HISTORIA DE UN PETIRROJO

Era primavera y una pareja de pequeos pajaritos buscaban un buen sitio para
hacer un nido. Volando, llegaron a un monte donde estaban crucificando a un
hombre. La pajarita le dijo a su pareja:

No te da pena ese hombre? Mira qu corona de espinas le han puesto. Me

da mucha tristeza. Mira cmo esa espina que tiene en la frente le hace mucho
dao, cmo brota sangre. Voy a quitrsela. Su pareja le contest: Ya s que
es terrible su situacin, pero es mejor que no vayas. No sabes lo que pueda
pasar.

Pero la pajarita no le hizo caso e intent quitarle la espina. A pesar de que

empleaba toda su energa, su pequeo piquito le dificultaba el esfuerzo. Al
final, consigui quitarle la espina al hombre y regres al lado de su compaero.
Cuando lleg junto a su pareja, l le dijo: Mira cmo ests. Te has llenado el
pecho de sangre. Ella pregunt muy preocupada: Y, ahora, qu hago?,
cmo limpio mi pecho? Su compaero le respondi: Hay un ro ms abajo.
All, podrs limpiarte las plumas.

En la orilla del ro, la pajarita se frotaba el pecho con sus alitas para quitarse la
sangre, pero, cuanto ms se lavaba el pecho, ms rojo se le pona. La pajarita
muy triste se qued en la orilla sin saber qu hacer.

En esos momentos, escuch una voz que vena del cielo: No debes estar
triste por tus buenas acciones. Tus actos son bellos ante los ojos de Dios. Por
ello, te distinguirs de los otros pajarillos y, desde este momento, sers
reconocida por donde vayas, pues te llamarn petirrojo.

Del Ro, L. En Cuentos de Semana Santa

Recuperado el 30 de octubre de 2011.
http://www.reikiare.com/tl453-cuento-de-semana-santa

MENSAJE:

En la vida siempre hay que ser acomedido, pues no hay nada mejor en la vida
que haber servido y complacido.