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El documento analiza la película Relatos Salvajes de Damián Szifrón. Plantea que aunque cada uno de los episodios está bien logrado, la acumulación de los mismos termina generando cierto "ripio" y poniendo en evidencia los mecanismos narrativos. También cuestiona si la intención de Szifrón era desmontar el gran espectáculo cinematográfico a través de la yuxtaposición de los relatos. En general, considera que la película funciona como un "artilugio inquietante"
El documento analiza la película Relatos Salvajes de Damián Szifrón. Plantea que aunque cada uno de los episodios está bien logrado, la acumulación de los mismos termina generando cierto "ripio" y poniendo en evidencia los mecanismos narrativos. También cuestiona si la intención de Szifrón era desmontar el gran espectáculo cinematográfico a través de la yuxtaposición de los relatos. En general, considera que la película funciona como un "artilugio inquietante"
El documento analiza la película Relatos Salvajes de Damián Szifrón. Plantea que aunque cada uno de los episodios está bien logrado, la acumulación de los mismos termina generando cierto "ripio" y poniendo en evidencia los mecanismos narrativos. También cuestiona si la intención de Szifrón era desmontar el gran espectáculo cinematográfico a través de la yuxtaposición de los relatos. En general, considera que la película funciona como un "artilugio inquietante"
No termino de estar seguro de si quien probablemente sea
el mejor director de cine industrial argentino en actividad hizo realmente una pelcula. Relatos salvajes, se sabe, est compuesta por seis episodios ms o menos breves, aislados. Algo en la naturaleza de esos episodios hace pensar ms en una idea para una serie de televisin que en una obra completa; las historias no se tocan y no tienen entre s nada en comn ms all de una idea rectora un tanto abierta y una estructura parecida: la situacin cotidiana que de pronto estalla. Szifrn se vale de todos los recursos de los que dispone el gran cine (ese que en Argentina casi no existe) para meter todo y a todos, para ampliar, agrandar, agigantar el espectro de sus historias, tanto dentro de la pantalla como afuera. Aquellos que crean que la diferencia entre cine y televisin es nicamente de presupuesto probablemente no tengan problema en creer que Relatos salvajes es la gran pelcula argentina del ao. Otro problema que se me presenta para tratar de definir a Relatos salvajes como una pelcula tiene que ver con la estructura interna de los episodios. Si bien uno podra juzgar que cada uno de los que la componen est ms o menos logrado (y en este sentido creo que el protagonizado por Rita Cortese es ampliamente el mejor), hay algo en su acumulacin que termina generando un ripio. Cuando vemos el primero de estos relatos salvajes, probablemente lo que gana es la comedia y la sorpresa (asociados, por supuesto). En el segundo gana la tensin. Pero ya cuando la cosa comienza a estirarse (y los episodios se van volviendo progresivamente ms largos) pasa algo diferente. Szifrn sabe lo que hace y en ningn momento las piezas de sus tramas fallan o erran, pero al acumularse ponen demasiado en evidencia sus mecanismos. Las historias que vemos, una detrs de otra, en Relatos salvajes son, en definitiva, siempre la misma: individuos enfrentados a lo que consideran una injusticia (un hecho aislado que en realidad concentra y desva la atencin de un problema mayor) y reaccionan frente a l de forma desbordada. Cuando el impacto de esa historia comienza a desgastarse (y lo hace de forma acelerada por la acumulacin que se nos propone), lo que queda al descubierto son los huesos del mecanismo. Y cuando el mecanismo perdi su encanto (cuando el efectismo pierde su efecto) lo que nos va quedando es bastante poco.
Supongo que Szifrn apuesta a que la magia se sostenga y lleve al espectador hasta la otra orilla. Apuesta clsica. Pero si nos soltamos de su mano (y, en mi caso, eso pas incluso mientras vea la pelcula por primera vez) Relatos salvajes pierde casi todo su inters. Esto, por supuesto, podra aplicarse a casi cualquier pelcula. El verdadero problema que plantea Relatos salvajes es si el propio Szifrn, tan meticuloso y tan habilidoso, no es tambin consciente de esto. Cualquiera de sus relatos est razonablemente bien (con grados y objeciones que uno pudiera hacerle a cada uno en particular) pero su acumulacin (eso que podramos llamar la pelcula) termina generando un efecto totalmente distinto. El efecto es fro, distanciador, al igual que el tono sombro, supuestamente irnico de los relatos. Ese es su objetivo: pelar las capas del gran espectculo con sus mejores herramientas para poner en evidencia el aparato? Qu es Relatos salvajes? Dnde est la pelcula que quiso hacer Szifrn? Eso que podran haber sido seis pelculas entretenidas termin conformando un artefacto multiforme, tentacular, capaz probablemente de llenar salas; en definitiva, un artilugio inquietante no por lo que parece decir (sobre lo que seguro se discutir largo y tendido) sino por lo que es: la manifestacin ms cruda y evidente de la forma del gran espectculo. En: www.hacerselacritica.com
Relatos crispados, por Gabriela Lpez Zubira Atencin: Se revelan detalles importantes del argumento. Finalmente se estrena Relatos salvajes, la ltima pelcula de Damin Szifrn, que tras un exitoso y muy promocionado paso por el Festival de Cannes se ha convertido en el estreno ms esperado del ao. Como su nombre lo indica, Relatos salvajes est construida sobre una serie de cuentos que no se relacionan geogrficamente entre s ni comparten personajes pero que, al modo de las pelculas corales (Historias de Nueva York de Coppola, Scorsese y Allen, por ejemplo), tienen un tema en comn que funciona como hilo conductor. Reducirla a esto sera, sin embargo, una simplificacin imperdonable; en la conferencia de prensa el productor Hugo Sigman se refiri a los objetivos buscados por la pelcula: contenido, diversin y masividad. Diversin y masividad. Parece absolutamente lgico y esperable que una pelcula sea masiva (es un negocio y la masividad -que no es otra cosa que una expresin de deseo- garantizar la inversin). En este caso ambos tems estn contemplados desde el vamos y eso es mrito del guin y de la direccin; Damin Szifrn conoce muy bien su oficio y, cosa nada menor, conoce a la perfeccin a su pblico (o al pblico al que se dirige). Adems, Szifrn es responsable del efectivsimo guin que opera sobre situaciones universales, de esas que habitan todos los imaginarios. Los chistes fluyen naturalmente en contextos inimaginables (y no tanto) y los relatos, vaciados de solemnidad, construyen un continuo absolutamente disfrutable. A esto hay que sumarle una gran gran produccin, lo que por s solo no garantiza nada. Relatos salvajesecha por tierra ese lugar comn que reza que con guita todo se puede; bueno, eso no es cierto. Ac hay recursos (la realizacin cost algo ms de 3 millones de dlares), un guin efectivo y eficiente, un elenco rutilante y, sobre todas las cosas, buenas ideas - independientemente de que compartamos o no la lnea poltica del relato- ejecutadas con mucha inteligencia; y eso hace la diferencia. En la conferencia de prensa todos los presentes (el elenco protagnico en pleno) destacaban el hecho de que se pusieron en manos del director a la hora de componer sus personajes ya que era Szifrn quin tena absolutamente claro qu era lo que esperaba de cada uno de ellos. Eso se nota y mucho. En cada uno de los episodios las estrellas estn acompaadas por otros actores que no siempre son secundarios, en muchos casos son coprotagonistas, y en ningn caso hay actuaciones desparejas. Esto puede sonar tan bueno como malo, claro. Es cierto que nadie sale de su zona de confort, no hay actuaciones descollantes, son todas medidas, correctas y esperables, pero tambin son precisas y efectivas y eso es mrito de la direccin. Adems de escribir y dirigir, Szifrn tambin se ocup del montaje junto a Pablo Barbieri, y parece que a pesar de que Relatos salvajes reza que todos podemos perder el control eso no califica para l.
Contenido. Relatos salvajes empieza y sin mediacin previa nos encontramos con el primer cuento protagonizado por Daro Grandinetti, una sofisticada historia de venganza muy divertida y dinmica que transcurre en un avin. Es ah cuando creemos que ese es el tono, pero no; a medida que transcurren los relatos se construye un crescendo dramtico y narrativo, la apuesta va subiendo. Tras Pasternak vienen los ttulos, lo ms icnicamente salvaje. El elenco protagnico es presentado con imgenes de animales; pasarn, entre otros, un tiburn, un gorila y un bho, unos leones que representan a los hermanos Almodvar (productores junto a Kramer y Sigman) y por ltimo un zorro que el director eligi para ilustrarse. Los relatos apenas se separan unos de otros con un brevsimo fundido a negro, recorren diferentes gneros con absoluta naturalidad, los cambios de registro fluyen, vamos del policial negro al western, del drama costumbrista con cierto tono de denuncia, pasando por el drama de clase con toques de actualidad, a la comedia negra sin solucin de continuidad y eso le suma dinmica al relato. Decamos antes que tras Pasternak, el primer cuento, nos vemos tentados a pensar que el hilo conductor es la venganza, pensando en lo salvaje de la desmesura que convoca esa consecuencia en funcin de las causas que lo provocaron, pero a medida que Relatos salvajes avanza vctimas y victimarios se van desdibujando junto con la grata sensacin del inicio.
El episodio protagonizado por Rita Cortese y Julieta Zylberberg, Las Ratas, va en la misma lnea que el anterior pero en un contexto de thriller apoyado por una excelente locacin (un parador de mala muerte en medio de ninguna parte durante una noche de tormenta) que se completa con la presencia de Cuenca (Csar Bordn), un villano malsimo y desagradable. Otra vez vctimas, victimarios, motivos y ejecutores estn claramente delineados y un sentido de justicia por mano propia frente a la ausencia de justicia real sobrevuela tmidamente el relato. No es divertido aunque todos parecen obtener lo que se merecen. De la lluvia saltamos al western y a otra excelente locacin; estamos en una ruta desierta, en medio de un paisaje salteo realmente hermoso y buclico que contrasta con la desmesura de la situacin que se plantea. El ms fuerte es un western, un duelo a muerte entre dos hombres a partir de una situacin absolutamente menor que se descontrola. Leonardo Sbaraglia y Walter Donado son los protagonistas. La venganza y la justicia por mano propia ya no son el tema de este relato absolutamente masculino que, perfectamente, podra haberse llamado el que la tiene ms grande. Justo en la mitad los relatos salvajes cambian de tono. Los episodios protagonizados por Ricardo Darn y Oscar Martnez se apoyan en datos de la realidad, una realidad de clase, urbana. El personaje de Darn es el ciudadano comn, un ingeniero experto en demoliciones avasallado por un Estado -manifiesto a travs del control de trnsito y la gra que se lleva su auto mal estacionado- que lo maltrata y lo estafa, frente al que no puede hacer absolutamente nada ms que acumular crispacin (el derrumbe de su vida familiar completa un cctel explosivo). Cul es la reaccin del ciudadano comn crispado? La venganza. Cmo? Hacindose cargo de ajusticiar a los representantes de ese villano sin rostro. Imposible no pensar en el Ingeniero Santos, slo que el guin se ocupa de aclararnos que el desborde de nuestro justiciero no mat a nadie, slo se trat de daos materiales; rpidamente se convierte en un hroe que, aunque va preso, recupera sus afectos y un lugar destacado en la comunidad (al menos en la carcelaria).
Por su parte La propuesta nos ubica en un escenario de clase alta frente a un delito. Oscar Martnez compone a un padre que se ocupar de resolver la situacin junto a su abogado (Osmar Nez) para que su hijo no vaya a la crcel. En la conferencia de prensa Martnez se ocup de aclarar que, ms all de la negociacin que ocupa prcticamente todo el relato, la idea era mostrar la faceta humana del personaje, que no se trataba de un corrupto sino de un padre desesperado tratando de resolver la situacin de su hijo. Interesante, pero eso no es lo que se ve reflejado. La propuesta es quizs el ms brutal de todos los relatos; ac no hay nada salvaje, todo es absolutamente civilizado. La eleccin del chivo expiatorio: fcil. Una vida que no vale nada en lugar de una vida potencialmente llena de posibilidades, el dinero como motor de todas las acciones y la posibilidad de hacerlo porque, precisamente, el dinero no es un problema sino una herramienta. El precio de las personas, de la justicia, el arreglo que nos conforma a todos, los lmites de la negociacin. Hay una escena que ubica espacialmente a los protagonistas, con Martnez presidiendo las tratativas desde su escritorio, alejado del resto, escuchando el desarrollo de la propuesta, interrumpiendo solamente para cuestionar la cantidad y el uso del dinero exigido. No vemos a un padre tratando de resolver los problemas de su hijo, lo que vemos es al poder negociando, vemos a un corrupto comprando voluntades sencillamente porque puede hacerlo. Al final todo se resuelve aunque no todos obtienen lo que quieren y la paz familiar queda a salvo tras la reja de la mansin.
El episodio final, Hasta que la muerte nos separe, es una pelcula en s mismo. En tono de comedia negra asistimos a la fiesta de casamiento de Romina y Ariel (Erica Rivas y Diego Gentile) en un ambiente fastuoso, puesta en escena de la felicidad y la plenitud que este tipo de festejos representan. Un incidente aparentemente menor (una infidelidad que se confirma) desata una seguidilla de eventos absolutamente desmesurados que, como en todos los otros relatos, aparecen absolutamente logrados y van escalando en desmesura y violencia hasta lo que parece una hecatombe. Pero estamos llegando al final y, como en los cuentos que nos contaban antes de dormir, el amor triunfa. Al menos por un rato. Relatos salvajes es una pelcula absolutamente disfrutable y fuertemente conservadora que retrata el innegable placer de perder los estribos como respuesta a la desigualdad, la injusticia y la exigencia del mundo en que vivimos, tal como reza la gacetilla, y para eso propone ejercer -dentro de las posibilidades del consumidor- la justicia por mano propia, la cuota de poder disponible o la venganza que dejar conforme, con suerte, slo a quien la lleva a cabo.