retrifion . 7.3. Pefia Mea . 74, Desfiladero de los Arrudos 7.5. Cuyargayos 7.6. Pico Trigueiro 2.7.Pilefes ... 78. Tiatordos.. 79.Vizcares 7.10. Pefia Salén 7.1. Pico Pienzu 7.12, Hibeo Laflora de la alta Cordillera Cantabrica (Teresa Farino) .. 8, Montafia palentina y Cantabria Deseripeién Comunicaciones Bases, servicios y alojamiento 8.1, Circo de Cardaiio 8.2. Espigiete 8.3. Curavacas 8.4, Pefia de Santa Lucia 8.5. Pefia Mayor 8.6. Valdecebollas . 8.7. Pico Tres Mares 8.8. Pico Bistrucy 8.9. Comnén de Penia Sagra . 220 228 228 233 233 234 234 235 235 237 241 257 261 270 278 279 283, 287 291 291 292 292 293 293 296 301 305 309 312 316 320 324 328 t f > yee LEYENDA Autopista Autovia Carretera nacional Autonémica de 1* orden Auténomica de 2° orden Carretera local Otras carreteras Ruta Pico Vertice geodésico Collado Puerto de montafia Pueblo o aldea Brafa Refugio Fuente 0 manantial Ermita Mina Cueva Altimetrias 2.600 82.800 m 2.400 a 2.600 m 220002.400m 2,000» 2.200 m 41200 a 2.000 m 1.600 9 1.800m +1400 21.600 m 4.200 21400m 1.000 a 1.200 |] 200. 1.000m 600 8 200m 400 2 600:m 200 2400 m 09200 Prélogo Hace unos afios, al final de una tarde de un domingo de octubre, y desde la cumbre del Estorbin de Valverde, observé céimo se me acercabran dos montafie- ros. Era una tarde maravillosa, de las que s6lo se nos presentan cuando la mon- tafia ya va recogiendo sus cosas en preparacién para el invierno, yla vivia con la misma calma ralentizada con que el dia avanzaba hacia su fin, Aun asi, no fui ca- paz de sobreponerme a la mezcla de irritacién y asombro que senta por la lle- gada de la pareja: irritacidn porque llevaba todo el dia solo en la montafia, una opcién que de vez-en cuando se me convierte en una necesidad, y asombro por- que era el tercer fin de semana seguido en que habfa venido a esta zona central de la Cordillera, pero el primero en el que iba a tener que compartir la montana con alguien. Lasoledad, por supuesto, no es la tinica faceta sugestiva de la Cordillera Can- \abrica, La belleza e innegable calidad de sus paisajes son otros valores a tener en cuenta: en el momento de escribir estas lineas son cinco los parques natura- les y cinco los espacios protegidos que caen dentro del ambito de la guia. Por otra parte, tampoco es una casualidad que la mayor concentracién de oso par- do de Europa se encuentre aqui. Los grandes hayedos y los extensos robledales son el entorno idéneo para la recuperacidn de este emblemético animal, tan que- rido y respetado como odiado es el lobo, otro noble mamifero de la fauna ibéri- ‘ca que tiene uno de sus més importantes refugios en estas montaiias. Soledad y belleza: dos razones de peso para considerarla posibilidad de acer- carnos a la Cordillera Cantébrica, una cadena montafiosa cuyos casi trescientos kilémetros de longitud unen, mas que separan, las comunidades auténomas de ‘Asturias, Cantabria y Castilla-Leén. ;Pero son razones suficientes como para arrancarnos de la magnética atraccién de macizos mucho més afamados, como son los Picos de Europa o el Pirineo? Para mf si, obviamente, y pata todos esos ‘otros montaiteros que llegan desde Andalucfa, Cataluiia, Madrid, Valencia, o de donde sea, se supone que la respuesta también es afirmativa. No es que las cum- bres de la Cordillera sean muy altas, aunque hay casi ochenta que sobrepasan Jos dos mil metros. Tampoco son montafias excesivamente agrestes, No obstan- te, si somos montafieros més que alpinistas, sinos gusta la libertad de andar més ‘que la disciplina de la pared, si preferimos sentir las montafias mas que colec- cionarlas, es posible que la verticalidad de los Picos de Europa ola popularidad del Pirineo llegue a triturarnos tanto fisica como psiquicamente. Sies asf, segu- ramente las cimas de la Cordillera Cantabriea, més humanas y mucho menos concurridas, responderén mejor a nuestras inquietudes. Sin duda sus amplisi- mos horizontes, con el mar Cantabrico a un lado y la infinidad de la meseta al ‘otro, nos elevardn un espiritu que podria acabar por hundirse en un terreno me- nos acogedor. Rowin Walker, Oviedo, julio 2002 Agradecimientos Un trabajo de la envergadura de una guia no es posible sin la ayuda de los. amigos y compafieros. En este sentido quiero dar las gracias a las siguientes personas: Alvaro, de Ediciones Trea, por creer en este proyecto desde el primer mo- mento. Covadonga y Mercedes, de Infolio, por sus magnificos mapas y por toda la paciencia que demostraron conmigo a la hora de confeccionarlos. Marivi Arias, Tofo Fierro y Kike Oltra por todo el cuidado que pusieron en la revisiGn del texto. ‘Tofio Fierro por su minuciosa revisién de los mapas y la fotografia de Pe- fia Prieta Claudia Blanco, David Caballero, Victor Guerra y Teresa Farino por sus va- liosas y expertas contribuciones. Francisco Fernandez (Brojos), de la Facultad de Geologia de la Universi- dad de Oviedo, por su inestimable ayuda con la seccién sobre la geologta, Benjamin Fernandez, Kike Oltra ylos miembros del ceispa por sus aporta- ciones practicas y precisas sobre emergencias. Jame y la gente de Cavana -vuestro buen sentido del humor me rescaté del suicidjo en mas de una ocasién. ‘Too, Marivi, Charo, Margot, Kike, José, Pablo, Ana, Miguel, Amanda y Mi- randa por acompafiarme en las rutas. José Maria Fernandez Diaz-Formenti por sus magnificas fotografias de la fauna y avifauna de la Cordillera Angeles Llamas, porla fotografia del Vizcares. Por titimo, quiero agradecer de forma especial al doctor Izquierdo Rojo del Centro Médico de Oviedo, cuya impecable intervencién en 1999 me de- volvié mucho mas que calidad de vida Alsabel, por todas las horas robadas ever ce sl (co 1. Introduccién ee ee 1,1. Finalidad de la guia Site gusta subir lo mds rapido que puedes a la cumbre, preferentemente desde el punto de partida més alto y ‘més cercano posible, este libro no te va aservir de mucho. No creo en el colec- cionismo y, como consecuencia, la guia no esta pensada para los que no quieren esforzarse, a pesar del hecho de que soy siempre el primero en lamentarme de mi condicién de mon. tafiero cuando las cosas requieren que sudemos la camiseta. ‘Tampoco escribo pensando en aquellas personas que a lo largo de muchos afios han llegado a acumular un profundo conocimiento de una u otra zona concreta de la Cordillera Cantabrica. Siento una gran admira- cin por vuestra experiencia, y una in- dudable humildad ante tanta sabidu- rfa, una sabiduria con la que no puedo ni pretendo competir desde es- tas paginas, En cambio, sf escribo para todas aquellas personas que, practicantes del montaiiismo en una parte de la Cordillera, sienten curiosidad por co- nocer otras més alejadas. ;Cudntos so- mos los que vivimos en Asturias pero apenas conocemos la montafia palen- tina 0 los Montes de Ledn? sY cudntos montafieros palentinos 0 cantabros si- guen sin conocer el valle del rio Aller 0 el parque natural de Redes? Muchas guias actuales se limitan a una sola provincia, e incluso aun solo valle, una decisién completamente légica desde muchos puntos de vista, pero que pue- de generar una visi6n distorsionada del conjunto de cumbres, valles y pue- blos que constituye la Cordillera Can- tabrica ‘También, la guia se hizo pensando en los deportistas que se acercan aes. tas montafias desde fuera del norte de Espaia. Procedentes de Cataluna, Andalucfa, Madrid, o 1a cuenca del Ebro, es probable que entiendan la Cordillera Cantabrica como una sola unidad geografica, a la cual corres- ponde una sola gufa. Ademés, como muchos vendrén a la Cordillera cua- tro a cinco veces a lo sumo, es posi- ble que las 60 rutas presentadas aqui sean més que suficientes para satis- facer su apetito. Por tiltimo, la gufa estd escrita pen- sando en toda la gente que he visto en la montaita en pequefios grupos o a solas, ycon quien he compartido cum- bres, collados 0 caminos, algunas ve- ces en animada charla, otras en respe- ‘uoso silencio. También escribo para todos aquellos que bajan del coche en cuanto pueden, que lamentan la heri- da de una pista nueva, que se quedan en la cumbre hasta el iltimo momen: to, exprimiendo el maximo de cada dia. O sea, escribo para quienes en- tienden la montafia no como una ac- tividad marginal, ni como la pequenia locura de los domingos, sino como uno de los ejes fundamentales de la vi- da, un ancla, quizés, que nos mantie- nea salvo de las tormentas, y una brii- jula para cuando nos perdemos en el laberinto de lo cotidiano. 1.2.Organizacién y uso dela guia La guia consta de ocho capitulos, tres de informacién de tipo general, y cinco con las descripciones de las ru- tas, Estos siltimos corresponden a los sectores en que se ha dividido la Cor- dillera, una division que, como se ex plica més adelante, responde mucho ‘mds a las exigencias de uso que a fac- ‘ores administrativos, hist6ricos 0 geo- graficos. Descartando, por tanto, una divisién por provincias 0 por macizos, Jos capftulos cuarto a octavo abarcan, respectivamente, los sectores occi- dente de Ledn, occidente de Asturias, oriente de Leén, oriente de Asturias, , por tiltimo, Palencia y Cantabria. Bs ta estructura, con una serie de rutas distribuidas alrededor de una sola ba- se, responde a las necesidades de aquellos que se acercan a la Cordille- ra desde lejos, y que probablemente prefieren un solo punto desde donde poder realizar toda una serie de as- censiones. Para facilitar el manejo de la guia, Jos cinco capftulos con las rutas tienen Ja misma estructura: = Una introduecién que incluye + Un comentario acerca de las, caracteristicas fundamenta- les del sector y sus espacios protegidos. ‘+ Unas breves indicaciones s0- bre posibles bases y los servi- cios y alojamientos que ofre- + Una pequetiabibliografia pa: ra orientar a quienes buscan conocer un sector determi- nado en mayor profundidad. = Unmapa del sector para facilitar Ja localizacién de las rutas. Las rutas, cada una con: + Informacién esencial sobre ‘mapas, distancias, desniveles, horarios aproximados y difi cultad (de los dos ultimos ha- réun comentario mas deta- lado en el capitulo siguiente). ‘+ Unadescripcién del reconido. + Unplano esquemético dela ruta, Intercalados entre estos capitulos hay una serie de textos monogrificos que aportan una visi6n experta, pero deliberadamente personalizada, de cuatro temas que no son espectficos a ningtin sector: la toponimia, la trashu- ‘mancia, la flora alpina, y el desarrollo de la guerra civil en la Cordillera Can- tabrica. Como ya se habré notado, no entiendo Ia montafia como un acto meramente deportivo, y en este senti- do estos articulos nos ayudarén a en- tender la inmensa riqueza biol6gica, cultural e histérica que la Cordillera encierra. La forma mas sencilla de sacar el ‘méximo rendimiento ala gufaes esco- gerun sectory una base, seleccionar la ruta o las rutas de interés, y situarse a través del mapa del sector y los datos sobre el punto de partida. Por supue: to, esto no niega la posibilidad de e: ‘coger primero unaascensién determi- nada, y luego el sector, ni pretende decir que las rutas han de realizarse obligatoriamente desde las bases del sector correspondiente. Obviamente existe un grado de permeabilidad en este sentido, yserfa perfectamente po- sible realizar rutas en Somiedo, en As- turias, por ejemplo, desde una base en Ja Babia, en Leén, 0 viceversa. 1.3.Caracteristicas de las rutas Con respecto a las 60 rutas selec- cionadas, huelga decir que no esté ni ladécima parte de las que hay alo lar- go de los més de doscientos kilmetros de la Cordillera. Ni siquiera estin to- das las que tenfa en mente cuando ini- Gié el trabajo de campo en 1998. In- cluidas en la guia, no obstante, hay 26 rutas desde bases en Asturias; 25, des- de Le6n, ynueve, desde Palencia. Cin- corutas alcanzan cumbres en el limite provincial de Cantabria con Palencia 0 Le6n, 0 totalmente dentro dela comu- nidad céntabra. Laselecci6n se basa ante todo enla definicién aceptada aqut de los limites de la Cordillera Cantabria, que, como se explica con més detalle en la sec- cidn sobre relieve (3.1,), noes tan facil como parece. De momento, bastard ia decir que el dmbito de la guéa va de de la cuenca de rio Sil, en el oeste; ha tala sierra de Pefia Labra, en el este; y desde el mar Cantabrico, en el norte, hhasta la meseta castellano-leonesa, en elsur Dentro de este émbito las rutas nos llevan no s6lo alas cumbres clisicas de Ja Cordillera sino tambiénazonas me- nos concuttidas, como son los montes de Leén, por ejemplo. Una segunda consideracisn en el proceso de sele: cid ha sido el deseo de repartir as ru tas homogéneamente portodalazona abarcada por la gufa, aunque inevita- blemente hay una cierta concentra- cin de rutas en los macizos més des- tacados, como los de Pefia Prieta y Pefia Ubitia. Por tltimo, me ha influi- domi propia curiosidad. Alestudiar el mapa de la Cordillera Cantabrica, me atrafan algunas cumbres queno cono- fa, a pesar de mis veinte afios en Es- pana. ¥ puestoa publicar una guia, que el trabajo no es poco, no veia por qué no me ibaa permitiralgtin que otro ca- pricho. 2.Recomendaciones FSF 2.1. Cuando venir Para quienes tienen el material téc- nico correspondiente, y que con regu- Jaridad practican el montafismo in- vernal, no existe una «temporada baja» ena Cordillera Cantabrica. La guia, no obstante, no fue escrita con esta op- cién en mente, y todos los horarios se han calculado suponiendo ta ausencia total o casi total de la nieve. Esta pre- isa nos deja con la primavera, el ve~ ano y el otofio como las estaciones mas indicadas para visitar la Cordille- 1a, por supuesto, cada una tiene sus atractivos. Por razones personales, la que pue- de parecer inicialmente el candidato mis fuerte para la temporada alta, el ‘verano, entendiéndose éste como los meses de julio y agosto, es la estacién {que menos me gusta, Sfes cierto que son los meses de menos Iluvia, pero para mf el verano tiene claras desven- tajas. Aparte del calor, que puede lle- gara ser sofocante sino madrugamos, en verano la luz no suele ser buena. Los dias verdaderamente despejados son pocos, y los colores parecen bas- tante apagados, lo cual detrae signifi- cativamente el disfrute de las rutas, por Jo menos en lo estético, Otro factor pa- ra tener en cuenta, y otra razén pata madrugar, es Ia mayor frecuencia de tormentas por la tarde, especialmente en agosto. Estas no son tan violentas como las de algunas zonas del Pitino, pero nunca son agradables. Por ultimo, el verano, necesariamente, implica aceptar aglomeraciones de gente en muchos de los pueblos, yla subida de precios en los alojamientos y cam- pings. De las alternativas al verano, tanto la primavera como el otofio resultan ‘menos concurridasy bastante més ba- ratas en el aspecto econdmico. El oto- fio tiene a su favor un tiempo menos ‘caluroso, que a veces se mantiene re- lativamente estable y seco hasta me- diados de octubre. También en estas fechas, desde mediados de septiembre en adelante, podemos disfrutar del ii gualable espectéculo que proporcio- nan las grandes manchas de haya 0r0- ble al cambiarse la hoja. En cambio, los dias de otofio son més cortos, y en oc- tubre es facil que el mal tiempo traiga nieve a las cumbres altas. Para mf, personalmente, la época idonea es desde finales de mayo hasta finales de junio, cuando los dias son largos y el aire esté despejado, permi tienco una visibilidad éptima desde las ccimas, Los verdes de a vegetacién nos asaltan con una variedad cromética tan sutil como amplia. Ademés, el vi- gor y a intensidad con que crece todo apabulla, ylos arroyos, rfos, fuentes y ‘cascadas rebosan agua y vida, con lo cual una profunda sensacién de reno- vacién nos inunda. ‘También a favor de a primavera es- té el hecho de ser la época en que Ile- gan los rebafios de ovejas merinas des- de Extremadura; es cuando las flores «sofocany a la hierba de los prados, y esel momento en que aves y animales ‘trabajan sin descanso para sacar ade- lante sus erfas. Lalluvia, quizés, sea la principal desventaja, ya que algunos afios puede ser abundante, aunque _ Recomendaciones, | RED mucho menos en junio que en mayo, ymenos en la vertiente castellana que ena asturiana, por supuesto. 2.2. Material y ropa No hace falta decir mucho en este apartado: lo que vale para Sierra Ne~ vada, Gredos, Guadarrama o Pitincos, nos vale para la Cordillera Cantabrica. Sies cierto que ésta esté més al norte, pero tampoco hay que exagerar las co- sas ~seguimos dentro de la peninsula ibérica, yno en Siberia-. Cada uno, en- tonces, vendré con la ropa, las botas y Ja mochila a que est acostumbrado, pero quizas vale la pena hacer las si- guientes puntualizaciones — Bl pantalén corto es muy tenta- dor cuando hace sol, pero no de bemos olvidar que la vegetacién en algunos tramos de la media montafia puede ser bastante agresiva. Por esta raz6n, junto con os posibles cambios bruscos enel tiempo, no saldremos nun- ‘asin un pantalén largo también, ~ Ropa de abrigo y un impermea- ble. Imprescindibles salvo que haya las més plenas garantias de un dia soleado y sin viento. — Cantimplora. También impres- cindible. Hay rutas donde apenas hay agua en todo el recortido. ~~ Gafasde soly crema solar. Laluz, incluso en la Cordillera Cantabri- a, puede ser muy molesta, y los canceres de piel van en aumento en toda Europa. Si tienes la piel sensible, protégete adecuada- ‘mente. = Gorro o similar. Parece excesivo, pero una insolacidn a mitad de tuna ruta no es ninguna broma. ~ Botiquin. Tiene que haber uno en el grupo, que incluiré como ‘mfnimo tirtas, esparadrapo, una venda eléstica, alcohol yanalgé- — Manta térmica. De nuevo, porlo ‘menos una por grupo, pero me- jor una cada uno. Es como el se- ‘guro de viaje to sacas con la es- peranza de no tener que usarlo nunca, unda de vivac. Si salgo solo, siempre llevo una funda de vi- vac. Pesa poco y abriga mucho si las cosas se me tuercen. De he- cho, una vez en una tormenta elécirica, en el macizo del Mam- podre, con rayos cayendo por todas partes, me metf en fa fun- daa esperar que las cosas se cal maran. La sensacién de seguri dad que me dio, psicol6gica y real (la funda acttia como una caja de Faraday y protege de los rayos), me convencis para siemn- pre de su valor. 2.3.Mapas La descripcidn de cada ruta indica lacartogratia necesaria para realizarla, Casi sin excepcién, ésta se basa en los mapas del IGN, que en los tltimos afios han suftido una revisién impor- tante y ahora han alcanzado un nivel de precisién mas que aceptable en cuanto a la topogralia y las curvas de nivel. Lamentablemente, no podemos EB Poi Grates Canara decit lo mismo respecto a la toponi- mia, que presenta graves carencias, y que pone collados donde hay cimas, 0 viceversa, muchas veces por no haber entendido el significado del topénimo correspondiente, El otto tipo de mapa citado es de ‘Miguel Adrados, a quien algunos co- nocemos Ya por sus valiosas aporta- ciones al montahismo en los Picos de Europa, y que desde hace algtin tiem- poviene ampliando sus horizontes ha- cia la Cordillera Cantabrica, tanto con sus gufas como con dos mapas: 1. Macizo de Ubiiia, 1:25.000. Un mapa muy bueno en todos los sentidos, y realizado a la tinica escala verdaderamente practica para estas montatias. 2, Parque Natural de Somiedo, 1:30,000 y 1:60.00, Menos titil que el anterior. El intento de abarcar todo el parque es com- prensible, pero la escala de 1:60.000 no aporta detalle sutfi- ciepte como para orientarnos con seguridad cuando la visibi- lidad es baja, y la de 1:30.000 acaba por irritarnos al no cubrit ‘mds que una parte de Somiedo, y por la confusién que nos crea ala hora de calcula las distan- cias por el parecido que presen- ta con la escala clésica de 1:25,000. Como complemento a los mapas para las rutas, nos sera mas que stil un mapa de toda la Cordillera, y de nuevo es el IGN quien nos ofrece las mejores opciones, Por una parte, estén los ma- pas de provincias, a una escala de :200.000, de los cuales n especialmente los de Asturias, Len y Palencia. No obstante, ala misma es- cala, existe un mapa-guia de la Cordi era Cantabrica, y aunque resulta in comprensible que éste no llegue mas alld de Villablino en el occidente, sigue abarcando todas las rutas de la gua, con la tinica excepcién de la primera. ‘Todos estos mapas pueden com- pratse en librerfas especializadas, ylos de Adrados, directamente al autor: Ediciones Adrados Apartado de Correos 1081 33080 Oviedo Asturias Por otra parte, el IGN tiene un ser- vicio de venta al publico en varias ca- pitales de provincia, como es elcaso de Asturias y Palencia, donde en las tien- das oficiales tiene mapas de toda la Cordillera, com la tienda de Oviedo cu- briendo tanto Asturias como Le6n: Casa del Mapa de Oviedo Plaza de Espa, 3, 1.° 33071 Oviedo Asturias ‘Tels.: 985 232 350 /4 /8 Fax: 985 277 039, Casa del Mapa de Palencia Avda. de Simon Nieto, 10,5. planta Edificio de Servicios Multiples 34071 Palencia Tel. yfaxc 949 742 700 La Casa del Mapa General bdiiez de Ibero, 3 28003 Madrid Tel: 915979514 Fax: 91 553 913 hitp://www.enig.ign.es consulta@cnig.ign.es Por tltimo, también podemos pedir todos los mapas u otras publicaciones que aparezcan en la guia por Internet a través de servicios especializados co- molos de Eie-Revista de Libros Espafioles Alvarez Lorezana, 27 33006 Oviedo Asturias Tel. 985 796 813 Fax: 985 276501 htp://www.paquebote.com Paquebote@las.es Por supuesto, con la descripcién del recorrido y el plano esquematico co- rrespondiente, para los mas experi mentados no sera demasiado dificil realizar las ascensiones de la guia sin comprar el mapa indicado, porlo me- nos con buen tiempo, No obstante, ac- ‘war de esta forma constituye un ries- go importante en la montafia: el tiempo puede cambiar con una rapi- dez inquietante en cualquier area montafiosa, ya Cordillera Cantébrica, a caballo entre la seca y célida meseta de Castilla-Leén y e! frio y hiimedo ‘mar Cantabrico, no es una excepcién, sino todo lo contrario, como se co: menta en la seccién sobre clima y tiempo. Por tanto, antes de salira la monta- fha es nuestro deber ineludible equi- parnos adecuadamente para a activi- dad que pretendemos llevar a cabo, y Recomendaciones | EEN saber usar correctamente el material que tenemos. Como ya se indica en el primer capitulo, el mapa y la brijula son piezas claves de este equipamien to, ¥ el hecho es que sin un conoci- miento préctico de su uso, todavia no nos podemos considerar verdaderos, montafieros. No obstante, sino tene- ‘mos conocimientos suficientes de su cortecto empleo, no nos hemos de desesperar. Hay manuales que nos ex- plican todo lo que se necesita saber, entre los cuales cabe sefialar: Orientacion June Fleming Ediciones Desnivel Librerfa Desnivel Plaza Matute, 6, Madrid Tel. y fax: 913 694 727 hetp://wwwwslibretiadesnivel.com. libreria@desnivel.com 2.4,tiempos y dificultad sTiene sentido calificar la dificultad de las rutas como fiicil, mediana, dificil ‘o muy dificil? Levo nds de treinta aitos practicando el alpinismo, y técnica: mente ninguna de las ascensiones pre~ sentadas aqui me ha supuesto dificul- tad alguna en este sentido, Pero la dificultad es mucho mas que tener que ‘treparusando las manos, 0 poder llegar a la cima con éstas todavia en el bolsi- llo. Creo que para el tipo de ascensién que estamos contemplando con esta gufala dificultad global se compone de varios factores, entre los cuales desta- can la distancia por recorrer, el desni- vel, el terreno (miso menos escarpado, EBA | aele Corciiers Contabrica més 0 menos aéreo), ylos problemas de orientacién debido ala complejidad del propio sistema montafioso, y/o la ne- cesidad de atravesar zonas de una ve- getacidn, digamos, exuberante, que puede oscurecer totalmente la senda que hemos de seguir. ‘Como consecuencia de lo anterior, he resistido la tentacién de calificar cada ruta en una escala supuesta- mente objetiva y precisa, y he prefer do aportar informacién suticiente pa- ra que cada uno llegue a su propia conclusion acerca de la idoneidad de tuna ruta determinada para su grupo cen ese momento, La decisidn se basa- 14, claramente, en una teflexién sobre el conjunto de los factores relevantes, peto aqui cabe sefialar que el desni- vel no representa la diferencia en al- titud entre el punto de partida y la cumbre principal, sino la suma de to- das las subidas parciales a lo largo de laexcursion. Por otra parte, la duracién total para cada ruta es aproximada, y esta calculadéen base a un ritmo de mar- cha de 4 km/hy una hora para cada 400 m de ascensién. Otras gufas em- plean una {6rmula de § km/h de mar- ‘cha y una hora para cada 500 m de as- censién, pero, sinceramente, yo me voy de monte para pasarlo bien; para el masoquismo, bastante tengo con mi vida profesional. Por supuesto, si an- das fuerte, ajusta estos horarios a tu propio ritmo. Mas importante atin, si siempre necesitas més tiempo que lo indicado, tématelo -estamos aqui pa ra disfrutar del entorno, como acabo de indicat, ¥, dentro de ciertos limites, ‘cuanto mas despacio, més se disfruta, Como complemento a la duracién total de cada ruta hay indicaciones dentro del texto de los tiempos de ca- da seccién, Estos proceden de Ios apuntes que tomaba al recorrerlas ru- tas, ys6lo pretenden dar una idea muy aproximada del tiempo necesario. Alo largo de los tres aftos de trabajo de pre- paraci6n de la gufa mi forma fisica su- frid cambios sustanciales. Adems, al- gunos dias uno tiene mas ganas que otros, 0 esté mas cansado. En fin, jes- tos tiempos no son de obligado cum- plimiento! Cada uno tomaré su tiempo, pero todos tomaremos las medidas necesa- rias para que no haya incidentes que pongan en peligro nuestra seguridad ‘enlamontafa, y, las mas importantes son: 1. Escoge bien la actividad para realizar, y siempre en funcién de las fuerzas y capacidad del me- nos experimentado del grupo. 2. No tengas prisa para terminar, y da la vuelta antes de que Hlegue algtin miembro del grupo ala ex- ‘tenuaci6n, 3, Renuncia a la actividad si te en- cuentras con una dificultad ines- perada; vuelve al valle antes de forzar la situacién y suftir un ac- cidente. 4, Siempre que puedas, sal tem- prano por la mafiana, incluso para una ruta corta. Asi evitards el calor del mediodia durante la subida y tendrés un margen de tiempo de seguridad en el caso de algsin contratiempo. 5. Inférmate bien de la prevision meteorolégica para el dia de la salida, 6. Evita las zonas altas con tiempo inseguro, y siel tiempo empeo- ra durante una ruta, abandéna- las en cuanto sea posible. 7. Lleva siempre ropa de abrigo, luna manta de emergencia y un equeito botiquin. 8. Evita en lo posible salir solo, pe- 10, de hacerlo, deja constancia del recorrido que vas a efectuar @ familiares, amigos y/o a al- guien donde te alojes. 8. No conties en los teléfonos mé- viles para sacarte de un apuro. En muchas zonas no hay cober- tura, Por supuesto, por muchas medi- das de seguridad que tomemos, atin puede producirse un accidente. En el ‘caso del percance més comtin, el es- guince de un tobillo, lo mas eficaz es aplicar una venda eldstica, volver cal- zar la bota antes de que el tobillo se hinche, y bajar por la ruta més apro- piada. Deno tener una venda, apreta- ‘mos la bota lo més firme posible, «tra- gamos» el dolor, y bajamos como mejor podamos. No conviene tener el pie fuera de la bota mucho tiempo, ya que se hincharé demasiado y no po- dremos volver a calzammos, Si por desgracia un miembro del stupo suftiera un accidente més gra- ve, y por tanto necesitara la ayuda de lun grupo de tescate, convene teneren cuenta las siguientes recomendacio- nes: 1. No nos precipitemos. Nos ase- guraremos primero de que no ‘exista mds peligro para el acci- dentado 0 nosotros mismos. Si necesario, trasladaremos al accidentado a un sitio mas se- guro. 2, Inmovilizar cualquier traumatis- ‘mo y sies posible, aplicar fro sin ‘que el agua o el hielo que se em- plee llegue ala herida. 3, Detener cualquier hemorragia que pueda haber con un venda- je,yen elcaso de que esto no sea sulficiente, aplicar presion, 4. Tranquilizar al aceidentado, Su estado psiquico es tan impor- tante como el fsico. 5. Lamar al 112, el ntimero de emergencia para todo el terito- rio nacional. Sino tuvieras co- bertura en el lugar del acciden- te, habria que mandar a alguien z de las Puontes ‘4 Alto Silla cc) Empeise doles | Batrios da Luna (12-15 min), y luego avanzamos por el valle del arroyo de la Fuentona, pa- sando por el pueblo de la Vega de Ro- bledo, para llegar después a Robledo de Caldas (35-40 min), que descansa al abrigo del circo de pequeiias mon: tafias que cierra el valle. Este resulta tan atractivo que incluso antes de lle- gar al primero de los pueblos hemos olvidado el monétono zumbido de la autopista para sumergimos en los rit- mos del monte. Alentrar en Robledo llegamos en seguida a la iglesia, Enfrente sale una pista relativamente antigua que sube y répidamente enlaza con otra mucho mas moderna. Esta nos lleva hacia el norte por Las Hanas, un nombre bas- tante curioso por la pronunciada cues- ta que tenemos que superar antes de avistara la cuenca superior del arroyo dela Encubierta. Siempre en diteccién nornoreste, la pista sube cmoda~ mente a un collado justo al este del Pi- co de las Razas (Pt. 1612; 80-90 min). Descansando aqui brevemente, pode- mos empezar a apreciar Ia zona de la cumbre del Cirbanal al este, yel amo siguiente de la ruta al norte Los pastores de la trashumancia traen sus rebafios a estos montes cada verano, y mientras seguimos el cami- no empedrado que rodea la Pefia dela Ermita por el oeste, podemos esperar escuchar las protestas de algtin que tro mastin al tratar de cumplir con su deber. El empedrado sigue en una po- sicién muy atractiva por encima del valle del arroyo de las Rozas, y pronto divisamos el macizo de Ubifia hacia el noroeste, sin olvidarnos de las exce- lentes vistas en direccién suroeste ha- 4r1.cebana Caldas de dnt] cia los Montes de Leén, en el mite en- tre la Babia ylas Omafias. El camino termina en la majada de Cazurrfa, donde hay una cabafia y donde gira- mos al estesureste para subir el valle del Cubil y ganar el estrecho collado (Pt.1747; 40-45 min) y una perspecti- va del Negrén, la montana que presta sutnombre a los tineles que la atravie san, y de la zona del puerto de Pajates. Desde el collado atacamos la lade: ra de la derecha (sur). Una senda nos ayuda al principio, pero después de unos minutos la abandonamos para ganar un punto justo encima del co- lado ya la vez al borde de un enorme hoyo, las Hoyas de las Puentes. En- frente tenemos el Cirbanal, y hacia el noroestela recompensa es un panora- ma muy completo del macizo de Ubi- fia. Merece la pena parar aqui tiempo suficiente para descifrarlo, un tarea na- da dificil si levamos con nosotros el mapa de Adrados. Luego, rodeando el hoyo por el es- te, legamos ala cresta que conduce al Cirbanal. Seguir hacia la cresta pro piamente dicha supone pasos de esca: ada, asf que pasamos a la vertiente sur, donde una serie de estratos de roca ro- Jiza nos guiardn hasta donde podemos subir mas cémodamente ala cima (40- 45 min). Las vistas son muy amplias: sursuroeste, sobre los Barrios de Luna; este, hacia las cumbres de la Babia y Somiedo; noroeste, hacia el macizo de Ubitia; nomoreste, hacia la bahia de San. Lorenzo y Gijén; noreste, alos Picos de Europa, y este, al Pico Torres, encima del puerto de San Isidro. La bajada la emprendemos en di- recci6n sureste para asi ganar el Colla- Blarroyo de las Roxas do de Buéis (25-30 min), desde donde iniciamos el descenso por el cauce del arroyo de Pincuejo. Es interesante du- rante este tramo del descenso observar la diferencia entrela vegetacidn acada lado del arroyo. A ta izquierda, donde elterreno es més dcido por culpa de las, rocas cuarcitas de las que el Alto la Si- a se compone, los brezos predomi. nan, a diferencia de la vegetacién a la derecha, que crece sobre los suelos bi- sicos de la caliza del Cirbanal. ‘Cuando llegamos a la zona de pas. tos y el arroyo gira al sur tenemos que localizar en las paredes que cierran el valle hacia el sur una cueva yun enor. ‘me ojal. Obtigatoriamente nuestra ru ta pasa al lado de estas dos magnificas formaciones, El arroyo se mete por un. impresionante cafién por donde no se puede pasar andando, pero del cual tenemos una vista de pajaro desde el viejo camino de ganado. Nada mas pa- sar este tramo, el siglo 1x irrumpe de nuevo en nuestras vidas al llegar el ca- mino a un estrecho collado (Pt. 14775 40-45 min) que domina toda la zona de Las Caldas, autopista incluida. $6- lo nos resta bajar hasta el pequefio pueblo de Las Caldas, donde en El Ho- telito podremos saciar nuestra sed y, mejor atin, observar durante unos mi- nutos una forma de vida completa: ‘mente ajena ala furia de los coches y ‘camiones que corten por la carretera. Este humilde establecimiento hace las veces de bar, tienda y centro social pa- ra]os habitantes del pueblo, y a mu chos de nosotros nos traerd recuerdos ‘muy gratos de nuestra infancia, 2 anata RUE 4.12, Amargones (1897 m) desde Piedrasecha Desde et principio queria que las rutas incluidas en la guia sirvieran para que conociéramos mejor la Cordillera Cantabrica no sélo a través de las montanas principales, sino también de las menores,y no s6lo por la emocién de sus cumbres, sino también por el placer de los vallesy ios pueblos. La ascensién que se describe ahora es un claro ejemplo de la puesta en praictica de esta decision: el disfrute de esta ruta se reparte de igual forma entre la cumbre, las crestas, la bajada por el desfiladero de los Calderones, y el paso por dos pintorescos pueblos de la monta- fade Leon. Punto de partida: La carretera en- Mapa: IGN 103-111 ire La Magdalena, en la A-66yLaRo- Distancia: 15 km bla, enaN-630, pasa porelpueblode ——_Desnivel: 900 m Otero de las Duefias, De aqui arranca. ——_Duracién aproximada: 6 h una pequeita carretera local quealca- __Dificultades: A pesar de que el tra bode unos 4 km desemboca deforma mo desde Piedrasecha a Portilla no es- sorprendente en el pueblo de Piedra-téen el mapa, esta ruta no ofrece nin- secha, Pasando un falso castillo porla guna dificultad. Empieza y termina izquierda, se llega a una fuente con con camin una plaza triangular la derecha don- de se puede aparcar. s bien marcados y la sec- cidn central sigue una cresta de caliza bien marcada. Unicamente la subida Eb oecaentedsisn oh Reape asada Peta los Machaos ‘tan = ‘el Palo x Fa stendne Pati a de Roza ee Prnsiagee Pia de Santas Maras Pofia la Rueda | | | hasta el Collado Tijero podria incomo- ~ baika>vaiga> veiga>vega) y en este ejemplo vemos un paso en la evolu- cidnal castellano, pero muy proximo al original (Baiga de Bidajoi). En rela ién con todo esto tenemos también el nombre del Curavacas, que algu- nos, como E Roberto Gordaliza, ex- plican por medio de la unin de las, palabras vascas gur (pico) e ibaika (vega) En cualquier caso, los nombres de Jos lugares (de los cuales se ocupa, re cuérdese, la toponimia) pueden agruparse también atendiendo a otros ctiterios, yno sélo porla lengua de la que proceden. Hay topénimos que hacen referencia a la presencia de plantas (fitotoponimia), a activi- dades agricolas, a nombres de perso- nas que vivieron aqui hace mil o dos mnilafios (se puede precisar la xedad» ‘con bastante aproximacién), a cursos de agua, a elevaciones del terreno, y as(un largo etcétera. Por poner algu: nos ejemplos, la Mostayal, y la Ga- ‘monal (cumbtes emblematicas de la sierra caliza del Aramo) hacen refe- ae ___ tes nombres de ta cordiliera Cantabria | FRE] rencia ala presencia de dos especies ‘vegetales: los mostajos (Sorbus) y los gamones o gamuetos (una liliécea). Porlo que se refiere a otra curiosidad que Hamé mi atencién vivamente existen también los cromotopénimos (ombres de lugar referidos al color €s por eso que nos encontramos, por ejemplo, con Picos Albos, referencia alblanco dels nieves, o Pera Prieza, que alude a lo oscuro de las forma: ciones litol6gicas que configuran la reina de la Cordillera Cantébrica, Al- ba/oy Prieta/o son adjetivos muy an- tiguos, ya caidos en desuso, que de- ignaban lo blanco y lo negro Pero las sabrosas peculiaridades dela toponimia no acaban aquty son casi infinitas. ;Qué es, por ejemplo, eso del Pico Tres Mares? j acaso po: demos desde alli contemplar nada ‘menos que los mares Cantébrico, Mediterraneo y el océano Atlintico? Pues no, bastante delicia es ver aqui el Cantabrico, alld las lanuras de Cas- tillay, con dias despejados, el mura- isn delos Pirineos, La realidad de es- ‘te nombre le viene de su caracter de nudo geografico, 0, para ser mas exactos, hidrografico. En efecto, las aguas de deshielo de esta montaia pueden dar alos rfos Nansa (con lo 4que se irén al Cantabrico), al Ebro (que nace ahf mismo y vierte en el Mediterraneo), 0 al Pisuerga (que, siendo afluente del Duero, daria con sus aguas en el océano Atléntico). No es extrafio, por todo ello, que el Tres Mares se nos aparezca como una es- pecie de «ondensador» que cancen- trarfa poderosas fuerzas teliricas. Ms curiosidades: el topénimo La Tercia nos da cuenta della tercera par- ora Cordillera Cantabrica te de algo, pero jde qué? Veamos. En el norte de la provincia de Leon las cabeceras de los rfos Bernesga, Tori y Curuefo conformaban una unidad administrativa que se conoce en los documentos como Argiellos, y que en tornoal afio 1000 se decia Arbolio Pues bien, el rea del Curuefio recibia el nombre de Argiiellos, nombre que con el tiempo se extendié hacia las dos cuencas fluviales inmedia- tamente al oeste (Torio y Bernesga). Por su parte la cuenca alta del Torfo era (dentro del macrotop6nimo Ar giiellos) La Mediana y el territorio en torno a las cabeceras del Bernesga te- sulté ser La Tercia, es decir, la terce- ra parte de los Argiellos. Hoy este to- ponimo ha cafdo en desuso y ya solo lo conocen los més viejos del lugar; desapareceré, quiza, como su ante- cesor Arbolio, Yo, que en esto de la toponimia soy un mero aficionado, he legado a efectuar «descubrimientos» por mf mismo (también lo puedes hacer ti) Sin aprenderlo de un especialista las, gentes de esta Cordillera me ensefia- ron que a las zonas embarradas las Haman llamargos 0 tsamargos, ¥, en efecto, ineludiblemente los top6ni- mos que fueron pisando mis pies, con semejante nombre, respondfan alla pringosa y pantanosa realidad. Para los actuales pobladores de las, cuencas medias de os rfos L Grbigo y Bernesga, Hamargo ya no explicao define un aspecto geogréti- co, y quizé la palabra que les resulte més proxima en su vocabulario sea amargo; simplemente se han olvida- do de los antiguos significados, y ast llegamos a construir un topénimo como El Amargones (Le6n). En una ocasidn en que ascendi a la Cirbanal Jos nativos me juraban que dicho nombre se justificaba por la presen- cia de ciervos. Creo, sin embargo, que elnombre de este pico hace referen- cia a los cervunales, que son unas praderas de alta montaiia, con gra- mineas muy particulares, y, en efec- to, lacima contiene en sus canales es- tas resbaladizas praderas. Solo un iiltimo pérrafo de aten- cion, Sialgtin dfa se encuentra usted con un nombre de un pueblo, de un puerto, de una especie animal o ve- getal, de una montafa, de un rio, de un bosque o de cualquier punto geo- grafico, tételo con respeto, con deli- cadeza, desconfie un poco silo ve en un mapa, pero téngalo por verdad si Io oye de boca de un lugareno, de un autéctono. Vamos a ensefiar eémo se llama un lugar del teritorio, una planta o un animal, a una persona que ha vivido siempre alli yha convi- vido con ellos? Sugerimos esta bibliografia para «iniciarsen con buen pie Suarez, Concepci6n: Diccionario to- ponimico de la montafta asturia- na, Oviedo, 2001. Garcia Anas, X. L: Pueblos asturianas: El porqué de sus nombres, Gijén, 2000. GonDaLiza, E.R, y J. M. Canat: Topo- rnimia palentina, Palencia, 1993. Sono Sornes, R.: Notas gramaticales ytoponimiano latinaen Asturias, Cantabria, Lebn y Palencia, 1997. | | | Pola de Somiedo Descripcién Este sector de la gufa abarca varias de las zonas mas bellas y més repre- sentativas de la Cordillera Cantébrica, enue las cuales sobresalen el paisaje protegido del macizo de Ubi y el Parque Natural de Somiedo. La rique- za ecolégica, etnografica y cultural de este ultimo espacio se conoce de so- bra, y cualquier ruta en el parque, que a finales de la década de 1990 se con- virtis en Reserva de la Biosfera de la ‘uwtsco, inevitablemente oftece mucho més que lo meramente deportivo. De hecho, en varias de las rutas incluidas aquf esta faceta cede protagonismo a lo etnografico de forma casi imper- ceptible a medida que el entorno nos sorprende y nos absorbe con su im- presionante legedo natural y humano, Este legado sigue palpable en las rutas por las tierras de los concejos de Proa- 2a, Teverga y Quirés, aunque quizés es lo deportivo lo que de nuevo nos re- clama aqui, y se convierte en un re- ferente indiscutible en cuanto alas as- censiones por el maciza de Ubifia se refiete. Pefia Ubitia es la segunda cum- bre mas importante de la Cordillera después del macizo de Pefia Prieta, y cualquier actividad alrededor de esta imponente mole de caliza supone un esfuerzo significativo, pero una re- ‘compensa generosa, Comunicaciones Alacercamosa este sector tenemos que pensar primero por dénde quere- ‘mos realizar nuestra actividad princi- pal. Para el Parque Natural de Somie- HEBD) cident de Asturias do, por ejemplo, la mejor entrada des de el sur es desde la autopista A-66 hhasta la salida para Villablino, que nos ‘conecta con la C-623, Fsta nos lleva en diteccién oeste hasta Piedrafita de Ba- bia, donde la C-633 nos da acceso al puerto de Somiedo, y luego la AS-227 nos conduce a Pola de Somiedo, a ca- pital del concejo. ara Teverga, la misma salida de la ‘A-66 nos lleva en pocos kildmetros al cruce con la LE-481. Esta cruza el pue~ blo de San Emiliano yluego el puerto de Ventana, que nos da acceso al valle de'Teverga, desde el cual accedemos a ‘Quirés y Proaza por la AS-228 y AS-229. Las rutas 5.13 y5.14 arrancan desde el pueblo de Tuiza de Arriba, en el con cejo de Lena. Para quienes llegan al sector desde Leén, la mejor forma de acceder a Tuiza es desde Ia A-66. Si abandonamos la autopista justo al norte del pueblo de Campomanes po- demos volver a éste por la carretera que lo une con Pola de Lena, Lego en- ‘ramos en el valle del Huerna, siendo Tuiza la tltima poblaci6n de este her- moso paraje Por otra parte, sinnos acercamos a ola de Somiedo desde Asturias, lo més sencillo es seguir la N-634 desde Ovie- do hasta Trubia, desde donde tenemos acceso a Proaza, Quirés y Teverga, 0 hasta Cornellana, desde donde acce- demos aPola de Somiedo. Finalmente, 1a.A-66 constituye una conexién muy répida con Campomanes, en el conce- jo de Lena, Bases, servicios y alojamientos Las bases més obvias para las acti- vidades en este sector son Proaza y Barzana, en el valle de Trubia, 0 San Martin, en el concejo de Teverga. Des- de cualquiera de ellas tenemos acceso alasrutas que quedan fuera del actual Parque Nacional de Somiedo, pata las cuales la base més clara es Pola de So- miedo, la capital del concejo homéni- ‘mo. Todos estos pueblos nios pueden ofrecer los servicios que podamos ne- ceesitar, con bancos 0 cajas de ahorro, pequerios supermercados y otras tien- das, gasolineras, bares, restaurantes y alojamientos. En toda Asturias los alojamientos rurales han aumentado mucho, tanto ‘enmiimero como en calidad, desde que el concepto de turismo rural arrancé porprimera vez en el Principado ame- diados de ia década de 1980. Fxiste una amplia gama de pequefios hoteles y hostales, de casas rurales con habita- ciones, y de casas rurales 0 aparta- mentos para alquilar. En cuanto a camping, hay uno en Valle del Lago, en Somiedo, muy atractivo pero un poco apartado, y otro mejor situado en Pola ‘de Somiedo. Por desgracia, en este mo- mento no existe ninguno en la zona de ‘Teverga/Quirds. Para informacién actualizada sobre alojamientos se puede escribir al Go- bierno Regional del Principado através de la Sociedad Regional de Turismo: Sociedad Regional de Turismo Burriana, 1, bajo 33006 Oviedo Asturias Tel.: 985 277 870 ‘No obstante, una de las formas mas, interesantes de conocer la oferta, ein- cluso realizar una reserva, es a través de internet: wwwinfoasturias.com ‘www.asturiasrural.com, ‘wwwasturnor.com, ‘También se puede buscar en dos paginas de ambito nacional: ‘www.toprural.com wavw.proecorural.com ‘Mapas esenciales Adrados, Parque Natural de So- miedo Adrados, Macizo de Ubifia IGN 52-11, 52-1, 52-1V IGN 76-11, 76-1V Bibliografia + Parque Natural de Somiedo, Guias Verdes, Madrid: Susaeta. Una guia préctica y muy atractiva que nos ayudard a conocer el Parque Natural de Somiedo tanto a pie como en coche. Silas informaciones del Cen- tuo deVisitantes en Pola de Somiedo, 0 en los paneles explicativos del mismo Parque, no nos satisfacen, puede que esta publicacién nos sea de utilidad, Occidenté de Asti + Las 100 montanas més guapas de Asturias. Angel Fernandez Ortega, Gijon: Trea, 1997 tra guia préctica, aunque dirigida totalmente al montanero, Io cual no hos puede sorprender dada la trayec- toria del autor, uno de los montafieros més conocidos del Principado de As- turias. Con mapas de cordales y un texto que revela el profundo conoci- miento del autor de las rutas descritas, el libro da acceso a muchas otras, ‘montaflas asturianas para los que quieren prolongar su estancia en el Principado. * Alta Montana Ibérica, Luis Alejos, Bilbao, 1991 Una publicacién de la Federacién ‘Vasca de Montaftismo que abarca to- da la Cordillera Cantabrica, incluyen- do los Picos de Europa. Es muy com- pleto en cuanto a las cumbres de la Cordillera, y ha sido una fuente de ins- piracién para muchos, pero solo al- guien que se dedicara a estas monta- fas por completo tendria tiempo de recorrerlas todas. Las nuevas zonas protegidas hacen que algunas rutas ya no sean posibles de realizar sin infrin- gir la normativa vigente. Belmonte ASTURIAS Aguasmestas ta Plo 3B is yiATURAL DE SOME OE AS Pua ée Comi _5:.Conn Sana it a ira] EE) La feria de San Pedro en Santa Marta del Puerto 5.1,Cornén (2188 m) desde Santa Maria del Puerto Como el mismo nombre sugiere, esta montana destaca sobre todas las demas de su entorno por su silueta, sw altura ysu gran masa. A la vez es una de las mds occidentales de los dosmiles de la Cordillera Cantabrica, y por lo tanto una es- pléndida atalaya de toda esta mitad de la cadena montafosa. Su ascensién es relativamente comoda desde Santa Marfa del Puerto, y quizds esto animé a los expertos del Parque Nacional de Somiedo a sefalizar la ruta, Pero no hemos de dejarnos confundir por este hecho: se trata de una cumbre de alta montana en toda regla, como nos recordarén las piernas durante la subida por la pirdmide final Punto de partida: Se llega a Santa Maria del Puerto desde Pola de So. miedo por la AS-227, o desde la Babia, en Leén, por la C-633, Mapa: Adrados, Parque Nacional de Somiedo, 1:60.00 0 IGN 76-IV Distancia: 15 km Desnivel: 800 m Duraci6n aproximada: 6 h Dificultades: A pesar de ser una de Jas rutas sefializadas del parque de So- miedo hay que affontarla con una cierta seriedad. De entrar una niebla repentina, cosa nada dificil en el imi- {entre Asturias y Le6n porla especial climatologia de la zona, nos podrfa- FEB ocisete de ants Pico Chamazal thea x wine Peiia Penouta ae P owaoo mes omeee™ & oe aN) fico ous Entre fos Picos Pefias Nunclo 1988 aren pistar en la zona de la vega Mozarra, y acabar en Laciana en vez de en Somiedo. Por otra parte, la bajada desde la cumbre de la Pefia Blanca re- quiere que destrepemos un corto mu- Toy no es apta para los que no tienen experiencia en este terreno, para quie- nes es mejor bajar hasta la vega de Pe. nouta desde Miro Malo. Ruta: Desde el centro del pueblo seguimos la sefializaci6n en direccién este, Una pista nos conduce entre muros hasta un cruce de caminos, donde bajamos hacia la izquierda pa- ra vadear el rfo Bayo. Cuando llega- mosal inicio del valle de Viega Cime- ra 40-45 min) tenemos que ascender a ladera que tenemos a mano dere- cha para poder rodear por el este el Miru la Piedra (Pt, 1839 en el mapa del IGN). Al coronar la pendiente nos encontramos en un pequefio collado que nos regala una espléndida vista dela Penouta (pefia alta), que se alza de forma imponente delante de nosotros (20 min), pero que, como demasia- das cumbres de la Cordillera Canté- brica, no recibe la atencién que me- rece al no alcanzar los dos mil metros de altura. ‘También desde nuestro privilegia- do balcén sobre la vega de Penouta po- demos ver cémo hacia el oeste se aso: ma la punta més alta del Comnén, que todavia queda bastante lejos, La con- tinuacién de la ruta sigue ahora hacia el Cornén por la ladera norte del Miru la Piedra y el Altu Prefustes, siguiendo una senda estrecha pero bastante I6- ¢gica, aun cuando la tapa la vegetacién, Alfinal nos encontramos en un segun- 5.1.Comén Gant Maia dl Bue] FEB) do collado (Boquete Mozarra; 25-30 min), justo al sur del Miru Malu, que nos ofrece una bella y mucho més completa vista det Cornén. De repen- tela cumbre parece estar a mano, pe- ro la sensaci6n nos engafia por com pleto, ya que la realidad de lo que nos. queda es otra. Hasta aqui todo nos habr ido bien, con una sefiaizacién que ha llegado a ser incluso excesiva en algiin momen- to. Todo esto cambia, por desgracia, al descender a la vega Mozarra, un gran altiplano siliceo cubierto de especies alpinas como enebros rastreros y arén- danos. Aqu no nos ayudan gran cosa nila sefializacién del parque ni el ma- ade Adrados, yempleamos nuestro propio sentido comtin para orientar nos. Rodeando la cabecera del valle y resistiendo la tentacién de seguir pe. quefias sendas que se dirigen hacia el norte ellos valles de Somiedo, dirigi- ‘mos nuesttos pasos hacia la vertiente norte del Pico Asta, que ni Adrados ni elIGN marean, pero que reconacemos fécilmente como la cumbre justo ales- tedel Comén, La travesta debajo de esta cumbre sigue una senda bastante evidente, con frecuentes pequefios hitos, y al final nos vemos depositados en el estrecho collado, Pt.2063, entre el Asta y el Cor- ‘én (60-70 min). Solo nos queda subir por la curiosamente escalonada pero empinada ladera oriental del Cornén para llegar a la cumbre (15-20 min), ‘que nos recompensaré con amplisi- mas vistas que, en un dia despejado, van desde las Ubifias, al este, hasta el Miravalles, al oeste, y el macizo de Ca: toute, al sur. De hecho, con visibilidad uso se pueden ver el mary los Picos de Europa. ‘Albajar desde la cumbre retrocede- ‘mos durante unos 20 minutos para luego cruzar la zonaalta de la vega Mo- zarra en ditecci6n a Pefia Blanca (40- ‘50 min), que nos sorprende no sélo con las vistas que ofrece hacia Santa ‘Marfa del Puerto, del Penouta y la ve- ga de Penouta, o sobre el valle del rf0 ‘Trabanco, sino por los restos dela gue 1a civil, que atestiguan la importancia que estas estratégicas alturas tuvieron (cueto La Siete a Puntode partida: Desde Proazase- Mapa: Adrados, Macizo de Pena | guimos la AS-228 hasta Caranga don-Ubifia, 1:25.00 dese convierte en laAS-229, Pasamos ‘Distancia: 14 km por la capital de Quirés, Bérzana, y _Desnivel: 1250: cuando llegamos a Santa Marina to- _-Duracién aproximada: 6-7 h ‘mamosla carreteralocala Cienfuegos _Dificultades: Esta es un ruta larga yLindes, Se puede aparcar cerca dela que cruzazonas de alta montafta don- iglesia, de no hay camino. Puede que el terre Pei ioeaene ae astiias no antes de Manin de Arriba despiste a mas de uno. Por lo demés, todo es bastante l6gico. Ruta: Desde donde aparcamos arrancamos en direccién sur, pasamos el curioso bar del pueblo y iniciamos Ja subida por un camino empedrado {caleya, en asturiano) que nos leva ca- si de inmediato a un bebedero y una fuente junto a unas cabanas. Después el camino remonta el Carrilén (15-20 ‘min), un duro repecho. Aqui pasa al a- do de un poste que indica ala izquier- da el camino hacia la Foz Grande, por donde volveremos al finalizar la ruta, yaladerecha, el camino para Manin, Unos minutos més de subida nos conduceri a un pequeiio claro que nos offece una atractiva panorémica del ‘Tapindn y el Siegatava hacia el sur. Lue- go el terreno se tumba un poco y nos, permite recuperar el aliento y escoger elderecho de dos caminos, cruzar una portilla y avanzar por un hayedo has- ta desembocar en un prado con una cabafia y un bebedero de lo mas eco: l6gico -su construccién srecicla» cua- tro baneras domésticas-. Estamos en Manin de Arriba (30-35 min) y de nue- vo podemos parary disfrutar de la es- tampa alpina que forman las cumbres hacia el sur, con Pefia Arpin en primer plano y el Tapinén-Siegalava al fondo. ‘Desde Manin subimos hacia el su- roeste para ganar el «cuello de botellar que nos va a dar acceso a la Vallina Grande (40-45 min), Nada més entrar enella, tenemos que decidir entre la ruta marcada en el mapa de Adrados, sea, el borde sur del enorme cuenco en quennos encontramos, y el Cuchillar de Rueda, su borde norte. Ambas cres. tas son espectaculares, yla pena es no poder hacer las dos -el Cuchillar es ‘nds estrecha y més alpina, como ini ca su nombre, pero el crest6n meri- dional nos brinda una magnifica vista de la Foz.Grande ylos puertos de Agile ria, por donde bajaremos més tarde, ademés de la oportunidad de observar el Vaso de Rueda (40-50 min), tun cu- ios0 accidente geografico. Una vez resuelto el dilema, nos pondremos en marcha. Atin faltan 500 m de desnivel para la cumbre de Pefia Rueda (15-20 min), que no precisa- mente se regalan. Elesfuerzo, no obs- tante se vers ampliamente recompen- sado. Pefia Rueda es un estupendo mirador sobre el concejo de Quitds, el ‘Aramo y buena parte de la zona centro de Asturias. Sila visibilidad es buena pueden verse Gijén y el Cantabrico en Ja distancia hacia el nomoreste, y los Picos de Europa hacia el este. Luego, al ‘este, tenemos el imponente murallén del Huertu del Diablu, que conduce la vista hacia los Fontanes, y luego el Fa- rifientu y el Tapinén, Desde la cumbre descendemos ha- cia el inoreste para ponernos en Las Colladiellas (35-40 min). La ruta mar- cada por Adrados vuelve a Cortes des- de este punto, pero nosotros vamos a bajar unos metros al oeste para seguir lauiltima parte de una pista hasta don- de muere, y continuar luego por una senda de ganado hasta el collado de Lingleo (30-35 min). Aqui nos unimos una clésica dela montana asturiana: la travesa entre Lindes y Ricabo. Des- de este sitio gozamos de un panorama excelente sobre los puertos de Agi. tia, una extensa praderia especial- ‘mente importante por sus formacio- nes de acebos, un arbusto que da re- fugio y sostén en inviemno a numerosas especies. Descendemos del collado pasando por las cabanas de La Cardosina. Nuestro camino se aferra a los de- rrumbes de la vertiente sur de Pefia Rueda hasta donde se ve obligado a eruzat el rio de la Foz Grande (30 min) yentrar en el impresionante desfila dero por donde éste se mete. Una sen: da bastante frecuentada nos guia por elmargen derecho del rfo yen seguida ‘hos vemnos sumergidos en un bello ha- yedo, por encima del cual se asoman torres y paredes de roca de lo més sgrandiosas. Luego, después de volvera cruzar el rio, una operacién que pue- de resultar bastante dificil en la pri- mavera, iniciamos una subida notable que nos deja en El Collau (25-30 min), tuna diminuta praderfa ala sombra de un petiasco. Abandonamos El Collau hacia el noreste, pasando por debajo de la ro- cca. El camino empieza a descender y llega a estar muy embarrado en algu- 1nos sitios si el tiempo ha sido lluvioso recientemente. Esta dificultad no pre- senta mayor problema y nos lleva di- rectamente al poste donde vimos el cruce de caminos por la maiana (25- 30 min), En unos minutos més esta- mos entrando de nuevo en Lindes, probablemente con ganas de inspec- ionar el bar de pueblo desde dentro. [Geese erin _ 5.12.Ranchén(Bueida Pico Campo Faya i) 2 ElTamboréa hey, E1Rebollosas va #1 Huertu del Diablu desde Buleda | Pico fuorty ‘s abla 72 5.12, Ranchén (2151 m) desde Bueida oid! Magus & ant Sobre papel esta ruta no parece poco, aunque tampoce parece como para asus | : tarnos, Sobreel terreno, no obstante, todo cambia, y cuando nos vemos metidos en ) A Fi ee ad, ‘medio de tado el fregado, nos damos cuenta de que estamos siguiendo una de las se mejores peto mds exigentes rutas de la guia. Es una gran excursién que combina i tun tramo central de un drido y agreste terreno de alta montana cantabrica con otros que nos pasean por grandes manchas de bosque, o por fabulosas pradertas aiipinas. Undia memorable, sin duda, pero mas vale que io afrontemos en buenas condiciones isicas sino queremos que ese recuerdo imborrable ea de lo mal que Jo pasamos. Un dia, en fin, para los mds adeptos. Punto de partida: Bueida, Desde Bérzana, la capital del concejo de Qui- r6snnos dirigimos hacia el sur hasta San ta Marina, donde seguimos la QU-: hasta Ricabo. Gruzamos el puente pa- ra ponernos justo encima de la di- minuta aldea de Bueida en menos de 2 km. Elasfalto termina aqui yla pista a continuacién oficialmente es s6lo para uso ganadero, Mapa: Adrados, Macizo de Ul 1:25.00 Distancia: 20 km Desnivel: 1950 m Duraci6n aproximada: 10-12h Dificultades: Esta es una de las ru- tas més largas de la guia, una ruta que ademés supone un gran desnivel y un, tramo central que recorre un terreno nada cémodo. Fl camino brilla por su. FEB | cieidentedersturias ausenciaen esta secci6n, y hay que tre par para llegar a algunas cimas. En el ‘marco de esta guia, la ruta es dificil. Ruta: Lo primero que nos llama la atencidn al bajar det coche es la mole del cordal del Huertu del Diablu, que desde muy por encima de nuestras ca- bezas domina toda la zona. Afortuna: damente la pista se mete en seguida por un gran hayedo y nos protege de esta imponente visién. Porla mafiana ‘temprano, el aire del bosque esté fres- 0 todavia, y pademos disfrutar de la luz al fltrarse por entre las hojas. Una curva hacia la izquierda muy pronun. ciada nos ayuda a situarnos en el ma- a, Y unos minutos después llegamos al punto en que abandonamos la pi a 25 min) para tomar un camino ala izquierda. El camino nos conduce en seguida ‘aLaFontona, un caudaloso manantial, como el mismo nombre sugiere, que brotajustoallado del camino, y que nos ofrece la tiltima posibilidad de llenar nuestras cantimploras con confian- za. Bl agua més arriba ya no corre 0 puede estar contaminada por la pre- sencia del ganado. Cuando el camino se bifurca, muy poco después del manantial, seguimos orla derecha, y asf, emontando mag- nificos tramos de camino empedrado, egamos a unas praderias (25-30 min), con una vista bastante completa de la mitad norte del murallén del cordel del Huertu del Diablu. La continuacion de la senda la encontramos ala izquierda en lo alto de la pradera, donde una senda de ganado nos conduce por una Joma bastante empinada, alternando. se tramos de bosque y pequefios cla. 105 a lo largo de esta seccisn, que ter: mina cuando cruzamos ala derecha entre acebos para salir de forma re- pentina ala inmensa vega de Llaseiro (25-30 min), totalmente dominada por las impresionantes paredes del Picu Huertu del Diablu sury el Ranchén, Bordeamos esta preciosa vega por Ja izquierda, donde nos llamaré ta atencién la curiosa forma de los ace- bos, todos mateméticamente warregla- dos» por el ganado al pastar. También, ¢s interesante observar cémo las hojas superiores de cada arbusto tienen po- 05 pinchos, al no poder ser alcanza- dos por los animales. En lo alto de la vega alcanzamos un pequefio collado que nos da vista a un arroyo a la iz quierda. De nuevo seguimos una sen- da por la loma que tenemos de frente, yas{nos ponemos en un amplio colla- do justo al norte del eueto Pachén, ‘que, a diferencia de la ruta que marca el mapa, nosotros rodeamos porla de- recha (oeste). De esta forma, y en me- nos de diez minutos, alcanzamos un segundo collado debajo mismo del murallén del Ranchén (30-38 min), un collado que ofrece excelentes vistas ha- cia el sureste y el Farifientu, o hacia el norte ylasierra del Aramo, con el Pico de la Hoya (ruta 5.10) a su izquierda. Cruzando hacia el norte alcanza- mos un collado donde tenemos la oportunidad de parar brevemente e identificar tanto el Canalén Cimero de laPefta Redonda como el Canalén Ba- jero, y por supuesto la pefia que los se- para, Luego, aprovechando las sendas del ganado, bajamos répidamente has- tala vegade Retuerto, al sur dela cual encontraremos el camino que en miil- Liples zigzags nos eleva hasta el colla- do, justo al oeste del la Pefia Redonda (60-60 min). Si legamos tarde a esta secciGn y no podemos disfrutar de la sombra que nos proporciona la pefia, serd mejor que paremos a confesamos. El camino no da respiro una vez ini- ciada la subida, yel terreno empieza a volverse inhéspito Girando nornoroeste seguimos un camino marcado con abundantes pe- queios hitos. No hay que perderlos de vista, porque estamos a punto de en- traren un verdadero laberinto. La sen- das un milagro, y subiendo y bajan- do, aquf a la derecha y ahora a la igquierda, va buscando el mejor terre- no para acercarnos ala Pefia Cigacha, Alfinal, no obstante, el terreno vence al camino, y abandonamos los hitos (ji ellos todavia no nos han abandonado a nosotros!) para subir de frente hasta lacumbre, la primera de los cinco dos- ‘miles de hoy (50-60 min). Las vistas son magnificas hacia los Fontanes y el Prau al sur, el Siegalava y el Tapinén al sureste, los puertos de Agiieria, Pefia Rueda, ymuchos més, incluyendo mu- cchas cumbres de la zona de Somiedo. Lo que nos espera ahora pondré a prueba nuestra paciencia y nuestra forma fisica. Bajando hacia el norte lle- gamos a un collado desde donde subi- mos de frente de nuevo hasta la cum- bre del Pico de Pachén (25 min), los Liltimos metros obligindonos a sacar Jas manos de los bolsillos y trepar un poco. Luego repetimos la operacién para coronar el Ranchén (15-20 min), desde donde tenemos una amplia vis- tade la zona de Ricabo, y la satisfac- anchd eu |S] in de haber legado al stecho» de es- taruta, Del Ranch6n bajamos hacia el oes- teal collado con la Pefta del Arca, cu- ya ascensién solo tentaré a los colec Cionistas y los masoquistas. Los dem giraremos hacia el norte para pasar al lado de la Boca de Rotamuela, un nombre muy grafico que describe la salida de la inmensa canal que separa el Ranchén y el Picu del Huertu del Diablu sur, que alcanzamos por una ladera relativamente descansada (30- 35 min). Sélo nos queda cruzar hasta el Picu del Huertu del Diablu norte (15 min), que aparte de las mismas vis- tas que las otras cumbres del cordal, nos brinda una vista impresionante de Ja muralla norte del Ranchén, Hemos superado lo peor de nuestra prueba, y quien Hlegue aqui todavia ccon ganas de mas puede seguir hacia el norte hasta el Pico Campu Faya. La ‘mayoria, en cambio, tendremos ganas de cambiar de ambiente y bajaremos ‘unos minutos hacia el oeste, luego por ‘una amplia y redonda loma al noroes- teparaentrary cruzar después a vega Socellares hasta un pequefio collado al lado del Chozo Socellares, el Pt. 1784 (35-45 min). Aqui tenemos una bonita vista hacia el norte, pero ésta se vuelve impresionante tres minutos més tarde al descender al limite norte del pequefio hoyo debajo del Pt. 1784. ‘También impresiona el hecho de que desde aqui vamos a descender una ladera bastante incémoda, en diagonal hacia el noroeste, para alcanzarun co- ado que nos permite estudiar la cuen- caalta del valle de la Foix. Desde el co- lado, una senda de ganado nos ayuda FEB) odedeite te Astras a bajar hasta un solitario érbol junto a ddos grandes pefiascos (20 min). Aqui tomamos una estrecha senda hacia el norte, pero al minuto volvemos sobre ‘nuestros pasos para bajar por la senda yentraral hayedo, Es importante loca- iizar la senda bien si queremos disfru- tar del descenso por el bosque, que es tuna gozada después de nuestros ava tares arriba en la montafa. Es un lugar magico, y no deber‘amos apuramos. Después de unos minutos alcanza ‘mas tn pequefio arroyo con agua fres quisima, y més abajo cruzamos este mismo arroyo (20-25 min) yentramos enun abandonado prado de siega, Al salir de éste iniciamos el tramo del des. filadero (= foin), pasando den lado al otro del arroyo segiin nos convenga, hasta que al final salimos la pista que baja a Bueida (20 min). Sélo nos que- da bajar al coche, cosa que haremos sin prisa, no tanto por el inevitable cansancio, sino por la poca gana que tendremos de que un dia tan perfecto egue a su fin. Legada a la vega de Llaseiro 5.3. rapingn ia dS] BE 5.13, Tapinén (2118 m) desde Tuiza de Arriba Stel Tapinén estuviera en casi cualquier otro punto deta Cordillera Cantabrica seria la atracci6n principal de su sector Por desgracia, la proximidad de Pefta Ubi- ‘ta hace que casi toda la atencién montanera se dirija en otra direccién. Esto es uuna lastima, ya que mucha gente acaba visitando la zona sin llegar a conocer una cumbre que, por una parte, oftece interesantes perspectivas de las cumbres cen- trales del macizo,y, por otra, se integra bien en una ruta circular que posee un sa bor altamente alpino. La mezcla de praderas, paredes y panoramas da a la ruta un cardcter especial, mientras la situacién del Tapinén con respecto a Penta Ubi- ‘a la convierte en una cumbre que, al igual que la vecina Pena Rueda, se puede intentar cuando el mal tiempo entrando desde el suroeste desacanseja la ascen- sin a aquella. Punto de partida: La N-630, la ca rretera del puerto de Pajares, ya auto- pista A-66 tienen su punto de uniénal lado del pueblo de Campomanes, de ‘Mapa: Adrados: Macizo de Pefia donde parte una carretera local que nos lleva de una forma cada vez més espectacular hasta Riospaso, Tuiza de Abajo yTuiza de Arriba, Duracién aproximada: 6h Dificultades: Esta ruta no parece muy larga sobre papel, pero el desni- vel total es importante yla seccién por FE Sedariose rst a La Garba de Valseco a, Gruces de Fondos 120 Jira de Arriba debajo dela pared norte del Tapinén y Siegalava da la sensacion de estar lejos de cualquier punto de ayuda. La baja- da final a Tuiza suele impresionar por Jo empinado del terreno. Ruta: Desde el coche nos acerca- mos al pueblo, pero justo antes de lle gar a la primera casa tomamos una rampa de hormigén donde hay un ta- blero para el PRVValle de Jomezana.E: ‘anos deja al lado de una fuente con bebedero, donde iniciamos nuestra marcha en diteccién este, con El Viso, el collado justo al norte de la Pefia El Castiellu, como referente. El camino pasa entre fincas en una situacién que resulta muy atractiva, con una vista es- pléndida de la cumbre de la Mesa al otro lado del valle, y al pie de la ladera sur de la aparentemente inaccesible cumbre de Siegalava, Alpasar por la cuarta de las portillas, de madera que el camino atraviesa sa- limos a los terrenos de monte y nos desviamos hacia la izquierda para se- guir mejor la sefializacion y asf llegar sin més problemas al collado de ELVi- 80 (45-50 min). Allo largo de todo este tramo nos compensa parar de vez en cuando para admirar la vista privile- giada que tenemos de Tuiza, cada vez ms oprimida por la imponente masa de Pefia Ubifia. De hecho, con Ubifiaa nuestra espalda y Siegalavé a nuestro lado, puede haber una cierta sensacién de claustrofobia De haberla, desapa- rece por completo a coronar el collado, que proporciona un amplio panorama del valle del Huerna, de la A-66, del puerto de Pajares, y de todas las cum. bres de este sector de la Cordillera 5.13. Tapinén (Tuiza de Aviba) | ER Ahora abandonamos la sefalizacién del PR y subimos poco a poco en di recciGn noreste porla falda de Petia Fo- x6n para llegar a un collado préximo al Pt. 1585 (15 min), y casi debajo de una torre aislada cuya forma nos recuerda Jas estatuas de la isla de Pascua. En es- te punto encontraremos La Calear, una senda tallada en la roca, que se- guimos hasta donde dala vuelta atuna Joma (7-8 min), Esta seccidn es aérea y ofrece buenas vistas del valle de Jo- ‘mezana, de os Picos de Europa alole- jos, y también de las sierras de Petia Mea y Penta Mayor. ‘Al pasar la loma nos encontramos en laentrada ala vega El Foreau, Tene- ‘mos una primera vista dela cumbre del ‘Tapinén, y por tanto sélo nos queda entrar en la vega y subir la empinada Jadera que nos conducird a la cumbre dela montafta (70-80 min). Las vistas, como ya se indicé en la introduccién, son muy completas, no s6lo de otras, cumbres del macizo, sino también de todas las cumbres principales del oriente de Asturias. No obstante, lo que mas llama la atencién a mucha gente en esta cumbre es la caida vertiginosa hacia el norte. Para bajar del Tapinén aprovecha- mos la ladera este, buscando siempre el terreno més factible hasta encon- ‘tar el punto en que podemos girar ha- ciael norte y descender ala collada del ‘Trave (15-20 min). Esta resulta ser un balcén espléndido sobre los puertos de Agtieria, Pefta Rueda y el cordal del Huertu del Diablu. Luego viene una bajada bastante empinada, pero dees. to casino nos enteramos. A nuestros pies, los exuberantes prados de Agtie- Gilente de Asturias ria, yala izquierda, elcada vee més im ponente murallén norte del Tepinén y Siegalava. La sensaciGn de estar lejos de la civilizacién nos puede invadir del todo aqui, especialmente si el tiempo empeora. Las dos cabaftas de Corros nos re- cuerdan que en pastos tan ticos como estos no estamos casi nunca solos, por lo menos en los meses de verano, ‘cuando suele haber bastante actividad. Confirmacién de la importancia de la zonaen este sentido la dan las cabafias al lado de el Llegu (25-30 min), una atractiva laguna que sirve de refugio para patos y otras aves durante el in- ‘vierno, Para nosotros sirve como lugar de descanso antes de remontar el va- Me de Retertorio. A la mitad de la su- bida llegamos a un punto donde los is fuertes igual sentirén ganas de re- dondear el dia con la subida al Fari- fientu. Esta supone ascender el pede gal por encima de Cherturbio, indudablemente convierte la ruta en ‘una excursién muy alpina, aunque un tanto dura. De no decidirnos por esta opcién, giramos hacia el sureste para terminar de subir hasta el Bocarén, (45-50 min), desde donde disfrutamos de una sorprendente vista de pajaro de Tuiza de Abajo. La Tesa, la Mesa yla Al- magrera cierran el valle detras de Tui- za, yala derecha de la tiltima de ellas tenemos la cumbre del Cirbanal (ruta 4D), Del Bocarén la senda baja en ml tiples zigzags y luego cruza hacia la de- recha por encima de una canal casi vertical y muy poco apetitosa. Salimos en la parte alta de una gran pala de hierba, pero en cémodas vueltas el ca- ‘ino nos baja primero hasta una fuen- te con bebedero, y luego hasta Tuiza por el margen derecho de un torrente. Lapendiente media de la bajada es un inolvidable 50 %, y las rodillas de mu: chos se resentirén un poco hacia el fi- nal, pero basta paar y disfrutar del en- torno para contrarrestar los dolores. Estamos a punto de terminar un dia muy completo, 5.14 Pe Ui ua do Aba | FREY Pefia Ubina, los puertos de Riotuerto y el Alto Terreros 5.14. Pefia Ubifia (2417 m) desde Tuiza de Arriba Todo to que se pueda decir aqué deesta majestuasa cumbre serd poco, ya que mas que una simple montana es un mundo entero. Ademds, todo lo que puede mere- cer escribirse, ya lo escribié otro, empecando por Jovellanos, figura clave de la llus- tracién espafila, que en 1792, de viaje por la Babia, anota que tiene «...] alade- recha la famosa pefia Ubifia, que se cree ser la mas alta de Espafia. Vese desde tierra de Segovia y desde muy dentro del mar. Los de Cudillero, que navegan por ella, la Haman la Becerra; va a dar al concejo de Lena». Desde 1920 y la publica- cién del Mapa Militar Itinerario de Espafia, sabemos que Pefia Ubifia no es lacum- bre mds alta del pais, ni siquiera de la Cordillera Cantdbrica, pero cualquiera que Ja vea sabrd perdonar at ilusirefovellanas su error: la montana se impone. Se im- pone, pero a la vez nos atrae porque su impactante silueta habla a todo monta- ero de altura, aventura y alpinismo. Punto de partida: Desde Campo- _ raacometerluego el tiltimo repecho y ‘manes, el punto en que la A-66 y la _ situarnos en Tuiza de Arriba. Se suele N-630 se separan en busca de sus es-_aparcar en la curva justo antes de las pectivas salidas de Asturias, remon- tamos el valle del Huerna, pasando por Telledo, Riospaso y Tuiza de Abajo pa- primeras casas. ‘Mapa: Adrados, Macizo de Ubifia, 1:25.00, 4 106 Castilines a ang 2288 Puerta de Arco 2a Distancia: 12 km Desnivel: 1440 m Duracién aproximada: 6-7 h Dificultades: Bsta es una ruta deal tamontafia donde habré que sacar las ‘manos de los bolsllos en algunos mo- mentos, especialmente en la bajada desde Pefia Ubifia yla subida a Pefia Ubina Pequefia. Luego, aunque la na- vegacién hasta la cumbre no es dificil, no debemos subestimar la dificultad inherente en este tipo de terreno sila visibilidad es cualquier cosa que no sea perfecta, Por tiltimo, si nos decidimos por la bajada por detras de Penta Ce- eos, habré que tener cuidado alaho- ra de localizar el camino de descenso hacia Las Cabanas desde el Huerto las Rubias, Ruta: Nada més llegar a la primera casa giraremos para tomar la pista hor- migonada que sube ala derecha. La pronunciada cuesta nos dard una idea de lo que nos espera mas tarde, y una vez arriba, con la excusa de ilenar huestras cantimploras, pararemos ‘unos minutos. Recuperado el aliento, salimos del pueblo hacia el oeste por Lun viejo camino de ganado. Pefia Ubi- Aa aparece por encima de nuestras ca- bezas casi de inmediato, y luego una Portilla (La Portillera; 15-20 min) nos facilita la tansicién desde la zona ba. ja.al monte abierto, No estaria de més en este momento parar para estudiar la gran ladera rocosa que tenemos ha- cia el sur, ya que la bajada se hace por ahf, También dignos de nuestra aten. in en este punto son los estratos de roca ala derecha. Casi verticals, ybru- talmente retorcidas, constituyen una 524. Peta Ubi Cuiza de Aiba) | FR expresién tremendamente grifica de lamagnitud de las fuerzas que han for- mado las Cordilleras de todo el mun- do. Lasubida se suaviza ahora, y nos da tiempo para disfrutar del paisaje antes de depositarnos en el Meicin (35-40 tin), un buen ejemplo de un cicco gla- iar para los gedlogos, una zona de magnificos pastos paralos ganadetos, ya base de muchas actividades para los montaiieros, como atestigua el cu- Tioso refugio privado que encontra. ‘mos. Léstima que la Federacidn Astu: riana de Montafia y el Gobierno Regional det Principado no tuvieron la visin de futuro suficiente cuando aprobaron los cuarenta millones de pesetas para la restauracién del ref sio a finales del 2001. A tan corta dis- tancia del pueblo de Tuiza, el refugio tiene una utilidad limitada, y muchos opinan que habria sido preferible de- moler eltefugio y devolver el circo asu estado natural Alfondo del circo tenemos las cum- bres de Petia Ubitia, Prau Capén, Puer- tade Arco y El Siete, por debajo de las cuales pasa la Senda Merina (ruta 4.10). Para algunos el nombre Ubina es una derivacién de la palabra ovina, y se remonta en el tiempo a una época bastante anterior a la de nuestro res petado Jovellanos. De hecho, como nos explica Victor Guerra en su articulo (Pag, 168), 1a relacién de este macizo con la trashumancia es muy antigua. Desde el Meicin hasta el amplio y elegante collado del Alto Terreros (45- 55 min) el camino es abvio, y si las Tampas finales nos recuerdan ala ram- a de salida de Tuiza, esta vez la re. FED) oeeente de Ast compensa es mucho mayor. Al fondo de los exuberantes puertos de Rio- tuerto esti laelegante forma de Ubitia Ja Pequefia, la segunda de las cumbres, ‘que nuestra ruta visita, Menos atracti vva que esta vista, pero por desgracia mucho més inmediata, es la gran la- dera pedregosa a nuestra derecha; 500 mnos separan de la cumbre de Pefia Ubifia (70-80 min), yya que no se van a hacer solos, lo mejor sera poner ma- nos la obra. Las vistas desde la cumbre de Pefta Ubifia son inmejorables en todas las di- recciones, y bien merece la pena espe- rarun dia de buena visibilidad para po- der disfrutar de ells. Luego, para bajar, seguiremos la cresta cimera de la mon- tana hacia el sursuroeste hasta la cum- bre sur, donde pequefios hitos nos in dicardn la bajada, que bésicamente transcurre por la izquierda de a arista sur. Hay que destrepar con las manos en algunos momentos, peto la ruta es obvia y nunca muy expuesta. Mas aba: jo, cuando el terreno se simplifica, de- bemos buscar el collado del Ronzén (40-50 min), donde podemos relajar- nos un rato antes de atacar la menor de las Ubifias. Esta de repente no nos parece tan pequefia, y de hecho, sila bajada que acabamos de realizar nos ha soltado adrenalina suficiente, pue- de que sea aconsejable dejar la her- ‘mana menor para otro momento yba- jar directamente hacia el este para retomar la ruta donde Las Vitlongas. Mas que el desnivel, 1o que nos preocupa de Ubifia la Pequenia vista desde el Ronz6n es el terreno. La aris- tanoroeste no parece facilitamos laas- censién, y por tanto con mucho cui- dado localizamos una especie de ram- paherbosao escalera hacia el extremo derecho dela cresta. No hay problemas para llegar hasta su base, y una vez abi la subimos peldiafo a peldariohasta el final, que nos sittia justo debajo de la arista misma. Ahora, sin ceder ala ten: tacién de salir todavfa al filo mismo de lacresta, trepamos diagonalmente ha- cia a izquierda hasta que una peque- hha brecha nos da un acceso facil yna- ‘ural la cresta propiamente dicha. De aqui hasta la cumbre llegamos en se- guida, repando porla afilada arista en ‘magnificas posiciones, con el abismo améndonos a cada lado, Pequefia en términos de altura absoluta, Ubifia la Pequefia (45-50 min) no tiene nada que envidiar a su vecina mayor en cuanto al disfrute que nos ofrece. Para bajar volvemos hacia el noro- este hasta una cruz, donde podemos descender unos 10 m por una peque- fia canal (hitos) en la cara norte. Aho- ra cruzamos la parte alta de la pared hacia el este (hitos), hasta donde nos ‘vemos obligados a subir momenténea mente para pasar un pequefio espolén, de roca. Accedemos de esta manera a una canal de hierba, ya bajamos has- ta un hombro, donde giramos al no- roeste para entrar en una segunda ca- nal. Aquflocalizaremos una senda que nos ayudard a bajar a los puertos de Riotuerto (30 min), un lugar idéneo para un merecido descanso. Desde los puertos iniciamos un am- plio rodeo por debajo del Pt. 1989 pa- ra alcanzar una vieja alambrada (Las, Virlongas; 20 min) que cruzamos pa- raentrar en el Huerto las Rubias. Una senda de ganado nos conduce hacia el nornoreste, y cuando las paredes que vienen acompafidndonos a la izquier- da giran hacia el norte y luego al noro- este, hacemos lo mismo para cruzar un rea abierta de pastos. Las vistas del Meicin y de la cresta Ubifia-Fontanes son excelentes desde esta zona, al fon- do de la cual encontraremos en exce- lente camino de ganado. No debemos equivocamnos en lalo- calizacién del camino, ya que es la tinica forma de descender con seguri $.14et bin de Mba ESL dad a las Cabanas (40-45 min), un atractivo grupo de risticas cabafias y fincas que pasa desapercibido para to- dos los que suben corriendo al Meiein por el camino normal. Conectamos con éste ala altura de la Portillera, y de ahi a Tuiza es pan comido, aunque después de una actividad tan comple- ta puede que la rampa hormigonada por donde iniciamos el dia resulte igual de severa ahora que entonces, pero por razones bien diferentes. Ena cumbrede Pena Ubina ‘Léiretackin entre el hambrey la montahaes tan marenda como antigua y por ‘supuesto las manifestaciones de esta interaccién son muy diversas en la Cor- dillera Cantabrica. De todas ellas, no obstante, quizds la mas impactante en ‘cuanto se legue a entender de verdad, es el fendmeno de la trashumancia. Por supuesto, con la atencién que esta antiquisima tradicién viene recibiendo i timamente todos somos conscientes de lo que significa la palabra, y muchos haabremos visto imagenes de los rebatios de ovejas atravesando el centro de Ma Grid. Pero a la mayoria de nosotros la verdadera magnitud de este peregrinaje ‘anual se nos escapa probablemente. La trashumancia en la Cordillera Cantabrica (Victor Guerra) ashumancia ena cordilera Cantabrica_| FR) Los extensos rebaiios de ovejas ‘merinas son uno de los ganados que mas llama la atencién de aquellos que de forma cotidiana visitan los pa- rajes de la Cordillera Cantabrica, y, cémo no, también de aquellos otros senderistas que provenientes de di- vversas latitudes se encuentran en es- ta espina dorsal astur-leonesa con ‘an caracteristicas criaturas. Tal presencia se explica en la Cor- dillera Cantabrica, en la época esti- val, en funcidn de la compleja biis queda de recursos para el ganado, basada en el no menos complejo sis- tema de produccién de los lejanos pastizales de Extremadura, en el que debido a las condiciones estivales de aquellas tierras, calor y falta de pas- to, desde muy antiguo se fue buscan- do el abrigo de las tierras altas que pudieran dar a los extensos rebatios de ovejas merinas (se calcula que en el siglo xv se movian por Castilla tres millones de ovejas) el forraje necesa- rio para sobrevivir en los largos vera- nos mediterréneos, en los cuales ha- bia que dejar que rebrotasen los pra- derfos donde invernaban los gana- dos, al sur de la meseta castella Bsa intensa buisqueda de pastos alternativos alos agotados pastos ex- tremeiios dio como resultado el llazgo de un conjunto de cumbres y altos valles, ricosy variados, que esla Cordillera Cantabrica. Un singular mosaico geolégicamente diverso y fronterizo entre dos areas climaticas, laatldntica y la mediterranea, que lo hacen adecuado y propicio como se- de y destino de los rebafios de las ovejas merinas, que durante los me- ses de mayo a septiembre ramonean por estos puertos astur-leoneses. Esa es la explicacidn a tal presen- cia, que a los asturianos se nos hace extrafia, tan acostumbrados como estamos al ganado vacuno y caballar, puesto que la oveja pertenece al am- bito de a meseta castellana. Esa necesidad, que se tradujo en tun trasiego migratorio de hombres y animales, a través del vasto territorio mesetario, fue cteando una ligaz6n entre los surefios valles extremenosy los altos pastos de! norte, en cuyo transcurso geogréfico-temporal se ha generado toda una cultura pastoril, de la que atin hoy podemos ver, co- ‘mo un pequefo testigo de su gran- deza, los recénditos y abrigados pas- tos de Pefia Omniz (Somiedo) o Puerto de San Isidro. ‘Un afo mas, fas merinas legan a Ledn Fue asi como desde muy antiguo, antes de que viniera el Honrado Con- ccejo dela Mesta!, como se fue articu- Jando toda una infraestructura vial, clasificada en cafiadas, cordeles yco- ladas?, que los rebafios trashuman- tes utilizaban, y atin en parte utilizan, para acceder desde los valles extre- ‘mefios en un largo pasillo longitudi- nal de entre 600 y 800 km con amo- jonamiento de muros a ambos lados, ‘Tradicionalmente se admite que el Honrado Concejo de la Mesta nacis en el afio 1273, ‘gracias a una concesién del monarca Alfonso X, con lo cual la smesta de pastores» abt vo el reconocimiento juridico y por ende a proteccién para el desarrollo posterior que * Las cafladas, definidas como espacio entre dos tierras cultivadas, tienen un ancho de nnoventa varas castllanas unos 75 m; los cordeles, unas cuarenta y cinco varas, unos 37, 1m, ylas veredas tenfan un ancho de unos 20 m, Las coladas servan para comunicar unas ‘vias com las otras y com ls infraestructuras, como los descansaderos , antiguamente, los ranchos de esquileo. pec nea La trashuman: garantizando asf el pasto al ganado mientras camina, al tempo que éste va generando las condiciones para crear un férti suelo que se conoce co- mo pasto caftariego. La Cordillera Cantabrica es, pues, cel destino estival de esos rebatios que fueron creando alo largo de siglos esa extensa red de caminos ganaderos que se conocen como las caftadas reales, de las cuales tres llegan a nues- tra Cordillera Cantébrica: La Caftada de la Plata 0 Vizana, que tiene su origen invernal en las tierras de Trujillo, donde se uniré la Cafiada Leonesa Occidental. A estos altos puertos, denominados pirenai- 0s, attiban dos cordeles: el Cordel de Lacianay el Cordel de Babia Esta ca- ada tiene unos 480 km de longitud, La Caftada Leonesa Occidental, que cia nos puede parar en seco llega desde las tierras de Badajoz, concluye en los puertos de la cuenca alta de los rios Curuefio, Torio, y Ber- nesga. Y la Cafiada Leoniesa Oriental, va desde los limites de las tierras de Sevilla y Huelva subiendo hacia los puertos leoneses de Maratia, La Unia yRiafo, Estas cafladas reales que arriban hasta las tierras transfronterizas de Asturias y Le6n dividen a su vez ala columna vertebral cantabrica en tres sectores de pastos, donde han pasta- do desde antiguo impresionantes re- bafios a la espera del dia para em- prenderla bajada,allé por iltimos de septiembre o primeros de octubre. Cuando el cierzo aprieta y as nieves hacen su primera aparicién, y los pastos ya estén agotados, es cuando se emprende el camino de los pastos de invierno en los amplisimos para- jes de la lejana Extremadura, Hoy ya son escasos los rebafios de ovejas merinas que podemos contemplar porestas altitudes nortefias, y menos atin los rebafios que hacen la dura travesia desde los puertos de verano alos de invierno, Ahorase las trashu- ma en camiones o trenes especiales, evitando asf la dura travesfa de casi treinta dfas con los mansos y sus cencerros en el repique diario de una bajada hacia el sur donde la fardela’, preparada previamente, les iré man- teniendo durante toda la trashu- mancia, que es con mucho el trabajo mis duto; de eso sabe mucho tam- bién el montafiero, andar con el frfo Elmayoral ya Iluvia pegada alos talones y sin apenas un resquicio para guarecerse. sos sectores tertitoriales en que se divide la presencia de las merinas enla Cordillera Cantabrica los pode- mos definir a grandes rasgos como la Montahia Oriental o Montafia de Ria- jo, organizado a partir de las cabe- ceras de los rfos Cea y Porma, que dan paso alos tertitorios de Valdeén, Sajambre y Manpodre; otro sector es el denominado Central, de menor longitud y que histéricamente es co- nocido como la comarca de Los Ar ‘gilellos, tierras que son origen y zona de paso de los rios de Bernesga, To- rioy Curuefio; y por ultimo, tendria- mos el Occidental, definido porla de- 2 Fardela: comida compuesta a base de pan, jamén, queso, cecinay carnes cocidas. BEB Petits canara presién tect6nica del Sil y que da ori gen alos territorios de la Babia y las Omaiias, para dar paso luego a los Ancares. Aunque todos estos pastos se resisten a que sean definidos fisio- cerdticamente, pues a veces las zonas de destino suelen corresponderse més bien con circos y hoyos donde se encuentran las grandes camperas 0 elintrincado racimo de pequefios va- les que dan lugar al pasto merinero, ‘Todo este mundo ha creado toda una cultura pastoril, que ha dejado diversas peculiaridades gastronémi- cas y culturales, més acentuadas en Ja parte leonesa que en la asturiana, donde los pastores serranos de Ex- temadura‘ fueron un elemento esencial en la composicién social de la Mesta. Estos constitufan en buena parte la gran masa de pastores tras- humantes, que se trasladaban en for- macién cuasi militar. El mayoral iba alfrente, como jefe maximo de la ca- bafia ganadera, ayudado en las labo- res por el rabadiin, el companero, el ayudador, el persona, el sobrao y el zagal, y, como no, por fieles guardia- nes, que mds de un susto suelen dar alos paseantes de estas altas cum bres, que se encuentra al par de los rebafios sesteando bajo los arbustos estos grandes perros mastines que, con sus dentadas carrancas’ al cue. Uo, vigilan al rebafio del posible ata- que de los lobos u otros intrusos. En Asturias hay también una pe- quefa trashumancia denominada trasterminancia! que efectian los va- queiros dealzada, un extraho pueblo astur que desde los suaves valles pre- litorales asturianos de Pravia, Salas, Belmonte, etcétera, subfan con sus familias y ganados a los altos pastos dela Cordillera, localizandoselos fun- damentalmente en los puertos deTe- verga y Somiedo. A ellos arribaban pueblos enteros en un lento peregri- naje primaveral donde llevaban todo cconsigo: abuelos, hijos, enseres, et- cétera, en busca de los frescos pasti- zales para su ganado vacuno que brindan los puertos cantabricos, y ccuya presencia se reconoce a prime- ra vista, através dela arquitectura de su habitat cotidiano: las pallozas. Esta es la breve explicacién del orqué de esa extraiia presencia dela oveja merina en la Cordillera Canté- rica. “Bran provenientes de las sirras dela submeseta septentrional: leoneses,riojanos, so Flanos y segovianos, ‘Collar de pres que see coloca al perro mastin para que el lobo no leataque en el cuella ‘La trastetminancia son los pequeis recorridos que hacen algunos pastores, como en. el caso de los vaquerios de alzada, 6, Oriente de Leén Descripcion Este magnifico sector abarca las cumbres de la vertiente leonesa de la Cordillera Cantébrica desde el Puerto de Pajares, en el oeste, hasta el puer- to de San Glorio, en el este. La transi- in que hacen las montafias a medi- da que viajamos hacia el este es espectacular, empezando con las mo- destas cimas alrededor de Pajares pa- ra acabar en la Pefia Prieta, la cumbre mis alta de la Cordillera. También hay variedad, y mientras algunas de las montafias tienen un aspecto més sua- veyredondeado, otras ofrecen estruc- turas agrestes y netamente alpinas, co- ‘mo es el caso del Fontin, del Yordas 0 del macizo del Mampodre, que recla- ma poderosamente nuestra atencién desde casi cualquier angulo. Por supuesto, al igual que el sector occidental de Leén, estas montafias 1nos permiten jugar con el tiempo; Pe- fia Corrada, el Pico Cerroso, el Pico Val- dortia, e incluso el Correcillas, nos ofrecerén excursiones mas que satis- factorias cuando las inclemencias del ‘tiempo desaconsejan ascensiones alas imas més al norte. Ademds, al estar desplazadas hacia el sur, las primeras, de éstas nos ponen a caballo entre la bravura de la alta montafia y la in mensidad de la meseta castellana. Siempre sorprendente, este inolvida- ble contraste sirve también para re- cordarnos que nada es permanente—la meseta no es mas que el producto de Ja erosién de montafias que en algtin momento llegaron a tener alturas de més de 7.000 m Comunicaciones Por el oeste el sector esté servido porlaN-630, que da acceso a las cum- bres cerca de Villamanin. En cambio, por eleste, el principal eje de comuni- cacién es la N-621 de Leon a Santan. det, una impresionante carretera que nos permite acetcarnos a las rutas de lazona de Riafio. La conexién entre las dos carreteras puede hacerse por me- dio de la C-626. Antiguamente ésta era una carretera bastante incémoda, tan- topor su trazado como por el firme de- ficiente. Afortunadamente los fondos europeos para las cuencas mineras es- tan permitiendo mejoras sustanciales en la via que pronto facilitaré muchf- simo los desplazamientos de oeste a este por el limite sur del sector, Bases, servicios y alojamientos En un sector tan grande es dificil que una sola base nos permita acer- carnosa todas las cumbres con como- didad, pero tanto Vegacervera como La Vecilla constituyen excelentes puntos de partida hacia las montafias del oes- te, mientras Riaflo o Boca de Huérga- no son las opciones més obvias para actividades més al este. De estas cua- ‘to, son La Vecilla y Riafio las que me- jotes servicios ofrecen, aunque la dis- tancia entre éstos y Vegacervera 0 Boca, respectivamente, es muy corta. Aligual que el otro sector leonés de Ja Cordillera la oferta de alojamientos ruraleses buena y mejora de afo en afio, Puede consultarse a través de las ofici- nas de turismo, 0 porteléfono, porfaxo por la pagina web dea Asociacién Leo: nesa de Empresas de Turismo Rural Oriente deLeén Asociacién Leonesa de Empresas de ‘Turismo Rural Plaza Mayor, 4 24270 Carrizo de Ribera (Leén) Tel. 608 390 540 Fax: 987 358 101 Internet: wwwaletures ‘También se puede buscar en dos paginas de ambito nacional: ‘www.toprural.com www.proecorural.com En cuanto a campings, este sector tiene la oferta mas completa de todos. Deoeste a este, hay campings en Villa- manin, Vegacervera, La Vecilla (2), Montuerto (justo al norte de La Veci- Ila), Boftar, Puebla de Lillo y Boca de ‘Huérgano, con otro proyectado para el pueblo nuevo de Riafo. ‘Mapas esenciales 781V. 79-111, 79-1V 80-1 81-1, 81-1 103-11 104-1, 104-11 105-1, 105-1. 1311 Bibliogratia * La Provincia de Leén. Leén: Dipu- taci6n Provincial de Leén, 1993. 188: 84-87081-76-2 Un libro de gran formato que, como el nombre sugiere, abarca toda la pro- vincia, La fotografia y los textos sobre Jamontafa occidental, central y orien. taldelaregién resultan delo masinte- resante. * Las Montafias de Ledn, Ramén Lo- zano y Santiago Morin, Leén: Eve rest, 1996. ISBN: 84-241-3987-9 Como yase indies en el Capitulo 4, esta guia afrece rutas por la montana de toda Leén, incluyendo los Picos de Europa. + Itinerarios por la montana noro- riental leonesa. Grupo de Accién Local Montafia de Riatio, 1999, 20 rutas por la montaia oriental Jeonesa. Una serie de rutas porlos va- les y collados dela zona, Io cual siem- pre supone una alternativainteresan- te después de varios dias por las alturas. Por desgracia, casi ninguna de clas es circular. * Alta Montana Ibérica. Luis Alejos. Bilbzo, 1991. Una publicacién de la Federacién Vasca de Montafismo que abarca to- dala Cordillera Cantébrica, incluyen do los Picos de Europa. Es muy com pleto en cuanto alas cumbres de la Cordillera, y ha sido una fuente de inspiracién para muchos, pero s6lo alguien que se dedicara a estas mon- tafias por completo tendiria tiempo de recorrerlas todas. Por otra parte, las nuevas zonas protegidas hacen que algunas rutas ya no sean posibles de realizar sin inftingir le normativa vi- gente ASTURIAS Oriente de Leon - 6:1.Estorbin de Valverde (Torn de arbés) | BEES Peta Cuaia a S | code Pisones 0 Camparén ravens — A | ue * Majo Cuanya | Sy | hoqueras te Cucto los Barrales a hte cousoa cuore 2015 Pico el Cuadrado ine ~ Pico Cuérava 208 Estorbin de Valverde asf couse waco 6.1, Estorbin de Valverde (2123 m) desde Tonin de Arbas Fico Valloquia {os Lamargones z Inmediatamente al este del puerto de Pajares existe una serie de cimas que con Be siapo wnii a Inmediatamentea este de puerto de Fa a ee veymuminacs (pace eras paper ca eee apa ee ee Q belleza del cercano macizo de Ubifia. Pero ignorar estas cumbres es menospreciar la variedad quela montana nos brinda.¥ es que, a cambio de nuestro esfuerzo, las ‘cumbres del sector del Estorbin de Valverde nos ofrecen una soledad que a veces se echa en falta en montatias mds afamadas. Al igual que las cumbres de los Montes de Leén hacia el suroeste, el Estorbin y sus vecinos constituyen un lugar perfecto para encontrarnos con el espacio y la tranquilidad necesarios para eliminar del ‘cuerpo las toxinas de nuestra vida urbana. x Pico Compass, Punto de partida: Tonin de Arbas. Se accede a Tonin desde la N-630 que abandonamos a unos 4 km al norte de Villamanin. Al entrar en el pueblo lle- gamos a una plaza irregular con una fuente, aunque el agua no suele esca- sear por estas tierras, Mapa: IGN 78-1V Distancia: 13 km Desnivel: 1155 m Duracién apro- ximada: 6-7 h Dificultades: La primera parte de Ja ruta sigue un valle muy marcado, y la segunda, una cresta sin compli- caciones, asf que la tinica dificultad podrfa ser la subida desde los llanos de Bratia Frfa hasta la cumbre. No da respiro. [Tonin de Arbas 128 X Pico a Garba.” 2 i HEB)| overtedeteon _ Ruta; Atavesamos el pueblo y cru zamos el rfoTonin, al margen izquier do, que seguimos hasta un cruce don- de volvemos a cruzar el rio para continuar por la otra orilla (Puente Juncales; 20 min). La pista pronto se convierte en un camino que nos deja vver una serie de pozos de lo més ten: tadores -idéneos para cuando baje mos, siel dia promete ser caluroso~ El valle en este punto nos despliega la tpt caformacion deta erosién vial dee polones entrelazados y un perfil de va- Ile en forma de «V». También desde aqui disfrutamos de una buena vista por todo lo largo del arroyo de Agua zones, una de las dos formas de termi- nar la ruta, Nuestro camino nos lleva cémoda~ mente al prado de Las Brafias (40-45, min), con una pequefia cabafa mo- derna, aquf.cruzamos el arroyo de nue- vo para subir por el margen izquierdo yaleanzar otra zona de pastos (Llanos de Brafia Fria), al pie de un profundo y espectacular desfiladero, Subimos por una estrecha senda que pasa por debajo de una pared rocosa hasta un punto donde la senda giraa la detecha yempiezaa subir a ladera que nos se- para de la Estrella de Cuanya. En este ‘momento nuestra senda existe més en la mente del topégrafo que dibujé el ‘mapa que en la realidad, y en seguida nos daremos cuenta de que lo que to- ca es «sudar la camisetay -munca me- jor dicho sillegamos aeste punto bien entrada la mafana, Tarde 0 temprano, no obstante -pongamos tarde- nos veremos en la cumbre del Estorbin de Valverde (60- ‘80 min), con gran parte de la zona cen- tro de Asturias a nuestros pies, el ma: cizo de Ubifia al oeste, las cumbres del sector central de la Cordillera al este, y la sierra de Riafto hacia el sur. De pente nadie se acuerda de lo empina- do del tiltimo tramo de la subida. La cresta por donde continuamos es estrecha al principio y nos propor- ciona una agradable sensacién de li bertad mientras la bajamos hacia el su reste. Con buen tiempo nos resulta dificil entender cémo la gente se pier- de en la montafia, pero es facil equi- vocarse desde la cumbre del Estorbin si hay mucha niebla y no nos hemos ‘molestado en sacar la brijula, De no ‘equivocarnos, legamos al Collado Val- verde, con vistas a valle del rio Aller en Asturias, yacto seguido ala cumbre del Bolero, la primera del cordal que se nos despliega hacia el sur. Luego vie~ nen los picos del Aguazanes (35-40 min), eVallequin y el Campastinosas, antes de que bajemos al Alto del Co- rralén (40-50 min) donde habré que tomar una decisién sobre cémo termi nar el dia, Delante de nosotros se alza una cumbre llamativamente blanca, la Pe- fia Guazones o Celleros, una mole de caliza que irrumpe de forma sorpren- dente entre montatfias que, casi sin ex- cepcién, son de cuarcita. Sitodaviate- rnemos ganas de guerra, subiremos ast cumbre para continuar luego por La Carba y asi alcanzar el eueto Millard 0 Brafiacaballo (60-70 min), el dos- ‘mil més al sur del sector. Desde allfla bajada a Tonin se puede hacer por el barranco Garrucha (60-70 min). No obstante, si nos apetece termi- nar de una forma menos exigente, bas- acon descender poreloeste hastalos restos de los muros del Chozo la Car- ‘ba (15 min), donde arranca un bonito camino que nos llevara por el arroyo -Aguazones hasta el puente Juncales deValverde (Tonin de Arbis) | FEB (30-35 min) ya pista para Tonén, aun- que antes de tomarla puede que nos tienten los pozos aguas arriba que vi- ‘mos por la mafana, Las Brafias yet valle del Cuatro Flvalle de Cansequilo 6.2, Pico Faro (2112 m) desde Canseco All igual que ia ascensién al Estorbin de Valverde, esta ruta nos ofrece la oportu- nnidad de estar a solas con la montafia ycon nosotros mismos. También ofrece una gran variedad de paisajes, desde lo bucdlico del valle de Cansequillo hasta lo al- pin del Pico Faro el Pico Murias y Morteras en el mapa del 1s\-. En lo deporti- uo estd la pequefia trepada hasta la cumbre del Pico Faro y la larga caminata por encima de las 2000 m, empezando en La Fitona para terminar, varios kilémetros ‘mds adelante, en la Morala. Luego est lo estético, con el pueblo de Canseco, nues- tro punto de partida, un asenzamiento especialmente atractivo cuyo nombre pro- cede del latin campus sectus, que significa «campo cortado». Punto de partida: Para legar hay la entrada del valle donde se asienta quesituarse en Cérmenes, enlacuen- Canseco. Hay donde aparcar y donde ca del rio Torfo, o desde Vegacervera, més al sur en el mismo valle, o desde Villamanin, que queda més al oeste en JaN-630, Una vez.en Garmenes segui- ‘mos aguas arriba hasta Pontedo, don- de una estrecha pero bonita carretera local nos deja de forma repentina en coger agua en la plaza principal, al la- do del casino. Mapa: IGN 79-III (Los mapas 78-1V y 103-ILy 104-1 tienen trozos de la ru- ta, pero no son imprescindibles) Distancia: 18 km 1150m 6.2. Faro Canseco) | FEST Larions 2 Musee fae By ‘Ay “*y*"Collaona “ass an Mise ! MajadeSidorén | Pig He fe uguaten | 3 2 FE] onente de eon Duracién aproximada: 7-8 Dificultades: Mas alla de la long tudyel desnivel acumulado, la ruta no presenta dificultades. Ruta: Saliendo de la plaza, pasamos al lado de la fuente, subimos una pe- quefia cuesta y giramos a la derecha (norte) para tomar una pista que re monta poco a poco todo el valle de Cansequillo, dejando a la derecha el arroyo de Cascaro, y luego, a la iz- quierda, la reguera Fria, un nombre bastante evocativo. En la cabecera de este apacible valle, justo ala altura del arroyo de Valmayor (45 min), aparece elllamativo color blanco de un estrato de caliza, y en seguida nos damos cuenta de que aquihubo en algin mo- ‘mento una cantera. La roca de caliza es un material excelente para la cons- truccién de casas, cabaiias 0 muros, pero no lo es més que las rocas tipo cuarcita que abundanen esta parte de la Cordillera. La cal, no obstante, que se produce al calentarla caliza en hor- nos especiales, tiene usos muy parti- cculares. Por una parte, es un elemento clave en la fabricacién del cemento, del mortero y de la argamasa (de ahfla ex- presién a cal ycanto-0 sea, muy fuer- te, seguro, hermético-),y, por otra, es la forma mas efectiva de contrarrestar lanaturaleza dcida de los suelos siliceos que nos rodean casi por completo. Siguiendo la pista entramos en el arroyo de Murias donde muy pronto aleanzaremos una majada con una ca- bana (15 min), al norte de la cual una profunda hendidura nos permite su- perar una barrera de roca que de otra forma resultarfa infranqueable. Al principio el camino va por la derecha de la reguera, pero luego la cruzayy as- ciende hacia el noroeste para desem- bocar en la majada Antigua, donde encontramos restos de viejos corrales, todo muy en consonancia con el nom bre del lugar. La subida hasta aqut es empinada, y asf sigue hasta que nos deposita, a unos jadeando mas que a otros, en la Collaona (75 min). Los per- feccionistas y coleccionistas de dosmi- les subiran rapidamente ala Fitona (si no lo hicieron directamente desde la majada Antigua), mientras los demés recuperan el aliento y disfrutan del pa- saje asturiano que se abre a sus pies. Desde la Collaona la cresta nos con- ‘duce sin complicaciones a la Muesca, que proporciona una vista muy com- pleta de la vertiente asturiana del puer- to deVegarada, al otto lado del cual es- ‘dla sierra de Ajo. Luego giramos hacia el sureste y continuamos por la cresta hacia el tramo mas alpino de la ruta: las paredes de las peftas de Faro y la pequefia trepada por la arsta inal pa- ra coronar el Pico Faro (35 min), 0 Pi co Murias y Morteras, como también se conoce. Hoy en dfa estamos acostumbrados a tener un solo nombre para cada co- sa, y nos puede resultar chocante que una cumbre tan obvia tenga dos. La explicaci6n, por supuesto, suele estar en el hecho que los habitantes de ca- da valle ponian nombres a las monta: fias que les rodeaban sin tener en cuenta los nombres que desde otros, valles se pudieran poner aa misma ci- ma. Otra curiosidad de esta cima es el hecho de que a pesar de ser una mon- tafia bastante frecuentada, no es la o Faro (Canseco) | FES) Pehias de Faro, Pico Faro y Pico Huevo més alta de la zona: los 2155 m del Pi- co Huevo, justo al sur la superan en mas de 40 m. El interés del Faro, ob- viamente, no esté en su altura, sino en su situacidn estratégica en el punto de unin entre dos cordales y sus privile- gladas vistas sobre Vegarada y las pe- fas del Fato. Lacontinuacidn de nuestra rutare corre la larga cresta que parte en di reccién sur hacia La Morala (45-50 min), el timo de los dasmiles de hoy, yel lugar en que podemos adaptar la ruta a nuestro apetito. Si en este mo- ‘mento lo que nos llama es la idea de degustar algo de los excelentes embu- tidos y guisos de la gastronomta de la zona, bajaremos por el oeste para en: trar en el arroyo de Casearo y de alli volver a Canseco (80-90 min) En cambio, si nos apetece mas ter- minar la ruta de forma l6gica, seguire- ‘mos hasta el Pico de los Canales (20- 25 min), donde si nos ponemos de puntillas casi tenemos otro dosmil pa- rala coleccién, Luego hay que bajar hasta el Collado Canseco (15-20 min) para enlazar con el camino antiguo que sube desde Lugueros. Antigua- mente los habitantes de Canseco, co ‘mo los de muchos pueblos de las z0- nas de montafia de todo el mundo, se dedicaban a la arrierfa y estos collados suponfan altos en lo que antafio eran vias de comunicacién de primer or- den, Asi que girando al oeste iniciare ‘mos la bajada por el valle del rf0 Palo- ‘mera para legaral barrio de Palomera, el barrio alto de Canseco (60 min), donde pocos resistirin la tentacién de subir ala torre de la iglesia para dis- frutar de la vista excepcional que nos, bbrinda, tanto del pueblo como de bue- na parte del valle. Fl Fontiin desde Villamanin 6.3. EI Fontin (1953 m) desde Gete Come ya se ha apuntado en otro momento en la guia, no por ser la mas alta es una montana obligatoriamente la mds atractiva. El Fonttin, por ejemplo, aunque no aleanza los dos mil metros, no tiene nada que envidiar a cumbres mucho mds B fuente toe Parnes aie oa, 6.7. Pefia Corada (1831 m) desde Fuentes de Pefiacorada Como un iceberg desprendtido del hielo polar, Pefia Corada se adentra con deci sin en el extenso mar de Tierra de Campos, ofreciéndose como una atalaya in- ‘mejorable para quienes deseen contemplar, con solo girar la cabeza, la bravura de 1a Cordillera Cantabrica y la inmensidad de la meseta castellana, Una de las cum- bres més al sur de la guia, poco importa que no alcance los miticos 2.000 metros de sus vecinas de mids al norte, porque Pefia Corada recompensa ampliamente el corto tiempo invertido en subirla, Ademds, es una cumbre con historia: fue desde ‘agut, alld en 1845, que el ingeniero madrilento Casiano del Prado contemplé por primera vez las montanas de los Picos de Europa. Ese mismo momento inspira- dor es nuestro hoy, al contemplar una panorémica que abarca desde el Pico Tres ‘Mares, hacia el noreste hasta las sierras zamoranas en la frontera.con Galicia. side la Varga Punto de partida: Si seguimos la pequefta plaza unos 50 metros mas N-621 hacia el norte desde Cistiema alld dela marquesina della parada del Hegamos al pequefio cruce paraFuen- autobtis tes de Peftacorada después des6lo2,5. Mapa: IGN 131-1 (El principio y el km. Después de otros 4 km por una _ final estan en el IGN 105-IIL) sorprendente carretera local llegamos al pueblo, Se puede aparcar en una El Duracién aproximada: 5 h Dificultades: Con una distancia y un desnivel moderados y sin apenas problemas de orientacién, salvo qui: zis en el tramo justo después del Cam- ppurrial, ésta es una ruta sencilla al al- cance de todos. we de Leon Ruta: Una pista de hormigén que arranca justo al lado de la parada del autobtis desciende hasta el arroyo de Fuentes, para ir luego ganando altura mientras rodea el Pt. 1169. Por la ma- ‘lana temprano las vistas de Fuentes durante este tramo son muy atractivas, yrnos lo recuerda la sefializacién en la N-621, que indica «Fuentes de Pet corada, pueblo de montafia». Elbosque que atravesamos es de ro- ble Quercus pirenaica, muy tipico de las laderas soleadas en este limite sur de la Cordillera. Esto contrasta notable ‘mente con el extenso hayedo que arro- pa las sombrfas laderas norte de toda esta zona, como podremos apreciar hoy en varias ocasiones a lo largo de nuestra ruta. En un amplio collado con una mo- derna nave de ganado (Pt. 12325 35 ‘min), legamos @ un cruce con otra pis- ta, la que recorre toda la vertiente nor- te de la sierra. Seguimos ésta hacia la izquierda unos minutos hasta poder iniciar el ascenso del amplio vallejo que sube a la cresta occidental de Pe- fia Corada (45-50 min). Al llegar arri- barrecibimos un anticipo de lo que nos espera en la cumbre principal, con la meseta leonesa, enmarcada por las la deras del vallejo del Hoyo, contrastan do vivamente con los Picos de Europa anuestras espaldas. Fs un momento que podemos dis- frutar a gusto, ya que lo peor de la su bida queda atras,y solo resta seguirla cresta hacia el este. Esta resulta entre. tenida, y aunque el mejor camino se desartolla principalmente al sur del f- lo dela cresta, de vez en cuando nos acerca a pequefios collados que nos re- galan estupentdas vistas hacia el norte, De esta manera llegamos casi sin en- teramnos ala cumbre de Pefia Corada (40-50 min), que nos tendré una hora 0 amés descifrando las mil y una ci- mas que arrancan en el extremo occi- dente, con lasierra deTeleno, los Mon- tes de Le6n yel macizo de Ubifia, para luego recorrer toda la Cordillera orien- tal hasta las imponentes masas del Es. pigiiete y el Curavacas, No es de extra fiar que al ver los Picos de Europa desde aqui Casiano del Prado entrara en deseos de subir a sus cimas, al igual que a nosotros nos entrarén ganas de subira las cumbres de la Cordillera que hhan quedado tan apetitosamente ex- puestas ante nuestros ojos. Saciada la vista, bajaremos directa- mente al norte. La pendiente es fuer- te al principio, pero en seguida llega- ‘mos al amplio collado herboso de La Bodeguina (20-25 min), Desde este lu- gar podemos observar hacia el oeste mo Ia orientacidn resulta un factor clave en el tipo de vegetacion: las la- deras norte estén cubiertas de hayas, contrastando fuertemente con las que miran al mediodia, y que albergan grandes manchas del verde oscuro de las encinas. Bajando nornoreste llegaremos tun segundo collado, mucho més pe- quefio que el primero, que nos perm te cruzar una arista de roca cémoda- mente, y asi acceder directamente al collado de El Campurrial (12-15 min), donde cruzamos la pista que recorre toda la vertiente norte de la pefia. Nuestra ruta continiia al noreste por la mds alta de unas sendas de ga- nado, y siempre por encima de un an. tiguo bosque. De esta manera cruz ‘mos hasta lo alto de un valle bastante cerrado. Bajamos hasta él para descu- brir, al fondo del primero de una serie de prados, una magnifica fuente y un bebedero (15 min). En una ruta des- provista casi por completo de agua, &s- te es un momento de especial placer. Desde el extremo occidental del i- timo de los prados intuimos un estre- cho camino que se adentra en la ve~ ‘Una magnifica fuente y un bebedero getacién, pero que pronto se revela co- mo el camino que atin hoy comunica estas praderfas con Fuentes de Pefia- corada, y que antes de las nuevas pis- tas delazona indudablemente conec- taba Fuentes con el pueblo de La Mata de Monteagudo, mas al este. El ca no se hace cada vez més evidente, y cuando alcanzamos a ver Fuentes pot primera vez, ya nos ha convencido de la calidad plastica y ecolégica que te- nia la construccién de los caminos en los dias anteriores a la maquinaria moderna. Asf es que con cierta nos talgia por lo perdido damos los tlt: ‘mos pasos del diay, acompafiados por los ladridos de los perros del pueblo, legamos de nuevo a Fuentes de Pe- fiacorada (35-45 min). Bo ico Certoso (Santa Olaja de la Varga) | BRE ata, A, ‘Polia Negra 5 ane 6.8.Pico Cerroso (1834 m) desde Santa Olaja de la Varga A lo targa de ta Cordillera Cantébrica cumbres como el Pico Cerroso pasan mut- chas veces desapercibidas, en parte por quedar fuera de la masa principal de la cadena, yen parte por no aleanzar los 2000 metros de altura, una referencia cons tante en la zona. Pero pensar que estas cumbres menores no merecen nuestraaten- ci6n serta un grave error, ya que muchas veces es al sitwarnos en los mdrgenes cuan- do por fin podemos entender el centro. En el caso del Pico Cerroso, por ejemplo, al estar hacia el sur del eje principal de la Cordillera, no solo recibimos una nueva perspectiva sobre ella, sino también un excelente baleén a caballo entre las cimas hacia el norte y la Nanura més al sur. Ademds, siel mal tiempo estd entrando des- de el noroeste, como suele hacer en el verano en la Cordillera, podemos opar por subira cumbres como el Cerraso, que quedan protegidas del peor del tiempo por las ‘montafias més grandes hacia el norte. Pero si todo esto fuera poco, el hecho es que el Cerroso, junto con el Pico Moro y la Pefia Verde, constituye una actividad exce- lente por mérito propio. Punto de partida: Santa Olajadela__derecha, Atravesamos el pueblo, y pa: ‘Varga. unos 4km de Cistiernaen di- samos por un ttinel justo en las afue- reccién norte por la N-621 llegamosa ras del pueblo, y por otro un kilémetro lun cruce que sefiala Santa Olajaala més tarde. Aparcamos unos 200 m. Santa Olaja uentes de ote Vargo. Faercai EBB oven detesn después de una cantera, enfrente de tuna portilla metélica bastante nueva. Laimponente mole del Castillon se al- za sobre nosotros hacia el norte. Mapa: IGN 105-11 Distancia: 16 km Desnivel: 1200 m Duracién aproximada: 7h Dificultades: Salvo un importante desnivel acumulado y la trepada hasta lacima norte del Pico Moro (opcional), no hay dificultades significativas. Ruta: Hay dos pistas donde la por- tilla metalica, yes la de la izquierda la que debemos tomar para iniciar la su- Dida hacia el Castillén, En seguida en- ‘ramos en un bosque que offece signos inconfundibles de nuestra situacién en cl mite sur de la Cordillera. Casi sin excepcién el bosque esté poblado de encinas y Quercus pyrenaica, que en Le6n y Palencia se conoce general- ‘mente como melojo, pero que en As- turias se lama rebollo, Este rable pre- fiere suelos silfceos y se adapta bien al clima continental, Io cual explica su abundancia en estas latitudes. La pista va disminuyendo hasta quedar en un camino entre arbustos, y asf llegamos a una fuente (20 min) donde llenaremos nuestras cantim- ploras, dada Ia escasez de agua en el resto de a ruta. Abandonamos la fuen- te por el camino de la izquierda y en seguiida nos unimos a un camino ma- yor que nos conduce por debajo del Castill6n hasta un punto que nos per- mite ver Ia primera de las cumbres de hoy: el Pico Moro. Un camino cada vez mis intermitente nos lleva por una amplia vaguada, perdiéndose del todo cen a subida final ala collada Geneia. ‘na (60-70 min). £1 olor a tomillo du- rante la tiltima parte de la subida nos da otra prueba de las condiciones me- diterréneas que rigen al sur del eje principal de la Cordillera. Desde el co. ado una corta subida nos pone en la ‘cumbre surdet Pico Moro (10 min), que offece buenas vistas de la lanura de la meseta hacia el suroeste, ademas de una trepada entretenida y muy aérea para alcanzar la cumbre norte. ‘De nuevo en la collada de Gencia- nna bajamos al noreste a una pista de rmueva construccién que no figuraen el ‘mapa del IGN, pero que seguimos has- ta el Collado Argovejo (20 min). Sin duda nos habra tentado la travesta di- recta desde el Pico Moro norte ala Pe- fia Rionda, pero amedida que nos ale- jamos del collado hacia el Pico Cerroso Ia justificacién por el desvfo que he- mos seguido resulta obvia. No se pue- de realizarla travesta con seguridad sin saber trepar en roca, y, aun asf, la ma- yorfa de la gente querrfa llevar una ‘cuerda e incluso algtin que otro clavo. ‘A medida que avanzamos hacia la nueva meta nos damos cuenta del cambio en el tipo de roca, que aqui es un conglomerado notablemente com- ppacto Para desgracia de los ocupantes de un avién militar en la guerra civil, el Pico Cerroso (40-45 min) resulté ser demasiado compacto, o demasiado al- to, o ambas cosas ala vez. Su avin se estrell6 aqut y por supuesto todos pe- recieron en elaccidente. Marchamos del Gertoso en direc- cidn noreste por una atractiva cresta, y, si todavia no lo sabiamos, aqui nos daremos cuenta de que las cumbres ss altas no son necesariamente as mas alpinas. El pequefio pueblo de Agrove- jo, abajo a la izquierda, sirve para re- calcar la situacién, y cuando llegamos al Collado de'Trapa (15 min) podemos conttastar la fuertemente contorsio- nada natutaleza de los estratos de r0- caala izquierda, con la lanura de Pa- Jencia hacia el sureste, antes de seguir Jamarcha que desembocari en la ci ma dela PefiaVerde (25 min). Esta nos ptemia con vistas al este de la masa blanca del Espigilete, uno de los gi- gantes de la montana palentina, y ha- Cia el norte de otra cumbre de caliza, Penas Pintas. De la cumbre de Pefia Verde des- cendemos al sur al collado del Pt. 1668, La ruta sigue por la izquierda por tun pequefio valle herboso que termi- naalledo delos escombros de unaan- ‘igua mina (20 min). Un camino ala derecha nos permite rodear una coli- Pico Cerroso (Santa Olaja dela Varga) | na y llegar al Pt. 1406 (La Peralina), donde es necesario bajar por un prado bastante empinado hasta la parte alta delrfo Duerna, Porel margen derecho del rio encontraremos un camino es- trecho que luego se convierte en una pista bastante transitada que nos lleva sin complicaciones al sorprendente Oceja dela Pefia (60-70 min), un nom- bre de lo més apropiado dado lo agres- tedel terreno en que el pueblo esta en- clavado. Pueblos como éste nos plantean interrogantes nada ficiles de resolver sobre el porque de su existe cia, y nuestra perplejidad crece ain més al pasar por el desfiladero la Duerna, que parece desafiar cualquier intento de poblar la zona aguas arriba, Yasf, maravillados porla capacidad del ser humano para adaptarse a su en- torno en tiempos pasado legamos de ‘nuevo al coche (40 min) despues de un dfa tan variado como completo. - _ 6:9.Pico Yordas (Liegos) | ERE BEB covert de ten : re doi Moje te titee ico Yordas desde Riafio 6.9. Pico Yordas (1964 m) desde Liegos Atigual que lo fue el pueblo antiguo durante siglos, el nuevo pueblo de Riafo es- td dominado por completo por un dramatico anillo de cumbres, cada cual mds agreste. Lo cierto es que cualquiera que llega ala zona sin saber la historia del em- alse yel pueblo desaparecido, se queda con la impresién de las cumbres como te- 2, Ién de fondo a las aguas del pantano, y si esa persona es montafera, por supues 88 to no se vaa quedar mirando. El Pico Yordas, el menos agrestees la mds cldsica de : las montafiasen este grupo, yes losuficientemente popular como para prestar st nombre a un importante grupo de montafia de Ledn. Pero la razén de peso para subir esta cumbreson las vistas que nos brinda de toda la zona, lo que convier: teesta ruta en una introduccién interesante a este sector de la Cordillera. Otra ra- z6n para subires la fauna que podemos ver si sabemnos guardar silencio al pasar por los magnificos layedos de la ladera oeste. Zorros, ciervos, y mds arriba, rebe- (0s e incluso cabra hispdnica; odo es cuestion de estar atento. 4 s 7 porlaC-635, que uneel Puerto deTar- ala Liegos a la izquierda. | 38 <8 naalaN-625 que vienedeRiafio.Alos Mapa: 105-1 (Laprimeraparte dela 3 tae 2km desu paso alado del nuevo pue- ruta esté en el IGN 80-II, pero no es é NG blo de Burén, un tanto desangelado _ imprescindible tenerlo,) NN ‘con sus casas adosadas de periférico ‘Distancia: 15 km | Punto de partide Selega Legos wano,legeauncrucedondesese- | | Oriente de Leon Desnivel: £40 m, Duracién aproximada: 6h Dificultades: Visto desde abajo el Pico Yordas no parece encerrar ningu- na dificultad especial, pero la empina- da cuesta desde el valle de San Pedro hasta la collada de Tendena dejard a més de uno sin aliento. Pueden presentarse también algunos proble- mas de orientacién, ya que la parte central del camino pasa por un terre- no sin apenas caminos marcados. ‘Tampoco nos ayudaré el hecho de que nila pista de a subida ni la de la baja da figuran en los mapas, al ser nuevas y estar tapadas por el bosque. Ruta: Desde la plaza del pueblo sa- limos hacia el este para cruzar entre prados de siega, que a principios del verano, antes de segarse la hierba, son tuna delicia por la gran variedad de flo- res que albergan. También ofrecen te- fugio y sustento a pequefios péjaros, entre los cuales los més curiosos son Jas escondidizas codornices, cuyo It quido y ventrilocuo «Quic quic-ic» re- clamaré nuestra atencién constante- mente, sobre todo al anochecer. La pista se conoce como el cami- no de San Pelayo y va hasta el pueblo de Lois, al otto lado de las montaifias Nosotros la seguiremos durante bue- nna parte de su remontada por el valle de San Pedro, hasta un poco después de una cuadra moderna (50-60 min), cuando abandonamos la pista, cru- zamos un pequefio arroyo y nos acer- camos al vallado que hemos podido observara nuestra izquierda alo largo de la subida, Esta cera rodea toda la zona del Pico Yordas y sirve para deli- mitarlos movimientos de un grupo de cabras hispénicas que fueron reintro: ducidos aqui a principios de los aos noventa, Bl éxito del proyecto ha sido de tal magnitud que los 30 animales originales ya son 300, y algunos estan siendo empleados para repoblar otras, zonas de la montafta leonesa, Cruzando la cerca por la portilla a laderecha de la pista, entramos direc- tamente en el espléndido hayedo que arropa todaesta ladera de la montafia, La pista sube porel bosque en una se- rie de empinados zigzags, pero justo cuando se nos empieza a desvanecer el gusto por el ejercicio, aparece una fuente (30 min) que nos permite justi- ficar un pequefio descanso. Estos bosques maduros tienen una magia propia, y si subimos sin hacer ruido hay buenas posibilidades de ver corzos u otros animales propios del entorno, como zorros, Un rato més de curro nos conduce primero al mite del bosque, y poco después a la colla- da de Tendefia (20-25 min), con sus vistas del valle de Tendefa y también del embalse de Riafo. Desde a collada bajamos un par de ‘minutos por la pista hasta donde se ensancha momenténeamente y la abandonamos para recorrer en hori- zontal la ladera a nuestra izquierda. Un camino intermitente poco marcado nos lleva hasta el pie de una canal her- bosa justo debajo de las paredes del Pt. 1756. Al salir de la canal por arriba (15 min) advertimos la cumbre del Yordas hacia el estenoreste. Cruzando una zona de carst, que, como siempre con esta peculiar ero- sin caliza, resulta inedmoda de andar, alcanzamos la cuesta cimera de la ‘montafia, que desemboca junto al vér- tice geodésico del Yordas (35-40 min), Pefia Prieta, el Espigilete, Picos de Europa, Pefia Ten, el Mampodre, Peftas, Pintas, Pefia Corada y muchas cum- bres menores; las vistas son amplias, con el pueblo de Riafo y el embalse a vista de pajaro. El descenso més sencillo del Yordas consiste en volver por la ruta de la as- censi6n, pero para encajar con la filo- sofia dela gufa también se puede bajar hacia el sur por una ladera pedregosa hasta donde nos es posible doblar por la izquierda y cruzar en direccidn este hrasta la majada deYordas (15 min). De aquthay que remontar hasta el collado del Pt, 1694 (12-15 min), donde disfru- 6.9.Pico Yordas Liegos) | ERE] tatemos de una vista de los pueblos de Burn y Liegos. Luego bajaremos hacia una pradera donde hay una pequefia cabafia en el mite delbosque (15 min), El prado lleva todavia las cicatrices de una pista bastante reciente, pero también un poco més abajo encontra- remos un segunda pista que arranca justo en el limite del bosque, Bajando por ésta, rodeados nuevamente por la magia del hayedo, Megamos a un cru: ce (15 min) donde giramos a la iz~ quierda. Después de un rato salimos del bosque y llegamos a un portilla en elvvallado, Hay que saltarla, ano haber otra del tipo que pasamas al subir, y Iuego bajar al camino de San Pelayo (17-20 min), De ahfa Liegos son otros 25 minutos, FEB ovente de tes _ Elmacizo del Mampodre desde el puerto de Tarna 6.10. Macizo de Mampodre desde Marafia* Desde et puerto de Tarna, uno de los pasos historicos entre Asturias y Ledn, nos ama la atencién hacia el sureste un conjunto de montafias de cardcter podero- samente alpino: el macizo del Mampodre. Elorigen de este nombre no estd nada claro, con una explicacién bastante grotesca proponiendo que a los vencidos de tuna batalla de tiempos romanos se les cortaron las manos como castigo, dejdn- dolas pudrir en el suelo, Tampoco esta del todo claro cuéiles son los nombres ver- daderos de cada una de las cumbres que aqui encontramos. Cada fuente consul- tada trae una combinacién diferente, con sélo el Pico Valjarto y el Valcerrao mas ‘o menos constantes. En esta guta, por conveniencia por encima de todo, nos timi-. | taremos al empleo de los nombres que aparecen en el mapa del IGN, aunasa- | | biendas de que en éste no estén bien, El nombre Mampodte, por ejemplo, no es propio de ninguna de las cumbres, sino del macizo entero, mientras, por razones ‘que sabrén mejor os topografos de Madrid, el nombre del Pico la Polinosa senci- amente no aparece en el mapa. Mucha confusidn, sin duda, pero lo que siempre tendremos seguro en el Mampodre es un dia plenamente satisfactorio, andando por un macizo que resulta igual de atractivo en invierno como to es en verano. ow bi raat, Pico de Tronisco B]| ovemedetedn ‘Punto de partida: La ruta empieza en la plaza principal de Marafia, un pueblo espléndidamente soleado al que accedemos desde la C-635 a me- dio camino entre Acebedo y La Ua. Mapa: IGN 79-IV (Una parte pe- quefia de Ja ruta esta en el 80-111) Distancia: 12 km Desnivel: 1050. Duracién aproximada: 5-6 h Dificultades: Una ruta de alta mon- tafia que si bien no presenta proble- ‘mas especiales, sf requiere que ande- mos con cierta soltura por terrenos escarpados y rocosos. La bajada por el circo de Mampodre exige cierto «sen- tido» de montafia para encontrar la ru- ‘ta més sencilla en todo momento. Ruta: Salimos del pueblo en direc- cién oeste, pero después de unos 10 ‘minutos la pista se bifurca y tomamos el ramal dela izquierda (10 min), cru- zamos el arroyo de Cagiiezo y empeza- mos una suave subida entre pradios de siega. Cuando la pista pasa al lado de ‘una enorme piedra (25 min) tenemos por una parte muy buenas vistas de Marafia hacia el este, y por otra, del amplio Gollado de Marafia hacia el sursuroeste, Mas adelante la pista gi- ra sureste para adentrarse en el valle Valverde, yla tenemos que abandonar ytemontar entre escobas para ganar el Collado de Marafia (50-60 min), que dispone de buenas vistas oeste- suroeste, hacia el Susarrdn, y al oeste- noroeste hacia el cuerno inconfundi- ble det Pico Torres (véase ruta 7.1) ‘A lo largo de este iiltimo tramo nuestros ojos recorrerdn mds de una ver_la gran cresta rocosa que une el co- ado ala esbelta cumnbre del Pico la Po- linosa, Ahora es el turno de nuestros pies, el disfrute terminando en tn pe- queio collado aéreo que nos permite estudiar de cerca la naturaleza extre- madamente retorcida de la geologia diel macizo (40-45 min). Solo queda re ‘montar la empinada y pedregosa lade- ra final para ponernos en la cumbre del Polinosa (20-25 min) y disfrutar de las vistas de lo recorrido y de lo que atin queda por recorrer. Bajando dela cima este hacia la de- rechalllegamos al Collado Cervunal (15 min). Este nombre claramente es el mismo que el del Cirbanal, en lazona central dela Cordillera Cantabrica (ru- ta4.11), yse efiereal tipo de hierbade ‘montafia que encontramos en ambos sitios. También dignas de ver son las, abundantes siemprevivas que jalonan Ja subida hasta el Pico Valeerrao (15- 20 min), cumbre que la guia de Loza- no y Moran identifica como el Cervu- nal por razones bastante evidentes, Sea cual sea su nombre, la cumbre domina completamente el circo de “Mampodre, con su pequefio pero atrac tivo lago glaciar al fondo. Es por aqul, por improbable que parezca desde el Valcerrao, por donde tenemos pensa: do bajar, inicidndose el descenso en di- recci6n noroeste por una ladera de hierba exuberante. Alalcanzar el estre cho collado del Pt.2085, tenemos, por supuesto, la opcién de seguir hacia el nomoroeste y hacer cumbre en la Pe- fia a Cruz (45-50 min ida y vuelta al collado). Con o sin esta variante, en el collado giramos al este y acometemos tuna fuerte bajada para entrar en el co- raz6n del gran eirco de Mampodre. Guando llegamos al borde superior el citco (20-25 min) los macizos occi- dental y central de los Picos de Europa se aduesian del horizonte, dramética mente enmarcados por unas paredes que no cesan de crecer y de aplastar- nos a medida que penetremos en este espectacular escenario, $dlo nos falta tun toque de Wagner y estamos servi- dos, Esto es de lo mejor que oftece la zona. Al principio la bajada por la parte central del circo se hace mejor por el medio, descendiendo con cuidado de repisa en repisa hasta que el abismo que empieza a crecer a nuestros pies 6.10.Maczo de Mampode Marat [ESE nosinvita a desviarnos hacia a izquier- a. Aqui, arrimada a la pared oriental del Pico Salmanquino, encontraremos luna canal de piedra fina que bajaremos Corriendo hasta que termina al lado de luna pequeha torre de roca (Pt. 1606), Estala pasamos porla derecha para lle- gar en seguida a la laguna Mampodre (0-40 min), desde donde podemos apreciar con calma el aura alpina que empapa este sitio. Ahora solo nos que- da tomar la pista que arranca cerca de Jelagunay que nos lleva de nuevo a Ma- rafla sin mds problemas, aunque 6s0 si, con un regalo final: una vista preciosa del pueblo bafiado en la uz della tarde. * Elprimer Plan Rector de Uso y Gestidn del Parque Reglonal de Picos de Europa clas 6 todo el macizo del Mampodre como zona de reserva lo cual supuso una prohibicidn to tal dea actividad montafere en la zona. Las protestas no tardaron en ofrse, no slo desde las federaciones de montafta sino también desde el pueblo de Marana, el punto de partida para esta ruta, yun pueble hist icamente «amigo» de los montafieros, En enero del 2002 este primer uc esté recurtido en los tribunales, y dle momento los guardas no parecen te- nner mucho interés en prohibimos el acceso, FB] oven se teon eh Ten desde las proximidades de la Uhia 6.11, Pefia Ten (2145 m) desde La Una Vista desde lejos Penta Ten no es una montafia que nos inspire especialmente, Con swestructura aparentemente «redondonae, la ascension promete ser rutina- ria, y hasta aburrida. Nada mds lejos de la verdad, ya que en la prdctica esta mon- tana es mucho mas agreste de lo que parece, con una larga y en sitios estrecha cresta que nos ofrece amplias oportunidades para asomarnos al abismo. A todo esto hay que sumar las magnificas vistas desde Ia cumbre, vistas que alcanzan los macizos occidental y central de los Picos de Europa, las cumbres de la zona de Ponga, y la mayoria de los picos del Mampodre. En resumen, una ruta entreteni- da que nos brinda una generosa recompensa por el esfuerzo invertido, Punto de partida: La Ufia. Desde Riafto salimos por la carretera para Cangas de Onis. Después de unos 6 km tomamos la N-635 hacia el puerto de ‘Tarna y Oviedo. Una ver en el pueblo de La Ufa, se puede aparcar cerca de Ja iglesia, que a su vez nos deja al lado del bary de una fuente. Mapa: IGN 80-1. (La primera parte de la ruta esta en el IGN 80-II1, pero éste no es esencial) Distancia: 16 kin Desnivel: 950 m Duracién aproximada: 6 h Dificultad: La ruta no tiene ningu na dificultad en particular, yaunque la * 6.11.pehaTen ua unay | SEF cresta principal es algo expuesta en algunos sitios, basta con bajar hacia Ja derecha un poco para devolvernos la calma. Ruta: Salimos del pueblo por la ca- rretera en direccién norte. Después de tun rato, ésta gira al oeste, y una pista, el camino de Ventaniella (8-10 min), sale a la derecha, cruza un puente y avanza primero entre prados de siega yluego al pie de una ladera con mato- ral, No tardamos en divisar al fondo la Pefia del Castiello, y después de me. dia hora de marcha pasamos por de- bajo de sus paredes, que en verano al- bergan una nutrida colonia de aviones comunes. Franqueamos una portilla ‘metalica (35 min), yen este punto, con Ja pista al lado del rio Esla, la ruta en- traen el IGN 80-1 Al pasar la portilla y seguir la pista ‘vemos al fondo la cumbre del Pilefies (véase ruta 7.7) una cumbre estrecha- mente vinculada al Ten en la mente y elfolclore locales: ‘TenyPilenes Buen par de pefies ‘Ten pales cabres, Pales oveyes, Pilefies. Un poco mas tarde la imponente masa de Pefia Ten aparece a a derecha, ysiel sol ya nos aprieta, esta primera vista nos puede desmoralizar. En se- guida la pista cruza el pequefio arroyo de las Corvas ¢ inmediatamente des- _pUés iniciamos un suave ascenso por el margen derecho del arroyo. Al al- canzarla segunda de dos pequenias ca- baitas, rodeamos un piornal para al- canzar una pequefia explanada al pie del espolsn oeste de la montana (60- 70 min). sta nos ofrece la oportuni- dad de descansat, y de admirar las cumbres del macizo del Mampodre quedominan el horizonte hacia el sur. Alnorte de las Pedrices de Peiia Ten seesconde una pequefia vaguada, que queda perfectamente dibujada en el mapa, Entrando en ella, la ascendemos por un camino poco marcado hasta al- canzar un collado al que el mapa mar- ca una altura de 1866 m (40-45 min), pero que obviamente es de 1855 m. Sea cual seala verdadera altura, el sitio nos ofrece buenas vistas de Ia arista que nos conducird a la cumbre. «La larga cara norte nos recuerda Guillermo Mafana-, es una gigantesca ladera que cae sobre el valle de la Castellana en su mitad oeste, mientras en su mitad es- te, compone un pequefio infiemno de desplomes 10¢050s 1» Con esta deliciosa invitacién a la aventura, atacamos la cresta, que a medida que vamos ganando altura re sulta cada vez mas entretenida. Una ‘vezen la cumbre (45-50 min) tomare- ‘mos el tiempo necesario para disfrutar dle las magnificas vistas que Pefia Ten ofrece: los Picos de Europa al este; las, cumbres de la zona de Riafio al sures- te; el Mampodre hacia el sur, y las ci ‘mas del Parque Regional de Redes y el puerto de San Isidro hacia el oeste. ‘También podremos contemplar desde aqui las inconfundibles siluetas del Tiatordos (ruta 7.8) y del Pilefies (ruta 7.7), cumbres a las que accedemos desde el concejo de Ponga. Para continuar nuestra aventura se- guimos en direccién noreste. Notable- mente estrecha en algunos sitios, la cresta resulta de lo més entretenida, y el tiempo vuela mientras nos asoma- ‘mos una y otra vez por los derrumbes, hacia el norte. De hecho, siel viento sopla con una minima fuerza, habré ‘que andar atentos para que no sea s6- Io el tiempo lo que vuele, tan expuesta es la situacién. Luego, Hegando casi abajo del todo (35-40 min), podremos disfrutar de lleno del infierno de des- plomes gracias a un espléndido baleén. natural a nuestra izquierda. Una sim- ple pala de hierba por su ladera sur, nuestro promontorio se desploma ver- ticalmente hasta los exuberantes pra- dos de Arcenorio porla otra cara, Kista es una de las zonas mas espectacula- res de la ruta, y constituye un buen momento para observar los buitres, que aprovechan los desplomes y repi- sas para anidar, descansar o lanzarse al aire al iniciar otra soberbia secuen- ia de vuelo. Abandonando el baleén y volvien: do al pie de la cresta, seguimos toda- via hacia el noreste. Después de unos 10 minutos nos encontramos bien si- tuados para bajar hacia el sur y entrar 6.11.Pena Ten (La Una) en un gran prado circular -1a Hondo- nada- de donde tenemos muy buenas vistas de la cara vamabley dela cresta que acabamos de recorrer. Salimos de Ja Hondonada por el sur, cruzando el Imite entre Asturias y Le6n en el puer- to de la Fonfria, para luego localizar una pista que baja hasta una cuadra relativamente moderna (25-30 min), Durantela primera parte de nuestra bajada la atencién estaré centrada en las vistas del macizo del Mampodre ha- cia el sur, quenos animaran a empren- derla ruta 638, yrecorrer gran parte de ellas en el proceso. Luego la pista, que en realidad es el camino de Arcenorio, cruza el rio Carcedo y entramos en el IGN 80-II. Al pasar una portilla de hie- 10, el pueblo de La Uta aparece abajo ala derecha. Mas tarde llegamos aun cruce (20-25 min) donde giramos a la derecha para descender al pueblo sin ids problemas. Nos pesarén nuestras piernas, quizas, pero llevaremos ala es- palda una mochila lena de buenos re- ‘cuerdos. Mejor ain, la pista desciende directamente a La Ufia (30-35 min), donde podemos inspeccionar el pe- quefio bar delante de la iglesia. EBB oviente aeteon ‘El Puerto de la Vega de Arriba con los Picos de Europa al fondo 6.12.Coriscao (2234 m) desde Portilla de la Reina Al igual que con la Pena Prieta, al otro lado del puerto de San Glorio, el Coriscao ‘no es una montana que se deje admirar facilmente, exceptuando las vistas que te- znemos della desde algunos puntos de ios Picos de Europa. En este sentido, esta es una montafia que nos atrae por tas vistas que nos reparte su cumbre, vistas que paradéjicamente son realmente excelentes, Pero si seguimos la ruta entera descu- briremos, si todavia no lo sabiamos, que el montaniismo es mucho mds que las vis- tas desde el punto mds alto de la excursién. El montanismo es cada paso que da- ‘mos o cada rincén que descubrimos y esté en cada momento que vivimos en la ‘montafi. Punto de partida: Desde Portillade _adonde el valle del arroyo de Luriana la Reina nos dirigimos por la LE 243 hacia el puerto de Pandetrave y Santa Marina de Valdedn. A su paso por el pueblo la carretera dala sensacién que de seguir asf nos hara falta un todo te- ‘reno para llegar al principio de la ru- ta, Afortunadamente todo mejora, y después de 6 kilémettos legamos seabrea la derecha y donde podemos aparcar. ‘Mapa: IGN 81-1 (Se necesitan 80-11, 80-1V y 80-II1 para cubrir la sal completamente, pero en la préctica basta con el mapa de la gufa y el 81-1) Distancia: 17 km Desnivel: 1100 m 6.12.Coriscao (Portilla de la Reina) | BEE x 5 8 i OE : 8 : ae ‘Poa ao a Tabla Malrota 1a nl ry Sopefie Mediana ne [overt de Le6n Duracién aproximada: 7-8 Dificultades: Ninguna. Sube por un valle muy marcado, baja por otro igual yy sigue una cresta para enlazarlos. E80 sf, es.un dia algo largo. Ruta: Para el primer tramo de la ru- ta tenemos dos opciones. Si hemos madrugado y hace fresco, el sol nos al- ccanzaré antes si subimos pot la senda ‘que arranca porlaizquierda (norte) del arroyo de Luriana. Por desgracia, alos pocos minutos la senda, que es de ga- nado, se pierde, forzdndonos.a subir a media ladera y asf ir ganando altura poco a poco a medida que nos aden- tramos en el valle. La alternativa a es- taentrada directa al valle es bajar ha- cia Portilla por la carretera hasta asada la tiltima curva. Veremos que ‘aqufarranca una pista que sube fuerte- mente al principio y se adentra en la espléndida mancha de hayas que, con- forme con la explicacién que se ofrece enlaseccién sobre la vegetacién de es- tas montafias, cubre toda la vertiente sur del valle. Sea cual sea la opcién que escoja- ‘mos, llegamos a una majada (25-30 rin), desde donde seguimos en direc cin este. En seguida nos vernos obli- gados a cruzar el arroyo, pero poco después volvemos al margen derecho, yyasillegamos a un punto donde se nos abre hacia el sur un ejemplo magnifi- co de citco glaciar (10-12 min). La cumbre que lo domina se llama Pera Vallines, y es curioso ver c6mo las ro- cas superiores son oscuros conglome- rados, debajo de los cuales hay estra-~ tos muy mareados y mucho més clatos de roca caliza. Claramente la montatia estd en una zona de transiciGn entre los conglomerados que salen por do- ‘quier en lazona de Llénaves de la Rei- nna, yla enorme masa de caliza que son Jos Picos de Europa, que tenemos jus- toalnorte, Elarroyo Luriana parece naceren el circo glaciar, y por tanto lo abandona- mos para seguir hacia el este, subirun poco y entrar en la parte alta del valle principal, donde nada més llegar vere- mos una cabafia de pastores (10-12 iin) que no viene en el antigo mapa del IGN (ed. 1987), al ser relativamen- te nueva, Mas interesante en este mo- mento, no obstante, es lo que cierra completamente la cabecera del valleal este: la cumbre del Coriscao. Si caleu- amos bien nuestra salida del coche, 0 simplemente si tenemos un poco de suerte, en los meses de verano es posi- blellegara este sitio justo cuando el sol sale por detras del Goriscao, lo cual es todo un espectaculo. Con o sin espectéculo seguimos avanzando por el valle, donde de for- ma aparentemente milagrosa, rea- parece el arroyo de Luriana a nuestra izquierda. En realidad, de milagro no tiene nada; este continuo desaparecer- eaparecer del agua es frecuente en ‘una roca tan permeable como la cali- za. Lo que sf va apareciendo por pri- mera ver, y por nuestra desgracia no va a desaparecer hasta dentro de un buen rato, es la loma que desciende hacia el sur desde la cumbre det Co- riscao. La loma baja hasta un amplio collado de hierba (Pt. 1917), que al- canzamos jadeantes después del ti co esfuerzo importante que la ruta nos cexige (50-60 min). Pero es poco es- fuerzo para tan tremendo regalo: una panoramica matutina de todo el ma- cizo de Pefia Prieta y todo el valle de Coreceda, con la sierra de Pefia Sagra al fondo, Luego, girando hacia el nor- noreste, nos sorprenderd el macizo central de los Picos de Europa. No pue- dehaber un sitio mejor para a prime- ra parada del dia, incluso para desa- yunar si hemos hecho el esfuerzo de ‘madrugar. Desde el Pt. 1917 subimos sin pro- blemas hasta la cumbre del Coriscao (15 min), donde nuestro horizonte se amplfa para englobar los tres macizos, de Picos, el central y el accidental en particular. Ademés de esto, tenemos la ‘calda vertiginosa hacia el valle de Lié- bana, y un panorama muy completo de las cumbres de la mitad oriental de la Cordillera, y de nuevo no sentimos ampliamente recompensados por nuestro trabajo. Bajando cémodamente en direc- cin oestenoroeste, seguimos el limite entre Cantabria y Ledn para llegar al puerto de la Vega de Arriba (25-30 min). El nombre parece referirse alas majadas que pasamos al subir por el valle Luciana, situandose el puerto jus- to encima de la més alta de ellas. Sin pérdida alguna continuamos por el Ii mite de provincias y del Parque Na- cional de los Picos de Europa hasta el Pt.2099 (30 min), un pico sin nombre por encima de los puertas de Salvarén, Es dificil entender emo un sitio asino tiene nombre, con las vistas que offe- ce, aunque lo que todos entenderemos 6.12.Coriscao (Portilla de fa Reina) | perfectamente es el cambio de tipo de Toca en este punto, Las rocas del Co- ‘ao seven reemplazacdas por una es- Uecha y entretenida cresta de caliza que nos conduce sin pérdida hasta otra Cumbre sin nombte-sin nombre en el mapa del IGN, se entiende-, No obs- tante, algunos pobres hombres el Pt. 1979 (45-50 min) les tiene que haber quedado grabado en la memoria para siempre, Los mutos y trincheras que adornan la cumbre son un recuerdo indeleble de la guerra civil, como los que encontraremos en el Amargones (Ceuta 4.12), yen otros muchos puntos dela Condilicra. Bajamos ahora por una pendiente pronunciada para ganar un estrecho collado desde donde podemos seguir pore limite de provincias en armonfa con lo anterior, 0 ctuzar directamente en direccién noroeste para llegar igual mente al Collado de Somo (25-30 min), $dlo nos queda bajar por el valle del arroyo de Mostajal. Ya no quedan mostajos, el érbol que da nombre al si- tio, Es una pena, pero atin sin ellos el valle resulta muy atractivo, y nos guat- da todavia una sorpresa que nos ven- ard de maravilla en un dia de calor, ‘Nuestra salvacién, sillegamos con mu- cha sed a este punto del recorrido, queda a mano derecha casi al final del valle, que termina poco después en la carretera desde Portilla al puerto de Pandetrave (45-50 min). El coche no queda lejos, aunque si de verdad hace calor hay un pozo con jacuzzi amano derecha en el Pk.7 vinta de Leon _ 6.13.Pea Prieta (Udnaves dea Reina) | EBS & 8¢ ae g ja Pec ‘ B fer be 43 eee Se. tag — | ; aa 23| | ae “Ascendiendo al Mojén Tres Provinclas desde el Boquerén de Bobias 6.13, Pefia Prieta (2575 m) desde Llénaves de la Reina Panna Boao te Y ‘— £1 Boquerén de be Peria Prieta, el Curavacas y el Espigiiete constituyen un triunvirato de montanas eldsicas en esta zona oriental de la Cordillera Cantabrica, pero a diferencia desu esbeltas comparieras, que pueden verse desde cerca o desde sorprendentemente le- jos, Pena Prieta resulta muy dificil de ver, incluso estando en la propia cumbre. Es- 10 encierra una paradoja de gran magnitud, porque si tenemos en cuenta Io es- condidiza que es, las vistas que nos ofrece nos parecerdn imposibles. Por supuesto, panordmicas tan completas de toda la zona oriental de la Cordillera no se rega- lan, y la ascensién a la Pena Prieta es larga, hdgase por donde se haga, aunque nunca parece ni aburrida ni penosa. De hecho, para cualquiera con un conoci- ‘miento bdsico de la geologta, resulta de lo mds interesante por la variedad de ti- pos de roca que se encuentran, mientras para los demas, especialmente siguiendo la ruta que se describe aqui, es una ruta de sorpresas a medida que se va desve- ando la cumbre. Pefia Prieta es, en definitiva, una de las grandes cumbres de la peninsula ibérica, y una ascensién obligada dentro del marco deesta guta, a Hoyas de Santiaguin lavayiés de a Reina os Lav Punto de partida:A Liénavesselle- yuna pista arranca de frente para ga desde Riafio por la N-621. Justo al adentrarse en el valle del arroyo del salir del pueblo hacia el puerto deSan__Naranco. Glorio, la carretera gira a la izquierda Mapa: IGN 81-IIl | BB] ovens deteon Distancia: 18 km Desnivel: 1200m Duracién aproximada: 7-9 h Dificultades: La distancia y el des- nivel son importantes y gran parte de laruta transcurre por una zona nitida- mente de alta montafia, con todo lo que esto implica en cuanto a ropa, cal- zado w otras medidas de seguridad en lamontafa Ruta: Arrancamos plécidamente si- guiendo la pista que nos lleva por el va~ Ie del Naranco, Esta palabra se refiere a.una zona de pasto en la alta monta- fia, y de hecho una de las explicacio- nes del nombre del famoso Naranjo de Bulnes propone que fue el resultado de una corrupcién del término naran- con. La idea no es descabellada ls pri- eras exploraciones alpinas de los Pi- cos de Europa corrieron de parte de montaferos extranjeros que, por cul- pa de su limitado dominio del caste- llano, probablemente, desconocian la palabra naranco-. Sea cual sea la ex- plicacién, nosotros comprenderemos perfectamente el significado de la pa- Jabra cuando leguemos a la cabecera del valle, que resulta ser una gran pra dera rodeada de montafias: la Vega del Naranco (35 min). Este nombre tam- bién resulta curioso si nos paramos a pensar en lo que significa la palabra ve- a, pero, en cierto modo, estos enig- ‘mas no hacen més que aftadir riqueza al mundo de la montafa, asf que re- sistimos la tentacién de escarbar mas en el porqué de todo, y seguimos con laruta hacia Petia Prieta A pesar de lo indicado en et mapa del IGN, el primer edificio que encon- tramos al llegar a la vega no es el refu- gio, sino una cabatta, El refugio pro- piamente dicho esté al fondo dela ve- ga. Es propiedad del Tajahierro, un club de montafia de Santander, y de. ‘rds de 61, pero sin sefialar en el 81-111, hay una pista completamente nueva que sube en diteccidn sureste. Cuan- do llega al arroyo de Majarriba (20 min), la abandonamos para seguir por el margen izquierdo del arroyo. Asi, después de un tiempo, legamos al ma- nantial de Vega Rubias (20-25 min), donde el agua mana pura y cristalina de debajo de una gran roca de caliza, Los gedlogos del grupo ya se habran dado cuenta de quela presencia de un, ‘manantial en este lugar no es casual en Jo mas minimo. Los demas encontra- rm una explicacién bastante satisfac- toria para la localizacién de la fuente sireflexionan sobre las permeabilida- des relativas de la pizarras y las calizas Desde el manantial subimos por una ladera de pasto alpino hasta un amplio descanso debajo del Alto del Cubil de Gan (Pt. 2148; 45-50 min), desde donde las vistas del valle de Lig ‘bana hacia el este llaman la atencién. La subida hasta este punto puede pa recer un tanto cansada, pero se hace bastante llevadera si paramos de vez en cuando para contemplar primero el macizo central de los Picos de Europa, yluego el occidental, que poco a poco se van revelando a nuestras espaldas. ‘También mientras subimos podemos dejarnos caer presos del hipndtico tin- ‘tineo de os cencerros: de hecho, la si tuacién porla mafiana temprano pue- de llegar a ser auténticamente idfica, Delo que es la subida fuerte ahora s6lo nos queda la que tenemos delan- te de nosotros para llegar ala cima del Alto del Cubil de Gan (15 min). Corto yentretenido, este tramo nos deposita ‘en una cumbre poco vistosa pero con muy buenas vistas. También en este momento es la primera vez.que logra- mos ver con claridad la cima de Pena Prieta, yesto nos animaré a recorrerla cresta que nos separa del Mojén delas, ‘Tres Provincias (25 min), nexo entre Palencia, Leén y Cantabria, con ale- sifa, Esta arista es toda una lecciGn de geologfa, tanto por las lagunas y otras, formaciones glaciares que aparecen a cada lado, como por los tipos de roca encontrados. Estos cambian una y otra vez, y los cambios se repiten de nuevo durante los tiltimos minutos antes de llegar a la cumbre de Pefia Prieta (25- min), de donde tenemos uno de los ms completos ymas soberbios pano- amas de toda la Cordillera, como yase apunté en la introduccién de la rata. Pefia Sagra, el Curavacas, el Espi- giiete, Pefia Corada, Pefia Ubifia, los Picos de Europa y un sinfin de cum- bres menores: es casi imposible no in- vertir una hora o mds en este hugar tan privilegiado, pero cuando llegue el mo- ‘mento, volvemos sobre nuestros pasos hhasta un punto justo al norte del Tres 6.19.Pena Prieta Uinaves deta Reina) | EES) Provincias. Aqui una magnifica pedre- ra de un granito rojizo nos facilita el descenso hasta la pequenia laguna gla- iar en el fondo de Hoyo Empedrado (60-60 min), donde de nuevo nos pue- den invadit las sensaciones de idilio ‘que inspiran estos parajes. Duraré po co, por desgracia, porque nada més pasar la laguna encontraremos una es- ‘cena que resume con fuerza la contra dictoria relacién de los humanos con su entorna. La escombrera que nos ve- mos obligados a cruzar es de una anti- ‘gua mina de volframio, En la segunda guerra mundial este mineral era im- prescindible en la fabricacion de pro- yectiles, y aparentemente el régimen franquista lo exportaba al Tercer Reich. Alotro lado de lacicatriz tomamos la pista que baja por el valle de la Lecha- da. Si tenemos quien nos recoja al final del valle, donde la pista lega ala N-621 justo al suroeste de Portilla de la Rei na, ésta es la forma més atractiva de ce- rar el dfa. De no ser asi, después de unos 15 minutos abandonaremos la pista para remontar hasta el Boquerén de Bobes (35 min) y asi volver prime ro alla vega del Naranco y posterior ‘mente @ Lidnaves (55-60 min) después de un gran dia de montafia. Lacordilleta Cantabrica en la guerra civil Desde tiempos inmemoriales las montafias han constituido uno de los esce- narlos menos cémodos pera mas habituales para las contiendas bélicas,espe- tialmente cuando la fuerza local se ha refugiado en elias, conocedora del te- ‘reno, para, desde la seguridad y la ventaja estratégica que ofrecen,librar una ‘guerra de guerrillas sobre un oponente mds poderoso, quizds, pero muchas ve es menos dgil. Los romanos persiguieron alos cdntabros ya los astures pores- ta Cordillera, yen su momento los moros descubrieron que el desconocimien- to del terreno iba emparentado con la derrota. ‘De estos enfrentamientos ya muy antiguos no queda mucho mds que la le ‘yenda y los escrito de los historiadores. Noes asien cuanto al tltimo.y mds tré- ico de los enfrentamientos librados en la Cordillera Cantdbrica: la guerra ci- vil. Hay restos de las defensas que se cavaron en la rocaen las cimas de muchas ‘montafias de la Cordillera, desdeel puerto de Somiedo hasta el limite con Can- tabria, La Cordil ra Cantabrica en la guerra civi (Claudia Blanco) La cornisa cantabrica en general, yla provincia de Asturias en particu. lar, fue una de las regiones que con mis intensidad sufrié el drama de la guerra civil espafiola.” Durante los meses que median entre julio de 1936 y octubre de 1937, su territorio se mantuvo escindido en dos zonas an- tagénicas, la republicana y la na- cionalista, Por supuesto, desde los primeros momentos de la contienda, Ia existencia de una zona fiel al go- bierno republican, que comprendia Guiptizcoa, Vizcaya, Santander y As- turias ~excepto Oviedo-, habia sido un inconveniente para Franco, que vefa el frente norte como el campo de batalla idéneo para asestar un duro golpe ala Repiblica. Durante los angustiosos meses en los que la legitimidad republicana lo- {36 subsistir se pueden distinguir tres etapas. Durante la primera de ellas, que se extiende entre julio y octubre de 1936, el desarrollo del conflicto estu- vo determinado por la existencia de dos mticieos favorables a la subleva- cién militar nacionalista. En Oviedo, el coronel Aranda se pronunciaba el 19 de julio, disponiéndose a resistit mientras las milicias republicanas ponfan cerco alla ciudad, mientras en Gijon, el coronel Pinilla, pese a ha- berse sumado al levantamiento, fue derrotado porlas milicias populares, que devolvieron la ciudad a manos republicanas. Larebelidn nacionalista habfa fra- casado, por tanto, en el conjunto de la provincia, y el Frente Popular, que tenia en sus manos practicamente a toda Asturias, perfilaba ya una linea de actuacidn que al sur rebasaba la frontera con Leén, marcada por la Cordillera Cantabrica, y englobaba la zona septentrional de aquella provin- cia. Sin embargo, algo impediala tran- quilidad de1os republicanos:la ciudad de Oviedo no habia podido ser to- ‘mada, convirtiéndose el mito de la capital en una auténtica obsesisn pa- racellos y en todo un simbolo desde este momento della propaganda na- cionalista. Oviedo resists fuertes ques, mientras Aranda se limitaba a esperar el auxilio de columnas mili- tares nacionalistas procedentes de Galicia. En su avance, éstas tomaron Cangas del Natcea, Tineo, el alto de la Cabrufianay Grado, aorillas del rio Nalén, sobre cuyo curso decidieron instalar el frente de contacto, Final- mente, desde El Escamplero, unos [p0cos kilémetros al oeste de la capi tal asturiana, una columna gallega avanz6 hacia la ciudad, abriendo wn ‘Restos de la guerra civilen la ruta 6.12 pasillo de comunicacién con la zona este, Elsitio de Oviedo habia termi- nado. Durante la segunda etapa, entre ‘octubre de 1936 y agosto de 1937, des- tacan dos aspectos fundamentales: la fuerte reorganizacién llevada a cabo en la zona republicana y el reforza- riento de los nacionalistas. La iniciativa de lucha le corres ponderd al Frente Popular; Aranda, por su parte, centrarfa sus esfuerzos en asegurar la defensa del estrecho «pasillo que comunicaba Oviedo con Grado (y por tanto con Galicia) y que serfa objeto de sucesivos ataques por parte de los republicanos. En el frente leonés, éstos atacaron el puer- to de Somiedo y, posteriormente, partiendo de as bases de Quirés yTe- verga, intentaron también algunas FEB ports Constr cantdrica ofensivas en los sectores del puerto ddoVentana, tomando la loma del Re- gafién y los pueblos de Torrestfo y Las Ventas. Es preciso recordar que en el lito- ral eantabrico se mantenfan tres re- uctos leales al gobierno dela Rept- blica: Asturias, Santander y Euskadi Las fuerzas de estas regiones septen- trionales constituyeron el Ejétcito Po- pular Republicano del Norte. Elcuer- po de ejército asturiano cubria el ‘amplio frente que se extendifa desde Ja desembocadura del rio Nalén, al noroeste, hasta los Picos de Europa, al sureste, Controlaba, por tanto, distintos sectores: el que desde Soto del Barco iba hasta el Naranco, el frente de Oviedo, la zona de Trubia, el sector occidental (Belmonte de Miranda), el frente sur (Cordillera Cantébrica, desde puerto Ventana a Cérmenes, en Le6n), y por tltimo, el sector oriental (Picos de Europa) Con el nuevo aio 1937 estrené la ‘Asturias republicana una organiza- cién politica y administrativa, el Consejo Interprovincial de Asturias yLeén (llamado asf porque su drea de influencia se extendia hasta La Ro- bla, en la provincia limitrofe). Una vez ‘més, en lo militar, la ciudad de Ovie- do ibaa concentrar sobre sf todo el esfuerzo bélico del Ejército Popular del norte. Hasta finales de febrero, Oviedo suftié una auténtica oleada de bombardeos, pero cuando las cit- cunstancias eran realmente adversas para los defensores de la capital, una tremenda tormenta de nieve obsta- culizé el ataque republicano. De nue- vols posiciones estaban niveladas y la situacién en Asturias alcanzaba un dificil punto de equilibrio. Sin em- bbargo, otro era ahora el objetivo prioritario de Franco: el Generaltsi mo tomaréladecisién de trasladarel grueso de sus fuerzas a Vizcaya, con To que el peso de la guerra se alejaba por el momento de Asturias, cuyo fu- turo quedaria pendiente del desarro- lo de los acontecimientos en los te- rritorios vecinos. Ast, con la cafda del «Cinturon de Hierro» de Bilbao en poder de las tropas franquistas el 19 de junio de 1937, yconel fin de la re- sistencia de Santander el 24 de agos- to, Asturias quedaré totalmente ais- lada y asediada en el norte. Tras Jos éxitos logrados en Bilbao y Santander comienza una nueva ‘etapa que se desarrollard entre agos- to y octubre de 1937. Los militares franquistas avanzan ahora hacia el que consideran su principal objetivo, laconquista de Asturias, conscientes de la necesidad de lograrlo antes de que las nieblas y las nieves de le Cor- dillera colaborasen muy eficazmen- te con el ejército republicano, que contaba ademés con un mayor co- nocimiento de a agreste orogratfia de la regi6n. El ataque sobre Asturias tendria tres centros neuralgicos: el este, a partir de Santander, por don- de penetraria el general Solchaga, a cuyas érdenes fueron puestas las la- madas brigadas navarras; el sur, pot donde avanzarian las tropas de Aran- da, y el oeste, en la nea del Nal6n, La resistencia mds enconada que en- contraran as fuerzas nacionalistas se localizaré en la zona oriental, en el espacio comprendido entre Llanes y la linea del rio Sella. En septiembre dard comienzo la gran ofensiva: Sol- chaga, con las Brigadas Navarras, se interna por el frente oriental, donde inicialmente lidiard con relativa faci- lidad ante la fragil resistencia que ofrecfan las desmoralizadas unidades republicanas. Fl ataque se produce por dos sectores distintos: porla cos- ta, a través del rfo Deva, y por el inte- rior, en las comarcas de Potes y de Pa: nes, para ganar el acceso al valle del rio Cares. El dfa5 cae Llanes; sin em bargo, en lo sucesivo, la resistencia que ofrecerdn los asturianos ser mu- cho mas fuerte y las Brigadas Nava- rras setdn detenidas en Celorio yen el concejo de Pefiamellera Baja. El avance de Solchaga en los dos secto: res citados aparecia ahora cortado porlla resistencia republicana, por lo ‘que se resolvi6 proseguir ganando las alturas de la sierra de Cuera, que se extiende de este a oeste entre ambas, rutas paralelas. A pesar de que fueron batidas repetidamente por la avia- ci6n nacionalista, las posiciones re- publicanas resistieron con fuerza. Pe fia Turbina se conquisté el 15 de septiembre, y Peftablanca, el 20, pe- ro una Brigada Navarra permaneci6 varios dias detenida ante un lugar de la citada sierra denominado El Ma- zuco, por la tenacidad con que las tropas populares defendian su desti- ladero. El ejército republicano esta- bleci en Llanes su base de opera ciones y El Mazuco protagonizé dos semanas de heroica resistencia, Las fuerzas nacionalistas se apoderaron de la sierra de Cuera, pero la resis- tencia del Ejército Popular no se de- rrumb6, sino que prosiguis con igual enteteza sobre el frente definido por el curso del rio Bed6n. El Pico Ben- La cordillera Cantabrica en la guerra ci (a aia, Cabeza Limpia, el Hibeo y Los Molinos fueron los siguientes hitos ue marcaron la vigorosa defensa re- publicana, Por la costa, una brigada navarra lleg6 a Ribadesella y, al no poder atravesat elrio, por haber sido volados sus puentes, centré sus es- fuerzos en dominar la orilla derecha del ella yen desplazarse hacia el sur para enlazar con las fuerzas que, por ¢linterior, progresaban sobre Cangas de Onis a través del valle abierto en- tte los Picos de Europa y el cordal de Cuera, Las brigadas navarras prosiguie. ron suavance porel este, coronando las alturas que dominaban elvalle de Covadonga, De all se dirigieron ha- ccia Cangas de Onis, donde entraron el dia 10 Enel frente leonés se actus el 9 de septiembre con un doble plan: por un lado, obtener el dominio de la carre- terade Pola de Gordén y, por otro, to- ‘mar la base meridional del puerto de Pajares. Los republicanos decidieron Iuchar en el campo més ventajoso pa- raellos, aunque eso supusiese ceder- le terreno al enemigo, y acardaron el repliegue de sus tropas sobre la Cor- dillera, estableciendo la linea de re- sistencia en lazona de Busdongo, cer- a del puerto de Pajares. La defensa se centr6 en puntos como Pefta Ubi- fia, Cueto Negra y Petia Celleros, pe- ro elesfuerzo de las milicias no pudo impedir que los niicleos que conce- dian el dominio de Pajares fuesen ca- yendo en manos nacionalistas. Dominada ya la cara meridional de dicho puerto se decidi finalmen- te invadir la Cordillera Cantabrica atacando poreel este, con dos colum- FE ore coritra cantrica nas cuya misidn era ocuparlos puer tos de montafia de‘Tarna y de San Ii dro, La primera, tras superar la fuer- te resistencia hallada en la sierra de Mataporquera, ocupé el alto del puerto de San Isidro el 4 de octubre. La segunda, hubo de enfrentarse @ tuna firme defensa del puerto de'Tar- na por parte delos republicanos. Pe- se a todo, el 7 de octubre Tarna cayé en poder de las tropas del general Aranda, suftiendo una oleada de bombardeos que dejé al pueblo com pletamente arrasado, sumido en una situacidn de destruccién general da muy similar ala que se vivi6 en el famoso bombardeo de Guernika y cuya huella, atin hoy visible, es un va- lioso testimonio de la crueldad de los enfrentamientos. La Asturias frentepopulista co- menzaba a desplomarse, cundia el desaliento y las deserciones se sui dian. Los combatientes estaban des. moralizados y totalmente agotados. B17 de octubre, ante la penosa si- tuacién, el Consejo Soberano consi deré que toda resistencia era ya ini- til y acordé (pese a la negativa comunista) preparar la evacuacién partiendo de los puertos de Gijon y Avilés, El mar era la tinica salida Bibliografia recomendada ‘Muniz, Oscar: Asturias en la Guerra Civil, Coleccién Popular Astu- riana, aso, Angeles: Un largosilencio, Bar- celona: Planeta, 2000. Luanazanes, Julio: Luna de lobos, Bar- celona: Seix Barral, 1985~ “Estos episodios finales dela guerra son Iticidamente narrados por Angeles Caso en sunovela Un largo silencio (Planeta, 2000), en la que la autora retrata con gran realismo ta cruel derrota sufrida por los republicanosa través de la mirada desolada de una fami- lia de mujeres que emprende el duro camino de regreso ala ciudad que un dia se vieron ‘obligadas a abandonat. * Hay restos de la guerra civil en forma de trincheras 0 muros de protec- ién para las ametralladoras en las montafias ascendidas en las rutas 4.1 5.11, 68, y 6.12 (N. del A.) | 7. Oriente de Asturias Descripcion Como se explica ena seccién sobre Ja geologfa (3.2), el rejuvenecimiento del relieve que suftié la Cordillera Can- ‘abrica araiz de la orogenia alpina fue més importante en el este de la Cordi llera. Este hecho se hace palpable en este sector quizés més que en ningdin otro, y de hecho el Pico Torres es lo mas, aproximado al clésico horn de los al- pes europeos de todo lo que hay en la Cordillera ‘Tes profundos valles, los de los rios Aller, Nal6n y Sella, dividen la mitad sur del sector yle aportan una marcado ca: récter, donde toda actividad supone la superaciGn de importantes desniveles yyfuertes pendientes. Nada que ver tie ne esto con los suaves relieves de occi- dente de la Cordillera: las cuencas al- Elrfo Sella transcurre por el imponente desfiladero de las Beyos ta5, tanto del Nalén como det Sella, for- man desfiladeros tan agrestes que atra- vesarlos de un margen al otro a pie nos resultaria casi imposible. Pero ademas de rutas como la Pefia Salén, que nos lleva al borde del mismisimo abismo, la travesfa del desfiladero de los Arru- dos nos sumerge en lo mas profundo del terreno, que legamos a conocer por fuera y por dentro, Por otra parte, la orogenia alpina antes mencionada también fue res- ponsable dela creacién de una serie de sierras costeras, ydos de as rutas de es- te sector nos llevan a cumbres empla- zadas en ellas: la 7.11, al Pienzo, y la 7.12, al Hibeo, Alejadas del cordal prin. cipal de la Cordillera, ambas cimas constituyen excelentes miradores no slo sobre las cumbres de la mitad nor- FED vente de asus occidental de fa Cordillera, sino tam- bin sobre los Picos de Europa, que se ;nterponen entre las sierras y la mon: (afia palentina hacia el sureste. Naturalmente, dado el lor paisajistico que tiene todo el sector, se han declarado dos espacios prote- gidos en el sector, el Parque Natural de Redes, el mayor, y el Paisaje Protegido de la Sierra del Sueve, Ademés, se su- pone que el concejo de Ponga, de don. de sale nuestra ruta al Tiatordos, pron- to se una al parque de Redes, y ast cenlazar con el Parque Nacional de los Picos de Europa en el concejo de Sa- jambre. imo va- ‘Comunicaciones Lacontraprestacién de una geogra- fia tan espectacular, pero ala vez tan ac- identada, es una dificil comunicacién. Alvalle del Aller, por ejemplo, podemos. acceder a través de la autopista A-66 y 1a AS-112 y la AS-253, o podemos eru- zar desde Le6n por el puerto de San Isi- dro, De la misma manera, tenemos ac- ‘ceso al valle del Nalon desde cerca de Oviedo por la AS-17, 0 desde Puebla delillo 0 Riafo, en Lesn, pore puerto de ‘Tama y la AS-17. Para las rutas en las sierras costeras 0 alrededor del rio Se~ lla, bajaremos desde Riafio por el puer- to del Pontén siguiendo la C-637, 0 po- demos acercarnos desde el centro de Asturias por la N-634, Bases, servicios y alojamientos ‘Obviamente en un sector de tan di- ficil orografia no existe una sola base pata las actividades, y al final es posi- ble que optemos por estar sélo uno 0 dos dias en cada subsector. Para el va- lle det Aller, el pueblo de Felechosa tie ze mucho a su favor, mientras para las rutas del valle del Nalén cualquier pueblo entre Rioseco y Bezanes en la AS-17 nos servirfa. Tanto Cangas de Onis como Arriondas son una buena opcién para realizar cualquiera de las rutas de las sierras costeras o del con cejo de Ponga. ‘Todas estas bases cubririn nuestras necesidades en cuanto a servicios, y como ya se comenté en ta introduc- cidn el sector del occidente de Astu: rias, Ia regién tiene una amplisima oferta de alojamientos rurales de todo tipo. Lo que no hay en este sector, al igual que en el otro sector asturiano, son campings. Aquinos vemos obliga- dos a escoger entre uno cerca de Can- gas de Onis oel camping municipal de Arriondas Para informacién actualizada de alojamientos se puede escribir al Gobierno Regional del Principado a través de la Sociedad Regional deTu- rismo: Sociedad Regional de Turismo Burriana, 1, bajo 33006 Oviedo Asturias Tel: 985 27 870 No obstante, una de las formas més interesantes de conocer la oferta, ein- cluso realizar una reserva, es a través de Internet: www.infoasturias.com wwwasturiasrural.com ‘wwwasturnor.com, ‘También se puede buscar en dos paginas de mbito nacional: www.toprural.com wwweproecorural.com ‘Mapas esenciales (Todos de la serie 1:25.000 del IGN) 30-11 31 531V 54-1, 54-11, 54-11, 54-1V 55-1 7941, 79-111 80-1 gratia * Guia del Parque Natural de Redes. José Félix Garefa Gaona, Gijén: Trea, Sencilla, pero ala vez bastante com- pleta, Ademas de secciones espeefficas sobre el clima, la flora, la fauna, eteéte- +a, del parque natural, la guta nos ofte- ‘ce dos itinerarios en coche y ocho apie para que conozeamos a fondo este her- moso y agreste espacio protegido. + Las 100 montafas mds guapas de Asturias. Angel Fernandez, Ortega. Gijén: Trea, 1997. vient de ait Otra guia préctica, aunque ditigi- da totalmente al montafero, lo cual no nos puede sorprender dada la tra- yectoria del autor, uno de los monta- eros mas conocidos del Principado de Asturias. Con mapas de cordales y un texto que revela el profundo cono- cimiento del autor de las rutas descri- tas, el libro da acceso a muchas otras montafias asturianas para los que quietan protongar su estancia en el Principado, * Alta Montaha Ibérica. Luis Alejos. Bilbao, 1991. Una publicacién de la Federacién Vasca de Montafiismo que abarca toda la Cordillera Cantébrica, incluyendo los Picos de Europa. Es muy completo en cuanto a las cumbres de la Cordillera, Yyha sido una fuente de inspiracién pa- ramuchos, pero slo alguien que se de- dicara a estas montaiias por completo tendtria tiempo de recorrerlas todas. Por otra parte, las nuevas zonas protegidas hhacen que algunas rutas ya no sean po sibles de realizar sin infringir la nor- sativa vigente. FEB vente de asuas a o ad Ponti Fin 110 Puente Vidosa 18 Boley Tiatordos 13st u ‘alos Arrudos ena Nanay ees Cajargayos Caleaa! Rowen ‘ ve 71.Pico Totes (puerto de san do) | EEE tems Pico Torres desde el Pleo Cascayén 7.1, Pico Torres (2100 m) desde el puerto de San Isidro Esta esbelta y tamativa cumbre se deja ver desde muchos sitios en la mitad orien- tal de la Cordillera Cantabrica. Con una estructura bastante parecida a los fa- ‘mosos horn de los Alpes, de los cuales el Cervino o Matterhorn se ha convertido enel imbolo del alpinismo europeo, el Pico Torres es de las cumbres més atracti- vas de toda la zona, tanto en invierno como en verano, Por desgracia, la mayoria de los pretendientes suben y bajan por el mismo sitio, lo cual reduce mucho el tiempo invertido en la actividad, pero empobrece bastante la experiencia en su conjunto, Como el montanismo no puede, o por lo menos na deberia, reducitse a la conquista de la cumbre, y ha de entenderse como una relacién con la monta- fia en todas sus manifestaciones, la ruta que se presenta aqui ofrece un recorrido mucho més completo. Punto de partida: La Urbanizacién Mapa: IGN 79-1 & 79-IIl (Hay un San Isidro, un aberrante intento de trasladar arquitecturas y comodidades propios de otros lugares alo que antes era un paisaje alpino de primera, que- da.a dos kilmetros del puerto de San Isidro porla parte de Le6n. Hay abun- dantes sitios donde dejar el coche. tramo de unos 300 m en el 79-11) Distancia: 16 km Desnivel: 1150 m Duraci6n aproximada: 7-8 h Dificultades: Salvo por el descenso desde la majada Torres hasta la Urba- nizacién San Isidro, la navegacién no me iene Pico Foracada “ai La nipaone a Picota las Hazae on snazas Lae Haze Urbanizacion la Raya 5 presenta problemas. El tramo central delaruta sigue una cresta de alta mon- tafa, no obstante, tanto la subida a la cumbre del Torres como la bajada por Ja canal este recorren un terreno don- dese requiere una minima soltura tre- pando y destrepando, Ruta: Salimos desde la urbaniza- cin en direccién este por la LE-332. Enuna curva pronunciada en la carre- terasale ala izquierda una pista quese adentra en la vega de Wamba (12-15 in), Para mucha gente esta pista es el camino de Wamba, aunque cada dia son menos los que saben que Wamba era uno de los reyes de la monarquia ‘goda del siglo vt. Tampoco se suele sa- ber que originalmente el camino ser- via a los romanos, y que en tiempos sms cercanos funcionaba como cami- no carretero entre la Venta de San Isi- dro y la aldea de La Felguerina en el concejo de Caso. A veces, con la vista cegada por la carretera de asfalto, se 1nos hace dificil entender el porqué de estos caminos, pero mientras vayamos subiendo por la pista podemos tratar de imaginar la escena hace un siglo o dos, con los artietos yendo y viniendo con sus mercancias. Después de un cuarto de hora por la pista legamos a un punto donde de- jade ascender y podemos parar para estudiar el terreno, Alnoreste se alza la mole de la pea del Viento, al oeste de Jacual, cast visible, estéel Collato Ace- bal, que es adonde nos dirigimos. Ala izquierda del collado vemos el Pico Cascayén, la primera cumbre en el gran cordal que avanza en direccién suroeste hacia el Torres, que en este 74.Peo Tos (ouerta de Son iro) |) unto se esconde, y de hecho no se de- javer hasta media hora més tarde, us- to antes de cruzar el Collado Acebal (60-55 min), La pista termina al lado de una cabatia, pero lo que nos lama- x4 la atenci6n, sin duda, es el impro- sionante panorama por encima de Braftagallones, con el Tiatordos y los Picos de Europa como telén de fondo. Por encima de nosotros nos espera Ja cumbre del Cascayén, al que acce- demos subiendo primero por la iz~ quierda de una antigua escombrera pa- racruzar luego hacia el noreste yganar lun pequefto collado al este de la cum- bre. El Pico Cascayén (25-30 min) es de las cumbres que no figura muy arri- ba en las prioridades de nadie, pero que ofrece vistas tan estupendas como ‘cualquiera de sus vecinas mejor cono- cidas: el Rettién, la sierra del Aramo, Ubita, el Estorbin de Valverde, el Pico > Torres, el Pico Faro, el Toneo, el Susa- r76n, a Rapaona, el Espigiiete el Cura- vacas, Ten, Pilefies y Picos de Europa; aunque el tiempo fuera a cambiar ra- dicalmente en este momento y echar- nos abajo, el dia nosha recompensado ampliamente con estas vistas. Desde la cumbre bajamos sursu- roeste por brezos hasta el Pt. 1778, ini- iamos la marcha por el cordal que al final termina en el Torres. Cruzando la Raya la Bueya, subimos al Pico Arenal (35-40 min), Desde aqui hacia el sur ‘vemos la Urbanizacién San Isidro y el valle del Arroyo del Llagu, por donde bajaremos més tarde. También desde aqui tenemos un dominio excepcional del desfiladero de los Arrudos a la de- recha. Con un ambiente muy alpino el cordal nos conduce por una y otra de FED ovine de asus las cumbres intermedias, el Pico Val- ‘martin (20-25 min) y el Vallinas de To- res, hasta que nos encontramosal pie de la arista este del Torres. Ahora abun dantes pequeiios hitos nos gufan por una senda bastante evidente, que tra- baja principalmente la vertiente dere- cha de la arista antes de desembocar de forma repentina en la cumbre del Pico Torres (70-80 min), donde de nuevo podemos disfrutar de una envi- diable panorémica, Iniciamos la bajada por el mismo si- tio por donde subimos, pero después de unos 4 minutos vernos una gran ca- nal pedregosa a la derecha y entramos enella, Lacanal se estrecha ala mitad, yeldescenso de esta seccidn intimida desde arriba, pero, como muchas ve~ ces ocurre, resulta mas fécil de lo que parece. Al salir de este wembudoy ve- ‘mos a nuestros pies la majada deo. rres. Podemos bajar directamente a ella o rodear la base de la montafia ha. iala derecha y ast ganar un amplio co- llado de hierba, cl Pt. 1868. Desde aqui egamos a la majada en seguida (25 min), Desde una cabafia nos dirigimos inicialmente hacia el este, pero des. ppués de unos 100 m giramos sursures- te para ganar un collado al otro lado de tun hoyo. Desde el collado vemos al fondo el Mampodre, y a nuestra espe das el Torres se alza majestuoso, Solo nos queda bajar hacia el sursureste (hi- tos) y luego al este para entrar en la parte alta del arroyo del Llagu, que nos levaré directamente ala Urbanizacién San Isidro (45-50 min) y al final de un dia trepando por las alturas de la Cor- dillera Caballo en el collado de ta Valencia _ j ae 2a.nesinén elechosa) [ERE] Paisaje tipico de la Ruta allerana de las Brafas 7.2.Retrifion (1862 m) desde Felechosa Desde hace una década ta Vocalia de Senderos de la Federacién de Deportes de ‘Montafa, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias viene marcando ca- ‘minos con el deseo de fomentarel montahismo en la rein, Esta prdctica daa co- nnocer aun puiblico mas amplio sitios que de otra forma sélo serian visitados por ‘montafieros locales. Nuestra ruta hasta la cumbre del Rtritén aprovecha en bue- nna parte el PR AS-30, la llamada Ruta allerana de las brafias, uno de los primeros PRen sefalarse en la region, La cumbre en sies uno de los puntos mus destacados enel cordal que, desde el Pico Torres por encima del puerto de San Isidro, avanza con fuerza hacia el noreste para terminar en Pefta Mea. La altura y siruacién del Retritén lo convierten en un baloén natural, pero a ruta se recordard tanto mds ppor la variedad de sus paisajes que por la vistas desde la cumbre. Punto de partida: Felechosa es el «ikimo pueblo de importancia en el va- lle del rio Aller, y el primero que al- canzamos si bajamos del puerto de San Isidro por la As-253. En el medio del pueblo, donde la sucursal del Ban- co Herrero, sale hacia el estenoreste una calle que nos lleva hasta la ermita de la Virgen de la Antigua, donde de- jamos el coche. Mapa: IGN 79-1 Distancia: 16 km Desnivel: 1350 m Duracién aproximada: 7-8 h riente de Asturias Z< snuwo neva “tMojeda el Otero, Dificultades: Al ser un PR la nave- gacién no presenta demasiadas difi- cultades, Sin duda alguna, para mu- chos el problema principal sera remontar la interminable ladera roco- ‘8a que separa la vega Valencia de la cumbre de la montafta. Son 560m de subida en 1200 m de progtesién, y no da tregua, Ruta: Desde la ermita tomamos el camino carretero que avanza en di- reccién norte por el valle de Fresne- do. El camino sube por el margen iz- quierdo del rio entre castafios y avellanos, cruza al otro margen du- rante unos minutos y luego vuelve de nuevo a la izquierde. Cuando ega- ‘mos a una bifurcacién importante (30 min), tomamos el ramal de la dere- cha, que en seguida nos ofrece una vista muy atractiva del valle del Aller, con la atractiva forma de Pefia Redon- daal fondo. Cuando el camino sale de entre los muros de las fincas (10 min) y se divi- deal pie de un pequefio espolén roco- 0, tomamos el camino de la izquier- da, que pronto se estrecha antes de girar hacia el noroeste. Pasamos al la- do de una serie de tres cabafias y en- ‘ramos en un corto desfiladero forma- do por placas de cuarcitas. La salida de ‘ste merece un descanso pata poder apreciar la vista hacia atras y las cum- bres altas de la Cordillera, para re- ‘montar luego lo que nos queda antes de coronar la amplia y hermosa colla- dade la Felguera (45-50 min). ‘Aqui encontraremos una enorme piedra con flechas marcando los ca- ‘minos que parten de la collada. Si- 7.2.Retrinn (Fetechosa) | guiendo la indicativa para «Cuevas», avanzamos en direccién estesureste entre acebos y escobas. Esta seccién nos ofrece una buena panordmica de laparte alta de la ruta al Pico Trigueiro (véase ruta 7.6), y termina en la colla- dade laValencia (10-12 min), que nos sorprende con la inconfundible silue- ta del Pico Torres hacia el este. Bs un buen momento para los aficionados de Ja fotografia, ya que tienen una buena disculpa si deciden aplazar el sufti- miento que les espera. Por encima de nuestras cabezas sube sin piedad la ‘cuesta que nos separa dela cumbre del Retrifi6n (70-80 min). La recompen- sa, por supuesto, es tan completa co- ‘mo la satisfaccidn que sentimos al le- gar arriba, y a la cual tenemos que afiadir el placer de los excelentes pa- noramas: al oeste, la sierra del Aramo yelmacizo de las Ubitias; al suroeste, Jas cumbres de la Cordillera; al sur, el cordal de la sierra de Ajo, y @ nuestros pies, el abismo de los desfiladeros del Alba (noroeste) y de los Arrudos (este). Desde la cumbre bajamos hacia el sur por una pendiente bastante fuer- te que desemboca en la majada de Otero (40 min), donde hay una fuen- te para quitarnos la sed que traeremos ‘con nosotros. Luego retomamos la ru- ta seftalada y, pasando las cabafias de Sordaliegas, cruzamos un pequefio arroyo, giramos estesureste inme- diatamente después, y subimos entre acebos y escobas gigantes para alcan- zar el Collado Tabierna (20-25 min), donde el camino principal s el este y el Collado de la Piornosa. Nosotros, en cambio, bajamos por la zquierda de un prado que luego aban- | Oriente de Asturias donamos para ir a buscar el camino as abajo entre los acebos. Donde los acebos hay seitales del PR, y desde este punto la senda baja y ccruza dos arroyos antes de empezar a Manear en direccién sur y paralela al arroyo principal. Unos pocos minutos as{ nos llevna a un punto con vistas a una bonita cascada, ¥ otros cinco nos dejan en un hombro por encima de una gran ladera pedregosa (15 min) Esta pequefia atalaya nos ofrece una vista de pajaro del valle del Aller, con la sierra del Aramo y la Mostayal (véase ruta 5,9) en la distancia hacia el oeste. Siguiendo una buena senda baja- ‘mos la ladera y cruzamos el Cuervo, un arroyo que con frecuencia se en- cuentra seco, Luego entramos en un hayedo donde aprovechamos una vie- japista quesubey todea el monte que tenemos a mano izquierda. Cuando empezamos a salir del bosque llega- mos aun cruce, lacollada de Navalloz, (80 min). Aqut las sefiales del PR indi- can que hay que remontar hacia laiz- quierda (sureste). Esta opcién nos le- vard a Cuevas, en la AS-253, donde ter- mina el PR, pero como tenemos el coche en Felechosa, la ignoraremos y tomaremos el camino de la derecha, pasando por una pequefia portilla ris. tica. Ahora el camino se estrecha y baja allado de una finca, Después de unos 5 minutos por el camino, y 50 m mas bajo de una cabafia, giramos a la de- recha para tomar un camino por el margen derecho del reguero Cellero, Siempre ala derecha de las fincas que ‘ocupan el fondo del valle, avanzamos hacia el oestenoroeste por un camino de lo mas apacible, que al final termi- ‘nan una pista bastante modema (35- 40 min). La pista sefiala la vuelta ala realidad, cosa que lamentard nuestro corazén, aunque durante los 40 a 45, minutos que nos separan de Felecho- sa siempre podemos repasar los mo. ‘mentos més placenteros del dia, ee 73.eha Mea (Les Campes) | ERE Penta Mea desde Pola dle Laviana 7.3.Pefia Mea (1561 m) desde Les Campes Parafraseando la magnifica pelicula del actor americano Dustin Hoffman, po-

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