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Hobbes. El Leviatn Gonzalo Martnez Licea La idea de un contrato social resulta plausible desde muchos puntos de vista.

Principalmente porque permite explicar objetivamente la moral, que sera, en pocas palabras, el resultado de un convenio tcito entre dos o ms personas que tiene como objetivo regular sus relaciones de convivencia social. Desde esta perspectiva podramos referirnos a la moral, con toda propiedad, como un invento humano, una cosa a posteriori, no trascendental (en el sentido kantiano) ni mucho menos trascendente. La moral es algo de manufactura humana, que cumple funciones reguladoras en el espacio social; fuera o previo a ste no existe tal cosa como la moral. Aunque podramos reflexionar sobre la posibilidad de que tal contrato social s requiera como condicin necesaria para tan siquiera plantearse una moral previa. Es decir, cabe pensar que la moral ya exista previamente al contrato social? Hasta donde se puede leer en Hobbes parece que la respuesta es un no rotundo. Para l, el hombre es solamente un animal racional cuyo nico mvil para pactar con los dems es su propio egosmo. Ahora bien, ya hecho el contrato social, de todas maneras lo que movera los resortes de las reglas morales siempre sera el egosmo. La moral es hija e instrumento del egosmo humano, segn se desprende de Hobbes. Entonces slo as, me parece, podramos hablar de alguna condicin moral personal previa a la moral social que surge en el contrato. Esa condicin sera el egosmo que, en el estado de naturaleza, sera ventajoso nicamente sobre el altruismo ingenuo, pero que llevado a un estado superior por las vas de la razn sera el motor principal del supremo monumento al egosmo humano: el Estado. El taln de Aquiles de la anterior argumentacin es que parte de aceptar el presupuesto del egosmo psicolgico, el cual est casi desacreditado. Creo que aceptando que el hombre tiene otros mviles que el egosmo, se podra hablar ms ventajosamente de condiciones morales previas al contrato social.

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