“Cuentos desde Gotiasan” – Vol.

I
Oiga la narración del cuento en: http://www.cuentosdesdegotiasan.blogspot.com

“El Juego Globalizado: más allá de Duaca”

Alfredo Milano
Caracas, 2000

-- “Oye Juan, ¿y a qué hora comienza el juego....?”

** “Bueno, creo que a las 3 de la tarde hora de aquí, porque ellos empiezan a
las 2 en punto, y nosotros les llevamos una hora de diferencia....”
-- “.. Ah., bueno. Entonces, falta poco, vamos a tomarnos una cerveza....
¡Epa....compai !!...dame dos friítas......”

Año 2015.
En un terraplén ubicado en la carretera Barquisimeto-Duaca, un poco más allá del Paso de
Tacarigua, un musiú avispado y con la tecnología de punta, ha construído lo más avanzado
que se pueda concebir para la recreación masiva y a precios populares....

A simple vista no hay nada fuera de lo común en el sitio. Unas tribunas horribles de metal
pintadas de azul, tablones de madera para que la gente se siente y circule, un redondel
descuidado donde rumian unos chivos. Muchos huecos y abundantes piedras hacen
imposible la práctica de cualquier deporte, por muy rústico que sea.

Las tribunas están repletas y un altoparlante le pide paciencia al público. Además,

vociferan unos anuncios publicitarios muy locales (desde chicharroneras y panaderías
hasta funerarias, pasando por ventas de lotería), mientras vendedores ambulantes
pregonan las cervezas, cigarrillos, refrescos, perros calientes, y cuanta chuchería puedan
servir en este tipo de evento.

De pronto, sale una cantidad de hombres contratados para el espectáculo y, corriendo por
todas partes, van entregando una especie de casco con anteojos oscuros, que la gente -
inmediatamente- se va poniendo.

El parlante da instrucciones de cómo usarlo y las pocas personas que no lo saben,

rápidamente se les unen, a la espera del comienzo del gran juego de Béisbol de las Grandes
Ligas...

Liga Americana, Kaufman Stadium: Kansas City Royals contra Indios de Cleveland....

Varios jugadores latinos están entre los jugadores, pero hay uno a quien el pueblo de esos
lares espera impacientemente, el nuevo short stop de los Indios, Ronald Jesús Lucena.

La gente con sus cascos ya no ve un terraplén con chivos, ahora está virtualmente en el
Kaufman Stadium asistiendo al emocionante encuentro. El hermoso parque de los Royals
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está frente a los ojos de los espectadores. Los peloteros ya terminaron sus prácticas, y
todos se disponen a oir el Himno de los Estados Unidos. En el stadium real se ponen de
pie; en el virtual, también. Se oyen las majestuosas notas del Himno... y un berrido de
chivo se escucha de vez en cuando.

“¡.. Plaaay baaall .. !”, grita el umpire y comienza el juego.....

Silbidos, aplausos y pitidos.... se escuchan por casi dos horas, y hacen que los pobres chivos
se asusten y también se unan al espectáculo, para risa de algunos de los fanáticos.

Se apuesta, se bebe cerveza en cantidad, se hace de todo, igualito que en el stadium real;
incluso se orina en los rest-rooms virtuales de los Royals, aunque en realidad sea en el
monte que está allí, cerca del terraplén.

En el casco, proyectados en las cercas del stadium, aparecen anuncios publicitarios de

productos internacionales, que todos en el mundo globalizado conocen.
Dos horas de “primer mundo” que se pueden vivir y agarrar...

¡¡¡Ay, Dios mío!!! ¡Qué bueno es el futuro, aunque sea por satélite !.....

Al terminar el encuentro, la sencilla gente del lugar entrega sus cascos y se va comentando
alegremente las incidencias del juego, más alegres que cuando llegaron. Unos,
encaramados en camiones de estacas; otros, en viejas camionetas; algunos, en ruidosas
motos; pocos, en bicicletas; y otros, en grupitos a pie, persiguiendo algún lugar para
echarse otras cervezas y buscando la sombra de algún cují.