Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
www.librosmaravillosos.com
S. Hawking y L. Mlodinow
AGRADECIMIENTOS El universo tiene un diseo, y tambin lo tiene un libro. Pero a diferencia del universo, un libro no aparece de la nada. Un libro requiere un creador, y ese papel no recae tan slo en los hombros de sus autores. As, en primer lugar y antes de nada, quisiramos agradecer a nuestros editores, Berth Rashbaum y Ann Harris, su paciencia, vecina al infinito. Fueron nuestros estudiantes cuando necesitbamos estudiantes, nuestros profesores cuando necesitbamos profesores, y nuestros consejeros cuando necesitbamos consejero. Lucharon con el manuscrito, y lo hicieron con buen humor, tanto si la discusin se centraba sobre la posicin de una coma o sobre la imposibilidad de introducir una superficie axisimtrica de curvatura negativa en un espacio plano. Tambin quisiramos expresar nuestro agradecimiento a Mark Hillery, que ley amablemente una gran parte del manuscrito e hizo valiosos comentarios; a Carole Lowenstein, que fue una ayuda inestimable en el diseo interior; a David Stevenson, que condujo a buen puerto la cubierta; y a Loren Noveck, cuya atencin a los detalles nos ha librado de algunos errores tipogrficos que no nos hubiera gustado ver impresos. A Peter Bollinger: te agradecemos que hayas acercado el arte a la ciencia en tus ilustraciones, y tu diligencia en asegurar la pertinencia y precisin de cada detalle. Y a Sidney Harris: gracias por tus maravillosas caricaturas y por tu gran sensibilidad a tantos aspectos referentes a los cientficos. En otro universo, hubieras sido un fsico. Tambin agradecemos a nuestros agentes, Al Zuckerman y Susan Ginsburg, su apoyo y los nimos que nos han dado. Los dos mensajes mutuamente consistentes que nos han dado una y otra vez, han sido: Ya es hora de acabar el libro y No os preocupis por cundo terminaris el libro; tarde o temprano lo acabaris. Fueron lo suficientemente juiciosos para saber cundo convena cada uno de estos mensajes. Y finalmente, gracias a la ayudante personal de Stephen, Judith Croasdell, a su ayudante de ordenador, Sam Blackburn, y a Joan Godwin. Proporcionaron no solo apoyo moral, sino tambin prctico y tcnico, sin el cual no hubiramos podido escribir este libro. Por otra parte, siempre supieron dnde hallar los mejores pubs.