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foot Copes, Juan Carlos (s/f) , Bailemos Tango, Edit. La cancién, distribuide por Ricordi, pp. 5-7y 21-23. —Bailemos Tango — jEI tango nacié danza y morira danza! En sus principios, prostibulario, prohibido y excusa para estrecnar cuerpus femeninos y masculinos en un abrazo, con mas de picaro y soez que de sen- sual y expresivo. Desarrollado o “inventado” en los lupanares —tanto del Puerto como de los lugares de concentracién de tropas 0 resetos— por aque- ios que, luego de largas jomadas, buscaban el momento de esparcimiento, el encuentro con la mujer. Prohibido y marginado socialmente, resulté ser, no obstante, el acopiador lento y limpio de todo lo que era o hacia al Buenos Aires de entonces: la transpiracion del negro, la tozudez del criollo o indio, el humor del marinero. La coreografia representaba a ese crisol de razas tan distintas, pero unidas en sus miserias. La misica la interpretaban los instrumentistes que amenizaban los ‘‘quilombos” de la época, mezclando ritmos afro (candombe), milongas camperas, danzones y habaneras, mazurcas, polkas, valses, ete. El grupo ins trumental mas popular estaba formado por una guitarra, flauta y violin, por Jo que estos ritmos sonaban agudos y chispeantes. La'clientela ora la que mandaba y la picardia de los que atendian el “negocio” levaba a que todo transcuzriera comodo y apacible. Prostitutas, madames, cafiolos, mishes, mozos, mtisicos, negros, blancos, rojas, disfrutaban el “momento” —matiza’ do a menudo con peleas de pufio, cuchillo o revélver—e iban asi cimentando, en esa mezcla, una de las expresiones coreograficas més importantes del siglo. Asi como la bohemia musical de la época intercambiaba sus joyas musicales sin ningun deseo comercial, alguien Hevo unas partituras —que otros le hicie- ron Megar, vaya a saber cémo!— a Europa, y alli, 2 prineipios de siglo, esa novedad llamada Tango despierta a la Ciudad Luz y por ende al mundo. Los “cajetillas” argentinos reciben orgullosos el triunfo del bastardo, le dan “libertad” y, entonces, el tango se transforma en el simbolo de una “nueva raza” criolla. Se agrega luego otro instrumento: el bandonedn, como un injerto del Dr. Barnard para que Frankenstein tuviese listo su modelo para el mundo, Como a todo recién nacido (o mal nacido) el corazon empieza a latirle y fuerte. Poco a poco va cumpliendo ciclos de aprendizaje que lo definen y personalizan. Ya no es un divertimento, ahora es un simbolo y —como todo marginado— a los golpes va invadiendo todos los aspectos de la vida: sociales, raciales y politicos. Crece y su figura o imagen va saliendo del “pozo negro”; va perdiendo su estampa “quilombera” primero, luego la machista, para transformarse, por tltimo, en el equilibrio perfecto de la pareja. Como algo de dos, es lo’ més parecido al amor en la vida real: es ella y yo... 0 YO y ella. ..0, mejor dicho, los dos. No he querido hacer cronologia ni a lo que es, para mf, vivencia, sentimiento y, en definitiva, una verdadera pa- sién final. Pero, pese a no ser “historidlogo”, he vivido en carne propia la etapa de decadencia del tango danza y en base a esa experiencia os que hago estas reflexiones, tratando de evitar eriticas emocionales a ciertas “clases” © “tiempos”. no quitarle freseura Después de la época de oro ~del 35 al 50— aparecié un nuevo “familiar”, la TV, que borré la patticipacién del pueblo como protagonista activo; le dijeron: siéntese, mire y escuche. Y es asf como, después de haber sorteado tantas prohibiciones, el tango se quedé sin bailarines. Los rebeldes fueron marginados nuevamente, crearon sus propias “pefias” © eirculos, facilmente identificados en el tiempo, pero con leyes propias; se condenaron a un ostracismo y quedaron detenidos, como personajes humil- des, orgullosos e inaccesibles. No pidieron ni concedieron nada, el rito lo mantienen vigente y solo esperan que el tiempo se los lleve. No es eondena- ble, aceptaron el desafio y no desean cambiar, solo sobrevivir y que nadie los moleste. Desde la aparicion.de la TV —con sus slogans sobre lo que hay que usar, com- prar, escuchar— las nuevas generacicnes recibieron un lavado de “bocho” que alimenté la idea de que todo lo que tenia que ver con el tango era viejo, triste, decadente. Como siempre, los extremos: capital 0 provincia, River 6 Boca, Gardel o Piazzolla. . . en fin, ser argentino o descendiente de. .’. . Se redujeron las pistas de baile; termind ol boom de las confiterias; fueron desapareciendo las orquestas para bailar. Las discotheques, el jean, la muscu- losa, la generacién siempre joven y linda como ejemplo de vida, con spray, nylon, whisky, cigarrillos importados, los Beatles y el Rock and Pop. En el tango aparece un mitsico extraordinario: Astor Piazzolla que —visiona- rio— con su estilo crea un movimiento, pero los que lo siguen pierden perso- nalidad, Se acaba el tango danza y se afirma el tango para “escuchar” (espe- cialmente para misicos). El intérprete “copa”: Julio Sosa, Roberto Goyene- che, el respeto por Gardel. Pero lega también el olvido total para muchos creadores: cantores, miisicos, orquestas y. . . jbailarines! No obstante, lo que auténticamente pertenece a la cultura de un pueblo, a sus raices, no muere nunca, acaso permanece un tanto aletargado, y llega: mos entonces al afio 1983 en que se produce un fendmeno llamado “Tango ‘Argentino”*, Hay hechos que configuran un antes y un después; pues bien, el especticulo Tang s En gged av tenn. gn Brondway, ol epectculo Tan Via Director musical: Libertella alli, con esa base, se gesta un milagro. El mundo le dice ;si! al tango, con- mueve la tangomania en Europa, Oriente, América del Norte y, especiaimen- te en Argentina que, como “fabrica”, irénicamente es la iiltima en darse cuenta del valor comercial, industrial y cultural de lo que tiene: ese bastardo, hijo de mil razas. . el Tango-Danza. El contacto con quienes acuden a mis clases de “‘cédigos tangueros” me ha demostrado que hay muchas personas interesadas en aprender a bailar tango. ‘Quieren saber, también, por qué no participaron en la ‘‘cosa”. Se dedican a ese aprendizaje muy seriamente, “‘cientificamente”, como una manera de co- nocer las propias raices, ya que ellas forman parté de lo mas puro que nos queda en la vida, Es por eso que quiero, a través de este libro, hacer llegar mis “cédigos tan- gueros” a todos aquellos que no saben bailar el tango —tal vez por pertenecer a generaciones que no vivieron su época de oro— y quieren ahora aprender. Pero, antes de comenzar con las explicaciones de este codigo, quiero contar, ten pocas palabras, lo que ha significado en mi vida el tango-danza y las grat. ficaciones que por él he recibido. Me considero, en cierta forma, un revolucionario 0 “rebelde con causa”, ya que todo lo que rescataba en las pistas de los elubes sociales, night club's, cabarets, pitingundines, era “blanco” y “‘puro”. Me criticaron porque lo Mamé — iy lo puse en una foto!~ Tango Folklore Ciudadano. Destru‘a con mis argumentos coreograficos al rufidn, al malo, a la prostitu- cin y a la vagancia. Sabia que existian, pero para mi no sOlo eso era el tan- go; también estaban los que trabajaban, cumplian, creian, estudiaban y, tam- bién, los que silbaban y cantaban al amor. Abandoné todo por mantener esa posicion. Me recibf de “milonguero” cu. briendo todas las materias que exigia esa “universidad” clandestina. Corri mail calles —con pavimento o de tierra, en capital y alrededores— observando a los “grandes” de cada lugar. Incorporé todo hasta que mis globulos rojos tomaron el color tango-danza, ‘Vi hombres practicando con hombres, mujeres con mujeres, la mistica de la creacién tnica, virgen, diferente, imaginativa, Ese juntarse de cuerpos que ex- presaba —hasta grotescamente— la necesidad del abrazo, la necesidad de no estar solo, el escapar al viento de las guerras, a la esclavitud, alas miseries y dolores propios de los ‘*impotentes para cambiar destinos”, De alli esa figura o imagen tanguera a la que veo como una masa tiniea, com: puesta por una cabeza y cuatro piernas, deslizando sus pasiones, “‘agarrados” y con un intimo anhelo de que la orquesta no llegue a su chan-chan final. gra -M | Salida simple || 21 Salida simple— 8 tiempos 4: tiempo: Partiendo de la posicion inicial (foto N’ 1}, que ya hemos explica- do, la pareja debe flexionar levemente las rodillas. 2 tiempo: La pareja realiza un paso hacia el costado, él con su pie izquierdo y ella con el derecho, manteniendo la flexion de las rodillas. El hombre, $ua- vemente, pero con firmeza, con su cuerpo y en especial con el brazo derecho, debe indicar el movimiento a su compafiera (foto N* 2). 3° tiempo: El hombre, con un paso hacia adelante, eruza su pie derecho avan- zando hacia la izquierda; ella acompaia este movimiento retrocediendo un paso y eruzando su pie izquierdo hacia la derecha. Este movimiento coloca a fos bailarines fuera de la linea frente a frente (foto N* 3). 4° tiempo: El hombre avanza con un paso del pie izquierdo manteniendo la posicion del derecho; en tanto, la mujer, afirmando su pie izquierdo, retroce- de con el derecho. (foto N4). 5* tiempo: El hombre mueve su pie derecho hasta juntarlo con el izquierdo y al mismo tiempo gira su torso con un movimiento hacia atris del hombro derecho. La mujer, levemente empujada por este movimiento de su compaiie- 10, ertiza su pie izquierdo por delante del derecho. (foto N* 5) 6" tiempo: El paso anterior obliga a la mujer a retroceder con el pie derecho afirmando completamente el izquierdo y, entonces, el hombre avanza con el izquierdo. (foto N° 6). 7 tiempo: El envién del paso anterior —controlado por el brazo derecho del hombre— lleva a la mujer a realizar un paso hacia el costado, con su pie iz- quierdo, mientras él lo realiza con el derecho. (foto N* 7). & tiempo: El muevesu pie izquierdo hasta juntarlo con el derecho y ella tam- bign junta sus ples con un movimiento del derecho. Se completan ast, los ‘ocho tiempos y la figura. (foto N° 8). La distancia entre los pasos debe ser siempre la misma: si es medio metro los pasos 2, 3, 4, 6 y 7 deben ser de medio metro;los pasos 1, 5 y 8 juntan los pies E] hombre lleva la parte més dificil en este inicio, debe ser muy preciso en sus transmisiones para que la mujer conteste a sus requerimientos; ademas, todo debe ser hecho de la manera més suave y a la vez segura. Es importante dominar la “salida simple” antes de continuar ya que esta figura es la que sir- vve de base para las demas. 23

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