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Geshe Michael Roach a A TALLADOR DE — aa os . DIAMANTES MICHAEL ROACH ha vomade lis érdenes de monje budista; recibié su titulo de gece (maestro de budismo) en el monasterio tibetano Sera Mey, luego de veintidds afos de estudio, Ensefia budismo desde 1981; también es un erudito en sdnserito, tiberano y Tuso, y ha traducido numerosas obras, Geshe Michael se recibié en la Universidad de Princeton y trabajé en New York como director de una gran empresa dedicada al negocio de los diamantes durante muchos afios. Fundé y dirige el Asian Classics Institute (Instituto de Clasicos Asiiticos) y el Assian Classics Input Project (Proyecto de aportes de clasicos asidticos) y. ha tenido una activa participacién en la restauracién del monasterio de Sera Mey. Vive en la ciudad de New York, Estados Unidos. iL ENLIGHTENED BUSINESS INSTITUTE (EBI) Geshe Michael Roach fundé el EBI para crear y preservar las herramientas y la capacitacién para empresarios, a fin de transmitir los principios provenientes de EV tallador de diamanies en \a practica cotidiana de los negocios. Puede contactar al EBI visitando su pagina web en: www.enlightenedbusiness.com relacionado co el manejo de EMPRESA Geshe Michael Roach EI tallador de diamantes Buda relacionado con el manejo de sus negocios y su vida @kier 100 aiios de Sabidurtas Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorizacién escrita del editor, queda prohibida la reproduccion total o parcial de esta obra por cualquier medio -mecanico, elactronico y/u otro- y su distribucién mediante alquiler o préstamo publicos. ] Roach, Michael | El tallador de diamantes / Michael Roach ; dirigido por Gastén Colomé. - 1a ed. | 1a reimp. - Buenos Aires : Kier, 2011. 240 p, ; 23x16 cm, - (Kier Empresa) Traducido por: Graciela Perillo ISBN 978-950-17-3105-7 1. Administracién. |. Colomé, Gastén, dir. II. Graciela Perillo, trad, Ill, Titulo CDD 658 Titulo original en inglés: The Diamond Cutter Copyright © 2000, Geshe Michael Roach Publicado por Doubleday, una divisién de Random House Inc. Esta traduccion fue publicada por acuerdo con The Doubleday Broadway Publishing Group, una divisién de Random House, Inc. Director de la Coleccion: Dr. Gastén Colomé Traducci6n: Graciela Perillo Disefio de tapa: Asesorla Editorial Correcién: Argelia Perazzo Olmos Diagramacién: Mari Suarez LIBRO DE EDICION ARGENTINA ISBN 978-950-17-3105-7 Queda hecho el depdsito que marca la ley 11.723 © 2011 Editorial Kier S.A., Buenos Aires Av. Santa Fe 1260 (C 1059 ABT) Buenos Aires, Argentina Tel: (54-11) 4811-0507 Fax: (54-11) 4811-3395 www.kier.com.ar - iInfo@kier.com.ar Impreso en la Argentina Printed in Argentina Palabras preliminares a la presente Coleccion Nuimeros que no cierran, sensacién de que todo es urgente, equipos de trabajo disfuncionales, personal estresado y gerentes agobiados por jornadas laborales interminables, niveles de desempefo por debajo de la media esperada, etcétera... Estas problematicas que todos conocemos son las que generan el marco en el que la coleccién KIER EMPRESA nace. Cuando los viejos paradigmas caen por su ineficacia, cuando los tradicionales manuales de liderazgo, coaching y management se vuel- ven obsoletos, cuando hemos probado las mil y una formas de moti- var a nuestra gente y nada parece dar resultado para levantar unos huimeros que contintian cayendo en picada; se vuelve imperiosa la nece- sidad de recurrir a nuevos enfoques y miradas alternatiyas (lo cual no implica que mas de una vez debamos volver sobre nuestros pasos hacia aquellos clasicos que sf lograron demostrar su eficacia atin tras el paso del tiempo} pensemos, por ejemplo, en los textos que nos legé Sun Tzu). Con esta premisa en mente, convocamos a profesionales de destaca- da trayectoria y excelente curricula, con el objetivo de presentar nuevos textos, que —trabajando con clisicas problematicas de la empresa— ofrez- can herramientas creativas ¢ innovadoras para su solucién. Nuestra misidn es ofrecer al mercado un producto que —sin caey ery la repeticién de viejas formulas— gule, facilite ¢ incentive a afrontar los continuos procesos de cambio, poniendo al alcance del lector teorfas apli- cables y probadamente efectivas. A las puertas de un sigho XXU demandante de exeelencia, con com- paiifas que deben aleanzar altas expectativas en un contexto global, esta 6 / Eltallador de diamantes nueva coleccién resulta una inmejorable alrernariva para la solucién de los problemas que ayer y hoy aquejan a las empresas y a las personas que las componen. Dr. Gaston Colomé Director de la Coleccién KIER EMPRESA ProLoco WV Buda y los negocios En los diecisiete afios que transcurrieron entre 1981 y 1998, tuve el honor de trabajar con Ofer y Aya Azrielant, propietarios de Andin Inter- national Diamond Corporation, y con el personal clave de la compafifa para construir una de las empresas mds grandes del mundo dedicada al negocio de los diamantes y la joyerfa en general. La firma empezé con un préstamo de cincuenta mil délares y sdlo tres o cuatro empleados, entre los que yo estaba incluido. Al momento de retirarme, para dedicarme por completo a la actividad de capacitacién en el instituto que habfa fundado en Nueva York, nuestras ventas excedfan los cien millones de délares estadounidenses al afio y contaba con una dotacién de personal de quinientos empleados, con oficinas en todo el mundo. Durante mi permanencia en la industria de los diamantes tuve una doble vida. Siete afios antes de ingresar en el negocio, me habia graduado por la Universidad de Princeton con diploma de honor, y antes habfa recibido la Medalla Presidencial al Mérito otorgada por el Presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca, y el McDonnell Scholarship Prize del Woodrow Wilson School of International Affairs, de Princeton. Una beca de esta facultad me permitié viajar a Asia para estudiar con los lamas tibetanos en la sede de Su Santidad, el Dalai Lama. Asi empez6 mi formacién en la antigua sabiduria del T(bet, que culmindé en 1995, cuando me convert en el primer estadounidense que completé veinte aftos de estudio y exdmenes rigurosos, exigidos para obtener el antiguo grado de geshe o maestro de los conocimientos budistas, He vivi- do en monasterios budistas, tanto en las Estados Unidos como en Asia, desde que me gradué en Princeton, y en 1983 hice los yotos de monje budista. Una vez adquirida una sdlida base en el entrenamiento como monje budista, mi principal maestro —que se llama Khen Rinpoché o ‘Preciado Abad'— me alent6 a ingresar en el mundo de los negocios. Me dijo que, si bien el monasterio era un lugar ideal para aprender las grandes ideas de la sabidurfa budista, una atareada oficina estadounidense me brindarfa el “laboratorio” perfecto para poner a prueba verdaderamente estos ideales en la vida real. Durante algein tiempo me resist{, no me decidfa a abandonar la quietud de nuestro pequenho monasterio y me ponfa nervioso la imagen que tenfa en mi mente de los empresatios estadounidenses; codiciosos, implacables, indiferentes. Sin embargo, un dia, después de ofr ami maes- tro en una charla especialmente inspiradora que dio a un grupo de alum- nos universitarios, le dije que aceptaba sus instrucciones y que buscarfa un empleo en el Ambito comercial. Unos afios antes, durante mis meditaciones diarias, habfa tenido una visién en el monasterio y, a partir de esa experiencia, supe qué activi- dad comercial elegirfa para trabajar; con seguridad, tendria que yer con los diamantes. No tenfa ningiin tipo de conocimiento de estas gemas y, en verdad, ninguna atraccién por la joyerfa; tampoco nadie de mi familia se habla dedicado a esta actividad. De modo que, igual que el inocente Candido, empecé a visitar una tienda tras otra, donde preguntaba si al- guien me aceptaba como aprendiz, Intentar vincularse al mundo de los diamantes de esta manera es casi como intentar enrolarse en la mafia, pues el negocio de los diaman- tes sin pulir es una sociedad sumamente reservada y hermética, y tradi- cionalmente esta restringida a los miembros de la familia. En aquellos dias, los belgas controlaban los diamantes de mayor tamaiio, los que tie- nen un quilate © més; los israelfes tallaban la mayorfa de los mas peque= tos, y los judfos jasidicos del distrito de los diamantes de Nueva York, en la Calle Cuarenta y Siete, manejaban casi todo el negocio mayoristaesta- dounidense local. Recuerde que el inyentario total, incluso en las joyerias mas impor- tantes, puede guardarse en unos pocos recipientes pequefos como cajas de zapatos. Ademas, no hay manera de detectar un robo de un millén de délares en diamantes, pues uno puede salir por Ja puerta con un puiiado de estos en el bolsillos nada, ni siquiera los detectores de metales, tiene la capacidad para reconocer las gemas. Por ¢sa, la mayorfa de estas firmas emplean tinicamente a los hijos, sobrinos o primos, y nunca a un raro joven que quiere jugar con los diamantes. Segtin recuerdo, recorri unas quince tiendas distintas preguntando por un puesto de aprendiz y de todas me despidieron més ripido que volando. Un viejo relojeto de un barrio vecino me aconse}é que intentara hacer algtin curso sobre clasificacién de diamantes de los que dicta el Gemological Institute of America (GSA) en Nueva York, dado que tendria mas probabilidades de conseguir trabajo si tenia un diploma, y podria conocer en fas clases a alguien que tal vez me ayudase. Y fie en el instituto donde conocf al Sr. Ofer Azriclant, quien tam- bién hacfael curso sobre clasificacién de diamantes de alta calidad, cono- cidos como piednas de “inversibn” 0 de ‘certificado”. Distinguir un dia- mante certificado, que es sumamente valioso, de un diamante falso o piedra tratada, implica poder detectar orificios diminutos tt otra tipo de imperfecciones que pueden ser del tamafo de la punta de una aguja, mientras decenas de motitas de polvo se depositan en la superficie del diamante 0 sobre la lente del propio microscopio, pululando y confun- diendo las cosas, Asi que ahi estabamos los dos, para aprender a no per der hasta la camiseta. De inmediato me sorprendieron las preguntas que Ofer le hacia al profesor, como examinaba y desafiaba cada concepto que este presenta- ba. Entonces, me propuse intentar que él me ayudara a encontrar trabajo © que él mismo me contratase, y asf empezamos a entablar una telacién. Al cabo de unas semanas, el dia que terminé mis exdmenes finales sobre clasificacidin de diamantes en los laboratorios de G/A en Nueva York, inventé una excusa para yisitarlo en su oficina y pedirle trabajo. Tuve la gran suerte de que en ese momento él acabara de abrir una sucursal en Estados Unidos, luego de haber fundado una pequefia em- presa en Israel, su pais de residencia. Asi, me dirijo a su oficinay le ruego que me ensefe acerca del negocio de Jos diamantes: “Haré lo que sea necesatio, pero brindeme ana oportunidad. Arreglaré la oficina, limpiaré Jos vidrios, lo que usted diga”. Y me respondié: “No tengo dinero para contratarlo, pero le diré qué haremos; hablaré con el duefio de esta ofici- na, que se Hama Alex Rosenthal, y veremos si entre:ambos podemos com- partir el sueldo; por lo tanto, podrd hacer mandados y algunas otras cosas para los dos”. Fue asf como empecé como muchacho de los mancdados a siete dé- laces por hora: tn graduado de Princeton arrastrando los pies por los htimedos veranos y los nevados inviernos de Nueva York, en la parte norte de la ciudad, en el distrito de los diamantes, llevando simples bol- sas cargadas de oro y diamantes para moldear y transformar en sortijas. Ofer, su esposa —Aya- y un tranquilo y brillante joyero yemenf llamado Alex Gal se sentaban conmigo alrededor del tinico escritorio, alquilado, y clasificaban diamantes segtin los grados, disefiaban nuevas piezas y se contactaban con clientes. El dinero que ingresaba era escaso y, a menudo, llegaba con retraso, mientras Ofer trataba de hablar con sus amigos de Londres para conse- guir mas préstamos. Sin embargo, al poco tiempo logré reunir lo sufi- ciente para comprarme mi primer traje para el trabajo, que us€ codos los dias durante meses. Solfamos trabajar hasta pasada la medianoche y, al finalizar, me esperaba un largo viaje de regreso a mi diminuta habitacién en un pequeio monasterio de la colectividad asidtica budista de Howell, en Nueva Jersey; en pocas horas deb{a volver a levantarme y regresar en émnibus a Manhattan. Cuando el negocio crecié un poco, nos mudamos al sector norte de laciudad, pero mas cerca del distrito joyero mismo, y tomamos la valien- te decisién de contratar a un tinico artesano joyero, que se sentaba solo en la gran habitacién que era nuestra “fabrica’, haciendo nuestras prime- tas sortijas de diamantes. Al poco tiempo me gan¢ la suficiente confianza para que se me cumpliera mi deseo, sentarme con una partida de dia- mantes para empezar a clasificarlos por grados. Ofer y Aya me pregunta- ron si querfa ser el responsable de la divisién de compras de diamantes que acababa de formarse (que entonces estaba constituida por mi y otra persona). La oportunidad que me ofrecian me entusiasmé mucho y me zambulli en el proyecto. Una de las reglas que mi lama tibetano me habfa dado acerca de trabajar en una oficina comercial normal era que no dijera que era budis- ta. Debja llevar mi pelo con el largo habitual (en lugar de afeitado) y vestir ropa. comin. Si aplicaba principios budistas en mi trabajo, debfa hacerlo con tranquilidad, sin anuncigs ni fanfarria, o sea, deb{a ser un budista sabio en el interior y un empresario estadounidense normal en el exterior, Entonces, me dispuse a manejar la divisién con los principios bu- distas, sin que nadie lo supiera. Cuando empezamos el negocio establect un acuerdo con los Azrielant: yo era responsable de dirigir todos los as- pectos de la Divisién Diamantes y de lograr una jugosa ganancia con las gemas y, a cambio, tenfa la total autoridad sobre las contrataciones y los despidos, los stteldos y los aumentos de salario, la cantidad de horas de trabajo de mi gente'y el reparto de las responsabilidades entre ellos; yo s6lo debia entregar el producto a tiempo y con una buena ganancia. Este libro es la historia de cémo construi la Divisién Diamantes en Andin International desde la nada, poniendo en prictica los principios de fa antigua sabidurfa del budismo, hasta convertirla en una operacién mundial que generé muchos millones de délares al afio. No lo hice solo ni tampoco fueron mis puntos de vista los tinicos que sé pusieron en practica, pero puedo decir que la mayorfa de las decisiones y polfticas en nuestra divisién durante mi puesto de vicepresidente fueron impulsa- das por los principios que hallard en este libro. Cudles son, en pocas palabras, esos principios? Podemos dividirlos en tres, El primer principio es que el negocio debe ser exitoso: que debe generar dinero, Hay una creencia predominante en los Estados Unidos y otros paises occidentales que sostiene que tener éxito, ganar dinero, estd mal para las personas que tratan de llevar una yida espiritual. En el budis- mo, sin embargo, el dinero en si mismo no es malo; de hecho, una perso- na de muchos recursos puede hacer en el mundo un bien mayor que una que no tiene recursos. La pregunta serfa mas bien cémo hacemos dine- to; si entendemos o no de donde sale y cémo hacer para que siga le- gando, y si estamos mantenienda una actitud sana con respecto al dinero. El punto es, entonces, ganar dinero de manera limpia y honesta, comprender con claridad de dénde proviene para que no deje de llegar, y mantener una actitud saludable respecto del dinero mientras lo tenemos. Si hacemos estas cosas, ganar plata es coherente por completo con una forma de vida espiritual y, de hecho, se convierte en parte del modo de vida espititual. El segundo principio es que deberfamos disfrutar del dinero, es de- cir, deberfamos aprender a mantener nuestra mente y cuerpo sanos mien- tras lo ganamos. La actividad de crear riqueza no deberfa cansarnos fisica omentalmente, de tal modo que no podamos disfrutar de esa riqueza. El empresario que se arruina la salud haciendo negocios frustra el mism{si- mo propésito de la actividad comercial. El tereer principio es que, al final, al mirar hacia atrds a su empresa, uno deberfa poder decir con honestidad que los aftios de trabajo han tenido un significado. El fin de toda empresa comercial en la que partici- pa -y, de hecho, el de la vida- debe Iegarle a toda persona que hace negocios, Y en la parte mits irnportante de la actividad comercial, al final, 12 / Eltallador de diamantes cuando miramos retrospectivamente a todo cuanto hemos logrado, de- berfamos ver que nos condujimos ~a nosotros y a nuestros negocios~ de un modo tal que aportamos un significado duradero, que dejé alguna marca buena en nuestro mundo, En resumen, la meta de la actividad comercial (y de nuestra antigua sabidurfa tibetana) y también de todo el esfuerzo humano ¢s enriquecer- nos: alcanzar la prosperidad, tanto externa como interna. Podemos dis- frutar de esta prosperidad sdlo si mantenemas un alto grado de salud mental y fisica. Y a lo largo de la vida debemos buscar la manera de que esta prosperidad tenga significado en un sentido mas amplio. Estas la leccién de lo que hemos logrado en Ja Divisién Diamantes de Andin International y es una leccién que todos pueden aprender y aplicar, més alld de sus origenes o cteencias. Primer objetivo G Carituto 1 WV De dénde proviene la sabiduria | Aesr genase | y \o09! ARS] Asya tars Aa BR ARI ASKETT ANSE Nyy ays | | | RAN TAN ATH A RaIG Ya eK aS 2 | @ En el antiguo idioma de India, esta ensefianza se Ila- ma Arya Vajra Chedaka Nama Prajnya Paramita Ma- hayana Sutra. En el idioma del Tfbet se llama Pakpa Sherab Kyi Pa- roltu Chinpa Dorje Chupa Shejawa Tekpa Chenpoy Do. En castellano se llama El tallador de diamantes, un su- blime libro antiguo del camino de Ia compasién, un li- bro que ensefiz la sabidurfa perfecta. @ ePor qué este libro de negocios es distinto de cualquier otro que pueda haber lefdo? Es la fuente de lo que tenemos para decir aqui: un 16 / Bl tallador de diamantes antiguo libro de sabidurfa budista llamado El tallador de diamantes. Y con las Iineas precedentes es como comienza ese libro. Oculta en E/ tallador de diamantes se encuentra la antigua sabiduria que hemos utilizado para ayudar a convertir a Andin Intemationalen una empresa con ventas superiores a los cien millones de délares por afio. Es bueno saber algo de este importante libro desde el comienzo, para reco- nocer el papel que desempeni alo largo de la historia de la mitad oriental de nuestro mundo, El tallador de diamantes es € libro més antiguo del mundo que se haya impreso, en lugar de ser escrito a mano. El Museo Britanico guarda un ejemplar fechado en el aio 868 d.C., unos seiscientos afios antes que se realizara la Biblia de Gutenberg. El tallador de diamantes es un registro escrito de una ensefianza im- partida por Buda hace unos dos mil quinientos ahos- Al principio pasaba de boca en boca y luego, cuando empezs a desarrollarse la escritura, se inscribié en largas hojas de palmera. Eran durables palmas donde, con una aguja, se grabaron por primera vez las palabras del libro. Luego, se froraba polvo de carbonilla en las ralladuras dejadas por la aguja. Toda- via, en el sur de Asia se encuentran libros hechos de esta manera y perma- necen bastante legibles. Las palmas sueltas se guardaban juntas de dos maneras diferentes. A veces, se perforaba un orificio con un punzén en el medio de las hojas y se pasaba una cuerda para mantenerlas unidas. Otros libros se guardaban envueltos en telas. Buda ensefié El tallador de diamantes original en sinscrito, el anti- guo idioma de India, que suponemos tiene una antigtiedad de alrededor de cuatro mil afios, Cuando el libro Ilegé al Tibet, hace unos mil afios, fue traducido al tibetano. Con el correr de los siglos, en el Tibet fue tallado en bloques de madera y se imprimis en largas titas de papel hecho a mano, aplicando una capa de tinta al bloque y, luego, apretando el papel con un rodillo contra el bloque, Estas largas tiras de papel estén guardadas entre brillantes telas color azafrén o granate, una vuelta a los dias de las hojas de palmera. El tallador de didmantes también se expandié a otros paises impor- tantes de Asia, incluidos China, Japén, Corea y Mongolia. En los uilti- mos veinticinco siglos fue reimpreso innumerables veces en los idio- mas de estos paises, y su sabiduria fue pasando en un linaje ininterrumpido, de los labios de los maestros de cada generacidn alos ofdos de los Shi nos de la siguiente. En Mongolia, al libro le adjudicaron tanta importan~ De dénde proviene la sabidurfa / 17 cia que todas las familias guardaban una copia muy bien conservada en un altar del hogar. Una'o dos veces al aho, les solicitaban a los monjes budistas locales que fueran a la casa a leer el texto en voz alta para toda la familia, a fin de impartir las bendiciones de su sabidurfa. Esta sabidurfa de El tallador de diamantes no se consigue con facili- dad, La ensefianza original, como tantas otras ensefianzas de Buda, viene encubierta por un manto representado por un lenguaje sumamente mis- ti¢o, que sdlo puede revelar un maestro vivo, utilizando gran cantidad de explicaciones que fueron escritas a lo largo de los siglos, En tibetano te- nemos tres de estas antiguas explicaciones y varian en antigtiedad, desde unos dieciséis siglos hasta apenas mil cien afios. Mas importante todayiaes que recientemente hemos localizado otro comentario sobre ta obra, uno mucho mds reciente y mucho mds facil de entender. Durante los tiltimos doce afias, un grupo de colegas y yo mis- mo nos abocamos al Proyecto Aporte de los Clasicos Asidticos [Asian Classics Input Project], dedicado’a preservar fos libros antiguos de la sabidurfa tibetana. En los tiltimos mil afios, estos libros fueron guarda- dos en los grandes monastetios y bibliotecas del Ther, protegidos de la guetta y de los invasores por la gran muralla natural formada por las montafias himalayas. Todo esto cambié con lainvencién del aeroplano, y en 1950 el Tibet fue inyadido por la China comunista. ‘Con esta invasidn y la siguiente ocupacién, que coutinda en la ac~ tualidad, se destruyeron mds de cinco mil bibliotecas y universidades mondsticas que guardaban estos grandes libros, y sélo wa pufiado de ellos fue trasladado por refugiados que hicieron a pie la peligrosa travesia de cruzar el Hinnalaya cerca del monte Everest. Para darnos una idea de la destruccién, imaginemos que un pafs poderoso ataca los Estados Unidos y quema casi todas las facultades y uniyersidades, junto con todos los libros de sus bibliotecas. Pensemos que los tinicos libros que quedan son los transportados por los refugiados en sus manos, viajando'a pie durante las semanas © meses que les llevara llegar caminando a México. EI Proyecto Aporte de los Clasicos Asidticos capacité a los tibetanos refugiados en campos de India a dactilografiar en computadora estos libros que corrfan peligro. Luego fueron organizados en CD-ROM oen paginas Web y distribuides sia cargo a miles de eruditos del murido en- tero. Hasta el presente, hemos salvado unas ciento cineuenca mil paginas de los manuscritos hechos ens los bloques de madera, yendo a los rincones sds lejanos del mundo para ubicar los libros que nunca pudieron salir de Tiber. 18 / Eltallador de diamantes En la profundidad de una polvorienta coleccién de manuscritos en San Petersburgo, Rusia, tuvimos la gran fortuna de hallar una copia de una maravillosa explicacién de Ei tallador de diamantes que habia sido Nevada a ese pafs por antiguos exploradores que habfan visitado el Tibet, Este comentario lleva el titulo La ez del sol en el sendero de la libertad y fue escrito por el gran lama tibetano llamado Choney Drakpa Shedrup, quien vivi6 entre 1675 y 1748. De manera coincidente, este lama provie- ne del monasterio tibetano donde yo completé mis estudios; Sera Mey. Su sobrenombre a lo largo de los siglos ha sida Choney Lama o el Lama de Choney, que es una zona del este de Tibet. A lo largo del libro usaremos las palabras originales de E/ tallador de diamantes junto con el texto de La luzdel sol en el sendero de la libertad. Es la primera vez que esta explicacién tan importante se traduce al inglés [y al espafiol]. Ademds de extractos de estas dos grandes obras, incluiremos explicaciones que fueron pasando por via oral a lo largo de los ultimos veinticinco siglos, tal como yo las recibi de mis propios lamas. Por ulti- mo, agregaremos incidentes reales de mi propia vida en el arcano mundo del negocio internacional de los diamantes, para demostrar cémo los se- cretos de esta antigua sabidurfa pueden hacer que su propio trabajo y su vida tengan mas probabilidades de resultar exitosos. Cariruto 2

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