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Tohito el invisible Autor: Glanni Rodori ina vez. un muchacho llamado Tohito fue a jg escuela sin saberse Ia lecci6n. ¥ estaba: my preocupado femiendo que el maestro s6 jg preguntara, Tofito pensabo: “/S| pudiera volver invisible..." Enel salén, el maestro pasé lista, y cuando llegé a) nombre de Tofilto, éste respondié: “Presentel”, pero nadie le oy6 y el maestro dijo: —Léstima que no ‘haya venido Tonito; precisamente habia pensado ‘en preguntarle a él la leccién. Espero que, si esta ‘enfermo, no sea nada grave. ‘asi Tonito comprendio que se habia vuelto invisible, como habia ‘gesead0. De [a alegtia, dio un salto desde su pupitre y fue a parar ql zofacén. Se levanté y fue dando vuettas por Ia clase, tirando del pelo a sus comparieros y volando finteros, HUES ruldosas protestas y discusiones Interminables. Los alumnos se acusaban los unos O Jos otros, sin poder sospechar que el culpable de todo era Torito el invisible. de jugar de esta manera, se marché de la escy, gar el billete. naturaimente, PORE ue yutobis, sin PO Fo veto. Enconiré un asiento lIDTe Y $8 sent6, a ‘cuando se canse yse subi aun Ot ‘al cobrador no pod! jo parada siguiente subiO Une senora con la cesta de la compra fue a sentarse all precisamente, pues 2 SUS 00S parecia un Stone desocupado, Pero en cambio, Se sent sobre las rodillas de Tonka que apenas si podia sosteneria. La senora grité: _yQué truco es éste? LEs que ya no poder ni sentamos? Miren, intento dejar la cael a el suelo y se queda suspendida en el aire, s Hubo una gran discusién y casi todos | pasajeros se quejaron duramente de. a compania de tranvias. Pero la cesta, ce realidad, estaba apoyad i a pee yada sobre las rodillas Tonilto pals en el centro de la ciudad, entré en una pasteleria y comenz6 @ servise a voluntad, tomando a manos llenas toda clase de pastelitos y dulces. La vendedora, al ver desaparecer las pastas del mostrador, le eché la culpa a un caballero que ‘estaba comprando caramelos para una anciana, tia suya. E| senor protesto: —{Un ladrén, yo? \Usted no sabe con quién habla! Usted no sabe quién era mi padre! \Usted no sabe quién era mi abuelo! —Ni quiero saberlo —contesté la vendedora, —_COmo se permite usted insular a mi abuelo? Ajo el sefor muy airado. Fue una discusi6n terrible. ol6porentrelas plernasde lospresentesysediigis T rare wonaeiaigescusla para asst ola salida de sus ompane, Be z Sr ee reco, vi como sarin, mas bien, come rodabaN esclera ob eS ‘en absoluto. Tonito se empefaba en v ao, ono Tonitoelinvisiblese C* pero elios no le vieron en perseguir a éste o aquél, en tirarle del pelo a su amigo Rob: i 6 gar en el porque. No le vefan y no le hacian nin o gun en invitarlas a ju caso; sus miradas lo raspasaban como si hubiese sido de vid © vidrio, rofto 197080 2 5U.COSO UN poco ado V un Poco descorazonado. Su adie 10 estaba esperando asomada al palo6n. _gstoy aqui, mama! —grit6 Torito, pero ella note veiay nole oy, v entra, seguia mirando ansiosamente alacalle en espera de verio parecer. Aqui estoy, Popa —

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