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6, LA FILOSOFIA DE LA ECONOMIA German Gutiérrez PRECISIONES NECESARIAS DE TIPO CONCEPTUAL, En ciertas tradiciones filoséficas el término “filosofia de la economfa” remite a la episte- mologia y, mas especificamente, a la metodo- logia de la ciencia econémica. En otras, a las normas y valores subyacentes en determina- dos sistemas econémicos. No deja de haber quienes lo entienden como Ia pregunta ¢por qué es “economia” y/o “econémico” en el sen= tido de una especie de “ontologfa social re- gional” o una praxeologia colindantes con la antropologia econémica? Tiende ademas a pensarse que la “filosofia de la economia” es una reflexion que los filsofos de profesién ha- cen de aqucllo que los cconomistas de profe- sién dicen. Estas visiones unilaterales yfo re~ ductivas intentan ser superadas en América Latina sin presentarse todavia un nuevo cn- foque paradigmatico mas abareante y com- prehensivo, lo cual es el primer desafio al futu- ro en este campo. La expresién “filosefia de la economia” po- dria tener ciertos visos de colonialidad si el término “filosofia” pretendiera dominio nor- mativo. Podria también pensarse una “econo- mia de la filosofia”, es decir, una reflexin de los presupuestos de tipo econdmico, explic’ tos e implicitos, que contribuyen a constituir los discursos filoséficos. O pensarse la funcién de legitimacién que ciertas filosofias prestan (intencionalmente 0 no) a determinados siste- mas econémicos. Quiz sea muy productivo un didlogo de critica reciprocidad entre eco- nomia y filosofia, asi como ya en América La- tina se ha establecido entre teologia y econo- mia desde el surgimiento de la tcologia de la liberaci6n latinoamericana. Enienderemos aqui por “filasofia de la eco- noma” los “componentes filoséfices” formales (presupuestos, principios, finalidades y efec- tos o consecuencias), de contenido (ontol6gi- co, antropolégico, ético, politico, sociocultural, epistemolégico) y criterial-materiales (repro- ductivo-corporales) que econtribuyen a con- formar la vida econmica de las sociedades y comunidades latinoamericanas y del Caribe. Dicha vida econémica pucde ser analizada a varios niveles: a] A nivel estructural (forma- ciones sociales complejas, sistemas econd- micos 0 modos de produccién, modelos de desarrollo); b] A nivel de los procesos histori- co-politicos de tales estructuras: dindmica (externa e interna), escala (nacional, regional, local), tipo de conflictos (clase, etnia, regisn, género) v actores (uno de ellos el Estado, sus politicas cconémicas); ¥ c] A un nivel socio- cultural, tomando en cuenta el modo como las propias comunidades y organizaciones soc les participan, experimentan, piensan c imagi- nan las relaciones eeonémieas, que normal- mente no es el mado como lo imaginan y postulan las teorias, Los sujetos de la reflexién “filosoffa de la economia’, por tanto, son fild- sofos y economistas, intelectuales situados més alls de esas dos fronteras diseiplinarias, y también comunidades y movimicntos socia- les, los grandes relegados por la reflenién aca- démica tradicional, El cardcter “latinoame cano” es tanto de los “componentes filoséficos” como de la “economia” y reconoce la tensién evitable en un discurso que debe identificar lo que hermana y distingue a las sociedades latinoamericanas entre si. Como puede notar se, la complejidad del tema es indiseutible y exponerla aunque sélo fuera en sus rasgos gruesos podria constituir todo un programa de investigaci6n atin no realizado. Hasta afios muy recientes los estudios de economia se concentraban en las estructuras, su dindmica histérica y las teorfas correspon- dientes, as{ como las politieas eeonémicas gu- [595) 5% TERCERA PARTE: TEMAS FILOSOFICOS bernamentales y los debates y conllictos al rededor de dichas politicas. Se estudiaba la estructura, el poder, con criterio funcional eritico, y los conflictas alrededor de ello. Casi ausentes han estado los estudios sobre las for- mas econémicas no dominantes y las viven- cias, las prieticas y concepelones de los pro- pios sujetos econémicos subalternos, que en toda nuestra historia han sido siempre la aplastante mayoria dle la poblacisn, ‘Lo que se entiende por economia es una polémica. Sin embargo, las principales con- tribuciones y originalidades del pensamiento econémico latinaamericano parten de distan- ciarse de la concepcidn positivista y neockisi- ca que imagina una ciencia pura, universal y eterna. Afirman la economta como una eien- cia prictica de carsicter politico, cuyo sentido 0 finalidad ultima es ética y cansiste en garan- tizar la sobrevivencia, cohesi6n, desarrollo y sostenibilidad material de una determinada comunidad cultural y socialmente plural, di- versa y conflictiva. Esta comunidad se enfrenta aun mundo practico que impone sus propios limites y urgencias, y exige tomas de decisién en condiciones reales, no ideales, de conoci- miento parcial y fragmentario (independiente de los coneeptos de totalidad que se asuman), disputado (por cuanto existe un inevitable y legitimo conflicto de interpretaciones ¢ inte- reses entre diversos grupos, clases y sectores dela sociedad), ubicade en contextos institu- cionales de creciente complejidad (mereados estado, institucionalidad internacional, orga- nizaciones locales y regionales con ereciente identidad y poder), interesado y nunea libre de prejuicios, esto es, impregnado fuertemen- te por determinada cultura, tradicién, expe- riencia y los saberes a su disposicién. Por otra parte, dichas decisiones al ser interesadas y darse en condiciones de incertidumbre, ne- cesariamente tienen un sentido insoslayable de apnesta y son abiertas e inconclusas pues se dan en un mareo general de la aecién que reacciona a ellas y exige nuevas respuestas Esto significa que los efectos de las acciones trascienden Ia intencionalidad de los actores y se bifurcan en el tiempo como efectos direc~ tos € indirectos. Como el contexto es (aunque siempre transformado) un contexto politico (que plantea problemas de legitimidad) y prac- tico, las acciones, sus contextos y tambi¢n las intenciones pasadas se reinterpretan cons- tantemente. Este enfogue de economia impli ca la articulacién de andlisis histérieo (de tiempo largo), enfoque sistémico-estruetural, marco institucional y andlisis de coyuntura (conflictos). HISTORIA ECONOMIES ¥ DESAFIOS HISTORICO-ESTRUCTURALES En la historia econémica latinoamericana re- saltan algunas constantes histérico-estructu- rales: a] La dominacién externa (con sus va- riantes colonial, semicolonial 0 neocolonial); b] La dominacién de clase racializada; c] La profunda desigualdad econémica; d] La po- breza y la exclusién de la mayorla de la pobla- cidn; €] La débil responsabilidad social de los estados; f] Eldominio de un pensamiento eco- némico colonizado, y g] El desprecio a las ac- tividades cconémicas que no proporcionan grandes excedentes aunque son decisivas para la reproduecién de la vida de la mayoria de Ia poblacién. El desarrollo econémico de las etnias y na- ciones indigenas antes de 1492 era muy di- En las culturas de mayor expansion geogrifica y poblacional la agricultura con avanzados sistemas de sembradio y riego, Ia caza, Ia pesca y la pequefa produccion ar tesanal de textiles, orfebreria y artesania se orientaban para ¢l propie consumo y para los mereados; articulado a un importante de- sarrollo urbano y de la arquitectura e ingenie- ria (construccién de edificios, redes de acue- ductos, puentes, templos, fortalezas militares) Se coordinaba todo cllo mediante un estado tributario y un amplio sistema de mereados locales ¥ regionales. La concepcién econémi- ca en estas sociedades era parte de su cosmo- vision y no constitufa un discurso diferencia- do, La libertad econémica se basaba en tres preceptos: primero, el cuidado y respeto de unorden natural inalterable por los caprichos humanos y, por tanto, no susceptible de ser considerado propiedad con fines de lucro y explotacién ilimitados; segundo, la reciproei- dad y las normas del intercambio justo; teree- ro, el carcter comunitario de la produccién y el consumo. Tras la invasién, la economia se organiz6é en funcién de las necesidades europeas y la dominacién colonial asume cardeter racial, Se impone una produccién agricola y de me- tales preciosos intensiva, orientada exclusiva- 600 TERCERA PARTE: TEMAS FILOSOFICOS construceién detallada y cuidadosa de todas estas discusiones y reflexiones, en vistas a una mejor valoracién de ellas, pero sobre todo a la luz de los desafios del presente, donde muchos de los temas entonces abordados reaparecen aunque se presentan de forma diferente. No obstante, hay que resefiar muy sugerentes in- tentos evaluativos panordmicos como los de Prebisch ("Dependencia, interdependencia y desarrollo”, Revista de la cerat, nim, 34); Pal- ma (“Dependencia y desarrollo: una versién critica” en Seers, La teoria de [a dependencia, tuna revaluacion critica, 1987); Camacho, Debax tes sobre la teoria de ta dependencia y la socioto~ gta latinoamericana (1979); De Oliveira, Kay, Teor‘as latinoamericanas det desarrollo y el sub- desarrollo (1989); Setra (comp.): Desarrollo lari- noamericano: estudios criticos (1974); Pinto, El sistema centro periferia 20 arios después (1973), Dos Santos, Teorta de la dependencia; balance y perspectivas (2000), y “Por una bibliografia sobre a teoria da dependencia” en Estudos Avangados (1998), Bambirra, Teorta de ta de- pendencia: una anticritica (1978), Cueva, El desarrollo dei capitalismo en América Latina (1977) y “Problemas y perspectivas de la teoria de la dependencia” en Historia y sociedad (1974), Camacho, Debates sobre la teoria de la dependencia y fa sociologta latinoamericana (1979), entre muchos otro: ‘Obras clisicas de Ia teoria de la dependen- cia ademés de la ya seftalada de Cardoso y Fa- eto fueron entre muchas otvas: Vasconi, Cultu- ra, idealogia, dependencia, alienacién (1966); Quijano, Dependencia, cambio social y urban cacién en América Latina (1967) y Nacionalis mo y-capitalismo en Pert, un caso de neoinpe Fialismo (1970); Dos Santos, EI nuevo earicter de fa dependencia (1968); Gunder Frank, Capi- talismo y subdesarrollo (1965), Subdesarvollo y revolucién (1967); Bambirra, El capitalisma de- pendiente latinoamericano (1974); Marini, Sub- desarrollo y revolucién en América Latina (1967), Subeesarrollo y revolucion (1969), Dia- Feetica de la dependencia (1972), El reformismo y la contrarrevolucién. Estudios sobre Chile (1978); Caputo, Imperialismo, dependencia y relaciones internacionales (L970); Sunkel, Poli- tica nacional de desarvalto y dependencia exter- na (1970), Castro, La economia mundial y la crisis social (1983); Gonzalez Casanova, Labas- tida, de México; Zabaleta de Bolivia, Gerard Pierre, de Hait{; Garefa, Arrubla, Kalmanovitz, Bejarano de Colombia. Mencién especial merece aqui el Che Gue- vara, quien desde muy temprano articulé una critica de la planificacién econémica socialista y propuso caminos de un nuevo tipo de econo- mia socialista basada no sélo en criterios tec- nocratico-funeionales sino ademés en aspectos subjetivos de eonciencia y de una ética revolu- cionaria del trabajo, la cooperaci6n y la solida- ridad, plantcamientos que no encontraron eco ni en Ia sociedad cubana, ni en los tedricos de la economia latinoamericanos y tampoco en el mundo filoséfico, consideradas voluntaristas pero recientemente revaloradas. Al respecto se destacan obras recientes como El pensamiento econdmico de Ernesto Che Guevara (2008) de Carlos Tablada, y las ediciones recientes de sus notas de lectura de los Gruusdrisse de Mars. Tampaco puede dejarse de lado autores que desde hace ya muchos afios forman parte del didlogo constante de la intelectualidad erftica latinoamericana en su descifrar los cambios en la realidad global y del continente, como Samir Amin, egipcio, quien desde sus andlisis sobre el capitalismo como sistema mundial y sus re- flexiones sobre el eurocenirismo y el proceso de globalizacién del capital, ha alimentado in- numerables reflexiones latinoamericanas, al situarse en una perspectiva muy similar al lati- noamericano, desce el mundo periférico y con un enfoque antiimperialista y critico del colo: nialismo cultural, Sus andlisis del fracaso del desarrollismo aficano y sus propuestas de des- conexién desarrolladas desde la segunda mitad de la década de los aiios setenta, siguen inspi- rando andlisis contemporneos en la bisqueda de alternativas a la dominacion del sistema ea- pitalista mundial globalizado. Relevante en tér minos de investigacin del pensamiento eco- némico de Marx en clave latinoamericana, dependentista y ¢tico-filoséfica es cl monu- mental trabajo de Enrique Dussel en La pro- duceién tedrica de Marx, comentario a los Grun- drisse (1985), Hacia un Marx desconocido, comentario a ios manusevitos dot 61-63 (1988), Eliiltine Marx (1990), le liberacién Tatinoame- ricana (1990), y Las metdforas teolégicas de Marx (1993), PENSAMIENTO ANTILATINOAMERICANO. CONTRARREVOLUCION COLONIAL NEOLIBERAL El golpe militar chileno mareé el viraje hacia un nuevo patrén econdémico para todo el con- LA FILOSOFIA DE LA ECONOMIA tinente, Este modelo se impuso decididamen- te en los afios ochenta favorecido por la crisis de la deuda y el neoconservadurismo de los gobiernos de Estados Unidos e Inglaterra. Asi, las instituciones internacionales de crédito impusieron los llamados programas de ajuste estructural en toda la regién. Tres grandes principios guiaron la nueva ideologia neolibe- ral: a] El anticomunismo; b] El fin del desa- rrollismo y de un estado de reformas regela- dor de la economia y promotor del desarrollo e integracién social, y c] Un mesianismo de mercado que sacraliza los valores de libertad y lucro individual, eficiencia y competitividad, y entrega la economia de manera absoluta a las demandas de la divisién del trabajo, los ca- pitales y los mercados internacionales. En la practica la politica neoliberal fue una auténtica contrarrevolucién colonial impul- sada por las propias clases dominantes lati- noamericanas bajo presién imperial y trans- nacional, y amenazadas a nivel interno por demandas sociales de una poblacisn cada vez mas exigente y organizada. Se hizo posible mediante galpes militares, el mecanisma de dominacidn de la deuda externa, y la guerra econémica de capitales. Asi se impusieron los. Programas de Ajuste Estructural en todo el continente que deben ser evaluados por sus efectos destructivos en la economia y Ia socie~ dad latinoamericanas, Tras un proceso de treinta aiios de dominio neoliberal, puede ver- se con més claridad, situados un poco fuera de las diversas coyunturas y contextos, los efec- tos mas duraderos de este modelo en nuestras sociedades: empobrecimiento y exclusién ere- cientes, pauperizacién de las capas medias profesionales, quiebra de productores agrico- las e industrias nacionales (pequeftas, med nas y grandes), cesmonte paulatino de las insti- tuciones y espacins ptiblicas de caracter social y vinculante, mercantilizacién creciente de to- das las esferas de la vida social y de sus insti- tuciones (politica, cultura, religién, arte, edu- cacion, salud, deporte, naturaleza, agua, ete.) ¢ incluso mercantilizacién de la vida humana (sicariato, mercado de érganos, tific de ni- fos/as y jévenes para redes de narcotrafico, proslitucién, etc.); transnacionalizacién de las decisiones y politicas piiblicas de caréeter estratégico, pérdida creciente de la soberan de los estados y la autonomia de los gobier nos, apropiacién de los recursos nacionales, sociales y naturales, por parte de los grandes 691 capitales internacionales, monopolizacién del universo simbélico cultural por parte de los monopolios dela industria cultural y de la co- municacién (ry, cine, informatica, etc.) y fal- klorizacién de las formas culturales propias. En este periodo el pensamiento econdmico latinoamericano se ha expresado en estos afios de dominaci6n (no de hegemonia) neoliberal como critica. Esta critica ha sido gencralizada, creativa, y contundente y ha side llevada a cabo por pricticamente todas las corrientes que contribuyeron al pensamiento de la cepa y de Ia teoria de la dependencia, cada una de elas desde sus particulares marcos de pensamiento. sta afirmacién es independiente del hecho de que algunos criticas de antafio hayan sido co- optados por el poder en los afios noventa. La confrontacién con el neoliberalismo se dio en todos los ambitos del pensamiento eco- némico. El neoliberal es un pensamiento ma niqueo que intenta una auténtica inversién de todos los valores y conceptos construidos por el pensamiento ecanémico latinoamerieano en as décadas anteriores. En la confrontacién éste ha afianzado sus fundamentos y criterios epistemolégicos, éticos, antropolégicos y teo- légicos. Uno de los momentos miis creatives ha sido cl diélogo con la tcologia. Este didlogo cs motivado justamente por el mesianismo de mercado que profesa ¢l neoliberalisme, com- binado con su cardcter excluyente y destruc- tor en lo social. La teologia erftica lee esta combinacién como la dialéctica idolatria-sa- crificialidad, Pero el didlogo va mas hondo y encuentra en las teorfas econémicas presu- puestos teolégicos que cumplen una funcién teorética fundamental, a partir de lo cual el didlogo con la teologia rebasa el campo ético. Aqui cs imprescindible apoyarse en autores co- mo De Santa Ana, Eeonama y religidn (1980); Assmann, Molatria del mercado (1995); Mo Sung, Economia, tema ausente en la teologia de liberacién (1994), Sujeto y soviedades com- plejas (2005); Hinkelammert, Las armas ideo- Togicas de ta muerte (1977), ¥ Houtart, Sociolo- gia de la religidn (1978), Economta y religign (2004), entre otros. ‘Otro campo de fuerte confrontacién con el pensamiento neoliberal fue el campo episte- molégico. Algunas referencias importantes son R. Gémez en Neoliberalismo y seudociencta (1994) critica la epistemologfa popperiana subyacente tras el pensamiento neoliberal y 602 TERCERA PARTE: TEMAS FILOSOFICOS en “Neoliberalismo y étiea humanista, una in- compatibilidad radical” (1998) la antropolo- gia ética subyacente a dicha teoria econémica Hinkclammert en Critica de ta razon widpica (1984), Cultura de la esperanza y sociedad sin exclusisn (1995), El mapa del emperador (1 998) y Hacia una economia pava la vida (2005, jun- to con H. Mora), ofrece importantes contri- buciones (criticas y alternativas) cn el campo metodologia de la economia y las ciencias s0- ciales. Dicrekxsens critica la racionalidad de la economia capitalista contemporanea ¢ in- tenta identificar caminos alternativos en obras como Del neoliberalismo al poscapitalismo (2000), escribiendo ademas para pablico juve- nil en Susy y ef musdo del dinero (2000), y Let- cia y el nundo sofiado (2004), de gran utilidad también para muchos movimientos sociales yv comunidades. Boaventura de Souza, portu- gués, muy vinculado al pensamiento critico latinoamericano, posmoderno de izquierda, propone una nueva epistemologia del Sur en Critiea de ta razén indolente (2008). En el campo de la antropologia y ética en relacion con la economia, ha de tomarse en cuenta Jos trabajos de H. Assmann, R.Gémez, ‘Mo Sung, Dussel y Hinkelammert ya que estos autores superan la habitual dentineia de los efectos perversos y destructivos del modelo. Proponen una antropologia y ética implicitas y constitutivas del pensamiente y la préctica neoliberal (el bien, la ética funcional o de la ley), y del mismo modo una antropologia y ética implicitas y constitutivas en las resisten- cias sociales (ética de liberacion, de la vida o del sujeto). PENSAMIENTO ECONOMICO LATINOAMERICANO. IAS ALLA DE LA REPLICA Y DEL HORIZONTE CIENTIFICO ESTANDAR EL REGRESO DEL PENSAMIENTO PROPIO EN MATRIZ CRITICA ¥ POSCOLONIAL. LA (A)PUESTA En los dltimos treinta aftas en la regin el mo- delo neoliberal polarizé la sociedad y la eco- nomia, y lanzé crecientes masas de la po- Dlacién trabajadora y las clases medias a la marginacién, la exelusién, @ el empobreci miento extremo, produciéndose un aumento significativo de actividades econémicas de so- brevivencia realizadas fuera de los marcos del sector productivo capitalista “formal” y “dind- mico”. Este proceso real acompafiado de la afirmacién de la subjetividad de los nuevos ac- tores econémicos ha hecho mejor el caracter reductive de “la” economia y los residuos eurocéntricos que comportaron ya no las teo- rias coloniales mismas sino también las pro- puestas criticas hechas por el pensamiento latinoamericano en el siglo xx. Por muchos afios las formas econémicas populares se vieron como “residuos", como “tadiciones en via de extincién”, como “cues- tiones marginales” que el propio desarrollo de la sociedad se encargaria de superar, 0 como formas sin poder de influencia en las tenden cias marcadas por los grandes poderes econé- micos y financieros internacionales y de los propios paises latinoamericanos. Por esta ra- 26n, los estudios de estas economias se hacen fuera de Jas facultades y libros de economia. Se encuentran en estudios antropolégicos, so- ciolégicos, de comunicacién y cultura, en al- gunas investigaciones de filosofia latinoame- ricana, historia de las ideas, filosofia de liberacién, filosoffa intercultural y pensamien- to poscolonial. Han sido negadas, invisibiliza- das par los modas dominadores de accién y pensamiento econdédmico pere no han pedido ser desaparecidas y en ciertos periados rena- cen o se fortalecen. Lo més importante a re- sallar: que gracias a cllas sobreviven amplios sectores de la poblacién y se hace posible tam- bign la resistencia, Las culturas originarias latinoamericanas, las culturas negras traidas al continente en condicién de esclavitud, y las culturas mesti- zas campesinas surgidas desde el siglo xv y principalmente desde el siglo xix, tuvieron ideas claras acerca de sus rel naturaleza va tomando creciente importancia a partir de as tiltimas dos décadas del siglo xx y mas pro- piamente en el presente siglo, De manera que un pensamiento alternativo del siglo xx1 no puede imaginarse sin Ia recuperacin de di- chos imaginarios culturales, eriterios y prin- cipios econdmicos. Los estudios indigenas, raciales, poscoloniales e interculturales expre- san esa nueva realidad cultural que se abre paso. El renacimiento de los estudios indigenistas desde las dos tiltimas décadas del siglo pasado es producto del trabajo ineansable de cientis- tas sociales y antropélogos, las organizaciones indigenas del continente que rechazan la asi- milacién o integrismo, afirman sus raiees, re- LA FILOSOFIA DE LA ECONOMIA claman sus derechos usurpados y aplastados por siglos ¥ resisten a los proyectos globaliza- dores. Privatizar la tierra, los recursos natura: les y las fuentes primarias de la vida misma choca con las comunidades indigenas en sus intereses mas fundamentales y en el corazén mismo de su cosmovisin. Ademds de los ya clisicos estudios de Miguel Leon-Portilla y de Mercedes de la Garga para las culturas né- huatl y maya, respectivamente, y Carlos Len- kensdorf, Los hombres de maiz y Filosofia tofo- labal para los tojolabales, no podemos dejar de nombrar, por ejemplo, a Luis Villoro, Darcy Ri- beiro, Gonzalez Casanova, Marcos Roitmann, y especialmente a Rodolfo Stavenhagen por su compromisa en la defensa de los derechos indigenas y la reeuperacién de su legado his- (6rice-cultural. Igualmente hay que tomar en cuenta evidentemente a Mariategui en sus Sie te ensayos y Kusch en América profunda (1962), El pensamiento indfgena y popular en América Latina (1970), y Eshozo de una antropologia filoséfica americana (1978) para el area an na peruana, a Estermann, Filosofia andina (2000) en clave intercultural. Importante es resefiar algunos trabajos centrados en el tema de la economia indigena de los cuales pode- mos nombrar: Escobar, “Los pueblos indfge- nas (de México) y su participacién en la eco- nomfa regional en los siglos xvi y xx", Mandrini, “La economia indigena del ambito pampeano patagénico, Problema de fuentes © ceguera de los historiadores?”, ambos en la revista América Latina en la Historia Econd- mica (1999), Tax, Sol, Ef capitalism del centa- vo (1964), Warma: Félix Baez, Mercados in- dios (1982), Salazar y Vicenta Telén, Valores mayas (1998), Mendoza, “Los mayas frente a la globalizacién” y Aproximacién al fienciona- miento de fos mercadas mayas en Guatemala (1999), Carlos Viteri “La comunidad indigena y el desarrollo” (2003). La economéa de la solidaridad de Luis Raze- to Migliaro (1945) de Chile, filésofo, socidlogo y edueador es formulada de manera sistemsti- ca por primera vez en 1984. Desde la realidad de la pobreza, la marginaeién y la exclusién crecientes producidas por el sistema econé- mico vigente, ha surgide con creciente fuerza cuantitativa y cualitativa una economfa popu ler de sobrevivencia, mal llamada sector érfor- mal por los economistas estdndar, Esta eco- nomia popular se ha activado en los iiltimos 30 aiios en el continente al mismo tiempo que 608 la economia de la polarizacisn y Ia exclusién han imperado. Es una economia plural y muy heterogénea de pequefia escala que se rela- ciona con el mercado y el sector piiblico en condiciones de franca asimetria y con légicas diversas unas mas otras menos solidarias. Ra- zeto ubiea como formas principales el trabajo por cuenta propia (que incluye varios cente- nares de “oficios” identificados), las microem- presas familiares (en una de cada cuatro o cinco viviendas de los sectores populares lati- noamericanos), las organizaciones econémi- cas populares wecinales o de asaciados mutua- mente necesitados. Para Razeto no se trata de que una vez que han sido producidos y distri- buidos los bienes se abra paso a la solidaridad para atender a los desfavorecidos del proceso concluido, sino de que la solidaridad se inte- gre en todas los momentos del proceso eco- némico, tanto en la produccién como en la circulacién, el consumo y la gestidn del exce- dente econémico, y que se integre también como categoria central del pensamiento eco- némico. Segtin Razeto, todas estas formas econémicas implican un elevado companente solidario que se impone por necesidad dadas las propias condiciones de precariedad del proceso econémico y los componentes cultu- rales del mundo popular, aunque la acepta- cién consciente de estas légicas y su estabili- zacién es tambign un desafio, Esta economia popular es la fuente principal de un proyecto de economia solidaria de gran impacto en la sociedad latinoamericana. Razeto ha desarro- llado un trabajo de investigacién empirica y construceién tedrica de cerca de treinta atios de esta realidad y propuesta econémica. Ha desarrollado las bases de una economia politi- ca popular que integra una teoria de la ra nalidad alternativa, del trabajo, de la partici- pacién demoeritica en todas las fases del ico, del desarrollo, que art la criterios ecolégicos, de género, de economia familiar, una nueva espiritualidad y vineulo con las tradiciones socioculturales ancestrales del continente. En su concepcién es clara que una ciencia econémica autorreferente no es posible y precisa de vinculaciones onganicas con muchas otras disciplinas incluidas las fi- losoficas. Razeto propugna la construccisn de una metaeconomia o una ecosofia, términos con los cuales apunta a una critica a la econo- mia estandar incluida la economia politica en sus versiones reductivas. Al respecto véanse

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