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Algunas reinterpretaciones recientes. Breve revisi6n de la historiografia sobre el Yucatan de los siglos xIx y xx Oth6n Batios Ramirez UNIVERSIDAD AUTONOMA DE YUCATAN En este trabajo se destaca la vasta e importante bibliografia historiografica sobre Yucatan que suele ser olvidada por los historiadores, sobre todo por aquellos que recogen, comparan y evaltian las experiencias regionales mexicanas. INTRODUCCION a rica historiografia yucateca I que adquirié brillo y noto- riedad durante el siglo xix con las obras de Justo Sierra O'Reilly, Se- rapio Baqueiro, Eligio Ancona, Juan Francisco Molina, entre otros,’ parece poco conocida en el resto del pais. Aparte del consabido egocentrismo cultural, hegeménico, del valle cen- tral, tal marginalidad en la discusién ‘Sierra, Indios, 1954; Baqueiro, Ensayo, 1990; Ancona, Historia, 1978; Molina, His- toria, 1921-1927. nacional més reciente? se explicaria por la situaci6n alejada de la regién Y por su reputacién exagerada de re- gionalista y separatista. No obstante, muchos jévenes his- toriadores, insatisfechos con las gene- ralizaciones existentes, forjadas des- de el centro, particularmente acerca de los fendmenos socioeconémicos, han buscado en las tiltimas décadas poner a prueba tales generalizaciones del 2 Al menos esa impresién queda al revisar algunos ensayos sobre 1a historiograffa regional mexicana, ejemplos: Pérez, Regién, 1991, y Crespo, Historiador, 1992. 149 Secuencia, nueva época nim. 41, mayo-agosto 1998 nivel local. Muchos yucatecélogos, dice Joseph, se montaron en Ia ola denominada por algunos “revolucién historiogr4fica", buscando un cambio en los enfoques histéricos que partiria de la superestructura institucional para alcanzar el nivel de las regiones, las comunidades y hasta los grupos de presin local. Previamente, atraidos quiz4 por las glorias pasadas de la civilizaci6n maya, por la guerra de Castas, por el auge del henequén, por el socialismo crio- No de Carrillo Puerto y por otros mu- chos eventos sociales, algunos antro- pélogos Ilevaron a cabo estudios en Yucatin que han Hegado a tener una significacién muy grande dentro del paradigma del conocimiento lati- noamericano. Tal es el caso de la obra de Robert Redfield y sus colaborado- res. En su libro intitulado The folk cul- ture of Yucatan, Redfield se esfuerza por mostrar la coexistencia y la coales- cencia de rasgos culturales heterogé- neos, tanto indigenas como espafio- les. No viene aqui al caso entrar en detalle en su idea del continuum cul- tural folk-urbano.* Segiin Guillermo de la Pefia, el valor del esquema red- fieldiano se muestra, sobre todo, en que pudo generar un enorme volu- men de investigacién social que tras- cendia el Ambito comunitario y que mostraba una légica en los procesos de cambio y las relaciones entre las comunidades.* El objetivo principal de este trabajo es sefialar que, al colocarse los estu- *Joseph, Guerra, 1987. “Véase Redfield, Folk, 1941. * Petia, “Estudios”, 1991, p. 136. 150 dios regionales, a principios de la dé- cada de los setenta, en el primer pla- no de la investigacién de la historia de México, pronto aparecieron algunas aportaciones basadas en Ja experien- cia de Yucatan. Ya sea como un caso lindante con otro mayor 0 como un componente dindmico de una entidad macro, la nueva historiografia regio- nal ha venido iluminando discusiones més amplias sobre Ia historia politica, social y cultural de México. Este auge de la “nueva historiogra- fia” yucateca, vino acompafiado de un mejoramiento en los archivos y bi- bliotecas, del esfuerzo de las institu- ciones académicas y, sobre todo, del entrenamiento profesional.® Hoy dfa, la historiografia sobre Yu- catin parece apoyarse, en términos generales, en la suposicién basica de que, al conferirsele una gran valora- cién heuristica al enfoque regional, se puede reintepretar y con ello enri- quecer 1a historia de México. El con- cepto clave es regién: équé son las re- giones? y écémo ha sido estudiada esta region por los historiadores? Ri- gurosamente, ambas preguntas mere- cen una respuesta amplia, como la que ofrece Eric van Young en su en- sayo intitulado “Haciendo historia re- gional: consideraciones metodolé- gicas y tedricas”,” Para el caso de Yu- catdn, hace falta una exhaustiva inves- tigacién ex profeso actualizada, El primer paso ya fue dado por Jo- seph,* quien sefiala que los eventos més estudiados son: la guerra de Cas- “Joseph, Guerra, 1987, p. 11. 7 Véase Pérez, Regién, 1991. "Joseph, Rediscovering, 1986. OTHON Batios RamMiREZ tas, las haciendas y la oligarquia hene- queneras, el socialismo de Carrillo Puerto y de Alvarado y el proceso de la reforma agraria, Mas recientemen- te, las investigaciones se han focaliza- do hacia las clases y los sujetos socia- les: campesinos, empresarios, clero y elites politicas.” Asimismo, se han afia- dido otros enfoques, como el de la influencia de las ideas en la formacién de los actores politicos, y otros temas, como el del surgimiento de las institu- ciones liberales,"” En suma, la nueva historiografia regional ha iluminado discusiones més amplias sobre las rebeliones cam- pesinas, la expansién agricola capita- lista, las comunidades campesinas, los sistemas de plantaciones de monocul- tivo y sus posibilidades de desarrollo regional, asi como Ia movilizacién re- volucionaria, la conformacién de gru- pos de poder y la estrategia de cam- bio social. De todas maneras, los historiadores también vuelven a los temas tradicio- nales: por la propia naturaleza dind- mica del proceso del conocimiento, por la valoracién de nuevas fuentes de archivos, por el surgimiento de nuevos enfoques y por el influjo de la problematica dei presente. Ademi: porque, segtin Joseph, que ha exami nado con bastante profundidad dicha bibliografia, los yucatecélogos han explorado mds all4 de sus fuentes usuales, que son la prensa regional y as colecciones de folleteria raras. En- ? Bats, Fucatdn, 1989; Ramirez, Secretos, 1994; Wells, Yucatan's, 1985; Menéndez, Igle- sia, 1995; Sabido, Hombres, 1995. © Bafios, Liberalismo,1995. ALGUNAS REINTERPRETACIONES RECIENTES tre otras, registros parroquiales y ar- chivos notariales, localizando ahi titu- los de propiedad, registros de pleitos, censos agrarios y listas de impuestos; han recogido tradici6n oral y registros escritos mayas, etcétera."" ALGUNAS REINTERPRETACIONES No es posible enlistar todos y cada uno de los trabajos publicados dentro de esta nueva perspectiva historio- gedfica regional y, mucho menos, co- Jocarlos en un orden cronol6gico.” En cambio, fueron seleccionados al- gunos autores (con la injusticia que supone para los dems), especialmen- te aquellos que parecen ejemplificar la nueva interpretaci6n de la historio- grafia yucateca, La guerra de Castas Los historiadores criollos yucatecos ms notables, como Eligio Ancona, Serapio Baqueiro y Juan Francisco Molina Solis quienes, en opinién de Melchor Campos, siguen muy cle ce ca la vena abierta por Justo Sierra O'Reilly," argumentan en sus respei tivas obras que el estallido de la gue- tra de 1847 se debié principalmente 1 Joseph, Guerra, 1987, p. 14. "Hay que sefalar, no obstante, que son, principalmente, los investigadores “fordncos” (de instituciones localizadas fuera de Yueatin) los que han seguido de cerca dicha vanguardia, mAs ampliamente caracterizada por Joseph, Rediscovering, 1986. 3A través de sus articulos en El Féntx. Co- municaci6n personal, 2 de mayo de 1996. 181 al etnocentrismo indigena: al bien co- nocido odio de los mayas hacia los ex- tranjeros alimentado por varios siglos de dominio europeo. Justo Sierra O'Reilly, un contem- pordneo de los acontecimientos, ano- 16 la importancia de las leyes sobre te- nencia de la tierra como el factor que habia provocado el levantamiento. Sin embargo, los historiadores pasaron por alto este factor y sostuvieron que Ia guerra fue, en esencia, nada mas que la reanudacién del viejo conflicto entre indigenas y blancos. En la déca- da de los cuarenta, Howard F. Cline"! rescaté del olvido Ja interpretaci6n de Sierra ¢ hizo de la problematica agra- ria el punto central de su interpreta ci6n de la guerra de Castas.’* Mis tarde, en los setenta, aparecic- ron otros estudios en esa misma di- reccién, como los de Moisés Gonzalez Navarro, Robert Patch, Marie Lapointe y Victoria Bricker." La exploracién de nuevas fuentes, como el Archivo Ge- neral del Estado y el Archivo Notarial del Estado, a las que no tuvieron ai so ni Cline ni los otros autores men- cionados, permitieron a Robert Patch revisar criticamente la hipotesis de los historiadores que lo habian precedi- do, Concluyé asi que, la llamada gue- tra de Castas, fue el resultado de un proceso dialéctico provocado por la expansién agricola comercial y Ia res- puesta a ésta de los mayas libres. Pre- cline, “Regionalism”, 1947. Véase Patch, “Descolonizacién’, 1990, pp. 47-48. * Gonzalez, Raza, 1970; Patch, “Colonial”, 1979; Lapointe, Mayas, 1983; Bricker, Cristo, 1989) 152 cisé que una de sus causas principa- les fue el répido cambio agrario im- pulsado por el gobierno después de la independencia: la transformacién de, cuando menos, 600 mil hectireas de tierra en propiedad privada, ame- naz6 el modo de vida de la comuni- dad maya como nunca antes en tres siglos de conquista. Ademis, 1a disposicion de armas por parte de ésta, fue otro factor im- portante: durante la contienda politi- ca de 1840, y debido al hostigamiento del gobierno central, las facciones ri- vales comenzaron, en su desespera- ci6n, a armar a los indigenas para que sirvieran como soldados en sus cjérci- tos.'” Eventualmente, la distribucién de armas fue tan grande y tan amplias las posibilidades de conseguir mds a través de Belice, que el levantamiento maya tuvo la posibilidad de luchar en igualdad de pertrechos con el ejérci- to." Este episodio, asi como muchos. otros que se dicron en el pais a me- diados del siglo XIX, reflejan de ma- nera fidedigna las contradicciones del sistema social de la época.” El socialismo criollo La figura y el gobierno de Felipe Carri- llo Puerto han sido estudiados desde diversos angulos y perspectivas por los historiadores yucatecos; pero la mayoria de ellos lo han hecho tratan- do de explicar cémo arribé al poder y ¥ Zuleta, “Federalismo”, 1995, pp. 27-33 Patch, “Descolonizacion’, p. 85. Reina, Rebeliones, 1984 OTHON Banios RAMIREZ por qué fue asesinado.”° Nadie parece preocupado por el contexto social, re- gional y nacional y, en consecuencia, por el alcance hist6rico de dicho fend- meno a nivel mds amplio. Uno de los primeros trabajos publi- cados dentro de la nueva perspectiva historiografica aparecié en la ciudad de México en 1977: EI socialismo olvidado de Yucatan, de Francisco Paoli Bolio y Enrique Montalvo. En él se rescata la aparicién y el protagonis- mo histérico de! Partido Socialista del Sureste, bajo el liderazgo indiscutible de Felipe Carrillo Puerto. Este trabajo contribuyé a la comprensién del pa- norama politico mexicano posrevolu- cionario, pues el PSSE, mas que estu- diado habia sido mitificado y oscure- cida su auténtica significaci6n social. Las categorias populista y popular fueron utilizadas aqui como ejes de interpretacién de un proceso que, segtin los autores, es el de la forma- cién y el desarrollo de las clases socia- les, Para ellos se trata de las formas distintas en que asumen el Estado, los partidos, los movimientos y las ideo- logias politicas dentro de una forma- cién capitalista dada, de acuerdo con as distintas alianzas y oposiciones en- tre las clases y las fracciones de éstas. Por ejemplo, el Estado populista seria aquel controlado por oligarquias tra- dicionales mas o menos barnizadas de ideologias liberales. El Estado popular en cambio, se caracteriza por la apari- cin, cada vez més sistemdtica, de acciones organizadas por el proleta- riado, su ideologia y sus instrumentos 2 Sosa, Crimen, 1969. % Paoli y Montalvo, Socialismo, 197, p. 7. ALGUNAS REINTERPRETACIONES RECIENTES politicos y sindicales.** Los autores legan a la conclusién de que el Pssé fue un partido popular y, en conse- cuencia, el gobierno de Felipe Carrillo Puerto también lo fue. Por cuestionar entonces Ia ideologia burguesa, por ir en contra del statu quo, fucron mu- chas las actividades desarrolladas por el gobierno del pssE que aparecian como subversivas, a pesar de haber al- canzado ya el gobierno. La revolucién y el nuevo Estado En Yucatdn y los origenes del nuevo Estado mexicano, Paoli*! se propuso elaborar una visi6n de conjunto ¢ his- torica de la praxis politica de Yucatin en el periodo de 1915-1917, la cual, segin él, habria contribuido, de ma- nera significativa, a la conformacién del Estado nacional. Bs un esfuerzo bastante bien logrado para dotar de una dimensién analitica mas amplia y objetiva a las experiencias politicas re- gionales durante el complejo proceso de conformacién del nuevo Estado me- xicano a partir del triunfo de Ia frac- cién carrancista. Segiin Paoli, para entender el ac- tual Estado nacional posrevoluciona- rio se requiere, en alguna medida, de analizar sus origenes, las fuerzas so- ciales que lo prefiguraron y que pei sisten hasta hoy, y los modelos politi cos € ideolégicos que entreveraron la génesis estatal. 2 Ibid, p. 24 ® Ibid, p. 172. Paoli, Yucatdn, 1984. 153 EI planteamiento teérico, que per- mite al autor superar el aleance de la profusa historiografia existente acerca del general Salvador Alvarado en Yuca- tn, es que los aportes de la experien- cia yucateca son sefieros en el periodo de gestacién del nuevo Estado. Por tan- to, el interés central no es la biografia del general, sino la sociedad y el Estado yucatecos existentes durante el periodo de gobierno preconstitucional. El mérito de esta obra no est4, pues, en Ia exploracién de nuevas fuentes 0 archivos, sino en que el autor hace un anilisis de hechos ampliamente docu- mentados, como son los cambios pro- movidos en Ia esfera econémica, so- cial, politica y cultural que indujo di- cho gobernante. La estructura analitica de la obra esté montada sobre dos grandes uni. dades de anilisis: el hombre (culto y carismatico) y sus ideas, por un lado, y la sociedad y sus condiciones, por otro. Para Paoli, Ia capacidad intelec- tual y politica adquirida previamente por Alvarado en otro contexto, le per- mitié no llegar a hacer méritos, sino a realizar transformaciones de amplias proporciones. Por otra parte, la capa- cidad de la economia estatal, basada en la produccién de henequén, permi- tfa generar una cantidad importante de recursos, que fueron un pilar funda- mental para que la autonomia politica se ejerciera sin limitaciones estrechas. Otro enfoque de la revolucién en Yucatan La revolucién desde fuera, de Gilbert M. Joseph, se inscribe también dentro 154 de la nueva tendencia de 1a historio- grafia de la revolucién mexicana; de la que ha incursionado en los procesos regionales, que ha dejado de lado Ia idea de una revolucién nacional y que considera que este proceso fue mas bien un mosaico de experiencias lo- cales, con trasfondo comin pero pro- venientes de origenes muy diversos. Esta obra” tard6, desafortunada- mente, diez afios en estar al alcance del hablante en espafiol, pues apare- cié originalmente publicada en inglés en el afio de 1982, dentro de la colec- nde Cambridge University Press y, posteriormente, en 1988, cuando fue reeditada por la Duke University Press. La teaduccién al espafiol estuvo a cargo de Eduardo L. Sudrez. No obstante, es un hecho que la re- voluci6n sigue siendo uno de los te- mas més estudiados en la produccién historiografica de los tltimos afios. Incluso a raiz de las diferentes inter- pretaciones dadas a conocer en las tiltimas décadas y de las discusiones que han suscitado, se ha renovado el interés por el México porfiriano y re- volucionario, buscando iluminar Ia re- lacién que guardan entre si esos dos periodos histéricos, en contra de las apreciaciones nacionalistas que veian una ruptura entre ambos regimenes. El principal elemento de las nuevas interpretaciones en estudios regiona- Jes, como el de Joseph, ha sido, desde los afios sesenta, el de analizar la estructura social, econémica y politica en forma acuciosa, dandole con ello un contenido mas matizado a las gran- des discusiones tedricas. * Joseph, Revolucién, 1992. OTHON Bafios RAMIREZ Un aspecto, sin duda sobresaliente y que debe sefalarse, es que dicha obra es una investigacién muy bien docu- mentada, El autor revisé la biblio- grafia mds relevante sobre el tema y consulté igualmente los archivos mas importantes tanto nacionales como locales; el Archivo General de la Na- ci6n, el Archivo General del Estado y algunos archivos privados; también estadunidenses, especialmente el ar- chivo de la Internacional Harvester y la Plymouth Cordage Co., que eran Jos compradores mas importantes de la fibra de henequén yucateca. Con esta documentacién, Joseph consigue ver desde dentro y desde fuera los intereses y contradicciones que ali- mentaron el proceso revolucionario en esta regin del pais. Desde la Gptica teérica, el abajo esta guiado, al parecer, por la pre- gunta: épor qué fracasa una revolu- cin social ahi donde mas se neces ta? El argumento es que una revolu- cién que no logra penetrar entre las clases populares que precisan de ella mayormente, limitada en sus alcan- ces, y que procede desde fuera y des- de arriba, no cala en profundidad o, sencillamente, se transforma en mito. Pero es cierto también que las revolu- ciones sociales en Latinoamérica no s6lo han fracasado debido a las con- diciones internas: Estados Unidos ha contribuido mucho a ello de diversas maneras. En este caso el autor mues- tra claramente que la revolucién en Yucatan fracas6, como después han fracasado las revoluciones en Chile, Nicaragua y otros paises latinoameri- canos, debido a la intervencién impe- rialista estadunidense. Cuba ha sido ALGUNAS REINTERPRETACIONES RECIENTES una digna excepcién a este “destino manifiesto”. Para analizar los logros y fracasos de Ia revolucién en Yucatén, el autor sigue dos grandes ejes de andlisis: 1) el de las condiciones econémicas y sociales de la regién, fuertemente in- fluidas por el monocultivo heneque nero, y 2) el de los intereses externos ala regi6n, ya fueran los del gobierno central o del estadunidense Este contrapunteo entre los intere- ses locales, nacionales y estaduniden- ses resulta ttil para el lector porque le permiten comprender la verdadera dimensién del proceso. Como dice Alan Knight en su presentacién, en Revolucion desde afuera, el sutor hace justicia al carécter distinto de Yu- catan (...], pero no se refugia en la os- curidad ideografica: el exotismo de la patria chica no le oculta lo que hay también de general o incluso universal en Ia historia de la peninsula. Otros enfoques mds recientes Otra veta que ha dado pie a nucvas reinterpretaciones historiograficas son las doctrinas sociales, como por ejemplo el liberalismo. El hecho de que México estrenara su vida inde pendiente a la luz del paradigma beral, mareé sin duda el horizonte hacia el cual se proyecté la energia social.”” Betancourt y Villarreal, Giié- mez Pineda, Zuleta Miranda y Cam- Joseph, Rediscovering, 1986, p. 9. ” Betancourt y Sierra, Yucatan, 1989; Giié- mez, Liberalismo, 1994; Campos, “Politica”, 1995; Zuleta, “Federalismo”, 1995, 155 pos Garcia (1995), entre otros, revisan criticamente los diferentes movimien. tos y grupos politicos para determi nar qué papel jugé la clase politica yucateca en el accidentado proceso de formacién del Estado mexicano a partir del movimiento de indepen- dencia. Giiémez, en su trabajo intitu- lado Liberalismo en tierras del cami- nante. Yucatdn 1812-1840, nos ofre- ce una caracterizacién de la politica agraria yucateca. La disputa central se dio en torno al recurso fundamental, la tierra, Las formas de tenencia y su uso, dividié frecuentemente a la clase dominante. El autor demuestra y explica cémo cada faccién de la mis- ma, dependiendo muchas veces de la coyuntura nacional (dominada por federalistas 0 centralistas), se instala- ba en el poder y promulgaba leyes en favor de sus intereses, las cuales eran mis tarde modificadas 0 derogadas por el grupo de poder triunfante. To- dos ellos, no obstante, tuvieron algo en comin: su fe proverbial en la pro- piedad privada y su desprecio por las comunidades indigenas. La primera simbolizaba para ellos el progreso y las segundas el atraso. Seguir las hue- las de la propagacién de las ideas li- berales a través de las leyes agrarias, permite ademés al autor ligar los acon- tecimientos que afloran en el viejo continente con los que se producen en Nueva Espafia. El texto proporciona también una magnifica aproximaci6n a la convulsa sociedad yucateca de principios del siglo XIX, asi como al acomodo de las nuevas y viejas ideas a los intereses de los diferentes grupos de poder. Cier- tamente, hubo de todo un poco: gru- 156 pos proautonomistas, procentralistas, profederalistas, proseparatistas, entre otros. En la coyuntura abierta por cl mo- vimiento de independencia, los yuca- tecos buscaron qué hacer para impul- sar el desarrollo y para ello se apoya- ron en las ideas liberales provenientes del viejo continente. Asi, hacia dentro impulsaron la propiedad privada, pero hacia fuera, desde la ruptura con Ia metrépoli espafiola, Yucatin inicié una conflictiva relacién con el resto de lo que habfa sido el territorio de Nueva Espafa: la clase politica yuca- teca intent6 obtener de él una serie de condiciones comerciales y adminis- trativas que le garantizaran una situa- cién de excepcién respecto al resto de los estados de la republica.* ALGUNOS RETOS DE LA HISTORIOGRAFIA REGIONAL EN YUCATAN Se puede decir que, a principios de los setenta, se inicié en Yucatén un periodo de profesionalizacién de la investigaci6n en el area de ciencias sociales, particularmente en historia. Anteriormente, 1a historiografia era realizada por personas muy bien en- trenadas en otras disciplinas afines, pero no estaban preparadas ni tedrica ni metodolégicamente para recons- truir la historia social regional. En el decenio de los setenta hubo cambios importantes: los historiadores se con- vencieron, como dice don Luis Gon- zélez, de que la historia no es aquella que se hace con base en ideas 0 sim- ®Zuleta, “Federalismo”, 1995, p. 23. OTHON Batlos RAMIREZ ples deseos, sino fa que se fundamen- ta en documentos.” No es casual, entonces, que se haya generado un auge en investigaciones referidas a la dimensién regional, co- ‘mo las sefialadas antes. Y ya que Mé- xico, como nacién, esté muy lejos de ser una entidad homogénea, este fac- tor supone un gran reto teérico, no s6lo para fa historia sino también para las ciencias sociales. En la investiga- cién realizada en provincia, estudiar las especificidades locales y, al mismo tiempo, contextualizarlas dentro del conjunto nacional, es una tarea toda- via en ciernes. No se trata, ademds, solamente de caracterizar la diversi- dad,® sino de contribuir teéricamen- te a su transformaci6n para disminuir las inequidades. Como sefiala Romero," si algo esté claro en el campo de los estudios la- tinoamericanos es que carecemos de un sistema de conceptuacién apto para replantear rigurosamente los pro- blemas que deben ser sometidos al anilisis histérico. Enfrentados con una vasta realidad compleja y difusa, nos hallamos desprovistos de claves para introducirnos en ella, comenzar a des- brozarla y lograr la claridad suficiente para saber que lo que sometemos a examen son campos homogéneos, fenémenos comparables y situaciones verdaderamente significativas. Pese a los innegables avances, la historia mexicana esté en espera de » Gonzilez, “Historiografia”, 1992. % 4 este respecto véase Tejera, “Identidad”, 1992. * Romero, “Campo”, 1981, p. 25. ALGUNAS REINTERPRETACIONES RECIENTES un riguroso replanteamiento de su problematica general, por encima de la problemitica regional, pero sin des- prenderse de ésta y escapando de ge- neralizaciones imprecisas y mecani- cas. Se requiere de primeros niveles de abstraccién bien realizados y sobre informaci6n de primera mano. EI esfuerzo desplegado, con muy pocas excepciones, no ha logrado su- perar los grandes problemas teérico- metodolégicos que repetidamente en- frenta el enfoque regional,” algunos de los cuales son: la relacién entre lo particular y lo general, es decir, los al- cances 0 grados de generalizacién de las investigaciones en cuanto a la com- prensién de los fenémenos sociocul- turales de nuestro pais; entre lo es- tructural y lo coyuntural; entre las con- tinuidades y rupturas de los procesos sociales, asi como la forma de difcren- ciar unos de otros; entre lo homogé- neo y lo diverso en las tendencias his- téricas y de desarrollo, etcétera. Mérida, Yucatan, 1997. BIBLIOGRAFIA -Ancona, Eligio, Historia de Yucatan, s. e., 1878-1880, ed. facsimilar Universidad Auténoma de Yucatan, Mérida, 1978, 4 vols. 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