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SUCESIONES.

UNIDAD I
DERECHOS HEREDITARIOS.

El Código Civil comprende tres grandes partes para el


estudio del derecho hereditario:

a).- Sucesión testamentaria.


b).- Sucesión legítima.
c).- Disposiciones comunes a las sucesiones
testamentaria y legítima.

Para entender el derecho sucesorio es importante conocer


los sujetos del derecho hereditario, es decir qué personas intervienen en
todas las posibles relaciones que puedan presentarse tanto en la
sucesión legítima como en la testamentaria.

a).- En primer lugar siempre se alude al autor de la


herencia, dado que éste desempeña un papel activo como testador al
dictar sus disposiciones de última voluntad, asumiendo en este sentido
la función de un legislador respecto a su patrimonio. La voluntad del
testador es suprema ley en las testamentarías, salvo excepciones de la
ley.

En la sucesión legítima, el autor de la herencia sólo


interviene como término de relación para la transmisión a título
universal que se lleva a cabo a favor del o de los herederos.
En ambas sucesiones se extingue, por la muerte, la
personalidad del autor de la herencia, pero al transmitirse su patrimonio
a título universal o particular a herederos y legatarios, evidentemente
que podemos considerar al de cujus como sujeto del derecho
hereditario.

También el autor de la herencia es sujeto pasivo del derecho


hereditario por lo que se refiere a la obligación que tiene de dejar
alimentos a su cónyuge supérstite, descendientes, ascendientes,
colaterales y concubina en los casos términos y proporciones que la ley
determina.

b).- El segundo sujeto en el derecho sucesorio, es el


heredero.

El heredero es un adquirente a título universal de los bienes,


derechos y obligaciones que no se extingue con la muerte del de cujus.
Su responsabilidad siempre es a beneficio de inventario, es decir
responde a las deudas de la herencia hasta donde alcance el valor de los
bienes y derechos que integran el activo de la sucesión.

El heredero es el eje central del todo sistema sucesorio,


pues continúa todas las relaciones jurídicas activas y pasivas del de
cujus.

c).- Los legatarios son otros sujetos del derecho


hereditario, por cuanto en su carácter de adquirentes a título particular
reciben bienes o derechos determinados y asumen una responsabilidad
subsidiaria con los herederos para pagar las deudas de la herencia en el
caso de que el pasivo de la misma sea superior al monto de los bienes y
derechos que transmiten a aquellos. Cuando toda la herencia se
distribuya en legados, los legatarios serán considerados como
herederos.

d).- Los albaceas, cuya personalidad interesa como


órganos representativos de la herencia y ejecutores de las disposiciones
testamentarias, son otros sujetos del derecho hereditario.

Los interventores desempeñan un papel de control


respecto a ciertas funciones del albacea y, actúan para proteger
intereses determinados de ciertos herederos, legatarios o acreedores de
la herencia.

Se ha dicho que la herencia no es una persona física, sino


una copropiedad hereditaria. Son los herederos los únicos, como
adquirentes a título universal de todo el patrimonio de la sucesión,
quienes representan como sujetos activos o pasivos, todas las relaciones
jurídicas que se referían al de cujus.

e).- Los acreedores de la herencia intervienen como


sujetos activos del derecho hereditario y todas las normas de esta rama
tienen por objeto garantizar el pago de las deudas hereditarias dentro
del patrimonio de la sucesión.

El beneficio de inventario protege a los herederos para no


resultar afectados en la parte insoluta de las deudas, si hubiese un
déficit patrimonial en la herencia.

h).- Los deudores de la herencia desempeñan un


papel de sujetos pasivos, sin que puedan valerse, para disminuir su
responsabilidad patrimonial, de la circunstancia relativa a la muerte del
autor de la sucesión. No les puede beneficiar ese acontecimiento, pues
su obligación y su responsabilidad se mantienen idénticas.

i).- Los acreedores y deudores de los herederos y


legatarios en lo personal, son tomados en cuenta por el derecho
hereditario para regular la separación de las relaciones jurídica activas y
pasivas de la herencia, con las relaciones jurídicas activas y pasivas de
carácter personal de los herederos y legatarios es decir, los acreedores
de los herederos y legatarios no pueden ejecutar en bienes de la
herencia, dado que ese patrimonio está afectado preferentemente al
pago de los acreedores hereditarios. Solo que exista un remanente,
cabrá la ejecución de los acreedores personales de los herederos o
legatarios, sobre el activo líquido que ingrese definitivamente al
patrimonio de estos últimos.

SUPUESTOS DEL DERECHO HEREDITARIO.

a).- El primer supuesto del derecho hereditario es la


muerte del autor de la sucesión. Solo hasta el momento de la muerte se
actualizan las consecuencias que de manera potencial estén contenidas
en el testamento o en la ley, en el caso de un intestado.

Los herederos y los legatarios tienen una simple expectativa


que no puede convertirse en derecho adquirido, sino hasta el día y hora
de la muerte del de cujus.

Los elementos esenciales y de validez del testamento, se


rigen por la ley vigente en el momento de su otorgamiento. La condición
de herederos y legatarios, se rige por la ley vigente en el momento de la
muerte del de cujus.

b).- El testamento, es un acto jurídico personalísimo,


revocable y libre, por virtud del cual una persona capaz dispone de sus
bienes, derechos y obligaciones a título universal o particular,
instituyendo herederos o legatarios, o declare y cumple deberes para
después de su muerte.

El papel del testamento como supuesto jurídico del derecho


hereditario es fundamental para que opere la voluntad del de cujus.

c).- El parentesco, el matrimonio y el concubinato


son supuestos especiales de la sucesión legítima que combinados con la
muerte del autor de la herencia, operan la transmisión a título universal
a favor determinados parientes consanguíneos, cónyuge supérstite y
concubina, en ciertos casos. También se requiere una condición
negativa, que el autor de la herencia no haya formulado testamento.

Dado el libre sistema de testamentifacción, el testador puede


excluir de la herencia a sus parientes consanguíneos, al cónyuge
supérstite o a su concubina, debiendo sólo dejarles alimentos en la
porción, grado y términos que determine la ley.

d).- La capacidad de goce de los herederos y


legatarios es esencial para que puedan adquirir por herencia o legado.
La ley en principio considera que toda persona tiene capacidad de goce
para heredar.
e).- La aceptación de herederos y legatarios es un
supuesto jurídico en la sucesión legítima para los primeros, cuanto en la
testamentaria para ambos, que solo tiene como consecuencias hacer
irrevocables y definitiva la calidad de unos y otros, así como evitar la
prescripción de diez años por no reclamar la herencia. La aceptación
puede ser expresa o tácita.

f).- La repudiación debe ser expresa e implica un


acto jurídico formal que requiere se haga por escrito o por medio de
instrumento público ante Notario, cuando el heredero no se encuentre
en el lugar del juicio.

g).- La toma de posesión de los bienes objeto de la


herencia o del legado no producen consecuencias en nuestro sistema
hereditario para adquirir el dominio o la posesión originaria, pues ya
hemos indicado que estos efectos se producen desde el día y hora de la
muerte del de cujus.

El albacea es un poseedor derivado que detenta los bienes


en nombre de los herederos y legatarios.

h).- La participación y adjudicación de los bienes


hereditarios opera una doble consecuencia consistente en producir un
efecto declarativo en cuanto al dominio indiviso y traslativo de
propiedad, en los que se refiere a las porciones que se apliquen a los
herederos.

El efecto declarativo de propiedad consiste en reconocer que


el dominio se transmitió a los herederos desde el día y hora de la
muerte del de cujus. A su vez el efecto traslativo de dominio se refiere a
la porción que concretamente se determina en la partición de herencia y
se adjudique en propiedades exclusiva al heredero.

CAPACIDAD PARA HEREDAR.

Por regla general, todos los habitantes del distrito y de los


Estados, de cualquier edad que sean, tienen capacidad para heredar y
no pueden ser privados de ella de un modo absoluto.

INCAPACIDAD PARA HEREDAR.

a).- Son incapaces de adquirir por falta de


personalidad, los que no hayan sido concebidos a la muerte del autor
de la herencia o bien, los que habiendo sido concebidos no nazcan
viables.

Esta incapacidad no abarca a las personas que nazcan con


posterioridad al testamento durante la vida del autor de la herencia;
puede, por consiguiente el testador dejar sus bienes a los herederos que
nazcan de determinadas personas durante su vida.

b).- Incapacidad por delito.- Esta forma de


incapacidad reviste distinto casos; en general se puede decir que todo
delito cometido contra el autor de la herencia, sus ascendientes,
descendientes, cónyuge, hermanos, origina capacidad para heredar y,
además, todo acto inmoral que demuestra una conducta reprobable
contra el autor de la herencia, sus ascendientes descendientes, cónyuge
o hermano.
c).- Presunción de influencia contra la libertad
del testador.- Dentro de este caso se comprende una incapacidad
especial para el médico que asistió al testador, siempre y cuando éste
haya hecho su disposición testamentaria en la época en que fue asistido
por el facultativo.

d).- Presunción de influencia contra la integridad


del testamento.- Se considera que se ha violado la integridad del
testamento cuando se instituyan herederos al notario o a los testigos
que intervinieron en el testamento, a no ser que sea herederos
legítimos.

e).- Por razones de interés público.- Dentro de


esta incapacidad quedan comprendidos los ministros de los cultos para
heredar a otros ministros de algún culto o bien para heredar a terceras
personas siempre y cuando no tengan parentesco dentro del cuarto
grado.

Para juzgar la capacidad o incapacidad para heredar, se


toma en cuenta el momento de la muerte del autor de la herencia; y en
él se necesita ser capaz. Si la causa de incapacidad sobre viene
después, no origina la imposibilidad de adquirir bienes por herencia
testamentaria o legítima, a no ser en el caso de remoción del cargo
conferido por testamento, que lógicamente solo se presentará con
posterioridad, cuando se comprueba la mala conducta del albacea, tutor
o curador.
CAPACIDAD PARA TESTAR.

Pueden testar todos aquellos a quienes la ley no prohíbe


expresamente ese derecho. Están incapacitados para testar los menores
que no han cumplido 16 años de edad, ya sean hombres o mujeres y los
que habitual o accidentalmente sufran enajenación mental, mientras
dure el impedimento; y el que se encuentre en estado de interdicción.
Esto quiere decir que la capacidad para testar es distinta de la capacidad
que en general se requiere para la celebración de otros actos jurídicos y
que se adquieren con la mayor edad. Es interesante observar que en
tanto que el hombre no puede disponer de sus bienes sino hasta que
cumpla 18 años, puede disponer de los mismos a través del testamento,
desde que cumple 16 años.

La regla es la capacidad y la incapacidad es la


excepción y debe ser probada, teniendo presente que la capacidad
depende en primer término de la existencia de una voluntad libre e
inteligente, que sea dueña de sí y que sepa lo que está haciendo. En
segundo término, depende de la edad del testador.

Hay algunas incapacidades y limitaciones para testar como


por ejemplo los que no saben leer son inhábiles para hacer testamento
cerrado y el testamento ológrafo solo podrá ser otorgado por personas
mayores de edad.

El artículo 1385 del Código Civil de Tabasco establece que la


ley solo reconoce capacidad para testar a las personas que tienen:

I.- Perfecto conocimiento del acto; y


II.- Perfecta libertad al ejecutarlos, esto es, exento de
toda intimidad y de toda influencia moral.

El testamento hecho antes de la enajenación mental es


valido.

Para juzgar la capacidad del testador se atenderá


especialmente al estado en que se halle al hacer el testamento.

También lo es el hecho por un demente en un intervalo


lúcido, con tal que se observen las prescripciones que señala la ley.

Toda persona tiene derecho a disponer libremente de los


bienes por testamento, a título de herencia o legado; pero el testador
debe dejar alimentos a las personas que se mencionan a continuación:

I.- A los descendientes menores de 18 años.


II.- A los descendientes que estén imposibilitado para
trabajar aún cuando fueren mayores de edad.
III.- Al cónyuge supérstite, siempre que sea varón
esté impedido de trabajar o que siendo mujer no contraiga nuevo
matrimonio ni viva en concubinato.
IV.- Al incubinario que esté impedido para trabajar.
V.- A la concubina que permanezca libre de
matrimonio o de otro concubinato;
VI.- A los ascendientes; y
VII.- A los hermanos y demás parientes colaterales
dentro del cuarto grado si están incapacitados o mientras no cumplan
18 años, sino tienen bienes para subvenir a sus necesidades.
No hay obligación de dejar alimentos, sino a falta o
imposibilidad de los parientes más próximos en grados.

No hay obligación de dejar alimentos a las personas que


tengan bienes; pero si teniéndolos, su producto no iguala a la pensión
que debería corresponderle, subsiste esta obligación, la que se reducirá
a lo que falte para completar la pensión.

EL ALBACEA.

Son las personas designadas por el testador o por los


herederos para cumplir las disposiciones testamentarias o para
representar a la sucesión y ejercitar todas las acciones correspondientes
al de cujus, así como para cumplir sus obligaciones, procediendo a la
administración, liquidación y división de la herencia. Son órganos
representativos de la comunidad hereditaria y ejecutores de las
disposiciones testamentarias.
La sucesión no es una persona jurídica, por lo tanto, el
albacea no puede ser un representante de esa entidad considerada
como sujetos de derecho. Tampoco el albacea puede ser un
representante del testador, pues para que haya un representante debe
existir un representado.

Los albaceas testamentarios o legítimos representan a


los herederos, a los legatarios y a los acreedores de la herencia.

Los albaceas pueden ser:


a).- Universales, los que tienen por objetos cumplir
todas las disposiciones testamentarias y representar a la sucesión
cuando son designados por el testador. Cuando es designado por el Juez
tiene la función representativa de la herencia.

b).- Especiales, son aquellos que tienen una función


determinada expresada por el testador para cumplir cierta disposición
testamentaria, ejemplo: hacer la entrega de un bien a un legatario.
Estos solo pueden ser designados por testamento.

c).- Mancomunados, son los que se designan por


testamentos o por los herederos, para que obren de común acuerdo, no
pueden actuar en forma separada.

d).- Sucesivos, son los que designa el testador para


que desempeñen el cargo en el orden que se indique en el testamento,
bien sea por muerte de alguno de ellos, por renuncia o remoción del
cargo.

e).- Testamentarios, son los que designa el testador.

f).- Legítimos, los que designan los herederos.

El cargo de albacea es voluntario, pero una vez aceptado se


tiene la obligación de desempeñarlo, bajo la sanción de pagar los daños
y perjuicios que se causen por el no ejercicio del mismo.

INTERVENTORES.

El artículo 123 del Código de Procedimientos Civiles del


Estado de Tabasco, señala que mientras no se nombre o haya albacea, y
cuando ello fuere necesario para la guarda y conservación de los bienes
de la sucesión o derechos que correspondan al autor de la herencia, se
nombrará por el juzgador un interventor, quien deberá bajo pena de
remoción, otorgar caución dentro de los diez días siguientes a su
nombramiento para responder de su manejo por la cantidad que fijará el
juzgador.

El interventor recibirá los bienes por inventario y tendrá el


carácter de simple depositario, sin poder desempeñar otras funciones
administrativas que las de mera conservación y las que se refieren al
pago de deudas mortuorias, impuestos fiscales o alimentos, haciendo
esto último mediante autorización judicial.

Si los bienes estuvieren situados en lugares diversos o


distantes, podrán nombrarse varios interventores, si uno solo no puede
realizar su cargo.

El interventor cesará en su cargo luego que se nombre o de


a conocer al albacea y entregará a éste los bienes, sin que pueda
retenerlos bajo ningún pretexto, ni aún por mejoras o gastos de
manutención o reparación.

Los interventores pueden ser:

a).- Provisionales, que son los designados por el


juez, cuando no hay albacea testamentario o no se ha nombrado en el
intestado.
b).- Definitivos, que tienen como finalidad vigilar el
exacto cumplimiento del cargo del albacea. Es decir el interventor de la
herencia es un órgano de control de las funciones del albacea a efecto
de vigilar el exacto cumplimiento de su cargo. No pueden tener la
posesión ni aún interina de los bienes hereditarios. Durarán en su
función todo el tiempo que dure el albacea en su cargo.

UNIDAD II
CLASIFICACIÓN TESTAMENTARIA
La herencia es la sucesión en todos los bienes del difunto y
en todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la
muerte.

La herencia se defiere por la voluntad del testador o por


disposición de la ley. La primera se llama testamentaria; la segunda,
legítima.

La herencia puede ser en parte testamentaria y en parte


legítima.

El heredero adquiere a título universal y responde de las


cargas de la herencia hasta donde alcance la cuantía de los bienes que
herede.

El legatario adquiere a título particular y no tiene más cargas


que las que expresamente le imponga el testador, sin perjuicio de la
responsabilidad subsidiaria con los herederos; pero cuando toda la
herencia se distribuyere en legados, los legatarios serán considerados
como herederos.
A la muerte del autor de la sucesión, si hay varios
herederos, éstos adquieren derecho a la masa hereditaria como un
patrimonio común, mientras no se hace la división; pero si el heredero
es único, mientras no se haga la adjudicación, la masa hereditaria no se
confundirá con el patrimonio del heredero.

La propiedad y la posesión legal de los bienes, y los


derechos y las obligaciones del autor de la herencia, se transmiten por
la muerte de éste a sus herederos, en los términos establecidos por la
ley. Cada heredero puede disponer del derecho que tiene a la masa
hereditaria, pero no puede disponer de los bienes que formen el haber
de la sucesión.

Desde la muerte del autor de la herencia los bienes que


forman ésta mejoran, se perjudican o perecen en beneficio del heredero
o legatario respectivamente.

CONDICIONES QUE PUEDEN PONERSE


EN EL TESTAMENTO.

El testador, al disponer de sus bienes, es libre para


establecer condiciones al heredero o al legatario.

La falta de cumplimiento de alguna condición impuesta al


heredero o al legatario, no perjudicará a éstos, siempre que hayan
empleado todos los medios necesarios para cumplirlas.

La condición física o legalmente imposible de dar o de hacer


se tiene por no puesta.
Si la condición que era imposible al tiempo de otorgarse el
testamento, dejare de serlo al de la muerte del testador, será válida.

Es nula la institución hecha bajo la condición de que el


heredero o el legatario incluyan en su testamento alguna disposición a
favor del testador o de otra persona.

La institución de heredero o legatario sujeta a plazo, no


priva a éstos de sus derechos y pueden transmitirlos a sus herederos.

La condición impuesta al heredero o legatario de que


contraiga matrimonio o no lo contraiga, se tendrá por no puesta; pero
vale el legado consistente en una cantidad destinada a cubrir los gastos
del posible matrimonio del legatario.

Puede validamente dejarse a alguno el usufructo, el uso, la


habitación, una pensión alimenticia o una prestación periódica por el
tiempo que permanezca soltero o viudo. Si el testador deja en el caso
previsto por esta disposición, una pensión alimenticia y no determina su
monto esta se fijará de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 307 del
Código Civil.

DE LA INSTITUCIÓN DE HEREDEROS.

El testamento otorgado legalmente será válido, aunque no


contenga institución de heredero y aunque el nombrado no acepte la
herencia o se incapaz para heredar.
Los herederos instituidos sin designación de la parte que a
cada uno corresponda, heredarán por partes iguales.

La institución de heredero puede hacerse, bien asignando al


nombrado una cosa cierta o una cantidad determinada, o bien una parte
alícuota de la herencia.

El heredero no responde de las deudas, de los legados, ni de


las demás cargas hereditarias y testamentarias, sino hasta donde
alcance la cuantía de los bienes que hereda.

Cuando el testador nombre a algunos herederos


individualmente y a otros colectivamente, los colectivamente nombrados
se considerarán como si lo fuesen individualmente; a no ser que se
conozca de un modo claro que ha sido otra la voluntad del testador.

Si el testador instituye a sus hermanos, y los tiene solo de


padre, solo de madre y de padre de madre, se dividirá la herencia entre
ellos por partes iguales.

Si el testador llama a la sucesión a cierta persona y a sus


hijos, se entenderán todos instituidos simultáneamente y no
sucesivamente.

Si entre varios individuos del mismo nombre y circunstancias


no pudiere saberse a quién quiso designar el testador, ninguna será
heredero.
LOS LEGADOS.

Se entiende por legado la transmisión gratuita u onerosa,


que a título particular es hecha por el testador a favor del legatario,
respecto de bienes o derechos determinados o susceptibles de
determinarse. Cuando no haya disposiciones especiales, los legatarios se
regirán por las mismas normas que los herederos.

El legado puede consistir en una prestación de un bien, la


transmisión de derechos, o en la ejecución de algún hecho o servicio.
Puede tener por objeto, asimismo la liberación de obligaciones.

Los legatarios no podrán exigir la entrega de sus legados,


sino hasta que el inventario haya sido formado y aprobado, siempre que
se forme y apruebe dentro de los términos señalados por la ley.

SUSTITUCIONES TESTAMENTARIAS.

Puede el testador sustituir una o más personas, al heredero


o herederos instituidos para el caso de que mueran antes que él, o de
que no puedan o no quieran aceptar la herencia.

La sustitución tiene por objeto evitar que se abra la sucesión


legítima por la caducidad del derecho del heredero.
NULIDAD Y REVOCACIÓN DE LOS TESTAMENTOS.

Es nula la institución de heredero o legatario hecha en


memorias o comunicado secreto.

A las memorias testamentarias se refería el Código Civil de


México de 1884 y consistía en anular la institución de heredar que se
hiciera en memoria o comunicados secretos, pero autorizaba ese medio
para dejar legados, estableciendo a cargo del heredero o de quien el
testador hubiese dejado expresamente el encargo de cumplirlos, la
obligación de revelárselos al Juez de la Testamentaría y al Agente del
Ministerio Público, con la reserva de vida y antes de que se aprobaren
los inventarios, para que así pudieran saber si eran o no contrario a las
leyes.

Es nulo el testamento otorgado por violencia, o


efectuado por dolo o mala fe, aunque en él se beneficie a persona
distinta del autor de la violencia, del dolo o de la mala fe, a su cónyuge
o parientes hasta tercer grado por consanguinidad.

El testador que se encuentre en el caso anterior, podrá,


cuando disfrute de libertad completa revalidar su testamento con las
mismas solemnidades que si los otorgara de nuevo. De lo contrario será
nula la revalidación.

El que por dolo, mala fe o violencia impide que alguno haga


libremente su última disposición, será incapaz de heredar a un por
intestado.
El juez que tuviere noticia de que alguno impide a otro testar
se presentará sin demora en la casa del segundo para asegurarle el
ejercicio de su derecho, y levantará acta en que se haga constar el
hecho que ha motivado su presencia, la persona o personas que causen
la violencia y los medios que al efecto hayan empleado o intentado
emplear, y si la persona cuya libertad ampara hace uso de su derecho.

Es nulo el testamento en que el testador no expresa


cumplida y claramente su voluntad, sino solo por señales o monosílabos,
en respuestas a las preguntas que se les hacen.

El testador no puede prohibir que se impugne el testamento


en los casos en que éste deba ser nulo conforme a la ley.

El testamento es nulo cuando se otorga en contravención a


las formas prescritas por la ley.

El testamento es un acto revocable hasta el último momento


de la vida del testador.

La renuncia de la facultad de revocar el testamento es nula.

El testamento anterior queda revocado en pleno derecho por


el posterior perfecto, si el testador no expresa en este su voluntad de
que aquel subsista en todo o en parte.

La revocación producirá su efecto, aunque el segundo


testamento caduque por incapacidad o renuncia del heredero o de los
legatarios nuevamente nombrados.
El testamento anterior recobrará no obstante su fuerza si el
testador, revocando el posterior, declara con las formalidades y legales
ser su voluntad que el primero subsista.

CADUCIDAD DE LAS DISPOSICIONES


TESTAMENTARIAS.

Las disposiciones testamentarias caducan y quedan sin


efecto en lo relativo a los herederos y legatarios, si:
I.- El heredero o legatario muere antes que el testador
o antes de que se cumpla la condición de que dependen la herencia o el
legado;
II.- El heredero o legatario se hace incapaz de recibir
la herencia o legado; y
III.- Renuncian a su derechos.

CLASIFICACIÓN DE LOS TESTAMENTOS.

El testamento, en cuanto a su forma, es ordinario y especial.

El ordinario puede ser: Público abierto, Público cerrado y


Ológrafo.

El especial puede ser: Privado, Militar, Marítimo y, hecho


fuera del Estado o en el extranjero.

No pueden ser testigos del testamento:

I.- Los auxiliares del Notario que lo autorice;


II.- Los incapaces;
III.- Los que no tengan la calidad de domiciliados,
salvo en los casos exceptuados por la ley;
IV.- Los ciegos, sordos o mudos:
V.- Los que no entiendan el idioma que habla el
testador;
VI.- Los herederos o legatarios; sus descendientes,
ascendientes, cónyuges o hermanos. El concurso como testigo de una
de las personas a que se refiere esta fracción, sólo produce como efecto
la nulidad de la disposición que beneficie a ella o a sus mencionados
parientes; y
VII.- Los que hayan sido condenados por el delito de
falsedad.

Para que un testigo sea declarado inhábil, es necesario


que la causa de la inhabilidad haya existido al tiempo de otorgarse el
testamento.

TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO.

Se otorga ante Notario y tres testigos idóneos.

Artículos 1584 al 1593, Código Civil del Estado de


Tabasco

TESTAMENTO PÚBLICO CERRADO.

Pude ser escrito por el testador o por otra persona a su


ruego y en papel común.
El testador debe rubricar todas las hojas y firmar al
calce del testamento, pero si no supiere o no pudiere hacerlo, podrá
rubricar y firmar por él, otra persona a su ruego.

Los que no saben o no pueden leer, son inhábiles


para hacer testamento cerrado.

TESTAMENTO OLÓGRAFO.

Es el escrito de puño y letra del testador. No producirá


efecto si no está depositado en el Registro Público de la Propiedad.

Ver artículos 1624 al 1638.

UNIDAD III.
TESTAMENTOS:

TESTAMENTO PRIVADO

El testamento privado está permitido en los siguientes


casos;

I.- Si el testador es atacado de una enfermedad o


sufre un accidente tan violento y graves, que no de tiempo para que
concurra al Notario a hacer el testamento;
II.- Que no haya Notario en la población o Juez que
actúe por receptoría;
III.- Que aunque haya Notario o Juez en la población,
sea imposible que concurran al otorgamiento del testamento; y
IV.- Que los militares o asimilados del ejército entren
en campaña o se encuentren prisioneros de guerra.

Para que en los casos enumerados en el artículo que precede


pueda otorgarse testamento privado, es necesario que el testador no le
sea posible hacer testamento ológrafo.

El testador que se encuentra en el caso de hacer testamento


privado, declarará ante presencia de cinco testigos idóneos su última
voluntad, que uno de ellos redactará por escrito si no pudiere o no
supiere hacerlo el testador, quien imprimirá su huella digital en cada
una de las hojas y al calce. Si supiere escribir y pudiere hacerlo, firmará
el testador, al calce y sobre lo escrito.

No será necesario redactar por escrito el testamento, cuando


ninguno de los testigos sepa escribir y en los casos de suma urgencia.

En los casos de suma urgencia bastarán tres testigos


idóneos.

Al otorgarse el testamento privado se observarán en su caso


las disposiciones contenidas en los artículos del 1584 al 1591.

El testamento privado sólo surtirá sus efectos si el testador


fallece de la enfermedad o en el peligro en que se hallaba, o dentro de
un mes de desaparecida la causa que lo originó.
El testamento privado necesita además para su validez, que
se haga la declaración a que se refiere el artículo 1649 teniendo en
cuenta las declaraciones de los testigos que firmaron u oyeron en su
caso, la voluntad del testador.

La declaración a que se refiere el artículo anterior, será


pedida por los interesados, inmediatamente después que supieren la
muerte del testador y la forma de su disposición.

Los testigos que concurren a un testamento deberán


declarar circunstancialmente:

I.- El lugar, la hora, el día, el mes y el año en que se


otorgó el testamento;
II.- Si reconocieron, vieron y oyeron claramente al
testador;
III.- El tenor de la disposición;
IV.- Si el testador estaba en su cabal juicio y libre de
cualquiera coacción;
V.- El motivo por el que se otorgó el testamento
privado; y
VI.- Si saben que el testador falleció o no de la
enfermedad o en el peligro en que se hallaba.

Si los testigos fueren idóneos y estuvieren conformes en


todas y cada una de las circunstancias enumeradas en el artículo que
precede, el juez declarará que sus dichos son el formal testamento de la
persona de quien se trate; lo mandará protocolizar y dispondrá que se
extienda los testimonios respectivos a las personas con derecho que lo
soliciten.
Si después de la muerte del testador y antes de elevarse a
formal testamento la que se dice su última disposición, muriese alguno
de los testigos, se hará la declaración con los restantes con tal de que
no sean menos de tres, manifiestamente contestes, y mayores de toda
excepción.

Lo dispuesto en el artículo anterior, se observará también en


el caso de ausencia de alguno o algunos de los testigos, siempre que en
la falta de comparecencia del testigo no hubiere dolo.

Sabiéndose el lugar donde se hallan los testigos, serán


examinados por exhorto.

LOS TESTAMENTOS MILITAR Y MARÍTIMO.

Los tabasqueños, que se encuentren en los supuestos


previstos por el Código Civil del Distrito Federal, para el testamento
militar y para el marítimo, pueden testar en esa forma y su testamento
producirá efecto en el Estado de Tabasco, si se otorgó con sujeción a las
normas establecidas por aquel ordenamiento para esas clases de
testamento.

TESTAMENTO HECHO FUERA DEL ESTADO.

Los testamentos hechos fuera del territorio del Estado de


Tabasco, pero dentro de la República y los hechos en el extranjero se
regirán en cuanto a su forma y efectos por lo dispuesto,
respectivamente, en los artículos 15 y 17 de este Código.
UNIDAD IV.
SUCESIONES:

SUCESIÓN LEGÍTIMA
La herencia legítima se abre cuando:

I.- No hay testamento otorgado, o el que se otorgó es


nulo o perdió su validez;
II.- El testador no dispuso de todos sus bienes;
III.- No se cumpla la condición impuesta al heredero,
o éste muera antes que el testador o repudie la herencia o sea incapaz
de heredar sin que haya substituto; y
IV.- Cuando el heredero instituido es incapaz.

El causante puede por testamento excluir de la sucesión


legítima a un pariente o al cónyuge, sin instituir un heredero.

Cuando siendo válido l testamento no deba subsistir la


institución del heredero, subsistirán, sin embargo, las demás
disposiciones hechas en él, y la sucesión legítima sólo comprenderá los
bienes que debían corresponder al heredero instituido.

Si el testador dispone legalmente sólo de una parte de sus


bienes, el resto de ellos formará la sucesión legítima.

Tienen derecho de heredar por sucesión legítima:

I.- Los descendientes, cónyuges, ascendientes,


parientes colaterales dentro del cuarto grado y la concubina o el
concubinario si se satisface cualquiera de los requisitos que señala el
artículo 1659; y
II.- A falta de los anteriores, la Beneficencia Pública.

Si el intestado no fuere absoluto, se deducirá, del total de la


herencia la parte de que legalmente haya dispuesto el testador, y el
resto se dividirá de la manera como se dispone en este Capítulo.

El parentesco por afinidad no da derecho a heredar.

Los parientes más próximos excluyen a los más remotos,


salvo lo dispuesto respecto al derecho de representación.

Los parientes que se hallaren en el mismo grado, heredarán


por partes iguales.

Si hubiere varios parientes en un mismo grado, y alguno o


algunos no quisieren o no pudieren heredar; su parte acrecerá a los
otros del mismo grado, salvo el derecho de representación.

No existe el derecho de representación cuando el pariente


más próximo, si es sólo, o todos los parientes más próximos, repudian
la herencia o no pueden suceder. En este caso heredarán los del grado
siguiente por su propio derecho.

Las líneas y grados de parentesco se arreglarán por las


disposiciones contenidas en el Capítulo I del Título Cuarto del Libro
Primero de este Código.
Los hijos y descendientes del incapaz no serán excluidos de
la sucesión, aun cuando viva el ascendiente incapaz, si ellos mismo
fueren llamados a heredar por la ley en representación de aquél.

LA SUCESIÓN DE LOS DESCENDIENTES.

Si a la muerte de los padres quedaren sólo hijos, la herencia


se dividirá entre todos por partes iguales.

Si quedan hijos y nietos, los primeros heredarán por cabezas


y los segundos conforme a su derecho de representación.

Si sólo quedaren descendientes de ulteriorgrado, la herencia


se dividirá por estirpes; y si en alguna de ésta hubiere varios herederos,
la porción que a ella corresponda se dividirá por partes iguales.

Concurriendo hijo con ascendientes, éstos sólo tendrán


derecho a alimentos, que en ningún caso podrán exceder de la porción
de uno de los hijos.

El adoptado hereda como hijo, pero no hay derecho de


sucesión entre el adoptado y los parientes del adoptante.

Tampoco hay derecho de sucesión entre los parientes


consanguíneos del adoptado y el adoptante.

LA SUCESIÓN DE LOS ASCENDIENTES.

A falta de descendientes y de cónyuges sucederán el padre y


la madre por partes iguales.
Si sólo hubiere padre o madre, el que viva sucederá al hijo
en toda la herencia.

Si sólo hubiere ascendientes de ulterior grado por una línea,


se dividirá la herencia por partes iguales.

Si hubiere ascendientes por ambas líneas, se dividirá la


herencia en dos partes iguales, y se aplicará una a los ascendientes de
la línea paterna y otra a los de la materna.

Los miembros de cada línea dividirán entre sí, por partes


iguales, la porción que les corresponda.

Concurriendo adoptantes ascendientes del adoptado, la


herencia de éste se dividirá por partes iguales entre los adoptantes y los
ascendientes.

LA SUCESIÓN DEL CÓNYUGE SUPÉRSTITE.

El cónyuge que sobrevive, concurriendo con descendientes,


tendrá el derecho de un hijo, si carece de bienes o los que tiene al
tiempo de abrirse la sucesión no igualan la porción que a cada hijo debe
corresponder en la herencia.

En el primer caso del artículo anterior, el cónyuge supérstite


recibirá íntegra la porción señalada; en el segundo, sólo tendrá derecho
de recibir lo que baste para igualar sus bienes con la porción referida.
Si el cónyuge que sobrevive concurre con ascendientes, la
herencia se dividirá en dos partes iguales, de las cuales una se aplicará
al cónyuge y la otra a los ascendientes; sean consanguíneos, sean
adoptantes.

Si el cónyuge que sobrevive concurre con un hermano, a


éste corresponderá una tercera parte de la herencia y las otras dos al
cónyuge.

Si concurriere con dos o más hermanos, el cónyuge tendrá


también las dos terceras partes de la herencia y los hermanos se
dividirán entre ellos, por partes iguales, la parte restante.

A falta de hermanos, el cónyuge sucede en todos los bienes,


con exclusión de todos los demás parientes del tutor de la herencia.

El cónyuge recibirá las porciones que le correspondan


conforme a los cuatro artículos que preceden, aunque tenga bienes
propios.

LA SUCESIÓN DE LOS COLATERALES.

Si únicamente hay hermanos, sean por ambas líneas o sólo


por una de ellas, sucederán todos ellos por partes iguales.

Si concurren hermanos con sobrinos, hijos de hermanos o de


medios hermanos que hubieren muerto antes que el autor de la
sucesión, que sean incapaces de heredar o que hayan renunciado a la
herencia, los primeros heredarán por cabeza y los segundos por
estirpes.
A falta de hermanos sucederán los hijos de éstos,
dividiéndose la herencia por estirpes, y la porción de cada estirpe, por
cabeza.

A falta de los llamados en los artículos anteriores, sucederán


los parientes más próximos dentro del cuarto grado sin distinción de
líneas y heredarán por partes iguales.

LA SUCESIÓN DEL CONCUBINARIO


O DE LA CONCUBINA.

La concubina hereda al concubinario y éste a aquélla en las


mismas porciones y lugar que establecen los artículos 1687 a 1693,
para el cónyuge supérstite, si reúne una de las condiciones siguientes:

I.- Que el tiempo de vida común que precedió


inmediatamente a la muerte del autor de la herencia haya durado un
año o más si el supérstite no tuvo hijos con el autor de la sucesión; y
II.- Que el supérstite haya tenido uno o más hijos del
autor de la herencia, cualquiera que haya sido la duración de la vida
común inmediatamente anterior a la muerte de éste.

Si la vida en común no duró el mínimo a que se refiere la


fracción I del artículo anterior, y no hubo descendencia con el autor de
la sucesión, el concubinario o la concubina supérstite tendrá derecho a
alimentos si carece de bienes y está imposibilitado para trabajar. Este
derecho cesa cuando el supérstite contraiga nupcias o viva nuevamente
en concubinato.
Si al morir el autor de la herencia tenía varias concubinas, o
en su caso varios concubinarios, ninguno de los supérstites heredará ni
tendrá derecho a alimentos.

El concubinario o en su caso la concubina, por sí y en


representación del hijo habido con el autor de la sucesión, o la madre
del menor con derecho a investigar su paternidad, pueden deducir las
acciones respectivas dentro del juicio universal, sin necesidad de
procedimiento judicial previo.

LA SUCESIÓN DE LA BENEFICENCIA PÚBLICA.

A falta de los herederos llamados en los Capítulos anteriores


y sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 1747, sucederá la
Beneficencia Pública aun cuando en la herencia hubiere bienes raíces;
pero entonces respecto de éstos, se cumplirá lo que prevenga el artículo
27 de la Constitución General de la República.

Los derechos y obligaciones de la Beneficencia Pública, son


del todo iguales a los de los herederos.

UNIDAD V.
DISPOSICIONES COMUNES A LA
SUCESIÓN TESTAMENTARIA Y
A LA LEGÍTIMA.

Cuando a la muerte del autor de la herencia la viuda de éste


o en su caso su concubina, quede o cree quedar encinta debe ponerlo en
conocimiento del juez, dentro de los cuarenta días siguientes a la
muerte del autor de la sucesión, para que lo notifique a los herederos
cuyo derecho pueda ser afectado por el nacimiento del póstumo.

Procederá en la misma forma la mujer que, al momento de


la muerte de la sucesión, creyere haber concebido a quien, en su caso,
tendrá derecho a investigar la paternidad en los supuestos del artículo
371 del Código Civil de Tabasco.

Los herederos podrán pedir al juez que se proceda oportuna


y decorosamente a la averiguación de la preñez.
Aunque resulte cierta la preñez o los herederos no la
contradigan, podrá pedir al Juez que dicte las providencias convenientes
para evitar la suposición del parto, la sustitución del infante o que se
haga pasar por nacida viva a la criatura que nació muerta.

Hállase o no dado el aviso de que habla el primer párrafo de


este apartado, al aproximarse la época del parto, la mujer embarazada
debe ponerlo en conocimiento del Juez, para que lo haga saber a los
herederos. Estos tienen derecho de pedir que el Juez nombre una
persona que se cerciore de la realidad del alumbramiento, debiendo
recaer el nombramiento en un médico o en una partera.

Si el autor de la sucesión reconoció en instrumento público o


en documentos privados la certeza de la preñez, no podrá procederse a
la averiguación; pero los interesados podrán pedir al Juez que se dicten
las medidas de que habla el párrafo anterior.

Los alimentos a la mujer embarazada serán a cargo de la


herencia, a un cuando tenga bienes, siendo aplicables las siguientes
disposiciones:
I.- El monto de los alimentos se fijará conforme al
artículo 307 del Código Civil y al efecto se valorarán provisionalmente
los bienes de la herencia, si el Juez lo estima necesario;
II.- El Juez resolverá de plano toda cuestión sobre los
alimentos, decidiendo en caso dudoso a favor de la mujer;
III.- La mujer no debe devolver los alimentos
recibidos aún cuando halla aborto o no resultare cierta la preñez, salvo
el caso en que ésta hubiere sido contradicha por dictamen pericial; y
IV.- Si la supérstite no cumple con lo dispuesto de dar
aviso al Juez de su preñez y de dar aviso de la fecha del parto, podrán
los herederos negarle los alimentos, cuando ella tenga bienes, pero si
por averiguaciones posteriores resulta cierta la preñez, se deberán
abonar los alimentos que dejaron de pagarse.

La omisión de la madre no perjudica los derechos del hijo.

La división de la herencia se suspenderá hasta que se


verifique el parto o hasta que transcurra el término máximo de la
preñez; más los acreedores podrán ser pagados con mandato judicial.

Para cualquiera de las diligencias que se practiquen


relacionadas con lo antes expuesto, deberá ser oída la supérstite.

DE LA APERTURA Y TRANSMISIÓN
DE LA HERENCIA.

La sucesión se abre en el momento en que muere el autor


de la herencia, y cuando se declara la presunción de muerte de un
ausente.
Mientras se nombra albacea, cualquiera de los herederos
puede reclamar la totalidad de la herencia, en representación de ella, sin
que el demandado pueda oponerle la excepción de que la herencia no le
corresponde por entero.

Habiendo nombrado albacea, él deberá promover la


reclamación de que se habla en el párrafo precedente, y siendo moroso
en hacerlo, se le removerá a petición de cualquiera de los herederos.

El derecho de reclamar la herencia prescribe en diez años y


es transmisible a los herederos.

DE LA ACEPTACIÓN Y DE LA REPUDIACIÓN
DE LA HERENCIA.

La aceptación y la repudiación de la herencia son actos


voluntarios y libres para los mayores de edad, y podrá hacerse tan
pronto como se produzca la muerte del causante.

La aceptación puede ser expresa o tácita.

Es expresa la aceptación si el heredero acepta con palabras


terminantes; y tácita, si ejecuta algunos hechos de que se deduzca
necesariamente la intención de aceptar, o aquellos que no podrían
ejecutar sino con la calidad de heredero. Antes de la aceptación de la
herencia, no podrá hacerse valer judicialmente contra el heredero una
pretensión que se dirija contra la masa hereditaria.
Ninguno puede aceptar o repudiar la herencia en parte, con
plazo o condicionalmente.

Pueden aceptar o repudiar la herencia todos los que tienen


la libre disposición de sus bienes.
Los cónyuges no pueden aceptar ni repudiar la herencia
común sino de mutuo acuerdo. En caso de discrepancia resolverá el
Juez.

Ninguno de los cónyuges necesita autorización del otro, para


aceptar o repudiar la herencia que a cada uno de ellos corresponda.

La herencia dejada a los menores sujetos a patria potestad


será aceptada por quien o quienes ejerzan ésta.

La dejada a los menores y demás incapacitados sujetos a


tutela será sujeta por el tutor; pero la repudiación sólo puede hacerla el
representante legal previa autorización judicial.

Los sordos mudos que no estuvieren en tutela y supieran


escribir, podrán aceptar o repudiar la herencia por sí o por Procurador;
pero si no supieren escribir, la aceptará en su nombre un tutor electo
para el caso, conforme a lo dispuesto en los casos de interdicción.

Si los herederos no convinieren sobre la aceptación o


repudiación, podrán aceptar unos y repudiar otros; pero sólo los que
acepten tendrán el carácter y los derechos de herederos.

Si el heredero fallece sin aceptar o repudiar la herencia, el


derecho de hacerlo se transmite a sus herederos.
Los efectos de la aceptación o repudiación de la herencia se
retrotraen siempre a la fecha de la muerte de la persona a quien se
hereda.

La repudiación debe ser expresa y hacerse por escrito ante


el Juez o por otro medio fehaciente, cuando el heredero no se encuentre
en el lugar del juicio.

La repudiación no priva al que la hace si no es albacea, del


derecho de reclamar los legados que le hubieren dejado.

El nombrado heredero en testamento y que al mismo tiempo


tenga derecho de heredar por intestado, si repudia como heredero
testamentario, pierde el derecho de suceder por intestado.
El que repudia el derecho de suceder por intestado sin tener
noticia de su título testamentario, puede, en virtud de éste, aceptar la
herencia.

Ninguno puede renunciar la sucesión de persona viva, ni


enajenar los derechos que eventualmente pueda tener a su herencia.

Nadie puede aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte


del autor de la sucesión.

Conocida la muerte del autor de la sucesión a quien se


hereda, se puede renunciar a la herencia dejada bajo condición, aunque
esta no se haya cumplido.
Los legítimos representantes de las sociedades y
corporaciones capaces de adquirir y que no persigan fines lucrativos,
deben aceptar la herencia que a aquéllas se dejaren; más para
repudiarlas necesitan la aprobación judicial.

Las sociedades y corporaciones capaces de adquirir y que


persigan fines lucrativos, pueden aceptar o repudiar la herencia. Los
establecimientos públicos no pueden aceptar ni repudiar una herencia
sin la aprobación de las autoridades facultadas para ello.

Cuando alguno tuviere interés en que el heredero declare si


acepta o repudia la herencia, podrá pedir, pasados nueve días de la
apertura de la herencia, que el Juez asigne al heredero un plazo que no
excederá de un mes, para que dentro de él haga su declaración,
apercibido de que si no lo hace, se tendrá la herencia por no aceptada.
La aceptación y la repudiación, una vez hechas, son
irrevocables, y no pueden ser impugnadas sino en los casos de dolo o
violencia. En el caso de impugnabilidad, o intimidación, el plazo
comienza a correr a partir del momento en que cese la situación de
violencia, y para el dolo a partir del momento en que el impugnante
tiene conocimiento de éste. Se aplicará sobre el particular las
disposiciones de la prescripción y solamente cuando el causante esté
domiciliado en el extranjero se concederá el plazo de un año.

El heredero puede revocar la aceptación o la repudiación


cuando por un testamento desconocido al tiempo de hacerla, se altera la
calidad o la cantidad de la herencia.

Si el heredero revoca la aceptación, devolverá todo lo que


hubiere percibido de la herencia, observándose respecto de los frutos las
reglas relativas a los poseedores de buena o mala fe, según haya sido la
del heredero.

Si el heredero repudia la herencia en perjuicio de sus


acreedores, pueden éstos pedir al Juez que los autorice para aceptar en
nombre de aquel, hasta el monto de sus créditos.

El que por la repudiación de la herencia debe entrar en ella,


podrá impedir, que la acepten sus acreedores, pagando a éstos los
créditos que tenían contra el que repudió.

El que ha instancia de un legatario o acreedor hereditario,


haya sido declarado heredero, será considerado como tal por los demás,
sin necesidad de otra declaración judicial.

La aceptación en ningún caso produce confusión de los


bienes del autor de la herencia y de los del heredero.

Toda herencia se entiende aceptada con beneficio de


inventario, aunque no se exprese.

INVENTARIO.

Si el albacea no cumpliere con lo dispuesto en los artículos


1781 fracción IV y 1784, podrá promover la formación de inventario
cualquier heredero, el cual no podrá ejecutar sin consentimiento de
aquél, ningún acto de administración.
El inventario se formará según disponga el Código de
Procedimientos Civiles; y después de ser aprobado por el Juez o por
consentimiento de todos los interesados, no puede modificarse sino por
error o dolo declarados en sentencia definitiva.

El albacea, dentro de los quince días siguientes a la


aprobación del inventario, propondrá al Juez la distribución provisional
de los productos de los bienes hereditarios, señalando la parte de ellos
que cada bimestre deberá entregarse a los herederos o legatarios.

El Juez, observando el procedimiento fijado por el Código de


la materia, aprobará o modificará la proposición hecha, según
corresponda.

El albacea que no presente la proposición de que se trata o


que durante dos bimestres consecutivos, sin justa causa, no cubra a los
herederos o legatarios lo que les corresponda, será separado del cargo a
solicitud de cualquiera de los interesados.

Concluido y aprobado judicialmente el inventario, el albacea


procederá a la liquidación de la herencia.

En primer lugar serán pagadas las deudas mortuorias, si no


lo estuvieren ya, pues pueden pagarse antes de la formación del
inventario.

Se llaman deudas mortuorias los gastos del funeral y los que


se hayan causado en la última enfermedad del autor de la herencia.
Las deudas mortuorias se pagarán del cuerpo de la herencia.

En segundo lugar se pagarán los gastos causados por la


misma herencia y los créditos alimenticios que pueden también ser
cubiertos antes de la formación del inventario.

Si para hacer los pagos de que hablan los artículos


anteriores no hubiere dinero en la herencia, el albacea promoverá la
venta de los bienes muebles y aún de los inmuebles, con las
solemnidades que respectivamente se requieren.

La venta de los bienes hereditarios se hará conforme a lo


dispuesto por el Código de Procedimientos Civiles, a no ser que la
mayoría de los interesados acuerde otra cosa.

El acuerdo de los interesados o la autorización judicial en su


caso, determinarán la aplicación que haya de darse al precio de las
cosas vendidas.

En seguida se pagarán las deudas hereditarias que fueren


exigibles.

Se llaman deudas hereditarias las contraídas por el autor de


la herencia, independientemente de su última disposición, y de las que
es responsable con sus bienes.

Los acreedores, cuando no haya concurso, serán pagados en


el orden en que se presenten; pero si entre los no presentados hubieren
algunos preferentes, se exigirá a los que fueren pagados la caución de
acreedor de mejor derecho.
El albacea, concluido el inventario, no podrá pagar los
legados sin haber cubierto o asignado bienes bastantes para pagar las
deudas, conservando en los respectivos bienes los gravámenes
especiales que tengan.

Los acreedores que se presenten después de pagados los


legatarios, sólo tendrán acción contra éstos cuando en la herencia no
hubiere bienes bastantes para cubrir sus créditos.

LA PARTICIÓN.

Aprobados el inventario y la cuenta de administración, el


albacea debe hacer en seguida la partición de la herencia.

A ningún coheredero puede obligarse a permanecer en la


indivisión de los bienes, ni aun por prevención expresa del testador.

Sólo puede suspenderse una partición en el caso del artículo


1711 o en virtud de convenio expreso de los interesados.

Si alguno o algunos de los herederos son menores, deberá


oírse al tutor o tutores, al Ministerio Público, y el auto en que se apruebe
el convenio determinará el tiempo que debe durar la indivisión.
Si el tutor de la herencia dispusiera en su testamento que a
algún heredero o legatario se le entreguen determinados bienes, el
albacea, aprobado el inventario, les entregará esos bienes, siempre que
garanticen suficientemente responder por los gastos y cargas generales
de la herencia en la proporción que les corresponda.
Si el tutor de la sucesión no dispuso cómo debieran
repartirse sus bienes y se trata de una negociación que forme una
unidad agrícola, industrial o comercial, habiendo entre los herederos
agricultores, industriales o comerciantes, a ellos se aplicará la
negociación, siempre que puedan entregar en dinero a los otros
coherederos, la parte que les corresponda. El precio de la negociación se
fijará por peritos.

Si los herederos tuvieren en su poder bienes hereditarios, o


algunos de ellos, deben abonarse recíprocamente las rentas y frutos que
cada uno haya recibido de los bienes hereditarios, los gastos útiles y
necesarios, y los daños ocasionados por malicia o negligencia.

Las deudas contraídas por la sucesión serán pagadas


preferentemente.

Si el testador hubiere legado alguna pensión o renta


vitalicia, sin gravar con ella en particular a algún heredero o legatario,
se capitalizará al tipo de rédito que fije el Banco de México en la fecha
de capitalización y se separará un capital o fondo de igual valor, que se
entregará a la persona que deba percibir la pensión o renta, quien
tendrá las obligaciones de mero usufructo. Lo mismo se observará
cuando se trate de las pensiones alimenticias que el testador está
obligado a dejar.

En el proyecto de partición se expresará la parte que del


capital o fondo afecto a la pensión corresponderá a cada uno de los
herederos luego que aquélla se extinga.
Cuando todos los herederos sean mayores, y el interés del
fisco, si lo hubiere, esté cubierto, podrán los interesados separarse de la
continuación del juicio y adoptar los acuerdos que estimen convenientes
para el arreglo o terminación de la testamentaria o del intestado. Pero
cuando haya menores, podrán separarse, si están debidamente
representados éstos y el Ministerio Público da su conformidad. En este
caso, los acuerdos que se tomen se denunciarán al Juez, y éste, oyendo
al Ministerio Público, dará su aprobación si no se lesionan los derechos
de los menores.

La partición constará en escritura pública, siempre que en la


herencia haya bienes cuya enajenación deba hacerse con esa
formalidad.

Prescribe en diez años la acción para pedir la partición de la


herencia, contra el coheredero que ha poseído el todo o parte de ella en
nombre propio.

Si todos los herederos poseen en común la herencia o


alguno en nombre de todos, no operen la prescripción.

El término para la prescripción se contará desde el día en


que falleció el autor de la herencia.

El heredero o legatario no puede enajenar su parte en la


herencia, sino después de la muerte de aquel a quien se hereda. Si
hubiere otros herederos o legatarios, tiene el derecho del tanto, salvo
que la enajenación se haga a un coheredero o colegatario.
Las reglas dadas para la partición de la herencia principal, se
observarán también en la que se haga entre los que sucedan por
derecho de representación.

Los gastos de la partición se deducirán del fondo común, los


que se hagan por el interés particular de alguno de los herederos o
legatarios, se pagarán de su haber.

DE LOS EFECTOS DE LA PARTICIÓN.

La partición legalmente hecha, confiere a los coherederos la


propiedad exclusiva de los bienes que les hayan sido asignados.

Los coherederos están recíprocamente obligados a


indemnizarse en caso de evicción de los objetos repartidos, y pueden
usar el derecho que les concede el artículo 1861.

La obligación de saneamiento sólo cesará en los casos


siguientes:

I.- Cuando se hubieren dejado al heredero bienes


individualmente determinados de los cuales es privado;
II.- Cuando al hacerse la partición se haya pactado
expresamente; y
III.- Cuando la evicción procede de causa posterior a
la partición o fuere ocasionada por culpa del que la sufre.

El que sufra la evicción será indemnizado por los


coherederos en proporción a sus cuotas hereditarias.
La porción que deberá pagarse al que pierda su parte por
evicción, no será la que represente su haber primitivo, sino la que
corresponda, deduciendo del total de la herencia la parte perdida.

Si alguno de los coherederos estuviere insolvente, la cuota


con que debía contribuir se repartirá entre los demás, incluso el que
perdió su parte por la evicción.

Los que pagaren por el insolvente conservarán su acción


contra él, para cuando mejore su fortuna.

Si se adjudica como cobrable un crédito, los coherederos, no


responden de la insolvencia posterior del deudor hereditario, y sólo son
responsables de su solvencia al tiempo de hacerse la partición.

Por los créditos incobrables no hay responsabilidad.

El heredero cuyos bienes hereditarios fueren embargados, o


contra quien se pronunciare sentencia en juicio por causa de ellos,
tendrá derecho de pedir que sus coherederos caucionen la
responsabilidad que pueda resultarles y, en caso contrario, que se les
prohiba enajenar los bienes que recibieron.

DE LA RESCISIÓN Y DE LA NULIDAD
DE LAS PARTICIONES.

Las particiones podrán rescindirse o anularse por las mismas


causas que las obligaciones.
La partición hecha con preterición de alguno de los
herederos, es nula. El heredero preterido tiene derecho a pedir la
nulidad de la partición. Decretada ésta, se hará una nueva partición
para que reciba la parte que le corresponda.

Es nula la partición hecha con un heredero falso, en cuanto


tenga relación con él, y al parte que se le aplicó se distribuirá entre los
herederos.

Si hecha la partición aparecieren algunos bienes omitidos en


ella, se hará una división suplementaria, en la cual se observarán las
disposiciones contenidas en este Título.

UNIDAD VI.
JUICIOS SUCESORIOS.

Clases de juicios sucesorios.- Los juicios sucesorios


podrán ser:

I.- Testamentarios, cuando la herencia se defiere por


testamento; y

II.- Intestados o de sucesión legítima, cuando la


herencia se defiere por disposición de la ley.

Cuando el testador disponga sólo de una parte de sus


bienes, el resto de ellos forma la sucesión legítima.
Denuncia del juicio.- El juicio sucesorio testamentario o
intestado, se inicia mediante denuncia hecha por parte legítima. Una vez
admitida la denuncia, el juzgador tendrá por radicada la sucesión.
Requisitos de la denuncia.- La denuncia para la apertura
y radicación de un juicio sucesorio deberá contener la expresión de los
siguientes datos:

I.- El nombre, fecha y lugar de la muerte y el último


domicilio del autor de la sucesión;
II.- Si hay o no testamento;
III.- Nombres y domicilios de los herederos legítimos
de que tenga conocimiento el denunciante, haya o no testamento, con
expresión del grado de parentesco o lazo con el autor de la sucesión,
indicando si hay menores;
IV.- Nombre y domicilio del albacea testamentario, si
se conoce; y
V.- Una lista provisional de los bienes que haya dejado
a su muerte el autor de la sucesión y que sean conocidos por el
denunciante, con expresión de la ubicación de los bienes o lugar en que
éstos se encuentren.

Documentos que deben acompañar a la denuncia.- Con


el escrito de denuncia de un juicio sucesorio deberán acompañarse los
siguientes documentos:

I.- Copia certificada del acta de defunción del autor de


la herencia y no siendo esto posible, otro documento o prueba bastante
y, en su caso, la declaración de presunción de su muerte;
II.- El testamento, si lo hay, o en su caso pedirá como
acto preparatorio la exhibición del mismo por parte de la persona en
cuyo poder se encuentre;
III.- El comprobante del parentesco o lazo del
denunciante con el autor de la sucesión, en el caso en que se haga la
denuncia por presunto heredero legítimo; y
IV.- Copias por duplicado del escrito de denuncia y
demás documentos.

Legitimación para denunciar.- Podrán denunciar un juicio


sucesorio:

I.- Los herederos del autor de la sucesión, ya sean


testamentarios o legítimos, aunque sólo tengan este carácter como
presuntos;
II.- La concubina;
III.- Los representantes del fisco;
IV.- Los acreedores del autor de la sucesión;
V.- El Ministerio Público; y
VI.- Cualquier persona en los casos de herencias
vacantes.

El denunciante, excepto en los casos de las fracciones V y


VI, deberá justificar encontrarse en alguno de los casos previstos en
este artículo.

Radicación del juicio.- Presentada la denuncia con sus


anexos, el juzgador, si la encuentra apegada a derecho, decretará la
radicación del juicio sucesorio. Si la denuncia fuere irregular o no viniere
acompañada de los documentos exigidos por la ley, el juzgador la
mandará corregir o completar.
La radicación en todos los casos se mandará hacer del
conocimiento del Ministerio Público.

Medidas urgentes.- Si el juzgador lo estima necesario, de


oficio o a petición de parte, podrá dictar medidas urgentes para la
conservación de los bienes de la sucesión que, a consecuencia de la
muerte del autor de la sucesión queden abandonados o en peligro de
que se oculten o dilapiden o se apodere de ellos cualquier extraño. Estas
medidas urgentes podrán consistir en:

I.- Colocación de sellos y cerrar con llave las puertas


correspondientes a las habitaciones del difunto cuyo acceso no sea
indispensable para los que queden viviendo en la casa, y en la misma
forma colocar sellos en dependencias o cajas fuertes, de seguridad u
otros muebles del difunto. Los sellos se levantarán cuando haya albacea
o interventor y se practique el inventario;
II.- Reunir los papeles del difunto que cerrados y
sellados se depositarán en el secreto del juzgado;
III.- Ordenar a la administración de correos que
remita la correspondencia que venga para el autor de la sucesión, con la
cual hará lo mismo que con los demás papeles;
IV.- Mandar depositar el dinero y alhajas en el
establecimiento autorizado por la ley; y
V.- Mandar inventariar los bienes susceptibles de
ocultarse o perderse.

Estas medidas podrán decretarse y ejecutarse en cualquier


tiempo en que se juzguen necesarias, y se dictarán sin perjuicio de lo
dispuesto en el Código Civil.
Interventor.- Mientras no se nombre o haya albacea, y
cuando ello fuere necesario para la guarda y conservación de los bienes
de la sucesión o derechos que correspondan al autor de la herencia, se
nombrará por el juzgador un interventor, quien deberá bajo pena de
remoción, otorgar caución dentro de los diez días siguientes a su
nombramiento para responder de su manejo por la cantidad que fijará el
juzgador.

El interventor recibirá los bienes por inventario y tendrá el


carácter de simple depositario, sin poder desempeñar otras funciones
administrativas que las de mera conservación y las que se refieren al
pago de deudas mortuorias, impuestos fiscales o alimentos, haciendo
esto último mediante autorización judicial.

Si los bienes estuvieren situados en lugares diversos o


distantes, podrán nombrarse varios interventores, si uno solo no puede
realizar su cargo.

El interventor cesará en su cargo, luego que se nombre o dé


a conocer al albacea y entregará a éste los bienes, sin que pueda
retenerlos bajo ningún pretexto, ni aun por mejoras o gastos de
manutención o reparación.

Nombramiento del tutor.- En los juicios sucesorios en que


haya herederos o legatarios menores o incapacitados que no tuvieren
representante legítimo, o que entre el menor y éste pueda haber
intereses contrarios, dispondrá el juzgador, que el mismo menor designe
un tutor si ha cumplido dieciséis años, y si no los ha cumplido o no hace
la designación, el tutor lo nombrará el juzgador. Tan pronto como el
juzgador tenga conocimiento de la existencia de herederos menores,
proveerá el nombramiento de tutor.

Intervención del Ministerio Público.- El Ministerio Público


tendrá en los juicios sucesorios intervención en los siguientes casos:

I.- Cuando haya herederos menores o incapacitados


aunque tengan representante o tutor;
II.- Cuando haya herederos no apersonados, para
representarlos mientras éstos no vengan a juicio,
III.- Cuando corresponda heredar al Estado; y
IV.- En todos los juicios mientras no haya
reconocimiento o declaración de herederos.

Intervención del representante del fisco.- El


representante del fisco tendrá la intervención que le asignen las leyes
fiscales.

Sucesiones de extranjeros.- En las sucesiones de


extranjeros los cónsules o agentes consulares tendrán la intervención
que les conceda la ley, los tratados o los usos internacionales.

Aceptación del cargo de albacea.- El albacea debe


aceptar su cargo dentro de los tres días siguientes al en que se le haga
conocer el nombramiento por notificación personal o en la audiencia en
que haya sido designado, si estuviere presente y si no lo acepta se
tendrá por removido, y se hará nueva designación.

Si acepta, deberá caucionar su manejo con sujeción a lo


dispuesto en el Código Civil, salvo que todos los interesados lo hayan
dispensado de esta obligación. Si no cumple con otorgar la caución
dentro del plazo indicado, será removido de plano.

Acumulación.- El juzgado competente para conocer de un


juicio sucesorio lo será también, con exclusión de cualquier otro
juzgador, para conocer de todas las cuestiones que puedan surgir con
ocasión de la muerte del autor de la herencia, impugnación y nulidad de
testamento y los demás mencionados al señalar las reglas generales de
competencia, y también lo será para conocer de las reclamaciones
posteriores a la radicación de la sucesión, contra el patrimonio de la
misma.

Tramitación ante Notario.- Las sucesiones podrán


tramitarse ante el Notario Público en los siguientes casos:

I.- Cuando todos los herederos fueren mayores de


edad y hubieren sido instituidos en un testamento público; y
II.- Cuando hecha la declaración de herederos en un
juicio de intestado, se satisfagan los siguientes requisitos.

a).- Que todos los interesados sean mayores de edad;


b).- Que lo pidan todos; y
c).- Que no exista controversia alguna.

En cualquier momento, antes de concluida, a solicitud de


cualquiera de los interesados, cesará la tramitación extrajudicial. Lo
mismo se observará cuando se suscite oposición o controversia.
La tramitación ante Notario se hará del conocimiento del
fisco y se verificará de acuerdo con lo que se dispone en el Capítulo
respectivo.

Sobreseimiento del intestado y acumulación de


testamentaría e intestado.- Si durante la tramitación de un intestado
apareciere el testamento, se sobreseerá aquél para abrir el juicio de
testamentaría, remitiendo el expediente a quien deba conocer de ésta, a
no ser que las disposiciones testamentarias se refieran sólo a una parte
de los bienes hereditarios. En este caso se acumularán los juicios bajo la
representación del albacea testamentario y la liquidación y partición
serán siempre comunes; los inventarios lo serán también cuando los
juicios se acumulen antes de su formación.

Secciones del juicio sucesorio.- En todo juicio sucesorio


se formarán cuatro secciones compuestas de los cuadernos necesarios.
Cuando no haya inconveniente para ello las secciones podrán tramitarse
simultáneamente. Las secciones serán las siguientes:

I.- Sección primera denominada “De sucesión”.


Contendrá la denuncia o el testamento, las citaciones y convocatorias,
reconocimiento de derechos hereditarios, nombramiento y remoción de
albaceas, tutores y resoluciones sobre validez del testamento, capacidad
para heredar y preferencia de derechos;
II.- Sección segunda, que se designará “De
inventarios”. Contendrá los inventarios y avalúos, los incidentes que se
promuevan, las resoluciones que se dicten sobre los mismos, y las
liquidaciones y comprobaciones de haberse cubierto el impuesto fiscal;
III.- Sección tercera, llamada “De administración”.
Contendrá: todo lo relativo a administración, a cuentas, su glosa y
calificación; y
IV.- Sección cuarta, llamada “De partición”.
Contendrá: el proyecto de distribución provisional de los productos de
los bienes hereditarios, el de partición de los bienes, los incidentes
conexos, y los convenios, resoluciones y aplicación de los bienes.

Los procedimientos de las secciones segunda y cuarta son


comunes para todos los juicios.

Las secciones tercera y cuarta podrán omitirse cuando el


heredero sea único y a la vez desempeñe el cargo de albacea.

TESTAMENTARIAS.

Juicio testamentario.- La herencia testamentaria se abre


cuando hay testamento válido otorgado de acuerdo con las formas
establecidas por la ley. Si el testador dispone sólo de una parte de sus
bienes, por el resto se abrirá la sucesión intestada, tramitándose
conjuntamente y bajo la común representación del albacea
testamentario.

Testamentos especiales.- Cuando se trate de testamento


público cerrado, testamento ológrafo, testamento privado, testamento
militar, testamento marítimo o de testamento hecho en país extranjero,
el juzgador procederá a declarar su validez conforme a las disposiciones
del Código Civil.
Objeto de la junta de herederos.- Presentado el
testamento público abierto o declarada la validez de los testamentos a
que se refiere y cumplidos los requisitos de que habla el artículo
anterior, se dictará el auto de radicación. En los juicios testamentarios el
auto de radicación contendrá, además el mandamiento para que se
convoque a los interesados y al Ministerio Público a una junta que se
verificará dentro de los ocho días siguientes a la citación si la mayoría
de los herederos reside en el lugar del juicio. Si la mayoría residiere
fuera del lugar del juicio, el juzgador señalará el plazo que crea
prudente, atendidas las distancias.

La junta tendrá por objeto:

I.- Dar a conocer a los herederos el albacea


testamentario si lo hubiere, o proceder a su designación con arreglo a lo
dispuesto en el Código Civil;
II.- El reconocimiento, como herederos, de los
nombrados en el testamento si éste no fuere impugnado ni se
impugnare la capacidad legal de alguno;
III.- La designación del interventor en los casos
previstos por el Código Civil,
IV.- La declaración de apertura de la sucesión
legítima, si el testador hubiere dispuesto en el testamento de solo parte
de sus bienes;
V.- Discutir las demás cuestiones que en la junta
sometan los interesados; y
VI.- La designación para los herederos menores o
incapacitados de tutor o representante cuando así proceda.
Citación a la junta de herederos.- Para la junta de que
habla el artículo anterior, serán citados los herederos nombrados en el
testamento, el albacea testamentario, si lo hubiere, el Ministerio Público,
el cónyuge supérstite y los ascendientes o descendientes del autor de la
sucesión.

La citación se hará por cédula o correo certificado. Si no se


conociere el domicilio de los herederos, se les citará por medio de un
edicto que se publicará en un diario de los de mayor circulación y en el
Periódico Oficial; además, se fijará en la puerta del juzgado. Si el lugar
de radicación no fuere el del último domicilio del autor de la herencia,
también se publicará el edicto en el último domicilio. A los herederos
cuyos domicilios, se conozcan y que no radiquen en el lugar del juicio,
se les citará por correo certificado. Al declarado ausente se le citará por
conducto de su representante legítimo.
En todo caso, el Ministerio Público representará a los
herederos cuyo paradero se ignore y a los que habiendo sido citados no
se presenten. La representación del Ministerio Público cesará luego de
que se presenten los herederos.

Junta de herederos.- En la junta de herederos se dará a


conocer a éstos el albacea nombrado, y el juzgador reconocerá como
tales a los que estén nombrados en las porciones que les correspondan,
si el testamento no es impugnado ni se objeta la capacidad de los
designados. En la misma junta, si no hubiere albacea testamentario o
éste no aceptare su cargo, se procederá a la designación de albacea, y
en su caso a la de interventor. Si el testamento fuere impugnado en la
junta por alguno de los herederos nombrados o por algún heredero con
derecho a sucesión legítima, en cuando a su validez, o si se impugnare
la capacidad para heredar de alguno de los nombrados, el juzgador
dictará resolución que tendrá el carácter de provisional mientras se
substancia por separado el juicio ordinario correspondiente con el
albacea o herederos afectados. La impugnación no suspenderá los
trámites del juicio sucesorio, sino hasta la adjudicación de los bienes en
la partición.

Las cuestiones que no afectan la validez del testamento o la


capacidad para heredar sino sólo su inoficiosidad, se decidirán en la
audiencia y serán apelables las resoluciones respectivas sólo en el efecto
devolutivo.

Trámites posteriores del juicio testamentario.- Una vez


celebrada la audiencia a que se refiere el artículo anterior, y dictadas las
resoluciones que correspondan, los trámites de juicio testamentario
serán los mismos que los establecidos por los artículos siguientes,
respecto a las secciones de inventarios, administración y partición.

INTESTADOS.

Procedencia.- El juicio de intestado tiene lugar cuando no


hay testamento o el que se otorgó es nulo o perdió su validez, o cuando
siendo válido el testamento, el testador no dispuso de todos sus bienes.

En este último caso el juicio intestamentario recaerá


exclusivamente sobre los bienes no incluidos en el testamento,
observándose lo dispuesto en el artículo 665 de este Código.

Auto de radicación.- Si el juzgador encuentra apegada a


derecho la denuncia y ésta se acompaña de los documentos necesarios,
dictará auto de radicación en los términos del artículo 621 de este
Código. En el auto de radicación se proveerá además lo siguiente:

I.- Mandará notificar la radicación a las personas


señaladas como ascendientes, descendientes y cónyuge supérstite o en
su defecto parientes colaterales dentro del cuarto grado, para que
justifiquen sus derechos a la herencia y nombren albacea, haciéndoles
saber el nombre del finado con las demás particularidades que lo
identifiquen y la fecha y lugar del fallecimiento;
II.- Mandará pedir informes al Archivo de Notarías y al
Registro Público de la Propiedad sobre si aparece que el autor de la
herencia hubiere otorgado testamento;
III.- Mandará recibir información testimonial
supletoria cuando aparezca que sólo existen herederos colaterales,
concubina o concubinario; y
IV.- Citará a los herederos y al Ministerio Público a
una junta que se celebrará a los treinta días siguientes para que en ella
justifiquen sus derechos a la sucesión legítima los que no lo hubieren
hecho antes, se haga la declaratoria de herederos y se designe albacea
o interventor en su caso.

Citaciones.- Las citaciones a los herederos y al Ministerio


Público se harán en la forma prevista por el artículo 636 de este Código.

Acreditamiento del derecho a heredar.- El derecho a


heredar por sucesión legítima debe comprobarse en la forma siguiente:

I.- Los descendientes, ascendientes y cónyuge,


mediante la presentación de las copias certificadas de las actas del
Registro Civil que acrediten la relación. Deben declarar además, bajo
protesta de decir verdad, cuales otros parientes del autor de la sucesión
existen dentro de los mismos grados. La cónyuge, si no existen
descendientes o ascendientes, debe declarar, además, si existen
colaterales;
II.- El adoptante o adoptado deben exhibir una copia
del acta de adopción y hacer, además, la declaración a que se refiere la
fracción anterior;
III.- Los colaterales acreditarán su relación con el
finado con las partidas del Registro Civil correspondientes, y además con
información testimonial que ofrezcan de que no existen ascendientes o
descendientes o cónyuge del finado o que se encuentren en alguno de
los casos de herencia concurrente a que se refiere el Código Civil; y
IV.- La concubina o concubinario en su caso,
acreditará su carácter mediante las pruebas escritas que pueda exhibir y
además con información de testigos que se recibirá con citación del
Ministerio Público y demás herederos. No se admitirá promoción de
la concubina o concubinario y si la hiciere se le mandará a
devolver cuando apareciere que existe cónyuge.

Cuando no fuere posible por alguna circunstancia comprobar


el parentesco mediante certificado correspondiente del Registro Civil, se
hará en la forma que determine el Código Civil. Además, para el
reconocimiento de los derechos a la sucesión legítima y sin perjuicio de
lo que establezcan las leyes fiscales podrá admitirse la conformidad
expresa de los demás herederos afectados respecto de alguno
que no tenga comprobado su entroncamiento, siempre que sea
unánime y quienes la manifiesten hayan comprobado su vínculo
con el autor de la herencia en forma legal. El heredero así admitido
tendrá los derechos que le correspondan según el grado de parentesco
que se le reconozca, para participar de la herencia. Las oposiciones que
se le presenten se decidirán en la junta de herederos pudiendo recibirse
previamente las pruebas que ofrezcan los oponentes, con citación de los
demás interesados.

Los que comparezcan deduciendo derechos hereditarios


deben expresar el grado de parentesco o lazo, justificándolo con los
documentos correspondientes.

Oportunidad para acreditar los derechos hereditarios.-


Los que se crean con derecho a la herencia legítima deben justificar su
parentesco o lazo con el autor de la herencia en cualquier tiempo hasta
antes de la celebración de la junta de herederos y aún en ésta; pero la
información de testigos y demás pruebas que ofrezcan los colaterales y
la concubina o concubinario deben recibirse precisamente antes de la
celebración.

Después de celebrada la junta de herederos, los que se


presenten posteriormente deduciendo derechos hereditarios serán
admitidos hasta antes de la adjudicación si los comprueban y los demás
interesados están conformes. En caso contrario, no serán admitidos
pero les queda a salvo su derecho para hacerlo valer en juicio ordinario
contra los que fueron declarados herederos.

Junta de herederos.- La junta de herederos se celebrará


en la fecha fijada procediéndose en la forma siguiente:

I.- Se hará constar por la secretaría si se hicieron


oportunamente las citaciones y publicaciones de que hablan los artículos
anteriores, y sólo se suspenderá si no hubieren cumplido con estos
requisitos;
II.- La falta de informes del Archivo de Notarías y del
Registro Público de la Propiedad sobre los testamentos que hubiere
otorgado el autor de la herencia, no suspenderá la junta, si se
comprobare que se pagaron previamente los derechos pro la expedición
de los certificados, sin perjuicio de que se sobresea el intestado cuando
aparezca que se otorgó el testamento;
III.- Se recibirán los documentos que exhiban los
interesados para justificar sus derechos y se dará cuenta con los que ya
existan en el expediente. El Ministerio Público representará a los
herederos ausentes y menores;
IV.- Enseguida el juzgador hará la declaratoria de
herederos, de acuerdo con los justificantes que se hubieren presentado
y conforme a las reglas del Código Civil sobre sucesión legítima;
V.- Se proveerá de tutor a los menores e incapacitados
que no lo tuvieren;
VI.- Una vez hecha la declaratoria de herederos, los
reconocidos procederán al nombramiento de albacea de acuerdo con las
reglas del Código Civil. Para hacer este nombramiento el Ministerio
Público representará a los herederos que no concurran y a los menores
que no tuvieren tutor;
VII.- Si no se hubiere presentado ningún aspirante a
la herencia o no fuere reconocido con derecho a ella ninguno de los
pretendientes, se tendrá como heredero a la beneficencia pública. En
este caso se designará interventor o continuará en su cargo el que
hubiere sido nombrado antes, mientras el Estado hace designación de
albacea;
VIII.- Se mandarán entregar al albacea los bienes
sucesorios y los libros y papeles una vez que hubiere aceptado su cargo,
sin perjuicio de lo dispuesto en el Código Civil. Si hubiere interventor
cesará en su cargo y rendirá cuentas al albacea; y
IX.- Si hubiere viuda encinta se adoptarán las
precauciones que señala el Código Civil y se reservarán los derechos del
hijo póstumo.

Oposiciones.- Las oposiciones que se susciten entre uno o


varios aspirantes antes o en la junta de herederos, serán decididas por
el juzgador en ésta y la resolución que se dicte será apelable en el
efecto devolutivo, pero sin que pueda hacerse adjudicación hasta que la
apelación esté decidida.

Las impugnaciones que se presenten después se tramitarán


en el juicio ordinario en el que el Ministerio Público tendrá intervención.

Si fueren dos o más aspirantes a la herencia y no estuvieren


conformes en sus pretensiones, los impugnadores harán de
demandantes y los impugnados de demandados, pudiendo los que
hagan causa común, formular sus pretensiones y defensas en un mismo
escrito y bajo representante común.

Efecto de la declaración de herederos.- La declaración


de herederos de un intestado surte el efecto de tener por legítimo
poseedor de los bienes, derechos y acciones del difunto a la persona en
cuyo favor se hizo.

Renuncia a la junta y designación del albacea.- Cuando


todos los interesados estén conformes o el heredero sea único, podrán
renunciar a la junta y hacer por escrito la designación de albacea. El
heredero único será siempre nombrado albacea.
TRAMITACIÓN ANTE NOTARIO.

Tramitación de la testamentaría ante Notario.- Cuando


todos los herederos fueren mayores de edad y hubieren sido instituidos
en un testamento público o privado declarado formal judicialmente, el
albacea, si lo hubiere, y los herederos, exhibiendo la partida de
defunción del autor de la herencia y un testimonio del testamento, se
presentarán ante un Notario para hacer constar que aceptan la herencia,
que se reconocen sus derechos hereditarios, y que el albacea va a
proceder a formar el inventario de los bienes de la herencia.

Si no hubiere albacea testamentario, los herederos podrán


designarlo de común acuerdo en la misma acta.

El Notario dará a conocer estas declaraciones por medio de


dos publicaciones que se harán de diez en diez días, en el periódico
oficial y en otro de los de mayor circulación en el Estado.

Los herederos en un juicio testamentario podrán separarse


de la tramitación judicial y continuar la tramitación de la testamentaría
ante un Notario.

Tramitación del intestado ante Notario.- La tramitación


de intestados ante Notario no podrá iniciarse sino hasta que la autoridad
judicial haya hecho la declaración de herederos, y siempre que todos los
interesados sean mayores de edad, que lo pidan de común acuerdo y
que no exista controversia alguna.
Intervención del fisco.- La tramitación ante Notario se
hará del conocimiento del representante del fisco para que tenga la
intervención que le concede la ley.

Inventario y avalúo.- Ya se trate de testamentarías o de


intestados, practicado el inventario por el albacea y estando conformes
con él todos los herederos, lo presentarán al Notario para que lo
protocolice. Simultáneamente con el inventario se hará el avalúo.

Los interesados, de común acuerdo, podrán practicar un


avalúo distinto para los efectos de la partición.
Partición y rendición de cuentas.- Formado por el
albacea, con la aprobación de los herederos, el proyecto de partición de
la herencia, lo exhibirán al Notario, quien efectuará su protocolización.
El albacea rendirá cuentas a los herederos, haciéndose constar en el
acta respectiva el resultado de las mismas.

Oposición y suspensión de la tramitación notarial.-


Siempre que haya oposición de algún aspirante a la herencia, el Notario
suspenderá su tramitación y enviará testimonio de las actas que hubiere
levantado a la autoridad judicial que corresponda.

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