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30 Historias de
Nasrudín
Hodja
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Libros de Regalo
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30 Historias de Nasrudín Hodja
Introducción y compilación
Aquiles Julián
IDEACCION
IDE
Desarrollo del Capital
Humano
Cul de Sac Vista del Cerro No. 2, Edif. Robert Collier, Suite 3-B, Altos de Arroyo Hondo III,
Santo Domingo, D.N., República Dominicana. Tels. 809-227-6099 y 809-565-3164
Email: ideacción.dr@gmail.com
Se autoriza la libre reproducción y distribución del presente libro, siempre y cuando se haga
gratuitamente y sin modificación de su contenido y autor.
Si se solicita, se enviarán copias en formato PDF vía email. Para solicitarlo, enviar e-mail a
ideacción.dr@gmail.com, aquiles.julian@gmail.com , o librosderegalo@gmail.com
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Un encuentro con el mullá
Al mullá Nasrudín le debía este volumen.
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ocasiones, hasta siete. El humor, el chiste, es el primero, y la gente sin
humor, dicen los sufíes, no es buena candidata para la enseñanza.
Del mullá se asume que vivió en Anatolia entre el siglo XI y el XIV. Hay
quienes aseguran que nació en Turquía central, en una pequeña ciudad
llamada Aksehir aunque su presencia llega hasta XingJiang, en China,
donde viven los ighurs, de origen turco, son una de las 56 nacionalidades
reconocidas por las autoridades chinas. Según algunas otras historias, él
nació en Sivrihisar y estaba con vida cuando Tamerlán invadió Anatolia en
el siglo 15. De hecho, muchos relatos colocan a Nasrudín en la corte de
Tamerlán.
Aquiles Julián
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Tabla de contenido
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Encuentro con el león
Nasrudín estaba contando una historia a sus discípulos y de repente
comenzó a llover. Uno que pasaba por allí, para protegerse, se guareció bajo
el cobertizo donde Nasrudín estaba hablando. Esperaba solamente a que
despejara, pero no pudo evitar el escuchar lo que se decía.
-No es asunto mío. Estoy aquí debido a la lluvia y tan pronto como se pare,
me iré. No tengo porqué inmiscuirme.
-Una vez, cuando era joven, viajaba por las selvas de África, el continente
misterioso. De repente, un león apareció a unos cinco metros de mí. Yo no
tenía ni armas ni protección, estaba sólo en la selva. El león me miraba
fijamente y comenzó a dirigirse hacia mí.
Nasrudín dijo:
.
-Es muy sencillo, muy lógico, descúbranlo por ustedes mismos. El león se
abalanzó sobre mí, me mató y me devoró.
-¿Está usted diciendo que el león lo mató, se lo comió, y usted está todavía
aquí vivo?
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-¿Acaso le llamas tú a esto estar vivo?
Nasrudín y el miedo
Nasrudín estaba caminando por un camino solitario una noche a la luz de
la luna cuando escuchó un ronquido, en algún lugar, que parecía estar abajo
suyo. De repente, le dio miedo y estaba a punto de salir corriendo cuando
tropezó con un derviche acostado en una celda que se había excavado para
él, en una parte subterránea-
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-Toma este cuchillo para defenderte -dijo el derviche.
-Mala suerte para ti, ¿no es así? Vas a tener que encontrarte otra.
-Y no tienes que tenerlo tú mismo para sufrir por su causa -dijo Nasrudín.
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Curar con granadas
Un día Nasrudín fue con un maestro para aprender el arte de curar. Vieron
venir a un paciente y el maestro dijo:
-Ese hombre necesita granadas para curar, pero esta vez seré yo quién
actúe.
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Pan y espiritualidad
Dos viajeros junto a Nasrudín cruzaban las montañas del Himalaya
discutiendo la importancia de colocar en la práctica todo aquello que
aprendieron en el plano espiritual. Estaban tan entretenidos en la
conversación que solamente ya bien entrada la noche se dieron cuenta de
que sólo llevaban consigo un pedazo de pan.
-He aquí mi sueño -dijo el primer viajero-. Yo fui cargado hacia lugares
donde nunca había estado antes, y experimenté la paz y armonía que he
buscado en vano en esta vida terrenal. En medio de tal paraíso, un sabio de
largas barbas me decía: Tú eres mi preferido, pues jamás buscaste el placer
y siempre renunciaste a todo. Sin embargo, para probar mi alianza contigo,
me gustaría que comieras un pedazo de pan.
-¿Y por qué no nos llamaste, antes de tomar una decisión tan personal?
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Nasrudín y los dulces
La fiesta reunió a todos los discípulos de Nasrudín. Durante muchas horas
comieron y bebieron, y conversaron sobre el origen de las estrellas. Cuando
era ya casi de madrugada, todos se prepararon para volver a sus casas.
-El maestro nos está poniendo a prueba -dijo-, quiere ver si conseguimos
controlar nuestros deseos.
Nasrudín y el huevo
Cierta mañana Nasrudín envolvió un huevo en un pañuelo, se fue al centro
de la plaza de su ciudad y llamó a los que pasaban por allí.
Nasrudín insistió:
-Lo que está en este pañuelo tiene un centro que es amarillo como una
yema, rodeado de un líquido del color de la clara, que a su vez está
contenido dentro de una cáscara que se rompe fácilmente. Es un símbolo de
fertilidad, y nos recuerda a los pájaros que vuelan hacia sus nidos.
Entonces, ¿quién puede decirme lo que está escondido?
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Todos los habitantes pensaban que Nasrudín tenía en sus manos un huevo,
pero la respuesta era tan obvia que nadie quiso pasar vergüenza delante de
los otros. ¿Y si no fuese un huevo, sino algo muy importante, producto de la
fértil imaginación mística de los sufíes? Un centro amarillo podía significar
algo del sol, el líquido a su alrededor tal vez fuese algún preparado de
alquimia. No, aquel loco estaba queriendo que alguien hiciera el ridículo.
Nasrudín preguntó dos veces más y nadie se arriesgó a decir algo impropio.
Entonces él abrió el pañuelo y mostró a todos el huevo.
Nasrudín armado
Muy asustado en una noche oscura, el mullá Nasrudín viajaba con una
espada en una mano y una daga en otra. Le habían dicho que eran seguros
medios de protección. En su camino se encontró con un asaltante, que le
robó su asno y sus alforjas con valiosos libros. Al día siguiente, cuando se
estaba lamentando de su suerte en la casa de té, alguien le preguntó. -Pero,
¿por qué dejó que se llevara sus posesiones, mullá? ¿No tenía los medios
para detenerlo? -Si mis manos no hubieran estado ocupadas –dijo el mullá-,
hubiera sido otra historia.
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volcase, ¿a cuál de las dos salvarías primero? Nasrudín miró a la de más
edad y le preguntó: -Tú sabes nadar un poco, ¿no?
Nasrudín jardinero
Nasrudín pasó el otoño entero sembrando y preparando su jardín. Las
flores se abrieron en primavera pero Nasrudin observó que algunos dientes
de León que él no había plantado estaban en algunos lugares del jardín.
-Igual que en el casamiento junto con las cosas buenas, terminan viniendo
algunos inconvenientes.
Zanahorias
Nasrudín fue enviado por el rey a investigar sobre la sabiduría de varios
clases de maestros místicos orientales. En todos los casos le historiaron
todos los milagros y dichos de los fundadores y los maestros de las escuelas,
muertos hacía ya tiempo.
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A su regreso, el Mulá presentó un informe que sólo contenía una palabra,
“Zanahorias”. El monarca lo hizo llamar a su presencia para que diera una
explicación sobre esto. Nasrudin dijo:
-La parte mejor está enterrada; por el verde muy pocos saben, excepto los
expertos, que hay anaranjado bajo la tierra. Si no se trabaja por ella se
deteriorará; a ella se encuentra asociada una gran cantidad de burros.
Nasrudín que lo observaba desde atrás con atención, al verlo correr de esa
forma, pensó: seguramente le ha pasado algo y necesita ayuda, y entonces él
también empezó a correr a toda velocidad. De esta forma los dos corrían
por el campo uno tras otro. El primer hombre ya no podía más y en su
debilidad tropezó con una piedra, rodó por el suelo y quedó medio
atrapado entre unos matorrales; se quedó allí quieto y agazapado con la
esperanza de que Nasrudín no le viera cuando pasara. Pero Nasrudín
tropezó justo en la misma piedra, rodó igualmente y fue a parar justo
encima del hombre. Éste gritaba:
-Sabes qué, creo que tú estás aquí por mí y yo estoy aquí por ti.
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Diagnóstico
Un hombre a quien se consideraba muerto fue llevado por sus amigos para
ser enterrado. Cuando el féretro estaba a punto de ser introducido en la
tumba, el hombre revivió inopinadamente y comenzó a golpear la tapa del
féretro. Abrieron el féretro y el hombre se incorporó.
Sus palabras fueron acogidas con asombrado silencio. Al fin, uno de los
deudos acertó a hablar:
-Amigo, tanto los médicos como los sacerdotes han certificado que habías
muerto. ¿Y cómo van a haberse equivocado los expertos?
-Pobre -dijo-, ¿cómo es posible que te hayan permitido llegar a este estado?
Cortó las garras del halcón, le enderezó el pico y le recortó las plumas.
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Nasrudín y el azúcar
Una viuda llego hasta la corte del Mulá y exclamo:
-Lo lamento -dijo Nasrudín cuando le llegó el turno a la mujer-, este caso es
complicado y será postergado otra semana más.
Sucedió lo mismo en las dos semanas siguientes. Por fin Nasrudín anunció:
-Estoy intrigada por saber la razón por la cual vuestra señoría no prohibió
al muchacho comer azúcar en alguna de las audiencias anteriores.
-Pues bien -dijo Nasrudín-, tenía que deshabituarme yo primero, ¿no es así?
¿Cómo podía saber que me llevaría tanto tiempo? No es tan fácil como
parece.
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La mujer perfecta
Nasrudín conversaba con sus amigos en la casa de té y les contaba como
había emprendido un largo viaje para encontrar a la mujer perfecta con
quién casarse. Les decía:
-No era completa, -respondió Nasrudín-, después fui a El Cairo, allí conocí
a otra mujer ciertamente fabulosa; hermosa, sensible, delicada, cariñosa.
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-¡En absoluto!
-Perfecto. En tal caso deberá pagar usted al tribunal una moneda de oro de
un denario.
-A usted y a sus cinco acompañantes las tortillas les costarán mil monedas
de oro.
-Los huevos deben ser muy costosos aquí, ¿tan escasos son?
No son los huevos los que escasean aquí, majestad, sino las visitas de los
reyes.
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Percepción
“¿Qué es el destino?”, -le preguntó a Nasrudín un erudito-
“Muy bien”, -replicó Nasrudin- “Observa eso”, apuntó a una procesión que
pasaba por la calle.
“A ese hombre lo van a ahorcar. ¿Lo van a ahorcar porque alguien le dio una
moneda de plata que le permitió comprar el cuchillo con el cual cometió el
crimen, o porque alguien le vio cometer el crimen, o porque nadie se lo
impidió?”
La enseñanza
Una comunidad, pidió a Nasrudín que les impartiese enseñanza en forma
de discursos, ya que no concebían otra forma de aprendizaje. Después de
mucho insistir, éste accedió.
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Pues, si no saben siquiera de lo que voy a hablarles, ¿cómo van a aprender
nada? -dijo Nasrudín antes de marcharse-
En este caso-dijo el mullá-, que los que saben instruyan a los que no lo
saben.
El rapsoda
Nasrudín solía contar la historia de un noble inmensamente rico que
decidió un buen día que debía contar entre su séquito con un rapsoda que
compusiera y cantara himnos y alabanzas a su persona. Para ello, mandó
contratar al mejor juglar que hubiera en todo el mundo. De regreso, los
enviados contaron que, en efecto, habían hallado al mejor rapsoda del
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mundo, pero que éste era un hombre muy independiente que se negaba a
trabajar para nadie. Pero el noble no se dio por satisfecho y decidió ir él
mismo en su búsqueda.
Te ofrezco una bolsa llena de oro si consientes en servirme -le tentó el rico-
Sabiduría
Nasrudín a veces llevaba a la gente a pasear en su bote. Un día un pedagogo
lo contrató para que le transbordara al otro lado de un ancho río. Tan
pronto como empezaron a navegar, el erudito preguntó si la travesía sería
inquietante.
De eso, pregúnteme nada, contestó Nasrudín.
¿Qué, nunca has estudiado gramática?
No, respondió él.
Has perdido entonces la mitad de tu vida
Nasrudín no contestó.
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Pronto se desató una terrible tormenta. El endeble barquichuelo de
Nasrudín empezó a hacer agua. Éste se inclinó hacia su compañero de
travesía y le preguntó:
¿Ha aprendido usted a nadar?
¡No!, contestó el erudito.
En tal caso, maestro, ha perdido usted toda su vida, porque nos estamos
hundiendo.
Coherencia
- ¿Qué edad tiene usted, Mulá?
- - Cuarenta años
- Pero eso mismo dijo la última vez que se lo pregunté,
hace ya dos años.
- Si; siempre mantengo lo que digo.
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¡Me parece que eres tú!
En la plaza del mercado, Nasrudín, profundamente absorto, recitaba una
oda:
- ¡Oh, mi bienamada!
Mi ser interior está tan colmado de ti
Que todo lo que se presenta ante mi vista
¡Me parece que eres tú!
Un bromista gritó:
- "¿Y qué pasa si un tonto aparece ante tu vista?"
Sin detenerse, el Mulá, como si fuera un estribillo, continuó:
- ¡ ... Me parece que eres tú!
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Los dientes del sultán
Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.
Al despertar, ordenó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le
dieran a Nasrudín cien monedas de oro.
Cuando el mullá salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
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De paso
Se cuenta que un visir fue a la ciudad de Bagdad con la finalidad de visitar a
Nasrudín. El visir se sorprendió al ver que Nasrudín vivía en un cuartito
muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una
cama, una mesa y un banco.
-¿Dónde están sus muebles? -preguntó el visir.
Y el mullá, rápidamente, también preguntó:
-¿Y dónde están los suyos...?
-¿Los míos? -se sorprendió el visir. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
-Yo también... - concluyó el mullá.
El secreto de la longevidad
Nasrudín llegó a cumplir ciento cuatro años. El cadi más importante de la
región envió un emisario a entrevistarlo.
—¿Cómo hizo usted para llegar a esa edad tan avanzada? —preguntó el
emisario.
—Estoy convencido —contestó Nasrudín— de que mi larga vida se debe a
que nunca discuto con nadie.
—¡Vamos! —contestó incrédulo el emisario—. ¡No va a tratar de hacerme
creer eso!
—Entonces debo estar equivocado —dijo Nasrudín—. Debe ser por alguna
otra razón”.
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El hombre se dirige al chino y le pregunta:
—Disculpe, Señor, pero, ¿cree usted que de verdad el difunto vendrá a
comer el arroz?
—Sí, —responde el chino— cuando el suyo venga a oler sus flores...
El buen sistema
Nasrudín un día se paseó por todo el pueblo esparciendo cenizas de madera
de olivo mezclada con granos de sésamo.
Es un óptimo sistema para mantener alejados a los tigres, que son fieras
muy peligrosas.
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Datos sobre el compilador:
Aquiles Julián
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Es especialista en neurocompetencias, aprendizaje acelerado, programación neurolingüística,
PNL, coaching de alto desempeño, creatividad publicitaria y mercadotecnia.
Ha sido columnista de los periódicos Listín Diario (La Revista Económica), Hoy, El Financiero y
El Siglo.
Ha sido catedrático en las universidades APEC, INTEC, Universidad Católica de Santo Domingo,
Universidad del Caribe y de los monográficos de mercadeo de la UNPHU.
Fue productor del programa “Hablemos de Negocios” por Carivisión, Canal 57.
En la actualidad, es director ejecutivo de IDEACCION, S.A., compañía especializada en el
desarrollo del talento humano.
Es presidente de la Asociación Dominicana para el Aprendizaje Acelerado, ADAA.
Es facilitador internacional de World Wide Training, Motivation Team y Optimus.
Es director de CIENSALUD, una organización de promoción de la salud e higiene preventiva.
Junto a su esposa, la Ing. Cristina Gutiérrez, es dueño de una franquicia de i-comercio y dirige
una organización de franquicias de empresas no tradicionales de i-comercio.
Taller Práctico de
IDEACCION
Instructor: Desarrollo del Capital
AQUILES JULIAN Humano.
Master en PNL,
Accelerated Learning y
Neurocompetencias.
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Colección
Libros de Regalo
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