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EUGENIO GONZALEZ ‘ctor dein Unveniad de Chile LA UNIVERSIDAD DE CHILE Yosu RESPONSABILIDAD NACIONAL EDITORIAL de ie Race de Derecho de Vatparalso ela Unierldad de Che 1968 Desde hace algunos afls, es de rutina que al conacerse la seleeeiin de ingreso a las Universi ‘des se les formulen acerbas criticas, responsabill- ‘indolas de las frustraciones morales y sociales de Jos numerosos jévenes que no obtienen matricula en las escuelas de ensefianza superior. Estas erit- cas afectan especialmente a la Universidad de Chi- le por ser ella, el prineipal dryano que el Estado ‘iene para eumplir, en el plano universitario, su Aeber constitucional de atender, con preferencia, a Ja funelén edvcativa, ‘Periédicaments, también, eus autoridades dan conocer la situacién académica y financiera en que ae encuentra la Universidad de Chile, las exi- ggeneias miéltiples que su natural crecimiento im= Porta, los planes docentes, clentitioos y eulturales ‘que serfa necesario realizar para ajustar su des arrollo orgénico a las demandas —cada ver mis variadas, més complejas y més premiosas— de una sociedad’ como la nuestra en trance de profundos cambios de au régimen Instituclonal ‘Asi, en abril de 1966, expusimos, en un exten- 0 documento, entre muchas consideraciones reli cionadas con la situacién y la perspectiva de la Universidad de Chile, algunas cifras reveladoras de su extraordinario avance, a partir de 1957. Nos parece oportuno reiterarlas, compardndolas eon las correspondientes a 1967, para que la opinién ple bliea pueda apreciar la forma en uo ella procura ‘cumplir su responsabilidad nacional. 1.-EXPANSION DE LA MATRICULA La matricala de nuestra Universidad, que atien- de a mis del 60 por ciento del alumnado universi- tario del pais, era on 1957 de 12.267 alumnos y ab ‘eanaé en'1967 30.663. Sélo estan incluldos en estas cifras los alumnos regulares que cursan ense ‘hansa superior, es decir, quedan excluides de ellas Jos alumnos del Liceo “Manuel de Salas” de la Fa- cultad de Filosofia y Bdueaeién, los del Instituto de Bstudios Secundarios de la Facultad de Cien- clas y Artes Musicales que ascendieron, respecti- ‘vamente, 2 2.565 y 268, y los alumnos de las TEs- ceuelas de ‘Temporada que sumaron 4.602, También Jos cursos de caréeter artesanal que se ofrecen en algunas eictelas. El atmento mat significative 20 hha produeido en los ditimos cinco afios: en 1962 hhubo una metricula rilad de la correspo ros, Parece suporfluo destacar le importancia quo este dato tiene para una mejor comprensién de ‘nuestros problemas. ‘A iam ripida expansin de sus servicios do- contes hay que agrogar las nuevas carreras crea- das con el propésito de preparar a los muchos pro- fesionalee ¥ especlalistas, de grado medio, que va requiriendo nuestro desarrollo econémico y social, Para apreciar el esfuerzo que en este sentido se ha hhecho, baste sefialar que en 1957 se daban 66 tipos distin'os de formacién profesional y que subieron ‘116, en 1967, 1a mayor parte de ellos en los Cen- ros. Universitarios de las provincias, euya efieax ‘ontribucién a nuestro adelanto cultural esté sien o justamente recanocido. esulta evidente, ademés, que, al preparar en ‘carreras cortas (de cuatro y' menos afios), profe- jonales destinados al desempefo de funciones es- Decificas en la educactén, Ia salud, 1a administra idm, ln agricultura y la industria, se hace posible que los egresados de las carreras largas (d2 cinco ‘alos y més), puedan ser mejor utilizados que aho- 18 por la sociedad y el Estado. Vale tener en cuen- ta, al respocto, las cifras siguientes: ol 762 por lento del alurinado de In Universidad de Chile, en 1957, seguia carreras de cinco y més afios de dura- cidn y s6lo el 28,8% lo hacia en carreras de custro ‘ios y menos. Ahora, la proporcién es de 52,5 por lento y 47.5%, rospectivamente, previéndose pa- a los afios venideros um aumento progresivo del falumnado que prefiere las carreras cortas 2.-MEJORAMIENTO CUALITATIVO DE LA DOCENCIA La considerable expansién cumntitativa de In ocencia. no ha. disminuido su perfeccionzmiento cualitativo, Nuestra Universidad revisa periédiea- mente sus planes y programas de estudio, para adecuarios a Ins exigencins del progreso cienifico ¥ teenoligico y a las realidades y perspectivas del esarrollo nacional. Entre enero de 1966 y mayo e 1967, el Consejo Universitario considers 46 pla- nes y programas de estudio y reglamentos de Es ceuelas y do carreras reeién ereadas. Deatro del mismo propésite, habria que men- cfonar @l hecho de que nuestra Universidad —con sus proplos recursos, a través de convenios con versidades extranjoras y mediante la ayuda do organismas internacionales— ha enviado en los dl- times tres afos un promedio de 200 miembros de ‘5 personal académnlco a especializarse y perfecclo- narse en los més prestigiosos centros cientificos y luniversitarios de Europa y los Estados Unidos. Para mantener a la ensefanza superior en el sgrado de excelencia que le corresponde, es necesa- rio vitalizarla y enriquecerla con una seria inves- tigacién cientifiea y teenol6gica, Durante 1968, Ia Universidad estaba realizando 914 Investigaciones (en diversas ramas del saber y 1.800 en el afio 1987. Tas caractersticas de nuestro pais hacen, por otra parte, que ln asistenela téenica de los organismos universitarios a instituefones pdblicas y empresas privadas adqulera especial relieve. 3. EXTENSION UNIVERSITARIA ¥ ACCION SOCIAL ‘Aparte las tareas de enseiansa y de investi- ‘gacién que le son propias, nuestra Universidad es ‘in activa centro difusor de la eultare, que hace lle ‘far los incentives ecpirituales del sabor y del arte ¥ promueve la conciencia de altos valores do vida ¥ do trabajo en todo ol terrtorio do la Repibliea. El Departamento de Extensién Universitaria man- ‘ene en cireuloe cada vex més ampliee, de la eapital Y las provineias, el interés por los grandes probie ‘mas humanos, mediante escuolas de temporada, cersos y conferencias. El Departamento de Accién Social lleva a spartadss localidades el estimulo de tuna juventud deseosa de perfeccionar su formacién profesional, conociendo direstamente las necesida- es de nuestro pueblo y ayudindolo a la ver bajo la tuicion de investigadores ¥ profesores. Durante 1967, el Departamento de Extension Universitaria organis6 ocho Escuelas de Tempo- raga, con una matrfeula de 4.602 alumnos; 5 cur- 08 y 170 conferencias. Dentro de su Seocién de Extensidn Estudianti, funcionaron 5 cursos con 2.266 alumnos y 82 confereacias de orientacion; ¥, en al Centro de Estudion Sindicales y Cooperati- ‘vos, 8 cursos y 8 saminarios con 250 y 75 alunos, rrespectivamente. El Departamento de Accién So cial reaiz6 18 trabajos de invierno y 28 do vera ‘no, con la participacién de numerosos alumnos unk versitarios, Investigadores y profesores, en diver ‘sas comunidades urbanas y rurales ‘A Ia expansién experimentada por las activi dades universitarias, en “la ensefanza, ol cultivo ¥ Ja difusién do las cienclas y las artes”, no ha co- rrespondido una expansién correlative ‘de sus re cursos humanos, materiales, ténieos y financiers. La planta fisica de Ia Universidad, por ejemplo, ‘aunque ha aumentado —y en forma inarménice, 97.164.966, asigna- do en 1965; en 1967, de un 10,92 por clento del total de E" 184.071.000, asigmado en 1966, y en 1068, de un 9,88% del total de Ee 174,065,000, asig- nado en 1967. Estos poreentajes incluyen los a= mentos de sobresueldos (trienlos, cargas familia res) que se producen en el curso de eada a, los Incrementos vegetativos de los rubros de bienes de ‘consumo, y los gastos que implica la continuacién de cursos iniciados en periodos anteriores. De este modo, las disponibilidades para exten- der las actividades internas y externas de la Unie versidad o¢ reducen hasta proporeiones insigniti- ‘antes. Cabe agregar que en el presupuesto de gas- ‘tos corrientes, el Fiseo dej6 de pagar 1 2.950.088 (14 por ciento), suma que, por corresponder a ccompramisos contraidos, deberi cubrirse con ol ma- yor aporte de 1968, el que se rebaja asi, del 8,83, por clento al 7,5 por clento. Inoficioso serfs subra- yar Ja Inckdencia. que ello tended aun en el mante- ‘Almiento mismo de In actual siuacién universitaria, ‘Los aumentos del preeupuesto de expitsl han sido Tos siguientes: en 1966, un $8 por ciento de Jos E? 10,000,000 a que ascendié ol Presupuesto de 1005; en 1967, un 27.82% de los Er 18.300.000 ‘que ascondié el Presupuesto de 1966; y en 1968 de tun 20,88 por clento de los E* 17,000,000 a que as- cendié al Presupuesto de 1967. Durante 1967, al Thc di. aga 8 or nin dl tal el E* 6.666.666, cantidad integramente cam- Drometida en trabajon ya bechos, lon cles debe- rin pagarse con cargo al presupuesto de capital de 1967 —1.090.000 délares— fue inferior en un 18 por ciento al del ao 1966. Del presupvesto para el ‘fio 1966 —1.830,000 délares— el Fisco entregé un 96,7 por ciento, defando de pagan, por lo tanto, 48.755 dlares,y del presupuesto de 1967 —1.000.000 4.858.817. El Fisco aadeuda, ademés, a nuestra Universidad la totalidad el rendimiento en délares de la Ley 11.575 corres- pondiente a 1967 456.000 délares— y el 40 por siento del correspondiente a 1966: 188.099 délares. 6—PLANIFICACION ¥ REFORMA Frente a la demanda de mayores recurses pa- ra nuestra Universidad, se manifiestan, dentro y fuora de ella, opiniones en el sentido de que aquellos e Ios cuales dispone, dstribuidos racionalmente conforme a una planificacién téenica de sus activi dades, le permitirian mejorar y expandir sus servi- ios, déndose a entender, asf, que en la administra cidn universitaria exitiria arbitrismo dispendioso, por falta de una politica coherente y bien orienta- a que fije objetivos, etapas y prioridades en el ffuncionamiento de la. C Ta administraclén universitarla adolece, sin -ue duda, de muchos de tos defectos que parecen ser Inherentes a la de cualquier servicio pablico, dentro de un Estado de scentuada indole burocrétiea. La ‘complejidad de las disposiciones legales y regia ‘mentarias a que esté sometida nuestra Universidad Jmpide, en efecto, cualquier simplifieacién de sus ‘mecanismos administrativos, cada vex més recarga dos de enojosos trimites que perturban, a menudo, ln oportuna atencién de las névesidades propiamen. ‘te scadémicas. Consideramos de uryencia dotarla, ‘mediante una nueva ley orginica, de ln potestad reglamentaria requerida para que ella misma requ- Te su régimen interno. “Antojadiza nos parece en camblo, —euando ‘menos inconsults— la suposicién de que muestra Universidad carece de uns definida politica, rofle- jada en una planificecién téenica de su actividad ‘corporativa, condicién esta dltima del éptimo apro- vyechamiento de los recursos disponibles y base ob- Jetiva para solictar In entroga de mayores apor- tes ficales. Le verdad es otra: todas las Faculta- des estén utilizando al sistema de los Presupuestos por programas, que recomiendan los expertos en Ja materia, y hacen sus peticiones de fondos para realizar proyectos especificos de doceneia y de in- Yestizacion que luego son snalizados en su conjunto por las autoridades competentes. EL Consejo Universitario y 1a Rectoria, aseso- rados por las Oficinas de Planificacion y de Cons- ‘rucciones Universitarias, creadas en 1966, han es- ‘udiado y aprobado en sus aspectos fundamentales ‘un vasto plan de expansién do la Universidad, he- cho a base de las exigencins tdenicamente estimadas al desarrollo educacional y nacional en los préxt- ‘mos diez af. Este plan se revisa constantemente para actualizar sus proyecciones, s medida que insttutas de la propia Universidad y otros institu- tos del Estado van perfeccionando el anilisis de ‘as posibilidades, los requerimientos y las tenden- ias de nuestra evolucién colectiva. Al planificar su accién y su desarrollo, se ha stenido en vista la necesidad de moditicar ln ‘eatruc- ‘tara de lop servicios universitarios en el émbito nacional y el régimen de su funcionamiento inter- no, Pero ello requiere el pronto reemplazo de nues- tro Eslatuto Oryénico, en vigencia desde 1981, por otro mis flexible que entregue a nuestra Universi dad —dentro, naturalmente, de Tos preceptos de ca- ‘icter fundamental que corresponde esiablecer en Ja Tey— una amplia potestad reglamentaria, para ‘que ella pueda darse las normas reguladoras de su vida académica y administrative. El Consejo Universitario ha diseutido y apro- ado —recogiendo esta ves las opiniones expuestas en las distintas Facultades— los principales articu- Jog de un nuevo proyecto de Estatuto Onyfinico que fespera elevar a la consideracién y resolucién del Gobierno y el Parlamento al iniclarse el préximo ‘fo académico. Todas sus disposiclones responden. ‘Al propésito de que la Corporacién disponga de me- ios legates expeditas para cumplir sus tareas con 1 méximo de efleacin ¥ sentido de futuro, organi- zando sus servicios en Santiago y las provin- clas— como estime conveniente a sus propios fines ¥ democratisdndolos de manera que la “comunidad Universitaria” —tan manida actualmente en la re ‘rica académica— ses, con plena autenticidad, una, forma de vida y de trabajo. 4Cémo ia podido nuestra Universidad —ac- tuando on cl rigido marco logal de un Estatuto Or- finico inadecuado a sus necesidades de reforma y Aesarrollo, y, 1o que es también grave, perturbada fen el cumplimiento de sus deberes de rutina por tun presupuesto insufleionta— mantener sin alterae cidn notoria el pulso de su actividad regular y adn acrecentar, cada ago, el mimero de sus alunos? Sélo mediante un generoso esfuerzo de su personal tanto el académico como el administrative — obli- trado a trabajar, por lo comin, en condiciones ma- teriales insatisfactorias y con rentas cuyo monto std lajos de corresponder a la preparacién que se Je exige y a la responsabilidad que le concierne. La. emigracién de profesionales y clentificos hacia paises ricos en que encuentran atractivas oportunidades, constituye un problema nacional que 1 Estado habré de abordar sin tardanza por sus nogativos efectos en fancionas vitales do servicio pbliog y de progreso social; pero es todavia mis grave quo profesionales y ciemtificos altamente ca- fcades, sbendonen la Universidad por situaciones ‘mejores —no sélo en cuanto a renta, sino también ‘a medios de trabsjo— que les ofrocen instituciones, internacionales, empresas privadas y —lo que esi admistble— otros arganismoa del Estado o en los ‘cuales el Estado tiene influencia predominate, INo seré posible, all menos, establecer en la Ley impedimentes que eviten tan sbsurda compe- ‘encia entre organismos del lamado “sector pi- biico”? De continuar ella, se resentiré progresiva- ‘mente en su ealidad, la formacién de los futures profesionales que, por el contrario, deberin ser, en 1 futuro, mejor preparados para asimilar los ade lantos acclerados de Ia cleneia y de la técnica y para afrontar con capacided ereadora la solucién de los inguletantes problemas de las socledades mo- ernas, sobre todo de aquellas que como la nuestra, reclaman un progreso répido y efectivo en todos Joa érdenes de st Vida T—INSUFICIENCIA DE RECURSOS No faltan, pues planes, sino medios. El Conse- 4o Universitario ha aprobado las ideas eentrales de tun proyecto de reorganizacién de nuestra Universi- ddad que, para ser puesto en prictics, requiere eons- truir previamente, en plazo corto, nuevos edificos, agrupindolee en Centros Docentes que permitan la Integraciin arménica de servicios similares, ahora dispersos. Los aportes de capital, a pesar de'sus in- ‘erementos anuales que, como s€ ha visto en 1967 pueden resultar precerios, no permitirian, por sf Solos, la realizacién dol plan de nueva planta fica, ‘laborado por la Oficina de Construcsiones Univer Sitarias, De ahf que se haya recurrido a préstamas en el exterior. Aparte los obtenidos para construir edi- {eles destinadas a los Centros Universitarios de las provincias, a esevelas de la Facultad de Ciencias Fisicas y Mateméticas, a parte de Ia Escuela de Salubridad y otros menores, el Banco Interameri- ceano de Desarrollo presté con destino a las Facul- tades de Agronomia y Medicina Veterinaria, en 1967, In suma de US$ 5.000.000, eon los euales se construyen en el fundo Antomapt, a corta distancia, el centro de la capital, las instalaciones que hax de & presumiblemente, el conjunto funcional me jor dotado para la ensofansa y ln préctica de las iseiplinas agropecuarias de Latinoamérica. Ace ‘tualmente ol BID ost examinando una eolicitud de préstamo por 25,000,000 de délares, que se apli- carian a la realisaciOn del plan de reorganizac académiea y administrativa de nuestra universidad yale ampliacién y mejoramiento de su planta fi Hemos procurado poner de rlieve que los mayores aportes fiseles de cada presupuesto en Jos sltimos aos apenas alcanzan para que nuestra Universidad cumpla restringidamente sus funcio- ‘nes, con un personal insatisfecho por sus renias, y on aulas, laboratories y bibliotecas que hace tiem- _ po dejaron de corresponder, por su cabida y dota- idm, al méimero de alumnos admitidos, casi en todas las eecuelas superiores al recomendable para impar~ fir una buena ensefianza. Los proyectos de expar- sidn, oportunamente presentados, quedan recargan- o los archivos de alguna oficina del Estado, como muestra y testimonio de la preceupacién de las au- taridades universitarias acerea de los. problemas ‘que se les plantean y de sus eventusles soluciones. ‘S—SITUACION EN EL, PRESENTE ARO Para el presente aio, Ia situsciém universita- ia revisto caracteres do acentuada gravedad. So- bre la base de serios estudios hechos por los direc- tares de los servicios y revisados enseuida por los ecanos de les Facultades, nuestra Universidad 50- licité um mayor aporte total al presupuesto (gastos corrientes, de capital y en délares) —en el que se fncloye, aparte el aumento vogetativo en los rubros de ratina, lo necesario para continuar cursos, apli= car nuevos planes de ensefanze, inieiar programas clentificos y ampliar las matriculas de aquelas es- ‘cues en condiciones de hacerlo— de Ev 99,000,000. [Le han sido otorgados hasta ahora —como ya se dic jo— Br 18.000.000. ‘Le matricula en nuestra Universidad he at ‘mentado entre 1961 ¥ 1967 en los siguientes por- centajes anuales: 7.6%, 9,7, 12, 145, 19, y 149 por elento, Ellos demuestran eémo en forma inequi- oe voea ha erecido répidamente hasta 1968 y que en- tre 1966 y 1967 experiments un descenso. Teniendo a la vista las cuolas fijadas para 1966, el poreenta- Je de 1967 experimentaré un ligero ascenso expli- fable por ls continuacién de los eurtos erendoe <2 ‘fios recientes, Esto indica que nuestra Universt- dad ha legado al limite do utillzacién de au perso- nal de sus instalaciones y de sus locales. ‘Les datos precedentes tienen, pues, por obje- to, que la opinién pablica y aquellos jévenes que ‘ete alo, como en los anteriores, no han obtenido matricola en nuestras ezouelas, aprecien la magni ‘ud y traseendencia del problema cuyo planteamien- to corresponde a los organismos téenicos de mues- ‘ra Universidad, pero euya solucién depende de la voluniad politica del Estado. No seria patrstico aminorario, con sutiles andlisis estadisticos, ni me- nos eludirlo en generalidades teérieas sobre opti- tmistas perspectivas del dosarrollo nacional. Hay ‘que afrontarlo. {1Cémo podré pedirse a nuestra Universidad la ‘admisién de una evota mayor de la prevista —el- rrededor de 10.000 alumnos nuevos— de los 29.800 ‘que se sometieron a las pruebas para ingresar a sus aulas? Es efectivo que muchos de ellos no de- ‘mostraron reunir las condiciones indispensables pi ra seguir con probabilidades de buen éxito earre- ras de cardcter universitario; pero también cs efec- tivo que entre los rechauades por falta de plazaa fen las escuelas los hay, en considerable némero, que, renniéndolas on grado a lo menos suficiente, hhan quedado al margen de inmediatas posibilids- des en la edueacién superior. Puede afirmarse, sin necesidad de recurrir a Jos eseasos estudio “de recursos humanos —todos Imprecisos, fragmentarics, y sobremanera discuti- bles— que hay en el pais carencia de profesores, ingenieros, médicos, veterinarios, agrénomos, em fermeras, asistentes sociales ¥ otros profesionales, como asimiamo de téenicos de grado intermedio pa- va el desempetio de funciones especfieas de colabo- raciési en la industria, Ia agrieultura, Ia adminis- ‘tracién, la salud, ete. Conviene a nuestro desarro- Ilo econémico-social y normalizaria nuestro siste- ‘me educacional Ia orientacién de un méimero ere- ciente de egresados de Ia ensefianza media hacia ‘se tipo do carreras cortas. 8-LA DEMOCRATIZACION DE LA UNIVERSIDAD ‘Sin embargo, habré siempre impediments in- superables para un acceso masivo a la formaclén ‘profesional de caricter universitario: por una par ‘te la eapacidad exigida 2 los postulantes; por otra, Ja necesidad social, No cualquiera, por el simple he- ‘cho de haber terminado el ciclo'secundario puede atribuirse el derecho a ingresar a la Universidad: tiene que screditar, para ello, calidad y vocacién. dems, es obvio que ningiin Estado, cualquiera sea 1 régimen imperante en é), contribulria a formar ‘més profesionales de los requeridos por In sociedad para su subsistencia y progreso. ‘La democratizacign de la Universidad —y nos referiremos a este concepto en st aleance externo, social— no puede entenderse en tan peregrino sen- de, pero ef legtimo preguntarse: jllegan actual mente a la Universidad los jovenes mis capaces para lot eetudioe euperiores? El proceso educative produce, en sus diversas instanelas, una seleceién Auténtica y una adecuada distribuetdn de los alum- nos, segtin sus aptitudes y yoeaciones? Ni lo uno, ni lo otto, La seleocién universitaria se realiza en- tre javence que por pertenecer, en abrumadora ma- yoria, a grupos sociales de alta y mediana situs ‘lén econémics, pudieron completar ol cielo de en- sehanza media, {Cudntor nlfos do talento queda vm, sin ocasion de deeplegar sus virtualidades, en Jas primeras etapas de la educaciOn sistemética? La democratizacién de la ensefanza superior 26lo serk efectiva cuando se democratice realmen- te Ia edueacién nacional en su conjunto y esto silo serd posible cuando ce modifiquen las estructuras Dsieas de la sociedad y del Estado. Por ahora silo se puede atenuar la injusticia del actual estado de cosas mediante una provida asistencla del Estado 4 los nifos y j6venes de eccacos recursos familia rot y manifiestas capacidades intelectoales, para que puedan mantenerse dentro del sistema educa tivo hasta Negara la Universidad. También puede entenderse Ia democratizseién de nuestra Universidad en sentido distinto, Por su {indole de institucién estatal, ella debe servir acti- ‘vamento al pueblo quo la sustenta, La ciencia y el arte que en ella se cultivan no pueden ser privilegio ¥ regodeo de inteloctusles y octetas, apariados de los sobrecogedores problemas de un mundo en eri aia, em cireunstancia que al destino de Ia humani- fad parece amenazado, De abi que tea etencial fun- ‘lén suya llevar al pueblo estimulos de cultura, a fin de abrir los expiritus a la comprensién de los valores de la verdad, la belleza y la justicia para 1 logro de una convivencia digna. y—ALGUNAS. NORMAS UNIVERSITARIAS Nuestra Universidad os ajena a las contingen- las de Ia politica partidista, pero no puede ser in- diferente a los movimientos de progreso social. Por su condicién de entidad moral, debe tomar concien- cia de las fuerzas erondoras, que especialmente en Jos perfodos erfticos, emergen como impuls, eiegos de Ia voluntad colectiva. “La Universidad —dice un ‘acuerdo reciente del Consejo Universitario— esté bligada a participar eflcazmente en el proceso de fambio social, orientando las multiples formas de su actividad interna y externa en el sentido de ous tendencias més progresivas”. ‘Aplicando este criterio normativo, estamos ‘empetiados en darle « nuestra Universidad una es- ‘tructura nueva que Te permita ser una auténtiea ‘comunidad de vida y de trabajo, donde la autori- dad, 1a jerarqufa y Ta diseiplina se fundamenten fen principios, normas y valores lbremente acepta- {dos por profesores y slumnos. Los problemas que fen ella se planteen deben resolverse en términos de rrazén y Justicla, con leal prescindencia de euslquier ‘propésito de presign sabre el expirta y Ia conducta, de individuos ¥ grupos. La violencia y el dogmatis smo —que es también una forma de violencia— de- bben ser excluldos del Ambito universiteria, Cuanto se haga por erradicar de Ia comunidad universitaria el dogmatismo y la violencia le refor- zarin en su carécter de tal, faclitando su labor constructiva. Hay que tener presente, sin embargo, ‘una realidad: la rebeldia estudiantil en muehas unle versidades del mundo —por motivaciones lreuns- tanelales diversas— es sélo una de los tantos fen6- ‘menos reveladores de una erisis histdriea en la que ‘se estin definiendo nuevas formas y valores de la Vida humana. Ha surgido tanto en sociodades po- litiamente libres y présperas como en sociedades agobiadas por la opresin y la miseria. Curfosamen- ‘los estudiantes europens y norteamericanos, has ta hace poco tiempo conformistas en su rigurosa ‘tradicién, parecen estar adquiriendo la conciencia polities y el sentido social que han caracterizado, desde have déendas, « los de nuestra América la: tina, ‘Nos parece altamente plausible que mucstros = ‘estudiantes tengan serias inquietudes politicas ¥ sociales, Pot lo dems, lat han tenido siempre y, 8 través de su Federacién, han actuado como factor dindmico del progreso nacional. Preoeupindose de Jes problemas piblicos y promoviendo el eambio so- cial, ve han sustraido a las limitaciones espirituales {de una formacién sin base humanista y demasiado ‘epecializada que, por natural consocuencia, pudo inelinarios a un concepto mezquinamente utilitario e su ejereicio profesional NALA REPRESENTACION ESTUDIANTIL. ‘Nos referimas anteriormente a lo que pudiera amnarse Ia. democratizacién de la Universidad ha- cia afvera, en su relaclin con el aumento de las ‘evotas anusles de matricula de manera que tengan faceaso a sus aulas todos los jovenes capaces yy en special, los que provengan de familias de bajos in- ‘gresos. Ahora, consideraremos lo que pudiera li ‘marse la democratizacién de la Universidad hacia ‘dentro, es decir, con relacién al funcionamiento de sus servicios docentes, clentifices y eulturales , 30- bbe todo, con el modo do elegir a los miembros del cuerpo académico superior ¥ sus autoridades. Con- cretamente se ha planteado un problema: ;Deben Jos estudiantes intarvenir en estas elecciones, con derecho a voto, para que la democratizacién de la ‘Universidad sea efectiva? "Desde hace decenios, los estudiantes de nucs- ‘ra Universidad participan en diversos organismos, por disposiciones internas de Escuelas y Faculta des —generalmente silo con derecho a vor, en al srunos con derecho a voto— y asisten a sus sesiones, or acuerdo del propio Consejo Superior, tres re- ‘presentantes de la Federacién de Estudiantes de Chile. La colaboracién de loe estudiantes ha sido ‘ti, inteligente y construetiva y, en los debates del Consejo Universitario han expuesto, bien docurnen- ‘ados, con serena y respotuosa firmeaa, sus puntos de vista sobre todos 1os problemas universitarios Como en el Consejo Superior es infrecuente que se recurra al voto, porque siempre se busca el consen- 0, Tos estudiantes participan de verdad en los aacverdos que se adoptan. ‘No obstante, para la dobida intogracién y el cabal funcionamiento de una genuina comunidad universitaria —y recogiendo la ya larga experien- ia del cardoter positive de Ia colaboracién esti iantil— el Consejo Superior, en acuerdo con los Aeleyados de Ia Federaclén do Estudiantes, ha re ‘uelto que se institueionalie, déndole vigencia le- sal, en el nuevo Estausto Orzénico, le partelpacién de representantes eatudiantiles en todos los orga ‘ismos colegiados de nuestra Universidad, con de- recho a vor y Yolo desde la cétedra, concebida como ‘grupo do trabajo, hasta ol Consejo Superior. Tam- biéa la tendriin representantes del personal agrega- do a la docencia. Fl dorecho a voto de los estudian- ‘es no regird para la eleccién de autoridades ¥ pro- oe fesores y In resolucién de problemas administra ‘vos, ‘ate acuerdo ejemplar revela Ia madures y so- riedad de los dirigentes estudiaatiles, a la vez que 1 espfritu realista y renovador de tos consejeros tniversitarios. Bien han comprendido los estudian- tes que en Ta eleccién de profesores y auloridades ‘no se trata de configurar en Ia Universidad “es ‘ructuras de poder”, asimiables a las que se dan ‘en el Bstado, sino de apreciar calidades intelectua- Jes y éticas ‘en funeiém de un orden muy distinto e valores que, en el caso, son los del espiritu y la cultura, Confundir ambas situactones, puede tener ‘eonsecuencias extremadamente nocivas en el futuro do Ia institucién universitaria. AZ-CARRERA ACADEMICA, Lo dicho no significa que desconozeamos las ‘muchas deficiencias que existen en la goneraclén 4el cuerpo scadémico y, por lo mismo, en la genera- cidn de las autoridades universitarias. Actualmen- te, sélo participan en las elecciones universitarias “los profesores ordinarios, los profesores extraor- inarfos que hayan curplido cinco afios no Inte rrrumpides de ensefianza como tales en la Universi- dad y estén impartiendo dicha ensefianza, los com tratados y Jos miombros académicos de las Faculta- dex. Cuando se trata del nombramiento de profeso- res ordinarios sélo tendrin derecho a voto los a ‘miembros docentes de la Facultad” (art. 47 del os tatuto universitario en vigencia). Ta gran mayoria de los claustros slectorales Hos de las Facultades y ol Claustro Pleno— estén Cconstituidos por los profesores ordinarles, que lo son por desempefiar horas de clases de las Hamadas ‘universitarias. Algunos lo son por un muy reduci- do nimero de horas de docencia. No participan, en ‘cambio, en log claustros electorales, las demés'ca- ‘tegorias de profasores y los investigadores, aunque ‘gran némero de ellos slo trabajan en la. Universi- dad afectos a los regimenss de rentas globales, jor nada completa y dedicacién exclusiva, y reiinen los requisites. docentes y cientficos pars ser conside- rados en el més alto rango de la jerarquia univer- sitaria. ‘Urge poner término a esta situacién evidente- ‘mente andmala, estableciendo una “carrera acadé- mica” en Ia que los miembros det personal docen- te y clenifico, independientemente de la funcién ‘que desampetien, vayan ascendiendo en los diversas rangos de la jerarquta universtaria, hasta alean- dar el més alto que Jes dard acceso, com plenitud de derechos, a los Claustros de las Facultades y al Claustro Pleno. BI respectivo reglamento deber& ser extremadamente riguroso, a fin de que las pro- ‘mociones se prodazcan exclisivamente a base de réritos, experiencias y trabajos. Estamos eiertos de quo, a través de la carrera académica, la jerarquia universitaria Uegaré a ser oe Iintrinsecamente legitima, se evitard cualquiera in- justa arbitrariedad de las autoridades en el nom- Dramfento del personal docente y cietitico que sea de su incumbencia y no quedaré Mbrado a mayorias ‘casionales de las Facultades, « voces movidas por Intereses ajenos a los proplos de la Universidad, la leocién de ls eatedriticos: aélo podrén serlo quie- nes estén, previamente, en el grado més alto de Ja Jeranquia universitaria 1A—LIBERTAD ACADEMICA, La Nbertad seadémiea —lo hemos relterado reclentemento— es prineipio esencial en la vida y el trabajo de una verdadera Universidad. Para su ca- bal ejercicio et candicién béslea, por una parte, la ‘autonomia de la Universidad, con respecto pode- res externos, on ol eumplimianto de sus fines docen- tes, cientificos y eulturales; por otra, en el orden Inferno de la Universidad, Ia libertad académica Jmplica completa independencia de sus miembros para exponer y sustentar ideas y doctrinas. Ningin ‘miembro de la Universidad puede ser objeto de ‘medidas restrictivas, menos de sanciones directas © indirectas por las ideas y doctrinas que exponga ¥ sustente, tanto en los organismos universitarios ¥ ante sus alumnos dentro y fuera de las aulas, eo- ‘mo en cualquiera forma de la actividad piblica- Si bien es clerto que nuestra Universidad, por su naturaleca de insttucién nacional y drgano del Estado, debe mantenerse al margen de los intere- ses transitorios de la politica partidista, elo no ‘puede significar que permanezca ajena a las inguie~ ‘des ideoldgicas.y a los apremiantes problemas de nucstza época. Por el contrarlo, debe estar abier- ‘tw a la discusién elevada de los grandes temas del cconocimiento y de la vida y al examen objetivo de ‘todas las ideas y doctrinas, hecho con la libertad de eritca y el decoro intelectual, propios del espiri- ‘tu clentitico. AGn més: Ia Universidad, como enti- dad moral, tiene 1a obligacién de promover en la javentud de aus aulas una clara eonciencia de los valores que orientan, en sentido de progreso, Ia for~ rmacin del hombre y el desarrollo de la sociedad. Corresponde, en primer témino, a las autori- dades universitarias respetar y hacer respelar el principio de la libertad académies. Ninguna decl- ‘in administrativa relacionada con actuaciones de profesores 0 estudiantes que pudiera aparecer val herando el principio de la libertad académica, debe ser adoptada sin un previo, imparcial exhaustivo esto de los antecedentes, y audiencla de ls afee- tados, por una comisién especial. HI nuevo Bstatato Orgénico dispondré lo que sea pertinente para que no sufra mengua alguna, en tales casos, el interés de la justicia y quede garantizado, en plenitad, el Alerecko de los miembros de la comunidad univer sitaria,

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