HIPATIA

Hipatia, filósofa neoplatónica, es considerada la primera matemática según la

historia. Nació cerca del año 370 después de Cristo en Alejandría, hija de un
profesor de matemáticas, Teón, quien quería crear un ser humano perfecto;
Hipatia fue su resultado. La adiestro tanto física como mentalmente hasta
convertirla en una notable filósofa, astrónoma y matemática.
En la tradición griega, la mujer no podía participar en la vida política o
intelectual y su papel se ceñía al ámbito doméstico pero, ella representó la
excepción en su época.
Tras viajar por Italia y Atenas volvió a Alejandría para dedicarse a la enseñanza
de la filosofía y de las ciencias; su creciente fama hizo que acudieran discípulos
tanto paganos como cristianos de todas partes a escucharla, entre ellos
algunos notables como Orestes, el prefecto romano en Egipto, o el obispo
Sinesio de Cirene. Escribió varios documentos importantes donde se habla de
ecuaciones de primer y segundo grado; también inventó el astrolabio y el
aerómetro entre otros objetos de utilidad.
En Alejandría había un ambiente hostil por la enemistad entre paganos y
cristianos. Éstos se revelaron contra los paganos y saquearon e incendiaron la
biblioteca de Alejandría. No contentos con ello, los cristianos tomaron la ciudad
y los paganos debieron bautizarse en la fe cristiana. Hipatia se negó a ser
bautizada ya que ella creía plenamente en la ciencia y siguió impartiendo
clases de filosofía y matemáticas a sus discípulos para llevarlos hacia la idea
de la razón. Sin embargo, el patriarca cristiano, Cirilo, interpretando a su
manera las Sagradas Escrituras, dice que Jesucristo nunca confió en una mujer
y las opiniones de las mujeres deben ser consideradas nulas, y temeroso de
que Hipatia pueda imponer sus creencias y sabiduría pagana en la ciudad,
manda matarla a un discípulo cristiano “amigo” de la filósofa. La muerte de
Hipatia tendría que ser lo más sádica posible: desnudándola por completo y
arrastrándola hasta la iglesia donde moriría de forma inhumana.
El discípulo va en búsqueda de la filósofa, pero en vez de llevársela a Cirilo (el
patriarca cristiano) para darle muerte inmediata, la lleva a un sitio muy lejano,
fuera de Alejandría dónde nadie podría encontrarla. Allí la dejó en libertad y
pudo enseñar la ciencia a la gente de aquel lugar, lejos de los cristianos. Allí
permaneció hasta su muerte natural. Nunca se casó.
Posteriormente, el discípulo cristiano fue asesinado por no haber obedecido los
mandatos de Cirilo.

Lorena Ruiz Ruiz – 2º Bach. C