México en la obra
de
Octavio Paz
satteeteeseesseeeters
BIBLIOTECA DE ARTES PLASTICAS$
Lnvensono oe ouanawaro— f
Selecci6n y Prélogo
de
Luis Mario Schneider
Tamayo: Transfiguraciones
1
Hay muchas maneras de acercarse a una pintura: en linea recta
hasta plantarse frente al cuadro y contemplatlo cara a cara,
fen actitud de interrogacion, desafio 0 admiracion; en forma
‘cblicua, como aquél que cambia una seereta mirada de intel
fgencia con un parante; en rig-zag, avanrando y retrocediendo
‘con movimiencos de estratega evocadores tanto del juego de
‘jedree como de las maniobras militares; midiendo y palpando
on la vista, como el convidado goloso examina una mesa ten
‘Sida; girando en circulor, a semejanza del gavlan antes de des
‘ender o del avin en el aterizaje, La manera franca, la manera
‘complice, la tefleiva, la cazadora, la manera de la mirada
imantada, .» Desde hace mas de veinte aos giro en torno a la
fara de Rufino Tamayo. Primero quis fijar mis impresiones
{En un ensayo que pretendié situarlo en su contexto mis inme-
dliato: la pintura mexicana moderna; mas tarde esribl un poe-
ima: desputs un artiulo de critica pictorica propiamente dicha:
‘Tamayo en #4 pintura, a vsign del espacio, las relaciones entre
cl color y a line, la eometria y la sasacion, os volimencsylas
Superficesvacfas, Ahora, con mas cautela,escribo estas notas: no
‘un resumen sino un volver a comenzar.
iri acttud ante la obra de Tamayo? Rotadin,
sgravitacion: me atrae y, simultineamente, me mantiene a
fancia — como un sol, También podria deci que provoca en mt
tuna suerte de apetito visual: veo su pintura como un fruto,
ineandescente ¢ intocable. Pero hay otra palabra mas exacta
JJascinacién, El cuadro est alll, frente a tl, colgado en una
‘pared. Lo miro y poco a poco, con inflexible y lenta seguridad, se
Rcspliege y se vuelve un abanica de eensaciones, una vibracion
‘de colores de formas que se extienden en oleadas: espacio vivo,
407eta Pas
Tamayo> trenfiguraciones
‘espacio dichoso de ser espacio. Después, con la misma lentivud,
los colores se repiegan y el cuadro se cierra sobre si mismo,
[No hay nada intelectual en esta experiencia: describo simple
mente el acto de ver y Ia extrafia, aunque natural, fascinacon,
‘que nos embarga al contemplar el cotidiano abrir y cerrarse de
Tas flores, los fruto, las mujeres, el da, a noche. Nada mas lejos
de la pintura metafisica o especulativa que el arte de Tamayo.
Al contemplar sus cuadros no asinimor a Ia revelacion de Un
secret: participamos en elsecreto que es toda revelacién.
Die que el arte de Tamayo no es expeculativo. Tal ver deberia
hhaber escrito: idcologico. En aquel primer ensayo de 1950 sefale
que la importancia histérica de Tamayo, dentro de la pintara
‘mexicana, consistia en haber puesto en entredicho con ejemplar
radicaliamo el arte ideologico y didactico de los muralistas y
‘sus epigonos. Hay que agregar que la verdadera originalidad de
‘Tamayo —su origialidad pietSrica no reside en 0 actitud
critica frente a Ta confusion entre pinturay literatura polities en
‘que se debacian los artistas mexicanos en esos aos, sino en su
Actitud critica ante el objeto. En este sentido s podria hablarse
de pintura eapeculativa. Pintura critica: reduccin del objeto @
sus elementos plasticos esenciales. El objeto visto no como una
dea ni una representacion sino como un campo de fuerzas mag-
péticas. Cada cuadzo es un sistema de lineas y colores, no tn
Sistema de signos: el cuadro puede referirse «eats aquella real
ddad perosu significado plastico es independiente
Al primer periodo de Tamayo, pasados los ails de ttubeo y
aprendizaje, pertenecen varias composiciones, como el Homena:
jes Judes y algunos marales, que revelan una afinidad, inew
table y natural por lo demas, con la pintura mexicana de esa
epoca, Es su deuda con los muralistas, especialmente con Oro:
‘b, Pronto se aleja (y para siempre) de esa manera elocuente.
‘tra seré vu aventura, Entre 1926 5 1988 pinta muchos Sleos y
sgouaches — pienso sobre todo en las naturalezas mucrtas y et
‘aries paisajes urbanos: arcos, cubos, terrazas— que lo staan,
como ha sefalado Juan Gatcla Ponce, en la linen de Cézanne,
Por ese camine llegara, un poco después, a Braque. Noes pints
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+a cubista: esuna de las consecuencias de ese movimiento, uno de
Tes caminos que podila tomar la pintura desputs del cubism. En
‘otras telas de esos mismoe
Tibre y leica, que puede definirse como la exalt
de a vida cotdiana, Sensualidad mas que erotismo: Matis. En
‘Tamayo, claro est, hay una exasperacion y una ferocidad
sausentesen la obra del maestro frances. Otros elementos de esos
‘cuadros —y unos cuadros pintados en esos mismos aos lo
fcercan a otro gran centro de iradiacion: Picaso. Solo que aqul
Tn lecei6n no es de rigor ni de equilbrio sensual: la violencia
pasional, el humor y la rabia, Ie revelaciones del ufo y la del
frodiama, La pincura no como una investigacion del objeto ni
‘como una construccion plastiea: Ia pintura como una operacion
evastadora de la realidad y, asimismo, como su metamorfosis.
‘Al final de este periodo, Tamayo comienza a pintar una serie
de celas violentas, a veces sombrias, otras exaltadas y siempre
intensas y reconcentradas: perros aullando a la Tuna, pajaros,
ceaballos, leones, amantes en la noche, mujeres en el bao o dan:
tando, soliterios contemplando wn frmamento enigmatic.
[Nada teatral ni dramatico: nunca fue mas locido ni mas dueno
de sfeldelrio, Alegria tragica. Tamayo descubre por esos aos
In facultad metaforica de los colores y las formas, el don del len-
guaje que et la pinturs, El cusdro se convierte en Ia contrapar.
fda plistica de la imagen pottica. No la traduecién visual del
pocma verbal, procedimiento practicado por varios surrealisas,
no una meeifora plistien — algo mas cerca de Klee y Mir6 que
{de Max Ernst. ¥ as, por un proceso continuo de experiment
‘ion, asimilacion y cambio. Tamayo conviere a su pintura en un
free de a transfiguracin: el poder de Ia imaginacion que hace
tun sol deun mamey. una media luna de una guitarra. un pedazo
de campo salvaje del cuerpo de una mujer
‘Creo que los nombres que he citado forman una constelacion
que, més que determinat,sitan la tentativa de Tamayo en su
epoca de iniciacibn. Recordaré que en los albores de nuestra len
{gua Ia palabra sino, doble de signo, queria decir, Ieeralmente
fonstelacion. Sino: sgno: constelacion: el sitio de Tamayo y, as
‘mismo, sur signos al emperar su exploracion del mundo de 1a
pincura y ese otro mundo, mas secreto, que es su ser de hombre y
{Se pintor. Puntor de partida hacia mismo.Octavio Pat Tamayo: tranfiguaciones
forma sumaria y verbal, temo traicionarlo: la suya no es una or
8 todoxia sino una ortopraxia.
Definir a un artista por sus antecedents estan vano como pre-
tender describira un hombre maduro por las seas de identidad
de sus padres, abuelos y clos. Las obras de los otros artstar
“quello que cot antes, desputs o al lado sithan a una obra
individual, no la deinen, Gada obra es una totalidad autora
ciente: comienza y acaba en ela. Fl estilo de una €pocs es una
intaxis, un conjunto de reglas conscientese inconscientes con lat
{que el artista puede decir todo lo que se le ocurra salvo lugares
comunes. Lo que cuenta no es la regularidad con que opera la
fintaxis tino Tat variaciones: violaciones, desiaciones, ex.
cepciones todo aguello que vuelve Gnica a Ia obra. Desde el
principio, la pintura de Tamayo se distingui6 de todas las otras
‘por la preeminencia de cierts elementos y por Ia forma singul
fe combinarlos. Procurazé describirlos, ad sea de una mancra
‘muy general; en seguida intentaré mostrar como la combinacion
de esos elementos equivale ala transformacion de una
impersonal e hitrica en un lenguaje inimitable.
‘Tamayo es riguroso y se ha impuesto una limicacion estriea: la
pintara es, ante todo y sobre todo, un fenémeno visual, El tema
‘5 un pretext: lo que el pintor sc propone es dejar en libertad
4a pintura: las formas son las que hablan, no las intenciones
ni las ideas del artista. La forma es emisora de significade.
Dentro de esa etética, que esla de nuestro tiempo, Ia acitud de
‘Tamayo se singularis por su intransigencia frente lan facili
des dela fancasta Iteratia, No porque la pintura sea anilteraria
nunca lo ha sido ni puede serlo~ sino porque afirma que el
Tenguaje de la pincura su eseritara y su leeratura— noes er
Gaudes que el pintor ha de encontrar dentro de Ia pintura: algo
{que debe brotar del cuadro y ne algo que el artista introduce en
el cuadro. De ahl su afan de pureza pitorica: Ia tela 0 el muro
‘sna superficie de dos dimensiones, cerrada al mundo verbal y
abierta hacia su propia realidad. La pintara ex un lenguaje org
nal, tan rico como ef de la misicao Ia literatura. Todo se puede
decir y hacer en pintura — dentro de a pintura. Por suptest,
‘Tamayo no formullaria a ras propésitee. Al enuaclaslor en una
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iat preocupaciones lo han Nevado a una lent, continua
1 obstinada experimentacion pices, Investigacion del secre
to delastextura, lon colores aut wbraciones ipso Ia Geri
(ld de as maerasy las pasty, Ta loys ls eeepciones que
"anya cele nomi ety pe
pincra, Int easy sus eructura. Pasion po la mater
Fx matciata en el sentido recio de la palabra, Inscaible:
‘ment, guia por a lgiea desu investiga, Tamayo pas de
Ines del objen In entice a pntura misma, Eaplracin
delcolor “a medida que uiamos un menor ndmero de cloc”
Ai alguna vera Paul Westheim, “erect la iquera del
Tidades Es mas vaio, picricamente habland
potbildades de un solo Color que war una varedad iimkada de
Bipmente". Se dce yrepce que Tamayo un gran color
Hay que aadir que cia riquea es fruto de una sobredad, Para
Ravdetaire el color eral acorde una relacbn antagdeica
complementarin etre un color cali y uno fro. Tamayo exe:
‘mala baaqueda: cre el acorde dentro de un solo colo, Obtene
Ss una vibracinfuminosa de resonancias menos amplias pero
‘ids intensa: el punto eattemo, eat inmdvil »foert de em
$n, de ana nota ou tono. La timikacion se wacive abundancia
tmiverosazulesy verdes en un putado de pole, soles) Gerras
trun dtomo amarillo, dapesionesyconjunciones de lo cAlidoyy
io fio en un oee, casos gudor del gis, precipicios de los
blancos,golfr del violets, L8 abundancia ao e sbigarads
Ja paletade Tamayo es pars, ama los colores franco raha,
con una suerte de salud ininiv, todo vefiamiento dudow.
Delcaderayvitalidad,sensualidad y ener. Stel colo e moa
2, Grto roa de Tamayo me hacen pensar en Bartok, Como
Intmasica de Anton Webera me hace pentar en Kandinay.
Ea misma severidad frente las hneasy ls wolamenct. El
bujo de Tamayo esl de un esclfr yes ema que no nos haya
dado sin unas esantasexcurat. ibujo de exer por el vigor
Yia economia dl traso pero, sobre todo, por a encaldnd
Zetala los puntor ce convergencia, as ineas de fuerza que rigen
tina anatomia o una formas Un dibujo sinc, nada caligea ie
cor dl verdadero caquckto de In pinta. Voldmencs plone
compacts: monumenton vivo. El cardcter monumental de na
anOctavio Pas
Tamayo: trasfigureciones
‘obra no tiene nada que ver con el tamail: es el producto de
tuna relaciin entre el espacio y las figuras que lo habitan. Lot
‘murales de Tamaye son lo menos afortunado de su obra. Pero no
son las dimensiones sino la actitud ante el espacio —grande
‘ chico To que cuenta. Lo que distingue aun ilustrador de un
pintor es el espacio: para el primero es un marco, un limite
Abswraco; para el segundo, un conjunto de relaciones internas,
tan terrtortoregido por lees propias. Ea la pintura de Tamayo
Tas formas y figurat no estan en el expacio: son el espacio, 10
forman y conforman, del mismo modo que las rocas, las colinas,
‘leauce del rio y la arboleda no estan en el pasaje:construyen o,
‘mejor dicho, constituyen el paisaje. El espacio de Tamayo es una
‘extension animada: el peso y el movimiento, las formas sobre
Ta tierra, In obediencia universal a las leyes de la gravitacion
‘oalas otras, mas sutles, del magnetism, Elespacio es un campo
‘de atraces6n y repulsion, un teatro en el que se enlazan y desenl
‘an, se oponen y abrazan lat mismas fuerses que mueven ala na.
‘turalera. La pintura como un dable del universo: no su simbolo
sino aa proyeccign en la tela, De nuevo: el cuadro no es una
representacion ni un conjunto de signos: