Io non Enea, io non Paolo sono Me degno a ci, n i, ne altri crede. Infierno, II POR UN AMOR DESINTERESADO San Luis el Rey mand a Ivo, obispo de Chartres, en embajada, y ste le refiri que en el camino encontr a una matrona grave y airosa, con una antorcha en una mano y un cntaro en la otra; y notando que su aspecto era melanclico, religioso y fantstico, le pregunt qu significaban esos smbolos y qu se propona hacer con su fuego y su agua. Replic: El agua es para apagar el Infierno; el fuego, para incendiar el Paraso. Quiero que los hombres amen a Dios por el amor de Dios. Jeremy Taylor (1613-1667). SONETO No me mueve, mi Dios, para quererte El cielo que me tienes prometido, Ni me mueve el infierno tan temido Para dejar por eso de ofenderte. T me mueves, Seor; muveme el verte Clavado en una cruz y escarnecido; Muveme ver tu cuerpo tan herido; Muvenme tus afrentas y tu muerte. Muveme, al fin, tu amor, y en tal manera Que aunque no hubiera cielo yo te amara Y aunque no hubiera infierno te temiera. No me tienes que dar porque te quiera; Pues aunque lo que espero no esperara, Lo mismo que te quiero te quisiera. Annimo (siglo XVI) PLEGARIA DE UNA SANTA Seor, si te adoro por temor del Infierno, qumame en el Infierno, y si te adoro por esperanza del Paraso, exclyeme del Paraso; pero si te adoro por ti mismo, no me niegues tu imperecedera hermosura. Attar, Memorias de los santos (siglo XII) EL SOBORNO DEL CIELO Me he librado del soborno del cielo. Cumplamos la obra de Dios por ella misma; la obra para cuya ejecucin nos cre, porque slo pueden ejecutarla hombres y mujeres vivientes. Cuando me muera, que el deudor sea Dios y no yo. Bernard Shaw, Major Barbara (1905). EL CIELO DE UN VALIENTE Luego se dijo que al seor Valiente-por-la-verdad le haban entregado una citacin, con esta marca de que era cierta: Que su cntaro se haba quebrado sobre la fuente. Cuando la recibi, llam a sus amigos para informarlos. Entonces dijo: Voy a juntarme con mis padres, y aunque con mucha dificultad he llegado aqu no me arrepiento de
todo el trabajo que me ha costado. Dejo mi espada a quien me suceda en la
peregrinacin; mi coraje y mi destreza, a quien los alcance.