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ALBERTO EDUARDO BUELA rofnoe de Gooseslosia Univeidad de In Patagonia "Stm Juan Boseo™ El Ente y los Trascendentales logo de suLIO. SIEINUIELE (CRUZ ¥ FIERRO EDITORES Cordoba 679, 59, 504 ‘Buenos Alres Copyright by cxvz ¥ Fumo morons Hecho el depésito que previene ia Ley 11.728 Impreso en la Argentina — Printed in Argentine ‘Octubre de 1972 Prohibida la reproduccién total 0 parctal sin permiso de los editores A cas, y Tuego, @ los que se creen los duefios de la verdad A MODO DE PRESENTACION EL presente trabajo de Alberto Eduardo Buela es el primer esfuerzo de un joven Profesor de Filosofia sobre una disci- lina ton especulativa como es la Metafisica. Su autor revela condiciones excepcionales para la investigacién filosofica. Pe- netracién de los conceptos, poder de distincién, ajuste al objeto propio de la investigacién, capacidad de sintesis para ver el tuni- verso de la filosofia y en consecuencia para situar cada parte en el conjunto del todo. Pero es un primer esfuerzo. Alberto Buela necesita culti- varee, ¥ el campo de la. investigacisn filoséfica, tanto la sistemd- tica como la historica, es vastisimo. Si el seftor Buela pone dedicacién y disciplina, le auguramos ‘un porvenir fecundo en la tarea filosética, Jouo MsINviette Buenos Aires, 3 de agosto de 1972. PROLOGO ‘Mas que ninguna otra la pregunta por el ser, se presenta al hombre como la de mayor hondura; siendo la pregunta por el ente la de mayor diafanidad. La pregunta por el ser es la Ultima, la pregunta por el ente la primera. Es la wiltima, porque més all de ella se acaba, el preguntar, pues al ser s6lo la nada se enfrenta, y sobre ésta no puede versar ninguna pregunta, ya que en la nada, nin- guna respuesta florece. Por el contrario, 1a pregunta por el ente se presenta como 1a primera, pues ol ente es lo que primero eoncibe el inteleeto, es decir, sabemos antes que nada que somos. Esta distincién entre ser y ente, el ser como fundante y el ente como fundado, el ente como objetivable y el ser com® lo inobjetivable, nos leva en forma directa al meollo de este tra- bajo, que es ia “Exposicién de los Trascendentales del ente”. Es dable aclarar que el estudio de los trascendentales, se desenvuelve dentro del Ambito de 1a ontologia, disciplina filo- s6fica que se ocupa del ente en tanto ente. Que en una presen- tacién de conjunto se despliega sobre tres regiones. El estudio a) del ente en si mismo (acto, potencia, esencia, existencia, etc.), b) de las propiedades trascendentales del ente’ (lo algo, 10 bue- no, ete., ¥ de los principlos primeros como ser, el de no con- tradiecién, identidad, etc.), y c) de las cetegorias o predica- mentos (sustaneia, cantidad, relacién, ete.). Los trascendentales suponen pues, el estudio previo del ente en s{ mismo. En la Introduccién y en les primeras pagi- nas de este trabajo, para facilitar un mayor ehondamiento del 9 mismo, vamos a dar los lineamientos generales que di - Sideracion involuera, tal como nosottes la ententiemes Siguen las aclaraciones. Hn este trabajo nos apoyamos so- bre los textos del Angélico, especialmente sobre el De Veritate, cuestién primera, articulo primero, Lugar donde trata expre. samente de la déduccion de Jos trascendentales. Astmismo'ad- juntamos a éste, la versién castellana de dicho t Somos responsabies pelted Debemos decir también, que no est en nuestra intenci6 hacer hablar 2 Tomas de Aquino por nuestra bora, sino que haciendo uso de una sana libertad tllosética, por lo demée slaw, pre indispensable, nos reservamos el derecho de tomar y quitar, de atirmar o negar, de disputar o coincidir, ein con el fuisme Aquinate en lo que estimemos de necesario en favor de une mayor comprension del tema que nos ocupa. Lo ctial nos lle. fe gl mejor de los casos al desarrollo de una hermenéu- Por tiltimo quisiéramos sefialar que entend - eabulario filoséfico, debe earacterizarse por i preclecn bon ceptual, y que si a ésta se le agrega una concision expresiva, versando’ ademas sobre un tema que se ocupa de verdades ltt, mas como el que nos hemos propuesto, y sabiendo, que estas liltimas verdades conforman un ntimero muy reducido, 3sIo nos resta decir, que cada una de las palabras empleadas cuenta. 10 INTRODUCCION ‘Tan_pronto como el entendimiento del hombre trata de aprehendér algo, éste algo se le desdobla en ser algo y ser algo, es decir en esencia y esse. ; Entendemos al ente, y en esto somos deudores agraciados de Sto. Tomas, como, 1o que es. Como, Id quod est o Habens esse. Lo que equivale’a decir que el ente no es sino la unidad actual de esencia’ y esse. La esencia esta dada por el Id quod y por el Habens; por el “aguello que” y por “el que posee”. Mientfas que el esse, pro- piamente hablarido el actus essendi, est entendido en él est ¥ en el esse; en el “es” y en el “ser”. No esté demas decir que, la esencia, es entendida como lo que es el ente. En y por la esencia entendemos qué es tal 0 cual ente. En cambio el actus essendi es significado, es entendido, més por lo que no es, que por lo que es. Para redondear concepts, podemos decir que a a esencia se llega mediante la simple aprehensién, que es un conocimlen- to inmediato, y que al actus essendi arribamos mediante el jui- cio negativo, que nos dice mas bien lo que no es, Ahora bien, 1 participio presente ens, al igual que todo pattieipio presente indica un sujeto en el ejercicio de su acto propio. Asi, el participio presente del verbo amar, que es “el que ama o amante”, denota un sujeto —el amante— ejerciendo Su proplo acto que es el aeto de amar. El acto propio del ens es entonees, el esse, es el actus essendi. Zl ens es el sujeto del esse. El ente se determina en nw primer ingar com i Rr respecte aise eeenelss en la medida que participa del ser. “De modo que, en la nocién de ens 8 peas eS sl nat sm 2 luego el esse, porque la cosa Ileva esse” (2). En la nocién misma de ens como : vemos, se enewi = oe itados dos de sus trascendentales res ef’ aliquid, a “case ¥.él algo”, pues al mentar ai ente como cosa nos dirigimos @ Ia decir, el ente como algo se nos “sit fuera de la mada”, es decir extiond, “"'* ‘°e® 2m “siendo Ejemplo de que esto es asf, o sea, ente se encuentra explicitados ‘dos de en Su paralelo De Ne- en forma expresa del resto de los trascendenisien at S20 De modo que, consideramos ; gue el Angéli de explicitar los trascendentales ves et aliquid, como to eee con los otros, por fi i ocién de ener TMS éstos estén ya en forma explicita en la Sabido es también que en forma expresa de “Io bell” @n™ En lo que hace a este trabajo, semente de cada tno de los sels trang a6 COURSE eNDrE- Ge Aquino no se ocupé 2 LOS TRASCENDENTALES DEL ENTE Todo ente se presenta a la mirada del hombre como por- tador de ser, pues el ente como tal es la unidad de esencia y ser. Ahora bien, el esse menta un actus, es decir ¢l ser hablando propiamente es acto, y por ser acto se muestra como perfec- tivo, ya que todo acto ‘por ser tal es siempre perfeccién de una. poterclalidad dada. El esse, es el acto de ser, por e] cual una esencia determi- nada pasa del estado de mera posibilidad a un estado real, de modo que, la realidad se constituye por la actualizacién’ de una esencia por parte del esse. Esto nos muestra que la Teali- dad no es sino el ente, siendo pues el ente realidad. ‘Tenemos entonces por un lado al esse, que en sf mismo se presenta como lo ilimitado, mientras que’ por otro lado tene- Tos la esencia, que en s{ se hace patente como Io universal, pero limitada a tal o cual género o especie. La esencia hombre no tiene manos ni pies, dijo una vez Kierkegeard, pues s6lo este hombre que soy yo los posee. Pero este hombre que soy yo es por el esse, no siendo entonces otra, cosa mas que ente. En ‘a unidad del ente se implican mutuamente esencia y esse, pero mientras que el esse es lo que tienen de comin todos los enites, la esencia es lo propio de cada uno. Creemos ver a través de éste, nuestro incipiente mirar me- tatisico, como en el seno del ente se lleva a cabo la dialéctica essentia-esse. Es decir, hay un acto (esse) que actualize una potencia (essentia), y, hay una determinante (essentia) de lo indeterminado (ess¢). Fi ente aflora entonces como la sintesis, como la supresién que conserva, pues suprime por un lado la esencia y el esse como tales pero conservando en él la esencia ¥ el esse. El esse en tanto acto actualiza le esencia en su existir, aun- que no limiténdose a la existencia, que s6lo indica el mero he- cho de ser. El esse en tanto perfeccién, nace pattieipes de si a todos 3 Jes gutes pero de un modo parcial, pues participar no es sino, Poseer parcialmente una perfeccién’ vin ai Gos Vertientes del esse que desembocan en el ente, as vio claramente el Angélico cuando dijo: “pues el ente es el que poses ser” (), Laracterizdndolo acé, al ente desde la perspectiva del esse como acto. O cuando, detinis al ente desde la perspectiva aay esse como perfeceién’ participada, diclendo: (Se llama ente aquel que de un modo finito participa de ser” (8) Nemos entonces que ta realidad se convierte con el ente ¥ due ol ente es la unidad que se constituye a través de we Proceso dialéctico de essentia-esse. JPLaRS €S conocido por 1a esencia, puss elta es lo propio de cade gente. Lo que conceptualizamos, lo que puede eer sec nido es Ie esencia y no el acto de ser que es si existis Zorgue el esse no se agota en ta existencia, que no es més Gone der nat gaht! presente del ente” sino que, ademas periec: Gone Ge aouerdo al grado de participacion con que se mie en el ente. Pe moto que sélo la esencia es conocida, el esse es lo ige Dole. Peto ante esta proposicién, surgen de itmedisio ‘ac pre. [as esenclas son conocldas de un modo inmediato, et esse dean forma mediata, pues s6lo sabemos de él aa acct que esse e8 conocido por wie: “La expansion del esse, las perfecciones del GRE BO Som, Conocidas sino’ indirectamente, me- diante precisamente la esencia, la diversinng Sapna, SPeciflea e individual de ‘las esen fas” (0), 4 Una vez afirmada le conversién del ente con la realidad, sabemos positivamente que todo lo que digamos del ente lo predicamos asimismo de la realidad. Asi pues, todo ente por ef hecho de ser ente, es ante todo “res” (cose), es decir, cuando el hombre mira entes, ve lo que son y comprende primariamente su “esencia”, y eso es porque antes de saber si existe algo, devemos saber gué es ese algo para saber si existe. O sea, nosotros no sabemos si existe algo Si no sabemos lo qué es, Los entes se presentan a la mirada del hombre que se pregunta por ellos, inmediatamente en 10 gue som, pues se muestran como cosas, para luego presentarse existiendo, es decir fuera de la nada, siendo algo (aliquid). Siguiendo en la misma consideracién del ente en cuanto tal, se ofrece éste a la mirada del filésofo como slendo uno (unum), pues no se es otro, distinto del que se es. En cuarto lugar esté el trascendentsl verdadero (verum} ‘puesto que la verdad es lo que es, y lo que es, es ente. Viene luego “lo bueno” (bonum) que dice relacién al ape- tito. Pues ¢s, lo que todos apetecen y como todo lo que es busea permanecer en su ser, de ahi se sigue que lo bueno y el ente se convierten, pues nadie busca el no-ser. ¥ si alguien 1o busca s6lo lo hace ante la esperanza de un bien mayor, 0 bajo la apariencia de “Io bueno”. Por tiltimo todo ente es bello (pulchrum), en tanto que manifiesta la perfeccién en lo sensible. Estos son entonces, Jos seis trascendentales del ente: La cosa (res), lo algo (aliquid), 10 uno (unum), lo verdadero (ve- rum), lo bueno (bonum) y’lo bello (pulchrum). 5 LA COSA Diticiimente se pueda encontrar en tilosofia, um tema poco trabajado y de tan grande importancia ceme le eae fcién del trascendental cooa, © "PoTt@mela como 1a explict sia tS, Yendad, ot tem do muy poco trabajad paranees ‘jado. Al mismo de los trascendentales ha Tespecto dice un filésofo contem- “Constituyen (los trascendentales) un: gion misteriosa, poco expl me. {8p misteriosa, poco explorada atin por la mie- Ahora bien, el ente en tanto ente es cosa y por ser antes que nade cosa, es por ello que él “ primari monte por el intelecto conto evidentisimg’ nee? Prat En el orden ontologico- i el order gnoseolégico, se puede iti este principio, “que lo primero que concibe ef inteleste ea ens”, por Yeduccién al absurdo, ¥a que si gas ard demds selarar gue el intelecto s6io puede enten- n » pues él versa sobre “lo que es” foncebiria nada, porque fuera del ente se alze el Teinade de lo inintetigib! concepeiggien®? ue S6lo nos puede evar una “nade de Puntualizando conceptos nos ani i imamos @ decir - do mentamos cosa nos dirigimos a Ia esencia del ente*y cuando lecimos ente, lo que entendemos es la cosa, " Por un lado, el trascend E ez jrtiala BS mendes, 6. primero capta el intelecto. ‘osa, es lo primero que capta raed electo. Para el caso viene bien lo que dice Ser {Se puede afiadir al ente, en efecto, pri , , primera~ mente el conocimiento de éste, como relative @ €1 fuismo, considerado como esencia, y entonces ala ica de ente se afiade la idea de cosa, la cosa siendo lo que es y el ente siendo su acto” (°) As{ pues, como trascendental 1a cosa afiade al ente, su inteligibil : cia de Nene puesto que ésta. despliega la realidad de la esen- 6 LO ALGO EI ents en tanto ente es algo, es decir, el ente es y no; no-es, En ente como algo es no-nada, Pues lo algo nos dice que 1 ente discrepa con la nada. 7 Debemos aclarar que esta nada, no es la nada heideggeriana, que es una nada positiva puesto que cumple una funciéi anonada ¢. ente pata mostrar el ser que en 61 se oculta, La nada esté concebida por nosotros como privacién de ser, mostréndonas entonces que el ente por ser algo no es abso- luta privacion, sino que por ser algo es efectivamente real. + El ente es el sujeto que porta le privacién de ser, 0 sea, en todo ente se da cferta privacién ya que si no el ente seria ser, puestc que éste no pose privacién alguna. Es decir, en el ente se dz la privacién de ser, pero el ente no es por dicha privacién, sino que es; porque es algo. Entonces lo algo més indica que el ente en tanto ente es nomnada, es decir nos dice que el ente existe, que es algo. Asi pues este segundo trascendental agrega la nocién de ente, la relacién a la existencia. De lo dicho se sigue que el ens inquantum ens existe. A la nocién de Io algo, arriba el Angélico considerando al ente en orden a otro, pero en cuanto se separa de lo otro 4 linto de d. La distincién respecto de 10 otto se halla filolégi camente remarcada al decir que aliquid proviene de alius quid. Ahora bien, lo que separa al ente de lo otro es su propia exis- tencia. Porque Ja existencia es lo no comtin que anide en le nocién de ente, ya que 12 esencia es compartida por el género y la especie y el esse es lo que poseen todos los entes mas alla de sus limitaciones esenciales, es lo comin @ todo lo que es. Pues todo lo que es, es por el esse, por via de participacton. Entonces bien, lo inalienable, 1o proplamente individual de cada ente esté dado por su existencia y ésta es como dijimos v7 18 io mentado y afiadide por io algo al ente, Ademés es interesante n 7 1otar eémo la nocié uentra intimamente ligada al principio de no-contiadicelon, igo nos dice que el ente es y que no puede noser (*), LO UNO EI ente como tal es uno, éste (lo uno) nos dice que el ente por ser ente es indiviso. Es él mismo y no otro, es decir, fl ente como wno hace apelacién al principio de identidad, en tanto que lo uno nos muestra. el ente en. si mismo, haciendo que él sea él y no su otredad. ‘Todo ente se presenta a Ja vista del #lésofo como siendo él mismo y no otro, es decir, se presenta como uno. Asi, esta 1a- picera mie en tanto ente que és, es ella misma y no otra y es0 por ser una. Pero en la medida que provoque la divisién de este ente lapicera, serd otro distinto de lo que es ahora, pues en st divisign se escindiré en nuevos entes, no siendo entop- ces lapieera. Luego de esto, pareciera que el trascendental uno dijera Jo mismo que lo algo, puesto qtie los dos se enfrentan a lo otro. De ahi que el sefior Jolivet nos diga que: “Puede uno atenerse précticamente a la no- cién de unidad” (), redueiendo asi lo algo a lo uno. Nosotros creemos que esto nos esté vededo por lo siguien-~ te: Si bien, lo uno y 10 algo se enfrentan a lo otro, lo uno se opone a lo otro en tanto éste (lo otzo) surja de la division de st mismo. De abi que lo uno se reflera a la indivision interna del ente. Un ente ef uno en tanto no esté en sf (internamente) vidio. Lo algo se opone a lo otro externamente considerado de abi que el Angélico como dijimos, deduzea 1o algo de la consi- deracién del ente en orden a otro, mientras que la propiedad de lo uno 1a deduce del ente considerado en si mismo. Cabe aclarar que lo uno inaugura, los grandes trascenden- tales, 0 para decirlo mejor, los trascendentales més mentados. Estos a su vez se completan como lo verdadero y lo bueno. Hablando pues sobre lo uno dice el Angélico, diez afios des- pués de haber escrito el De: Veritate: “Lo uno no agrega sobre el ente ninguna realidad, sino s6lo la negacién de su division: Lo ” ino ciertamente ninguna otra cosa signiti mis que ente indiviso. ¥ por esto mismo sr ane Prende, que lo uno convierta con el ente Bm efecto, todo ente o es simple o es compuesto, al due es simple o es indiviso tanto en acto como.en potencia. El que es compuesto no tiene esse ment Wemos pues, luego de este texto esclarecedor cé: mo | Gin ae ee gdraseendental del ente, tanto por la expliciin, Gin ave hace det concepto de ente ai agregévie in negacién de su di 5 a eabo. 0% como por la conversién real que con el ente en Es conveniente adem: 5 Jo uno cuando aie: Some decir que ya Aristoteles hablé de “Ahora bien, si el ente y lo uno son Jo mis: ¥ una sola naturaleza es porque se corresponden él uno al otro, como el principio y Ia causa, sin ue sean expresados en una tinica nocién.*. Se Xe, 2si claramente que la adicién en todos estos casos, expresa lo mismo, y qui cose fuera del ente” (in) Tue 10 Uno no es otra {Si pues en Aristételes y Tomds lo uno se identifica real- mente con el ente mas no en su concepto. Put expresa en su nocién algo distinto que‘el ente'® @%° 1° Une 20 LO VERDADERO El ente en tanto ente se presenta como verdadero, puesto que lo verdadero a nivel ontoldgico es lo que es, y lo que es, es ente, Ahora bien, considerado lo verdadero (verum) desde 1a perspectiva de su razén formal, éste no es sino, la adecuacion Gel intelecto y la cosa. ¥ a este nivel, a nivel I6gico, se debe decir con Aristételes que la verdad y la falsedad estan en la mente y no en las cosas, de ahi, qué el concepto de Jo verda- Gero afiada al ente, una nueva cara, que es la relacién al en- tendimiento. ¥ as{ el Aquinate nos lo comenta: “Lo verdadero —afiade al ente— la compa- raciin_con el entendimiento” @), Ahora bien, conceptualmente lo verdadero dice relacién Gel ente al entendimiento, es decir, cognoscibilidad del ente y como éste es més cognoscible cuando més esse posee (*), de anf, se desprende que sea més 0 menos verdadero de acuérdo al grado de participacién que de esse tenga. Debemos decir en- tonces, que es imposible 1a existencia de un ente no-verdadero, gomo ¢s imposible 12 existencla de un conocimiento no verda- Gero, puesto que conocimiento falso es la ausencia de cono- cimiento y ente no-verdadero es la ausencia de ente. La trascendentabllidad de lo verdadero se muestra a n0so- tros cuando queriéndose negar en absoluto la existencia de lo verdadero, lo no-verdadero se alza como siendo lo verdadero, mostrando asf la sin razén en la que caen los que tratan de ne- gar el caracter absolut de lo verdadero. Asi pues, rico en en- Sefianzas es para nosotros aquiel adagio que dice que: “En toda mentira siempre hay algo de verdad”, pues —llevando a éste deal terreno ético a 1o ontolégico que es el lugar en que estamos andando— esto lo vemos cuando enfrentados a un ente cual- quiera, decimos que es otra cosa distinta de la que es, pero nunca podemos decir que no sea. De idéntica manera, del ente como verdadero no podemos decir que no sea, pues si decimos que no es, ya lo estamos afir- mando. Es decir, el filésofo enfrentado al ente, por ej. cristal falso, sabe que es verdadero vidrio. O sea, el ente en tanto ente a no puede ser otra cosa més que verdadero, puesto que lo ver- @adero no puede ser otra cosa més que ae que lo que es, y lo que es, Para terminar debemos recordar que ya el fil6s tagira, hablé de lo verdadero cuando aijo>, enter “Tanto una cosa tiene de ser cuanto de ver- dad” (#9), propiciando, segiin entendemos ia inclusién de Io verdadero en- tre las propiedades trascendentales ('*), a 22. \ | t | | LO BUENO Todo ente en cuanto és, es bueno. ¥ es bueno en la medida en que es perfecto, entendiendo por perfecto aquello a lo cual nada le falta segin su especie. De modo que; lo que afiade lo bueno al ente es la razon de perfecto, y asi lo hace notar el Angélico: “Todo ente en tanto es ente, estd en acto y en cierto modo es perfecto: ‘porque todo acto es una cierta perfeccién, ahora blen, lo perfecto tiene razén Ge apetecible y de bueno, segin he- mos dicho (a. 1). De donde se sigue que todo ente en’ cuanto tal es bueno” (""). Como pues lo perfecto tiene razin de apetecible, de ahi que lo bueno diga relacién al apetito, y como éste es siempre una tendencia hacia algo que se encuentra ms allé de si, se sigue que lo bueno se relaciona con el fin, que siempre es un fen. Asf pues, fin y bien se identifican, ya que todo agente obra en vista a un fin y ese fin, es el bien de la accion del agente. Sobre el bien, Aristételes hablé diciendo: “Definieron con toda pulcritud el bien los que dijeron, ser aquello a que todas las cosas aspiran”’ (8), Mostrando con esto, la reciprocidad de las nociones de fin y de bien. Estas nociones las hizo propias Tomés pero otorgandole al concepto de bien una mayor extensién, se ve esto cuando nos dice: “Lo bueno y el ente son idénticos segin ~ la realidad, pero differen sdlo segtin el con- cepto” @). Estas palabras del Angélico nos hacen ver claramente el cardcter trascendental de lo bueno. Que ontolégicamente se identifica con el ente, difiriendo ambos en sus conceptos. Ya 23 gue, como dijimos, lo bueno agrega al concepto de ente 1a ra- z6n de apetecible. san ctsonalmente creemos, que muchos equivocos se evita- Tian en los planteos que en nuestros dias se hacen sobre ol “pro. blema del mal”, si se tuviera simplemente en cuenta la thane quilidad que trasunta esta teorfa de lo bueno como un trascen. dental del ente. Ahora bien, Aristételes por su parte dice: “El bien se toma en tanto sentido como el ente, puesto que predica de Ia sustancia, como Dios y de la inteligencia; y de la cualidad como Jas vittudes; y de la canfidad como la medida: y de 1a relacién como lo titil y del tempo como la ovasion y del lugar como ef domicilio convenien- te, y de otras cosas semejantes” (*). Esto nos muestra a les claras que el bonum aristotélico, Ro es Un trascendental, pues “si bien se aplica a toda catego: ria, no se aplica a todo lo que es” (*), Estimamos natural que Aristételes no haya Uegado a la idea de lo bueno como trascendental, y eso debido a que él no fontaba como conte Tomas, con el testimonio del Altisimo, que luego de la creacién de cada dia nos dice que vio que lo creado era dueno. Es decir, que la cosmovision cristiana del mundo Como creacién fue, a nuestros ojos, el determinante primordial que Ievé a Tomas'a afirmar la conversion del ente y lo bueno. 24 LO BELLO ‘Todo ente es bello en la medida en que es. Lo bello afiade al ente la nocién de deleitabilidad, es decir, como trascendental hhace que todo ente por ser ente sea deleitable a la visin. El proslema que plantea lo bello, es que Santo Tomas nun- ca hablo expresamente de este item, de ahi, que unos lo inter- preten reduciéndolo a lo bueno, como en el caso de Cayetano cuando dice que: “Lo bello es una especie de Jo bueno” (*), ¥.it0s Jo reduzean a lo verdadero, eomo lo hace Plemontesi, di- ciendo que: “Lo bello coincide con 1a verdad ontolégica de los entes” (%), Por su parte el Angélico define @ lo bello como lo que a Je vista place, mostrando asf, por un lado, que es un conoci- miento que se percibe en y por lo sensible a través de la vista y €1 aldo, “que son los sentidos cognoscitivos por excelencia, ¥ Por otro lado, indican que es un conocimiento gozoso, Es decir, lo bello se distingue de lo bueno y de lo verdadero, Pero esta intimamente vinculado con ambos, pues posee en su concepto un elemento de cada uno, pero rechaza a la vez un elemento de lo bueno y un elemento de lo verdadero. Asi pues, si entendemos que el concepto de lo bueno esté constituido por dos elementas; posesién que deleita y cl do lo Werdadero; conocimiento que’ no requiere deleite ‘necesaria- mente. Apreciamos pues, que 1o bello en tanto que visin delei- tante, adopta como vision, un elemento que hace al concepto de lo verdadero, esto es, el de ser conocimiento, rechazando a si mismo un elemento dei concepto bueno; esto es, el de ser posesién. Mas como deleitante, excluye un elemento de lo verdadero, el no necesario deleite, y adopta el otro elemento de lo bueno, esto es el provocar deleite. 5 Refiriéndosé a esto un estudioso contempordneo nos brin- daw ejemplo que bien vale un bro: “Si contemplo un racimo de uvas, advierto que es hermoso, es decir, que me deleita (en lo cual se parece al bien), pero no me deleita pre. eisamente por Ja posesién de un término, sino que en mi acto no ha habido el tender a poseer, sino sélo el conocer (en lo cual se separa del bien y se parece a lo verdadero)” (*), Esta vinculacién intrinseca entre lo bello, lo bueno y lo verdadero, la explicita pero en otro nivel, en feliz expresion un esteta argentino cuando dice: “En definitiva lo bello, es el ser en cuanto un contenido entitativo se hace patente, se ex- Presa en lo sensible, en el aparecer mismo, de tal modo que las partes resulten vehiculos del ser, © sca, del contenido mismo que constituye el ser de la cosa. De ahi, pues que resulte lo bello en cuanto perfecto, amable, y por tanto manifesta- cin o expresién, inteligitle; o sea, bueno y ver- Gadero, pero de tal modo que lo inteligible sus- cite el apetecer, y el apetecer surja como efecto de la manifestacion” (%)., Después de esto podemos definir a lo bello como manifes- tacion Gndea de lo perfecto ayers, Cabe aclarar que son contados los lugares en donde el Angélico doctor se ocupa de 10 bello, pero que no obstante eso, valida es a nuestro ver la opinién’ del sefior Jugnet cuando dice que: “Hay en Santo Tomés elementos para. una estética extremadamente rica y penetrante” (#). Tal como para muestra se nos ocurren pérrafos revelado- res de los que ofrecemos traduccién en las notas a este tra- bajo). 26 oo LA DEDUCCION DE LOS TRASCENDENTALES Una ver vistos los trascendentales a través de una presen- tacién meramente puntual, la pregunta que aflora es la que solicita aclaracién con respecto al hilo conductor que nos leva a hablar da los mismos. De modo que, expuestos los trascen- Gentales, la mente filoséfica se pregunta: qué son en sustancia ellos, cOmo arribamos a los mismos y por qué son tales y cudles ¥ No otros, El Angélico da una respuesta adecuada a todo esto en la cuestion primera, art, 19 del De Veritate. Al no ser el ente género, ya que éste expresarfa un modo Ge ser que no esta expresado por el nombre de ente, se pre- gunta el Aquinate cuales y cémo son alcanzados los modos de ser del enie. ¥ es alli, donde comienza la deduccién de los trascendentales, cuya denominacién proviene del verbo latino (trascendere) trascender, denominacion que el Angélico no usd, sino que fue empleada posteriormente por Ja escuela. Le palabra trascendentales esté indicando, por un lado una serie de propiedades que pertenecen al ante en cuanto ente y por otro, el ir de estas propiedades mAs all4 de toda cla~ Ssificeeién yor género y especie. Dos pelabras acerca de su desarrollo histérico. La teorfa Ge los traseendentales, aunque no formulada como tal, ya esta esbozada como vimos én Aristételes. Pues lo uno y lo verdadero son realidades que acompafian a todo lo que es, en tanto que es. San Agustin al enfrentarse al mantqueismo desarrollé otro trascendenial; lo bueno, pues el mal no posee una naturaleza sino que sélo es privacién de bien, asi nos lo hace notar cuando dice: “Bl mal no es-ninguna naturaleza, sino que el mal se entiende como pérdida del bien” (*). Por su parte algunos fildsofos de la Edad Media, habian hablado de la cosa y lo algo como atributos trascendentales del ente. Contemporéneamente a Tomas de Aquino, su maestro Alberto Magno, Alejandro de Hales y Duns Scoto, desarrolla~ ron este tema en forma esquemética, conservando cada uno sus caracteristicas individuales. Luego 1a tradicién escoldstica fue la encargada de ja repeticién monétona de las mismas sé- gin las distintas escuelas, siendo recién Suarez el encargado de aportar alguna novedad. Posteriormente nos dice De Raey- er: “La teoria de los trascendentales fue ense- fiada por Christian Wolff (1679-1754) que sufrié en mas de un punto el influjo de Suarez (1548- 1617), y asi fue como Kant lleg6.a conocerla. Sin embargo este liltimo 1a adapté a sus principios subjetivistas: segiin él, los predicatios suno, ver~ dadero y bueno» no designen atributos de la reali- dad tal como es en si misma, sino que enuncian ciertas condiciones del sujeto del conocimiento, que se encuentra en la. linea de la categoria kan- tiana de la cantidad” (*). Abora bien, como caracteristica general debe decirse que los trascendentales no difieren entre si, realmente (secundum rem), sino conceptualmente (secundum rationem), o sea, se- gin el concepto que nosotros nos formamos. ‘Muestran Ja circularidad dialéctica que encierra el con- cepto de ente, es decir, el concepto de ente una vez explicitado Por medio de sus trascendencias patentiza los primeros princi- pios que rigen tanto el orden moral (bonum-pulchrum), el ot den ontolégico (verur-res) como el I6gico (unum-alighid), 0 sea, dado un concepto determinado de ene, asf se da ent altima instancia 12 cosmovisién que, el hombre, una sociedad, o una cultura determinada posean. Santo Tomas, siguiendo con lo que habiamos comenzado se pregunta por los modos de ser del ente, y dice que dichos maodos son dos: Uno, un modo especial (specialis modus essen- ai), que es el que corresponde al ente como sustancia, que es Jo que es por si ente. Considerado dentro de esta perspectiva el ente es el género supremo. Otro, un modo general, que posee dos vertientes. Una, que considera al ente en sf mismo, y otra que consi- dera al onte en orden a otro, Ahora bien, el ente considerado en s{ mismo expresa algo atirmativo o negativo, la afirmacién esté expresada en el ente a través del trascendental cosa (res), mientras que la negacion esta mentada por el trascendental (nomen), uno (unum). 28 Con respecto a la vertiente que considera al ente en orden a otro, ésta se bifurea en dos; una, segiin la division de uno por otro, expresada a través del trascendental aigo (aliquid) y otra, segtin la conveniencia, que por um lado despeja el tras. cendental verdadero (verum), y por otro el trascendental bue- no (bonum). La conveniencia del ente respecto al intelecto se expresa a través de Jo verdadero, mientras que la conveniencia del ente respecto del apetito se expres en el trascendental bueno. Hasta aquf el Aquinate. Respecto del trascendental bello (pulehrum) se echa de yer que no e5 dificil su deduccién, estimamos que Ja misma tle- ne que ver con el ente que en orden a otro se decarrolla, segin Is conyeniencia, expresando en tanto que bello, relacién tanto respecto del avetito como respecto del Intelecto, De ahi que lo ello sea definido como lo que a la vista place, estableciendo ya en su misma definicién las dos vertientes que en él conver. gen: Jo vero y Jo bueno (*™) Para que un trascendental sea una verdadera propiedad del ente —nos hemos negado hasta aqui a usar el término pro- piedad, porque éste es un término equivoco, puesto que toda, propiedad es propiedad de una esencla y aca la propiedad no se Gistingue de ta esencia— debe cumplit tres condiciones indis- pensables; a) convertirse con el ente, b) explicitar lo implicito que hay en él, y c) estar graduada jerérquicamente en ef ente, respecto de ls otras propiedades trascendentaics, 29 LA CONVERSION CON EL ENTE Por conversién se entiende aqui “Ia permutacién de los tér- minos dal juicio, sin que por ello sufra menoscabo la verdad significada” (). Es decir, ante un juicio S es P, habra conver- sion si el fuicio P es S representa idéntico valor. La conversién pues, de los trascendentales con el ente, es- ‘triba en saber si el juicio: La cosa, lo algo, lo uno, to verdadero, lo bueno y lo bello son entes, significa la misma verdad que él juicio: El ente es cosa, algo, uno, verdadero, bueno y bello. + Asi pues, que los trascendentales son ente, nos lo hace ma- nifiesto, segtin entendemos, el juicio negativo. Puasto que, son ente (los trascendentales) ‘porque no son otra cosa. Pareciera esto una hermosa tautologia, pero no olvidemos que nos esta- mos moviendo en el ambito de jas tltimas verdades del pensar natural humano, en donde al final nos espera la en apariencia, gran tautologia tilosética; el fuicio “somos porque somos” (#1); como bien hace notar el Sr. Nimio de Anquin. Entonces bien, los trascendentales son ente porque no son otra cosa, y podriamos aclarar sirviéndonos de Ja sabiduria de Avicena, y no pueden ser otra cosa porque en el ente se resuel- ven todas las concepeiones, Que cl ente es los trascendentales se hace ostensible a nues- tros ojos, por medio del juicio afirmativo, ¥ asi decimos que el ente es cosa, porque es conceptuali- zable, porque es objeto de coneepto. Que al ente es algo, porque é1 esté del otro lado de la nada, porque existe, Que 4 ente es uno, en la medida que es indiviso, ya que todo lo que es, para ser debe ser idéntico a si mismo. Que en ente es verdadero, porque verdadero es Io que es, Y lo que es, es ente. De abf.que podamos decir que Ia verdad es la realidad de las cosas. am Que el ente es bueno, porque es-perfecto y eso porque esté en acto pues todo acto encierta una cierta perfeccion. ¥ por witimo decimos que el ente es bello, porque es mani- flesto al espiritu, y eso porque todo lo que participa de esse, Heva la capacidad de manifestarse, Ahora bien, el convertuntur con el ente es efectivamente real, existe una identidad real entre el ente y sus trascenden- tales. ¥ asi, cuando desde la ventana de nuestro cuarto obser- vamos al limonero que se halla enfrente, lo aprehendemos como ente,.es decir, como unidad (lo uno) actual (lo algo) de esencia (la cosa) y esse (lo verdadero, lo bueno y Jo bello), pues 10 co- nocemos como real (lo verdadero) apetecemos su fruto cuando esté maduro, acabado, perfecto (lo bueno) y su visién enton- ees nos deleita (lo bello). Esta son pues, las razones fundantes que damos para po- der afirmar le conversion del ente con sus propiedades, cum- pliendo asi el primero de los requisitos que justifican a aquellas como tales. El ente en tanto que unidad actual de esencia y esse, menta ajo uno en Ja unidad, @ la cosa en la esencia, con lo actual a le existencia que es lo afiadido por Io algo, y lo real, 1o perfecto, ¥ Ja manifestacién por medio del esse que posee como partici. ado, Debemos destacar, volviendo al ejemplo que, ei limonero no es ahora més lmonero que antes que nosotros Jo viéramos, sino que al verlo podemos explicitar en tanto hombres que so- mos, lo que él como ente que es, encierra en su cancepto, pero no mis de lo que hay. Con lo que pasamos a le segunda de las condiciones que requieren los trascendentales para ser tales, que es el poder explicitar lo implicito. 32 5 LA EXPLICITACION DE LO IMPLICITO Los trascendentales se identifican en la realidad con el ente, Deci: a nivel ontolégico uno, algo, bueno, ete.; 0 ente, es decir lo mismo. ¥ es s6lo ahi, en la efectiva realidad donde’ los, trascendentales se identifican, se convierten con el ente, y éste con aquellos. Pero si estas propiedades del ente se agotaran en el con- vertuntur, 1a exposicién de Jas mismas no seria més que un retruécano, mas que un puro decir sin decir nada. Pero henos aqui, en la implicancia de mayor hondura, a que nos Hevan‘los trascendentales, Ellos explicitan en su despliegue lo que est im- plicito en el concepto de ente. Con su desarrollo logran acabat Jo que se entiende por ente e imprimen en su despliegue mo- vimiento al concepto mismo de ente. Agui es donde se da la verdadera dialéctica del ente, la verdadera dialéctica de la realidad. Que es ante todo explicita- cidn de Jo implicito, 1a cual es para nosotros la tarea del fil6- sofo, del metafisico. Eso es, mostrar que si bien la filosofia no sirve para nada, pues tiene fin en s{ misma, ella sirve para he- cer tomar conciencia a los hombres, a los esclavos, presos de la caverna platénica, que la realidad se les escapa por estar ocul- ta, no explicitada, se les escapa por ser dialéctica. Mas sostener, que la dialéctica se da en el orden de los conceptos suseita’de inmediato el problema de: jeémo puede darse un movimiento dialéctico en el concepto de ente sin que se dé en la efectiva realidad; e6mo puede darse un despliegue nocional, logico, conceptual, ‘que no tenga un cortelato cierto en Ia reélidad? Si ante tal pregunta respondemos por sf, afirmamos la Proposiciin maxima de la filosofia hegeliana, es decir, afirma- mos que la realidad es dialéctica. En su defecto, si respondemos por no, demos a entender ‘por un lado que el pensar de Hegel es absolutamente abstracto, ¥ su dialéctica de lo real queda reducida a un puro juego men- tal, logico. ¥ por otro nos quedaria por resolver el problema 33 de la relacién entre el concepto dialéctico de ente y Ia realidad sustancial, estatica, y permanente del mismo. Sea cual fuere la respuesta correcta nosotros creemos que éste es el Unico, witimo y fundamental punto, donde las filo- sofias de Tomas y de Hegel pueden llegar a abrazarse, mas el abrazo puede ser, y en esto sf importa la respuesta, por luche © por amistad, Pasamos ahora a ocuparnos de la exposicién de la funcién que cumplen los trascendentales y asi cigamos al Angélico Doc- tor cuando hablando de los mismos nos dice: “Lo bueno y el ente son idénticos segin 1a realidad pero difieren sélo segiin la razon. Lo cual asi se manifiesta: el concepto de bien eon- siste en esto, en que algo sea. apetecible, de donde el Filésofo en la Btica dice; que el bien es lo que todos apetecen. Es manifiesto que cada cosa es apetecible en la medida en que es perfecta, pues todas apetecen su perfeccién. Y tanto son mas perfectos cuanto més en acto estan, de donde es manifiesto que tanto algo es bueno cuanto es ente. El esse es Ja. actualidad de la cosa, como dije més arriba. De donde es manifiesto ‘que lo bueno y ei ente son idénticos realmente, pero lo bueno involucra fen su concepto) Jo apetecible, cosa que no involticra el [eoncepto de] ente” (®). ‘Mas adelante leemos respecto de io uno: “No hay tautologia cuando se dice son, las que van més alla de toda clasifieacién por género y especie se identifican realmente (secundum supposita 0.seeuncum rem) con el ente. Ello es lo que mentamos con el término convertuntur, Luego intentamos mostrar eémo estas propiedades difie- zen conceptualmente (secundum rationem) con el ente y en- fre si. Siendo pues, cada una de ellas una cara distinta de un nico y mismo ente, legando a mostrar asi, aquello que el concepto de ente por si mismo no muestra, aquello que man- tene oculto en su seno, Eso lo denominamos funcién explictta- tiva de los trascendentales, la cual nos Neva a Ja afirmacién de gue el concepto de ente es dialéctico. Planteandonos dicha afir- macion el problema de: ¢Hasta.y en qué medida, si el concepto de ente es dialéctico no io es también realidad? Problema que soslayamos, porque no creemos que actualmente podamos dar uma respuesta adecuada al mismo. Esperamos en un futuro tra- bajo presentar sino la solucién, al menos las vias para el logro de aquélla. En este ultimo apartado vamos a tratar de mostrar como Jos trascendentales estén vinculados entre si de una manera jerérquica, EI orden en la derivacién pawlatina de los mismos, se es- tablece @ través de un proceso dialéctico, mediante el cual el primero 3e lo3 trascendentales contiene y determina a su su- tesor y &te si que le sigue y asi sucesivamente, Estas relaciones jerarquicas se originan a partir del ente mismo, primero considerado en s{ mismo, luego en orden a otros, y asi podemos decir con un filésofo contemporéneo: “Esto hace que las nociones tltimas sean més complejas que las primeras, que el des- piegue del ente sea un positive enriqueci- miento” (4), Dentro de su obra, el Angélico nos habla sélo de algunas relaciones jerarquicas y asi nos dice: 37 “Bl coneepto de ente precede al concepto de bueno (*") —y— hablando en absoluto lo verda- dero es anterior a lo bueno” (#). La razén que da para establecer dichas prioridades es que el conoelmiento precede naturalmente al apetito. Respecto de la relacién entre lo uno y el ente, nosotros decimos que si lo uno surge de la consideracién del ente en s{ mismo, ha de preceder por légica a lo verdadero, que implica ya la consideracién del ente en orden 2 otro. Por lo demés, existe un texto del Angélico, que creemos es el de meyor im: portancia en orden a la jerarquizacién de los trascendentales; en el mismo leemos: “Los bueno presupone lo verdadero, por su parte lo verdadero presupone lo uno, porque el ‘concepto de verdadero se aleanza por medio de Ja aprehensién del intelecto, mas cada cosa es inteligible en cuanto es una, por ende, el que no capta lo uno nada capta, como dice el fil6sofo en el libro IV de Ia Metaffsica. De donde se despren- de que tal es el orden de los conceptos trascen- dentales si se consideran en si: Posterior al ente esi lo uno, después lo verdadero y después, atras de lo verdadero, 10 bueno” (**). Hasta aqui Santo Tomés, él no va més allé, A nosotros nos queda pues concatenar los tres atributos restantes, a saber: la cosa, lo algo y lo bello. Como ya dijimos en la Introduccién a este trabajo, enten- demos que los trascendentales cosa y algo estén ya explicita- dos en la definicién misma de ente. Pues, al decir que él ente es aquello que es, estamos diciendo pot un lado que el ente es tuna cosa, que es Una esencia, que es conceptualizable y por otro decimos ‘que es algo, que existe y que por ello diserepa con la nada. Respecto de lo bello decimos que cierra la béveda del des- Bliegue del concepto de ente, quedando en su poder la Mave que nos la abre, déndonos asf paso a lo inefable, al Ser. Hasta Jo bello es hasta donde humanamente podemos llegar y con él se cierra Ja circularidad dialéctica del concepto de ente. De él se ha dicho con aeierto que es el esplendor de todos los trascen- dentales reunidos. 38 Resumiendo, y pare poner en orden lo hasta aqui expuesto podemos decir que: 1a norma que nos permite jerarquizar 103 Gistintos trascendentales es, la mayor o menor inmediatez con que éstos se relacionan al intelecto; como asimismo la impli- cancia de los posteriores respecto de los anteriores. De modo que el trascendental cosa es el primero, y su prio- ridad esté basada en la inmediatez con que ei intelecto lo capta, pues antes que nada la nocién de ente expresa el qué, expres su esencia y a la esencia es @ lo que se dirige primariamente el intelecto. Bn segundo término est lo algo que expresa la existencia del ente y que se apoya en el trascendental anterior, puesto que s6lo se lega al conocimiento de la existencia mediante la esencia, Viene en tercer lugar el atributo uno; éste supone lo algo pues sélo lo algo puede ser uno, ya que la nada que es lo que se enfrenta al ente como algo, nada es. Todo ente para ser uno supone la convergencia en unidad de la cosa y lo algo, de la esencia y la existencia. De donde se desprende que lo uno se halla en'entera dependencia respecto de los trascendentales que le preceden. Luego se halla lo verdadero, mas como lo verdadero se Gice seg la conveniencia del ente respecto del intelecto, y el intelecto s6lo logta aprehender lo que es cada cosa en cuanto que es una; vemos entonces como lo verdadero supone lo uno. En quinto lugar encontramos Io bueno. Este mente al ente en su rélacion segiin la conveniencia respecto del apetito, y como el conocimiento es anterior al apetito, decimos entonces que lo bueno es posterior @ Io verdadero. Por vitimo artibamos a 1o bello. Entendemos que éste se refiere al ente en su relacién segun la conveniencia respecto al intelecto y al apetito. Lo bello es posterior a lo bueno puesto que, en cizrta medida, de 61 depende, mas lo bello viene a com- pleiar @ lo verdadero’y a lo bueno puesto que él es el ente en tanto manifestacién al espiritu todo. Acertada, nos parece la expresién de André-Mare cuando refiriéndose @ estas relaciones nos dice: “Mientras que la unidad es la identidad del ente consigo mismo, lo verdadero, su identidad con el pensamiento, y el bien su identidad con la 39 voluntad; 1o bello es verdaderamente Ja identi- dad del ente con el espiritu, pero no es la unidad, del ente con une funcién del espiritu, sino con todo el espiritu” (#), Asi pues queda establecida esta relacién jerérquica de los trascendentales en el seno misino del ente, slendo lo bello et gue corona y cierre el despliegue de dicho’ concepto. CONCLUSION Con este modesto trabajo sélo pretendemos Hamar la aten- clon sobre un tema que se hella dividado por 1a problemética contemporénea, pero que, entendemos, esté’subyacente en gran parte de sus planteos. Por lo demés, debemos aclarar que grande fue nuestro en- tusiasmo cuando leyendo a un filésofo contemporéneo de la altura de Eugen Fink, pudimos comprobar en un lectura pos- terior a nuestras intuiciones, que las mismas no eran vanas. Ya que éste a propésito de la filosoffa de Nietzsche, estimabg gue los temas fundamentales de la misma, como son! la volun- tad de poder, el eterno retorno, la muerte de Dios y el super- hombre, se encuentran en clara correspondencia con 1a teorfa de los trascendentales (on-hen-agathon-elethes) que domina la filosofia artigua, medieval y también la modera. (Cf. La filo- sofia de Nietzsche, Ed. Alianza, Madrid 1966, pags. 260-274). Otra de las causales que motivé este trabajo fue el ofrecer una visién de conjunto acerca de dicha teorfa, cosa que desco- nociamos se hubiera hecho. Ahora bien, como consideramos que para un correcto tra- tamiento de la misma es condicién indispensable tener bien en claro las rociones metafisicas bésicas, ofrecimos por ello una Introduceién y un Vocabulario tendientes a lograr dicho obje- tivo. Y como ahf (en las nociones ultimas) es donde se dan los mayores enfrentamientos, y de ahi, parten los grandes erro- res, pues um error al principio como ensefia el viejo Aristételes es grande al final, creemos conveniente volver a remarear en esta conclusién diches nociones fundamentales. Pero no ya con -nuestras palabras sino con las de nuestro maestro cuando dice: “Mientras la existencla como «hecho» es una cosa funda- da, el esse es el acto que la funda, y Ia esencia es una posibili- dad (realizada por el esse en la existencia): el hombre no emer- ge sino por un referirse, tipleamente suyo, al esse de las cosas que encuentra y no propiamente por un referirse al mundo de Jas esencias, como Io piensan los filésofos formalistas, es decir, en Ultimo témino, esencialistas. “El ser de los entes es entonces lo importante y Jo origina- a Tio de la metatisica tomista y cristiana; es lo que trasciende todo el universo creado, meluido el hombre. Pero el ser ds log gntes no es sino una participacién, o una imitacion, o una est milacién del Esse subsistens” («). " Vemos pues o6mo esta tesis sobre las trascendentales se Yido, ¥ Por otro el tratamiento negligente que de los trasvon. dentales han hecho los profesores escoldstico-esencialistas, Por tiltimo debemos sefialar que las ricas consecuencias que podemos extraer de esta teoria son de una multiplicidad poll. En fin, si hay alguno que puede sacar consecuencias va- Has de la teoria de los trascendentales del ente, ese hia de see el fil6sofo, Nosotros por nuestra parte, al ser s6lo principiantes, nos fenfermamos con una sola consecuencia; aquella que nos plan~ tea el problema de la realidad dialéctica, 4 APENDICE 8. THOMAS AQUINATIS JAESTIONES, DISPUTATAE, De Veritate (Marietti Taurini anno’ 1931) Ofrecernos a continuacién la versién éspafiola del articulo primero de la cuestién I del texto arriba mencionado. EI mismo fue escrito segin las iuentes mas autorizadas entre los aios 1256-59, es decir, cae dentro de los primeros es- eritos del Angélico El articulo se encuentra estructurado de la siguiente for ma: a) primeras objeciones: las cuales estén dirigidas a mos- trar la idertidad total entre to verdadero y el ente. b) Segun- das objeciones: éstas tienen por objeto mostrar como lo verda. dero y el ente son completamente distintos. c) La respuesta: que constituye el cuerpo del articulo y es el lugar en donde se desarrolla la deduceiin de los trascendentales. d) y e) Son las respuestas a las primeras y segundas objeciones, en las que se nos dice que lo verdadero y el ente se identifican’ segiin la reali- @ad pero difieren en sus conceptos. Para terminar diremos que la versién la levamos a cabo en el afio 1969, disponiendo exclusivamente del texto latino. Nosotres, por nuestra parte lo distribuimos colocando pri- mero las objeciones y sus respuestas, reservando para él final 1a respuesta del articulo, pues consideramos que tanto las obje- clones como sus respuestas no son més que una introduccion a la deduccién de los trascendentaies. 45 CUESTION I - ARTICULO I - DE VERITATE QUE ES LA VERDAD ‘PRIMERAS OBJECIONES: 1) Se comienza Ja cuestién acerea de la verdad y lo primero que se procura saber es, “qué es la verdad”. Parece ser que lo verdadero es completamente 1o mismo que el ente (ens). Agus- tin efectivamente en el libro de los Soliloquios, cap. V dice: que lo verdadero es aquello que es (verum est id quod est). Pero aguello cue es; nada es sino ente. Luego lo verdadero significa Jo mismo completamente que el ente. Resp. 1) Para el primero se dice que aquella definicién que Agustin da sobre lo verdadero segiin aquello que tiene el tun- ‘damento en le cosa y no segiin aquello por lo cual es comple- tada la raz6n verdadera, como adecuacién de la cosa y el inte- ecto. O debe decirse como se decia, lo verdadero es aquello que es, no aleanzdndose alli lo que significa el actus essendi, sino lo que el intelecto compone, @ saber en la medida que significa la afirmacién de Ja proposicion por su sentido: Lo verdadero es lo que es, y aquello que es, se dice ser sobre algo que es, a causa de esto convergen en Io mismo, la definicién de Agustin con la definicién del Fildsofo arriba mencfonado, 2) Pero se decia que lo verdadero y el ente son idénticos secundum supposita (segin la tealidad) pero difieren secun- dum rationem (segim la razon). Con‘ra esto, Ia razén de cualquier cosa es aquello que es significado a través de su definicién. Pero aquello que es, es denominado por Agustin como definicién de lo verdadero, sien- do cuslguier otra definicién reprobada. Pues asi, aquello que es, conviene a lo verdadero y al ente, parece ser que éstos exis- ten por idéntica, razén, Resp. 2) Para lo segundo es evidente lo desde ya dicho. 8) Ademés en cualquier diferencia segin la raz6n se en- tiende que uno de aquéllos puede inteligirse sin el otro, De don- a de Boecio en el libro de Hebdom. (entre el medio y el tin) dice, que puede ser inteligido el esse de Dios si es separada paula- tinamente por medio del intelecto la bondad de Aquel. EI ente en cambio de ningin modo, puede ontenderse si se le separa lo verdadero porque a través del ente se entiende, qué es lo verdadero. Luego lo verdadero y el ente no difieren segiin la razén, Resp. 3) Para el tercero se debe decir que algo entendido sin otro puede ser alcanzado de dos maneras: un modo por el cual algo es entendido y lo otro no lo es, y asi por aquella re~ 26n difieren, de donde se tiene que uno sin el otro puede ser entendido. ‘Otro modo puede ser tomar algo y entenderlo sin lo otro Jo cual es entendido como no existente: y asi el ente no puede ser entendido sin Io verdadero porque el ente no puede ser en- tendido sin lo que le corresponda o se adecue al entendimiento. Pero en cambio no es necesario que cualquiera que entienda la yazén del ente entienda le razén de lo verdadero, como no es necesario que cualquiera que entienda el ente entienda el in- telecto agente y sin embargo sin el intelecto agente el hombre nada puede entender. 4) Ademés, si lo verdadero no es lo mismo que el ente es necesario que sea una disposicién del ente. Pero no puede ser una disposicién de aquel ya que una disposicién total corrompe a las otras, se seguitia como consecueneia: Lo verdadero es, Tuego es no ente como se sigue. El hombre esté muerto, luego no es hombre, De modo similar no es una disposicién la que disminuye @ las otras, no se seguiria, como consecuencia; lo ver- dadero es, nego es. Como no se sigue, es blanco segiin el dien- te, luego es blanco, De modo semejante 1o verdadero no es el que contrae o el que especifica, porque sino no se convertiria con el ente. Luego Jo verdadero y €l ente son lo mismo completamente. Resp. 4) Para. el cuarto se debe decir que lo verdadero es una disposicién del ente, no como el que agrega alguna natura- leza ni como el que predica algin modo especial del ente, sino algo que generalmente se halla en el ente lo cual en cambio, no es expresado en el nombre de ente, de donde es necesario que sea una disposicién 0 que lo corrompa o que lo disminuya o que en parte lo retina. 48 5) Ademés en aquellas cosas de las cuales la disposicién es la misma, son idénticas. En lo verdadero y en el ente esta la misma disposicin, luego son idénticas. Se dice en Libro II Metf. Arist. Texto 4: “La disposicién de la cosa en el ser es como su disposicién en la verdad”, luego lo verdadero y el ente son com- pletamente lo mismo. Resp. 5) Para el quinto se debe decir que una disposicién nho es recibida alli segtin lo que est en género de la cualidad, sino segiin lo que importa un cierto orden, como aquellas que son 1a catisa de las otras existencias (essendi) son en grado sumo en- tes y aquellas que son causa de la verdad de los otros, son en méximo grado verdaderas, concluyé el Filésofo que io mismo sucede en el orden de las cosas con respecto al set y la verdad, asi a saber, que donde se halla lo que es sumo se halla lo que es verdad suma, Ni es por esto que el ente y lo verdadero son Jo mismo segtin la raz6n sino porque desde lo cual-algo se tiene sobre su entidad, segiin esto Ia naturaleza tiene semejanza con al miclecio y asi de le raz6n de lo verdadero se sigue 1a razén lel ente. 6) Ademés algunas cosas que no son idénticas en algin modo difieren pero lo verdadero y el ente en ningiin modo di- fieren; porcue no differen por esencia puesto que el ente por su esencia es verdadero, ni tampoco difieren por otras diferencias, puesto que seria necesario que en otro género conviniera. Luego son completamente idénticos. Resp, 6) Para el sexto se debe decir que lo verdadero y el ente difieren segdn la raz6n, por esto, lo que algo es en raz6n. de verdad no es en razén de ente. Ni por otra parte lo que algo sea en razén de ente no es en tazén de verdadero. Ni difieren Por esencia ni se distinguen a la ver por las diferentes opo- siciones. 7) Ademés, si no son completamente idénticos, es necesa- rlo que lo verdadero afiada algo sobre ej ente, Pero nada afiade lo verdadero sobre el ente, puesto que es més que el ente, lo cual se nota a través del Filésofo Libro IV Metf.: “Los que def- nimos lo verdadero decimos «es lo que es, 0 no es lo que no es y asi lo verdadero ineluye al ente y al no ente. Luego lo verda- 49 dero no afiade nada sobre el ente y asi parece ser lo mismo que el ente, Resp. 7) Para e] séptimo se debe decir que lo verdadero no es otra cosa mas que el ente, se dice que el ente en cierta me- dida recibe el no-ente, segiin'lo cual el no-ente es aprehendido por el intelecto, de donde en Metf, IV dice el Filésofo que la ne- gacion o privacién del ente en alguna medida se dice del ente, de donde Avicena dice en el comienzo de su Metafisica, que no puede ser formada la enunciacién sino sélo acerca del ente por- que es necesario que aquello acerca de lo cual la proposicién se forma, su ser caiga bajo la aprehensién del intelecto de lo cual es manifiesto que todo lo verdadero es en algun motio ente. SEGUNDAS OBZECIONES: 1) Pero contra la tautologia la repeticién es intitil. Pues si lo verdadero fuera lo mismo que el ente, seria ‘Tautoiégico, puesto que se dice ente verdadero lo cual’ es falso, luego no son lo mismo, Resp. 1) Contra lo primero se objeta diciendo que né es tautolégica cuando se dice ente verdadero porque algo és ex- presado por el nombre verdadero que no es expresado por el nombre de ente, por causa de lo cual no difieren en la realidad, 2) Ademés el ente y lo bueno se convierten. Pero lo ver- dadero no se convierte con lo bueno, algo clertamente es verda- Gero que no es bueno comn esn de fornicar. Luego lo verdadero no se convierte con el ente. Resp. 2) Para el segundo se debe decir, que aunque eso de iornicar sea malo, sin embargo, segtin lo que tiene de enti- tativo naturalmente se ordena al intelecto y se sigue de alli la raz6n de verdad y as{ es patente que no excede ni es excedido por el ente. 3) Ademés dice Boecio en el libro de Hebdom. (en el prin- clpio) : “En todas las criaturas diverso es el ser y lo que es”. Pero Jo verdadero se extrae del ser de Ias cosas. Luego lo verdadero 50 es Jo diverso, a causa de Jo cual esta en las criaturas, Pero Io que es, es idéntico a 10 que es el ente. Luego lo verdadero en Jas erlaturas es diverso en el ente. Resp. 3) Cuando se dice “Diverso es el ser y lo que es” se Gistingue el actus essendi de aquello a lo cual el acto conviene. La raz6n del ente es subsumida por el actus essendi, no por aguello @ lo cual conviene el actus essendi y por eso la razén no se sigue. 4) Adsmés algo que se entienda como io primero y lo wl timo es necesario que sea diverso, Pero lo verdadero y'el ente son de este modo, porque como se dice en el libro “De las cau- sas”: La primera Ge las cosas de las criaturas es el esse y el Comentador afiade en el mismo libro: “Todas las otras se dicen a través de la informacién acerca del ente” y asi son posterio- res al ente. Luego lo verdadero y el ente son diversos, i Resp. 4) Para el cuarto se debe decir que segiin esto, 10 verdadero es posterior al ente, porque la razén de lo verdadero Gifiere de la tazén del ente, por lo dicho anteriormente. 5) Ademas aquellos conceptos que se predican cominmen- te sobre 1a causa y lo causado existenl en grado sumo en la causa més que en lo causado y principalmente en Dios mas que en Jas eriaturas. Pero en Dios estos cuatro, el ente, lo uno, lo ver- dadero y lo bueno asf se aproplan (son proplos). Al ente lo que pertenece a la esencia, 1o uno a la Persona dei Padre, lo ver- dadero 2 le Persona del Hijo, lo bueno a la Persona del Espiritu Santo. Las Personas Divinas, no sélo con respecto a la razén se distinguen, sino en Ja realidad de donde no son predicadas mu- tuamente. Luego, en las criaturas deben diferir de un modo mu- cho mds amplio segtin la razon. Resp. 5) Para el quinto se debe decir: La razén que se da falla en tres cosas. La primera por mas que las Tres Personas Divinas se distingan en realidad, lo apropiado en cambio es que no difieran segin la realidad sino segiin la razon. La segunda, que aunque las Personas se distingan realmente entre si, no Son en cambios distintas por su ser (esse), de donde ni lo ver- Gadero que se apropia a la Persona del Hijo se distingue del ser, que se tiene por parte de la esencia. Tercero: que aunque Jo ente, lo verdadero, lo uno y lo bueno se unen en mayor grado en Dios que en las cosas creadas, no es necesario que en Dios Bt se distingan por razOn, y que en las cosas creadas se distingan ademés realmente. Esto ciertamente sucede en aquellos que no tienen por razén suya que sean uno segiin la realidad, como la sabiduriay la potencia, las cuales aunque en Dios son una, en las crlaturas realmente se distinguen: pero el ente, lo verda- dero, lo uno y lo bueno segiin su razén tienen que ser tno, por lo cual dondequlera se hallen son realmente uno, por mucho que lo més perfecto sea la unidad de aquellas cosas que més unidas estan en Dios, que aquellas cosas que estén unidas en las criaturas, Respondo diciendo: que como en las demostraciones es ne- cesario llevar las reduceiones hacia aigin principio por si evi- dente, asi investigando qué es cada cosa, y Iuego las otras se iria hacia el infinito y asf se destruiria completamente la cien- cia y el conocimiento de las cosas. Aquello pues, que concibe primero el intelecto como evidentisimo y en lo cual resuelve todas las eoncepciones es el ente (ens), como Avicena dice en el principio de su Metafisica (lib. I cap. IX). De donde es necesa~ io que se interpreten todas las otras concepeiones del intelecto por adicién al ente. Pero al ente no puede agregérsele algo extrafio a su natu- raleza, a través del modo como la diferencia se afiade al gé- nero 6 el accidente al sujeto, porque cualquier naturaleza es esencialmente ente. De donde ain prueba el Fil6sofo en al li- bro III de Ia Metf., que e] ente no puede ser género, pues segin esto algo se dirfa que se agrega sobre el ente, en cuanto exprese. un modo de éste, que no esté expresado en el nombre del ente. CoMIENZA LA DEDUCCION TRASCENDENTAL: Lo cual es doblemente aleanzado. Una manera es que él modo expresado sea un modo especial del ente y son clerta- mente diversos los grados de entidad segtin los cuales se reci- ‘ben los diversos modos de ser (modi essendi) y segin estos modos se toman los diversos géneros de las cosas. La sustancia no agrega sobre el ente ninguna diferencia, que signifique que alguna naturaleza es agregada sobre el ente, sino con el nombre de substancia se expresa un cierto modo especial de ser (specialis modus essendi) a saber: Lo que es por sf ente y asi sucede en otros géneros. 52 Otra manera es que el modo expresado sea un modo que generalmente sigue a todo ente y ese modo puede ser alcan- zado de dos maneras. Un modo que sigue a todo ente conside- rado en sf (mismo), otro modo segiin el cual cada ente es con- siderado en orden a otro. Acerca del primer modo se dice que expresa en el ente algo atirmativo 0 negativo. Sin embargo no se halla algo afirmativo dicho absolute mente, que pueda ser aleanzado en todo ente, a no ser en la esencia de éste, segtin lo que se dijo qué es, y asi se impone a éste el nombre de cosa (res) que en esto ‘difiere del ente (ens), segtin Avicena en el principio de 1a Metaf. que el ente esté supuesto en el actus ‘essendt, pero el nombre de cosa expresa la quiddided o sea la esencia del ente. La negacién en cambio, que es la consectencia de que todo ente considerado absolutamente es indivisible, est expresada Por el nombre de uno: Nada ciertamente es otro uno sino el ente indivisible. En cambio al segundo modo cémo es alcanzedo el ente se- giin el orden de unos hacia otros, esto puede ser de dos mane- Yas. Un modo segitn la divisién de uno por otro y esto expresa el nombre algo (aliquid), se dice ciertamente algo al qué otro, de abi que el ente se dice uno, en cuanto que es indivisi- ble en sf, asi se dice algo en cuanto que es por otro dividido. Otro modo segiin 1a conveniencia de Ia unidad del ente hacia lo otto y esto en cierta medida no puede ser si no es aleanzado algo que haya sido constituido para convenir con todo ente. Esto es el alma, la cual en cierto modo es todas las cosas como se dice en el Ubro III De Anima Tex. 37. En el alma esti la potencis cognitiva y apetitiva. Luego Jo que conviene del ente al apetito, lo expresa el nombre bien, como se dice en el principio de 12 Etica: Bien es lo que todos apetecen. La conveniencia de lo verdadero del ente al intelecto, lo expresa el nombre verdadero. ‘Todo conocimiento es perfecto por asimilacién del que co- noce con respecto a la cosa conocitia, asi habia sido dicho que la causa del conocimiento es la asimilacién, como la vista por Su disposicién @ través de la especie del color conoce el color. La primera ecomparaeién del ente al intelecto es la que corresponde a la inteleccién del ente. La cual es una clerta 53 correspondencia, se dice adecuacién de Ia cosa y el intelecto, y esto es lo que hace formalmente a la raz6n verdadera. Esto es Iuego lo que agregd lo verdadero sobre el ente, a saber la conformidad 0 sea la adecuacién de la cosa y el inte- ecto, Para lo cual la conformidad como fue dicho sé debe se- guir del conocimiento de la cosa. As{ pues la entidad de la cosa precede a la razén de verdad, pero el conocimiento es en cierta medida el efecto de la verdad. Segtin esto la verdad y lo verdadero se hallan dejinidos de tres formas. ‘Un modo segiin aquello que precede a Ia razén de verdad y en lo cual lo verdadero se funda y asi Agustin define en el libro de los Soliloquies Cap. V: “Lo verdadero es aquello que es” y Avicena en el Lib. XT Metf.: “La verdad de cualquier cosa es propiedad de su ser Jo cual es Ia consistencla de la cosa” y en clerta medida asi, “lo verdadero es la indivision del ser y de aquello que es”. Otro moda de definir segiin aguelio en que consiste formal- mente-la razén verdadera y asi dice Isaac que la verdad es la adecuacion de ta cosa y el intelecto, y Anselmo en el Libro “Sobre la Verdad”, Cap. XII. La verdad es la rectitud que s6lo el entendimiento puede percibir. La rectitud esa se dice en cier- ta medida segin la adecuacién, lo que el filosofo en Metf. IV dice que los que definimos lo verdadero decimos que és lo que es 0 No es lo que no es. ¥ el tercer modo de definir lo verdadero es segtin el efecto consecuente, y asi define Hilarius que lo verdadero es la mani- estacién y ia declaracién del ser. ¥ Agustin en el Lib. De Vera Religione Cap. 36: “La verdad se manifiesta a través de lo que es” y en el mismo Cap. 81: “La verdad es aqucllo segiin juzga- mos acerca de lo inferior”. VOCABULARIO Gon al fin de evitar equivocas y para una mayor inteligencia. del ‘trabajo, brindo le aclaracién de estos términos: ae Duntomcs: Bs le experiencia que hace el pensamiento de! proceso ctr- cular que a través de ics coutradictocioe (wer bianco + so-saaeo, ¥ ne de os contrarics, vers blanco-nepion y que geteng eg poder de lo negativo, brinda la realidad. : ? Ia negatividad es el nervio de Ja dialéctiea, pero entendemos gue, Gta RO se egota en ella o sea en la pura negaciOn, sein ao gntiende la dialéstica marxista, que por ello se convierte en nec ‘Thetlve, sino que, entendemos’ que Ja tormula mas adecuada ea como ensefia Hegel; negaciin de la negacion; negacion que se uiesa 2,81 isms, y que $i bien suprime para avanzer, en su avance con Serva Jo suplimido, Hs decir, la contradieeién es focunda cuaade la negacion puede actuar contre si misma. Existe ademas une “wale Giaigetica” que es la que busca una coneiliaeion o identi ciaiectiea” que es Jag na ion 0 identidad de los rng; enventis (coo): Jo que es. Ta unidad actual de esencia y esse. Bl emte puede ser ideal (logico) o real {ontolégico). td Esmrcia: 3s to mentado en la definicién de un ente cuslgulers. Se refiere al qué dei ente. ee Extgrmcts: Es el hecho de ser. Hs el estar ahf presente. Bs el factum incividual de cada ente. Hay dos tipos: la ideal y la veal’ Le auae teneia ideal, es la reslidad puramente légica, mental jem, ‘ns Slag Janata Ta ieee road 9a que somete a eate a le espacio y tiempo. Es I re empi- 2 dos eapdicione spacio y tiempo. ES la mera realided emp! ‘Sm: ease: clan): Hs el acto de ser. Acto gue actualiza a una esencia. Acto For el cual uma esencia ceterminada, ¢,: hombre, pasa del estado de mera posibilidad a un estado real, oj: Sa ge distingue dei ente, puesto que el ente ea to elmete hecho de sex, mientras que er esse ec sttusiideasy for ane, Perfecdén. Si el ser se identitcara conte arstencie ween eae Suimide al espacio y ‘al tempo, o-serla tna seahaad' eerie Inental ya que ésias son las doy pasihiades ee erate Re Duss, 1p gue. afimamas categéticalmente esque fer ne is 55 Como se vera, el sinico vehiculo que nos cores al ser fue el juicio negative. Cabe aclarar también, que nos parece mis reco- Inendable a, nivel ontolégico, ol término. actus easendi, para refe- rimos al’aeto de ser de un ente, que el término esse-ser- ¥ esto por dos motives: a) Asi reservamos el térming esse para nominar la Actualidad Pura, de la cual depende en su ser todo lo que es, ¥ que s6lo por Ser perticipes de ella as cosas son lo que $02. b) Para distinguir asi el case, de las corrientes existentivas actuales. El ser para éstas es presencia, en cambio para nosotros es acto. Hs mas, para nosotros el esse es propiamente hablando el aeto en su puridad. ‘Bre: Unidad actual de esenela y esse 56 No es el acto de ser, sino el sets mineon {Ss St sencia {Lo encerrado on a defisiein cel ent, ze {81 acto que nace que et ente se © ® ACLARACIONES Y NOTAS AL TEXTO Fumo, Comelio: Curso de Metafisica, Rdiciones de la Facultad de ‘Teologia de la Pontificia Universidad Catélica Argentina y Libre ria del 1.C.R.8, pag, 20. EI texto de Natura Generis que hemos tenido a la vista es el editado bajo el titulo S. Twonar AqumvaTis: Opuscula Philosophicae cura et studio. P. Fr. Raymundi M. Spiazzi O. P,, Marletti, Taurini, 954 mismo est precedido por una pequefia aclaracién en donde se nos tice en forma concisa 1a opinidn de los principales estudiosos respicto de la aulenticidad del texto. Asi, Mandonnet le mega autenticidad, mientras que Grabmann y Mlchelitsch la aftrinan, Tenorando éstos y A. Walz importante estudioso de eronologia de Ja obra del Angético, el tiempo de su elaboracién. Nosotros por nuestra parte, después de haber leido innumers- bles veces el texto y de haberio contrapuesto con su paralelo De Verliate, opinamos —entiéndase por opinién afirmar o negar algo con miedo 2 equivorarse— que el texto no es del Angelieo Doctor. ‘Nuestra opinién se funda, aparte de los motives eruditos que ge pueden alegar en favor dé su inautenticidad, como por el. Re~ finiéndose 2 la sustancia dice en el De Veritate —texto auten- tico— specialis modus essendi, mientras que en ei De Natura Ge- nerls, se dirige a ella denominandola speciaem modum existendi, Sabstmiendo e identificando el esse a la existencia, tal como haté 1a eeolastics posterioz, en motivas puramente fileséficos. Como consideramos que el meolio de te metafisicn ael Angé- Hoo 2st4 dado por su distinclén entre ente y ser, y que por eo gu flosotie no peca de esenclalista como la arlstotélica-escolas- tea, no considieramos que un texto en el cusi se ldentifiean ens 7 vice pueda haber salide de su mano. Ademés, so nos hace ininteligible pensar, eémo puede nombrar al exte dehtro de las trascendentales, cuando los trascendentales son del ente, Come lo bello no fus tratado expresamente por Tomés, esto abri6 polemn que se conn hasia sostroy aia. i aciuale a primando cada vex mis la opinién de aquelias que acep- ‘tan lb belo como corona de los trascendentales. * ,105 nombres que forman parte de 2a polémica se suecden y asi, recharando la trascendancia de lo bello estan: Tomas de Vio Gayerano, Juan de Santo Tomas, Mare de Munnynek, Maurice de ‘Wa J. Gred y su discipitio en la escritura de manvales eseolds- fticos R: Jolivet, mientras que en su defansa se allstan nombres 57 o ® o a 58 como Gilson,, Maritain, Paredes, J. Roig Glronella, Grabmann, A. Lobato, Sertillanges, J, Aumann, Febrer entre ottos, 1a principal raza que dan los que nlegan la trnscendencia de to bail es que éste no se deduce Inmedistamente del ents, sino ‘tue se to deduce » través de fos eonceptos de bueno ¥ verdadero, Una de las razones de los que sostienen que Io bello es un ‘trascendental es que: a) lo bello es algo distinto en eu concepto que lo verdadero y lo bueno, luego debe poseer algiin tipo de enti- Gad, pues decir ente bello posee sentido, entonces lo bello es ente. 1b) Todo ente es porque participa de ease, y como éste es la Der- feeelén de las perfecciones, luego todo enie es bello en Ja medida fen que es. Entonces el ente es bello eon lo que se realize el con- yerfuntur ‘entre 10 bello y el ente, Luego lo bello es wo trascen dent A fuer de sor sinceras creemos que lz objetividad de la belleza 0 Tanda ontolégicamente en la conversion ce Jo bello y el ente: presenténdosencs muy engorrosas las razones que ios qute la nie~ gah, pusdan der en Gefensa de tal tess, (Cl, Gironella op. eit, Pag. Aquino, Tomds de: In Metaphysicam Aristotelis Comentaria, cura et studio Fr. M. R, Cathala O.P., Marletti, Taurini, anno’ 1026. Liber XL, Lectio 1 2419, ‘Texto: “Nam ens dicitur quasi esse habens". “Pues se llama ente al que posee ser”. El quasi desem- pefia aqui la funcién de adverbio, pues va con modo indieativo, la traducoiém ai espafiol podela ser: por asi decirlo. No lo hemos ‘traducido para evitar le redundaneia favino, Tomas de: In tibrum de Causis Bzpositio, cura et studio fr. Ceslat Pere ©. P, Mariettl, Taurin!, anno 1058. Léetio IV n. 175. Texto: “ns autem id quod finite particlpat esse” Trad: “HI ente por Jo tanto os aquel que finitamente participa de eer" Famno, Cometic: Participation et Causatifé, selon S. Thomas D’aquin, Rditions Beatrice-Nauwelaerts, Parls ato 1961 et Publi- gations ‘Universitaires de Louvain, 2, Place Cardinal Mercer afio 1061, pag, 245. Texto: “L’expansion del Vesse, les perfectiones de esse no cont connues quiindireciement, moyennant précisément Vessenes la di- versité genérique, spécifique et incividuelle.... (a Yinfinl) des esgences,” Famno, Comelio: Participation et... Op. ott, pag. 248 ‘Texto: “is constituent une région mystérieuse, peu explorée encore, de la métaphysique.”” (8) Seurttsanoes, A. D.: La Philosophie de S. Thomas D'aquin, Ea, Montaime, Paris 1940, ‘Tome I, pag. 25. ‘Texto: “On peut ajouter a Vetrs, en effet, premlerement en el concevent comune relatif g lui-meme considéré comme essence, et alors a lidee detre s'ajoute Videe de chose, la chose étant ce ‘gut est et Yetre étant soa acto”. () Conctuida 1a exposicién por separado de los dos primeres trascen- Gentales, nos encontramcs ante la obligacion de cedicar dos pala- bras a los que se han ocupace antes que nosotros de éctos. Respecto del trascendental cosa, ¢s Iugar comin, en los ma- nates escolastioes decir que “Res est synonymum cum enie”. (J. Guzp2: Blementa Philosophie, Aristotelico - Taomlsticae. Ba. Her der, Barcelona 1946, Vol. TT, pag. 12) ©, peor ain, se pga 2 decir: “se ha de observar, no cbstante, que 1a cosa, rés, y él ser ens, pueden ser tenidos por sindalmos, Buesto que el ens, o ser comin son, segin hemos visto, una cosh fo esensia} a ta que corresponde existir (res habens esse). (R. Jo- luver: Tratado de Filosofia [11, Metayisica, Ba. Cazlos Lohle, Bs. As, 1957, pag. 219) Gon lo cual se identifica el trascendental cosa, no ya con el ghte, sino ademas con el sez. Mostrando tampién, como se puede aprecia: ai final de Ja eita que hemos selsecionado, la caracveris~ fica més propia de ios profesores escolasticos, que’ es la. identifi Caciéa del esse con ia existencia, En otros eases, por ej, (G. Boy Ponrernana: Introduccién at Tomismo, Budeba’ 1970, pag. 183) loga a decit que “la cosa y 10 algo aungue propiedades trascendentaies son demasiado obvias para detenerse en ellas” Entendemas que estos aportes escolistics no hacen mucho bien que digames. Pues parecierg que en su afin ce tonsura, logran Guitar ¢ Is ‘ilcsofia det Angélico no sélo pelo. Para decinio sin To" Geos, ersemas, y los hechos estan a Ja vista, que la manualistica-es goldstion, hha ‘minimizado 10s vostulados claves de le flosotia del Angélice’ Doctor Tomas de Aquino. ¥ asi, el pensar det aquinate $0 ha visto por sigios anguilosado, bajo el yugo, a que lo ha sometido ta eeguera metafisica de sus comentadores y divulgadores. 9) Jouver, Regis: Tratado de Filosofia... Op, elt pag. 219. (2) Aguino, Tomis de: Summa Theoiogica, diligente: emendata De Ru- ‘eis, Billuart et Allorum, Marietts, Taurini 1917. Pars Prima Ques- So it art. T, Resp. ‘Texto: “Unum non addit supra ens rem aliquam, sed tantum ‘Regationém division's; unum enim nihit allud significa quam ens indivisum. Et ex hoe ipso apparet quod unum convertitur gum ente. Nam omae ens aut est simplex, aut compositum. Quod autem est compositum, non habet esse quandiu partes elus sunt dividae, sed 59 sy 08 posiquam constitaunt et componunt ipsum compositum,’ Quod au- ‘tom est simplex, est indivisum et actu et potentia. Unde manifestum ost quod esse cufuslibet rei consistit in indivisione. Et inde est quod paumguodgue, sieut custodit suum esse, ita custodit suam ‘uni- Aatstormes: Metafisioa, Edicion Tellingtte, por Valentin Garcia Ye- bra, Ed. Gredos, 1970, Madrid (Espana).’ Bekker; 10030, 23-20. Le Métaphysique, B4. Vrin par J. Tricot, Paris, i970. ‘Texto; “Maintenant, I'Bire ot 1'Un sont identique et d'une meme nature, en ce qu'lis sont corrélatife (él principio es cause y la canta es prinetpio pero su nocién no es la misma), sane quils ecient ec- pendant exprimés dans une unique notion”... “On voit ainsi clal- Tement, que Yaddition, dans, tous oes eas, ne modifle nullement Yexpression, et que I'tin n’est rien autre en dehors de Etre". Agumno, Tomas de: Summa Th, ...op. ett passim, Iq. 16 a. 3 resp, ‘Texto: “Veram -addit supra ens- comparationem ad intellec- m" AQUINo, Tomas de: Summa Th. ...0p. el passim, Tq. 16 a, 3 resp. ‘Texto: “Uaumquodque autem inquantum hebet esse, intantum est eognoscibile” ‘Trad.: “Les entes son tanto més cognoscibies cuanto mas ser poseen’, Unumuodgue significa cada e0sa, lo hemos tradueldo por los entés ye que cada cosa es ente, y ademis porque el traduclt wnumguodque por ens otorga a la cite una mayor precisién eoncep- {aml sin desviar para nea el cauce por el que coste el pansarniento el autor, AmISTOTELES: La Métaphysique, op. cit. 999b 80. Gime: “Ainsi autant une chese 2 detre, autant alle a de ve- rite”. El sofor Gilson en su Moro Flementos de Filosofia Cristiana, Ba. Rislp, “Madrid 1909, apoyanduse en el eapinlo ootevo del Dro (euarto) de Ia Metitisies, dice que “Aristoteles no ineluye lo ver- Gadero dentro de Ins propledades trascendenvales Identitivables econ ei ser”, porque la naturaieza de lo verdadero no debe disoutirse en metafisica, ya que ésta trata del cer en tanto ser, mientras que lo verdadero ‘no se da en las cosas sino en la mente. Noiotres creemos que no as este el texto aproplade para emitir con raain el Juicio que AristOveles excluye vo verdadero como tras cendental, va que el fil6sofo de Estagira en dicho texto se xefiere a lo verdadero a nivel propasicional, a nivel logieo y no ontelogieo, como es €1 caso de lo verdadero a nivel de atributo trascendental. Por otra parte nuestra cita esté sacada de un contexto, en donde Aristdteles se pregunta cual es la causa de 1a verdad —vernos asi ‘coms el nivel en que se mueve es ontologico y xo propesicional co- en 8) as) ey co) mo en & caso anterlor— y a esta pregunta va a contestar baskn- ase, en el principio de que la causa es slempre superior al efecto, puesto que nadie puede dar lo que no tiene, que log seres etemos sor Ya causa de la verdad. Es decir, su ser y su verdad som idensioos, mientras que el resto de los seres serén més verdaderos cuanto ‘mis ser posean. Ds modo que para Aristeles no Dotia haber un ser completamente felso, luego lo verdadero tiene que ver com toe eate en tanto que ente, lo vardadero es entonees tun trascendental, Aqumwo, Tomas de: Summa Th.... op, eit, Iq. 5 a. 8 resp. ‘Texto: “Omne enim ens, Inquantum est ens, est in aetu et quo- dammodo perfectum: guia omnis actus perfectio quaedam est, Per- foctum vero habet rationem appetibills et oni, ut ex dictie pate ‘Unde sequitur omne ens, inguantum hutusmodi bontim esse AmistOze.ns: Etica Nicomaquea, version espafiola de Antonio Gémez Robledo, Bd. Porrua 8. A., Méjico, 1967. Bekker: 1004 a 1 Aaumo, Tomas de: Summa Th.... op. cit, passim I g. 5a. 1 resp. Texto: “Bonum et ens sunt idem secundum rem; sed aifterunt secundum rationem tantum”. Las expresiones secundum rationem y secundum rem, pueden ser tradveldas respectivamente por frases como: segin ta facsn 0 Segtin Ja realidad, o bien por adverbios como: conceptualmente 0 Antsr6reuzs: Etica Wig.... op. elt. 1096 a 18., pag. 6. Ross, W. D.: Ariséételes, version espaviole de Diego F, Pré, Ra. ‘Sudamericana, Bs. As., 1957, pag. 225. ¥ 9) Citados en Losazo, Abelardo: Ser y Beileza, 4, Herder, Bar- Selon (spatia), 1969, paginas 120 y 122 respectivamente. Rota Gmowstia, Juan: Estudios de Metafisioa, verdad-cortena-be- lewa. Ed. Juan Flots, Barcelona 1959, pag. 274, Esreana, José Maria do: ‘arimestte, Bd. Optil, Bi Sintesis de Bstética, Curso de 1910, ler, cus~ . AS. 1070, pag. 45. Juoner, Louis: La Pensée de Saint Thomas D’Aquin, Réitions Bor- das 1949, Paris, pag. 106. Aauino, Tomés de: Summa Th.,., op. elt. I-q.39 2. 8 resp, ‘Texto: “Nam ad pulchritudinem izla requiruntur; primo quidem integritas ave perzecti, quae enim diminuta sunt, ince tpso turpla sunt; eb debit proportio sive consonantia, et iterum elarias, Unde quee habent colorem nitidum, pulehra esse dleuntar”. aL 6 ‘Trad.: “Para que haya belleza tres cosas se requieren; en. pri- mer lugar wna clerta integridad o perfecclon, que cleriamente es pequefia en las cosas inacabadas, siendo por esto mismo feas; en segundo lugar, 1a debida proporcién o armonia y en tercer lugar Ja gariaac. Dé ahi aue Jo que posee un color nitido se denomine ello”. ‘Texto: I-q. 5 art.4 ad. 1: “Pulchrum et bonum in sublecto qui- gem sunt idem, quia super eandem rem fundantur, scilicet super forman: et propter hoe, bonum laudatur ut pulchruin. Sed ratione Gifferunt. Nam bonum’ proprie respicit appetitum: est enim bo- mum quod omnia appetunt. Et ideo habet rationem finis: nam appetious est quast quidam motus ad rem. Pulchrom sutem respi ait vim eognoseltivam: pulehra enim dicuntur quae visa placent, Unde pulehram in debita proportione consistit: quia sensus delec- tatur in rebus debite proportionatis, sicut in sibi simillbas; nam et sensus ratio quaedam est, et omnis virus cognoscitive. Et quia cognitio fit per assimilationem, similitudo autem respecit formam, pulehrum proprie pertinent ad rationem causse formalis.” rad.: “Lo bello y lo bueno en un aujeto (en Ja realidad), son sin duda lo mismo, porque sobre wna misma realidad se fundan, 3 saber sobre la forma: y ‘por esto lo bueno se elogia como dello Pero coneeptualmente (segun la razon) difieren, Pues lo bueno Pro Blamente ge reflere al apetito: es elertamente lo bueno lo qué t0- as las cosas apetecen, Y por esto tlene razin de fin, pues el apetite es por decirio asi un cierto movimiento hacia Ja cosa (rem). mn gaziblo lo bello go reilere a la potencia cogncsaiiva: ‘cisrtamonte bellas s¢ flaman las cosas que a. 1a vista platen. De ahf que lo bello consisia en la debida proporcién: porque el sentido se delelta en las casts debidamente proporcionadas, como en algo semejante a 41, pues también ol sentidoes una cleria razén, como toda potencia cognoseltiva. Ya que ef conocimiento se hace por asimilacién y la similitud (0 semejanza) se refiere ala forma, lp belo propia~ mente pertenece a Ia razén de causa formal.” ‘Texto: 1-2 q. 27 art. 1 ad. 3: “Pulchrum est idem bono sola rations differens. Cum enim bonum sit quod omnia appetunt, de ratione boni est quod in eo quietetur appetitus. Sed rationem pulohri pertine: quod in eius aspect seu cognitione quletetur appe- ‘titus; ‘unde et illi sensus praectpue respiciunt pulehrum qui maxi- me cognascitivl sunt, ecilicet vieus et auditus Fation! deservientes; Gicimus enim pulehta visivilia et Dulehros sonos. In sensibilibus autem aliorum'sensuim non ‘wltimur nomine pulchritedinis; non enim dicimas pulehroe sapoces auto odores. Ei sie patet quod pulehrum addit supra bonum quemdam ordinem ad vim cognos- citivam; ita quod tonum dieatur id quod simpliciter complacet appetitil, pulehrum autem dieatur 1d culus ipsa epprehensio ape ‘Trad: ‘Lo bello es idéntico con lo bueno, difiriendo s60 con ceptuaimente (ratione). Como ciertamente lo bueno ¢8 lo que t0- das les cosas apetecen, acerca (sobre) la. rezén de to bueno (se debe decir) que es en’él, donde se aquicta el apetite. Pero @ la Tazin de lo bello pertenece que a su vista o conocimiento se aquiete el apetito, De ahi, que aquellos sentides que principaimente se @) es) ese etloren a lo bello, son los ands cognoscitives,.a saber le vista y el ldo 21 servicio de le razin. Decimos efectivaments visiones ‘be- Has y ellos sonidos. #n cambio en los sensibles de otros sentidos zo usamas el nombre de bello. No decimes bellos sabores y bellos Asi, ¢s evidente que 1p bello afiade sobre 1o bueno cierto orden hacia. ‘le potencia cognoseitiva, de tal modo que se llama bueno 2 aquelio que en absolute agrada al apetite, en eamblo se llama. Bello aquelio cuya aprehension nas place.” Acustix: De Civitate Det, 1, XI, cap:,9. ‘Texte: “Mali enim nulla natura est;’ sed amissio boni mall no- men ace2pit.” Rarvoamiee, Louls de: Filosofia det Ser. Ensayo de sintesls Meta fisica, Ea, Gredos, 1968, BH. F, pag. 394. ) Para su mejor comprensién se puede bosquejar un cuadro de “lod modes de ser del ente”, tsl como estén expuestos en la. respuesta a le cuestion primera art, 1 del De Verltate, ESPECIAL - SUSTANCIA (LO. QUE ES POR 81) Cuando se expresa al go afirmative: Ga eseneia-cosalres]) El ente considerado on si 4 Algo negativo es expre- mismo. zado. (la indivisibitidad-uno [unum)) Dividido por otro-aigo (aliquid) Respecto al intelecto Considerado (verum) en orden a, eee Segan la conveniencia, a eee] (onum) Respecto al intelecto y a apetito (pukehrum) 63 9) oy co 9) eo ey on e ey 6) Lowaro, Abelardo: Ser y Belleza... op, ett, pag. 124 Axaum, Nimlo de: De las.dos inhabitaciones en et hombre. Univ. Nae. de Cordoba, pag. & Aquino, Tomés de: Summa Th.... op. elt. I-Q. 5 art. 1 resp. ‘Texto: “Bonum et ens sunt idem secundum rem: sed ditterunt secundum rationem tantum. Quod sie patel. Ratio enim pont in hhoe consistit, quod sit aliguld appetibile. Unde Philosophus dicit, quod bonum ‘est quod omnia appetunt, Manifestum est autem quod unumquodgue est appetibile secundum quod est perfectum: nam omnia eppetunt suam perfectionem. Intantum autem unumquod- gue eat perfectum, inquantum est in actu. Unde manifestam est quod intantum est ens; esse enim est actuaittas omnis rel, ut eX Superioribus paret (quaest. IIT, art. 4, et quaest IV, art, 1 ad. 9) Unde manifestum est quod bonum et ens sunt Idem ‘secandum Fem, sed bonum dicit rationem appelibilis, quam mon dielt ens.” Agumo, Tomés de: Summa Th.... op. elt. Inq. 11 art, 1 ad. 3, Texto: “Non est nugatio, cum dicitur ens unum, quia unum addit aliquid secundum rationem supra ens” Aguimo, Tomés de: Summa Th... op. eit. I-q. 16 att, 4. ‘Texto: “Bt ideo sicut bonum convertitur cum ente, ita et ve~ rum... quod licet bonum et verum supposite convertuntur eum ente; iamen ratione differunt”™ AGUINO, Tomas de: Summa Th.... op. ol Tra 16 art 3. Texto: “Bonum habet rationem appetibilis, ita verum habet ‘ordinem ad cognitionem.” Lowaro, Abelardo: Ser y Belleza, ...op. eit, pag. 109. Agumno, Yomés de: Summa Th, ...0p. elt. I-g. 6 art, 2 resp. ‘Texto: “Ene secundum rationem est prius quam bonum.” AQuINO, Tomas de: Summa Th. ...0p. cit, T-q. 18 art. 4 resp, ‘Texto: “Verum absolute loquendo secundum ratfonem prius ‘est quam bonum.” Aguixo, Tomas de: Quaestiones Disputatac, De Veritate, Mariets! ‘Taurini anno 1981, @. 21 art. 3 resp. ‘Texto: “Bonu praesupponit verum, yerum autem praesuppo- nit unum, cum veri ratio ox apprehenstone intellectus perficiatur: Junumquodque autem intelligible est in quantum est unum: gui enim mon intelligit unum, nihil intelligit, ut dicit Philosophus in IV Metaph. Unde istorum nominum éranseendentium tails’ est ordo, si secundum se considerentur, quod past ens est unum, deine ae verum, deinde post. verum bonum” 9) ie ds tae de iret, tanto bape Hep as ee acne Be og Moe 1952, pag. 237. ‘Texto: “Pandis que Vunité est Videntite de Metre avec sot; le wai, son tdentité avec ia pensée; le blen, son identité avec Ia volonié; te beau est vraiment Pidentité de Yetre avec Vesprit, car il rest’ pas Vunité de Vetre avec une fonction de T'esprit, inais avec tout Vesprit, (®) Menvvmitz, Julio: De ta Cébala al Progresismo, Ed, Calchaqul, Salta, 1970, pag. 204. 65 OBRAS CITADAS ¥ CONSULTADAS Aavstin: La Ciudad de Dios, E4, Catélica Soc. Anén, B. A. C, Madrid, ‘allo 1968. Angur, Nimio de: Ente y Ser, Perspectives para. una Pilocofia del ser mnaci-entt, Bd, Gredos, B. H. F., Madrid, afio 1962. ANauIN, Nimlo do: De las doe inhabitaciones en el hombre, Univ. Nec. ae Cérdods, pig. 8. AaomNo, Tomis de: Opiiscula Philosophica, cura et studio, P. Fr. Ray- mundi M. 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Thomas D'Aguin, Ed. Mon- ‘taigne, Paris, 1940, 68 INDICE A MOEO DE PRESENTACION PROLOGO TNTRODUCCION ... Los Trascendentales del Ente ...... a) La Cosa b) Lo Algo ©) Lo Uno d) Lo Verdadero e) Lo Bueno . 1) Lo Bello ...... —u— La Deduecién de tos Trascendentales 1) Conversién con el ente 2) Explicitacién de lo implicito 3) Relacién jerarquica de los mismos CONCLUSION apéNDICE Traduecién. del Texto De Veritate @.I. art. T Vocabulario eee Aclaraciones y notas al texto .. Obras citadas y consultadas ... Tl oe eeeeeeeteeeeeereetee 27 31 33 37 41 at 55 a7 er Se terminé de imprimir en los talleres graficos de Zanino SCA, impresora, editora, el 27 de octubre de 1972 fesiividad de ‘San Florencio mertir

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