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Balas.

Daniel Solana, revista BrandLife.

Hay campaas que son balas y campaas que son balas explosivas. Estas
ltimas son las que, cuando llegan al target, no solamente perforan, sino que
perforan y luego, una vez en el interior, explosionan. Tambin hay campaas de
fogueo. No penetran. No es slo culpa del tipo de proyectil, es que el target tiene
ya la piel muy dura.
Muchas campaas no causan apenas daos por eso, por ser simples balas. Los
creativos han sabido pulir el mensaje y el disparo es certero, pero no hay ningn
tipo de explosin interna posterior. Es una lstima, porque es esa explosin, ms
que la bala, lo que puede causar verdaderos estropicios emocionales en el target.
Lo curioso de esta tecnologa balstica es que el material explosivo no se
encuentra en el cuerpo del proyectil, sino en las entraas de la presa. T lanzas,
por ejemplo, la imagen de una mano que acaricia el aire desde un BMW y eso
provoca un estallido de evocaciones en la mente de tu vctima. Era simplemente
una mano, pero lo que nuestra mente percibe es una cascada de imgenes
extradas de deliciosas road movies o de recuerdos de viajes que conservamos
almacenados en nuestra memoria.
Si lo pensamos un poco nuestra mente est llena de ese material explosivo, un
combustible altamente inflamable, ramas secas que las torrenteras de nuestra
imaginacin han ido depositando a lo largo de los aos en nuestra mente despus
de toda una vida de consumo desaforado de pelculas, imgenes, novelas, historias
o noticias.
Los publicitarios deberamos tener muy en cuenta ese delicado material
cuando disparamos una campaa porque, aunque no sea visible, forma parte
importantsima del proceso de comunicacin. Si localizamos en la mente de
nuestro target un combustible lo suficientemente inflamable puede suceder que
incluso baste una sola bala para causar estragos.

Barcelona, octubre 2006

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