10 enero
Bendicion perpetua
U TAMBIEN tienes derecho’a
esta promesa hecha a Abraham.
Hoy te invito a reflexionar sobre el
significado que tiene aceptar a Cris-
to como nuestro Salvador personal.
El apéstol Pablo lo expuso a los cris-
tianos de la iglesia de Galacia, les dijo que podian vivir bien al haber supe-
rado una religion formalista lena de codigos y filosofias de vida, llevarian
su fe a una experiencia de relacion con Cristo, entonces dirian con toda pro-
piedad que eran «la descendencia de Abraham y herederos seguin la prome-
sa» (Galatas 3: 29). Serian una gran nacion, un pueblo tan grande que Juan
dice en el ultimo libro de la Biblia que nadie podia contar su ntimero (Apo-
calipsis 7: 9).
Quisiera llamar tu atencién a las palabras con las que termina el texto
de esta mariana, «serés una bendicion», porque es Ja desembocadura de un
torrente de ricos pensamientos y grandiosas promesas. Hoy debes recordar
que el propésito de la educacion es el servicio. Ahi desemboca el fin pri-
mario, que es una relacion salvadora con Cristo. Ahi también desembocan
los fines secundarios que se proyectan al desarrollo del caracter, en la for-
macion de una mente cristiana y la capacitacion profesional para el traba-
jo. Pero el filtro maestro del control de calidad esta en el servicio abnegado.
jRecuerdas al hombre que salio al encuentro de Jesus desde los cemen-
terios de Gadara? El suceso esta registrado en Marcos 5: 1-20. Acababa de
encontrarse con Cristo como su Salvador personal. Se habfan abierto nue-
vos horizontes para su vida confinada a las tumbas, corria de un lado al
otro, se hacfa heridas con piedras punzantes. Entonces Jestis lo llevo a la de-
sembocadura de ese torrente de bendiciones. Luego le dijo: «Vete a tu ca-
sa, alos de tu familia, y diles todo lo que el Senor ha hecho por ti y como
te ha tenido compasién» (vers. 19). Tuy yo tenemos pleno derecho a re-
clamar las promesas, si queremos constituimnos también en wna bendicién
para los demas.
Haré de ti una naci6n grande,
y te bendeciré; haré famoso tu
nombre, y seras una bendicién.
Génesis 12:2
a
«la obra religiosa que el Seftor da a los jovenes y a los hombres
de todas las edades, muestra la consideracién que les tiene como hijos
suyos |... Los llama a ser participantes con él en la gran obra
de la redencién y elevacién de la humanidad». MJ 44
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