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EL EDN DEL BITO

LUISA FERNANDA AMAYA SERNA


ENSAYO FOTOGRFICO

Los pacillos del Cementerio Museo San Pedro


son huestes de visitantes que desean descubrir
el mstico encanto de los que han partido. En
sus corredores vagan jvenes que lloran a sus
compaeros de bandas que han cado; hijos
lloran a sus madres, o con mayor dolor, madres
entierran a sus hijos, a la par de un montn de
esperanzas que reposaran por toda la eternidad
en la tierra; y nieblas que se confunden con el
viento nos toman de sorpresa y nos susurran
con besos en la mejilla.

Este lugar, como muchos otros cementerios, est


decorado desmesuradamente con flores,
agradecimientos, ngeles y otras formas fsicas de
demostracin sentimental. Lo curioso es que estos
detalles son regalos a seres que dejaron de existir, y
como paradoja, estas paredes tienen ms color y
belleza que cualquier hospital.
Quiz el ser humano inconscientemente hace
apologa a la muerte, y sabe que al final de tan
arduo camino lo espera un reino en el que por fin se
le tomar como igual en una sociedad elitista y
egosta.

Para las personas


que divisan seres
por el rabillo del
ojo vern en este
castillo del olvido
a visitantes o
huspedes
efmeros, alegres
por una oracin o
una nueva rosa.
Mientras que
algunas sombras
opacas sentirn
como, una vez

Mam: Tal vez no ests


muerta tal vez
solamente te has
mudado a un lugar
tejido con ptalos de
rosa, o estas
descansando del spero
dolor de la rutina.

Paz en la tumba para todos los que prestaron su lugar


de descanso.

Gracias.

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