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Magne: RAG PO 410 Sis: dot Bast A 1994 ot MARC BLOCH HISTORIA E HISTORIADORES ‘Textos reunidas por: ‘Etienne Bloch ‘Traducido por: FJ. Gonzilez Gareia consider slo una tnica serie dentro de wn dinico sistema soctat, siempre corre el riesgo de leg a conceder un valor explicativo muy ‘exagerado a cirtos hechos que en realidad sélo tienen una importan. ci y un aleance muy mediocres. $j el historiador eneventé en sis tema vecino un fendmeno-evolutive star erro que; ex AMPS" se manifesta algunas de las causes que en principio eabria esperar, pode eliminar, con mucha ms fecilidad, las fasts relaciones causa” Jes para no conservar més que las verdadera,aquellas que siempre se encuentran en el origen de los mistos efectos, Seria un intento total. mente vano querer explicar,s6lo on la ayuda de hechos especifca. mente ingleses, todos los intents realizados desde el siglo Xv1 por parte de sefiores de Ios emanoir» para legart acapaarlas temas de sus artendatatios, pues estos mismos esfuergns tambign se aprecian por foda Burope occidental y central en la misma epoca; parece por {anto que en el orien de dicho proceso hay que busee an fenéimeno feuropeo de aleance general, muy posiblemente la doble aja de losin. g7esos censuales en metalic (consecuencia de la devaluacicn del cefectivo y dela pérdid de poder adqusitive de los metales preciosa). Junto a las similtudes también se encuentran las diferencias y el sjemplo que acsbo de mencionar da buena prueba de ellas, pues si bien el esfuerzo de los sesires fue unsnime por toda Europa fas for ras que revistiéy sobre todo su éxito varid maucbo segtn ios dife- rentes sistemas sociales. Con frecuencia, y aparentemente bajo simi. Iitudes, un examen mucho més preciso nos muestra la exstencia Je contrases. Asi, por ejemplo, son muchas las nociones divergentes {gue se esconden bajo el término nobleza, En muchas oeasiones un ‘movimiento de tendencies similares puede adoptar, en cada medi formas diversas y solo el enfrentamiento y comparaciGn entre éstas nos revels la existencia de profundas antes, Hacia el siglo xt la Sociedad, tanto en Francia como en Alemania, se jerargquiz6 siguien. do, en el primero de dichos pases, una gradacién mucho més siexple ‘que la que se produjo en el segundo. Quiz4 el mds importante objet vo del método comparativo ~aunque con mucha frececia el menos bbuseado~ sea la percepcin de las diferencias. Greies a él medimos Ja originalided de os sistemas sociales y por ello podomos esperar con legar alg dit a clasificarlos y a penctrr en lo més profundo de su naturales. rey f ATAVOR DE UNA HISTORIA COMPARADA. DE LAS CIVILIZACIONES EUROPEAS' Renue de symhose historique, XLVI, 1928, pp. 15-50, EWE sBntetprise and Seculer Change», readings in Economic History, Predetck Lane and Selle C, Riemersma, 1953, Richard de Irving, Ine, Homewoo, Minois, Mélanges historique, 1, pp. 16-40) 1 Les uego que desde el principio de mi intervencidn te permitan sclerar un posible equivoco y que asf me shore, al mismo tiempo, caer ene ridfeulo. No comparezco ante ustedes como «deseubidons de una nueva panacea. El método comparativo ofrece muchas posibi- lidades y-coasidera que su-ganesalizacion 3: su pestrocionemients constituye uns de las necesidades mis apremiantes que en la actual ‘dad se imponen a Jo estudios histércos. Sin embargo, también hay ‘que sefalar que, como método, noes tadopoderoso, pues en ciencia ‘no existen los talismanes. Del mismo modo resulta yreeis indicar |que dicho metodo no tiene que ser inventado pues ya hace mucho tiempo que éste viene demosirando su uiidad en gran cantidad de ciencias sciales, habiendo sido recomendada, ya con anterioriéad en numerosas ocasiones, su aplicaciéa a a historia de ls insttucfones, politicas, econémicas y juricas, No obstante, resulta muy evidente gous dure el Cangraoferacoal de Canes Hens (eet Mata de ‘Bide. Con apc leo lene agi cen fe rei tet es ages qu Wn spre Osc inns fo Mir rt inn cry ee ot ci ‘fen de ethene lV Coape nero ns Hints (Comps en 172), my ign pes snr is clase tees de Davi XX, 11) coco Se er savant me oes ‘tha oan ag a ae Ho ec Ce OSE 1S, tintin ne vlumen se Sine pilaphi deh, 19B8 in 113 ‘que 1a mayorfa de los historiadores no se han comvertido de manera decidida a este método, sino que, por regla general, simplemente fasienten al conterplar Ios Exitos que con é se consiguen, volviendo, de inmediato a su tabajo sin eambiar, en nada, sus habitos. Sin duda ‘alguna, las zones de este comportariento se deben a que com Tm cha frecuencia se a dejado que los istriadares erean gue la shisto ‘ia comparadas es un tema propio de la filosofia de a historia 0 dela sociologia general, disciplinas que el historiader, segtin cual sea su ppnto de vst, tan pronto las venera como simplemente las acoge con {una sonrisa esoépiea pero que normalmente nunca intenta pracica, El historiador exige que un método sea sobre todo wn instrumento ‘enico, de uso comiente, manejeble y susceptible de ofecerresule dos postvos; en su aplicacién 0 la historia, el método comparativo ‘cemple en realidad todas estas condiciones pero no estoy seguro que fl menos hasta ahora esto se haya legado a demastrar con plena co- rneceidn, El méodo comparativo puede, y debe, calaren las investi- igeciones histéricas miaucisas y de detalle, Estee el precio de sufa- {aro y qui2d sea también el futuro de muestra ciencia. Asf pues, me szustirfa poder precisar ante ustedes, y con su ayuda, la naturaleza y Tas posiblidades de aplicacién de esta megnfica herumientae ind- ci mediznt algunos ejemplos, ls principals servicios que éste nos puede ofecer, asi come sugeri, por Uitimo algunos médios prcticos fon Jos que fecilitar so emple 'Al hablar ate un pilico formado por medievaistas, tomaré mis ejemplos preferetemente del peiodo que, por suerte o por eror, se jomina corrienterente como Edad Media, Pero no es preciso ind fear-maais mutandis~ que las observaciones que aqui se van a7ea- Tizar tumbién se podsfan apicar alas sociedades curopeas de época moderna, por lo que en ocasions, también realizané algu nes alls rr Bi término «historia comparsda» que en la scrulidad resulta de uso corriente ha sufrdo la misma suerte que la mayorta de las pals bras de uso cotidano: un desplazamiento de sentido, Dejando a un Ido algunos usos abusives del mismo y une vez rechazados estos crores, ain subsiste un equivaco con respecto a esta expresiGne ‘eins de Hert Be. XXKY, 1925,» Porque espe esas pace ‘To npc sor ples, creo aor eo 6 CW. La fio Tbe nur tory gin and Rect tin Mi gus, Egsh heey sn ss sep ism ua cieneias umanss normalmente serene dos corientes inteleetusles may diferentes bajo el témino «método comparativon. Solo los lin ‘lstas parecen haber estado preocupados por legar distingvirss on cuidado’. Busquemos, por tanto, ntenarprecseelas a nuestra vez i el punto de isla propio de fos histoviadores, ‘Antes que nada, tenemos que plantessnos la siguiente pregunta: jquéentendemos, dentro de nuestro campo de trabajo, por eomparar? Larespuesia,incontestablement, debe seria siguiente; elegit, en uno ‘oms medios sociales diferentes, dos o mis fenémenos que a prime- ‘vista parecen presentar ciertas analogs entre sf, describe sus eur- vas evolutiva, coastatar la similitudes y ls diferencia y expiceras en la medida de lo posible. Bs necesario, por tanto, que existan dos condiciones para que, histéricamente hablando, haya comparacin: una cierasimilitud entre Tos hechos observadios ~hecho que en cier ta forma es implicite ya de por s- y una cir diferencia entre fos ‘medios en que ambos bun tenido lugar. Si estudio, por ejemplo, ol sgimen sefiorial del Limosin estaréobligndo 2 poner siempre en rela- in las noticias extraidas de tl o cual senor; enol sentido vulgar de a palabra, las compara. Pero no por ello endian impresin de ‘estar haciendo lo que en lenguaje ténico se llama historia compara dla, pues tomo los diferentes temas de mi estudio de frapmentos de ‘una misms sociedad queen conjunto pres {que se han desaroliado a ambas partes de la fontera de un Estado © de unk naciéa. Entre todos los contrastes sociale, las oposiciones poliicas © nacionales son, en efecto, las que Vammaa la atencioa de manera mis inmediata. Pero, como veremos,ésla es una simplifica cidn un tanto tosea. Conservemes, por tanto, Ia nocién, mas sully exacta, de diferencia de medio BI procedimiento dela comparacin, asf entendide, es comén a todos os aspectos del metodo, Pero es susceptible, seg el camapa de estudios de que se tate, de dos epicaciones totalmente diferentes {anto por sus principios como par sis resultadas, Enel primer caso se eligensociedades tan separadas en el tiempo y en el espacio que resulta totalmente imposible lege « explicar las analogias observadas entre dos fendmenos mediante el recurso a las influcncias mutuas o por medio de un oxigen comin. As, por eem- plo (y ya desde la €poca en que el padre Laftay, dela Compaia de ‘ess, invitaba a sus lectores a comparr las ecostumbres de ls sl so it i ol 8 Mee a Mao compat ot ng ri, us viajes americanose con las de los epsimeros temposs, y éte, sin duds alguna, es ln clase mis frecuente dentro de este tipo de compa- ‘aciones), se relacionan las sociedades mediterineas (helénicn 0 10- mana) con las sociedades denominadas eprimitivas» que son con- tempordness a nosotros. A iniias del Iimperio Romano ¥ ay Ceree de Roma, alrededor de las hermosas arias del Iago de Nemi tena h- gar un rito que por su extraiacruedad desentonaba con las prcticas Dropias de un mundo relativamentecivlizado: a todo aquel que qu Sera llegar a ser sacerdoue del pequeto tempo de Diana se Te ponia como tinien condicién que diese muerte al servidor cuyo lugar ibs a ‘ccupat «Si podemos mostrar que siempre ba existido una costumbre barbara similar ala de Nemi; si podemos deseubrir los motivos que han dado origea a esta insttucida y demostar que éstos han ejercide ‘una influencia muy ampliay quiea universal en el sen0 de las soci dades humanes que dio origen, en cicunstancias muy variadas, ana ‘gran ndmero de insttuciones mmiy diferentes peso genéricemente rejasysf podemas encontear,en definitive, las teas de a funcions rmiento incluso en la Antighedad elisca...entonces legitimamente poditemtosinducir que fueron estos mismos motives los que han dado ‘acimiento, en una época muy lena, al sacerdocio de Nemip*. Este fue el punto de partida de 1a inmeasa investigacin de La Rama de ro, ejemplo, aia vexinstee instractvo, de una investigacién com- pletamente basada en larecopilacién de testimonias tomados de to- ‘dos Jos lugares del mundo. El estudio comparativo, asf comprendido, ha prestado enormes servicios de todo po. En principio, y muy es Decialmente, por lo que respecta a la antigiedsd mediterines, La ‘educacién humanistica nos habia acostumbrado a imaginar Roma y ‘Grecia como muy similares a nosotros; por contr, la comparacién, dde mano de los einégrates, nos resituye mediante una especie de choque mental con esa sensscién de diferencia, de exotismo, que es condici6n indispensable para toda comprension inteligente del pasa- do. Oto tipo de beneficios son de un arden mucho mds general: Ia ‘posbilidad de llenar, mediante hipétesis basadas en Ia snalogfa,al- gas lagunas de nuestra cocumentaciGn; [a apertura de nuevos ca- ‘nos en la investigaciOnsugeridos praizs ala comparaciény, sobre todo, lnexplicacién de muchas supervivencias que hasta entonces nos Mons de segs oni compres wt ours de pret tmp,Ptl 7aiscanarpects ence ce Cer hae, marine ei de neater ut ce, 1913p. IS er The Galion Bul 3 Lp. O(N det ee weep aden sna Pe pct seen coins nga 94 La ae Dera Fano oan Eze, Meso, 1984 BI dene nop pa Stee abn ‘Sind ono ns ara ee erent ya sn ei inp ee ok ‘wn aml 16 resultuban inintelgibles. Entendiendo por supervivencias a todas aquellascostumbres que, habiéndose conservacio y Hegado a cristal zur eas Ia desaparici6n del medio psicol6gico en que originalmente enn como ieductiblemente extras ‘el examen de casos similares en el seno de otasevilizaciones no nos permitiese reconstruir con precisién ese medio desaparecido, tal y ‘como, por ejemple, oeurre con la muerte ritual de Nem. Dicho de ‘un modo simple, este método comparativo de largo alcance es esen- cialmente un procedimiento de inerpolacin de curvas evoltivas. Su postulado, al igual que [a conciusi6n que siempre sleanza, es 1a un ‘dad fundamental del esp humano o, si se prefiere, la monotone, Ja asombrosa pobreza de recursos inelertuales de que ha dispuesto 4s humanidad en el curso de su historia y particularmente [a huma- ‘dad primitiva en los tiempos en que, por hablar como Sir Temes Frazer, «elaboraba, en su simplicidad primigenia, su filosofie de Ia vida Existe sin embargo ota apicacion del procedimiento de fa com- paracién: el estudio paralelo de sociedades vecinas y contemporé- peas, constantementeinfluidas entre sf y sometidas precisamente en ea6n de su proximided y de su sincronismo ala accién de Ins mis mas causas en su evolucion y que psreialmente tienen, al menos, un ‘origen comin, En historia propiamentedicha, esta aplicacin del mé- ‘odo-comparalive serfe-ab-epetealonte deemed ‘ejemplo, de la lingisticaindoeuropea), mientras que la historia com- Parada en modo extenso se crresponderta, poco ms o menos, con la lingiitica general. Ahora bien, ya se trate de historia o de Lenguaje, todo parece indicar que de las dos tipologies que offece el métode ‘comparativo, la que presenta un horizoate més limitado es tarabign cientificamente la mas rica. Se trata de una tipologia mucho més ca- pecilada para realizar rigurosa clsifieacionesy entcar las relaio~ res existentes y que, al mismo tiempo, parece permit la posibilidad e aleanzar conclusiones que, ala vez resultan menos hipotéticas y rs precisas". Esto es, al menos, lo que voy a intentar esclarecer en canoer aco Ie porn, ee des execs ete ‘ons sane choo ax mata are mains cts cons NS? Ea nel ede ls czas rnin es de mes sy ‘eas on ian srg ean on cpa No exe sina ar qu lis tied nto gu et imei eer aes oS {tue «as seta opal ue a eT dere ier oo ln ‘ute els ticonyarl ez ins ty como ern oxen Satpal, pean aa i eos le ‘Sn pope aor pon iodo pec el niodo compra pen Fecrcoames, ogo inp qsborn en d e eaadearen aingoe 7 las siguientes paginas, ues Ia compsracién que ls propongd institut nite las diferentes sociedades europeas, sobre todo ente las soci - clas existenes a pare de on mismo punto de pate tanto de las ci ferencias originales como de aquelas oes que son resultado de wna GUE Ha SegUIO Caos diferentes, En el eneahezamicnto de una obra dedicada a poner de manifesto al desarolo particular ‘ue las Ienguas germénicas presetan dentro de conju de las len- uns indocuropeaso, Meilletproponia, muy ingenuamente, que una de las tareas esenciales dela lingtistca comparada consistfa en rea- liar un esfuezzo continuo por «poner en evidenca la criginalidad de las diferentes lenguan»™ Del mismo modo, le historia comparada 3 debe dedicar a buscar la soriginalided> de ls diferentes sociedades. ‘Noes preciso indcar que apenas existe un trabajo més delicado que te, i tampoco una necesidad més urgente que la realizaciGn de una comparacin metédica. La cuestién no s6lo radica en determina en lineas generale que dos objetos sean ono difereates, sino tambign en cestabicoer~y és es una necesidad gue, af mismo tiempo, es mucho 1s cific! pero también mis interesante los asgos precisos que los distinguen y que evidentemente implica como prince paso ue am- hos sean contemplaio por separa. 's preciso, ane todo, que el tereno sea liberado do todas sas fl- ss similitudes que con mucha frecuencia no son més que simples ho- ‘monimias-Sin embargo, éxee3 un races0 que no lo seneral resul- ‘amy isidiso, ‘Con mucha frecuencia, se ha tratado a vilanage inglés 6e 103s slo x x1¥y XV y ala servdumbre francesa como 8 fuesen equ ‘lentes. Une mirada répide a ambasinstituciones parece que 20% permite Gescubrr con facldad la existencia de certassimlitides. El sietvo y el villano son considerados, tanto por los jurists como por In opinibn ptblica, como privados de aitertados a est titulo son ¢2- lias, en eer textos latinos como ser [ls eseritores ingleses, cuando Se expresan en francés, a0 dudan en utilizar la palabra sery (Giervo) como sindnimo de villain (illano, aldeano)); por sitio, ¥ ‘en vrtud precisamente de exa fal de wibertade y desu nombre sex ‘il fos ingividuos culos no dudan en asinilartos con los exclavos ro- ‘manos. Pero la insituciOn del villainage es, en eealidad y de hecho, espeeficamente ingles. Como muy bien he mostado Vinogradot en ‘una obra que ya se a converido en todo un clisico en nuestros dies™, 1 Gee dre das gue grmaige, 19,9. > Vilage Engin, 098 asco see ee sain cose car expansions desoni o aaieeo Ile (ve, por uate Falck y Malan, The Minor of xgish La 3 oe, 7350 12a) prapresn rnle tape que cn ‘la nose pe: ef tena ego de pst 129 Jos rasgos originales de villainage e derivan de la evolucisn,total- ‘mente particular, del medio politico en que naci. En [a segunda mitad del siglo 2a y con bastante anteroridad, por tanto, con respecte a sus vecines de Franeia, los eyes ingleses const guleron que todo el pats recononiese i autora de SUS WABURITES Be Justicia, Sin embargo, sia precocidad también two su precio, La or- fganizaciéa de ln sociedad, tal y como entonces se encontraba const- lida, impuso a ls jueces reales un limite que nunca se atevieron & rebasar basta finales de la Edad Mediz: se les prohibiaintervenit ea Tas relaciones entre ls sefioresy Tos individuos que tenfan tierras de aguéllos en villanage, es decir, con carga de cénones y sobre toda de Corveas; cargas que en ambos casos se habfan fijado de aewerdo con Ja costumbre del manoir (nombre con que se canace al seforo en In- slater). Estos arendataros se encontraban en condiciones muy di- ferentes Sepin son origen: unos -los vllanos propiamente dichos eran considerados come libres pues s6lo dependian de su sefor en ‘azén de su tenura, por su perenencia ala villa; oltos =reri,nativi— estaban unidos al senor mediante un vino personal y hereditario ‘que en esta época se consderaba como une marca de Servidumbre Pero todos, cualquiera que fuese su estatuto tradicional, se enconta- ‘banal margen de lajurisdiccién real; en las relaciones cou ss se0- es (y nia y exclusivamente en lo que a éxtas respect) se eseupa ban por completo a Ia accién de os wibunales del Estado, como cconsccuencia de ello al derecho aplicado y elaborado por ests ti banal, la Common Law del reno. Ast pues, al largo del siglo x1, ¥¥ como consecvencia de esta caracteristica coma a todos ellos, n0 pocion recurnir alos wribunales del rey; el resultado de eta siuaciGn, ‘como se pdiaimaginar, fue muy importante y al mismo tiempo per- judicial para estos indviduos: todos eos, a peser de sus difereacias de origen,tendieron a amalgamarse en una Gnica clase. Los juristas se encontraron con muchas dificutades a a hora de intentar defini & este nuevo grupo, constiido a partir de elementos muy dispares, y Tlegaron aia acordar, con bastante celeridad y en un lenguaje que les resultaba muy comiente, que so se reservaba el nombre de libres aquellos individuos que, ene todos los sometidos al ry, ae encon- ‘raban ante cualquier contingeacia baj la proteccién de los tribuna- losreales, sta fue, por tanto, una eoncepeién totalmente novedose de Ja libertad. BI viliain de Epocas anteriores, es dec, el erendatario vejen depts on gets ede en wet pope to nt ‘Pais eb, pono 9S). Ls pcan dena trans Sox copies, por le dens et agar qu ene costco cde puro, si se le puede lamar af, dej6 do estar encuadrado ente os beri hominesy pas6 aser confundide con el servurherediaria elma tivus, debido a que estaba, al igual cue aqul, prvado de todo recur so anie In justicia real. Fue asi como fos dos términos, villain y Sse7vus,pasaron a se tratados como sinGaims, proceso que casi taba completado hacis el tio 1300. Del mismo modo, algunas de les ccargas de carcteresencialmenteservil -principalmente los derechos sobre el matrimonio que en principio solo debian de haber pesado sobre la descendencia de los antiguos servi, fueron extendiéndose progresivameate, al menos en muchos seferos,a todos Ios villains, fen el nuevo sentido dl ténmino. Esta especie de contagio, muy fe ‘ene dentro de Iss sociedades medievales, se opec6 en eso caso con una gran faciidad; la asimilacin fue sn dca abusiva, pero sus vic timas dificilmente podian protestar con efieacia ane esta sitcacién pues por definicién silo se podfan quojat ante I justciasefioria, es Gecir, ante e! benefciaio de oste abuso. Muy pronto pasé a admitir- se que el villainage, al igual que la antigua servidumnbee, también transmitfa mediante la sangre. Esta tendencia a a heredabiidad est ba perfectamente de acuerdo con las tendencias generles de Ia 6p ce yen este caso ademés se vi preipitada por una cireunstancia con rela. Se podia dar el caso de que ocasionalmente un individuo que gozabe de uns posicién social elevada aduiriese una fenuta en ¥i- ainageLa-tietra, sometida actos cuavas mans, on todas las cargas © incapacidades que anteriormente Ia habfan afectado y que evidentemente eran conocidas par quien a adit sobre todo en lo que respecta ala privacin de cualquier ipo de de. echo de proteccin fren sl seior por parte de los tibunales reales. Sin embargo, results muy diffeil que el detentador ~muy posible- ‘mente un grande de Ia época~ se pudiese legar a plantar la intro ldvecién del nuevo posesor dentro dela categoria de os no libres. Asi ues, se hacfa nevesaso eintroducir una distincin entre Ia condicion ‘de Ja terra y la det hombre, por lo ques estableci6 que s6lo se con sidraris como villains a los dascendiontes ~pero, eo sa todes los sescendientes- de Jos primitivos arendatarios. De este modo se cred ‘una casta nueva y muy humilde que esenciaimente se definfs me- diante una caracteristica de derecho pblico que a los teéricos les gustaba expresar del siguiente modo: el villao es sirvo a eselavo cence ye aan std lr eos Ma [Hohe s br pr cope a comin ea prc. eacinens inj cl Zo hp rer Vets mel donc pve sss Sis ansatcone sean der eos tebe mine cause dein vere {ore de epreenacens populism son ccarets pore co ee oe ‘ia ass vermoe opts le evs vas) unspn sin cs ones rey {servus) con relacin a su ser, lo cual bien entendido, quiere decie {que elue él y su seforno se inteponia nadie, nk incluso el rey En Francia, en cambio, nunca se produjo nada parecido, Aqut, os progresos de Ia justicia real fueron mucho més tardies que ex gla terra y tuvieros lugar de una manera completamente distin. No hhubo grandes ordenanzas legislaivas, del po de las de Enrique I de [nglatera, ni tampoco une clasiicacdn rgurosa de los medios que se ofteefan a los pleiveantes por parte de las cores reales (los writs in- flesos) Las geates del rey, en una época mucho més temprana en Francia que en otros lugares de Europa, provocaron estos cambios mediante toda una sere de invusiones que con mucha frecuencia ni siguiera fueron premeditadas y que provocaron, en todos aquellos lu- gates en que 8 produjeroa, el aflanzamiento progresivo del poder ‘eal sobre todo el pais. Pero sus conquistas, debido a su propia lent {ud ya que al menos ea principio no estaban guiadas por ningun plan {eérico, legaron a tener una penetracién social mucho mayor. La ju- riidicei6a serial, amalgama de poderes de orien muy divers, se textendit tanto en Francia como en Inglaterra sobre grupos muy dife- Fentes de dependientes (vasalls militares, bugueses, arrendatarios ibs, sierves) a los que la monarqua francesa trat6 como 4 un too. Los ibunales reales permiteron o retaron a tao cual ser el de recho ajuzgat un tipo u otro de proces; inssteron, 0 no, sobre el e- teanocimiento dal derecho de spslacién, pero todo ello sin hacer, de tntrade ninguna distinién eno [os individves sometidos al serio: do tal modo que el jez rea fue progresivamente inmiscuyéndose en- tue el seflor y su arrendatari. No existe, por ello, ezén alguna para «que se asimile al servo libre con el arendatario que también se ‘aba villano en Francia; aqu esas dos categoras de individu sul Sistieron, una junto a otra, hasta el final de esta época. El siervo Francés de incios de! siglo x1, el servs, nativus 0 theow inglés de la misma época, babfan pertenccido, todos ellos, a condiciones jure chicas vecinas, por lo que es totlmente Heit que sean tetadas como dos aspects de una misma instiucign gue en Inglaterra ademas dio lugar 4 la formacién del villainage. Pero es aqu, precisamente, don- de termina todo posible paralelismo. El siervo francés del siglo xv el vllano o el servo inglés de Ia misma épaca son dos clases tota- ‘mente diferentes. Es muy posible que la realizacién de una compara- cin entre ambos reslte muy til pero eon el objetivo, en esta oca- 16, de marcar los contrastes cue existen entre ambos y a través de J euales se expres la asombrosa apasicién gus existe entre Ia ever Join de las dos naciones™ = Zs wn fom, mao msl alsin. ay pote ae since or see rene, tc rr oer ele eo 12 ~iberiad de aquellos que, Profundicemos afin ms en los detalles de la eomparscisn. Batre las infinitas modalidades que presentaban los derectos reales de las safforos ingleses de los sighos xu y xv no siempre resulta senei= Io legar a precisar con total seguridad aquellos que se debian de teauraenvillasage y que, por ello, tenfan {que ser ciudadosamente separados de la masa, enormementeconfusa, de las tenuras a que se reservaba el epieto de libre. Se haa indi ‘pensable, por tanto, llegar a esablecer de comin acuerdo cieros ci terios, apenas establecides, que eyudasen a determinarcuéleseraa las tierasy, en consecuencia, cules eran, al menos en origen fos aren dataros Tos que Is justia det rey, desvaneciéndose ante la justia sefrial, renunciaba a conceder proteci6n. Preocupades por aclarar estos erteios, los jurists ereyeron encontrazlos, en cierlas ocaso ‘es, on In nturaleza de ls servicios que pesaban sobre la titra, As 8 logs a establecer la nocion de «servicios villanoss y 2 acorda como sintoma de este tipo de servicios & la corvea aaricola, cuando ta comportaba la prestaci6n de un gran nimero de dias de trabajo y Sobze todo cuando existaciertaindeterminacin tanto en el montan- te de Ins jornadas feciltadas como ea el empleo de las mismas que, en ambos casos, se dejaban alarbitrio del seo; también se adnati, ‘de modo general, que la obligacin de cumpli la funcién de jefe de aldea (el veeve, nly similar al siaroste con el que nos ban familie zado las novelas rusts) debin de consderarse como una manche en Ia mo conseciencia de su tenure, se veian forzados a aceptar, de mejor 0 peor grado, esta pesada carga. Al est blecer estas normas, los tedricos y Ios jueces ingleses no estaban in ventando nada nuevo, sino que simplemente adecurban sts docisio hes 2 una serie de representaciones colectivas més © menos ‘confusamenteelshoradss desde hacta mucho tempo por Ia sacedta ‘medieval, (anto por fa del continente como por lade la isla. La ides de que los trabajos egrcolas eran incompasbles con Ia libertad rs- ponde a une serie de Viejas inclinaciones del alma humana; esa idea tevin engds eon ccc denen tte pete Tele Po tera, 90 sarge goa. oan eae nS tgs se ‘ir deta, Ea ex ppd tn ris de Durtein (nde occ nat econ cn pests ern ep o aa, oc yan, cet ambiiedule es gee cos much cscs Sores al serine as con eed carne coo ero pe. se exprestba, en époce birbara, mediante las palabras opera servilia {que con mucha frecuoncia se ulilzaban pars designar a este tipo de fraojos. La ides de que el servus difiere del arrendataio libre por el ‘cardcter indetorminado de las corveas& que se encuentra sometide, y ‘que nace del contraste original entre Ia esclavitud yf colonato, ja Fabia tenido muchs fuerza en la Galiay en la Italia croligias yn ca leg a desaparecer por completo de elas. De hecho, en la Francia, de los Capetos, se denaminabs «franchises» (exenciones o iberacio- nes, por ser mucho mis files ala elimologia del texto francés) alos prvilegios que liitaban y sobre todo fjaban las eargas de los cam pesinos, sin legar a suprimirles. Por lo que respects a la obigacién 3 Soeptar del ser, y con independencia del conjunto genera de Its ‘corveas, un servicio especializado en concrato cuyo establecimiento se dejaba a su voluntad (obligacion que, en Inglatera, estaba restrin- {ida a Ia FunciGn de reeve) en muchos lugares de Alemania s6lo se Podia imponer a individuos de condicién no libre; en Francis, en ‘eambio; se tata de una nocién macho menos genevalizada que sia embargo ha dejedo algunos indicios en la documenteciGn, sobre odo eel siglo xin", Pero en Francia (por fmitarme slo ela estas ideas, fe conjunto, inca ofrecieron los elementos tpicas de unt constzuc™ cin juridica precisa. En realidad, en Francie fue una de estas ideas (quella que ponta de relieve el cardcterdegradante que se vinculaba con las labors agriolas) la que, por separado, se uli desde el 8 slo xiu para marear con mayor claided ie separaci6n ente las clases Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurri en Inglaterra, no sirvié para doterminar las diferencias exstentes enre los libres y los no li. bres, sino que se la mtliz6 como uno de los rasgos que permitian dis- tinguir al noble (el cual estaba probibdo «rebalarsen l ser conside- rado el trabajo manual como una forma de degraducion) de esa rmutkitad de-no nobles que siempre, y cada vez en mayor nimero, ccomprendla a personas 2 las que resulta imposible llegar a pensar cen negarles su wbibertado, No obstate, también en Francia parece ber existido la tentacin de caraterzse, como vimos que ocutra en Tnglatera, al no libre mediante e recurso a las paricuaridades de los servicios a que se encontrsha sometide, El sentimiento popular francés parece que no siempre fue ajeno a este tipo de represeatacio- 28 asi, por ejemplo, vemos como hacia finales del siglo x en Go- nesse,cerea de Paris, cierlos arrendatarios eran tratados como siervos or sus vecinos porgue estaban sometidas a ciertascorveas expecia- es, sobre todo ala obligacion de escoltar alos prisionros, stvidad ‘que se considerabs deshonrosa; sin embargo, estos indviduos eonst- * Fa ind on asad, ae ep, snes come, Ren trier 14 guieron, con mucha facilidad, que el rey les reconociese,juridica- ‘mente hablando, que su libertad no era en modo alguno diseutble™ En niuguna ocasion, ningin hombre de ley ni ningén tribunal francés tuvieron que recur a un erteio basado en los servicios prestados para detinir aT servo. Nos encontramos, por tanto, ante uno de os a= [ectos mis sugerents que pueden presentar ls dvergencias entre dos Sociedades emparentadas; ambas partes nos ofrecenciertastendencias Similares que, ea una de elas, se nos manifiestan muy poco dierer ads, poco defnidesy desprovistas de cualquier ipo de sancién of ial, por Toque se pierden dentro de esaconfuss masa de ideas y de sen timientot que se denoming opinién pblica, mientras que, en la ots, alcenzan una gran difusia y foman cuerpo en toda un sere insite cones juridieas que tienen unos cantarnosrigurosamenteestablecidas, ‘Conviene que adn nos detengamos por un instante en Ia historia de las clases denito de las sociedades medievales; ningin estdio re- sulta més apropiado para llegar a descubrir a existencia de profun- das discardancias ente esas sociedades, tan profundas,« decie ver- ‘ad, que nos liegan a resulareasi inexplicable y que nos obligan a ‘qe, at menos por e! momento, simplemente n0s lanitemos 2 cons- tata, ara comenza,situémonos en Europe central y occidental durante tos siglos x y x. La idea de que el nacimiento implicaba Ie exisencia de mumexnss diferencias, concepto comin a casi sods Ins épocas, ain Se encontabs presente en la conciencia colectiva. En 987, y pura jus liar el pronuncitmiento exclusive conta Carlos de Lorena, candi dato al trono do Francia y lettimo heredero do los caolingos, ela obispo Auberon -, si se prefiere, e histriador Richer al pone bajo autora del prado un discurso, quizé creado en su toalidod para tl ‘ircunstancia pero acorde, en todo, con las ideas de I épocainvoce ‘ba el matrimonio contraido por el pretendiente con una mujer de rar 40 inferior al suyo que pereneea ala elaso de Tos vasallo, Ningin Lijo de cabsllerohubiese aceptado en esa época al hijo de un ser¥9, 9, incluso de un villano, como a un igual. Sin embargo, es preciso que a0 ros confundamos: la herencia, en tanto que creadara de derecho, s6l0 tenfa en estaEpoca un poder muy debi La sociedad an no estaba fo. mada mediante un esealonamiento de casas diferenciadas por la sa 7, sino sobre todo por medio de un conjunto muy enmarafado de grupos basados en Is relaciones de dependencia;reaciones de pro- teocién y de obediencia que se concebfan camo los vinculos mis fuer afer nin Lr, ODS 95 an prt eh come el ee 135 {esque se podian llegar a imaginar. Enel caso de Carlos de Lorena re suite preciso que prestemos atenciGn al giro mediante el que el argu ‘mento de Auberon se insinga deforma espontanea. De entra, y sin Fc pro nk seid ori as releases de mann cor mate reso wens en al oon 8p sts ts ech 37 Los redactores de Iz documentacién contemporinea ya no evaldan In amplitud y extensiGn de Jos seforfos mediante el recuento del ni- ‘mero de mansos que contienen. Los censers, 0 listas de los eéno~ nes percibidos por el sefor, ya no se contentan, como ocurtia en épocas anteriores, con enumerar los mansos, sino que ahora proce: dden realizar una detallada enumeracién de eada porcién de terra fo de cada individuo, y todos estot cambios se deben a que ya no existen las fenuras de ingresos fijos. El eampo, los vifedos 0 el huerto se pueden repartir ndependientemente entre diferentes here- deros y compradores. En Alemania, por el contrario, la Hue, cuya fragmentacién ain estaba prohibida,siguié siendo ia base para la pereepcion de rentasy servicios en la mayoria de ls seRoris; tam- ‘ign aqut,ésta scabs desapareciendo, poo lo hizo mediante un pro cceso mucho mas Jento y por Io general mas de derecho que de he- cho, pues los sefores alemanes siempre buscaron, hats el final del régimen seforial y mediante los ms diversos medios, el manteni- ‘ionto del principio de indivisibilided de las tenura;intentas que por la que parece fueron totalmente desconocidos ene sus colegas franceses. Este contraste ya parece datar de época muy antigua pues ‘| desmoronamiento del manso en Ta parte occidental del aniiguo imperio franco ya se encuentra atestiguado desde el reinado de Car Tose] Calvo®. No deseo investigar aq las razones de ext proceso, pero pienso quo se debe reconocer que toda historia rural francesa ‘ alemana que deje de lado esta cuestién niega uno de los aspect ‘esenciales de su labor. Si sélo se considerase uno de estos dos pat ses, la muerte del manso en Francia y su supervivencia en Alem nia corte el riesgo de aparece: como un fenémeno completamente natural que no necesita ser explicado. Sin embargo, mediante Ia comparacin llegamos a conocer la existencia de un problema, ¥ esto, como resulia necesaro indicat, es an gran servicio, pues no hay nada mis peligroso, en cualquier orden dela eiencia, que la ten- taciéa de encontrar que todo es enatural. ‘oot nan md campon sis dad a mas nvr en Sy pee conn ey. nes 9 on esa ave ssn sacs done gu) i seman pvr a {tin separ erin more sso as 1 gph 273.230 (itp 33). Seas end eco etc 0 kn defor Gres de oes (is, fre) asd apes pe ‘Sari elo ear re sur fc ¥en pt oe 8 vu En la actual, a lingstica commparada puede plantearse como una de sus creas esencales la puesta de manifesto de los rsgos oxi- ‘inal de las distnias lenguas. Pero en realidad su principal esfver- 20 se ha orientado, ya dosde sus inicios, hacia un objetivo totalmente Gistinto; la doterminaion de los parentescos y de ls liaciones entre las lenguas, es deci, Ia blsqueda de las elenguas madres». La deli- ritacin del grupo indoeuropeo orginal y la reconstrucci6n, sin dda alguna hipoterica pero besaéa en conjeturas seguras, dl windocuro- peo» orginal en sus rasgos fundameniales son algunos de los tiun- fos més billntes de un mtodo completamente basado en la compa- ‘ici6n, La historia de Ia organizacida social se encuentra a este ‘especto en una situaciGn infinitemente mucho més desfavorable, poss una lengua presenta una estructura mucho més uniforme y fécit de defini quo lade cualquier sistema de instituciones, ce ala rela- tivasimplicidad del problema de las filiaciones Tingstica. «Flasta el momento ~afirmaba Meillet- no se ha descubierto ningtin caso que fos haya lievado a pensar que el sistema morfol6gico de una lengua ‘eterminada es o! resultado de la mezela de morfologias de dos len sus distintas, En todos Jos casos estudiados hasta la actualidad exis te ina tradicin continua dentro de una lengua», ye sea esta tradicion ssdesipo.corrente:trnsmisiéa dala lengua e103 vigjos os Jove hes» ol resultado ade wn cambio de lengua». Pero supongamos que fen un momento determinado se llegan a descubrir ejemplos de ests ‘enémeno que en la acualidad nos resulta desconocido: «auténticas imezclas» cote lenguas. Ese dia ~y sigo citando a Meillet «la lin- iistica se verd obligeda a elaborar nuevos métodos»”, Siesta teni- ble hipétesis de Ia emezcla» legase a tener lugar dentro del campo , hasta hace poco tiempo muy me” hospreciada en Ins descripeiones dp la sociedad medieval, tanto en Francia como en Inglaterra; o los derechos de justicia, presentados cn fos diferentes patses de acuerdo a clasificaciones totalmente die rente, Planteemos Ja posibilidad de que un historiador llegue a pre ‘zantarse si una insttueién o un hecho determinado de su pasado na- ional también se encuentran en otros pases 0 lugares y's, en caso de que ast haya sido, lo he hecho con ciertas motlificaciones, si ha Sufrido un paréa en su desarrollo o cul ha sido su extensién. Con ‘mucha frecuencia, nuesto historiador no pod egar a satistacer su Tegitima euriosidad, pues al no descubric nada sobre esas cuestiones en las obras dedicadas a otros pases que la consulado puede le- fara pensar ese silencio bibliogiico se debe explicar como conse- tuencia del propio silencio de los hechos o porque el problema ha sido olvidado. Creo que uno de los objetivos de este Congreso es la recon cin de los pueblos por medio dela historia. Pero no teman, no voy & hablar aq y de forma totsimenteimprovisada,sobce un tema tan de- licado, La histori comparada, tal y como yo la coaeibo, es una dis ciplina cientfice que se orienia hacia el conocimiento y'no hava La prictica, No obstante cul es su opinidn con respecto a la reconci- Fiacién de nuestas terminologies de investigacin? Diijémonos, = primer lugar, los autores de manvales generales; su papel come in- formadores y como guies es primordial. Por el momento no Tes va ‘os a exigir que abaadonen el Ambit nacional en que por Jo general % Qantas nnd an eaten pesmi ab de tote sone ala gue Alenede ma xa [ee dosnt enon ncn inn: , Yon Blo. vende ‘Margene Vertue fr Scan Wrst, 193. 146 se encieran; se trata, evidentemente, ée un marco artificial que les viene impuesto come consecuencia de ciertas necesidades pricticas, Con relacin a este tema, [a ciencias6lo puede llegar a una adapla- cidn més justa alos hechos de forma totalmente pevlatina. Pero les soganios, ya desde eie mismo momento, que no olviden que también van a ter leidos fuera de sus froteras, Les suplicarnos, a igual que ya hemos hecho # los autores de monografis, que tanto a la bora de Planiticr su trabajo como ene planteamiento de los problemas ata far 0 en la terminologia utlizada, se inspren en las ensehanzas que Jes proporcionan los trabajos realizados en ots paises. Solo asf, me diante el recurso a uns buens voluntad mutua, se puede llegar acon tituir progresivamente un lengoaje cientifico comin ~en el sentido culto dela palabra, como coleccin de signos y orden de clsificacién al mismo tempo. La historia comparada con plena libertad para ¢o- nocer y para servi, animard.asu vez alos estudios locales, sin Jos que ella nada puede hacer pero que tampoco podria legara nada tin ell, n una palebra, dejemos, si ustedes ast 1 quieren, de conversa eter- rnamente de historia nacional a historia nacional sin Megar a cot rendernos. Este didlogo de sordos, en el que cada uno respond a as Dregunias del ot sin dar una a derechas, es un viejo artificio de co ‘media que, cuando esti bien construida, puede zesultar muy til provocar a rsa de un pablicodispuesto advertise pero que, on cam= bio, no sesulta muy secomendable come sjercicia intelectual 7

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