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215 años después: La Deuda con La Primera Nacion Libre de Latinoamérica.

por Carlos Wesley

El día de Año Nuevo del 2004 se cumplió el bicentenario de la fundación de la


República de Haití. Ese hecho, el 1 de enero de 1804, estableció en la ex colonia
francesa de Saint Domingue (la isla de La Española, que en la actualidad abarca a Haití
y a la República Dominicana), la segunda república independiente de América, luego de
Estados Unidos, y la primera nación moderna gobernada por negros, y marcó la
consolidación de la única insurrección de esclavos exitosa conocida de la historia.

Aquellos logros se debieron a la acción de un hombre, Toussaint L’Ouverture, quien,


con su don de mando, logró lo que Espartaco de Roma no pudo: la autoliberación de
una población esclava.

También logró evitar que los británicos, y con posterioridad Napoleón, reconquistaran
la colonia y restablecieran la esclavitud; y formó una alianza con los padres fundadores
de Estados Unidos, en especial con Alexander Hamilton, que causó el florecimiento de
Haití.

Los haitianos también hicieron un aporte decisivo a las guerras de independencia de


Iberoamérica con su ejemplo, y con la ayuda material que le dieron a Simón Bolívar,
como veremos más adelante, y a la de Estados Unidos. En el caso de éste último país,
soldados haitianos participaron en las batallas de Savannah y en la de Yorktown, que
marcó el triunfo definitivo de la Revolución Americana. Además, con su lucha,
obligaron a Napoleón a renunciar al territorio de Luisiana, y así ayudaron a que Estados
Unidos doblara su territorio y evitaron que la recién nacida república estadounidense
cayera nuevamente bajo el dominio de los británicos, resultado que era seguro, tal como
Thomas Jefferson advirtió, si Nueva Orleáns permanecía en manos de Napoleón.

El levantamiento de los esclavos


La historia que culminó con la Declaración de Independencia de Haití en el año 1804
comenzó más de 12 años antes: la noche del 21 de agosto de 1791, cuando los esclavos
de Le Cap se sublevaron, asesinaron a sus amos e incendiaron las plantaciones. Los
colonos blancos huyeron de la isla, principalmente hacia Estados Unidos.

Sin embargo, la sublevación no fue espontánea; en gran medida fue instigada por Gran
Bretaña: “No se trató del impulso fuerte e irresistible de la naturaleza humana que gime
bajo la opresión lo que excitó a estas clases a hundir sus dagas en los estómagos de
mujeres inofensivas y niños indefensos”, escribió Brian Edwards, un agente de
inteligencia británico, en un libro editado en 1801. Según Edwards, cuya principal
lealtad era para con los colonos dueños de esclavos de la Jamaica británica, los negros
haitianos, “pese a su renuencia, fueron empujados a esos excesos por las
manipulaciones de hombres que se hacían llamar filósofos (los proselitistas e imitadores
en Francia de la Sociedad de la Vieja Judería de Londres)”. La referencia era a los
“Amis de Noir” [los “Amigos del Negro”], la contraparte francesa de la Sociedad
Abolicionista de Inglaterra, que tomaba su apodo por tener su sede en el antiguo gueto
judío de Londres, y que fuera fundada por William Wilberforce y Thomas Clarkson por
órdenes de William Pitt. Éstos habían tomado el poder de la organización antiesclavista
francesa fundada por el marqués de Lafayette y sus amigos.
Gouverneur Morris, enviado de EU a Francia, confirma las acusaciones de Edwards en
un informe que le envió al presidente George Washington en marzo de 1792, en el que
dice que Pitt estaba conspirando para obtener la independencia de Saint Domingue, y
que Clarkson, el abolicionista, había viajado a París para avanzar el plan.

También tenemos el caso Ogé. En 1790 Vincent Ogé desembarcó en Saint Domingue
para encabezar un levantamiento. A su llegada encontró que las autoridades coloniales
francesas lo estaban esperando, con una descripción detallada y un retrato suyo. Se
determinó que había sido reclutado en París por los Amis de Noir, quienes para entonces
habían sido infiltrados por el agente británico Robespierre y otros jacobinos. Los Amis
enviaron a Ogé a Londres, donde recibió instrucciones y dinero de Clarkson, quien
luego lo despachó a EU a comprar armas para el levantamiento fallido.

Gran Bretaña no tenía ningún interés en liberar a los esclavos haitianos ni en acabar con
la esclavitud como tal; los británicos contaban con sus propias plantaciones de esclavos
en sus colonias de las Antillas, incluso en Jamaica, vecina de Haití. La intención de Pitt
era que Clarkson y sus abolicionistas pusieran fin al tráfico de esclavos, no a la
esclavitud.

Francia, el principal rival de Gran Bretaña, dependía en gran medida del trabajo esclavo.
Dos tercios del comercio de ultramar francés era con sus colonias caribeñas, y en
especial con Saint Domingue. Según algunos cálculos, tanto como un quinto del
producto interno bruto de Francia provenía del azúcar, café, índigo y otras materias
primas cultivadas por los esclavos en las plantaciones.

“Acábese con la trata de esclavos y quedará en la ruina la economía de Francia”, era el


razonamiento de Pitt, cuyo plan consistía en fomentar la insurrección y luego ofrecerle a
los afligidos colonos franceses la protección británica a cambio de su rompimiento con
su madre patria, y entonces volver a esclavizar a los negros.

“La deplorable situación de las Antillas francesas pareciera clamar a viva voz por la
protección de Gran Bretaña”, decía el teniente coronel John Chalmers, en un
memorando enviado al primer ministro Pitt en diciembre de 1794. “Para Gran Bretaña,
las ventajas que ofrece Saint Domingue son innumerables, y le proporcionaría un
monopolio de azúcar, índigo, algodón y café”. Aun más importante, “esta isla por años
proporcionaría tal fuerza y respaldo a la industria como para felizmente hacerse sentir
en todas partes del imperio. Impediría toda inmigración de los tres reinos a Estados
Unidos” (énfasis añadido). Chalmers le propuso a Pitt que Inglaterra se aliara con
España para mantener a Francia y Estados Unidos fuera de las Antillas.

Los haitianos luchan por la independencia de EU


Tal vez hubiera resultado, de no haber sido por Toussaint. Por supuesto, las llamas de la
libertad habían estado ardiendo en Haití desde mucho antes que los británicos
comenzaran sus manipulaciones.

Saint Domingue tuvo un papel importante en la Guerra de Independencia


estadounidense. Gran parte de las armas, municiones y hombres que Francia contribuyó
a la causa estadounidense pasó por Saint Domingue. El propio marqués de Lafayette
viajó a Estados Unidos vía Saint Domingue. Y muchos haitianos de todas las razas
lucharon a favor de los patriotas estadounidenses durante la Revolución Americana,
hasta la batalla final en Yorktown.
Quizás los más celebrados de todos éstos fueron los 500 a 800 libertos negros y mulatos
que pelearon bajo las órdenes del vizconde Françoise de Fontages en la batalla de
Savannah, Georgia, en octubre de 1779, entre cuyas filas se supone que estaba el
entonces sargento Henri Christophe, de 17 años de edad, quien más tarde sería uno de
los generales de Toussaint y, con posterioridad, el rey Christophe.

Estos veteranos regresaron a Haití imbuidos con los ideales de la Revolución


Americana. Luego de la Toma de la Bastilla en París en 1789, Haití estaba lleno de
propietarios de plantaciones y “petit blancs” (comerciantes blancos, soldados,
funcionarios de bajo rango, etc.) que abrazaban la consigna de “libertad, igualdad,
fraternidad”. Estos conceptos encontraron particular eco entre los libertos negros y
mulatos, muchos de los cuales eran ellos mismos amos de esclavos, pero cuyos
derechos en otras esferas estaban en extremo restringidos.

Todas estas ideas tuvieron un impacto en el cochero de la plantación Bréda, Toussaint,


quien por su oficio habría ido al pueblo a menudo, donde estaría expuesto a estas ideas.
Débil de niño, tuvo la buena fortuna de pertenecer a amos relativamente progresistas
que no lo obligaron a trabajar en los campos, y que le permitieron aprender a leer y
escribir. Entre sus lecturas encontramos Los comentarios de Julio César y otros escritos
militares, de los cuales aprendió las primeras nociones sobre estrategia y tácticas.

Asimismo, adquirió ciertas nociones de latín eclesiástico, vino a ser en un ávido


naturalista, con un interés especial en aprender las propiedades medicinales de las
plantas y, a pesar de sus enfermedades, se convirtió en tan buen jinete, que lo llamaban
“el Centauro de la Sabana”.

Toussaint no participó en el levantamiento de 1791. Cuando estallaron las hostilidades,


llevó a su amo a un refugio seguro. No era alguien que actuara a la ligera. Es por ello
que no contrajo matrimonio sino hasta casi los 40 años de edad. “Yo mismo elegí a mi
esposa”, decía. “Mis amos deseaban que contrajera matrimonio con una joven negra
briosa, pero en cuestiones de esta naturaleza siempre logré resistir la presión contraria a
mi propia idea de lo que constituía una unión feliz”.

Del mismo modo, no se unió a los rebeldes hasta semanas después de estallar la
insurrección. Para entonces tenía 48 años de edad.

Como era de esperarse, una vez que los esclavos habían desahogado su ira, no tenían
idea de qué hacer a continuación; estaban listos a entregarse y regresar a las
plantaciones, a cambio de que amnistiaran a sus dirigentes. Toussaint fue escogido para
llevar a cabo las negociaciones. Pero los blancos locales rehusaron la oferta de rendición
de los esclavos e hicieron oídos sordos a las peticiones de los tres comisionados —
Sonthonax, Polverel y Ailhaud— enviados por la Asamblea Nacional en París. Los
comisionados estaban al tanto de la planeada invasión británica, y sabían que si Saint
Domingue caía sería un desastre para la metrópolis.

Con el fracaso de las negociaciones, Toussaint se pasó a los españoles, quienes


controlaban los otros dos tercios de La Española, en la costa este de la isla, y estaban
aliados con los británicos. Toussaint y los otros dirigentes rebeldes recibieron grados de
general en el Ejército español, y comenzaron a luchar contra las fuerzas francesas en la
costa occidental.
Pero, el 29 de agosto de 1793, “ante los primeros indicios de un ataque inglés”, escribe
Edwards, los comisionados franceses “recurrieron al recurso más desesperado que
pudiera concebir la imaginación para fortalecer su bando: proclamaron la abolición de la
esclavitud en todas sus formas y declararon que los esclavos negros de ahí en adelante
serían libres, a condición de acudir a su causa”.

Ese mismo día Toussaint emitió su propia proclama:

“Hermanos y amigos:

Soy Toussaint L’Ouverture. Quizás conozcan mi nombre. Me he comprometido a


vengarlos. Deseo que reine la libertad y la igualdad en todo Saint Domingue. Lucho por
ese fin. Vengan y únanse a mí, hermanos, y luchen a nuestro lado por la misma causa”.

Los invasores británicos, que también atacaron Martinica, Guadalupe y otras colonias
francesas en las Antillas, toparon con muy poca oposición en Haití, excepto por las
fuerzas al mando del general mulato André Rigaud, hasta que la Asamblea Nacional de
Francia abolió de forma oficial la esclavitud el 4 de febrero de 1794. Al enterarse de la
noticia, Toussaint rompió con España y pasó al bando francés con 4.000 soldados de
primera línea.

“Los españoles me ofrecieron a mí y a todos los que lucharan por la causa de los reyes,
su protección, y, habiendo luchado siempre por obtener la libertad, acepté su
ofrecimiento, al verme abandonado por mis hermanos los franceses”, explicó más tarde
Toussaint. “Pero una experiencia posterior me abrió los ojos a esos protectores pérfidos,
y luego de comprender su vil engaño, vi con claridad que intentaban que nos matáramos
los unos a los otros a fin de reducir nuestro número, cosa de aplastar a los
sobrevivientes y volver a esclavizarlos”.

Para entonces se sabía que los británicos habían restablecido la esclavitud en todos los
lugares de las Antillas donde habían izado su bandera.

Las cosas entre Toussaint y Rigaud comenzaron a cambiar. En 1795 el ejército español
fue derrotado primero, más que nada por los esfuerzos de Toussaint. Derrotar a los
británicos, que seguían trayendo refuerzos, tomó más tiempo. Pero, en mayo de 1798,
también fueron derrotados en gran medida, luego de que sufrieran entre 20.000 muertos
—según Edwards— y 60.000 —según otros cronistas—.

Al no lograr la victoria mediante el poderío militar, los británicos recurrieron al engaño.


Mientras negociaba su rendición, el general Thomas Maitland, el comandante británico,
le ofreció a Toussaint celebrar un tratado secreto, mediante el cual Gran Bretaña
establecería relaciones comerciales con Haití. Toussaint, que había sido nombrado
vicegobernador de la isla por Francia, sabía que Haití no podía sobrevivir por mucho
tiempo sin comerciar con el exterior y, por tanto, aceptó la oferta.

Acto seguido, la prensa británica publicitó a los cuatro vientos las llamadas
“Convenciones Secretas”. Con este tratado, anunció la London Gazette (“Gaceta de
Londres”) del 12 de diciembre de 1798, “se reconoce de hecho la independencia de esa
isla tan valiosa, y se asegura contra todos los esfuerzos que emprendan los franceses
para recuperarla”. El periódico londinense calificó a Toussaint de “agente británico”, y
sembró desconfianza en el Gobierno francés y entre sus aliados en Haití.
La alianza con Hamilton
Toussaint entonces volteó a Estados Unidos, y ahí encontró en Alexander Hamilton un
gran aliado, al igual que en los amigos de Hamilton en el Gobierno de John Adams, en
especial en Timothy Pickering, el secretario de Estado.

En esa época, Estados Unidos encaraba una actitud cada vez más hostil de parte de
Francia, su antigua aliada. En la segunda mitad de 1790, Francia hizo esfuerzos por
recuperar a Luisiana de manos de los españoles, para utilizarla como una base de
abastecimiento para Saint Domingue, en lugar de tener que depender de Estados
Unidos.

Asimismo, Francia comenzó a atacar a la marina mercante estadounidense. Estados


Unidos respondió decretando un embargo contra todos los puertos franceses, incluyendo
los de Haití.

En noviembre de 1798 Toussaint le escribió al presidente Adams:

“Es con gran sorpresa y dolor que veo a los barcos de vuestro país abandonar, luego de
tantos años, los puertos de Saint Domingue, y renunciar de esa manera a toda relación
comercial con nosotros”. Desconozco lo que ha llevado a Estados Unidos a adoptar
tales medidas, escribió Toussaint. “Sólo me limitaré a llegar a un entendimiento con
usted para que pueda reanudarse la navegación y que la bandera estadounidense pueda
regresar a nuestros puertos. Redunda en pos de vuestro interés, al igual que al nuestro,
que este comercio se expanda”.

Más tarde ese mismo mes el secretario de Estado Pickering le envió una carta a Jacob
Meyer, el cónsul estadounidense en Saint Domingue, en la que le informaba que si
Toussaint dejaba de reconocer la soberanía de Francia, EU reanudaría el comercio con
Haití. Toussaint de una vez envió a Joseph Bunuel a negociar. Bunuel arribó a Filadelfia
junto con Meyer en diciembre de 1798, y pronto el Congreso de EU aprobó una
enmienda mediante la cual le otorgaba al presidente la facultad de suspender el embargo
comercial a cualquier puerto francés que considerara seguro.

“Supongo que todos comprenden que el objetivo principal de esta disposición es


entablar las relaciones comerciales con Saint Domingue”, le escribió Pickering, en una
carta fechada el 9 de febrero de 1799, a Alexander Hamilton, el ex secretario del
Tesoro. “El Presidente ve la inmensa ventaja del comercio con esa isla, y sin duda
alguna hará una interpretación tan liberal como sea políticamente conveniente”, siguió
Pickering. “Meyer me asegura que si Toussaint está seguro de nuestro comercio,
declarará la independencia en toda la isla, confiado en su poder de defenderla, siempre
que permitamos un intercambio comercial libre a través del cual los isleños puedan
canjear su producción por las provisiones que nuestros barcos les lleven”.

Pickering le solicitó a Hamilton que le redactara a Toussaint “un plan eficaz y viable
para administrar la isla”. Sin embargo, “no puede ser una república”, agregó. “Comparta
conmigo sus ideas de los proyectos más atractivos. . . Toussaint tomará en cuenta lo que
le aconsejemos”.

Ese mismo día Hamilton le escribió una carta a Pickering, en la que le decía: “Estados
Unidos no debe comprometerse a la independencia de Saint Domingue —ninguna
garantía, ningún tratado formal— nada que pueda condenarse. Basta con asegurarle a
Toussaint verbalmente, pero de modo explícito, que apenas declare la independencia se
abrirá el comercio, y continuará mientras él mantenga y brinde la debida protección a
nuestras embarcaciones y a nuestros bienes. Me inclino a pensar que la Declaración de
Independencia debe preceder”.

Hamilton, quien también era oriundo de las Antillas (nació en la isla de Nevis y se crió
en St. Croix, en lo que hoy son las Islas Vírgenes de EU), participó en sentar la política
estadounidense hacia el Caribe desde la misma fundación de la República. Contribuyó
de forma decisiva en el nombramiento de casi todos los cónsules estadounidenses en
Saint Domingue, comenzando con el primero, Sylvanus Bourne, designado
inmediatamente después de que Estados Unidos adoptara su Constitución en 1789.

Hamilton redacta la Constitución de Haití


Hamilton, quien al igual que Benjamín Franklin aborrecía la esclavitud y en verdad
creía en la igualdad del hombre, habría deseado que el experimento de Saint Domingue
tuviera éxito. En 1785 cofundó la Sociedad de Nueva York para Promover la
Manumisión de Esclavos, la cual desempeñó un papel clave en ayudar a esos esclavos
traídos a EU por sus amos blancos luego de la rebelión de Saint Domingue de 1791, a
obtener su libertad. Durante la Revolución Americana respaldó el plan de John Laurens,
del estado de Carolina del Sur, quien proponía liberar a los esclavos que participaran en
la lucha contra los británicos.

“Sus facultades naturales probablemente son tan buenas como las nuestras”, le escribió
Hamilton en 1799 a John Jay, con quien más tarde fundaría la Sociedad para la
Manumisión. “Preveo que este proyecto tendrá que combatir mucha oposición producto
del prejuicio y los intereses creados. El desprecio que se nos ha enseñado a sentir hacia
los negros, nos hace temer muchas cosas que no tienen fundamento ni en la razón ni en
la experiencia”. Según Hamilton, una parte esencial del plan de Lauren “es concederles
la libertad con sus mosquetes”, y agregó: “Esta circunstancia, confieso, no ha pesado
poco en inducirme a desearle éxito al proyecto, porque los dictados de la humanidad y
la política verdadera me inclinan por igual a favor de esta clase desafortunada de la raza
humana”. El plan de Lauren fue rechazado.

Al mismo tiempo que Pickering se carteaba con Hamilton, también intercambiaba


mensajes con Rufus King, el enviado estadounidense en Londres. King abordó al
ministro de Relaciones Exteriores británico, lord Greenville, para preguntarle cuál era la
intención de los británicos, luego de que se hiciera público el acuerdo entre Maitland y
Toussaint.

Greenville le extendió una invitación sin precedentes a King, quien tenía un interés
personal en el comercio de Saint Domingue, para que asistiera a una reunión del
gabinete británico. Los británicos propusieron la creación de una sociedad conjunta
exclusiva con EU. Dicha sociedad sería contraria al sentimiento estadounidense contra
los monopolios, afirmó King, y también sería violatoria de la Constitución. Pitt
respondió que, aunque “sería atrevido que un extraño opinara sobre las facultades
otorgadas al Congreso por nuestra Constitución”, Saint Domingue merecía la adopción
de medidas extraordinarias. Pitt —según King— agregó que, “nuestros estados sureños
estaban expuestos a que emisarios de Saint Domingue” vinieran a incitar rebeliones de
esclavos y, segundo, a que pudiera convertirse en un “lugar de recreo y refugio de
bucaneros y piratas”.
Pitt agregó que, “si el proyecto propuesto ofrece una buena probabilidad de evitar esos
males, sería lamentable que fracasara por un defecto del Congreso; y quizás deberíamos
considerar conveniente en ese caso enviar el plan a los respectivos estados para su
confirmación”, informó King. En otras palabras, ¡el primer ministro británico proponía
enmendar la Constitución de EU o violarla, al pasar por encima del Congreso y acudir
directamente a los estados!

King advirtió que Gran Bretaña colaboraría con EU si apoyaba sus planes, “pero actuará
sin nosotros si no estamos de acuerdo con los términos de una cooperación conjunta”.

El 12 de marzo de 1799 Pickering le respondió a King: “No nos entrometeremos con la


política de la Isla. Toussaint luchará por lo que considere su interés y el de sus
compatriotas”. Pickering agregó: “No le tememos a ningún rival. Toussaint respeta a los
británicos, pero nos tiene apego; conoce nuestra posición, a sólo unos cuantos días de
travesía de Saint Domingue, y la prontitud con la cual podemos satisfacer sus
necesidades”.

Pickering también nombró al amigo de infancia y médico personal de Hamilton, el


doctor Edward Stevens, como el nuevo cónsul general de EU en Saint Domingue, con
facultades diplomáticas plenipotenciarias, lo que en efecto representaba extenderle el
reconocimiento al Gobierno de Toussaint, tal como Thomas Jefferson comentó de
forma negativa.

Luego de reiteradas súplicas de Pickering a fin de que redactara un “plan constitucional


para que Stevens se lo pueda llevar a Toussaint”, Hamilton envió lo siguiente, con fecha
del 21 de febrero de 1799:

“Al presente, ningún sistema de libertad acostumbrado se presta para Saint Domingue.
El gobierno, si es independiente, tiene que ser militar. . . Entonces, que haya: un solo
ejecutivo que ocupe su cargo de forma vitalicia. La persona que suceda cuando surja
una vacancia debe ser el segundo oficial en jerarquía en la isla al momento del
fallecimiento de su predecesor, o la persona que por pluralidad de votos sea designada
dentro de un plazo determinado. (. . .)

“Todos los varones de una edad determinada deben formar parte de cuerpos militares y
estar obligados a prestar servicio militar. (. . .)

“Que la autoridad judicial suprema radique en doce jueces designados de forma vitalicia
por los generales o jefes militares.

“Que se establezca el juicio por jurado para todas las causas penales que no sean
militares.

“Toda ley que imponga la pena capital o algún otro castigo corporal o que imponga un
impuesto o contribución de cualquier tipo ha de proponerla el ejecutivo a una asamblea
compuesta por los generales y comandantes de regimiento para su aprobación o
rechazo.

“La facultad de declarar la guerra y celebrar tratados estará investida en el ejecutivo.

“El ejecutivo estará obligado a tener tres ministros: de Finanzas, de Guerra y de


Relaciones Exteriores. (. . .)”
El borrador —al que Hamilton describió como “pensamientos sin pulir, pero que quizá
ofrezcan algunas sugerencias”— contenía algunas otras disposiciones.

El borrador de Hamilton vino a ser la esencia de la Constitución proclamada por


Toussaint en 1801, la cual establecía a Saint Domingue como nación independiente en
todos los sentidos, salvo en términos formales, creándose la primera nación en la
historia moderna gobernada por negros. Toussaint fue nombrado gobernador vitalicio.

Stevens viajó a Saint Domingue en marzo de 1799, con instrucciones —de Pickering y
del secretario de la Armada, Benjamin Stoddert, también de los círculos de Hamilton—
de no entablar ningún tipo de acuerdo con los británicos. Tales instrucciones pronto
tuvieron que ser modificadas. El mismo general Maitland viajó a EU para negociar una
política conjunta hacia Saint Domingue. Cuando EU puso resistencia, Maitland insinuó
—y no muy sutilmente— que Gran Bretaña le impondría un bloqueo a la Isla. “Debido
a que la continuación y protección” del comercio con Saint Domingue depende
“principalmente de la superioridad naval de Gran Bretaña”, Pickering le escribió a
Stevens, EU no tiene otra opción que “actuar de común acuerdo con los británicos”.

Sin embargo, Toussaint no quería tener nada que ver con los británicos. “No se le
permitirá al coronel Grant ejercer sus funciones como agente británico en Saint
Domingue, y el general Maitland. . . me ha solicitado cordialmente que supervise el
comercio inglés con esta colonia, hasta que formule una solución con lord Balcarres al
respecto”, le informó Stevens a Pickering el 23 de mayo de 1799.

En otro informe, con fecha del 24 de junio de 1799, Stevens advirtió que el nuevo
agente de Francia, Philippe Roume, había logrado que el general mulato Rigaud iniciara
hostilidades contra Toussaint. “Hace tiempo le insinué a usted mi sospecha de que
Rigaud era respaldado en privado por el Gobierno francés, en aras de la cruel política de
debilitar tanto a los mulatos como a los negros, fomentando y alentando una contienda
entre ellos. Cada día confirmo más esta opinión, y ahora ya no tengo dudas de que el
agente [Roume] es el instrumento secreto y diabólico empleado por ellos con este
propósito”.

Stevens advirtió que, a pesar de las diferencias entre Rigaud y Toussaint precedían la
llegada de Roume, “no creo que la explosión hubiera ocurrido tan pronto, de no haber
sido por el suceso reciente: la publicación del tratado de la Môle del general Maitland,
los muchos párrafos insensatos que fueron insertados en los periódicos ingleses le
dieron un aire de verosimilitud a un cuento que Rigaud difundió con aplicación, al
efecto de que la colonia de Saint Domingue iba a ser vendida al Gobierno británico, y
una vez más viviría bajo el yugo de la esclavitud. Pero, cuando el Camilla [el barco de
Maitland] apareció por el Cabo, y se vio a los oficiales británicos desembarcar vestidos
con sus uniformes, hasta los amigos de Toussaint quedaron pasmados”.
Los británicos pretenden socavar a Toussaint
El 16 de enero de 1800 Stevens informó que los británicos habían capturado a un
escuadrón naval que Toussaint mandó contra Rigaud. “Odio achacarle la captura del
escuadrón a la política cruel de los ingleses, de continuar la contienda entre el general
Toussaint y Rigaud, y de impedir que cualquiera de ellos obtenga hegemonía, para por
este medio debilitar a ambos finalmente” (énfasis en el original).

Toussaint aún rehusaba tratar con los británicos. “En lo que respecta al comercio de esta
Isla, el cual es bastante considerable, observo que los estadounidenses han adquirido un
grado de dominio que quizá nunca fue la intención que tuvieran, y aunque no sólo milita
contra las justas pretensiones e intereses de los comerciantes británicos, les da [a los
estadounidenses] un grado de influencia política que no considero apropiado que
posean, y pienso, mi señor, que mientras permitamos un trato comercial con la
descripción peculiar de gobierno que existe en esta isla, deberíamos ser los jefes del
negocio, y ellos deberían sentir que están endeudados únicamente con [la] conexión
británica por los beneficios que han recibido de una cierta libertad de comercio”, le
escribió Edward Cobert, agente británico en Saint Domingue, a lord Balcarres, el
gobernador de Jamaica, en marzo de 1801 (énfasis añadido).

En julio de 1800 Rigaud fue derrotado, y la colaboración estadounidense con Toussaint


se extendió más allá del comercio: la flamante armada estadounidense ahora desplegaba
“buques de guerra”, como les llamó Stevens, para ayudar a Toussaint a consolidar su
poder. Toussaint había aplicado la política fiscal diseñada por Hamilton, que modernizó
en gran medida la recaudación y aumentó la cantidad de ingresos obtenidos por el
Estado, además de estimular el comercio y la producción. Se les solicitó a los colonos
blancos que se habían exiliado que regresaran, y se les restituyeron sus derechos de
propiedad, exceptuando sus esclavos, por supuesto. Aun en la era de la esclavitud la
producción agrícola de Saint Domingue necesitaba algo más que un azote; entre otras
cosas, existía un sistema de irrigación considerable, lo que explica el porqué una
hectárea de tierra en Saint Domingue producía dos tercios más de azúcar que la misma
superficie en la Jamaica británica. Pero mantener ese sistema requería de las destrezas
de los hacendados blancos, así como también de su capacidad de organizar la
producción.

Para los negros la esclavitud había significado trabajo arduo en las plantaciones. La
emancipación significaba, por encima de todas las cosas, no tener que seguir trabajando
en las plantaciones. De haber continuado eso, se hubiera venido abajo la economía, y el
país caído de nuevo en la esclavitud. Toussaint los obligó a regresar a la tierra. “Para
poder asegurar nuestras libertades, que son indispensables para nuestra felicidad, cada
individuo debe tener un empleo útil para contribuir al bien público y a la tranquilidad
general”, explicó Toussaint. “Ustedes comprenderán con facilidad, ciudadanos, que la
agricultura es el sostén del gobierno, ya que es la base del comercio y la riqueza, la
fuente de artes e industrias, mantiene a todos empleados por ser el resorte de todos los
oficios”.

Una cuarta parte de todos los ingresos de las plantaciones ahora iba a los trabajadores;
quedaba prohibido el castigo corporal; y el día laboral constaba de nueve horas,
probablemente por primera vez en la historia. Otra parte de los ingresos era para el
Estado y, con este ingreso, Toussaint construyó caminos, escuelas (aunque Napoleón
rehusó enviarle maestros, de los que había una gran necesidad), puentes, hasta ciudades
enteras, y pagó por la defensa del país. Según ex empleados del banquero Stephen
Girard de Filadelfia, éste se robó unos 6 millones de francos destinados a la adquisición
de armas que Toussaint depositó con él.

El programa de Hamilton rindió frutos. Durante el Gobierno de Toussaint, en 18 meses


la producción regresó a dos tercios de lo que había sido durante los tiempos de mayor
prosperidad antes de la Revolución. “La colonia de Saint Domingue, de la que yo era
comandante, gozaba de una gran tranquilidad, y de una cultura y comercio florecientes”,
escribió Toussaint en sus Memorias. “La Isla había obtenido un grado de esplendor que
aún se considera sin igual, y os digo yo, por obra mía”; esto, a pesar de los estragos de
casi una década de guerras ininterrumpidas.

Sin embargo, mientras proveía el bienestar material de sus compatriotas, Toussaint no


descuidaba su exaltación moral.

“En todas sus proclamas, leyes y decretos”, nos cuenta el historiador C.L.R. James,
Toussaint “insistió en principios morales, en la necesidad de trabajar, en el respeto a la
ley y el orden, en el orgullo por Saint Domingue, en la veneración de Francia. (. . .)

“En elevar a las personas hasta el nivel en que entendieran las obligaciones y
responsabilidades de la libertad y la ciudadanía”.

Todo comenzó a cambiar una vez que los federalistas de EU se dividieron en facciones.
Pickering y otros aliados de Hamilton renunciaron al gabinete de Adams. La ruptura en
las filas federalistas condujo a la derrota de Adams en su intento de reelección
presidencial, y el Congreso tuvo que decidir entre Jefferson y Aaron Burr en las
elecciones presidenciales de 1800.

Jefferson en contra de Haití


Tan pronto como el presidente Jefferson asumió el poder el 4 de marzo de 1801, adoptó
una política contra el gobierno de los antiguos esclavos.

Stevens fue remplazado por Tobias Lear, a quien, a diferencia de su predecesor, no se le


concedieron facultades diplomáticas.

Jefferson sugirió que una vez que Francia y Gran Bretaña hicieran las paces, Estados
Unidos debería actuar de común acuerdo con ellos, “para confinar la peste a esta isla”.
Saint Domingue, afirmó, sería un “receptáculo” adecuado para confinar a los negros en
el Hemisferio Occidental que ya no fueran deseados en una sociedad civilizada.
Toussaint “podría estar dispuesto — afirmó Jefferson— a recibir aun a esa clase que
sería exiliada por actos que nosotros consideramos criminales, pero que para él podrían
ser meritorios”.

Jefferson también le informó al ministro de Relaciones Exteriores de Napoleón,


Talleyrand, que Estados Unidos estaba deseoso de abastecer al Ejército y a la Armada
franceses de todo lo que necesitaran, si se decidían a reconquistar Saint Domingue.

El 1 de octubre de 1801 Gran Bretaña y Francia acordaron la paz de Amiens, y los


franceses le preguntaron a los británicos si tendrían alguna objeción a que ellos
reconquistaran Saint Domingue. Los británicos no tenían ninguna objeción; hasta
ofrecieron proporcionarles provisiones desde Jamaica. Lo que sí pidieron fue enviar una
flota de observación para acompañar a los invasores.

Seguro del apoyo estadounidense y británico, Napoleón armó una flota de invasión
enorme, a pesar de las objeciones de su esposa, Josefina, quien recibía giros regulares
de Toussaint, por una plantación en Saint Domingue de la que ella era socia.

“Los blancos han sido entregados a la ferocidad de los negros”, afirmó Napoleón en una
ocasión. “Si hubiera estado en Martinica, yo habría estado a favor de los ingleses. . .
Estoy a favor de los blancos, porque soy blanco. No tengo ninguna otra razón, porque
ésa es una buena razón”.
Acompañaban al comandante de la expedición, Víctor–Emmanuel Lecrec, su esposa
Paulina, la hermana de Napoleón, y dos de los hijos de Toussaint que habían estado
estudiando en Francia. Las fuerzas francesas, que contaban con unos 20.000 hombres,
arribaron en febrero de 1802. Napoleón le dio la instrucción a Lecrec de que procediera
por etapas: primero, convencer a los haitianos que él se encontraba allí sólo para
restaurar la autoridad francesa; que no les quitaría nada. Segundo, desarmar a los negros
y disolver sus ejércitos. Tercero, deportar a Toussaint y a sus colaboradores clave.
Cuarto, restaurar la esclavitud.

En un primer momento, Lecrec topó con fiera resistencia, pero pronto se desmoronó.
Los generales de Toussaint comenzaron a rendirse uno tras otro, aun su propio hermano
Paul L’Ouverture, y para mayo de 1802, el mismo Toussaint se entregó a Lecrec, quien
le permitió retirarse a su finca.

El desmoronamiento de la resistencia se debió a varios factores, uno de los más


importantes fue el asunto Moyse, en la estimación de la inteligencia francesa, y también,
posteriormente, la del rey Christophe. Unos meses antes de la invasión de Lecrec,
Moyse, uno de los generales más valientes de Toussaint, había incitado a los negros a
rebelarse contra los hacendados blancos y la Constitución de Toussaint de 1801.
Toussaint respondió sometiendo a Moyse a una corte marcial y ejecutándolo; acción
ésta que muchos haitianos interpretaron como que Toussaint tomaba partido a favor de
los blancos en contra de los negros.

Sin embargo, quizá aun más importante que lo de Moyse, fue el retiro del respaldo de
EU, que se alió con los británicos y los franceses en contra de Saint Domingue.

Un mes después de su rendición, Lecrec ordenó que Toussaint fuera arrestado junto con
su esposa, hijos y miembros de su estado mayor. Todos fueron embarcados para
Francia. En Brest, su esposa y sus hijos fueron separados de Toussaint, a quien
encerraron en el fuerte de Joux, en los Alpes, en la frontera suiza.

“Si dejara constancia de los varios servicios que le presté al Gobierno, necesitaría
muchos volúmenes, y aun así no alcanzaran; y, como recompensa por todos estos
servicios, he sido arrestado de forma arbitraria en Saint Domingue, atado, embarcado
como un delincuente, sin respeto a mi jerarquía, sin la mínima consideración. ¿Es ésta la
recompensa por mis servicios?”

Añade Toussaint en sus Memorias: “Me quitan la libertad, me separan de todo lo que
considero querido en el mundo, me separan de un padre venerable de 105 años de edad
que necesita mi asistencia, de mi muy amada esposa, quien temo que, separada de mí,
no podrá soportar las congojas que la abruman, y de mi preciada familia, que representó
la felicidad de mi vida.

“Al arribar a Francia le escribí al primer cónsul y al ministro de la Marina; les informé
de mi situación, y les solicité ayuda para mi familia y yo. . . En lugar de ello, recibí la
vestimenta semirraída de un soldado, y calzado en la misma condición. ¿Necesitaba esta
humillación, encima de mis desgracias?”

Sin visitas permitidas, en aislamiento riguroso, con provisiones cuidadosamente


limitadas, y con sólo vestimentas gastadas para enfrentar el invierno crudo en los Alpes,
luego de haber pasado su vida en el trópico, Toussaint murió de neumonía el 7 de abril
de 1803.
Triunfa la resistencia en Haití
En Haití, el general Charles Belair organizaba la resistencia nuevamente, pero el general
de Toussaint, Jean–Jacques Dessalines, quien se había pasado a las filas de Lecrec,
capturó a Belair y lo ejecutó. Ese verano Napoleón restauró la esclavitud en Martinica y
Guadalupe, y los ex generales de Toussaint supieron con claridad que sólo era cuestión
de tiempo antes que la esclavitud fuera reinstaurada en Saint Domingue. El 10 de
octubre de 1802 el general mulato Clairvaux se unió a los rebeldes negros en la llanura,
y días más tarde lo siguieron el general mulato Alexandre Petión (quien más tarde sería
Presidente de Haití), Christophe y Dessalines.

Lecrec falleció a causa de la fiebre amarilla poco después. Fue sucedido por el vizconde
de Rochambeau, hijo del general al mando de las fuerzas francesas en Yorktown. A
diferencia de su padre, quien fue encarcelado y exiliado por su oposición a los excesos
sangrientos del Terror jacobino, el vizconde era un carnicero sádico. “No se permitirá
ninguna ración o concesión para el mantenimiento de estos perros”, instruyó a uno de
sus oficiales en una ocasión. “Les darán de comer negros”.

Pero su brutalidad no pudo impedir su derrota a manos de los antiguos esclavos, y


Rochambeau se rindió a los británicos —con quienes Francia había reanudado las
hostilidades— en noviembre de 1803, para no tener que entregarse a los negros
haitianos.

En total, unos 60.000 franceses murieron en el intento de reconquista.

“Debí haberme sentido satisfecho gobernando a través de Toussaint”, diría Napoleón


años más tarde en la prisión de Santa Helena. Explicó que había atacado a Saint
Domingue porque lo habían inducido a creer que Toussaint era un agente británico, y
había cedido a sus ministros, en especial a Talleyrand, “apurado por los clamores de los
colonos, quienes formaban un partido importante en París, y eran además. . . casi todos
realistas o agentes pagos de la facción inglesa”.

En un manifiesto emitido en 1814, diez años después de la Declaración de


Independencia de Haití, el rey Christophe afirmó que los colonos blancos, “tuvieron el
descaro de reclamar como sus esclavos a hombres que habían ganado eminencia por
prestarle los servicios más brillantes a su país, tanto en el ámbito civil como en el
militar”. Esta “facción de los colonos odiosos de la libertad, estos traficantes de carne
humana. . . no cesaron de impregnar a los sucesivos Gobiernos de Francia con sus
proyectos”, decía el manifiesto.

“A favor de la independencia con la Asamblea Constitucional, terroristas con los


jacobinos, y finalmente bonapartistas acérrimos, ellos sabían cómo adoptar la máscara
de cualquier partido con el fin de obtener puestos y favores. Fue así, por sus consejos
insidiosos, que alentaron a Bonaparte a emprender esta inicua expedición a Haití”.

Aun antes de la rendición de Rochambeau, Napoleón se había dado cuenta que la causa
estaba perdida, y que ya no necesitaba a Luisiana, cuya soberanía España había
acordado devolverle a Francia. Nueva Orleáns es “un lugar singular, cuyo poseedor es
nuestro enemigo natural y habitual”, le escribió Jefferson en 1802 a su embajador en
Francia, a quien le expresó su temor por la presencia francesa en el continente
americano: “El día que Francia tome posesión de Nueva Orleáns, fija la sentencia que la
va a confinar para siempre dentro de la marca de nuestra marea baja”, dijo. “Desde ese
momento tendremos que casarnos con la nación y la flota británicas”.

Pero, con los haitianos a punto lo lograr la victoria, y la reanudación de las hostilidades
con Inglaterra, Napoleón decidió venderle Luisiana a Estados Unidos, que con la
adquisición duplicó su territorio de un solo golpe.

“Al clima fatal de Saint Domingue y al coraje y resistencia obstinada de sus habitantes
negros, les debemos los obstáculos que retardaron la colonización de Luisiana hasta el
momento favorable cuando una ruptura entre Inglaterra y Francia le dio un nuevo giro a
los proyectos de esta última”, escribió Alexander Hamilton en un editorial publicado el
5 de julio de 1803 en el New York Evening Post.

Jefferson les dio las gracias a los haitianos suspendiendo todo comercio con ellos en
1804, tal y como lo demandó Talleyrand, lo que le dio un monopolio a los británicos.

El historiador C.L.R. James cuenta que a principios de 1805 Dessalines, quien se coronó
a sí mismo emperador de Haití poco después de la independencia, ordenó la masacre de
todos los blancos, excepto de los británicos y estadounidenses. El acto ha sido calificado
como “un ejemplo típico de salvajismo negro”. La verdad, afirma James, es que cuando
el Congreso que proclamó la independencia de Haití se reunió en Gonaives, hubo tres
ingleses presentes, uno de los cuales era Cathcart, un agente del Gobierno británico.
Estos agentes le dijeron a Dessalines que Inglaterra entablaría relaciones comerciales
con Haití, sólo “cuando el último de los blancos haya caído bajo el hacha”, escribe
James.

“Esos caníbales civilizados querían abrir una brecha entre Haití y Francia para
quebrantar cualquier posibilidad de unión. . . Se trata de uno de los crímenes más
infames e injustificables de esta historia miserable”.

La deuda de EU con Haití . . .


No fue sino hasta 1862 que el senador Charles Sumner, un discípulo de John Quincy
Adams, logró que el Senado de EU aprobara una resolución mediante la cual se le
extendía el reconocimiento diplomático a Haití. La misma fue promulgada por el
presidente Abraham Lincoln el 5 de junio de ese año.

Ese acto, y el nombramiento, algunos años más tarde, de Frederick Douglass como
enviado estadounidense, marcan los puntos salientes de las relaciones entre Estados
Unidos y Haití desde el Gobierno de John Adams.

Desde entonces, ha venido cuesta abajo. Hubo la invasión ordenada por el racista
Woodrow Wilson a principios del siglo pasado, y la posterior ocupación, durante la cual
llegaron hordas de antropólogos a lavarles el cerebro a los haitianos para que creyeran
que el vudú era su verdadera religión. Fueron esos mismos antropólogos y etnógrafos
los que reclutaron a un médico poco conocido, llamado François Duvallier, a
capacitarse a Estados Unidos, y lo regresaron a Haití como el gran sacerdote de esa
religión.
Las indignidades no cesan. USAID gasta millones para promover el criollo haitiano, un
idioma que no se habla en ninguna otra parte del mundo, lo cual asegura el aislamiento
de Haití; pero casi nada se invierte en erradicar el analfabetismo que aflige a la
abrumadora mayoría de los haitianos.
Al reparar estas injusticias hoy, los estadounidenses tienen la oportunidad de saldar la
deuda con Haití por el territorio de Luisiana, y por la sangre que los haitianos
derramaron por la libertad de Estados Unidos en Savannah y Yorktown.

. . . Y la de Iberoamérica
Pero no sólo Estados Unidos. Cuando Simón Bolívar escapó de un atentado contra su
vida en 1815 durante su exilio en Jamaica, buscó refugio en Haití, donde el presidente
Petión le brindó apoyo para que reanudara su lucha contra los españoles, a cambio de
una promesa de liberar a los esclavos. Apertrechado por Petión, Bolívar desembarca en
Margarita, pero no logra triunfar y se refugia nuevamente en Haití, donde el presidente
Petión vuelve a darle dinero, armas, municiones y hombres para que regrese a la lucha a
fines de 1816. Esta vez sí logra triunfar, así que los países de la Gran Colombia, al
menos, le deben su independencia al ejemplo de Haití, a la sangre derramada por los
haitianos en Sudamérica, y al apoyo material que el presidente haitiano Petión le brindó
a Bolívar. Pero esas naciones probaron ser tan ingratas como Estados Unidos.

Si bien es cierto que Bolívar declaró la abolición de la esclavitud a la par que la


independencia, los esclavos no lograron su plena libertad por muchos años. No fue sino
hasta 1851 que la esclavitud fue abolida del todo en Colombia, y hasta 1854 que lo fue
en Venezuela.

El Libertador tampoco invitó a los haitianos a participar en el Congreso Anfictiónico


que convocó en Panamá en 1826, y uno de sus ministros dijo que el Gobierno de
Colombia veía con gran repugnancia la idea de tratar a Haití con la etiqueta que por lo
general mantienen entre sí las naciones civilizadas. De hecho, Bolívar ni siquiera le
extendió el reconocimiento diplomático a Haití, y no es sino hasta 1894 —casi tres
décadas después que lo hace Estados Unidos— que Venezuela, la patria del Libertador,
finalmente decide reconocer a Haití.
RE: 215 años después: La Deuda con La Primera Nacion Libre de Latinoamérica.
Algunas imágenes de la Revolución Haitiana

Heroes del Movimiento

Bois Caïman 14 de agosto de 1791


Comienzo del Movimiento que produjo la primer nación libre de Latinoamérica.

Estas guerras haitianas destacaron por su crueldad, fue una guerra interracial, más que
nacional, pues había blancos que de hecho y de derecho eran tanto o más haitianos que
los negros esclavos; no quedó ni un blanco vivo en todo Haití. Incluso en algunos casos
las cabezas de los niños pequeños se colgaron de las picas.
Expulsadas las élites, hoy desgraciadamente Haití es , sin lugar a dudas, la Nación más
pobre de toda América y una de las más pobres del mundo. Su estado es deplorable , su
inestabilidad constante y su medio ambiente está totalmente destruido y arrasado. La
pobreza está por doquier y no hay visos de mejora.
Eson sin contar las numerosas dictaduras que hasta hoy han gobernado la isla,
esclavizando a sus propios concidudadanos. Los negros lograron la abolición de la
esclavitud, pero no encontraron la verdadera libertad jamás. Un tirano con el ridículo y
pomposo nombre de Emperador , (imitando a Napoleón) se instaló en un fastuoso
castillo Palacio ( Jacques I, Faustino I...) y reprodujo lo peor de Europa , sin compaginar
lo bueno de ella: escuelas, hospitales, obras públicas, comercio, etc.
Los franceses y los europeos fueron expulsados y/o exterminados totalmente de Haití,
pero ello, siento disentir no la convirtió en una Nación Libre. Para ser libre hace falta
algo más que que te tiranize y te explote uno que tenga el mismo color de tu piel.

PRECISAMENTE UNO LOS LÍDERES DE LA INDEPENDENCIA DOMINICANA


FRENTE A LA TIRANÍA MILITAR Y EXPANSIONISTA HAITIANA FUE UN
PORTORRIQUEÑO MEDIO FRANCÉS HIJO DE LOS QUE CONSIGUIERON
HUIR DE LA MATANZA DE BLANCOS O MULATOS:
En el año de 1807, en las plantaciones cañeras de Hormiguero, Mayagüez, en la vecina
Puerto Rico, nació Antonio Duvergé. Sus padres, José Duvergé y María Juana
Duval, de origen francés, habían emigrado de la antigua colonia de la parte
Occidental de Santo Domingo, huyendo de la matanza de blancos que desde el
inicio de la revolución francesa se había desarrollado en ese lugar. Todo parece
indicar que el padre era blanco y la madre mulata. De Puerto Rico regresaron a Santo
Domingo estableciéndose en 1808 en la parte oriental, en la villa de El Seybo, durante
el mandato colonial del General Ferrand que había invitado a los franceses para que se
establecieran en esa parte de la isla. En esa comarca pasó la infancia de Antonio
Duvergé, trasladándose más tarde a San Cristóbal. Transcurría entonces el período de la
ocupación haitiana que había comenzado en 1822, cuando Juan Pedro Boyer unificó los
dos pueblos bajo su mandato.

Primero no solo discrepo de tu visión de las Guerras Haitianas si no que creo que estas totalmente equivocado en tu
apreciación histórica del conflicto.

Primero comienzo con tu primera apreciación y te cito:

"Estas guerras haitianas destacaron por su crueldad, fue una guerra interracial, más que nacional, pues había blancos
que de hecho y de derecho eran tanto o más haitianos que los negros esclavos; no quedó ni un blanco vivo en todo
Haití. "

Primero esa aseveración era total y absolutamente falsa, primero el dato democrático es falso, en Haití o San
Domingue nombre con el cual se conocía a la colonia francesa en 1791 (año del comienzo de la rebelión de Esclavos
que dio paso a lo que luego fue la Guerra de Independencia) existían unos aproximadamente 25,000 blancos, 30,000
negros o gente de color libre y 500,000 esclavos. O sea estamos hablando que en 1791, el 90% de la población eran
negros esclavos y eso es sin contar los negros libres, por ende yo sinceramente desconozco de donde tu sacas que
había tanto o mas blancos que negros esclavos, por lo tanto esa primera aseveración es 100% incorrecta y no se
acerca ni ínfimamente a la realidad.

Lo otro que tu comentario el cual cito comenta es que esto fue una guerra interracial mas que nacional y eso no es del
todo cierto ya que en mas de una ocasión la comunidad mulata y negra libre, ofreció sus servicios para combatir la
rebelión en 1791, y la comunidad blanca dentro de su arrogancia racial rehusó la ayuda incrementando incluso la
persecución y masacres de mulatos y negros libres durante la supresión de la rebelión de 1791. Eso es solo un
ejemplo de como esto no siempre entra dentro de lo que es una guerra interracial. Otro ejemplo esta en la Guerra de
las Cuchillas de 1799-1800 (lo cual es parte de las guerras Haitianas) donde Negros y Milicianos blancos al mando de
Toussaint Louverture derrotaron a mulatos rebeldes que se habían levantado en contra del Gobierno del entonces
Gobernador General de San Domingue, Toussaint Louverture, ese es otro ejemplo de como esto no es tan sencillo
como describirlo como una guerra interracial y existen muchísimos mas que no estoy mencionando.

Sobre la matanza de blancos en Haití, eso fue una atrocidad, pero nuevamente no es del todo cierta ya que bajo la
Constitución de Jean Jacques Dessalines (Emperador Jaques I) se definía a Negro como todo Ciudadano de Haití sin
diferencia de raza, esto incluya a blancos que pelearon por Toussaint y por Dessalines durante la guerra de
Independencia e incluso incluía a unidades polacas que vinieron a pelear con los franceses y que en medio de la
guerra desertaron y se pasaron a los rebeldes, estos blancos no fueron asesinados ni ningún otro que era considerado
Negro bajo la Constitución Imperial de Jean Jacques Dessalines, tampoco fueron asesinados blancos provenientes de
Gran Bretaña y EEUU bajo explicitas ordenes de Jean Jaques Dessalines. La matanzas fueron dirigidas a Franceses y
ex-propietarios de esclavos que aun permanecían en Haití o que regresaron a petición de Jean Jaques Dessalines. Las
matanzas fueron horribles e injustificadas, pero las mismas eran producto de la brutalidad a la cual los franceses
sometieron a los patriotas haitianos durante la guerra de Independencia. Por ende nuevamente esto no es tan simple
como una matanza de negros contra blancos, esto es muchos más profundo y complicado.
Por otro lado me gustaría comentar la litografías por que es interesante como te refieres a ellas con tanto horror pero
no te preguntas donde están las litografías de las violaciones, atrocidades y pogromos que sufrieron los mulatos y
negros libres a manos de los blancos durante las primeras semanas de la insurrección aun cuando este grupo ofreció
ayudar a reprimir la revuelta, o por que no hay litografías de Vicente Oge, un líder mulato cuando fue ejecutado en la
rueda por levantarse en armas cuando los colonos blancos se negaron a que la Declaración de los derechos del
hombre se aplicara a los mulatos y negros libres cosa a la que los blancos se negaba. O peor aun, por que no te
preguntas donde están las litografías de prisioneros haitianos siendo llevados a alta mar y ahogados durante la guerra
de independencia. Mi amigo me parece que tu horrorizacion esta como que inclinada a un lado y ese lado es el de los
esclavistas lo cual me lleva a preguntarte y cito:

"Expulsadas las élites, hoy desgraciadamente Haití es , sin lugar a dudas, la Nación más pobre de toda América y una
de las más pobres del mundo. Su estado es deplorable , su inestabilidad constante y su medio ambiente está
totalmente destruido y arrasado. La pobreza está por doquier y no hay visos de mejora.
Eson sin contar las numerosas dictaduras que hasta hoy han gobernado la isla, esclavizando a sus propios
concidudadanos. Los negros lograron la abolición de la esclavitud, pero no encontraron la verdadera libertad jamás. "

¿Y que es lo que tu hubieses preferido? ¿La continuación de la esclavitud durante 50 años mas como termino
sucediendo en las colonias donde los franceses si fueron victoriosos en contra de los esclavos que libero en 1795 y
luego esclavizó en 1802 o peor aun, el exterminio ya que esa era la recomendación que envio el Capitan General
Leclerc a Napoleón en 1802 en caso de una victoria sobre los sublevados? Explícate por que eso es lo que das a
entender con tu comentario a demás de desconocimiento de la situación y proceso histórico haitiano.

Saludos
Javier Del Valle Ávila

:"Estas guerras haitianas destacaron por su crueldad, fue una guerra interracial, más que
nacional, pues había blancos que de hecho y de derecho eran tanto o más haitianos que
los negros esclavos; no quedó ni un blanco vivo en todo Haití.
"Primero esa aseveración era total y absolutamente falsa, primero el dato democrático
es falso, en Haití o San Domingue nombre con el cual se conocía a la colonia francesa
en 1791 (año del comienzo de la rebelión de Esclavos que dio paso a lo que luego fue la
Guerra de Independencia) existían unos aproximadamente 25,000 blancos, 30,000
negros o gente de color libre y 500,000 esclavos. O sea estamos hablando que en 1791,
el 90% de la población eran negros esclavos y eso es sin contar los negros libres, por
ende yo sinceramente desconozco de donde tu sacas que había tanto o mas blancos que
negros esclavos, por lo tanto esa primera aseveración es 100% incorrecta y no se acerca
ni ínfimamente a la realidad.

Cuando digo "había blancos que de hecho y de derecho eran tanto o más haitianos que
los negros esclavos", no me estoy refiriendo a su número, no digo que "los blancos eran
tantos o más que los negros esclavos" como vd. parece haber entendido. Estoy hablando
de la condición de haitianos, de ciudadanía, . ¿entiendes lo que he querido decir?, no me
estaba refiriendo a ningún dato demográfico (como creo que has querido decir al utilizar
la palabra "democrático".). Estimo que ha habido un malentendido, pues mi afirmación
no tiene nada que ver con la respuesta.

En cuanto al resto pienso que esta afirmación me da la razón más que quitarmela: bajo
la Constitución de Jean Jacques Dessalines (Emperador Jaques I) se definía a Negro
como todo Ciudadano de Haití sin diferencia de raza,
Una Constitución que define a los Ciudadanos de Haití con el epíteto de "negros"
evidentemente no se ha hecho pensando en todos los haitianos, sino en una parte de
ellos. Es un racismo al revés de los negros contra los blancos.,¿Si yo o Vd. fuesemos
haitianos, porque tendría la Constitución que calificarnos de Negros, o de Blancos o de
Mestizos? Simplemente bastaría con que nos llamasen ciudadanos, personas,
haitianos,patriotas, etc.
ambién añadir que Haití y San Domingue son dos palabras geográficas que engloban
realidades geográficas y políticas diferentes. SAINT DOMINGUE ES EL NOMBRE
FRANCES DE LA ISLA DE SANTO DOMINGO O LA ESPAÑOLA COMO LA
LLAMAN AUN LOS INGLESES y estadounidenses,. SAN DOMINGUE ES UNA
MEZCLA DEL NOMBRE ESPAÑOL, SAN Y FRANCES,DOMINGUE, QUE A
VECES UTILIZARON LOS INGLESES. La parte oriental de la isla fue cedida por
España a Francia en 1795 por el Tratado de Basilea. En 1791 todavía era española y en
la misma no había rebeliones. Sí las había en la parte occidental, el verdadero Haití.
Este Haití expansionista simpre se opondría a las ansias de libertad de los dominicanos
que tuvieron varias guerras con ellos y sufrieron también numerosos ataques e
invasiones . Haitianos y domincanos historicamente son antagónicos, pues la República
Dominicana no obtendría su independencia luchando contra España sino luchando
contra los invasores haitianos de cultura afrofrancesa y lengua creole, totalmente ajena
al Santo Domingo hispano.

Primero que nada quedo aclarado, es demográfico no democrático, fue un error de teclado de mi parte y quedo
corregido.

Fuera de eso, ahora entiendo tu comentario y cito tu explicación:

"Cuando digo "había blancos que de hecho y de derecho eran tanto o más haitianos que los negros esclavos", no me
estoy refiriendo a su número, no digo que "los blancos eran tantos o más que los negros esclavos" como vd. parece
haber entendido. Estoy hablando de la condición de haitianos, de ciudadanía, . ¿entiendes lo
que he querido decir?, no me estaba refiriendo a ningún dato demográfico (como creo
que has querido decir al utilizar la palabra "democrático".). Estimo que ha habido un
malentendido, pues mi afirmación no tiene nada que ver con la respuesta."

Tienes toda la razón, fue un malentendido de mi parte.

Teniendo eso claro ahora entro en tu afirmación ahora correctamente entendida y aclarada. Creo que el comentario
esta errado ya que los blancos en Haití (San Domingue) eran ante la ley y ante ellos mismos, Criollos franceses no
Haitianos ni nada por el estilo. Lo otro es que estas asumiendo (al menos eso es lo que asumo cuando dices que
habían blancos de hecho y derecho eran mas haitianos que los negros esclavos)de la Revolución Haitiana comienza
como una Guerra de Independencia cosa que no es cierto, la Revolución Haitiana no se torna en una Guerra de
Independencia hasta que las primeras noticias de la reinstitución de la esclavitud en Guadaloupe por parte de los
franceses en los últimos dos años de la guerra, llegan a Haití y aun así, la independencia no se declara hasta ya
finalizada la Guerra. Teniendo todo eso claro, las guerras haitianas en su mayor parte, NO FUE UN CONFLICTO
POR LA INDEPENDENCIA.

Por otro lado comentas y cito:

"En cuanto al resto pienso que esta afirmación me da la razón más que quitarmela: bajo
la Constitución de Jean Jacques Dessalines (Emperador Jaques I) se definía a Negro
como todo Ciudadano de Haití sin diferencia de raza,
Una Constitución que define a los Ciudadanos de Haití con el epíteto de "negros"
evidentemente no se ha hecho pensando en todos los haitianos, sino en una parte de
ellos. Es un racismo al revés de los negros contra los blancos.,¿Si yo o Vd. fuesemos
haitianos, porque tendría la Constitución que calificarnos de Negros, o de Blancos o de
Mestizos? Simplemente bastaría con que nos llamasen ciudadanos, personas,
haitianos,patriotas, etc."

No, no te doy la razón por que tu afirmas que no quedo un solo blanco en Haití y que esto fue un conflicto racial
cuando ese enunciado que yo dije explica por que la situación no es así de simple como la estableces. Ahora vamos a
lo que estableces aquí, en donde dices que esto es racismo al revés. Primero esto no es racismo al revés por que si lo
fuera, entonces hubiese pasado lo que tu mencionaste al principio una masacre de TODOS LOS BLANCOS EN
HAITI. Lo que la Constitución de 1805 (la Constitución de Dessalines) expone es una reacción al sistema anterior
francés en donde había un sinnúmero de clasificaciones raciales en la cual la población era clasificada, y para
eliminar eso se decidió clasificar como negro a todos los ciudadanos haitianos y como blancos a los extranjeros sin
importar la verdadera raza de la persona, por ende esto no es una cuestión racial es una cuestión de respuesta a un
sistema anterior en donde existían decenas de clasificaciones raciales con derechos y privilegios correspondientes a
cada clase, en ese caso, el sistema de Dessalines era 100 veces mas justo que el anterior, eliminando quizás la
terminología.

Tu preguntas por que entonces no se los llamo ciudadanos, sencillo primero por que la palabra ciudadano al momento
(1805) tenia una connotación francesa y luego de haber peleado una guerra genocida contra los franceses, no creo que
uno pueda culpar a los patriotas haitianos de decidir no usar ese termino a secas, y segundo, por que el termino
ciudadano era uno que no había evitado ni la esclavitud (la esclavitud fue abolida años después de que la Revolución
Francesa "universalizara" el termino Ciudadano) ni evitaba la discriminación racial como se demostró meses antes de
la revuelta en 1791 cuando al líder mulato Vicente Oge se le negaron los derechos de la Declaración de los Derechos
del Hombre por su condición racial, por ende todo esto es muchísimo mas complicado de lo que tu crees y no es
meramente una cuestión racial o de unos salvajes masacrando mujeres y niños como aparentemente diste a entender
cuando comentaste esto por primera vez.

Por otro lado comentas sobre el Escudo de Armas Haitiano y cito:

"L´UNION FAIT LA FORCE (La unión hace la fuerza es lema que campea en su escudo que en este caso bien se
llamaría de armas, a la vista de tanto cañón, alabarda , balas, fusiles , bayonetas y sacos de pólvora) Sin embargo yo
personalmente en la Historia de Haití aprecio BEAUCOUP DE LA FORCE, TROP DE FORCE ET PEU DE L
´UNION"

Primero me gustaría mencionar que noto en tu comentario (y por varios de tus escritos) algo de antagonismo hacia la
Nación Haitiana lo cual me parece que es inapropiado si lo que estamos haciendo es un análisis histórico, Segundo y
a lo que viene mí comentario, en ese escudo hay armas, cañones, bayonetas etc etc etc, por que esos fueron los
instrumentos de liberación y no hay nada, pero absolutamente nada malo en eso, mas aun en el contexto haitiano
donde no solo se peleaba por la libertad si no por la existencia y el derecho de ser reconocidos como seres humanos, y
eso no sucedió, en ninguna de las luchas independentistas de Latinoamérica.

Para ir terminando, San Domingue era el nombre francés de la Isla de la Española pero era también el nombre oficial
de la Colonia Francesa en el tercio occidental de la isla, por ende las aclaraciones son innecesarias. Yo hice referencia
al nombre por que Haití era el nombre taino de la isla y fue el nombre escogido por Dessalines para nombrar al nuevo
país en 1804 ya que antes de eso, la colonia era conocida meramente como San Domingue.

Ahora sobre la zona oriental dices y cito:

" En 1791 todavía era española y en la misma no había rebeliones. Sí las había en la parte occidental, el verdadero
Haití. Este Haití expansionista simpre se opondría a las ansias de libertad de los dominicanos que tuvieron varias
guerras con ellos y sufrieron también numerosos ataques e invasiones . Haitianos y domincanos historicamente son
antagónicos, pues la República Dominicana no obtendría su independencia luchando contra España sino luchando
contra los invasores haitianos de cultura afrofrancesa y lengua creole, totalmente ajena al Santo Domingo hispano."

Déjame informarte que dicha zona fue cedida a Francia en 1795 mediante el Tratado de Basel trasladado a toda la isla
a la jurisdicción del gobierno de la colonia Francesa de San Domingue por ende a partir de 1795, la zona oriental
(actualmente Republica Dominicana) era parte de las guerras haitianas o Revolución Haitiana, por ende nuevamente,
esto no es meramente una cuestión expansionista, es una cuestión del juego político de la época en que como siempre
las potencias europeas se reparten el bizcocho, por ende no te olvides de eso antes de hacer un juicio valorativo sobre
Haití.

Por otro lado cuando Boyer anexa el Haití Español en 1822 que había declarado su Independencia de España (la parte
oriental de la isla fue devuelta a España luego de que los franceses lanzaran su campaña para reestablecer la
Esclavitud en 1802) con intenciones de unirse a la Gran Colombia, la anexión (luego de la negativa de la Gran
Colombia al a Anexión) se dio sin absolutamente ninguna resistencia, primero por que ya los criollos españoles
habían estado anteriormente bajo el gobierno de San Domingue bajo Toussaint Louverture y segundo por que el
territorio estaba esparcidamente poblado lo que hacia una resistencia prácticamente imposible.

Esa situación ya había cambiado en 1844 cuando los patriotas dominicanos se alzaron en armas en favor de la
independencia en contra de Haití, pero resumir esto a un mero intento expansionista haitiano como tu describes, esto
fue parte de un proceso histórico que entre otras cosas incluyo expansionismo (como ocurrió cuando Faustino I de
Haití, invadió a la Republica Dominicana en los 1850s) pero NO SE LIMITO A ESO.
Saludos
Javier Del Valle Ávila

Desde el Tratado o Paz de Basilea, la parte española de la isla Española o Santo


Domingo, dejó de ser española en el sentido de pertenencia a España. Otra cosa, como
es claro, es que españoles y descendientes de ellos quedarán allí hasta mucho después.
En 1802 la Isla no volvió a España como dices, ya hubiera querido, pero no fue así.
Godoy, primer ministro español que se vio obligado a firmar la Paz o rendición de
Basilea (nombre en castellano de la ciudad suiza de Basel que dices)en sus memorias
que escribió en su destierro de Francia, dijo claramente , tratándo de justificarse que
nunca hubo una paz mejor para España, pues con la cesión de Santo Domingo tal y
como estaba llena de insurgentes lo mejor que podía haber hecho España es librarse de
ella.
Si lo deseas puedo buscar la cita literal.

Saludos cordiales a Puerto Rico.

Saludos Arbiter.

Primero ¿Como tu vas a decir que la insurrección en el mas brutal sistema esclavista de América, (mas brutal que el
Británico, Holandés, Americano o Español) no tiene que ver nada con la libertad?

Sobre la independencia, eso a quedado claro la revuelta no comenzó como una guerra de independencia, eso lo e
dicho en varias ocasiones y sobre la democracia, aquí no recuerdo haber hablado de democracia alguna.

Ahora, ¿son estos lideres Héroes? Seguro que si ya que aun con sus atrocidades (atrocidades que no fueron cometidas
por todos) lucharon y liberaron a un pueblo entero de la esclavitud. ¿Que el sistema posterior era uno tirando? Cierto,
pero aun así era una liberación al momento de compararlo con el sistema anterior. Recuerdo cuando dijiste y cito:

"Expulsadas las élites, hoy desgraciadamente Haití es , sin lugar a dudas, la Nación más pobre de toda América y una
de las más pobres del mundo. "

haberte preguntado lo siguiente:

"¿Y que es lo que tu hubieses preferido? ¿La continuación de la esclavitud durante 50 años mas como termino
sucediendo en las colonias donde los franceses si fueron victoriosos en contra de los esclavos que libero en 1795 y
luego esclavizó en 1802 o peor aun, el exterminio ya que esa era la recomendación que envio el Capitan General
Leclerc a Napoleón en 1802 en caso de una victoria sobre los sublevados? "

La respuesta eso es clave.

Ahora yo no solo tengo conocidos que han viajado a Haití, si no tengo amigos haitianos y Dominicanos y te puedo
decir que eso que te cuentan no esta lejos de la realidad, lo que si esta lejos de la realidad es el vincular eso con los
sucesos de 1791 en donde una población esclava tomo las armas para liberarse de los esclavistas que los tenían como
esclavos y en el proceso establecieron la primera nación independiente de Latinoamérica, no por convicción, si no por
necesidad.

Sobre lo del Emperador, lo cual has mencionado varias veces, no te debería de parecer tan ridículo, después de todo
Napoleón, una criatura de la revolución francesa termino coronándose emperador a vítores de un pueblo francés que
menos de una década atrás había decapitado a su Rey, eso es ridículo. En Haití lo que tenemos es un sistema que
surge por necesidad y sin ningún patrón a seguir ya que después de todo en América solo EEUU era independiente en
1804 y no era un sistema probado aun, por lo tanto los únicos ejemplos que los Haitianos podían buscar eran los
Europeos ¿y cuales eran esos ejemplos? Monarquías, por ende lo de proclamarse Emperador no es otra cosa que algo
lógico en el momento.

En lo de España, veámonos al contexto de la discusión, yo menciones lo que menciones para poner en perspectiva la
contienda entre Republica Dominicana y Haiti, la cual tu meramente describes como una lucha entre Dominicanos en
contra de Expansionistas Haitianos cosa que es parte de la contienda pero no es toda la contienda o al menos no lo era
en los 1790s cuando Toussaint ocupo la parte Española de la Isla, ni lo era en 1822 cuando Boyer ocupo sin
Resistencia Santo Domingo. Por otro lado yo no dije que la Isla regreso a España en 1802, yo lo que dije fue que la
parte española regreso a España después de la Invasión Francesa en 1802 ya que anterior a eso España había cedido
su porción a Francia mediante el Tratado de Basel en 1795. Si el tratado fue mediante coerción, eso es irrelevante, el
Tratado de Firmo y fue aceptado y se implemento en la Española.

Saludos
Javier Del Valle Ávila

También quiero añadir y dejar muy claro que no tengo ninguna antipatía hacia Haití,
sino que simplemente en mi humilde ideario el FIN NUNCA JUSTIFICA LOS
MEDIOS , CUALQUIER MEDIO Y ESA ESTAMPA QUE NOS PONES DE
MATANZAS sanguinarias, DESPIADADAS DE CIVILES , MUJERES Y NIÑOS
CREO QUE NO EXPRESA EL MÁS MINIMO HEROISMO O DIGNIDAD, SINO
TODO LO CONTRARIO UNA BARBARIE. ESA ES LA ESTAMPA DE UNA
BARBARIE SR. RES-PUBLICA POR MUCHO QUE A VD. LE PAREZCA
HEROICA Y TODO UN LOGRO.
Recuerdo aquí la caballerosidad entre ambos bandos en la toma de la Ciudad de
Mobile (Alabama) por D. Bernardo de Gálvez, donde a petición inglesa se dejó salir a
mujeres y niños, que fueron escoltados por las tropas españolas a lugar seguro. Antes se
evitó el bombardeo de ciertas partes de la ciudad para no causar bajas civiles. Esa fue
una victoria digna y heroica, con humanidad, aunque a la postre no sirviera de nada

Tampoco es creíble, y se lo digo sin acritud, que Estados Unidos sin la ayuda de Haití
hubiera vuelto a caer en manos británicas.
Teniendo todo eso claro, las guerras haitianas en su mayor parte, NO FUE UN CONFLICTO POR LA
INDEPENDENCIA, Esto que Vd. afirma se contradice que todo lo que dice a lo ancho y largo del
debate, incluso con el mismo título del tema.

No obstante como su opinión me parece muy respetable si Vd. piensa que alguien tiene una deuda con
Haití que la pague.

De todas formas como parece que nuestra filosofía de la vida y de las cosas está muy distante Sr.
Res_Publica, ante la imposibilidad de llegar a un consenso, si le parece dejamos aquí zanjada la cuestión.
Si Vd. mira las estampas que nos ha puesto en todas ellas verá a negros matando a blancos (pero luego
afirma , a pesar de la evidencia que allí no había conflicto racial). Miré la liberación de la totalidad del
medio millón de esclavos de Haití era totalmente incompatible con la superviencia de sus amos. Lo
mismo que el ejemplo de Espartaco que nos cita, era totalmente incompatible con la existencia de la
misma Roma

Primero ¿Como tu vas a decir que la insurrección en el mas brutal sistema esclavista de América, (mas brutal que el
Británico, Holandés, Americano o Español) no tiene que ver nada con la libertad?

La respuesta a tú pregunta es tan obvia, que me parece inncesaria, pero ya que lo preguntas te lo voy a decir: Con
todo mi derecho a opinar, a tener mis ideas, a expresar mis conviciones y por la libertad de expresión. En ningún
momento he negado que el sistema colonial y esclavistas francés en Haití fuese brutal, ni mucho menos. PERO LA
BARBARIE NO SE COMBATE CON MÁS BARBARIE, PORQUE ENTONCES TODOS SON IGUAL DE
BARBAROS Y NO HAY MEJORES O PEORES. Y ESTO ES LO QUE LLEVO DICIENDO DESDE EL
PRINCIPIO DEL DEBATE Y NO OTRA COSA COMO VD. PARECE O QUIERE ENTENDER. LE ESTOY
HABLANDO DESDE UN PUNTO DE VISTA MORAL Y FILOSÓFICO, HUMANITARIO SI QUIERE. SI PARA
VD. MATAR MUJERES Y NIÑOS TIENE JUSTIFICACIÓN HISTÓRICA ALLÁ VD. PARA MI ESO NO
PUEDE NUNCA JUSTIFICARSE , NI MUCHO MENOS ATRIBUIRSE A ALGUNA CAUSA NOBLE.

La respuesta a tú pregunta es tan obvia, que me parece inncesaria, pero ya que lo


preguntas te lo voy a decir: Con todo mi derecho a opinar, a tener mis ideas, a expresar
mis conviciones y por la libertad de expresión. En ningún momento he negado que el
sistema colonial y esclavistas francés en Haití fuese brutal, ni mucho menos. PERO LA
BARBARIE NO SE COMBATE CON MÁS BARBARIE, PORQUE ENTONCES
TODOS SON IGUAL DE BARBAROS Y NO HAY MEJORES O PEORES. Y ESTO
ES LO QUE LLEVO DICIENDO DESDE EL PRINCIPIO DEL DEBATE Y NO
OTRA COSA COMO VD. PARECE O QUIERE ENTENDER. LE ESTOY
HABLANDO DESDE UN PUNTO DE VISTA MORAL Y FILOSÓFICO,
HUMANITARIO SI QUIERE. SI PARA VD. MATAR MUJERES Y NIÑOS TIENE
JUSTIFICACIÓN HISTÓRICA ALLÁ VD. PARA MI ESO NO PUEDE NUNCA
JUSTIFICARSE , NI MUCHO MENOS ATRIBUIRSE A ALGUNA CAUSA NOBLE.

Primero Arbiter, no malinterpretes lo que digo, y te cito:

"Si Vd. mira las estampas que nos ha puesto en todas ellas verá a negros matando a blancos (pero luego
afirma , a pesar de la evidencia que allí no había conflicto racial). "

Yo nunca dije que no hubiera n conflicto racial, yo lo que dije fue que esto no podía simplificarse en un conflicto
racial y te puse varios ejemplos como los mulatos pidiendo ayudar para sofocar la rebelión en 1791 y la Guerra Civil
entre Negros y mulatos con los colonos blancos en el bando de los negros entre 1799 y 1800, ese fue mi punto, no el
de negar la consideración racial en el conflicto. También me parece que tu crítica es de un solo lado ya que hablas
como si las atrocidades fueran de un bando nada más. Sobre la barbarie, lo heroico no es la barbarie, lo heroico es el
resultado de la lucha entiéndase la destrucción total del sistema esclavista en San Domingue y eso es heroico. Lo otro
de la Barbarie, es que aparentemente tu todavía estas en 1791 donde un negro que mata a una familia blanca en medio
de una rebelión de esclavos es un salvaje, pero cuando un blanco en masacra a familias negras enteras como
escarmiento a la revuelta aun cuando estas no tienen nada que ver con la revuelta (como paso en La Cap en 1791 con
negros y mulatos libres) ese blanco no lo es, esa es la inconsistencia de tu argumento al respecto y la base antagónica
a la que hice referencia.

Por otro lado criticas la barbarie, pero no expones de que otra forma se hubiese podido luchar (eso esta dentro del
contexto de la pregunta que te hice sobre que hubieses preferido una revuelta o una continuación de la esclavitud, la
cual no has contestado aun). Entendiendo todo eso, esto fue una guerra de atrocidades de ambos bandos sin embargo
tu estas empecinado en solo señalar la de un bando.

Ahora voy con lo que comentas sobre mi supuesta contradicción y cito:

"Esto que Vd. afirma se contradice que todo lo que dice a lo ancho y largo del debate, incluso con el
mismo título del tema. "

Primero la supuesta contradiccion es que -Teniendo todo eso claro, las guerras haitianas en su mayor parte,
NO FUE UN CONFLICTO POR LA INDEPENDENCIA- .

Primero, eso no es una contradicción, eso es una realidad histórica, la Revolución Haitiana no se
convierte en una Guerra de Independencia hasta que las primeras noticias de la reinstitución de la
Esclavitud en Guadalupe llegan a Haití a mediados de 1802, 11 años después del comienzo de la revuelta
de Esclavos. Por otro lado eso no contradice el titulo del tema ya que el titulo del tema habla de la
Primera Nación Libre de Latinoamérica y eso es una aseveración correcta ya que de todos los países
latinoamericanos en independizarse, Haití fue el primero. Para finalizar, el Articulo que puse en el tema
no contradice ninguno de esos dos hechos, simplemente expone una cronología de eventos en el cual
Haití o su Revolución ayudaron a tanto la Independencia y el permanecimiento de la Independencia de
EEUU y en la Independencia del Resto de Latinoamérica, por ende a menos que desconozcas la historia
de Haití (cosa que me parece sumamente obvio, en especial cuando llamas contradicción al argumento
exponiendo que las guerras haitianas en su mayor parte no fue un conflicto por la independencia algo que
es obvio para cualquiera que tenga un mínimo conocimiento del proceso revolucionario haitiano.)
entonces basado en ese desconocimiento es que tu puedes alegar contradicción.

Fíjate desde el principio mi única critica a ti a sido tu sobre simplificación del conflicto, un conflicto que
es el mas complejo de todos los procesos de liberación de América.

Ahora vamos a la pregunta que hice cuando tu dijiste que esto no era un conflicto por la libertad y cito tu
comentario:
"La respuesta a tú pregunta es tan obvia, que me parece inncesaria, pero ya que lo preguntas te lo voy a
decir: Con todo mi derecho a opinar, a tener mis ideas, a expresar mis conviciones y por la libertad de
expresión. En ningún momento he negado que el sistema colonial y esclavistas francés en Haití fuese
brutal, ni mucho menos. PERO LA BARBARIE NO SE COMBATE CON MÁS BARBARIE, PORQUE
ENTONCES TODOS SON IGUAL DE BARBAROS Y NO HAY MEJORES O PEORES. Y ESTO ES
LO QUE LLEVO DICIENDO DESDE EL PRINCIPIO DEL DEBATE Y NO OTRA COSA COMO VD.
PARECE O QUIERE ENTENDER. LE ESTOY HABLANDO DESDE UN PUNTO DE VISTA
MORAL Y FILOSÓFICO, HUMANITARIO SI QUIERE. SI PARA VD. MATAR MUJERES Y NIÑOS
TIENE JUSTIFICACIÓN HISTÓRICA ALLÁ VD. PARA MI ESO NO PUEDE NUNCA
JUSTIFICARSE , NI MUCHO MENOS ATRIBUIRSE A ALGUNA CAUSA NOBLE."

Es muy fácil pararse en 2007 y hablar de que la barbarie no se combate con barbarie, una cosa muy
distinta es hacer una análisis desde la perspectiva de gente que NO TENIA OTRA OPCION, por que el
precio de perder era la esclavitud y posiblemente el exterminio. Aquí no hay justificación alguna, aquí lo
que hay es una explicación de por que la situación es así y fue así, explicación que te niegas a entender
basándote en tu sobre simplificación del conflicto haitiano.

Para finalizar me gustaría tocar un punto que haces y es el siguiente y cito:

"Miré la liberación de la totalidad del medio millón de esclavos de Haití era totalmente incompatible con
la superviencia de sus amos. Lo mismo que el ejemplo de Espartaco que nos cita, era totalmente
incompatible con la existencia de la misma Roma"

Primero eso era totalmente falso, los esclavos haitianos fueron liberados en 1794 y las propiedades de los
blancos así como sus vidas, fueron respetadas inmediatamente después de que el caos de 1791 bajara y
cuando Toussaint Louverture (uno de los mas grandes hombres que América a parido en su historia y un
liberto líder de la rebelión) asumió la Gobernación de San Domingue, este emitió decretos permitiendo el
regreso de blancos a sus plantaciones y el respeto a esas disposiciones. No es hasta la invasión francesa
de 1802 para reestablecer la esclavitud que comienza la carnicería a un nivel 100 veces peor que en 1791
y en ese contexto es que Dessalines una vez culminada la guerra ordena la masacre de los blancos
franceses. ¿Hay justificación aquí? No, ya que no digo que Dessalines estuvo correcto o era justificable su
acción genocida, pero esas acciones no se reducen al argumento disparatado de que la libertad de 500,000
esclavos era incompatible con supervivencia de sus amos.

Para terminar, yo si creo que tienes un antagonismo en contra de Haití en especial cuando condenas
atrocidades de un bando, sacándolas de contexto y obviando por completo las del otro bando o las causas
de dicha brutalidad. Mi recomendación es que estudies bien la historia haitiana en lugar de basarte en
litografías (aparentemente eso es lo que utilizas para llegar a la conclusión que llegas) para llegar a un
argumento valorativo no tanto para que entiendas la historia haitiana, si no para que la disfrutes, ya que es
el proceso mas complejo de liberación en toda América y una vez hallas hecho eso, entonces puede que
llegues a la conclusión de que la lucha si fue heroica y libertadora en especial cuando uno analiza las
consecuencias de una derrota en la lucha (cosa que te niegas a hacer), pero no esperes que uno tome como
valido un argumento sobre lo bestia y asesinos que son los negros en la Revolución Haitiana cuando la
misma es basada en una sobre simplificación del conflicto la cual produce una serie de imágenes (las
cuales e atendido todas) que son contrario a historia.

Y ADEMÁS UN RELATO, TAMBIÉN MUCHO MÁS AGRADABLE, DE UN


FAMOSO ESCRITOR HISPANOAMERICANO, SI ME LO PERMITE COMO
COLOFÓN:
EL ENTIERRO DE HENRI CHRISTOPHE

Alejo Carpentier

de "El reino de este mundo"


LA PUERTA ÚNICA

Los pajes africanos salieron a todo correr por una puerta trasera que daba a la montaña, llevando en
hombros, a la manera primitiva, una rama alisada a machete, de la que pendía una hamaca cuyo estambre
roto dejaba pasar las espuelas del monarca. Detrás de ellos, volviendo la cabeza, tropezando, en la
oscuridad, con las raíces de los flamboyanes, venían las princesas Atenais y Amatista, calzadas, para
menos estorbo, con sandalias de sus camareras, y la reina, que había arrojado sus zapatos con el primer
tacón torcido por las piedras del camino. Solimán, el lacayo del rey, que antaño fuera el masajista de
Paulina Bonaparte, cerraba la retirada, con un fusil en banderola y un machete de calabozo en la mano. A
medida que se adentraban en la noche arbolada de las cumbres, el incendio de abajo se veía más apretado,
más compacto de llamas, aunque ya comenzaron a detenerse en el linde de las explanadas del palacio. Por
un costado de Millot, sin embargo, el fuego había prendido en las pacas de alfalfa de caballerizas. De
muy lejos se oían relinchos que más parecían alaridos de grandes niños torturados, en tanto que un tablaje
entero solía desplomarse en un remolino de astillas incandescentes, dejando paso a un caballo
enloquecido, con las crines chamuscadas y la cola en el hueso. De pronto, muchas luces comenzaron a
correr dentro del edificio. Era un baile de teas que iba de la cocina a los desvanes, colándose por ventanas
abiertas, escalando las balaustradas superiores, corriendo por las goteras, como si una increíble cocuyera
se hubiera apoderado de los pisos altos. El saqueo había comenzado. Los pajes alargaron el paso,
sabiendo que aquello detendría, por un buen tiempo, a los amotinados. Solimán aseguró el cerrojo del
fusil, echándose al sobaco el talón de la culata.
Cercana el alba, los fugitivos llegaron a las inmediaciones de la Ciudadela La Ferrière. La marcha se
hacía más trabajosa por lo empinado de las cuestas, y la cantidad de cañones que yacían en el sendero, sin
haber llegado a sus cureñas, y que ahora permanecerían ahí para siempre, hasta deshacerse en escama de
herrumbre. El mar clareaba hacia la Isla de la Tortuga cuando las cadenas del puente levadizo corrieron
con ruido siniestro sobre la piedra. Lentamente se abrieron los batientes claveteados de la Puerta Única y
el cadáver de Henri Christophe entró en su Escorial, con las botas adelante, siempre envuelto en su
hamaca llevada por los pajes negros. Cada vez más pesado, comenzó a ascender por las escaleras
interiores, llovido por las gotas frías que caían de las falsas bóvedas. Las dianas rompieron el amanecer,
respondiéndose de todos los extremos de la fortaleza. Totalmente vestida de hongos encarnados, llena de
noche todavía, la ciudadela emergía -sangrienta arriba, herrumbrosa abajo- de las nubes grises que tanto
habían hinchado los incendios de la Llanura.
Ahora, en medio del patio de armas, los fugitivos narraban su gran desgracia al gobernador de la
fortaleza. Pronto las noticias bajaron por los respiraderos, túneles y corredores a las cámaras y
dependencias. Los soldados empezaron a aparecer, en todas partes, empujados hacia adelante por nuevos
uniformes que salían de las escaleras, desertaban las baterías, bajaban de las atalayas desatendiendo las
postas. Se oyó una grita jubilosa en el patio de la torre mayor: liberados por sus guardianes, los presos
salían de los calabozos, subiendo con desafiante alegría hacia donde se encontraban las personas reales.
Cada vez más apretados por esa multitud, los pajes de tocas deslucidas, la reina descalza, las princesas
tímidamente defendidas de manos insolentes por Soliman, fueron retrocediendo hacia un montón de
mortero fresco, destinado a obras inconclusas, en el que se hundían varias palas acabadas de dejar por los
albañiles. Viendo que la situación se hacía difícil, el gobernador dio orden de despejar el patio. Su voz
levantó una vasta carcajada. Un preso, tan harapiento que llevaba el sexo de fuera del calzón, alargó un
dedo hacia el cuello de la reina:
-En un país de blancos, cuando muere un jefe se corta la cabeza a su mujer.

Al comprender que el ejemplo dado casi treinta años atrás por los idealistas de la Revolución Francesa era
muy recordado ahora por sus hombres, el gobernador pensó que todo estaba perdido. Pero, en ese preciso
instante, el rumor de que la compañía del cuerpo de guardia se había alargado, laderas abajo, cambió
súbitamente el cariz de los acontecimientos. Corriendo, los hombres se atropellaron, por escaleras y
túneles, para llegar antes a la Gran Puerta de la Ciudadela. A brincos, a resbalones, cayendo, rodando, se
arrojaron por los senderos del monte, buscando atajos para llegar cuanto antes a Sans-Souci. El ejército de
Henri Christophe acababa de deshacerse en alud. Por vez primera el inmenso edificio se vio desierto,
cobrando, con el vasto silencio de sus salas, una fúnebre solemnidad de sepultura real.

El gobernador entreabrió la hamaca para contemplar el semblante de Su Majestad. De una cuchillada


cercenó uno de sus dedos meñiques, entregándolo a la reina que lo guardó en el escote, sintiendo cómo
descendía hacia su vientre, con fría retorcedura de gusano. Después, obedeciendo una orden, los pajes
colocaron el cadáver sobre el montón de argamasa, en el que empezó a hundirse lentamente, de espaldas,
como halado por manos viscosas. El cadáver se había arqueado un poco en la subida, al haber sido
recogido, tibio aún, por los servidores. Por ello desaparecieron primero su vientre y sus muslos. Los
brazos y las botas siguieron flotando, como indecisos, en la grisura movediza de la mezcla. Luego, solo
quedó el rostro, soportado por el dosel del bicornio atravesado de oreja a oreja. Temiendo que el mortero
se endureciera sin haber sorbido totalmente la cabeza, el gobernador apoyó su mano en la frente del rey
para hundirla más pronto, con gesto de quien toma la temperatura a un enfermo. Por fin se cerró la
argamasa sobre los ojos de Henri Christophe, que proseguía, ahora, su lento viaje en descenso, en la
entraña misma de una humedad que se iba haciendo menos envolvente.
Al fin el cadáver se detuvo, hecho uno con la piedra que lo apresaba. Después de haber escogido su
propia muerte, Henri Christophe ignoraría la podredumbre de su carne, carne confundida con la materia
misma de la fortaleza, inscrita dentro de su arquitectura, integrada en su cuerpo haldado de contrafuerte.
La Montaña del Gorro del Obispo, toda entera, se había transformado en el mausoleo del primer rey de
Haití.
NO HE LEÍDO ESTA OBRA DE ALEJO CARPENTIER, PERO A LA VISTA DE ESTE RELATO
CREO QUE VOY A HACERLO CUANTO ANTES PUEDA. ¿Y VD. RES-PÚBLICA LO HA LEÍDO?

Primer grito exitoso de Independencia en Latinoamerica: Bois Caïman

En agosto de 1791, se dio el primer grito que desembocaría en el primer movimiento exitoso de independencia
Latinoamericana, este no fue hecho ni proclamado por Criollos ni por Indigenistas nostálgicos de un pasado
quebrantado por una conquista que no pudieron repeler, este fue hecho por la estrada mas baja en la escala social de
la América Colonial, esclavos.

El 14 de agosto de 1791, se celebro una ceremonia voduu en un bosque llamado Bois Caïman en la selva a las afueras
de la Ciudad de Cap Francais (actualmente Cap Haitien) en la Colonia Francesa de San Domingue en la Isla de la
Española. La ceremonia era presidida por un Cimarrón original de Jamaica llamado Boukman este brindo por la
muerte de los blancos a los cuales veía como sus opresores y recito el siguiente rezo:

"El Dios que creo la Tierra; que creo el Sol que nos da luz. El Dios aguanta el oceano; que hace el rayo tronar.
Nuestro Dios tiene oidos que escuchan. Tu que estas escondido en las nuves, que nos observas desde donde estas. Tu
vez todo lo que los blancos nos han hecho sufrir. El Dios del hombre blanco de dice que cometa crimenes. Pero el
Dios dentro de nosotros quiere hacer el bien. Nuestro Dios, que es bueno, que es justo, el nos ordena vengarnos de
nuestros victimarios. Es El quien dirije nuestra lucha y nos llevara a la victoria. Es El quien nos ayudara. Nosotros
debemos de tirar la imagen del Dios de los blancos que no tiene piedad. Escuchen las voces de la libertad que
hablan dentro de nuestros corazones"
Luego de eso Boukman degolló un cerdo y bebió su sangre.

Una semana después con el espíritu de esa ceremonia presente, después de esa ceremonia el 22 de agosto de 1791
estallo la más exitosa y una de las más sangrientas y brutales rebeliones de esclavos en la historia de la humanidad.
Esta rebelión comenzó como eso, una rebelión de esclavos, sin embargo la situación internacional de revolución en
Francia (la madre patria de la colonia) y de una Europa en guerra contra esta provoco que esta rebelión pasara de ser
una simple rebelión de esclavos a un campo de batalla de las Guerras en contra de la Francia Revolucionaria hasta
finalmente convertirse en la primer Guerra de Independencia Exitosa en Latinoamerica que produjo la primera
Nación Libre de Latinoamérica, Haití. Haití proclamo su Independencia luego de ganar una Guerra Genocida librada
por parte de Francia en contra de los antiguos esclavos en 1804, pero todo eso se traslada a esa noche del 14 de
agosto de 1791 en Bois Caïman.

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