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Dem iCudntas veces salgo nervioso de misal Son tan irritantes es03 demasiado abundant. monaguillos, més atentos a atraer la atencién del oficiante que a seguir el rito. Campanillazes, bisbii rezos: para ellos dirigido a cauti sacerdote, a hacerle ver la untuosa solicitud de su ayudante. Los fieles, ant, asistimos incémodos al servil requiebro, con el desasosiego de quien empieza a sospechar estar mirando algo que no 10 corresponde, Seguir 1a colebracién, on esas condiciones, es imitil cuando no imposible: otro domingo perdido. Pasando a otro tema: estoy convencido de que es cierto que, a veces, en las cosas terrenas percibimos sefia do los asuntos divinos. Por ejemplo, a mi me ocurre que cada ver quo leo el articulo de Helie Pinon, aa 2a obra de Jos Antonio Coderch, publicade en "Arquitecturas bis" n?il, 1976, me parece tener delante a uno do esos monaguilles. Lo he ido pensando y creo saber por qué. El artieuls empieza (quiténdole, como a las Jechugas, 1as primeras hojas) con ei siguiente parrato: La producciin de Coderch en ta segunda mitad de los aos cuarenta ests preside por el intento de establecer un repertorio Aigurativ, exteaido de ta arquitectura po- polar, capaz de ser sistematizado con mis racionalidad que piotoresquismo, con mis voluntad de imagen que de efecto, Si bien pede considerarse unt actitud general ‘ada en los arquitectos expaioles de post- serra el recurso a las formas y conceptos de In tradiién arquiteeténica —y por tanto carente de significaciin de rup- tura cultural—, Ia manera de produciese ‘en este caso establece uma diferencia fun damental observable tanto en el plano de 1 aetitud como en el de Ia obra realizada. Los aspectosfolklrico-escenogriicos que tectura domestics al uso EI sentido que en Ia ar le Coderch adquiere eada uno de los elementos que toma de Ia tradiciin popular viene dado no tanto de Ia wt 2aciin de clichés popularntas como de Drisqueda de adecuacién entre figuratvi- id ¥ contenido arquitecténico. Entendido asi el recurso a la tradicin, | actitad se relaciona mi ficacién de las arquitecuras populares ropugnade por los racionaistas de quince aos antes —recuérdense ls articuls det GATCPAC sobre el tema, sparccides en a revista A.C.— que con el extendide neor ESPIRITUALIDAD DE LA ARQUITECTURA Discurso de Ingreso del Académico clecto imo. Sr. Dox JOSE ANTONIO CODERCH DE SENTMENAT leido en la Sala de Actos de la Academia el martes 31 de mayo de 1977 Excmo. Sr. Presidente, Excmas, Autoridades, Ilmos. Sres. Académicos, ‘Sras. y Sres: En este solemne acto de ingreso en la Real Academia de San Jorge ue me ha elegido para ocupar uno de sus sillones, quiero patentizar mi hhomenaje y recuerdo al que fuera mi antecesor el arguitecto y profesor don ‘Amadeo Llopart Vile Nacido en Sant Marti de Provengals (Barcelona) el 7 de noviembre de 1888, extudi6 arqutectura en la Escuela de Barcelona y obtuvo el titulo de arquitecto el 6 de febrero de 1911 El I de diciembre de 1913 ingres6 como auxiliar interino en la Es- cuela de Arquitectura, aleanzando Ia categoria de mumerario el 23 de junio de 1917, Gan6 por oposicién la Cétedra de “Topogratia y Geodesia, Trazado y Urbanizacién de Poblaciones” el 24 de ero de 1924. En 1912 fue pensionado para amplia? estudios en Alemania y a lo largo de su vida ocupé diversas cargos piblcos. Fue director de la Escuela de Formacién Profesional “José Serrat Bonastre”, Concejal del Ayunta. niento de Barcelona, Presidente de la Atociacién de Arquitectos de Catalu- fia, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Catala Baleares, Ar auitecto Diocesano y Director de la Essuela Téenica Superior de Arqui- tecture. Profesionalmente gang el Primer Prémio del Concurso para la fachada a Arciprestal de Tatrasa, Primer Premia del Concurso para la Reforma de Barcelona, proyect6 la ampliaci6n de las Escuelas de los Hermanos Franciscanos en la calle Blasco de Garay (1929) el Café “La Alianza del Pueblo Nuevo” (1929), la casa de viviendas en la calle de Muntaner, & (1943) y otras obras de caricter pblico y privado, Publicé unos “Apuntes de Topografia”, “Un estudio sobre jardineria y Arquitectura, un “Estudio sobre tugurios y viviendas antihiginicas™ y un “Estudio sobre grandes ciudades modernas” En su cétedra de Urbanologia impolsé los estudios sobre trazado de ciudades y reformas interores con equipos de alumnos, con brilantes resule tados, que se guardan en el archivo de la Escucla de Aruitectura Fue elegido académico de san Jorge el 23 de mayo de 1943 y fallecis en 1971. EI mejor elogio que de él puede hacerse es et soneto que publicé su compaitero de Academia Pedro Benavent de Barbera i Abel6 en el libro “Sobretavla academic Barcelona, 1957) casticimmo de ta época. En ello reside precisamente In significacion diferencial de ta actitud de Coderch em aquet mo mento: ef entendimiento de lo popular ‘mmo punted partida de un ciomalizador en un contexto ea el que to ‘popular era utilizado como cobertura formal de la ieracionalidn No importan demasiado 1os detalles que indicarian la poca informacién que se nos ofrece sobre los alos Cuarenta. (sin embargo, yesté seguro ol Autor de que’ "puede considerarse una actitud generalizada en los arquitectos Sspafioles de postguerra el recurso a las formas ¥ Conceptos de 1a tradicién arquitecténica"? zSe refiere quizds a que la mayoria fumérica de los arquitectos Sspavioles de esos ahos usaban "formas y conceptos” de la tradicién? Si es eso lo que ha querido decir, ypodria Gecirsenos qué "formas y conceptos", si no los de 1a tradieién, han usado la mayoria numérica de arguitectos de los anos Diez, de los aflos Veinte, de los ates Treinta, de los fafios Cincuenta, de ios aftos Sesenta, de los aflos Setenta? Si siempre ha sido asi, decir que también ocurre en los afios Guarenta es decir bien poco, como tampoce es dar mucho afirmar que esa arquitectu huméricamente dominante estaba Mearente de significacién de ruptura cultural": también estaba carente de significacién gastronémica o ferroviaria. “Qué puede tener que ver 1a arquitectura con la ruptura cultural 0 con la continuidad cultural 0 con la cultura a Secas? Si Gramsci no apetec pruebe al menos a leerse a Adolf Loos, para ver qué es “oultura" ¥ cémo se relaciona, si puede, con "arquitectura”. Olvidemos ahora toda 1a Ancomprensién que las lineas citadas exhiben respecto.a la arquitectura espafiola de los Cuarenta y de los Treinta, y advirtamos solamente el Mecanismo ideolégico con que se arropa a Coderch: Si los resultados de las arquitecturas de Coderch y de los agraristas de los afios Cuarenta son similares, sus fuentes de procedencia, sus "maneras de producirse”, su diferenciados, al uno en positive, a los otros en negative. wY cudl es 1a matriz por excelencia, la Gran Madre de donde nos ha Llegado todo cuanto bueno hay sobre la Tierra? Bl GATOPAC, naturalnente. Y los del GATCPAC, gno hicieron algin numero de aquella revista sobre la casa SONET ‘Magnanim paladi de la dretura hheroi ardit de la conducta honesta extrem tluitador, anima pura per qui Causteritat es una festa. La vide es bella arquitectura de tall altiu i probada aresta més forta que ell, en sa amistat fulgura la veritat com la millor conquesta. Debeltador d'enganys i covardies no el subornen les vils lagoteries que barren els camins del Bé i de Art. Polemista inlassable que no para er trobar sempre una virtut més clara Academic de Bé, Amadew Llopart. Dicho esto quiero hacer patente mi gratitud a los miembros de esta ‘Academia que tuvieron la atencién de pensar en mi persona para ocupar un lugar entre ellos y ofrecerles mi colaboraciéa més sincera y afectuosa. Y¥ con ello entro en la lectura de mi Sefioras y Sefiores: Al dirigirme a Vas. no es mi intencién ni mi deseo sumarme 2 los que gustan de hablar y teorizar sobre Arquitectura. Pero después de més de treinta y siete aos de oficio, he egado a concretar algunas certidumbres y experiencia ‘Un viejo y famoso arquitecto americano le decia @ otro mucho més joven que le pedia consejo: “Abre bien los ojos; mira, es mucho més sen- cillo de Jo que imaginas”. También le decfa: “Detrés de cade edificio que ves hay um hombre que no ves". Un hombre; no decia siquiera un arqui- tecto. LOS GENIOS INNECESARIOS No creo que sean milagros 0 genios lo que necesitamos ahora. Creo que los genios son acontecimientos, no metas o fines. Tampoco creo que necesitemos pontifices de la Arquitectura, ni grandes doctrinarios, ni profe- tas, siempre dudosos. Algo de tradicin vive esté todavia a nuestro alcance, ¥y muchas viejas doctrinas morales en relacién con nosotros mismos y con ‘nuestro oficio © profesiéa de arquitectos (y empleo estos términos en su mejor sentido tradicional). Necesitamos aprovechar lo poco que nos queda de tradiciSn y ética verdaderas en esta época en que las mas hermosas pa- labras han perdido précticamente su real y verdadera significaciéa. Necesitamos que los miles y miles de arquitectos que andan por el mundo piensen menos en Arquitectura (con maydscula), en dinero 0 en las ciudades del aio 2000, y més en su oficio de arquitecto. Que trabajen con tuna cuerda atada al pie, para que no puedan ir demasiado lejos de Ia tierra, en la que tienen rafces, y de los hombres que mejor conocen, siempre apo- yandose en una base firme de dedicacién, de buena voluntad y de honradez (honor). ‘Tengo el convencimiento de que cualquier arquitecto de nuestros dias medianamente dotado y preparado, si puede entender esto, también puede realizar una obra verdaderamente viva. Esto es para mi lo més importante, mucho més que cualquier otra consideracién o finalidad, s6lo en apariencia de orden superior. Creo que naceré una auténtica y nueva tradicién viva de obras que pueden ser muy diversas, pero que habrén sido Ilevadas a cabo con un pro- 7 fundo conocimiento de lo fundamental, y con una gran conciencia, sin preo- cuparse del resultado final que, afortunadamente, en cada caso se nos escapa 'y que no es un fin en si, sino una consecuencia. IDEAS Y PALABRAS Creo que para conseguir estas cosas hay que desprenderse antes de ‘muchas falsas ideas claras, de muchas palabras ¢ ideas huecas, y trabajar de uno en uno, con la buena voluntad que se traduce en accién propia y ensefianza mAs que en doctrinarismos a la moda. Creo que la mejor ensefian- za es el ejemplo; trabajar vigilando continuamente para no confundir la flagueza humana, el derecho 2 equivocarse —capa que cubre tantas co- sas—, con Ia voluntaria ligereza, Ia inmoralidad 0 el frio céleulo del tre- pador. Imagino a la sociedad como una especie de pirémide, en cuya cispide estuvieran los mejores y menos mumerosos, y en la amplia base las masas. Hay una zona intermedia en la que existen gentes de toda condici6n que tienen conciencia de algunos valores de orden superior y estén decididos a obrar en consecuencia. Estas gentes son aristécratas y de ellas depende todo. Ellos enriquecen Ja sociedad hacia la ctispide con obras y palabras, y hacia la base con el ejemplo, ya que las masas s6io se enriquecen por res- pelo o mimetismo, Esta aristocracia hoy précticemente no existe, ahogada por el materialismo, Ja filosofia del éxito, le tecnocracia y burocracia es- tatales incompatibles con Ia libertad y la iniciativa creadora. Con lo sagrado. Solfan decirme mis padres que un caballero, um atist6crata, es la per sona que no hace ciertas cosas, atin cuando la Ley, la Iglesia y la mayoria las aprueben o las permitan. Cada uno de nosotros, si tenemos concie de ello, debemos tratar de forma una nueva aristocracia. Este es un proble- ‘ma apremiante, Hay que empezar pronto y después ir avanzando ‘despacio sin desdnimo, Lo principal es empezar a trabajar y después, en todo caso, hablar de ello. EL ODIOSO MATERIALISMO Al dinero, al éxito, al exceso de propiedad o de ganancias, a la ligereza, la prisa, la falta de vida espiritual o de conciencia, a la uniforme masifice ci6n, hay que enfrentar la dedicaci6n, el oficio, 1a buena voluntad, el tiem- po, él pan de cada dia y, sobre todo, el amor, que es aceptacién y entrega, ‘no posesién y dominio. A esto bay que aferrarse. Se considera que cultura o formaci6n arquitect6nica es ver, ensefiar, 0 conocer més 0 menos profundamente las realizaciones —signos exteriores de riqueza espiritual— de los grandes maestros actuales y pasados. Se apli- ‘can & nuestro oficio los mismos procedimientos de clasificacién —signos cexteriores de riqueza econ6mica— que se emplean en nuestra sociedad ma~ terialista. Luego nos lamentamos de que ya no hay grandes arquitectos, de ‘que la mayorfa de los arquitectos son malos, de que las nuevas urbaniza- ciones resultan antihumanas, casi sin excepeién en todo el mundo, de que se destrozan nuestras viejas ciudades y se construyen casas y pueblos como decorados de cine a Jo largo de nuestras hermosas cqstas mediterrdneas, LA CALIDAD ESPIRITUAL DEL ARQUITECTO Es curioso el contraste entre lo mucho que se valoran las obras de los grandes maestros, que no estén a nuestro alcance, y el silencio 0 igno- rancia de su moral o posicién ante el problema, que esto si podemos inten- tarlo, {No es extrafio que se hable o se escriba de sus flaquezas como cosas, curiosas © equivocas, y se oculte como tema prohibide o anecdético su posicién ante la vida y el trabajo? {No es curioso también que tengamos agul, muy cerca, a Gaudi (yo mismo he conocido a personas que trabajaron con él), y se hable tanto de su obra y tan poco d> su posicién moral y de su dedicacién? popular 9 ibicenca, mediterranea, o algo asi? Pues entonces serd de ahi, sin ninguna duda, de donde proceda Coderch. LY los domés? Esos son otra cosa: patean intitilmente bajo la "cobertura formal de la drracionalidad", Poco imports el trabajo y 1a influencia de un José Fonseca -despuds y do la guerra-, 0 la traduccién agrarista del Sogundo CIAM por Regiones Devastadas, 0 el paciente y ontrafiable inventario del. en las : todo y Aburto, y De La Sota, no es mds que "extendide neocasticismo”. £1 método empleado es bien conocido: como en las balanzas, hay que hundir un platillo para hacer aacender a los cielos al etre. Desde ese ingonuo pero eficaz maniquefsmo inicial, progresara el texto de Hello Pifén, desplegado en volutas ascendentes de incienso, triunfales y arrodilladas a un tiempo, hasta llegar a la goma final: ‘Mientras tanto, Coderch, a! margen de lo que ocurte en Milin © Nueva York —en relacién con ta arquitectura— con= inward prefirlendo el color de la cal, ct canto gregoriana, los tes primeros evan- ellos, fotografiando cscenas de tores, despreciando a satsfechos y trepadores y ccontribuyend 2 Is construcciéa de wna tradicion vives a la que se pueda refer In arquitectura de mafiana, fel a su lem «tre homme c'est precisement étre res ponsable. Cest connaitre Ia honte en face une misére qu ne semblalt pas dépendre de soi. Cest dre fier d'une victoire que Tes camarades ont remportée. Cest sentir, fen posant sa pierre, que Ton contribue 9 Ditir le monden. S610 cabré esperar que Coderch no resulte demasiado indiferente los elogios Patio y corte de bien distinta mano gasta, gracias a Dios Antén Capitel on su Ji Autonio Coderch: del mara La Siudad, prologande el libro Jeb; Coderch 1945-1976, Xaradt sabsrnes ope ee Tomando el texto de Capitel como siempre se debiera ~desde atrds~ y no como se sue! encontramos una convincento presentacién de la relacién entre critice, obra analizada y lector: Goderch en nuestro contexto 80a), cual el valor lo au empafaia indepandencia, del pape ‘como arqntecto del que hemos Wo Sesorole~ que, desde el pncipio, paeciéelegir CCuattamtaén “come sites de todo el sentuls tie su idea bana, ce la alternative fsimente Eo quedard ahora sometide a ‘el qe queraobserar Is obra —la histone ‘eet presonta Aceptar la suspensidn de Juicio sobre algunos temas abiertos en prolongar hacia e: jor ~el lector del 1 observador de las Prélogo, ldminas” ¢1 uso del material expuesto en el libro; presentar 1 prdélogo como una posible Jectura, una interpretacién nomentdnea, utaliraria, efimora; substituir, en definitiva, la critica constructiva, sistematizant establecedora, por ia critica gestual: ese os el bastante convincente camino que, a mi entender, se indica en'el texto de Capite1. Sin embargo, también el libro cuidado por Capitel y Ortega presentarfa algin elemento aparentemente injustificable o que, como minino, perturbaria en ¢1 lector la posibilidad de usar personalmente los trabajos de Coderch o de asinilar la Jectura de Capitel. Me refiere a lo que niresignadanente?= advierte Capitel en las doe o tres prineras 1ineas de su escrito y a io que se menciona en la nota folocada al inicio del Libro: no venos ia produccién de Codarch, sino lo que Coderch quiere hacernes ver cono su produccién: Felea asi lo que podria considerarse recrako~ Fobot de una monografia arquitecténica: catdlogo neutro nds ejemplo de uso del catélogo, interpretacién. Nunca la interpretacion debe acabar volviends sobre “el ca’ elininando las piezas desencajadas. Lo que el curios necesita y sigue esperando es una publicacién que dé referencia Ge la totalidad del trabajo de Coderch, ilustrando una mayoria de los proyectos catalogados, sobre todo aquellos nunca peblicados, mencionande tanto las necesarias referencias biblicgréficas como el placet o el veto oficial que sobre algunos proyectos o algunas fotografias de algunos proyectos distribuye el despacho de J.A. Coderch. ber qué Sé10 asf liegaremos a Significa "1945", 0 "Edificio Girasol", 0 "Casa Senillosa", o "Manuel Valls". Quizé tongamos que esperar, como para con los Secretos dei Gran Houdini o la profecias de la Pastorcilla de Fatima, hasta cincuenta afios después de la muerte del autor para ebrir archivos. No nos importa: esperaremos. José Quetgias (Con tos grandes maestros de nuestra época pasa précticamente la mis- mo, Se admiran sus obras 0, mejor dicho, las formas de sus obras y nada xm, sin profundizar para buscar ex ellas lo que tienen denteo, lo més valio- s0, lo que est a nuestro alcance. Claro que esto supone aceptar nuestro propio techo o limite, 1o cual no es posibie cuando se quiere ser un Le Corbusier o ganar mucho dinero, La verdadera cultura espiritual de nuestra profesién siempre ha sido Patrimonio de unos pocos. La postura que permite al acceso a esta cultura es patrimonio de casi todos, y esto no lo aceptamos, como no aceptamas tampoco por Jo menos el comportamiento cultural que deberia ser obliga- torio y estar en la conciencia de todos. Antiguamente el arquitecto tenfa fines puntos de apoyo. Existian mu- chas cosas que eran aceptadas por la mayoria como buenas 0, en todo caso, como inevitables, y Ia organizaciGn de la sociedad, tanto en sus problemas sociales como econdmicos, religiosos, politicos, fe, era estable 0 evolu- cionaba lentamente. Existit, por otra parte, ms fe, més dedicacién, menos {also ongullo y una tradjeiGn viva en Ia que apoyarse. Con todos sus defee- tos, las clases clevadas tenian un concepto més claro de su misién, y rara vez se equivocaban en la eleccién de los arquitecto o artistas de vala; as 1a cultura espirtual se propagaba naturalmente. Las pequedas ciudades cre- ian como plantas, en formas diferentes, pero con lentitud y colmindose de vida colectiva. Rara ver existia ligereza, improvisacién o irresponsabil- dad. Se realizaban obras de todas clases con un valor humano que se da hoy ruy excepcionalmente. A veces, pero no con frecuencia, se planteaban pro- bleinas de crecimiento, pero sin esa sensacié, hoy inevitable, de que la evolucién de las ciudades es muy ripida y muy dificil de prever como 0 sea a muy corto plazo Hoy en dia las clases dingentes han perdido el sentido de su misién, y tanto Ia aristocracia de la sangre como la del dinero, pasando sobre todo por la de la intcigencia, Ia de Ia politica y la de la Iglesia iglesias, salvo rarisimas y personales excepciones, contcibayen decsivamente por si inuti- Tidad, espiriua de Iuero, cobardia, ambicion de poder y falta de conciencia de sus responssbilidades, al desconcierto arquitecténico actual. PROBLEMAS QUE INCIDEN SOBRE LA ARQUITECTURA. Por otra parte, las condiciones sobre las cuales tenemos que basar nuestro trabajao varian continuamente. Existen problemas religiosos, mo- rales, sociales, econémicos, de ensefanza, de familia, de fuentes de energia, ftc,, que pueden modificar de forma imprevisible la faz y la estructura de ‘nuestra sociedad, Soa posibles cambios brutales cuyo sentido se nos escapa Y¥ que impiden hacer previsiones honradas a largo plazo. Como he dicho ya anteriormente, no tenemos clara Ia tredicién viva que €s imprescindible para Ia mayoria de nosotros. Las expeziencias lleva- das a cabo hasta ahora y que indudablemente en ciertos casos han repre- Sentado una gran aportacién, no son suficientes para que de ellas se des- prenda el camino que haya de seguir Ia mayoria de les arquitectos. A falte de esta clara tradicion viva, y en el mejor de los casos, se busca la solucién ‘en formalismos, en la aplicacin de metodologias de moda.o en la rutina ¥ en los t6picos de gloriosos y viejos maestros de la arquitestura actual, ol- Vidando sus errores y prescindiendo de su espiritu, de su circunstancia y, sobre todo, ocultando cuidadosamente con grandes y magnificas, palabras nuestra gran irresponsabilidad (que a menudo sblo ¢s falta de capacidad de reflexi6n), nuestra ambicién y nuestra ligereza Es ingenuo creer, como se cree, que el ideal y la préctica de nuestra profesién pueden condensarse en slogans como el del sol, Ia luz, el are, el verde, 10 social, lo politico y tantos otros. Una base formalistica y dogmé: tica, sobre todo si es parcial, es mala en si, salvo en muy raras y cataste cas ocasiones. De todo esto se deduce, a mi juicio, que en los caminos di versos que sigue cada arquitecto consciente tiene que haber algo comin, algo que debe estar en todos nosotros, sin olvidar la Historia, y su antigua sabiduri El viejo Goethe decia: “El tema propio de Ia historia del mundo y de Ja humanidad, su tema nico y el mis profundo, al que todos los demés estén subordinados, es el conflicto entre fe ¢ incredulidad. Todas las époces fn las que domina la fe, no importa la forma en que se presente, son bri- frato”, expresado, si cconviccién. He dicho. Mantes, levantan el corazin y dan fratos en el presente y en el futuro, Por el contrario, todas las épocas en las que la incredulidad, de la manera que sea, afirma su triste victoria, incluso cuando sucede que brillan por un tiempo con un falso resplandor, desaparecen de la vista en la posteridad, porque no hay nadie al que le guste moiestarse en conocer lo que no ha dado Una frase de Einstein preside nuestro despacho desde hace muchos "La cosa més hermosa que un hombre pueda sentir es ef lado mis- terioso de la vida. En él esté la cuna del Arte y de la Cien YY aqui, aunque parezca contradictorio, vuelvo al principio de cuanto he 4nimo de dar lecciones a nadie, con una profunda y sincera verdadera”. Todos han ofdo hablar alguna vez del Mausoleo de Lenin, simbolo de un pais y de un régimen. Pero pocos se acuerdan de 1a existencia de otro mausoleo que estuvo ubicado en el mismo sitio. Yes muy dificil que alguien recuerde quién fue el arquitecto autor de ambos. Uitimamente, muchos arquitectos ompiezan a interesarse seriamente por lo que representaba en su di llamada arquitectura de vanguardia soviética, que tuvo lugar en los aflos veinte y primeros treinta. Me parece interesante recordar que también exist{an arquitectos que fueren, por as{ decirlo, 1a retaguardia (y no eran malos arquitectos), y que no sélo por razones muy particulares de la politica cultural oficial, han Pperdurado los veinte afios siguientes. Dentro de esta politica cultural oficial debemos incluir 1a desaparicién de lo que se conoce bajo el nombre de Constructivismo sevistico, hecho que nada tuvo que ver con Ja habitual lucha ideolégica entre corrientes artisticas de aquellos momentos. Pura ¥ simplemente, a partir de cierta fecha 1a tnica arquitectura admisible fue 1a que hoy dia se llama "primer periodo de realismo socialista", tal como aa Por ello encuentro interesante la obra de A.V. Shisef, puesto que podemos afirmar que su obra ha sido un fiel reflejo de lo que fue 1a arquitectura rusa y Soviética, desde los tiempos prerrevolucionarios hasta casi los afios cincuenta. AJERCEM BAKTOPORNM WLyCER Mo parece muy dificil definir su obra en términos univocos « E1 mismo intenté hacerlo a lo largo de su vida, pero creo que 5610 1a muerte le impidié presenciar el gran cambio campo de la arquitectura Sovidtica, que daba al traste con 1a mayoria de las concepciones arquitecténicas que 61 definis y defendiés con tanto ardor. Entonces, zeus fue la obra de este arquitecto, con titulo académico ya en tiempos del zar, autor de iglesias y conventos, y que supe volver a serio Stra vez con Stalin? Formado en 1a nds académica de Jas academias de arquitectura “1a de San Petersburgo-, Shtsef e= uno de los mds destacados representantes de la llamada corriente pseudorrusa. La mayoria de sus obras ejecutadas antes de 1a revolucién son una magnifica muestra de sus conocimientos en el campo de 1a antigua arquitectura rusa. Ineluso para un hotel en Bari emplearé e1 mismo lengua en el ‘OTA. En ol préximo mimero de "Carrer de 1a Ciutat" se publicaré un comentario sobre el anteproyecto de ampliacién de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, obra de J.A. Coderch de Sentmenat, G. Coderch Giménez, J.A. Coderch Giménez y J. Sanz Luongo, arquitectos, y dibujado por CRONOS S.A. Su obra mds importante en este perfedo fue la Terminal de Kafafi de Moscu. Es una de las nds grandes de la ciudad y el comienzo de 1a linea férrea que comunica con la parte asidtica del pais, hecho utilizado por el arquitecto para inspirarse en algunas antiguas construcciones asidticas. Si nos fijamos tan s6lo en la planta, no dejamos de encontrarla muy bien organizada, Es sobre todo muy interesante 1a reorientacién de lo que debia ser el trafico normal de pasajeros hacia la fachada lateral, convirtiéndola de este modo en’ principal, solucién justificada por 62 hecho de que esta fachada da a una gran plaza con dos termiriales mis, mientras que lo que deberfa ser la fachada princfpal da a una pequefia calle. El proyecto original fue grandiose para 1a época (nunca fue realizado en su totalidad) inclufa, adenés de 1a estaciéa propiamente dicha, almacenes, oficinas, talleres, etc. que formaban’parte de un unico organisme. Todo esto se solucionaba a base de voliime: independientes interseccionados entre sf y envueltos por un gran volumen de andenes cubiertos. Fl aspecto exterior es muy pintoresco; da 1a Ampresién de que nos hallamos frente a un pueblecito y no ante un organismo tinico, como es una terminal de tales dimensiones. La entrada principal, tan bien resuelta en la planta, se pierde por completo, resultando muy difieil diferenciarla de las otras puertas que dan a 1a plaza. Los distintos voliimenes que componen 1a terminal resultan muy bonites y reflejan un profundo conocimiento de loa motives compositives de la antigua arquitectura del pafs. Cabe resaltar la alta calidad de ejecucién de los detalles y poca cosa

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