La cnlica dz la economziz polziica

estzi sustanrialmente terminada

racionalidad de la produccion superior a la de la economia politica burguesa, las armas que Marx creyo tomar se vuelven
contra l y hacen de su teoria la apoteosis dialctica
de la economia politica. En un nivel mucho mas
elevado, su critica cae bajo la objecion que l
mismo formulaba a Feuerbach de hacer una critica radical de los contmidos de la religion, pero en
una forma siempre religiosa. Marx hace una critica
radical de la economia politica, pero esa critica sigue teniendo la forma de sta. Tales son las astucias de la dialctica; tal es, sin duda, el limite de
toda "critica", ese concepto nacido en Occidente al
mismo tiempo que la economia politica y que tal
vez no sea, como quintaeseneia de la racionalidad
de las Luces, sino la expresion sutil y a largo plazo
de la reproduccion ampliada del sistema.
La dialctica no escapa a este destino de la critica. Comprenderemos quizas que la inversion de
la dialctica idealista en materialismo dialctico no
era mas que una metamorfosis, que lo dialctico es
la logica misma de la economia politica, del capital
y de la mercancia y que, bajo la apariencia de haber producido su contradiccion interna y mortal,
Marx no produjo, en el fondo, mas que su teoria
descriptiva. La logica de la representacion, es decir,
del redoblamiento de su objeto, invade toda discursividad racional. Cualquier teoria critica es acosada por esa religion subrepticia, deseo medido segun la construccion de su objeto, negatividad amenazada por la forma misma de lo que ella niega.

Aferrandose

una

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