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Lo estético y lo artistico diferenciados La mayorfa de los estudiosos encuentra sinonimia en la relaci6n de lo estético con lo artistico; ambos son lo mismo. Otros los postulan extrafios enite sf; lo estético nos vincula sensitivamente con la natura- leza, cuando en ella vers bellezas, dramatismos, acciones cémicas, etcétera, mientras que lo art(stico nos acerca mas racional que sensiti- vamente a productos humanos determinados, no necesariamente be- los, y desde hace tiempo denominados obras de arte. Otros critics, como nosotros, tomamos lo estético y lo artistico como un par dialéc- tico de dos realidades distintas y a la vez complementarias; en el plano social lo estético entrafia lo artistica e incumbe a todos los hombres, mientras que las actividades y los productos de lo artistico, contienen loestéticoe interesan a muy pocas personas. De acuerdo con este tercer criterio y si en verdad queremos enten- der con profundidad el fenémeno sociocultural del arte y el de nuestra vida sensitiva, debemos separar lo estético de lo artistico; viéndolo bien, el hombre siempre los diferencié de facto. Por ejemplo, antes de'H, Baumgarten (1750), lafilosoffa ocupabase de la belleza y demas categorias estéticas de la naturaleza y de la realidad cultural, con ex- cepcién de las obras de arte; fue Baumgarten quien introdujo el nom- bre de Estética e hizo de ésta una disciplina dedicada a la belleza y también a'las artes', entonces consideradas bellas para distinguirlas de las Gitiles. Aparecen las Bellas Artes; iniciase asf la promiscuidad con- ceptual que atin hoy vivimos, no obstante la definicién hecha por He- gel, en su estética dictada a principios del siglo pasado; las artes son productos del hombre y diferentes de las bellezas naturales. * Crtapher res, “Phylosophy of Ar wenus Aesthetic” en The British owalofAetetes. v La diferencia que de facto hacfa el hombre entre lo estético y lo attistico, la vemos claramente en el uso que los fildsofos daban al tér- mino “gusto” cuando querian ocuparse de la sensibilidad, cuyas acti- vidades propias de todo hambre, son esponténeas y valorativas, sin tener que ver necesariamente con las artes. El gusto era lo que noso- tros denominamos lo estético. Para enfocarlo concerniente alas artes, aludtan, a la sazén, a lo artistico y a lo estético indistintamente. Se daba por descontada su sinonimia, Siempre hubo, en suma, referen- clas a esa agreste capacidad humana, rotulada gusto, que en toda so- ciedad se concreta en términos hist6ricos. As lo artistico y lo estético festaban en un lado ye gusto junto con la sensibilidad en el otro. En consecuencia, para nosotros el problema no es terminol6gico y requiere la superacion de habitos y de logomanfas. En concreto, se trata del mero reconocimiento de una realidad y de su consecuente rebautizo, en el que es posible hacer a un lado toda fundamentacién © comprobacién de las discrepancias que muestra lo estético con res- pecto alo artistico, En ningiin caso el reconocimiento de estas diferen- ‘las implica volver al pasado porque, en primer termino, no hay retorno posible; los fenémenos nunca se repiten en el mismo contexto cultural ni el mismo tiempo hist6rico. Significa mAs bien corregir errores del pa- sado; el que tuvo Baumgarten al entreverar bellezas naturales, y los con- ceptos de arte que venia fraguando Occidente. Proplamente abogamos por devolverle al termino estético (aisthesis) su acepciGn original y real de percepci6n sensorial para, de aqui, derivar el derecho a identificarla con sensibilidad 0 sensorialidad, capacidad humana que es sinénimo de gusto, Ademas, nos respalda et hecho de no ser nosotros los prime- rosen reclamar a diferenciacidn entre lo estético y lo artistico. Cuando las artes y las bellezas naturales iban juntas a través de la mimesis, no hubo mayores problemas y nadie sintié la necesidad de la diferenciacion, A fines det siglo pasado, estudiosos como J. Gu- yauy K. Fiedler? comenzaron a sefialar la urgencia de diferenciar en- tre la estética, como una disciplina filoséfica dedicada a las bellezas y demas categorias estéticas presentes en la naturaleza, y la filosoffa o teorfa del arte. En nuestro siglo les siguen otros estudiosos entre los que podemas citar a M, Dessoir E, Utitz* y H. Hamann. En los afos treintas, ya]. Mukarovsky? diferenci6 claramente lo estético de lo ar- tistico. Desde el momento en que las artes iniciaron su alejamiento de las bellezas naturales, a promiscuidad salt6 a la vista. Primero las artes + kena Fer, Shfien Uber Kurs 2 Aan Datos, Ati nd Alper * fl te, Aen * jan korvky, sce oie yd semologt ela is. 44-121. 1B CAP.1,LOESTENICOYLO ARTISTIC ‘abandanaron la peimacta del plano semartico que vinculaba al arte Zona naturateza o realidad visible; luego, a partir de Cézanne, ellas Scemtuaron la sintaxis 0 belleza formal en sus productos, hasta ltegat 4 los abstraccionismos. Después, lag artes empezaron ainclinarse Na- dia la prienacta de la pragmitica; les imeresaron los efectos en el re- eptor, pero no Ia semantica nj la sintaxis del producto, Resultado: ladiferenciaciéndevinoimperativa. Presfonados par la realidad social de fas artes tradicionates y de las medios masivos, algunos te6ticos de fos paises socialistas comen- aaron a redefinir a la estética como el estudio de la cultura estética ‘semsitiva de una sociedad, una de cuyas partes corporiza ol arte. Se partla de la necesidad de crear una teorla materialisa de Ta cultura, eapan no sélo de explicar el rol del arte en la sociedad en general ¥ ca ida estética del hombre comcn en pacicular, sina también de elaborarestéticas que reemplazaran a las estéticas preindustriales, 2 fnitiles, €-astque, actualmente, un buen niimero de analistas dis jue loestéaicode lo anstico con fo que sepretende diferencia el te se una de sus partes, esto es, la cultura esiéticn de la cultura atistica. Enive tales analistas destacan '4. Kagan®, E. John’, H. Koch®y G. A. Nedoshivin’, paranombrar solo a unos cuantos. ‘La diferenciacién aludida dista mucha de invalidas todos los co nocimientos de la realidad estética y de 1a artstica producidos hasta heea par historiacores, tebricas y criicos de arte, Simplemente, al clara muchos problemas practicos y teoréticos, gone arden en di thos conocimientos, como ma: adelaote verernos. La diferenciacion tiene, por tanto, una utiidad prsctica y melodotogica, sobre todo, en Ine artes de nuestros Bes, fas cuales, como ya hemos visto, son mis de retroalimentacién y de autorrevision o autodestruccién, que de vinaulacién con realidades visibles 0 eaéticas. Muchas obras de arte al supriotir los elementos estéticns y 10s no artisticos, han llegado al Extremo de conlener Unicamenie elementos aristicos; otras ievale- Gantambién loselementos no anisticas (paltticas, seligiosos, educat~ os, etcéieral y excluyen losestéticos; asimismo otras obras incluyen Gnicarente fos elementos estticos de fas bellezas naturales y de las formals. Hoy por hoy la diferenciacién deviene indispensable. En primer lugar, porque resulta fic comprobar cémo 1a mayorta de la pobla- ign mundial posee ideales y sentimientos debellezaque le peresiten Tievar una vids estética muy activa sin tener contacto algun con fas + son) aga, Vorksunpr rai ninichn eth Tehawr poiome ae marestcivdoniasicbr Aik, okra tek 1 a i cern ce Cenc y “a lac ent dt ebre eonerad tr Stnchet Came rp ny marine wSp= 377997 97 CAR IMOESTENCOYLOARTSTICO 19 artes en el concepto occidental del término; incluso ni siquiera necesi- tan tal cantacto. Lo mismo cabe afirmar de las mayorfas demograficas de nuestros paises, Todos poseemos un gusto, una sensibilidad, pero muy pocos se acercan alas artes. Estas son variantes histéricas y nunca constituyeron una facu tad humana. (Cuando en el pasado se las iden- tificaba con una facultad humana, se pensaba en el gusto o.en la sensi- bilidad, de por sf comin a todas los hombres.) Para nosotros, las artes son procesos culturales que presuponen conceptos y convenciones de- terminadas; lo mismo sucede con las matematicas o cualquier otra ciencia. Mientras tanto, la raz6n y la sensibilidad, o gusto, sf reanen las condiciones para ser consideradas como facultades 0 capacidades humanas 0 antropologicas que, segin la sociedad y la historia, secon- cretan en ciertas particularidades de cada uno de los sistemas produc- tivos o géneros de las ciencias y delas artes. Diferenciar entre facultad humana y sus concreciones, tanto las hist6ricas como las propias de la divisién técnica del trabajo, significa también poner orden a las actividades humanas pues imperan las con- fusiones idiométieas y las conceptuales al respecto. Obsérvese, dicho sea de paso, cémo en la vida diaria nos resistimos a usar el término artistico en la apreciacién de la belleza de un paisaje o de una mujer, de una flor o de un gato. Todos somas capaces de adquirir conoci- ntos cientificos y los utilizamos sin ser cientificos; incluso, realiza- mos ciertas actividades tales como sumar o multiplicar, productos de Ta ciencia matematica, pero que en nuestras manos devienen medios humanos. La confusién viene de igualar produccién y reproducciér al finy-al cabo, una cosa ese! multiplicar de un nifo y otra muy distin= ta el de un fisico atémico, més distintas ain son las actividades de un matemitico de profesién. Todos realizamos actividades provenientes de las matemiticas, pero éstas distan mucho de ser cientfficas cuando fo retroalimentamos las materndticas mediante innovaciones o cam- bios. Entonces, 2por qué tomamos la pintura de un nifio igual que la del artista profesional? Lo hacemos porque desde hace un siglo, el in- dividualismo accidental toma al arte por expresi6n autobiografica. En realidad, el nifo realiza una actividad estética pero nunca artistica. La tecnologia 0 trabajo simple es el misma pero no siempre es artis co. En definitiva, todos poseemos na raz6n y una sensibilidad y, sin ‘embargo, no todos realizamos actividades propias del cientifico 0 del artista profesional. ‘Algunos tedricos de los paises capitalistas ya empiezan a ver las ventajas de la diferenciacién entre lo estético y lo artistico. Asi, por ejemplo, T. Kulka’® quien nos aclara cémo obras del tipo de Las Serio- ritas de Avignon de Picasso son incapaces de causarnos placer y, sin © Tomas Kula, “The Asc andthe Aetetic Value Ar en Te British our of esthetic. 20 CAP.1, LOESTENCOYLO ARTISTICO, ‘embargo, las apreciamos; su valor es artistico y no estético. La ventaja de sepatar estos dos valores se evidencia también en el caso de las Copias fieles, en relaci¢n con sus respectivos originales; af ver que se trata de una misma imagen, solemos salir del apuro af afitmar que no hay falsficaciones (las imdgenes son iguaies) sino falvticaddores. én verdad, a copia conserva el valor estético del original, mas no et arts- tico, $6i0 ef original implica aporte o vator artistico pues existié antes ue las copias y el aporte sélo puede venic del autor primero, Lo im partante, camo vemos, no son los productos sina tos proceso ¥ las ‘elaciones, las motivaciones productivas y los efectos consuntivos, to- dos enunidad con el producto en cuestién. La diferenciaci6n beneficia, en forma especial, a Ja conceptuacién de las antesanias y de los disefios, como variantes hist6ricas de un mis mo fenémeno estético. A) hacer esta diferenciacién, vemos, sobre todo, ventajas para el enfoque del disefio urbano, cuyos problemas son ecoldgicos o ambientales y en el que la ciudad es identificable con {a ecoestética y sus fuerzas modeladoras de la sensibilidad colectiva, dentro de las diferencias de clase y de pats. La diferenciacién nos ayu- da a definir la naturaleza estética de los disefos y de sus efectos, ast Como su extraiieza con respecto a las aries a las cuales s6to los unen los aspectos sensitives o estéticos. Artesanias, attes y disefios se gen ala sensibilidad estética, pera las artes exigen la participacion ac~ tiva dela mente del receptor. En el pasado, las artesanias religiosas se dirigtan alos sentimientos Feligiosos def hombre comin y a su gusto 0 sensibilidad. Algo similar sucede con fos disefios cuyos recursos estéticos se dirigen hacia lasen- sibitidad diaria del hombre que busca vafor de uso en fos abjetos dise- ‘fads. Las antes religiosas dei Renacimiento apelaron a los ideates de belieza humana, pero as artes profanas necesitaron una intelectuali- Zacién para legitimar y prestigiar su pureza formal y sus contenidos polttices yio ideolbgicos. Recordemos que antes se distinguta entre la educacion ino artstica) por medio del arte y la educacién artista, Ac- tualmente resulta més oti separar la educacién estética de la antstica Pues Ja primera es ecoldgica, sensitiva y muda, mientras que la se- ‘Sunda es mds racional que sensitiva y mas verbalizada que sensorial. En resumen, lo estético es inevitable y cotidiano, esponténeo y orientado hacia las bellezas naturales o culturales, todas valorativas; Por consiguiente, no existe hombre sin vida estéties y ésta Se centra, para Nosotros, en la sensibilidad © gusto, una facultad humana ocupada en ‘uestros ideales de belleza y sentimientos dramaticas, cémicos, de sublimidad o tipicidad, En fin, lo estética se ocupa de nuestras preferen- Cias y aversiones sensitivas 0 estéticas, gracias a las cuales mantenemos relaciones con la realidad inmediata y diaria, Para una mejor explicacion de la naturaleza de lo estético, centraremos sus aspectos sociales en la 72 CAP.1.LOBSTENCOYLOARTISNCO cultura estética como fenémeno colectivo y enfocaremos sus aspectos psicolégicos en la sensibilidad como facultad del individuo. Quiz4s lo mas importante de la diferenciacién entre lo estético y lo artistico sea que nos permite situarnos en la realidad de la correla- ciGn dialéctica sujeto—objeto, para centrar lo estético en el sujeto, pro- ducto social y ejecutor de la produccién y del consumo; e identificar loartistico con el objeto, los sistemas productivos y la cultura que esto presupone:como producto humano; asf se enfrentan hombre y objeto © bien naturaleza y cultura. Lo estético, después de todo, esté en el hombre mismo y, por ende, en su sensibilidad, que como hip6tesis viene postulindose desde el siglo xvi y que hoy necesitamos precisar quées Sensibilidad es receptividad por antonomasia, estoes, impli ca pacidad de sentir, Pero esta capacidad presupone experiencias e ideas, sociedad y sistemas, ademas de los esfuerzos del individuo que idad la que siente: es el hom- laentraa. Propiamente, no es la sensi bre el que la utiliza para sentir o producir sentimientos, sentimientos ‘que son subproductos de la razén, de los sentidos y de otras experien-

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