EL LIMBO

Sumido en el limbo de Yahvé

escupo tu nombre.
El lugar donde habito,
es un desierto.

Mis amigos se compadecen.

Al verme entre arenas
sufren por la carencia de fe
que estanca mi vida.

Mi razón es un laberinto.
No me encuentro apto
para escuchar consejos.
Mi madre, la pobre, llora.

Por los pasillos de la confusión

tu recuerdo persigo
aunque jamás te encuentro
sin ti, estoy perdido.

En el interior del dédalo,

Moro cual minotauro,
al parecer, en esta prisión,
no obran los milagros.

Inmerso en la desolación
escupo tu nombre.
Clementina
rebota mil veces
en el silencio
de mis recuerdos.

El Eco servil,
por completo se
adueña de mi soledad,
y devuelve a mi oído tu nombre.
CLEMENTINA
sutil, el muy ladino,
lo restituye
con el perfil que me causa mas dañó,
aún más, para halagar a la tristeza,
lo envuelve en un frágil murmullo,
largo, melancólico y repetitivo
que en penumbra escucho.

Después de ti para la soledad vivo

Temiendo el jamás volver a verte
¿Acaso será el inicio
del “nunca más”
que me confinará
A existir inexorablemente
en el limbo de Yahvé?

Por: Roberto Laguna Luna

Clementina Mendoza Carrillo

Mayo del 2009

Otros títulos en lulu:

EL REGRESO DEL POCHTECATL

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FUNCIONES ALGEBRAICAS Y TRASCENDENTES

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Aparecido en la revista Continuum del CCH-Vallejo Año 3,

número 6 – Mayo del 2009

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