Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
2009
Empero, si, como apunta Lyon (1994), los muros de la privacidad están siendo digitalmente
disueltos, esto no sucede igual en todos los países: los valores culturales impregnan de un
sentido específico —al igual que las formas de organización política y social— a la relación
entre privacidad y vigilancia. En este sentido, México ha vivido un proceso importante de
transformación en distintas esferas de la vida social.
En México, por lo tanto, se puede observar una sociedad que, en términos generales, tiende
a conceder una importancia relativamente alta al trabajo, a acentuar la obediencia como una
virtud que debe enseñarse a los hijos, a considerar a la familia como substancial, a creer que
"Dios es importante", a conceder poca importancia a la política, al tiempo que se puede
observar una mayor tolerancia a la diversidad, una expansión de los niveles de confianza
interpersonal, así como una mayor consideración a la autoexpresión y a la participación en la
1
Otras versiones de este documento se publicará en “Privacy and Surveillance in Mexico and Brazil” bajo el libro colectivo
coordinado por Elia Zureik, L. Lynda Harling Stalker, Emily Smith, David Lyon, y Yolan de E. Chan, Privacy,
Surveillance and the Globalization of Personal Information: International Comparisons, McGill-Queen's University Press
(2009, en prensa), y en el libro Sociedad de la vigilancia en el Sur-Global. Mirando América Latina, Miguel Ángel Porrúa,
México (2009, en prensa).
1
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
toma de decisiones en todos los niveles, incluyendo el político, esfera en la cual existe,
además, una clara tendencia a la condescendencia en la disminución del apoyo a gobierno
obsesos, aceptando el hecho de que el Estado se descargue de la responsabilidad de
satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos (Moreno, 2005).
En una segunda parte se exploran aquellos valores culturales que darían cuenta de los
zócalos que median la relación entre privacidad y vigilancia. En la tercera parte se examina,
precisamente, la reconfiguración de la esfera de la vida privada en México a la luz de la
expansión de la sociedad de la vigilancia. En la cuarta parte, se explora la expansión de los
dispositivos de vigilancia en México desde el ámbito gubernamental, es decir, público, así
como desde la esfera privada. Por último, se desarrollan algunas reflexiones finales que
buscan establecer en qué medida la relación entre privacidad y vigilancia se encuentra
alimentada por aquellos zócalos de valores culturales y por determinados soportes objetivos.
2
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Para el caso aquí analizado, esta relación entre la privacidad y la vigilancia se percibe de
forma característica, lo que permite argüir la existencia de un espacio de experiencias
particular. Por ejemplo, la encuesta mundial sobre privacidad y vigilancia (Ipsos, 2006)
muestra que la mayoría de los ciudadanos en el país considera que la utilización de CCTV en
la comunidad y en centros comerciales permite reducir las incidencias delictivas, al igual que
se plantea como necesaria la utilización de distintos dispositivos de vigilancia en los
aeropuertos. Inclusive se acepta que las entidades gubernamentales y privadas intercambien
la información obtenida de las personas con el fin de proveer cierta seguridad, pese a que se
tiene una baja confianza en el gobierno y las entidades privadas respecto al manejo y a la
protección de los datos personales.
3
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Así, durante los últimos años es posible notar la convergencia entre los procesos de
desarticulación social y la emergencia de mecanismos de intervención en la vida privada
tendientes a obtener información para orientar las políticas de atención a la pobreza y el
“combate” al crimen organizado para comprender el papel de los soportes objetivos
sostenidos en los zócalos de valores culturales que permiten la construcción de las
relaciones entre vigilancia y privacidad.
En efecto, México entró al siglo XX envuelto en una revolución popular campesina que duró
poco más de diez años (1910-1921). De las cenizas de ella se conformó un régimen
autoritario que abarcó más de setenta años, periodo durante el cual un partido hegemónico
—el Partido Revolucionario Institucional (PRI)— basó su poder en un sistema corporativo y
clientelar que, si bien no canceló de manera formal la democracia, estableció un férreo
control de los procesos electorales: los gobiernos estatales y federal jugaban el papel de juez
y parte, por lo que el manejo ilícito de recursos públicos para apoyar las campañas
electorales del PRI era evidente y, cuando esto no funcionaba, no se dudaba en hacer uso
de la fuerza y la violencia del Estado para mantener el control político. Cabe decir que el
régimen posrevolucionario nunca suspendió la conformación de otros partidos políticos —
exceptuando al Partido Comunista en 1979— e incluso fomentó su creación con la
pretensión de evidenciar la existencia de una democracia. Sin embargo, a partir de 1988,
poco después de una competencia electoral sumamente reñida —gracias a una enorme
participación social—, se hizo patente el desgaste del corporativismo y el clientelismo del
régimen, obligándolo a realizar varias reformas institucionales para garantizar la
transparencia de los procesos electorales y el respeto al voto. Gracias a ello, durante la
década de los noventa fue posible observar la alternancia partidista en distintos municipios,
entidades y, en el año 2000, en la propia presidencia de la República.
2
Algunos estudios que comparan los procesos de democratización en América Latina y Europa del este, coinciden, de
alguna manera, en el hecho de que en el caso de América Latina las transiciones a la democracia se llevaron a cabo
4
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
mecanismos legítimos y eficaces que regulen las relaciones y los conflictos sociales, sobre
todo entre los individuos y las instituciones.
fundamentalmente a través de pactos entre las elites políticas más que por amplias movilizaciones y el protagonismo de la
sociedad civil, como fue el caso de los países de Europa del Este.
3
En este sentido, Larry Summers ha señalado que la crisis de México en 1994 fue inducida por las innovaciones financieras
de los años anteriores y los avances en la tecnología de la información y las comunicaciones, los que propiciaron que se
propagara de un modo sin precedentes a escala global. Luego, no es de extrañar que Michel Camdessus, del Fondo
Monetario Internacional, la haya definido como la primera crisis del siglo XXI (Castells, 1988).
5
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Resulta extraño, sin embargo, que esta expansión de la recolección de datos personales esté
acompañada de un andamiaje insuficiente en el área de la protección a la privacidad, como
ocurre en México, donde la privacidad es más bien un concepto del orden legal, un derecho
abstracto alejado de la práctica cotidiana. La violación de la privacidad es un fenómeno
recurrente en la vida social de los mexicanos: intervenciones telefónicas sin una orden
judicial -sobre todo de políticos envueltos en casos de corrupción-, video-grabaciones
ilegales que también intentan poner al descubierto comportamientos que se consideran como
inapropiados, venta y tráfico de bases de datos —como el padrón electoral, que contiene
información de las personas mayores de 18 años con datos relativos a direcciones, códigos
postales, fechas y lugares de nacimiento, fotografías y huellas digitales- e intercambio de
bases de datos entre bancos, tiendas departamentales y entidades crediticias públicas y
privadas4.
En este ámbito, la diferencia del marco legislativo de México con respecto al resto de
América Latina radica en que, si bien se comparte un cierto pasado autoritario, -en el caso de
México, el paso a una democracia real se ha llevado a cabo a través de una serie de
modificaciones a las leyes electorales, sin tocar el marco constitucional general, todo lo
contrario a lo que sucedió en Brasil, Chile y Argentina-, esta experiencia ha hecho más
sensible a las sociedades de estos y aquellos países latinoamericanos que pasaron por un
gobierno de juntas militares, ante la necesidad de incorporar en sus constituciones el recurso
del habeas data, con el fin de proteger la individualidad y los datos personales de sus
ciudadanos. En el caso de México, en cambio, una vez instalada la democracia real, las
preocupaciones se centraron en la construcción de una maquinaria electoral transparente y,
todavía en la actualidad, la privacidad y protección de los datos personales parecen no ser
una prioridad, pues las bases de la democracia todavía no están lo suficientemente
consolidadas, como lo mostró la reciente elección para presidente de la República, en julio
de 2006.
4
La Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIPG), aprobada en junio de
2003, establece las bases que garantizan el derecho a la información sobre las acciones que realizan las entidades
gubernamentales. En dicha ley, de hecho, es posible encontrar algunos principios orientados a la protección de datos
personales. Por ejemplo, en su artículo tercero se señala que los datos personales son confidenciales y no pueden ser
revelados sin una causa legal (datos que incluyen información sobre el origen racial o étnico, atributos morales o
emocionales, teléfono, propiedades, ideología política) ni cualquier información que permita dar cuenta de su condición
física y mental, preferencia sexual o cualquier otra información que afecte la intimidad de las personas. Es el Instituto
Federal de Acceso a la Información (IFAI) la entidad pública a cargo de implementar, en el marco de la mencionada ley
sobre el acceso a la información, los mecanismos necesarios para salvaguardar la privacidad de los datos personales. Debido
a ello, en el 2003 se creó al interior del IFAI la Dirección General de Datos Personales en el 2003, la cual, no obstante, cerró
sus operaciones un año después debido a problemas financieros que le impedían garantizar adecuadamente su función.
6
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Esto quizás resulta evidente si se observa que en México se presenta una cierta resistencia
al cambio en los valores culturales (Hofstede, 1980), lo que sugiere que los mexicanos
consideran a la incertidumbre como una verdadera amenaza, siendo sumamente
conservadores con respecto al cambio en las leyes y en el orden social.
Estos datos coinciden, en cierta forma, con los índices de Hofstede (1980) que se tienen para
el caso de México. La calificación sobre el Power Distance Index muestra una alta tolerancia
(70%) a las desigualdades de poder entre grupos, así como una aceptación a la
centralización del poder en algunos de ellos. México se encuentra dominado por valores
autoritarios, en un contexto político autocrático en el que los grupos sociales consideran
como normales las divisiones jerárquicas y desiguales; de ahí los resultados de la Encuesta
Mundial de Valores respecto al creciente incremento del respeto a la autoridad. En tanto que
en el Individualism Index (índice que permite apreciar la distinción entre la cultura colectivista
e individualista), México alcanza una calificación de 38 puntos, lo que muestra que existe una
calificación muy baja de la individualidad, en tanto se ponderan las viejas amistades, las
decisiones grupales tradicionales por encima de las individuales y, sobre todo, las relaciones
familiares. En otras palabras, en México las relaciones sociales están determinadas por la
pertenencia a un grupo, además de que tienden a la conformidad y el orden, lo que
concuerda con la baja confianza en las relaciones sociales no fincadas en colectividades y
comunidades.
Los datos hasta aquí exhibidos permiten considerar que México tiende a presentar una
sociedad con una baja capacidad de resistencia al poder estatal y una disminuida disposición
para cuestionar la autoridad. Igualmente, se subrayan los vínculos colectivos y grupales en
detrimento de las expresiones de individualidad, al mismo tiempo que se manifiesta una
tolerancia importante a las desigualdades sociales y de poder. Estos zócalos de valores
culturales refuerzan los soportes objetivos —instituciones, condiciones políticas y sociales—
y legitiman las acciones del poder estatal.
7
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
En un escenario como ese, los vínculos colectivos tienden a hacer altamente valorados,
siendo incluso considerados necesarios para garantizar cierta protección y capacidad de
negociación frente al poder estatal o los grupos poderosos, particularmente por parte de los
amplios sectores de la población que viven en condiciones de pobreza o que experimentan
en sus formas más crudas las expresiones de desigualdad social y de poder. Aunado a ello,
la falta de confianza entre las personas evidencia la poca capacidad para establecer redes
sociales que permitan consolidar una sociedad civil fuerte y autónoma con respecto al poder
del Estado, al tiempo que se le demanda a éste un mayor control social para garantizar la
gobernabilidad, aunque con ello se pierda cierta libertad. Después de todo, la presencia de
una cultura masculina que atribuye un alto valor social al éxito material y a la movilidad social
ascendente, sólo refuerza la tolerancia a la desigualdad en la concentración del poder y
dinero. Sobre el análisis de estos zócalos de valores culturales será preciso comprender el
sentido otorgado, en el país, a la privacidad y, con ella, una relación con los dispositivos de
vigilancia.
Los soportes objetivos y el zócalo de los valores culturales adquieren una especificidad,
determinada al momento de analizar las experiencias puestas en juego entre la privacidad y
la vigilancia. Al respecto, se presentan a continuación los resultados de dos grupos, divididos
cada uno en dos subgrupos de enfoque, realizados en México durante el 2004: el primer
grupo estuvo conformado por trabajadores y viajeros, mientras que el segundo lo estuvo por
consumidores y público en general. Participaron en él un total de 18 personas por los dos
grupos (Ipsos-Bimsa, 2004b; 2004c; 2004d). Cabe resaltar que dichos grupos responden a
un sector muy específico de la sociedad, reflejando, en todo caso, las opiniones de esa capa,
muy probablemente no mayoritaria de la sociedad mexicana, pero sí representativa de los
sectores urbanos de clase media y clase alta. De este modo, las afirmaciones y conclusiones
preliminares que lleguen a formularse se encuentran limitadas por las características de los
sectores sociales y los espacios urbanos seleccionados para llevar al cabo los grupos de
enfoque.
En general, los mexicanos vinculan privacidad con seguridad personal. En gran medida, las
condiciones de inseguridad que vive el país y, en particular, la Ciudad de México, son un
telón de fondo insoslayable. De hecho, dos semanas antes de que se realizaran las
entrevistas del estudio referido, se celebró la “Segunda Marcha Nacional contra la
Inseguridad”. Por esto, quizás, no resulta extraño que la palabra “seguridad” fuera
relacionada inmediatamente con ciertos dispositivos de control, entre ellos alarmas, bardas
electrificadas, zonas habitacionales cerradas y calles habilitadas, así como usos
convenientes del espacio público (como no caminar en áreas consideradas como peligrosas
o procurar no prestar atención a las solicitaciones de extraños en las calles).
8
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
5
Cuando, en algún momento, se vincula a la privacidad con el derecho, se hace en el sentido de temas morales más que de
carácter estrictamente legal. De ahí que se le vincule a cuestiones como el derecho a la soledad, el vivir con paz interior y
otro tipo de sentimientos ligados a la soledad.
9
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
De hecho, la impresión generalizada es que hoy en día hay menos privacidad que hace cinco
años y se piensa que en un futuro ésta se reducirá aún más. No obstante, cuando se indaga
en el modo en que se ha experimentado esa pérdida de privacidad, las imágenes que se
consiguen apuntan nuevamente a los temas que subrayan la pérdida de la dupla individuo-
familia en el contexto de sus bienes (como los robos en vía pública y a casa habitación,
fraudes a tarjetas de crédito y débito). Este marcado temor por la pérdida de la privacidad
como un valor y un bien, y no tanto como un derecho, puede considerarse el motivo de la
sensación de urgencia para el aumento del número de sistemas de vigilancia —incluso si
esto implica, paradójicamente, la pérdida de algunas libertades, de ahí que se presuma que,
eventualmente, la privacidad se verá reducida por las nuevas tecnologías, permitiendo dar
cuenta de quién es y qué hace cada individuo. En este sentido, se percibe cierta resignación
ante tal escenario, quedando claro que hoy en día no existe un marco legal para regular el
funcionamiento de los distintos mecanismos de vigilancia y del manejo de información
personal. Inclusive, se pudo observar que, en algunos momentos, se hicieron referencias
explícitas a la privacidad como un derecho establecido en alguna parte de la Constitución,
considerado ante todo, empero, como una buena intención legal, más que como una
realidad.
Adicionalmente, la alta tolerancia hacia las desigualdades permite que no sea mal visto el
hecho de que sólo algunos sectores de la población tengan mejores condiciones para vigilar
su entorno y mantener su privacidad; por el contrario, esto se considera como una prueba
palpable de su éxito material. En el caso mexicano, la privacidad y la vigilancia, por tanto, se
mueven paralelamente, como una manera de construir “muros” de protección que ofrecen
seguridad y tranquilidad a la dupla persona-familia. Una visión equivalente se encuentra en la
importancia otorgada por los mexicanos a la protección de los datos personales: es
aceptable, por ejemplo, que las empresas exijan cada vez más datos a las personas que van
a contratar -en tanto se cree que con ello se construye un ambiente de vigilancia que permite
mantener la seguridad del ámbito laboral-, pero, a la vez, se considera importante ponderar
la oferta de información en otros espacios, a causa del riesgo de que sea utilizada para fines
como el telemercadeo o, peor aún, para cometer fraudes bancarios y secuestros.
10
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Los zócalos de valores culturales que apuntan a una baja ponderación de la individualidad
parecen concordar con el hecho de que la privacidad no se puede entender sin las redes
familiares y grupales más próximas a la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, en
México es posible observar que la referencia a alarmas, bardas, policías y sistemas de
videovigilancia (como dispositivos asociados fuertemente a la privacidad) apelan a la
protección física de las personas y sus familias, lo que, en gran medida, depende del grado
de significación que se otorga a la privacidad, basada, sobre todo, en la protección y el
cuidado al cuerpo. Por otra parte, gracias a que en México las amenazas a la privacidad se
encuentran fuera de la “burbuja protectora” establecida alrededor de las personas y sus
familias, la idea dominante es que ellas se derivan del mal manejo de sus datos personales
(como fraudes, robos y secuestros), lo cual concuerda con el hecho de que los mexicanos
juzgan que la mayor amenaza a su privacidad está en el uso que se pudiese hacer de su
información personal por parte de empresas privadas y organismos gubernamentales.
11
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Cada uno de estos niveles refiere a la privacidad en aspectos como un espacio, una
propiedad, una personalidad y cierta autonomía individual, mirada sobre la privacidad que se
desarrolla en un contexto como el mexicano, en el cual se cruzan valores de autoexpresión y
valores tradicionales (Moreno, 2005). Es decir, las experiencias de la sociedad mexicana en
torno a la privacidad se encuentran mediadas por el avance de una cierta individualidad
espiritual —a diferencia de una espiritualidad colectiva—, pero con una fuerte referencia a
relaciones grupales (como la familia) y a un supuesto rescate de aquello considerado
tradicional (la comunidad cerrada que quiere alejarse de aquellas expresiones de vida
moderna que se consideran dañinas).
De esta suerte, se vive una privacidad centrada en la colectividad, más que una
individualidad ajustada o dependiente de la colectividad. La referencia de lo privado,
vinculada con la familia, y no la familia como centro de la privacidad, expresaría una
construcción particular de esta última desde una perspectiva semejante a la que era posible
hallar en Francia a mediados del siglo XX, en donde la vida privada se desdoblaba: dentro de
la vida privada de la familia se erigía una vida privada individual, donde los individuos tenían
una cierta autonomía, encontrándose la familia en un proceso de des-institucionalización
(Prost, 1989). Por su parte, las funciones y el rostro en el contexto de la sociedad mexicana
son muy distintas de aquellas mostradas durante el período de gobierno autoritario de
mediados de la década de los ochenta. La privacidad en México adquiere, así, una
connotación donde lo colectivo-familiar no desaparece, cobrando importancia ese núcleo
para la propia constitución de la individualidad, la autonomía y la libertad.
En esta lógica, la relación de la privacidad con la vigilancia remite a dos talantes: por un lado,
se reconoce en la vigilancia un mecanismo para mantener al individuo y su burbuja de
relaciones lejos de los riesgos del exterior; por otro, la vigilancia representa una amenaza
cuando se lleva a cabo desde el exterior de esa burbuja. El problema recae, entonces, en las
estrategias y capacidades —en gran medida económicas y políticas— de cada persona para
mantener una relación favorable con los dispositivos de vigilancia, aprobando una mayor
protección de la privacidad más que la posibilidad de su violación. Esto muestra que el
espacio de la privacidad es entendido como una propiedad o valor al que sólo accederían
algunos cuantos, permitiendo sostener la idea de que se obtiene mayor privacidad al tener
mayores recursos económicos, convirtiéndose esto en un factor más de desigualdad en la
estructura social de México.
12
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Sin duda, esta tendencia hará que los habitantes de México se piensen a sí mismos,
primariamente, en torno a su grupo más próximo, desalentando la confianza entre
ciudadanos al exterior, es decir, al espacio público.
La presencia de valores culturales que tienden a cuestionar muy poco la autoridad y, más
bien, a aceptar sus decisiones, conduce a la conformación de una sociedad civil poco capaz
de enfrentar el nuevo contexto de demanda y manejo de información tanto de entidades
públicas como privadas. De hecho, el que un 75% de los mexicanos hayan mencionado que
no tuvieron ningún contacto con sus gobiernos durante un año, atestigua la profunda brecha
que existe entre el Estado mexicano y su sociedad civil (Ipsos, 2006).
Se observa, de ese modo, que las tensiones entre privacidad y vigilancia son, en cierta
medida, el reflejo de los soportes objetivos y de los zócalos de valores culturales. México se
conforma como espacio donde la consolidación de la sociedad de la vigilancia tenderá a
recrudecer la fragmentación social, construyendo una privacidad basada en el proyecto del
recogimiento grupal, definido a contracorriente de la consolidación de una sociedad civil
fuerte. La consecuencia de esta tendencia es preocupante: al dejar de lado la discusión
sobre una privacidad, en el contexto de la sociedad de la vigilancia, la sociedad mexicana
percibe a la privacidad como una arquitectura que depende, más bien, de recursos
personales, legitimando el acceso desigual a la privacidad y adicionando una barrera social a
las muchas que ya existen (como aquellas de la pobreza o la violencia), para que, así,
amplios sectores de la población accedan al ejercicio de su ciudadanía.
13
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
No obstante, durante los últimos meses del sexenio del presidente Vicente Fox Quezada, en
particular durante el proceso de transición del poder a su sucesor, una serie de
acontecimientos incrementaron la aparente exigencia de incluir al ejército en las labores de
seguridad. Estos hechos fueron la serie de decapitaciones que se presentaron en el país
durante el mes de abril y diciembre del año 2006, en medio de un ríspido proceso electoral
para elegir presidente, que alcanzaron la cifra de 17 decapitados dentro del conjunto de
1,237 ejecuciones entre grupos del narcotráfico6. En un contexto como el mexicano, donde el
tema de la seguridad ha logrado alcanzar una posición central en la agenda política, las
ejecuciones y decapitaciones han impactado de forma directa en la definición de las políticas
de seguridad (interpretadas como el exceso de la violencia criminal), llegando a constituirse
en piedra de toque para redondear el tema de la inseguridad, aunque esto, es cierto, de
forma encontrada. Por un lado, las autoridades gubernamentales consideran que las
decapitaciones no representan un peligro para la seguridad de los ciudadanos en general,
argumentando que se encuentran localizadas de manera específica en el llamado mundo del
narcotráfico7. Pero, por otro lado, estos acontecimientos parecen urgir a que se lleven acabo
acciones que extiendan los dispositivos de seguridad más allá de ese mundo, es decir, en los
espacios públicos como carreteras, plazas y barrios —sobre todo marginados.
En este sentido, a partir de la violencia que se relaciona con el mundo del narcotráfico se
construye un argumento para justificar el ensanchamiento de variados y diversos dispositivos
de seguridad basados, en gran medida, en la vigilancia y control de la población, lo que debe
destacarse pues, como apunta Gros (2006), los dispositivos de seguridad designan un
proceso sin interrupción de protección y control de los individuos, más que la eliminación de
hostilidades y peligros entre la sociedad, en el que se consolida un cierto éthos de
precaución, conforme al cual lo importante es la vigilancia de cada uno de los ciudadanos.
Esto tiene, a largo plazo, un efecto en la conformación de los espacios de legalidad que trata
de definir el Estado mexicano, ya que, en la llamada “guerra contra el narcotráfico”, se
establece una categorización de la sospecha, según la cual todos son prácticamente
presuntos delincuentes (Marx, 1988). Esto se puede observar en las movilizaciones del
ejército que se llevaron al cabo a partir de diciembre del 2006, a través de retenes en
carreteras, caminos y calles, en distintas entidades de la república, y que tuvieron como
punto de arranque el estado de Michoacán.
Efectivamente, el 11 de diciembre de 2006, desde Los Pinos, sede del poder ejecutivo
nacional, se dio a conocer la Operación Conjunta Michoacán, plan en el que participaron las
secretarías de Gobernación, Defensa, Marina, Seguridad Pública y la Procuraduría General
de la República. En dicha presentación, el Secretario de Gobernación, Francisco Javier
Ramírez Acuña, señaló:
6
El Universal, 22/06/2006; La Jornada, 22/06/07.
7
Sin duda, este panorama ha cambiado desde mediados del año 2008, luego del incremento en delitos violentos y de
privación de la libertad (como homicidios, robos a mano armada y secuestros), y de la firma, por varios actores políticos y
civiles del país, públicos y privados, del llamado “Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad”. En este
sentido, la urgencia en el incremento de mecanismos de seguridad se ha justificado bajo el presupuesto de que el peligro se
encuentra arraigado en el tejido social, bajo el “cobijo” de “familias y comunidades enteras”. Desde este nuevo punto de
vista, la necesidad de dispositivos de seguridad apoyados por tecnologías de vigilancia se hace patente, al considerar la
potencialidad del riesgo ya no únicamente en grupos identificados como separados del orden social del país, sino en la
población en general, haciendo a todo ciudadano sospechoso (Veáse “Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la
Legalidad”, 2008).
14
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Una de las tres prioridades del Gobierno del Presidente de la República, Felipe Calderón
Hinojosa, es fortalecer la seguridad de los mexicanos y sus familias en todas las regiones del
país. Esto inmediatamente traerá la recuperación de los espacios públicos que la
delincuencia organizada ha arrebatado; recuperación que acabará con la impunidad de los
delincuentes que ponen en riesgo la salud de nuestros hijos y la tranquilidad de nuestras
comunidades. En esa convicción y de acuerdo con la orden emitida por el Presidente de la
República, desde el primer día de su Gobierno hemos privilegiado la planeación y ejecución
conjunta del Gabinete de Seguridad en el establecimiento de las acciones estratégicas para
enfrentar con efectividad al narcotráfico y la delincuencia organizada. En acuerdo con el
gobernador del estado de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, informamos a los mexicanos
el Inicio de la Operación Conjunta Michoacán, con un despliegue de más de cinco mil
efectivos para esta operación en la cual se desarrollarán actividades de erradicación de
plantíos ilícitos, establecimiento de puestos de control para acotar el tráfico de enervantes en
carreteras y caminos secundarios, ejecución de cateos y de órdenes de aprehensión, así
como ubicación y desmantelamiento de puntos de venta de drogas. La Operación Conjunta
Michoacán forma parte de las diferentes actividades contra la delincuencia que se han venido
ejecutando desde el día 1 de diciembre tal como se comprometió, el Presidente Calderón de
velar por la tranquilidad y seguridad de todos los mexicanos.8
La reacción de la élite gobernante, empresarial y eclesiástica, ante ese tipo de operativos fue
positiva. Esto se puede notar en la crónica de un periodista de la entidad que asistió al
festejo de fin de año del Consejo Coordinador Empresarial de Michoacán:
Cerca de las tres de la tarde, el anfitrión y presidente del órgano cúpula, Ricardo Rubí, tomó
la palabra para agradecernos a los casi 300 asistentes y hacer de portavoz de una noticia de
la cual ninguno de nosotros estábamos enterados aún: la llegada de más de cinco mil
militares a Michoacán para el combate al crimen […] Flagrantemente conmovido, Rubí
agradeció en nombre de sus colegas ‘la gestión de nuestro gobernador y la sensibilidad de
nuestro Presidente’. Consecuencia: un sonoro aluvión de vítores y aplausos frenéticos en la
terraza. Exultantes, cientos de hombres de negocios de las regiones de Zitácuaro, Sahuayo,
Uruapan, Zamora, Lázaro Cárdenas puerto, Morelia, Apatzingán y La Piedad, celebraron.
8
Anuncio sobre la Operación Conjunta Michoacán, Residencia Oficial de Los Pinos. Lunes, 11 de Diciembre. Conferencia
de Prensa.
9
El Universal, 11/12/2006.
10
El Universal, 9/12/2006; El Universal, 15/12/2006; El Universal, 16/12/2006; El Universal, 20/12/2006
15
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
En cierta medida, la puesta en marcha de la Operación Conjunta Michoacán fue una especie
de ensayo cuya postrimería consistiría en dar cuerpo a una estrategia de mayor
envergadura, completada en marzo de 2007 con el despliegue, a nivel nacional, de la
llamada “Estrategia Integral para la Prevención del Delito y Combate a la Delincuencia”. En la
instalación de dicha propuesta, el presidente de la república, Felipe Calderón Hinojosa,
señaló que recuperar la seguridad pública era uno de sus principales objetivos como jefe del
ejecutivo para, así, recuperar las “condiciones mínimas de seguridad en el país que nos
permitan convivir y vivir en paz y recuperar paulatinamente las calles, las plazas, los pueblos
y las ciudades de nuestro querido México para los mexicanos”. Esto acarrearía, según el
presidente, frenar al crimen y a la inseguridad que desde varias décadas ha disminuido la
calidad de vida de la ciudadanía, además de obstaculizar el desarrollo del país. Para ello, la
estrategia que se propuso estaba articulada en cuatro principios: el primero, realizar
campañas de información en contra de las adicciones a través de mecanismos que permitan
reforzar la vigilancia comunitaria de colonias, barrios y escuelas; en segundo lugar, impulsar
programas entre los policías que fortalezcan la honestidad y transparencia de quienes están
a cargo de la seguridad pública; en tercer lugar, fortalecer la participación ciudadana; y, en
cuarto lugar -y quizás el más importante-, por el peso específico adquirido en la propuesta de
la estrategia, es la puesta en marcha de un Sistema de Indicadores de Medición de la
Seguridad Pública y la llamada Plataforma México.
Ese sistema de indicadores tiene como objetivo “… [concentrar y armonizar] todos los datos,
absolutamente todos los datos que tiene el Estado en sus distintos órdenes de Gobierno y
poder así configurar el mapa de la delincuencia en todo el país”. Por su parte, la Plataforma
México pretende poner al alcance “…de la investigación de las policías” y de los tres ordenes
de gobierno, “…instrumentos relevantes, información sustantiva, pero sobre todo bien
clasificada y salvaguardada por órdenes de confianza y actualizada, que permita combatir
con eficacia y contundencia a los criminales”. Las metas que se pretenden alcanzar con este
programa consisten en generar organismos y protocolos de inteligencia policial mediante el
intercambio de información y el desarrollo de mapas “geodelictivos”, tanto a nivel federal
como estatal. Sobre esta base se busca, adicionalmente, generar una base de información
adecuada que facilite el intercambio de información con otros países en el contexto de la
lucha internacional contra el crimen organizado, es decir: “el narcotráfico, tráfico de personas,
de armas, terrorismo y lavado de dinero”11.
Entre las virtudes que el actual gobierno considera que aportará la Plataforma México,
destaca Genaro García Luna, titular de la SSP federal, ella contendrá una enorme base de
datos con “la información de todas las órdenes de aprehensión y mandamientos judiciales
pendientes de cumplimentar en el país”12, además de que operará dispositivos que
11
De hecho, casi un mes después, el gobierno mexicano y colombiano firmaron un convenio en materia de seguridad
pública para intercambiar información sobre narcotráfico, utilizando para ello la Plataforma México (La Jornada,
13/04/2007).
12
La Jornada, 15/08/2007.
16
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
habilitarán la vigilancia del desempeño de los cuerpos policiales. El sistema está basado en
un red de “…interconexión de datos, voz y video entre municipios, estados y la Federación" 13,
lo que hará posible tener "información sustantiva, en tiempo real, que permitirá desarrollar
inteligencia policial para atacar a fondo la estructura criminal" 14. De ese modo, dicho sistema
vendría a significar "la piedra angular en la estrategia nacional de prevención del delito y
combate a la delincuencia"15. Para el actual gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, esta meta
se basa en que “las guerras —y habla por supuesto de aquella que se lleva contra el crimen
— se ganan con tecnología, con inteligencia, y por ello debemos dotar a nuestras fuerzas de
los adelantos tecnológicos y los servicios de inteligencia que esta lucha exige”16.
Ahora bien, no sólo el ejército y la policía han expandido sus dispositivos de vigilancia con el
objetivo de reconstituir la seguridad pública.
13
La Jornada, 15/08/2007.
14
La Jornada, 15/08/2007.
15
La Jornada, 15/08/2007.
16
La Jornada, 30/05/2007.
17
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
De igual forma, durante los últimos años se ha dado un crecimiento exponencial de los
organismos privados de seguridad o, como Volkov (1999) apuntaría, de las corporaciones
empresariales que generan ganancias, de forma legal, a partir de administrar cierta violencia
en lugares determinados. En la actualidad, los servicios de seguridad privada abarcan
aspectos, no sólo relacionados con el oficio de guardia, sino que también se vinculan a las
actividades que incluyen la instalación y el mantenimiento de alarmas, la investigación, el
manejo de bienes y valores, la consultoría, así como la instalación de sistemas electrónicos
de vigilancia y seguridad (Newburn, 2001). Por ende, el crecimiento de las empresas
privadas de seguridad pública se halla contextualizado por el desarrollo de las empresas
orientadas a la gestión y administración de dispositivos electrónicos de vigilancia17. Si en
1989 el INEGI censó 210 establecimientos catalogados como de servicios de protección y
custodia, en 1999 la cantidad alcazaba ya 1,857 unidades, casi diez veces más en un lapso
de diez años18. Los ingresos de estas empresas, a finales del siglo pasado, hablan de la
pujanza económica de estos servicios. La protección por parte de personal de seguridad de
inmuebles, es decir, de casas habitación, empresas e instalaciones públicas, reportó
ingresos por un total de 2,133 millones de pesos (222 millones de dólares); la protección de
personas —guardaespaldas y escoltas—, 63 millones de pesos (6 millones de dólares); y, los
llamados servicios especiales de vigilancia y protección —monitoreo, alarmas silenciosas con
policía privada, radio alarmas, cercos eléctricos y el mantenimiento de dispositivos
electrónicos de vigilancia— representó retribuciones por un total de 402 millones de pesos
(41 millones de dólares)19.
17
La ley de Seguridad Privada, aprobada el 6 de julio de 2006, señala, en su artículo segundo, fracción primera, que se
entenderá por Seguridad Privada la actividad a cargo de los particulares, autorizada por el órgano competente, con el objeto
de desempeñar acciones relacionadas a la seguridad en materia de protección, vigilancia, custodia de personas, información,
bienes inmuebles, muebles o valores, incluidos su traslado, instalación, operación de sistemas y equipos de seguridad,
además de aportar datos para la investigación de delitos y apoyar en caso de siniestros o desastres, en su carácter de
auxiliares a la función de Seguridad Pública.
18
Para los datos de 1989: INEGI. X Censo de Económicos 1989. México. 1990; para los de 1999: INEGI. XII Censo de
Servicios Económicos 1999. Diciembre 2000.
19
INEGI. XII Censo de Servicios, Servicios Proporcionados. Censos Económicos 1999. Febrero 2001. Cabe señalar que, de
acuerdo al Centro de Estudios del Sector Privado (CEESP), se calcula que, para el primer semestre del 2008, el gasto en
seguridad por particulares alcanza los 120 mil millones de pesos, que representaría el 1.5 % del Producto Interno Bruto
(PIB); mientras que el gasto empresarial en el mismo rubro suma 64 mil 350 millones de pesos, cantidad equivalente al 0.8
% del PIB (El Universal, 27/08/08).
20
La Ley de Seguridad Privada establece, en su artículo 15, las distintas modalidades de los servicios de seguridad privada:
Seguridad privada a personas (protección, custodia, salvaguarda, defensa de la vida y de la integridad corporal del
prestatario); seguridad privada en los bienes (cuidado y protección de bienes muebles e inmuebles); seguridad privada en el
traslado de bienes o valores (servicios de custodia, vigilancia, cuidado y protección de bienes muebles o valores, incluyendo
su traslado); seguridad de la información (preservación, integridad y disponibilidad de la información del prestatario, a
través de sistemas de administración de seguridad, de bases de datos, redes locales, corporativas y globales, sistemas de
cómputo, transacciones electrónicas, así como respaldo y recuperación de dicha información, sea ésta documental,
electrónica o multimedia); sistemas de prevención y responsabilidades (prestación de servicios para obtener informes de
antecedentes, solvencia, localización o actividades de personas), y finalmente actividad vinculada con servicios de
seguridad privada (instalación o comercialización de sistemas de blindaje en todo tipo de vehículos automotores, y de los
equipos, dispositivos, aparatos, sistemas o procedimientos técnicos especializados).
18
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
En cuanto al tercer vector de actividad de las empresas de seguridad privada, éste se halla
orientado a la instalación y comercialización de sistemas de blindaje en diferentes tipos de
vehículos automotores. Los niveles de protección van desde un asalto, hasta actos
terroristas, pasando por secuestros. Las formas en que se ofertan estos servicios son
amplios.
19
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Desde aquellos que ofrecen blindar los automóviles públicos y privados, gubernamentales o
empresariales, con diferentes tipos de protección para hacer frente distintos calibres de
armamento, hasta aquellos que brindan servicios de personal y renta de automóviles
blindados21. Para este último servicio, los precios, como algunas empresas señalan, varían
dependiendo del tiempo de renta (el cual puede ser por hora, día o mes) e incluye chofer en
español, inglés, portugués, italiano, francés o polaco. Regularmente en este tipo de vector se
encuentran otro más, conformado por las actividades tendientes a la prestación de servicios
de custodia, así como de vigilancia y cuidado de bienes o valores, incluyendo su traslado. En
este espacio se incluyen además la contratación de guardaespaldas con diferentes niveles
de preparación, capacitados para responder a situaciones de diverso riesgo y peligrosidad.
21
Los automóviles, además de blindarse, pueden incluir, por ejemplo, sistemas de expulsión de gas en los costados del
automóvil.
20
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Efectivamente, la lenta disolución del régimen autoritario mexicano —que pervivió más de
setenta años del pasado siglo— y la aparición de débiles prácticas sociales e institucionales
de carácter democrático que no acaban por consolidarse, han generado un espacio donde
las rutinas de vigilancia por parte del gobierno no son lo suficientemente transparentes,
consintiendo, en algunos casos, su utilización para garantizar el control social de personas o
grupos considerados como potenciales representantes de una cierta disidencia política. En
este sentido, ¿quién puede garantizar que las bases de datos, la información, la
georeferenciación y los indicadores que se construyan desde la llamada Estrategia Integral
para la Prevención del Delito y el Combate a la Delincuencia, así como el funcionamiento de
la Plataforma México, no sean utilizados en algún momento para otros fines distintos de
aquellos para los que aparentemente fueron creados?
21
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
En esta lógica, el contacto de los ciudadanos con la vigilancia se conduciría en dos sentidos:
primeramente, se la considera como un medio para mantener al individuo, y a sus relaciones
próximas, lejos de los riesgos del exterior. En otro sentido, la vigilancia representaría una
amenaza al individuo y a su privacidad en cuanto es efectuada por medios externos. La
cuestión recae, así, en los mecanismos y las disposiciones personales que le permiten al
individuo mantener una relación favorable con la vigilancia, protegiendo su privacidad más
que transgrediéndola. Esto abre la vía para concluir que la vida privada es definida en México
como una propiedad o valor, accesible sólo para algunos, adquiriendo mayor privacidad
quienes poseen mayores recursos económicos y políticos, siendo esto un posible un factor
adicional de desigualdad en los bordes de la estructura social. La presencia de valores
culturales que tienden a cuestionar la autoridad y, más bien, a aceptar sus decisiones, lleva a
la conformación de una sociedad civil poco capaz de enfrentar el nuevo contexto de
demanda y manejo de información tanto de entidades públicas como privadas. La cifras que
muestran el nivel de acercamiento de los mexicanos con sus gobiernos, expresaría la
profunda distancia entre ambos actores sociales.
22
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Debido a ello, las tensiones entre privacidad y vigilancia, en cierta medida, expresan tanto los
soportes objetivos como aquello que hemos llamado zócalos de valores culturales. México se
conforma, al considerarlo desde esta perspectiva, como una sociedad donde la consolidación
de la vigilancia tenderá a intensificar la fragmentación social, construyendo una vida privada
basada en un proyecto de recogimiento grupal, en sentido inverso a la sociedad en amplio
sentido. La consecuencia de esta tendencia es significativa: al dejar de lado la discusión de
una privacidad en el contexto de la sociedad de la vigilancia, la población mexicana
experimenta la privacidad como una arquitectura que depende más bien de la obtención de
recursos personales, legitimando cierto acceso desigual a ella, constituyéndola en una nueva
barrera social, ocasionando, de esta manera, amplios sectores de la población queden fuera
del ejercicio de sus derechos sociales como ciudadanos.
23
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Bibliografía
Ariès, Philippe, and Georges Duby, (1990) Historia de la Vida Privada. Buenos Aires:
Taurus.
Arraigada, Irma, and Lorena Godoy (1999), Seguridad ciudadana y violencia en
América Latina: diagnóstico y políticas en los años noventa. Santiago de Chile: CEPAL
División de Desarrollo Social.
Arteaga, Nelson (2005), “The Future That Will Not Come: The Eradication of Poverty
From the Mexican Federal Government’s Viewpoint (2000-2006)”, en The Poverty of the
State, ed. Alberto Cimadore. Buenos Aires: CLACSO.
--(2006). En busca de la legitimidad violencia y populismo punitivo en México 1990-
2000. México: Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Bellman, Steven, Eric J. Johnson, Stephen J. Kobrin, and Gerald L. Lohse (2003),
International differences in information privacy concerns: implications for the globalization of
electronic commerce, May 7.
Boltvinik, Julio (2001), “La evaluación heterogénea de la pobreza en México 1970-
1995”, en Pobreza y Perspectiva de Género, ed. José María Tortosa. Barcelona: Icaria.
Caldeira, César, (2000), “El crimen organizado en Brasil”, Nueva Sociedad 167: 99-113.
Castel, Robert (2003), Propiedad privada, propiedad social, propiedad de sí mismo:
conversaciones sobre la construcción del individuo moderno. Argentina: Politeia.
Castells, Manuel (1998), La era de la información: el fin del milenio. Madrid: Alianza
Editorial.
De Araujo, Tarcisio and Roberto Alves de Lima (2005), “Public Employment Policies As
Tools For The Reduction Of Poverty And Inequality In Brazil”, en The poverty of the state,
eds. Alberto Cimadore, Hartley Dean and Jorge Siqueira, 179-99. Argentina: CLACSO Books.
De Mesquita, Neto, and Adriana Loche (2005), “Las asociaciones entre la policía y la
comunidad en Brasil”, en Crimen y violencia en América Latina, eds. Hugo Frühling, and
Joseph S. Tulchin, 218-28. Colombia: FCE
De Queiroz, Luiz César (2005), “Segregación residencial y segmentación social: ‘El
efecto vecindario’ en la reproducción de la pobreza en las metrópolis brasileñas”, en Trabajo
y producción de la pobreza en América Latina y el Caribe: estructuras Discursos y autores,
ed. Sonia Álvarez Leguizamón, 137-55. Argentina: CLACSO Books.
Dubet, Francois (1994), Sociologie de l´expérience. Paris: Seuil.
Duby, Georges (1989), “Prefacio a la historia de la vida privada”, en Historia de la vida
privada: Imperio Romano y antigüedad tardía. Vol. 1. eds. Philippe Ariès, and Georges Duby.
Buenos Aires: Taurus.
Ekos Research Associates (2004), “Findings from the Pre-Survey Focus Groups:
Canada”. Summary Report commissioned by The Globalization of Personal Data Project
(GPD), May, Queen’s University, Kingston, ON.
Giddens, Anthony (1991), Modernity and Self Identity. Cambridge, UK: Polity Press.
Gouldner, Alvin (1976), The Dialectic of Ideology and Technology. New York: Seabury
Press.
Hofstede, Geert (1980), Cultures Consequences: International Differences in Work
Related Values. Beverly Hills: Sage Publications.
Introna, Lucas D. (1997), “Privacy and the Computer: Why We Need Privacy in the
Information Society”. Metaphilosophy 28(3): 259-75
24
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
25
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
Reseña Biográfica
Roberto J. Fuentes Rionda (1983). Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma del
Estado de México. Candidato a Maestro en Estudios para la Paz y el Desarrollo por la
Universidad Autónoma del Estado de México. Asistente de investigación y profesor en la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Temas de investigación: Violencia y Estudios sobre la Vigilancia en el Sur Global; así mismo,
epistemología, filosofía política y ética.
Universidad Autónoma del Estado de México. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Ciudad Universitaria, Cerro de Coatepec, s/n, Toluca, Estado de México. México. C. P.
50100.
Tel: (722) 2150494.
fuentesrionda@gmail.com
26