Un paso sencillo, pero escabroso. El mero hecho de enfrentarme a su altura me hace caer de vrtigo a sus pies sobre la tierra. Aquel monigote de Klee hecho hombre y que compite con la fuerza del aire para hacerse un hueco en el espacio, solo puede imaginarse sobre el papel como ejemplo de su trabajo. ace dos meses visit su e!posici"n en la que se mostraba el planteamiento de sus lecciones como maestro, bocetos de una idea sobre muros de pladur que falseaban por un tiempo la original disposici"n de aquella sala. #i el boceto de un hombre subiendo una escalera ejerciendo de contrapeso a su propio movimiento. $o imagin que dos meses despus fuera a verlo en la realidad, a mi paso por aquel lago. %o soy el monigote que se aferra a la fr&gil estructura. 'e levanto de nuevo y me mido con los primeros pelda(os, solo una zancada de gigante conseguir)a escalarla, pero yo soy peque(o. *a escalera se alza frente a m) en una suerte de ramas que tienden al infinito. $o s quin la ha dejado caer del cielo. %a no me cabe duda de que se halla suspendida en el vac)o sin que su base est enterrada en el suelo. +uarda un equilibrio con su propio entorno y yo soy su ,nica referencia. *a tersura del agua que hace de testigo, el horizonte plano y desconocido, el sol que ilumina pero no aparece, todo ello es parte de la masa compacta que la sostiene. %o soy su referencia y su desequilibrio, por eso no intento escalarla, a pesar de su atractiva novedad y de la e!pectativa de cambio que genera en mi alma. El vrtigo apaga mis ganas y me detengo frente a ella, con la mano apoyada sobre su dbil estructura como para sentirla siquiera. -oy un monigote que no compite con la fuerza del aire por lo que no encontrar mi propio hueco en el espacio. Klee, seguramente, no tomar)a ejemplo de mis actos.